indiehearts MAG
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b DIRECCIÓN EDITORIAL / EDICIÓN EDITORIAL Judith Gómez Machado / jude@indiehearts.com Bárbara Pavan / barbara@indiehearts.com DISEÑO GRÁFICO / DISEÑO EDITORIAL Pablo Caro / pablocaro.dg@gmail.com COLABORAN EN ESTE NÚMERO Gustavo Ariel García Juan José Méndez Eric Olsen Mariano Fiochetta Luis Schiebeler Bárbara Villoslada Federino Arballo Emmanuel Patrone Miguel A. González Juan Pablo Lima Carla Fumagalli Nicolás Miranda Miguel Molina y Vedia FOTOGRAFÍA Facundo Gaisler (Gigriders) Pablo Caro Malena García Ferreira FOTO DE TAPA: Facundo Gaisler ILUSTRACIONES Pablo Caro Sofía Gatti Marcos Pablo Martin Zamora
Las imágenes utilizadas en las secciones: columnas, entrevistas y news no tienen fines comerciales. En caso de que el autor de alguna de ellas deseara que fuera removida o figurar en los créditos de esta publicación, por favor contactarse a hola@indiehearts.com
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Por Judith Gómez Machado & Bárbara Pavan
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o es fácil para un medio digital abrazar un nuevo formato, pero eso fue lo que nos aventuramos a hacer en el mes de julio del año pasado. Con ganas, dudas y entusiasmo comenzamos la nueva etapa a la que bautizamos como indieHearts Mag. Hoy, con mucha alegría, le damos a la bienvenida al nuevo diseño de nuestra revista online en su séptima edición. Con un estilo más serio y elegante, esperamos poder darle a esta publicación un camino más estable y ajustado a los ideales que comparte el equipo de indieHearts. El nuevo diseño incluirá espacios en los cuales podrán consultar los próximos shows internacionales, así como una minuciosa selección de las canciones más importantes del mes. En este caso, abarcará enero, febrero y marzo. También le damos la bienvenida a los Perfiles iH, una sección a cargo de Cynthia Sabat, quien destacará los nuevos grandes talentos del universo indie internacional. Más allá de esto, el 2012 traerá muchas novedades no sólo para nuestros lectores sino también para nosotros. El regreso de las iH Sessions ya es un hecho y en menos de lo que esperan podrán disfrutar de nuevas sesiones en vivo con una mirada íntima de los artistas emergentes de la escena actual. Además, y a pocos meses de que nuestro proyecto cumpla dos años, es hora de “refrescar” nuestra imagen para acoplarnos a los tiempos que corren. Por eso, estamos trabajando en un rediseño de la web que también incluirá nuevas secciones y contenido para ustedes. Una vez más, los invitamos a perderse en los textos de esta revista, sabemos que nosotros vamos a hacerlo.
4. SUMARIO
SUMARIO
NEWS
COLUMNAS Juan Pablo Lima 22.
Dave Grohl produce una sitcom sobre una banda en crisis. Hot Chip editará un nuevo disco, In Ours Heads.
Lana Del Rey: ¿heroína o farsante?
Miguel A. González 26.
Nick Drake: el poeta de los árboles.
Miguel Molina y Vedia
Metric anuncia nuevo disco: Synthetica.
36.
Beach House confirma los detalles de “Bloom”.
especial SPINETTA
Fallece el frontman de The Monkees.
Carla Fumagalli & Nicolás Miranda
SHOWS El nombre del amor: Morrissey en GEBA. The Rapture en Groove: simetría neoyorkina.
16.
El resplandor de un idealista: Roger Waters en Argentina.
20.
El Guincho en Niceto: La calidez del tropicalismo ibérico.
Malas vibras: la mufa del pop barroco (Parte 2).
Rememoramos al joven Spinetta y reflexionamos sobre el Flaco de los últimos años.
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ENTREVISTAS 42. 42.
Gruff Rhys: “amo la composición melódica porque puede ser muy extrema”.
46.
Anna Calvi: “la música me ayuda a ser fuerte”.
48.
Mompox: el camaleón de la versatilidad sonora.
DISCOS The Black Keys / The Flaming Lips with Yoko Ono / Air / La Casa Azul / Porcelain Raft / Fanfarlo / Die Antwoord / The Big Pink y más!
PERFILES IH I Break Horses, música para hipocondríacos.
64. PRÓXIMAS VISITAS INTERNACIONALES 65. TOP 20 TRACKS
6. NEWS MARZO 2012
NEWSMARZO Dave Grohl produce una sitcom sobre una banda en crisis
Hot Chip editará un nuevo disco, In Our Heads
El frontman de Foo Fighters fue confirmado como productor ejecutivo de una nueva serie sobre un grupo de rock, que saldrá por el canal FX. El programa aún sin nombre, en el que Dave Grohl también mostrará sus dotes de actuación como protagonista, fue creado por la comediante Dana Gould y cuenta los problemas de una banda y cómo buscan la ayuda de un terapeuta para solucionar sus diferencias musicales.Asimismo, trabajarán junto a Grohl y Gould los productores Tom Lassally, más conocido por Beavis and Butthead, y Dave Becky de Louie’s. Se espera que con la participación del cantante, el show -del que todavía se desconoce su fecha tentativa estreno- tenga una buena recepción en la audiencia.
Después de un breve descanso, la banda británica Hot Chip editará su quinto disco de estudio el próximo 11 de junio. Se llamará In Our Heads, y contó con la producción de los mismos miembros del grupo.El sello encargado de lanzar el disco será Domino Records. Para grabar In Hour Heads, Hot Chip contó con la colaboración del ingeniero Mark Ralph, quien además aportó lo suyo para la producción. Sin embargo, en su gran mayoría es un disco producido por los mismos ingleses. De acuerdo con el comunicado de prensa, el disco será “una delicia no adulterada de canciones dinámicas para la pista, con ganchos duraderos y canciones de amor verborrágicas y llevadas por sintetizadores”. Suena prometedor. In Our Heads será el seguidor del LP One Life Stand, editado en 2010, que terminó de consolidar el éxito de la banda formada en el año 2000 por Alexis Taylor y Joe Goddard.
Metric anuncia nuevo disco: Synthetica Tras el exitoso Fantasies (2009), el conjunto canadiense capitaneado por Emily Haines sacará su esperado quinto trabajo de estudio, bajo el título Synthetica. El álbum será autoeditado el 12 de junio a través del nuevo sello del grupo Metric Music International. El grupo actualizó su sitio web ILoveMetric.com con una larga y encantadora carta escrita por Emily y destinada “para quien sea que lea esto”. Además, agregó una cuenta regresiva hasta la fecha de lanzamiento, que linkea a un evento en Facebook sobre la publicación del LP en Norteamérica. El trabajo que derivó en Synthetica comenzó el día siguiente al último show de la gira de Fantasies, según reza el anuncio de prensa. Las grabaciones se sucedieron en Grant Studios de Toronto
primero y la última etapa en Electric Lady Studios de Nueva York. El guitarrista principal del grupo, Jimmy Shaw produjo el disco y la mezcla final estuvo a cargo de John O’Mahony. Emily Haines define al LP como “la culminación de todo lo que hemos hecho”. “Siempre tuvimos un sonido en nuestras cabezas que esperábamos concretar y finalmente lo oímos retornar desde los parlantes esta vez”, agrega la cantante, quien sobre sí misma sostiene: “Si imaginan una falsa versión de pesadilla de mí como una estrella pop, es ella. Y este disco se trató sobre mí diciendo ‘Voy a dar más que nunca por la música, pero no hay forma de que me convierta en algo como eso’”.
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Beach House confirma los detalles de Bloom, su cuarto LP A poco de revelar su nueva canción Myth, Beach House ha confirmado los detalles de lo que será su cuarto álbum de estudio, que se titulará Bloom y llegará las bateas a mediados de mayo. El dúo de Baltimore también anunció una serie de fechas en Norteamérica y Europa. La fecha de lanzamiento fue fijada para el 15 de mayo por Sub Pop en Estados Unidos y Canadá, y por Arts & Crafts en México. Un día antes el LP verá la luz en Europa vía Bella Union, en tanto que en Australia el sello encargado será Mistletone el 18 de mayo. La banda compuso el álbum “entre incontables pruebas de sonido e innumerables experiencias durante dos años de giras”, en tanto que fue grabado en los Sonic Ranch Studios de Tornillo, Texas, mezclado en Electric Lady (Nueva York) y coproducido por Chris Coady -quien también produjo Teen Dream (2010)- y Beach House, de acuerdo al comunicado de prensa. La vocalista Victoria Legrand dio a entender que el nuevo álbum tendrá una vibra más oscura que su predecesor, mientras que su compañero de banda Alex Scally explicó que quisieron que el resultado se asimile a trabajos como Disintegration de The Cure y Pet Sounds de The Beach Boys, en conversaciones con NME. La nueva gira del grupo comenzará el 4 de mayo en Charlotesville, Virginia (Estados Unidos) y se extenderá, por ahora, hasta mediados de junio, con paradas en Inglaterra, Bélgica, Holanda, Alemania, Francia, Suiza, España y Portugal.
