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El alma del emprendimiento

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El Buen Vivir

El Buen Vivir

La mayoría de los emprendimientos, pocas veces invirtieron tiempo en de sarrollar, definir y de esta manera darle un sentido de “ser” al emprendimien to, el que yo llamo “alma del emprendimiento”.

De todas maneras el emprendimien to termina “siendo” y su ser es formado por las acciones, decisiones cotidianas, imagen interna y externa, actitudes, políticas adquiridas, formas de proce der personales o grupales e infinidad de componentes más, que conforman un sin fin de relaciones entre las perso nas que conforman el emprendimiento, proveedores y clientes. Cuando el em prendimiento no tiene un “alma” y simplemente “es”, cada parte de él actúa de forma independiente. Los incentivos ge neralmente son solo económicos y se apagan el entusiasmo, la creatividad y la ilusión, y finalmente la vida laboral ter mina siendo una rutina monótona.

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Para crear ese “alma”, primero debe mos definir los componentes que la conforman:

VISIÓN

“Si tu sueño no es lo suficientemente grande para que te de miedo, ese sue ño no es de tu altura, tienes que dar la oportunidad al universo de que actúe” 1 La visión es crear un foco en la distancia,

SABINA BATTAGLIA Arquitecta. Propietaria de Muebles Activos. Miembro de Red de Mentores del Ministerio de Producción y trabajo de la Nación.

sabina.battaglia@mueblesactivos.com.ar

un objetivo hacia donde queremos llegar. El simple ejercicio de poder visualizar un futuro para el emprendimiento, cómo lo soñamos, genera registros mentales, que nos llevarán a tomar decisiones en esa dirección sin que pueda darme cuen ta conscientemente. Por otro lado, generamos un entorno que se dirigirá en la misma dirección, pero solo si pudimos tener una idea clara y definida de ella.

Recordemos que “Si lo puedes soñar, lo puedes crear y si lo puedes crear, lo puedes hacer realidad”; cada visión que tengas individualmente o en equi po, puede ser una realidad, solo hay que sentir que somos capaces de lograrlo. Para poder tener la visión clara, nece sitamos escribirla, porque el simple hecho de bajar un pensamiento a escritura, nos fuerza a un tipo de razonamiento que un diálogo interno no nos daría nunca. Y cuando queremos poner en pa labras una imagen surgen las primeras complicaciones de definir conceptos vi suales. Nos exige utilizar nuestras capacidades para transmutar la creación a la razón. El simple hecho de darle a una visión, cuerpo, contexto, tiempo y en torno no es tan sencillo como parece a primera vista. Y la segunda es que, has ta que no tenemos una visión definida de nuestro emprendimiento, es como ir al aeropuerto sin destino previo, tomar el primer vuelo y luego frustrarme por llegar a un lugar que no me gusta. Es tá bien dejarse llevar, pero para ello hay que tener una intención focalizada, por que la visión marca el rumbo y el destino (fe) ejecuta el resto.

Y finalmente, para tener una visión, no se necesita saber el cómo, solo debemos enfocarnos en el “qué” porque el “có mo” será parte del camino. Si intentamos tener todo controlado y planificado, perderemos mucho tiempo en algo que prácticamente es imposible y peor aún, innecesario; porque el camino nos presenta sorpresas y desvíos que jamás podremos prever. Por esto, en esta eta pa lo importante es tener claro y definir el destino y las respuestas del “cómo” vendrán más adelante, desarrollando un plan, metas parciales y objetivos.

Dicho esto, creo rotundamente que un

emprendimiento, no importa su envergadura, tiene que tener definida y redefinida todas las veces que sea necesario, su visión.

