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La culpa es de la Publicidad
No solo lo vemos en las películas, donde el publicista es presentado como un personaje egocéntrico, sino también en el lenguaje diario. Cuando se habla de algo que se muestra bonito, pero solo superficialmente, se dice que “vende bien” o que es “marketinero”. El mar- keting y la publicidad, aunque parezca contradictorio, no siempre gozan de buena imagen.
Yo sin ser consciente de eso, a mis 18 desprejuiciados años, comencé este camino y me enamoré de la creatividad y la estrategia publicitaria. Fui testigo de cómo una buena idea creativa, puesta al servicio de la estrategia empresarial, puede lograr que un producto se diferencie por completo de los demás, que sea único y deseado por el consumidor. Tanto como para que lo recuerde, que lo comente y lo recomiende.
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Una buena idea, estratégicamente elegida apela a las emociones del comprador, y puede transformarse incluso en un elemento de identificación y diferenciación.
Además, aunque se vea a la publicidad como un gasto antes que una inversión, especialmente entre el segmento más PyME que siempre ve ajustados sus recursos, una buena idea puede ahorrar mucho esfuerzo monetario en comunicación, captando la atención, sorprendiendo y logrando recordación y transmisión “boca en boca”.
Para citar un ejemplo, se puede hablar del conocido afiche de Lucien Achille Mauzan (1883-1952), increíble y fantástico dibujante, afichista y publicitario, nacido en la Riviera francesa que vivió en la Argentina desde 1927 hasta 1932.
Mauzan logra, con solo una imagen, transmitir la solución que el producto brinda de una manera única, que se ha recordado por décadas hasta nuestros días (casi un siglo después). Imagen que ningún otro analgésico tiene.
La colección de Geniol “corta el dolor”, con el eslogan: “Venga del aire o del sol, del vino o de la cerveza, cualquier dolor de cabeza, se corta con un Geniol”. Además de los afiches, incluyó la partitura del célebre jingle con ritmo de milonga, compuesto a fines de la década del 20 por Antonio y Gerónimo Sureda y que estuvo en el aire por más de 25 años.
Otro caso que ha trascendido las décadas es el de las pilas Duracell, que desde los años ´70 sostiene el mismo concepto de comunicación: “Ninguna pila dura tanto como Duracell”. Esta idea no solo ha perdurado sino que ha sabido actualizarse a los tiempos, sorprendiendo con creatividad y reforzando el posicionamiento de la marca que nunca envejece. En la imagen se puede apreciar una pieza de la campaña “Los juguetes deberían vivir por siempre”.
Duracell presenta también a su “mascota”. El conejito de Duracell ha ido evolucionando desde aquel coneji-
to de juguete hasta la divertida leyenda de Duracell. Este personaje, ha sido la imagen de la marca y protagonista de su publicidad en cada una de sus campañas. Una idea muy interesante que aporta un toque de calidez, frescura y personalidad a la marca. Sin dudas, al pensar en pilas, Duracell marca la diferencia.
Finalmente, quisiera recordar el primer mandamiento en el credo de Lucien Achille Mauzan “La idea es todo”.
Lic. Ana Laura Domínguez
24 de agosto 2022 Afiche y publicidad televisiva para “Duracell”.