Fallece el frontman de The Monkees
David Thomas “Davy” Jones, mejor conocido por ser el líder de la mítica banda de rock The Monkees, falleció de un ataque cardíaco en la mañana de ayer en Florida, a la edad de 66 años. Nacido en Manchester, Inglaterra, Jones deja cuatro hijos y un importante legado de canciones pop/rock creadas junto a su banda The Monkees desde 1965 hasta 1971. La enorme popularidad del grupo y sus canciones tuvieron su explosión en un programa televisivo del mismo nombre. Recientemente Jones se había reunido con sus ex compañeros de The Monkees para realizar una gira en homenaje al 45º aniversario de la banda, lo que terminó siendo su última aparición en vivo sobre un escenario. Jones también tuvo una carrera en solitario y formó otros proyectos, aunque ninguno logró alcanzar la popularidad de su primera banda.
8. SHOWS / The Rapture
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The Rapture en Groove: simetría neoyorkina Por Judith Gómez Machado Fotos Pablo Caro
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asadas las 22.20 del lunes, algunas toallas y varias botellas de agua aguardaban sobre el ardiente escenario de Groove. El telón había quedado abierto tras la presentación del local Carca, y los instrumentos eran acomodados y/o probados con esmero por el equipo de producción. ¿Todo estaba calurosamente calculado? Puede ser, pero lo cierto es que la cuarta visita de The Rapture a la Argentina no sólo trajo consigo un puñado de sensaciones dance-funk, sino también rasgadas confidencias que el trío de Nueva York compartió sin reservas con sus seguidores. A sala llena, a diferencia de su primer contacto con los argentinos en noviembre de 2007, el show de Luke Jenner, Vito Roccoforte y Gabriel Andruzzi se asemejó al despego de una nave espacial empírica; y con la compañía de Harris Klahr, quien se desempeña en bajo desde la salida de Matt Saffer, la combinación fue justo lo que una noche porteña de fines de enero necesitaba. In The Grace of Your Love, canción que da nombre a su más reciente disco, abrió la noche a través de la voz pujante de Jenner y su habilidad para revolucionar y descontracturar hasta a quienes no suelen desprenderse de una posición estática. Esto no sólo fue producto de la variedad de géneros que The Rapture suele abarcar, sino porque en In The Grace of Your Love también se plasma la intensidad de lo vivi-
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SHOWS / The Rapture
do por sus integrantes en los últimos años. ¿Una suerte de operación a corazón abierto? Algo así.
Este último LP, fue producido y mezclado por James Murphy de LCD Soundsystem, quien además es su actual representante junto al británico Tim Goldsworthy (UNKLE) “¿Están bien? Nada mal”, expresó el vocalista y acto ase- y al manager de DFA Records, Jonathan Galkin. guido Never Die Again encontró a Andruzzi luciéndose entre el saxo, los teclados y la batería electrónica. Su pro- Whoo! Alright, Yeah… Uh Huh y House of Jealous Lotagonismo fue nato y, en cierta forma, se encargó de llevar vers (compuesta por Roccoforte) le dieron el toque elecel ritmo de la mayoría de las canciones que transformaron trónico al encuentro de poco más de una hora, y prepael local de Palermo en una verdadera pista de baile. raron el terreno para un cierre en el que se lució How Deep Is Your Love? con una desahogada (y elogiada) imYa no importaba el calor, la celebración –con una acti- provisación, que continuó aún después de que el fronttud que rozó lo pop- había comenzado. Con Pieces Of man abandonara el escenario. Una noche que, sin duda, The People We Love parecía que la intensidad iba a des- supo calmar la sed musical de enero. cender, pero las palmas frenéticas de Jenner (y la energía neoyorkina del grupo) acompañaron los saltos y sutiles d The Rapture se presentó en Groove el lunes pogos que se divisaban en el área cercana al escenario. 30 de enero de 2012. El conjunto no se limitó a tocar los tracks de su nuevo álbum, sino que también se trasladó en el tiempo hacia Pieces of the People We Love (2006) con Get Myself Into It y su debut Echoes (2003) con el track del mismo nombre y Killing.
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12. SHOWS / Morrisey
El nombre del amor: Morrissey en GEBA Por Judith Gómez Machado Fotos Facundo Gaisler (gigriders)
as canciones son piezas de mi corazón”, la confesión de Steven Patrick Morrissey ante un GEBA repleto de 20 mil almas extasiadas por la plenitud de su voz distinguida, no pudo ser más indicada y precisa. Tras su paso por las provincias de Mendoza, Córdoba y Santa Fe, el 4 de marzo quedará en la memoria de quienes fueron partícipes de su presentación en Buenos Aires, como una noche de unión con el más existencialista de todos los músicos.
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First Of The Gang To Die, segundo single del disco de 2004 You Are the Quarry, abrió un show sencillo (sin pantallas) que se destacó por una nítida selección de canciones de su etapa como solista y que, además, incluyó cinco de la banda de Manchester. Y sí, es verdad que faltaron grandes himnos como Still Ill, Suedehead, I Want The One I Can’t Have, entre tantos otros, pero como bien dice esta última siempre queremos esa que no podemos tener.
Si fuera posible limitar a una sola palabra la experiencia de poco más de una hora junto al artista inglés y ex integrante de The Smiths, sería algo cercano a “liberación”. Liberarse de fantasmas pasados, de sensaciones opresivas y de esas ganas de gritarle al mundo lo que tanto amamos y odiamos de él.
La temperatura continuó en ascenso con You Have Kill Me, acompañada de miles de latidos aullando al unísono, y acto seguido, la ternura invadió el ambiente con You’re The One For Me, Fatty (con el bonus de Moz en pandereta).
Luego de un set de 40 minutos de la cantante y tecladista estadounidense Kirsteen Young, y de una delicada selección de videos musicales proyectados en el telón que cubría gran parte del escenario, Moz hizo su elegante aparición a las 21.10 con una camisa verde, dos grandes anillos, las uñas pintadas de amarillo y cruces colgadas de su cuello. Su banda, compuesta por los talentosos músicos Boz Boorer (guitarras y clarinete), Jesse Tobias (guitarra), Solomon Walker (bajo), Matt Walker (percusión) y Gustavo Manzur (teclados, armónica y acordeón), lució una remera blanca con la leyenda: “We hate William and Kate” y una fotografía del matrimonio real. En Rosario había sido “NME is shit”, en Mendoza “Assad is shit” y en Córdoba el grupo optó por corpiños negros.
La primera canción del encuentro perteneciente a The Smiths no se hizo esperar y la clásica There Is A Light That Never Goes Out llegó para abrir y cerrar heridas a lo largo y ancho del estadio. Sin respiro, y como si fuera parte de la misma canción, Everyday Is Like Sunday emocionó y confirmó por qué Morrissey es uno de los cantautores clave de nuestra era. Los gruñidos de Steven Patrick y un ritmo flamenco se apoderaron de una enérgica versión de When Last I Spoke To Carol, y las conmovedoras Alma Matters y I’m Throwing My Arms Around Paris, que finalizaron con un sincero “I love you” por parte del cantante, abrieron paso a Ouija Board, Ouija Board. Durante esta última las luces se posaron sobre él, y lo mostraron como un ser perteneciente a un lugar inaccesible para los mortales. Walker (Filter; The Smashing Pumpkins) coronó la
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canción accionando el imponente gong que auspició de día unos instantes e incluyó la percusión del gong y un respaldo detrás de su batería. tambor gigante. “¿Siguieron las elecciones norteamericanas? En Estados Unidos es 1952, ¿lo notaron? No lo creo. Dios ayúdanos”, expresó el cantautor de 52 años (ahora de camisa azul) antes de interpretar la canción que abre su octavo disco en solitario Ringleader Of The Tormentors (2006): I Will See You In Far-Off Places; Manzur, quien es parte del grupo desde 2009, se lució en acordeón.
Para Please, Please, Please Let Me Get What I Want, Moz llamó a los argentinos a no culpar “los ingleses por lo que hace el gobierno inglés, el gobierno nunca escucha a la gente”, y agregó que “el mundo sabe que las islas Malvinas son argentinas”. La canción nueva Scandinavia fue el preámbulo perfecto para el gran final con (una de las más esperadas del show) How Soon Is Now?. La despedida fue difícil, y el espectáculo se sintió corto, aunque pasadas las 22.20 la banda y su líder regresaron (con la inolvidable intervención de Manzur en el micrófono principal diciendo “¡Griten y agárrense los huevos por este hombre!”) para el bis One Day Goodbye Will Be Farewell.
