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Liderazgo eficaz

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Nómadas digitales

Nómadas digitales

Por EDUARDO MELJIN

Alto ejecutivo y Senior Practitioner en Capability Building.

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Todas las personas nacemos con potencialidad en el ejercicio del liderazgo. Nos definen como personas únicas los rasgos distintivos de personalidad, compuestos entre un 40% y 60% por genética y el resto por factores como el ambiente. La personalidad es el conjunto de actitudes, pensamientos, sentimientos y decisiones que nos caracterizan como individuos. Estos se manifiestan en nuestra conducta con cierta estabilidad y consistencia a lo largo del tiempo.

Las organizaciones se encuentran conformadas por personas con rasgos diferentes en una dinámica de interacción permanente, procesos sociales donde interviene el liderazgo.

Los procesos sociales son el foco de atención de la neurociencia cognitiva y las investigaciones en el área han contribuido al campo del liderazgo en la comprensión del cerebro y sus procesos sociales.

Liderar es una competencia que necesita de capacidades complejas de nuestra mente y la mayoría están relacionadas con la corteza prefrontal. Se llaman funciones ejecutivas y son pilares sobre los que se construye la forma en que influenciamos a los demás, nos permiten tener un objetivo. Estas funciones cognitivas emergen del cerebro en la corteza prefrontal.

Las funciones ejecutivas son el conjunto de habilidades y procesos cognitivos que nos permiten adaptarnos con éxito al medio y resolver problemas a partir de la integración de las diferentes informaciones disponibles, pudiendo realizar conductas propositivas gracias a ellas y por sobre todo orientadas a un fin u objetivo.

En general son las que se encargan de controlar y autorregular la actividad

mental y los recursos cognitivos, participando en aspectos como la motivación o la moral, además del procesamiento de la información y el control de la conducta (fluent momentum).

Entre las funciones ejecutivas podemos destacar: razonamiento, planificación, fijación de metas, organización, toma de decisiones, monitoreo de la acción, control inhibitorio, flexibilidad, anticipación y memoria de trabajo. Estas habilidades no son completamente innatas, sino que se van desarrollando a lo largo de la vida.

El liderazgo eficaz implica la utilización de varias de estas herramientas ejecutivas.

Una persona que lidera y que no desarrolla estas funciones tiende a, por ejemplo, aumentar la presión laboral en el ejercicio del liderazgo. Situación que generaría mayor producción de cortisona, provocando un aumento del estrés en los colaboradores, afectando sus funciones ejecutivas. Lo que daría como resultado una disminución en el rendimiento y modificación de sus comportamientos.

La personalidad es el conjunto de actitudes, pensamientos, sentimientos y decisiones que nos caracterizan como individuos.

Por el contrario, en el ejercicio del liderazgo eficaz, se requiere primero el autoconocimiento y el autocontrol para entender cómo actuar en cada situación que se presente en ámbitos organizacionales o cualquier ámbito social que nos desafíe. Debemos conocer y desarrollar las herramientas que se alojan en las distintas áreas del cerebro para poder liderar, determinando los estilos aplicados en cada situación.

Existen tres estilos de liderazgo de acuerdo al uso o no de las funciones ejecutivas:

Estilo transaccional: Se puede utilizar en casos de tener colaboradores sin experiencia o no comprometidos. Solo habla de metas u objetivos, se basa en premios e incentivos con poca influencia emocional y relacional. La teoría de Vroom (teoría de motivación basada en expectativas) aplica a este caso.

Estilo ausencia de liderazgo o dejar hacer: Este abandona a sus colaboradores, no los corrige ni los transforma, es apático y como referencia está ausente.

Estilo transformacional: Requiere diagnosticar y conocer a los colaboradores, sus competencias y motivaciones, además de cómo se sienten. Respetan reglas y trabajan por un buen clima de trabajo. Este líder trabaja en conocerse y transformar a los demás para que sigan la visión de la organización.

PERFIL PERSONAL

EDUARDO MELJIN

Es Contador Público Nacional graduado de la Universidad Marcelino Champagnat. MBA por la Universidad Francisco de Vitoria. Realizó un Posgrado en Finanzas en California State University. En su amplia experiencia laboral es Ex Director de la Licenciatura en Gestión de Recursos Humanos de la UFLO, Gerente de ICBC Argentina y asesor de empresas, Profesor de Gestión de personas y Cultura organizacional en Teclab, además de Profesor en IDC Mendoza en Gestión de equipos de trabajo.

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