Pero, ¿Qué es la visión? Bueno, yo lo de fino como la forma en que quiero ver a mi emprendimiento en el futuro. Ese emprendimiento que pueda soñar o ele gir, ya maduro, mayor, fuerte, independiente, con identidad y sentido. ¿Cómo es? ¿Qué espacios físicos ocupa? ¿Cómo lo ve la gente? ¿Cómo lo veo yo? ¿Qué ta maño tiene? ¿Cuánta gente involucra? ¿Qué productos o servicios brinda? ¿Có mo funciona? Y todo lo que te puedas imaginar. Una vez desarrollado todas estas características, debes poder redu cirlo a un pequeño texto simplificado.

Recordá estas palabras que dijo Pablo Picasso “Todo lo que puedes imaginar es real”. Somos los creadores de nuestra realidad y de hecho tus logros de hoy, claramente son el reflejo de tus ideas y pensamientos en momentos pasados, en un momento en el que todavía ni siquie ra sabías cómo lo lograrías.

MISIÓN

Si tu emprendimiento nació y es netamente comercial, puede llegar a ser difícil encontrar su misión, pero déjame decirte que mucho más difícil es encon trar la de nuestra vida, así que empezar por la de tu emprendimiento es mucho más sencillo.

En realidad, la mayoría emprendemos pensando que el único fin de nuestro emprendimiento es generar dinero; ex ceptuando los privilegiados que logran unir su pasión o hobbie con el trabajo y en esos casos su fin está mucho más allá de ganar dinero. También supon go que es más sencillo encontrar la misión para los profesionales relacionados a la salud y el bienestar. El resto de las personas, ya sea que vendamos merca dería o brindamos un tipo de servicio, a pesar de que nos guste lo que hace mos, creemos que trabajar es sólo una interacción comercial, por esta razón, encontrar una misión, cuando creemos que solo lo hacemos por generar dinero, no es fácil. Sin embargo, es cuestión de hurgar un poco más hondo y empezar a ver más allá, empezar a ser conscientes de los beneficios y soluciones que brin damos , algo estamos aportando a los demás, quizá, ayudando a cumplir un deseo, les estamos brindando una so lución a un problema que por sí solos no podían resolver, a mejorar o a apren der. Esta solución la brindamos de forma profesional, con conocimiento sobre el tema y sobre todo con conciencia. Nuestro trabajo diario va más allá de ser solo un acto comercial, es encontrar una solución, dar una respuesta sim ple o compleja a una situación, simplificar o mejorar alguna parte de la vida de los demás y por qué no también, cum plir algún sueño. Nuestro trabajo tiene significado más allá del acto comercial y debemos encontrarlo, esa razón de ser, por qué hacemos lo que hacemos. Al to mar esa conciencia podremos darle un sentido mayor y mejor a nuestro em prendimiento. Y así que cada integrante del equipo sienta que la fuerza movili zadora del trabajo diario no sea solo una necesidad de supervivencia sino tam bién un sentido de servicio y compromiso social más allá de su envergadura y alcance.

De esta forma nuestro trabajo será más consciente, enfocado y tendrá un valor emocional.

Por todo esto, es hora de que analices con tu equipo, o solo si es el caso y em pieces a definir la misión de tu emprendimiento.

PROPUESTA DE VALOR

Una vez definida nuestra misión será más sencilla definir nuestra propuesta de valor, ya que decantará de la ante rior. Ya sabemos a dónde queremos llegar y cuál es la razón de ser de nuestro emprendimiento, por ello encontrar lo que nos diferencia de la competen cia, en este punto debería ser un poco más sencillo. Seguramente nuestra mi sión es diferente de la competencia. Y profundizar en esa diferencia es lo que nos distinguirá del resto. Por ello debe mos tener bien claro nuestra propuesta de valor y basarnos en ella a la hora de tomar decisiones. La propuesta de valor debe ir más allá del producto en sí, es el aporte adicional que brindamos al hacer lo que hacemos.

Nuestro emprendimiento deberá tener un diferencial por el cual un comprador decida invertir su dinero en nosotros y no en la competencia, sin importar que el precio sea menor o mayor y sin im portar que tu relato sea que la calidad es mejor, dado que tu competencia segura mente dirá lo mismo. Los clientes tiene que saber por qué somos la mejor op ción para ellos.

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