Le siguió la balada smithiana I Know It’s Over, perteneciente al álbum The Queen is Dead de 1986, que hizo que más de un espectador viajara en el tiempo, no sin lagrimear, hacia la primera escucha de ese track. Más de la mitad del show había pasado y todavía quedaban grandes momentos por capturar; durante Let Me Kiss You, Morrissey es quien siempre estará para recordarnos que, el inglés se despejó fugazmente de su camisa y la arrojó al fin y al cabo, todos somos humanos y necesitamos ser al público y previo a Black Cloud, presentó a cada uno amados. de sus músicos “para quienes se sientan solos a la noche después del concierto y quieran llevarse a alguien a sus d Morrissey se presentó en GEBA el domingo casas”. Meat Is Murder fue acompañada de la proyección 4 de marzo de 2012. de imágenes de animales en situación de pre-matadero y aplaudida a conciencia por la audiencia, luego de que el vocalista preguntara “¿Les importa?”. Después de que este se retirara del escenario, la banda extendió la melo-
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16. SHOWS / Roger Waters
El resplandor de un idealista: Roger Waters en Argentina Por Juan José Méndez Fotos Facundo Gaisler (gigriders)
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n el estadio River Plate la pared cubre todo el ancho de la tribuna y con la descripción “impactante” uno, simple mortal, queda corto. Cuando el muñeco de Pink es puesto a la vista de miles y segundos después estalla -literalmente- In The Flesh?, cualquier duda o prejuicio desaparece. Nunca tanto fuego artificial, tanto vestuario, tanta maqueta y tanta pantalla en alta definición fue tan precisa y necesaria en un espectáculo. Muchos nos agarramos la cabeza y gritamos incrédulos. Irrefutablemente, lo que se presencia y se siente durante la siguientes dos horas ES extraordinario. Eric Waters era un docente afiliado al Partido Comunista que abogó por el pacifismo la mayor parte de su vida pero murió luchando para el ejército británico en la Segunda Guerra Mundial. Su hijo, Roger, tenía entonces cinco meses de edad y fue criado exclusivamente por su madre Mary. Treinta y cinco años después, el hijo único de los Waters -quien como parte de Pink Floyd ya se había convertido en uno de los músicos más talentosos y visionarios de la historia- planeó despertar de una vez a todos sus demonios y plasmarlos para la eternidad en una obra pretenciosa y contundente. The Wall (1979) es la visión de un hombre sobre su pasado y la reconstrucción de los momentos que lo hicieron ser la persona que es. Es la búsqueda de una identidad propia escondiendo la vulnerabilidad inherente a dicha exploración: haciéndola canción primero y espectáculo
después. “If you’d like to find out what’s behind these cold eyes, you’ll just have to claw your way through the disguise”. Roger Waters: The Wall Live es a grandes rasgos un enorme juego casi interactivo de percepción y sugestión. Mientras que la desgarradora Hey You y la indescriptiblemente emotiva melodía de Is There Anybody Out There? suenan sustentándose por sí solas (tras el intervalo quedamos sin ver absolutamente nada detrás de la pared), otros temas como la excitante Run Like Hell son acompañadas de visuales impactantes, inflables, luces, vestuario, escenografía, coreografías y ametralladoras de fantasía. Párrafo aparte merece Mother, una de las canciones más hermosas y representativas del concepto del álbum, que es cantada a dúo en cuatro dimensiones: mientras el Roger Waters actual se para frente al público con una guitarra acústica, el “ fucked up little” Roger que interpretaba el tema en la Londres de 1980 es proyectado en la pared secundando al Waters del futuro. Más allá de nuestras lágrimas, la riqueza semiótica de esta experiencia podría dar lugar a libros enteros. La calidad del sonido envolvente no tiene precedentes. Desde el helicóptero del final de la primera parte de Another Brick In The Wall hasta el solo de guitarra de Comfortably Numb, cada melodía y cada ruido están orquestados para deslumbrar a la audiencia.
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18. SHOWS / Roger Waters
La pared-pantalla captura la luz de tres torres gigantes con proyecciones para los que desearíamos tener más de dos ojos. Hay collages emotivos (en The Thin Ice y Bring The Boys Back Home, por ejemplo), videos de archivo (Young Lust, Vera), animaciones (Goodbye Blue Sky, Waiting For The Worms) y mucho Gerald Scarfe (encargado del arte del disco y del film de 1982).
inherentes al ser humano: la dualidad amor-odio, el deseo carnal y simbólico, la violencia física y psicológica y, tema floydiano por excelencia, la locura. La espectacularización audiovisual de estas temáticas -en un acontecimiento que no es un concierto de rock, ni una obra de teatro, ni una película, pero a su vez lo tiene todo al mismo tiempo- es Roger Waters: The Wall Live, el show que superó con tecnología de punta a la gira original de Sumando magia a la luz y el sonido, la escenografía (des- 1980/81 y llegó a nuestro país multiplicada por nueve de el minimalismo de Nobody Home a la explosión de este mes de marzo de 2012. la pared en The Trial) y los títeres gigantes (el profesor Another Brick In The Wall Part II, la madre en Mother, d Roger Waters se presentó con The Wall Live los días 7, 9, la esposa en Don’t Leave Me Now, el chancho negro en 10, 12, 14, 15, 17, 18 y 20 de marzo de 2012. In The Flesh) nos traen al siglo XXI la teatralidad de la primer gira de The Wall. El creador, su bajo, la banda y la música -irrelevante a esta altura en qué temas hay playback y en qué temas no- quedan a simple vista en segundo plano. Tres generaciones más tarde, The Wall (1979) como obra conceptual sigue vigente a pesar de que ninguna guerra mundial nos haya tocado de cerca, porque -como todo gran clásico- aborda en definitiva los tópicos más
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20. SHOWS / El Guincho
El Guincho en Niceto: la calidez del tropicalismo ibérico Por Bárbara Pavan Fotos Malena García Ferreira
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l delirio constante de los beats como olas salvajes que se estrellan contra rocas sintetizadas, violentos acordes de teclado como algas marinas danzando debajo del mar, o, para ponerlo en términos más pedestres, una rave clandestina en una playa virgen. Trasladado a una gran ciudad, a un local con luces y máquinas de humo, así podría ser imaginado un concierto de El Guincho. También conocido como Pablo Díaz-Reixa, el español se pasó por el escenario de Niceto Club el pasado jueves 8 de marzo, en la última fecha de la gira de presentación de Pop Negro, su último disco. A pesar de tener trabajos anteriores editados, Díaz-Reixa afirmó en varias oportunidades que Pop Negro podría ser considerado como su disco debut. Grabado como un trotamundos, y financiado gracias al dinero ganado por El Guincho dando clases de surf en las Canarias, Pop Negro es opus impecable, que invita a mover la patita a través de una fusión estrafalaria pero efectiva de electrónica, afrobeat, world-music y hasta, si escuchamos cuidadosamente, algo de europop. Con el caballito de batalla de Bombay, el gran éxito del disco, Díaz-Reixa logró hacerse conocido en ámbitos internacionales, al punto que pudimos disfrutarlo en nuestras costas. Apenas pasadas las 22 horas, y después de un sobrio y encantador set de la banda local Cosmo, El Guincho (Díaz-Reixa acompañado de Aleix Clavera en bajo y
Borja Rosal en guitarra) dio el puntapié inicial con Kalise, una de las canciones de su anterior disco Alegranza. Tanto Clavera como Rosal se mostraron cómodos en el escenario, y no es de extrañar: Díaz-Reixa oficia de productor para su banda Extraperio. Pero en esta oportunidad, El Guincho (como trío) fue el maestro de ceremonias de un aquelarre tropicalista mestizo, un pastiche de sonidos exaltados casi víctima de un cóctel de drogas de diseño. Con Ghetto Fácil, la siguiente canción del concierto, la banda comenzó a abordar las canciones de Pop Negro y el público comenzó a afianzarse en un baile primero tímido, y luego desaforado con la progresión de los temas. Uno de los puntos altos de Pop Negro, Soca del Eclipse, comenzó a configurar la temperatura de Niceto. Los de más adelante corearon las letras enigmáticas de El Guincho: “eres un ladrón en mi habitación”, una y otra vez, mientras que los más tímidos del fondo se conformaron con algunos saltos ocasionales. Lycra Mistral, Costa Paraíso, FM Tan Sexy, esas fueron algunas de las canciones, que, si bien fuerte, marcaron la entrada para los verdaderos “hits” de la velada. Con Novias, también de Pop Negro, Díaz-Reixa se garantizó la adoración de su público (sorprendentemente cuantioso), para luego continuar con la “balada”, así definida por el artista, Muerte Midi. Antes de partir por primera
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vez del escenario, el grupo hizo una entrega celebradísima de Bombay que casi agotó las energías de los asistentes. Pero eso no fue todo. En un excéntrico bis, que DíazReixa definió como la parte “dance” del concierto, el grupo se despachó con Danza Invito, una especia de mash-up entre Club de Rusia y Cuando Maravilla Fui, y hasta un cover de Coconut, Verbena de los Delfines. Para cerrar, El Guincho eligió una de las canciones que conformó sus primeros EPs, Antillas. Aunque el show fue divertido y estuvo marcado por la exatalción dionisíaca propia de la música de El Guincho, los sonidos muchas veces pecaron de monótonos, gracias a las armonías similares que tienen las canciones. Sin embargo, esto no fue algo demasiado notado por la audiencia, que terminó decididamente exhausta. Quizás, para la próxima visita del artista español, la fiesta pueda ser más grande aún. d El Guincho se presentó en Niceto el día 8 de marzo de 2012.
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LANA DEL REY:
¿heroína o farsante? ¿La artista del año o un fiasco manufacturado? La polémica del arte se vuelve a agitar en torno a una de las artistas más controversiales del momento: Lizzy Grant, más conocida como Lana del Rey. Juan Pablo Lima habla sobre la “nueva celebridad que se nos impone sin pedir permiso”. Por Juan Pablo Lima Ilustra Sofía Gatti
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l arte fue, es y será un tema de eterno debate. Aquellos elementos que nos permiten delimitar a un artista verdadero y establecer distancias con respecto a un fraude o un invento del marketing son muy difusos, a veces contradictorios, y enumerarlos no aportan demasiada luz al respecto. ¿Hasta qué punto un músico es más “honesto” que otro si su obra apenas logra tener repercusión? ¿Acaso la aceptación popular o el éxito comercial son sinónimos de virtud? ¿Una excelente estrategia de marketing es motivo suficiente para desestimar la obra de un artista? Como estos, son muchos los interrogantes que se abren cada vez que surge un nuevo fenómeno de masas, que sacude los cimientos de la industria de la música, y ponen en tela de juicio la credibilidad del protagonista del suceso. El reciente lanzamiento de Born To Die, la megapublicitada opera prima de Lana Del Rey, pone de relieve el escrutinio público sobre la
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neoyorquina y reaviva la perpetua polémica sobre la ho- Die elevaron aún más las expectativas generadas sobre la nestidad artística, generando adoración y diatribas por neoyorquina, lo que sumado a su nuevo estatus de celedoquier. bridad inmediata, la llevaron apresuradamente a actuar en vivo en el popular programa televisivo Saturday Night Elizabeth Grant nació en Nueva York hace 25 años, hija Live, ofreciendo una performance lamentable. Las critide Rob Grant –un corredor de bienes raíces que ama- cas venenosas no se hicieron esperar, y no repararon ante só una fortuna obscena a través de la comercialización el hecho de estar en presencia de una cantante novata, de dominios de internet- a los 19 decidió dedicarse a la casi inexperta, con muy poco rodaje sobre los escenarios. música, y desde 2008 hasta mediados de 2010 (año en Ese es el merecido derecho de piso que debe pagar una que adopta definitivamente el seudónimo Lana Del Rey) estrella que surge bajo las “milagrosas” condiciones en editó un EP y un álbum que pasaron sin pena ni gloria. que ella lo hizo. Sin embargo todo este oscuro panorama cambió en 2011, cuando luego de firmar contrato con Interscope Records Bajo este marco contro(sello discográfico que cobija a grandes estrellas pop versial desembarca el álcomo Lady Gaga, M.I.A., y Gwen Stefani entre otras), bum Born To Die, con y prácticamente desde la nada misma, forjó una carrera la difícil tarea de intentar meteórica en cuestión de meses. Un entramado de pu- enterrar todas las dudas blicistas, managers, productores musicales y, fundamen- generadas alrededor de talmente, una espectacular campaña de marketing (con la cantante, y demostrar YouTube como principal vía de difusión) lograron posi- que sus virtudes no son cionarla como la nueva “gran cosa”. La imagen de Lana solamente una invención Del Rey, su aspecto de femme fatale -a medio camino de su sello discográfico. entre Jessica Rabbit y Nacha Guevara- se popularizó en Pero esa premisa se cumtodo el mundo mucho antes que su música, lo que sin ple a medias: la superprolugar a dudas significa un enorme triunfo de la merca- ducción es el denominadotecnia por encima del hecho artístico en sí. Hasta este dor común a lo largo de punto se podría decir que estamos en presencia del cuen- todo el LP, y se hace sentir to de hadas menos romántico jamás contado: niña rica en todo momento. Con que de la noche a la mañana se convierte en estrella pop, la ayuda de importantes por obra y gracia de un grupo de gente que supo hacer productores y composimuy bien su trabajo. Pero claro, también está su músi- tores como Emile Haynie ca, su arte, sus virtudes y defectos, que necesariamente (Ian Brown, Kid Cudi, deben ser detallados dejando de lado cualquier prejuicio Kanye West), Al Shux que nos genere su manufacturado estrellato. (Jay-Z, Alicia Keys) y Jeff Bhasker (Kanye West, Kid Cudi) entre otros, la ara todos aquellos que estábamos expectantes sobre seductora voz de Lana el devenir musical de la neoyorquina, la llegada del Del Rey deambula sin single Videogames fue un llamado de atención, o la jus- altibajos a través de doce tificación de la enorme estructura publicitaria montada canciones perfectamenalrededor de Lana Del Rey: casi cinco minutos de una te elaboradas a nivel melódico, pero que encuentran en la apacible canción de amor 2.0 donde descubrimos una lírica su principal talón de Aquiles. Las letras, todas esvoz distintiva, melancólica, por momentos aniñada, que critas en colaboración, pecan de un exagerado simplisse antoja irresistible, apoyada sobre una soberbia orques- mo, apelando a rimas bastante trilladas. Este aspecto sin tación milimétricamente calculada. Ni siquiera el presti- embargo no debería ser tan determinante como para gioso semanario inglés NME fue capaz de oponerse a la descalificar todo su trabajo, teniendo en cuenta que la tentación de elegir a Videogames como la mejor canción música es un lenguaje universal que atraviesa todo tipo de 2011, en lo que sin lugar a dudas fue toda una decla- de fronteras (que lo diga Sigur Rós), y seamos sinceros, ración de principios: ante tanta proliferación de bandas nadie espera encontrar en Lana Del Rey a la gran cantauindie pop obsesionadas por obtener la quintaesencia de tora norteamericana de la década. Asimismo la fusión de The Beach Boys o The Smiths, Lana Del Rey y su fór- instrumentos de cuerda con sintetizadores, percusiones mula que fusiona el pop barroco con el hip hop es sinó- electrónicas y samplers ya no son ninguna novedad en nimo de vanguardia. Los sencillos Blue Jeans y Born To la música pop (incluso M.I.A. ha logrado mixturas mu-
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Born To Die no nació para morir precisamente; es una obra que posee absolutamente todos los elementos que sus principales detractores esgrimen, pero esos defectos son socavados por la naturaleza adictiva de sus canciones
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cho más arriesgadas en Kala), pero es evidente que esta amalgama sonora se acopla a la perfección con la voz de la neoyorquina y, en determinados momentos, adquieren una nueva y agradable dimensión: National Anthem –con su intro “homenaje” a Bitter Sweet Symphony- es el ejemplo mas acabado de ello. Sin tener un registro vocal poderoso como Amy Winehouse o Adele, el estilo interpretativo de Lana Del Rey evoca inmediatamente a Nancy Sinatra, y con absoluta soltura lo pasea por el rap y el trip-hop. Y precisamente esa es su mayor virtud: aún con herramientas limitadas, con una lírica pobre, se las rebusca para sacar petróleo de las piedras y generar estribillos tribuneros, indelebles para la memoria auditiva y absolutamente pegadizos, sostenidos en unas melodías de ensueño. Dentro de esos parámetros el álbum funciona a la perfección, es un misil teledirigido al corazón de la industria del pop, es todo lo que Gwen Stefani trató de alcanzar a lo largo de toda su carrera solista y jamás pudo conseguir. Born To Die de Lana Del Rey no nació para morir precisamente; es una obra que posee absolutamente todos los elementos que sus principales detractores esgrimen (exceso de producción, falta de originalidad), pero esos defectos son socavados por la naturaleza adictiva de sus canciones. Desde luego, no es la historia mas bella para narrar, no es el cuento de una cenicienta que llegó a Nueva York con 10 dólares un abrelatas y ganas de comerse al mundo, no son cuatro pibes tocando en un garage soñando con ser estrellas de rock, nada de eso. Lana Del Rey representa algo que jaquea nuestros limites de tolerancia: es la nueva celebridad que se nos impone sin pedir permiso, es un fiel exponente de cómo el mercado puede aprovecharse de los nuevos canales de difusión, y seguir lucrando igual que en épocas anteriores al advenimiento de internet. La nueva diva del pop quemó todos los manuales jamás escritos sobre cómo alcanzar la fama, y en tiempo record logró establecerse como el nombre más rutilante de la industria discográfica actual. Y lo más indignante de todo esto es que, a pesar de las carencias e imperfecciones enumeradas, el disco funciona y logra su cometido con creces. Tal vez el solo hecho de generarnos inquietudes sobre las capacidades reales de su talento, constituya el triunfo más importante de Lana Del Rey. Nos guste o no, desafiar nuestros prejuicios –por más fundamentados que estén- es una de las funciones primordiales del “verdadero” arte.
26. COLUMNAS / Miguel A. Gonzรกlez
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Nick Drake: el poeta de los Árb les Por Miguel A. González
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scribe y canta Nicholas Rodney Drake (1948-1974), en la canción Fruit Tree:
“Safe in the womb Of an everlasting night You find the darkness can Give the brightest light. Safe in your place deep in the earth That’s when they’ll know what you were really worth. Forgotten while you’re here Remembered for a while A much updated ruin From a much outdated style”
Ilustra Marcos P. M. Zamora
Drake compuso e interpretó algunas de las canciones más bellas que se han escrito nunca. Su voz, su guitarra, sus letras y el halo de armonía y emoción que envuelve todas sus canciones, son, a posteriori, un símbolo del siglo XX. Sí, un símbolo de lo invisible del siglo XX, de lo que vivía latente; el alma de un poeta encerrada en un cuerpo, en una época histórica determinada, una figura perdida en la sombra de una sociedad adormecida por dentro. Un mundo de velocidades, frenesí y excesos, al que no pertenecía.
Drake compuso e interpretó algunas de las canciones más bellas que se han escrito nunca. Su voz, su guitarra, sus letras y el halo de armonía y emoción que envuelve todas sus canciones, son, a posteriori, un símbolo del siComo un extraño visionario, Nick Drake parece presa- glo XX. Sí, un símbolo de lo invisible del siglo XX, de lo giar en estos bellos versos justo lo que ocurriría con su que vivía latente; el alma de un poeta encerrada en un figura artística y con su persona décadas después. Pre- cuerpo, en una época histórica determinada, una figura suntamente se suicidó, con apenas 26 años de edad, ingi- perdida en la sombra de una sociedad adormecida por riendo una sobredosis de antidepresivos (amitriptilina), dentro. Un mundo de velocidades, frenesí y excesos, al que tomaba habitualmente debido a su presunta enfer- que no pertenecía. medad psíquica, para conciliar el sueño.
28. COLUMNAS / Miguel A. González
No vio el éxito en vida. Grabó tres discos que no compró casi nadie. Apenas contaba con un puñado de seguidores, aunque siempre contó con el cálido apoyo de su familia y sus amigos. Corría el año 1969; salvo algunos compradores de discos, más allegados a la cultura, y ciertos intelectuales, nadie supo de Drake. Era un desconocido, los jóvenes estaban pendientes de la psicodelia, de los cantautores de masas, como Bob Dylan, Van Morrison, David Bowie, etc… pasó desapercibido al final de una década que se escurría en ácido.
sabía que los oyentes de sus discos estaban en algún sitio. Gastó sus fuerzas hasta donde pudo en conseguir hacer llegar su mensaje, a pesar de las dificultades con las que se encontró. La casa de sus padres conduce por la parte de atrás a un jardín que se funde con un bosque. Allí pasó muchas horas con la guitarra y la literatura (posiblemente W. Blake y Yeats). Allí compuso canciones de una imperecedera belleza transparente, sus canciones son como la luz de los soles de otoño; poemas simbólicos escritos por un poeta que habita el aire, un alma que se mece entre la realidad de los mortales, (sucumbiendo inevitablemente al dolor), y la belleza omnipresente.
“Su voz, su guitarra, sus letras y el halo de armonía y emoción que envuelve todas sus canciones, son, a posteriori, un símbolo del siglo XX”
Nick Drake se mostraba profundamente triste y taciturno. Cuando hacía actuaciones en directo terminaba espiritualmente extenuado, debido a la tosquedad del público que nunca lo comprendió; tocó en bares a los que acudía un público bastante insensible, que no estaba preparado; bares de copas cualesquiera, llenos de borrachos. Además, debido a que prácticamente cada canción tiene una afinación diferente, se veía obligado a afinar la guitarra entre canción y canción, momento que la gente aprovechaba para hacer gala de su vergonzosa insensibilidad. Acababa hastiado, hundido; él estaba convencido de que su música podía llegar a los demás, había un mensaje en sus canciones y
A diferencia de lo que podéis pensar quienes estáis leyendo y no lo conocéis, en sus canciones no habló nunca de la tristeza, sus letras son símbolos y metáforas que emergen de su asombro ante lo que realmente es bello, a lo desapercibido, allí donde reside la belleza verdadera, en las grietas donde hurgan los poetas, grietas del árbol que son su herida, su entraña. Entraña que ofrece una ternura apuntando hacia las estaciones del año.
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En los 80 se publicó Fruit Tree, una caja con material vario y sus tres discos, una edición que le supuso cierto rescate a su obra. Pero fue a partir de que cierta empresa de automóviles usara su canción Pink Moon en un anuncio de TV, cuando este abatido poeta de los árboles entró con fuerza en la actualidad de la música indie internacional. Y digo indie porque se coló en los corazones de los seguidores de esa vertiente, más que en otros sectores. Drake vino del futuro para hablarle al futuro (a otras generaciones que nacerían después), y luego decidió volver al futuro, para siempre. Como un extraño visitante venido de lejos para advertirnos de algunas cosas, quizá también con la intención de ser aceptado y entendido por los demás, pero no lo consiguió en vida. Una especie de profeta de la belleza. No parece que sufriera una depresión, como se dice, o que tuviera una enfermedad mental (se le estuvo medicando), creo que más bien la cosa apunta en otra dirección, que poco tiene que ver con las enfermedades. Drake era una persona hipersensible, más sensible de lo común. Era un poeta, un músico, y un cantante sumamente sensible a lo externo; un cuerpo y una mente vulnerables al mundo exterior, especialmente a la fealdad del mundo, de la que no aguas, a veces navega mecida la tristeza. estaba hecha su alma. En su familia nadie se dedicó a la música, pero su padre compuso algunas cosas de forma casera, y su madre Conocí su música hace unos años. Sus discos fueron un (Molly), componía y cantaba canciones habitualmente en antes y un después para mí. Pronto revisé todo lo que se casa. Al parecer Nick la escuchó cantar numerosas veces ha publicado y dos documentos audiovisuales que exis- durante su infancia. Desde hace más de una década, la ten. El primero, bastante aceptable, es A Skin Too Few hermana de Nick -Gabrielle Drake-, acrtiz británica, dio (2002), del director holandés Jeroen Berkvens. a conocer algunas canciones que su madre grabó en casa en un magnetófono. Al escucharlas, cualquier admirador El otro es un espantoso documental de TV, muy mal de Nick no puede más que con-moverse. Ahí está la esenmontado, no me explico como la mismísima BBC2 hizo cia que luego Nick reproduciría en sus canciones.. algo tan horrendo. De no ser por el valor de algunos testimonios e imágenes que contiene, sería una verdadera ba- En A skin too few, Gabrielle dice: “He saw more, and sura, la producción es lamentable, difícil de ver. Se llama thats most expressed in his songs and almost nowhere else. A Stranger Among Us – The Days Of Nick Drake (1999). I think he became more silent… as he saw more”. Nick vio más, vio más allá, donde no todos podemos ver. Y Nick Drake no sólo fue un poeta y cantante extraordi- a medida que veía más, su silencio aumentaba. Al final nario, también un guitarrista excepcional. Muy singular, apenas podía siquiera tocar y cantar a la vez. Tuvieron único, no se parece a ningún otro. Su técnica era muy que grabar las pistas separadas. Registrando primero la personalizada, su forma de arpegiar emana un sonido guitarra y luego la voz, porque Nick estaba en tal estado fuerte y nítido, cargado de sensibilidad, la destreza con la que no podía tocar y cantar al mismo tiempo. Un estado que separa unas notas de otras consigue que todo suene indescriptible para quienes lo vieron. límpido y armonioso. Como ya dije, Nick Drake vino del futuro y se marchó al Si tuviera que listar las mejores canciones del mundo, entre futuro para siempre. Pero dejó un puñado de canciones ellas habría más de una de Nick Drake. Me he identificado y que a muchos nos ayudan a vivir. Gracias Nick. me identifico todavía con muchas de sus canciones, en parte, también con su persona. En uno de los documentales, alguien dice que una vez que descubres su música, quieres compartirla y recomendarla a los demás. Y es verdad. Porque descubres algo maravilloso, con lo que estremecerse y soñar, y además para siempre. Creo que cualquier amante de la música, no debería pasar por la vida sin escuchar la obra de Drake. Tres discos publicó en vida. Los tres cargados de bellísimas canciones cristalinas como ríos, en cuyas
Especial
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LUIS ALBERTO
SPINETTA Tras cumplirse más de un mes desde su fallecimiento, Carla Fumagalli rememora al joven Luis Alberto Spinetta y Nicolás Miranda reflexiona sobre el Flaco de los últimos años y la renovación generacional del rock argentino.
Alma de diamante Por Carla Fumagalli Ilustra Pablo Caro
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ste espacio no se caracteriza particularmente por dedicarse al rock nacional. Yo tampoco. Es más, nunca lo ví en vivo. No fui a Spinetta y Las Bandas Eternas, no tengo Artaud en vinilo. Sin embargo, lo que pasó ayer, 8 de febrero, me hizo pensar en mis viejos, en sus amigos y en su adolescencia. Me imagino tener 17 años y ver en las bateas de la disquería a la que voy siempre un disco inadaptado. Una deformidad que no entra en donde van los discos; una mancha verde con una fotito de un tipo y recién ahí veo que es el último de Pescado. Con lo que siempre me guardo para los discos lo compro y lo escucho y arranca con Todas Las Hojas Son Del Viento y pienso “siempre se puede esperar algo bueno de estos tipos, qué bien, qué orgullo.” Dejo de especular y lo llamo a mi viejo que, si bien era un pibe cuando arrancó Almendra, siempre escuchó música gracias a su hermana mayor y los amigos (todos
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tuvimos alguien que nos acercó ese LP). Le pregunto: “Che ¿qué onda pa con Spinetta? ¿Lo escuchabas? ¿Cómo era escucharlo en los ’70?” y él, siempre tan predispuesto a explicar, me dice: “Y, hija, El Flaco era…un genio. Un gran músico, un gran compositor. Unas letras de puta madre. La verdad que es uno de los padres del rock. Vos pensá que con mis amigos escuchábamos Deep Purple, Pink Floyd, Led Zeppelin, Beatles y acá se escuchaban pelotudeces. Pero después apareció Sui Generis, Vox Dei, Los Gatos que estaba Pappo y con ellos Almendra y después Pescado Rabioso. De repente la música de acá competía al mismo nivel que los grandes de afuera. O sea, nosotros no podíamos comprar muchos discos porque eran muy caros, pero los comprábamos entre todos y los teníamos y nos juntábamos a escuchar eso. Hasta en los boliches sonaban las baladas para apretar.”
“Una de las formas de hacer lo mejor de lo mejor es interpretar cada canción como si fuese un cuadro diferente. Por ahí son de una serie de cuadros que tienen un tinte, pero mas allá de eso voy a tratar de usar cerámica, cartapesta, cartón, óleo, acrílico, lo que pueda. Lo que fluya. Es una cosa privilegiada ser tan querido en mi país. Es un privilegio que tiene Luis, y no lo quiero perder para nada. Y la única forma de sentir que no lo pierdo es entregando cada vez más.”
“(…) Por eso, el tema es buscar en sí mismo mis propias fuerzas, aquellas que me puedan reunir después de que se me rompan los pedazos frente a esas cosas que vemos. Se rompen los pedazos de tu espejo ideal y lo tenés que pegar pedacito por pedacito y volver a hacerlo brillar. Como en la letra de “No quiere decir”, en la que digo: “Si en un sueño la buscás, no quiere decir que no esté a tu lado”. Que por más Y El Flaco no se quedó en los setenta. Siguió haciendo que las cosas parezcan derrumbarse, sos alma de diamanmúsica, como alguien que no lo puede evitar. Parecería te. Aunque el sol no brille más, vos sos alma de diamante que hacer cualquier otra cosa le hubiera resultado anti- igual. Por lo tanto, hay que conservarse en esa diamantinatural. Porque hay que tener ideas durante 40 años. Hay na.” (Rolling Stone, 2008) que tener 60 y subirse a un escenario. Y esa voz. La voz de Spinetta nunca perdió la juventud. Era una voz, es una voz, de un pibe de 20 años que lee la poesía de los surrealistas, que la flashea con los colores, con ser padre, con dejar las rimas boludas y escribir bien, usar palabras raras, expresarse con la especificidad de aquel que considera que la lengua encarna la entrega de una pluma abierta a la experiencia, pero a la experiencia cuidadosamente seleccionada. Pero dejémoslo hablar y no lo recordemos como el adolescente eterno, sino como un hombre maduro, constante, profesional, padre y abuelo. Alguien que no sólo vivió de la música sino que la hizo vivir.
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Como un ciego frente al mar: sin Spinetta Por Nicolás Miranda
A
l momento de terminar este texto ha pasado más de un mes desde el fallecimiento de Luis Alberto Spinetta y esta sensación de ausencia no se irá pronto. El último 8 de febrero, no se fue sólo una figura histórica y el representante de un corpus inigualable que hoy está canonizado y es citado hasta en los especiales armados a las apuradas (por el mismo gremio que ayer nomás lo ponía en tapa convaleciente). Esto significa que Spinetta no es sólo una conocida colección de símbolos: el payaso triste, Artaud, las distintas formaciones de Pescado Rabioso, Invisible y Jade, Rezo por vos o el recital de las Bandas Eternas. Nos topamos con la pérdida de un músico excepcional cuya carrera estaba en desarrollo y expansión constante –como lo prueba la última parte de su producción: los discos Pan (2006), Un mañana (2008) o Para los árboles (2003)- en dirección opuesta a la autovanagloración o el conformismo de otros artistas de su generación, que cargan con la gloria de su pasado o la incapacidad en presente. La muerte de Spinetta es una pregunta por mañana.
Rodeado por una banda joven y talentosa como la que lo acompañó en sus últimos shows, para el Flaco “mañana es mejor” no era el verso de una canción sino una ética. De allí su histórica resistencia a repasar los éxitos que anidan en el inconsciente colectivo y el consiguiente valor agregado del recital de las Bandas Eternas en el estadio de Vélez Sarsfield en diciembre de 2009. Sentir spinetteanamente hoy implica la tristeza irreparable de saber que nos perdemos de muchas canciones que seguramente estaban por venir y que ahora forman parte de los extravíos divinos: como él mismo supo decir, “todas las cosas que se pierden/ las tiene en un bolso Dios”. Sólo la irrupción de su enfermedad pudo parar una prolificidad creativa inmensa que aún con lógicos altibajos lo acompañó durante más de cuarenta años de carrera, constituyendo el universo poético y musical propio que le conocemos. Aun así, la muerte del Spinetta-prócer, del Spinetta-pionero, del vanguardista y del hacedor de clásicos, deja un agujero negro en el marco de la discutida como “necesaria” renovación generacional del rock argentino. En los centros de origen del género rock los tótems de su época dorada pueden debatirse entre seguir girando y editando material o no hacerlo. De ir por la primera opción, es poco factible que el estándar de calidad todavía sea alto (con Bob Dylan como probable excepción) y aun si ese es el caso lo que ya no puede afirmarse es que siguen siendo referentes en su campo, ya que lógicamente el tiempo ha transcurrido, las músicas propias y ajenas son otras,
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los públicos han cambiado, el mundo entero es distinto. En nuestro país, en parte gracias a cierta política cultural cuyo principal referente ha sido la radio FM Mega, los pioneros siguen ahí, congelados en la foto en blanco y negro, en la picota al estar constantemente sobrexpuestos frente al que fue su “mejor momento”, con el deber de representar al “rock nacional”. Este concepto en principio incomprensible es el caballo de batalla de esa política cultural: cierta concepción nebulosa de la representación de lo “argentino” esconde la eternización de un pasado que siempre habría sido mejor y la imposición de algunos subgéneros, algunos artistas y cierta producción de los mismos que “coinciden” con las tendencias más localizables en los nichos del mercado, la estandarización de las formas y contenidos y la creación de facto de un establishment rockero.
Desde entonces, el mismo mercado que compartimentó en segmentos, sponsoreó e hizo carne de marketing a la música rock es incapaz por esta misma lógica de generar artistas universales que puedan justificar ese nivel de llegada con la perdurabilidad, osadía y calidad de sus obras, y no sólo gracias a la colocación publicitaria o la reproducción y circulación incesantes fogoneadas por el entramado concentrado de sellos, medios y productoras. Hace más de veinte años que cada nueva camada es presentada con el mote de “nuevo rock argentino” pero no puede eludir la lógica de nicho o de banda de culto en el mejor de los casos. Pensar a Spinetta en este contexto revela las mecánicas que hacen de masividad y popularidad cosas inevitablemente distintas.
“Spinetta nunca hizo discos para las radios, las cadenas de videos o las grandes productoras que organizan giras, aún si hizo un uso pragmático de todos estos resortes”
Spinetta, aun desde su lugar consagrado y con parte de su obra forzada dentro de este nuevo canon, representa el movimiento en dirección contraria. No faltan artistas nuevos que voluntariamente se ubican en la vereda opuesta a la del “rock nacional”, pero el Flaco fue el único pionero que justificó siempre tal posición con la ética y práctica que mencionáramos previamente. Esto nos trae una vez más a la cuestión generacional. Aquella “renovación” supuestamente necesaria no va a ocurrir porque los artistas que –como Spinetta- pueden convertirse en el material del que están hechos los hilos que unen a historias y personas a través de generaciones escasean, envejecen, decaen o se entregan, pero la industria no encuentra sucedáneos. Sin duda desde entonces hubo músicos de calidad indiscutible, capaces de imponerse en el marco de un público diversificado y un mercado internacionalizado con canciones y discos que se añaden a la rica tradición de nuestra música popular (podemos nombrar a Fito Páez, Andrés Calamaro o Gustavo Cerati). Pero el momento en el que estos artistas ocuparon un lugar nuevo e inexplorado nos ha quedado muy lejos.
Sobre este punto, es sabido que el Flaco no poseía la masividad que replicara su ascendencia en la crítica y la virtual unanimidad con que es valorado entre los artistas de todos los espectros de la música popular argentina, desde cultores del pop ligero como Leo García a rancios metaleros como Ricardo Iorio o leyendas como Mercedes Sosa, pasando por prácticamente todo lo que hay en el medio, arriba y abajo. Repasar la calidad de su música y poesía es redundante y requeriría mucho más espacio, pero también es constatable que nunca fue un gran vendedor de discos (si bien muchas de sus canciones tuvieron pasta o destino de hit) ni llenaba estadios como muchas de las bandas que explotaron el boom de alcance demográfico del mercado joven post-Malvinas. En realidad, tampoco le interesaba. Spinetta nunca hizo discos para las radios, las cadenas de videos o las grandes productoras que organizan giras, aún si hizo un uso pragmático de todos estos resortes. Su trato era con sí mismo y su obra, y en esto posee una dignidad e independencia artística equiparables a las que se les ensalzan a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Cuando tuvo un proyecto y se sintió fuera de lugar, se mudó a otro, sin importar la “rentabilidad” (artística o económica) que dejaba atrás. Nunca bajó un mensaje o una línea que no estuviera en coherencia con sus creencias íntimas, que pertenecen universalmente al ámbito de
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lo positivo, lo espiritual, la experimentación, la reflexión, la estética, lo mundano y lo metafísico entremezclados armoniosamente. De hecho, apenas puede acusárselo de bajar línea de modo alguno (salvo que alguien encuentre significaciones inequívocas a “Árbol/hoja/salto/luz… aproximación”). Por último, esta intransigencia spinetteana hace que su obra no sea de acceso inmediato, en el mejor sentido: requiere conectar (o no) con esa música. Conmoverá por siempre la terquedad con la que se mantuvo firme en esa idiosincrasia tan marciana, tan particular, que está a igual distancia del devenir hipercomercial y prostituido del rock como negocio corporativo (“Me he negado sistemáticamente a participar de muchos comerciales. Jamás voy a aceptar hacer una publicidad en particular con mi música. Honestamente, no vinimos para eso a hacer música. Vinimos para crear una música que no se detenga en su evolución”) y de la futbolización y aguante que a la postre se llevó casi doscientos muertos en 2004. Estas convicciones son las de un músico que es símbolo de su generación, del público de rock de su generación, de los músicos y de las aspiraciones de las personas que crecieron entre y durante dictaduras y estimaron que el rock era un proyecto y un código de resistencia a través de la libertad creativa. Por contraste su figura se hace aun más grande. Hoy el rock apenas puede aspirar (aun con valiosísimas trincheras estéticas e institucionales, mínimas y focalizadas, a veces negadas adrede a la masividad) a rascar la cáscara de un sistema de mercantilización y traición artística, sin poder romperla. Y sin duda de esas trincheras saldrá lo nuevo y lo bueno que nos espera. Porque gran parte del público y de los músicos de estas generaciones, aunque sepan que el rock como proyecto para cambiar el mundo fue una especie de mala broma con enseñanzas no despreciables o crean todavía en esa utopía, también escucha las canciones del último amigo de lo eterno con respeto y devoción. Su fallecimiento nos deja como ciegos frente al mar: sobrecogidos e indefensos frente a lo inabarcable, pero también inspirándonos en el sonido hermoso que emana de esa enorme fuente.
36. COLUMNAS / Miguel Molina y Vedia
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Malas vibras:
la mufa del pop barroco |parte 2|
Por Miguel Molina y Vedia Ilustra Pablo Caro
Arreglos de cuerdas, ambiciones abismales, y la marca del fracaso. Miguel Molina y Vedia vuelve con la segunda y última entrega de su especial sobre pop barroco, ese género maldito que garantizó fracaso, locura y experimentación.
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l grupo de Los Angeles escuetamente llamado Love, además de ser una de las primeras bandas multirraciales de la historia del rock, también padeció de la yeta del pop barroco. Aunque se iniciaron con un enfoque más rockero, ya desde sus comienzos venían delatando inclinaciones barrocas, como puede escucharse por ejemplo en la magnífica pauta de flauta y clavicordio de She Comes In Colors (tema entre homenajeado y afanado por Madonna en su Beautiful Stranger), que integra el disco Da Capo (1967). Con el frenesí creativo propio de aquella época, ese mismo año pergeñan su obra maestra Forever Changes (1967), otro álbum infaltable en las listas conmemorativas de los melómanos. Aquí los arreglos clasicistas de cuerdas y vientos pasaban a dominar la escena (por ejemplo, en The Red Telephone) y la refinada voz negra de Arthur Lee le añadía un acento particular a las psicodélicas melodías vocales. Resulta sorprendente que un material de semejante calidad y originalidad fuera producido a las apuradas para respetar un presupuesto que se iba de las manos y en medio de bataholas internas entre Lee y Bryan Mac Lean por la dirección del grupo. Sumados estos conflictos de poder a la adicción a la heroína que atravesaba Mac Lean, Love se disolvió poco después de la edición de Forever Changes, que tuvo una modesta aparición en el tercer pelotón de los charts (#154 en Estados Unidos, #24 en Inglaterra). Algunos años después Lee recuperó el nombre del grupo pero con una formación completamente distinta, que no tuvo mayor repercusión.
38. COLUMNAS / Miguel Molina y Vedia
Artistas como Pink Floyd, Deep Purple o los Bee Gees tuvieron sus incursiones en este desdichado género. Se trata de aportes nada desdeñables desde lo estrictamente artístico, pero sus nombres quedarán en la historia oficial del rock y el pop más asociados al rock progresivo, el hard rock y la musica disco
En Sudamérica, fue a los también conocidos como “Beatles uruguayos”, los Shakers, a quiénes les tocó padecer la mufa del pop barroco. A pesar de cantar en un inglés digno de Roberto Quenedi, estuvieron tensionados desde su comienzos por la disyuntiva entre ser unos meros imitadores de la Beatlemania (como unos The Beats o Danger Four adelantados a su tiempo) y el desarrollo autónomo de sus abundantes capacidades musicales (confirmadas por la notable carrera posterior de los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso). Incluso su obra capital, La Conferencia Secreta del Toto’s Bar (1968), parecía iniciarse como una mera copia del Sgt. Pepper, con la rítmica y timbre vocal casi calcados en el primer tema, homónimo del disco, que encima se fusionaba con el segundo.
de derivar hacia el heavy metal de insinuaciones sexistas y volumen elevado hasta el once. Cómo suele ocurrir con las parodias, al menos las bien hechas, Cups and Cakes (Tazas y tortas), reúne las propiedades características del subgénero de manera aún más evidente que los ejemplos auténticos: desde los previsibles ornamentos del corno en la introducción, hasta la relectura en clave psicodélica del costumbrismo british, Christopher Guest (Nigel Tufnel en la película) nos ha brindado una pieza que se ríe de su objeto sin dejar por eso de respetarlo e incluso brindarle cierta dosis de nostalgia y ternura. Pero hubo otros grupos, exitosos y reales, que tuvieron la suerte o la astucia para abandonar el pop barroco a tiempo antes de estrellarse y pudieron descollar en otros estilos. Artistas tan disímiles como Pink Floyd, Deep Purple o los Bee Gees. Sin embargo, de allí en adelante todo comenzaba a dife- tuvieron sus incursiones en este desdichado género. Se rir del molde anglosajón (increíblemente, los integran- trata de aportes nada desdeñables desde lo estrictamente tes de los Shakers declararon que jamás escucharon a artístico, pero sus nombres quedarán en la historia ofibandas como The Hollies o The Zombies, a las cuáles cial del rock y el pop más asociados al rock progresivo, el en ocasiones se parecen tanto como a los Beatles), e in- hard rock y la musica disco respectivamente. cluso aparecían sonoridades rioplatenses: tanto enCandombe, una especie de Being for the Benefit of Mr. Kite La (pre)historia menos secreta de estas tres es probablesobre base murguera, como en Más Largo que el Ciruela, mente la de Pink Floyd, ya que este período iniciático en dónde un bandoneón tanguero resolvía un denso clima el cual Syd Barrett era el líder del grupo forma parte del psicodélico. También había excursiones al Brasil en Lo- mito fundacional de la banda. The Piper at The Gates of vely Lola o Siempre Tú y canciones enigmáticas como Yo The Dawn (1967) es, como varios de los discos que hemos recuerdo mi mundoque no venían de ninguna geografía reseñado, un favorito de la crítica y una fuente de inspireconocible, puro planeta Shaker. Ya casi resulta abu- ración reconocida por decenas de músicos. Sin embarrrido señalar que entre el desinterés de la discográfica, go, sus canciones sobre gnomos, bicicletas, inexplicables interesada en explotar la faceta imitativa, y el hastío de gatos demoníacos y señoríos siderales, no forman parte los hermanos Fattoruso, deseosos de forjar su propio ca- del repertorio masivamente conocido del grupo, más allá mino en la música, La conferencia… estuvo condenado de alguna reaparición esporádica de Astronomy Domine al fracaso comercial. en la gira de P*U*L*S*E (1994). Más allá de sus méritos Hasta Spinal Tap, la banda ficcional más real que haya musicales, este período del grupo ha quedado fatalmente existido, tuvo su cuarto de hora en el pop barroco antes ligado al desgraciado declive de la salud mental de Barret.
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Ya sin él en la banda, reemplazado por su amigo David Gilmour (en rigor de verdad, convivieron por un breve lapso en el grupo), Pink Floyd abandonaría gradualmente los barroquismos, más allá de que el sonido progresivo en el que desembocaron y que los hizo mundialmente famosos podría entenderse más como una evolución estilística que como un viraje abrupto.
las características habituales y ya mencionadas del pop barroco faltan en esta obra inspirada y precoz (Barry Gibb tenía 20 años cuándo se grabó, y sus hermanos 17).
Holiday y Red Chair, Fade Away son los ejemplos más canónicos, con sus bases de órgano y melotrón y sus magistrales armonías vocales. Es también típica de la era y el estilo, la ampulosa pretenciosidad, lindera con el ridículo, Mucho más marcado puede resultar el contraste entre la de extensos títulos de canción como Craise Finton Kirk ropa metalizada, el funk simplificado y los falsetes repli- Royal Academy of Arts o Every Christian Lion-Hearted cados hasta el hartazgo que hicieron populares a los Bee Man Will Show You. En esta última se destaca una inGees en la época de la película Saturday Night Fever; y la troducción con unas ominosas voces de catacumba que vaporosa atmósfera sonora de Bee Gees’ 1st (1967), que parecen casi la contracara absoluta de los aullidos agudos -como su nombre no lo indica- es la tercera placa editada que caracterizarían a los Bee Gees en su fase disco. Bee por el grupo de los hermanos Gibb, y -como su nombre Gees’ 1st contaba además con incursiones en el soul: To involuntariamente podría indicar- la mejor obra de su love somebody, de moderado éxito en esta versión origivasta trayectoria. Luego de sus comienzos como estre- nal, sería inmortalizada poco después por Janis Joplin. llas beat juveniles en la Australia donde habían crecido, Y tampoco faltaban elementos de folk, presumiblemente los Bee Gees decidieron regresar a su Inglaterra natal y en busca de emular a Bob Dylan y sobre todo a Simon & sumarse a las tendencias dominantes en la música de la Garfunkel. Aunque, por cierto, el intento de hacer una época. Las similitudes con, por ejemplo, Revolver (1966), canción de protesta mediante el relato de una catástrode los Beatles comenzaban ya desde el diseñador del arte fe sufrida por un grupo de mineros (New York Mining de tapa, nada menos que Klaus Voorman. Ninguna de Disaster 1941), tiene escasa sustancia política y termina
40. COLUMNAS / Miguel Molina y Vedia
siendo poco más que una evocación sensiblera. Es díficil pensar en zonas estilísticas del universo del rock y el pop más alejadas que la música disco y el hardrock: sin embargo un grupo emblemático del género como Deep Purple comparte con los Bee Gees un pasado común en la desventurada especialidad del pop barroco. Con una formación algo diferente a la que los hiciera exitosos desde el álbum In Rock (1970) en adelante, pero ya con Jon Lord, Ian Paice y Ritchie Blackmore en la banda, llegaron a grabar tres discos en este plan: Shades of Deep Purple (1968), The Book of Taliesyn (también 1968), y Deep Purple (1969). En esta encarnación temprana del grupo, los pasajes instrumentales encarados por los teclados de Lord emulaban pasajes de la música culta (cuando no citaban literalmente a Beethoven o Rimsky) y la voz de Rod Evans, bastante lejana a la de sus sucesores Ian Gilliam y David Coverdale, cargaba de una dramaticidad delicada tanto las composiciones originales del grupo (se destacan especialmente Hush y Anthem) como las versiones de temas de los Beatles, Phil Spector, Neil Diamond o Donovan que pululaban en estas obras. La guitarra de Blackmore, en cambio, ya dejaba asomar una sensibilidad blusera que anunciaba al Deep Purple por venir; hasta tal punto que en este período sus intervenciones, por virtuosas que fueran, suenan algo desacompasadas del conjunto. Resulta paradójico que Blackmore haya terminado tocando -como lo hace hasta hoy- musica renacentista. Menos envidiable, aunque
no exento de paradojas, fue el derrotero de Rod Evans tras dejar el grupo y ser reemplazado por Gilliam. Tras formar la banda Captain Beyond, que ¿a que no lo adivinan?, fue aclamada por el periodismo y un fracaso de ventas, Evans se retiró de la música y se puso a trabajar de enfermero. Hasta que en 1980, unos empresarios de poca monta y menos escrúpulos lo invitaron a integrar una versión trucha de Deep Purple, cuyos recitales terminaban religiosamente con disturbios generados por un público que se sentía razonablemente engañado. Es que, a pesar de que Evans era el único miembro con algún vínculo con el conjunto original, la lista de temas que intentaban tocar ignoraba por completo los tres discos en los que él había cantado y se centraba en los hits masivos de la etapa hard-rock. Finalmente, Rod Evans fue exitosamente demandado por sus ex-compañeros y despojado para siempre de sus regalías. Con la mufa del pop barroco no se jode.
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42. ENTREVISTAS / Gruff Rhys
Gruff Rhys: amo la composición melódica porque puede ser muy extrema Por Judith Gómez Machado
Tras editar su más reciente disco Hotel Shampoo (2011), el músico galés brindó su primer show oficial en Buenos Aires la primera semana de marzo en Niceto Club. Las manías para componer, la relación con su nuevo álbum y la capacidad para auto-criticarse.
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ace alrededor de seis años, Gruff Rhys, músico y líder de Super Furry Animals, visitó la ciudad de Trelew en busca de un tío lejano, el folklorista René Griffiths. De ese viaje, que se extendió a Brasil con la ayuda de la teletransportación, nació el documental y diario de viaje Separado! (2010) que fue parte de la edición 2011 del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI). Son pocas, o casi nulas, las dudas sobre la quietud del animal galés súper peludo; con tres discos solistas en su haber y nueve junto al grupo que completan Huw Bunford, Guto Pryce, Cian Ciaran y Dafydd Ieuan, se corona como uno de los artistas que más experimentaron con la música a lo largo de los años 90. indieHearts: ¿Cuál es tu primer recuerdo musical? Gruff Rhys: Un concierto de la banda galesa de folk Ac Eraill y la canción que abría el programa para niños de la BBC Magic Roundabout. iH: ¿Cómo te preparás para tocar en Buenos Aires por primera vez? (Más allá de tus shows imaginarios para la película Separado!)
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GR: Es mi primera vez en Buenos Aires, así que estoy muy ansioso y emocionado. Sólo toqué en Esquel y Trelew anteriormente. Y por supuesto tuve shows imaginarios alrededor de toda la Argentina. iH: ¿Escuchás bandas locales? GR: Tengo algunos discos psicodélicos de Billy Bond y por supuesto de René Griffiths. iH: ¿Qué considerás que necesita un artista para dominar la narrativa en las canciones? GR: Es muy difícil, personalmente siempre preferí las canciones abstractas pero ahora estoy cambiando de parecer. iH: ¿Por qué? ¿Creés que estás llegando a ese punto? GR: Sí, porque estoy empezando a sentirme más cómodo con las canciones narrativas. iH: ¿Te relacionás mejor con las canciones simples? GR: Amo la composición melódica porque puede ser muy extrema. En términos culinarios, sería como tener un gusto por las tortas, el chocolate y el helado. Tal vez
sea demasiado rico, pero uno puede llegar a emborracharse si le añade un poco de brandy (lo cual le daría un toque de caos a la dulzura). iH: Las canciones de Hotel Shampoo recorren 15 años de tus memorias. ¿Cuál de ellas considerás que es la más fuerte? Creo que Vitamin K es que la que me transmite más emociones y la que causa un mayor efecto en mi. Son tres memorias diferentes mezcladas en una sola canción. iH: ¿Hotel Shampoo refleja tus emociones en un nivel mayor a tus trabajos anteriores? GR: Sí, Hotel Shampoo es un disco muy personal y reflexivo, comparado con mis otros álbumes (que podrían definirse como explosiones aleatorias de mi cerebro que fueron grabadas). iH: ¿Cuán importante fue lanzarlo cuando cumpliste 40 años? GR: Estuve muy pendiente y consciente de ese cumpleaños. Tenía ganas de hacer un disco que reflejara esta “mitad de camino”, con piano y saxofón. Pero terminó como algo totalmente diferente.
44. ENTREVISTAS / Gruff Rhys
iH: ¿Hay alguien en particular que escuche y critique tu trabajo antes que cualquier otra persona? GR: Nadie. Al haber lanzado el disco a través de mi propio sello OVNI, tuve que tomar la responsabilidad total de auto-criticarme. Con una banda es un caótico proceso democrático.
iH: ¿Qué tipo de sonidos pensás explorar en tus futuras grabaciones? GR: Los primeros períodos digitales de sintetizadores. iH: ¿Cuáles son tus planes para los próximos meses? GR: Leer más libros, escuchar más música, empezar una nueva película, cuidar a mis hijos y mirar más televisión.
iH: ¿Qué es lo que más disfrutás de la grabación colaborativa con Super Furry Animals y de tu trabajo en solitario? Fotografía arriba y derecha por Anita Filipponi (Planeta GR: Siempre me distraen los nuevos sonidos. Y creo que del Cangrejo). todos en Super Furry Animals somos muy parecidos, así que crear discos con la banda siempre es una aventura loca. Y empujamos la producción lo más lejos que podemos. Grabar en solitario es mi oportunidad para hacer música sencilla. Casi siempre lo hago muy rápido y en el momento. A veces, cuando un amigo o alguien me invita, colaboro en sus discos. Siempre es una gran educación trabajar con gente que tiene un background musical diferente. iH: ¿Cómo fue tu relación con el co-productor Andy Votel? GR: Siempre es divertido trabajar con Andy. Es un DJ genial y un coleccionista de discos, así que pasar tiempo con él siempre es una gran lección en música. Usualmente trabajamos duro, y después tomamos cerveza turca. iH: ¿Estás trabajando en nuevas canciones? GR: Sí, siempre…es como una enfermedad que tengo.
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46. ENTREVISTAS / Anna Calvi
Anna Calvi: la música me ayuda a ser fuerte La compositora inglesa saltó a la fama luego de esconder su voz por más de 25 años. Con su debut se luce en los charts mundiales y es comparada con Patti Smith.
Con un aclamado álbum debut homónimo -editado por Random Records en la Argentina- que acaba de cumplir un año y fusiona solemnes sonidos de orquesta con rock, Calvi no parecer estar abrumada. “Estoy muy contenta por la manera en que fue recibido el disco, y por la oportunidad que tuve de visitar diferentes países y conocer a tanta gente. Fue un año increíble para mi”, afirma.
indieHearts: Pareciera que tenés una relación especial con el “tiempo”. Decidiste cantar hace apenas algunos años, y luego dedicaste dos y medio más a darle vida a tu primer álbum. Anna Calvi: Definitivamente soy una perfeccionista y me aseguro siempre de dar lo mejor. Para mi cada nota significa algo y no es sólo “tocar por tocar” o “cantar por Por Judith Gómez Machado cantar”. Cuando hago música me gusta estar completamente comprometida a eso, no hay lugar para nada más. Me importa desde cómo ajusto las cuerdas de mi guitaa voz de Anna Calvi al otro lado del océano At- rra hasta el resultado final. Con este disco fui bastante lántico suena relajada. Desde su departamento en obsesiva, y tomé el tiempo que necesité para darle la forLondres, a pocas calles de la casa de sus padres, ma que quise. descansa previo a una intensa gira que la llevará hacia Australia y Asia. iH: En varias oportunidades dejaste en claro que preferís componer y trabajar en solitario, ¿es verdad? La cantante, guitarrista y violinista inglesa de 29 años, AC: Sí, es que trabajo mejor sola y sin distracciones. hija de terapeutas y músicos amateurs, es precisa y elige También tengo una banda genial con la que toco, pero bien sus palabras, al tiempo que su tono es infantilmente suelo optar por el trabajo en solitario. dulce y rápido. iH: Comenzaste a tocar la guitarra antes de los 10 años, Lejos, o muy cerca, quedó la curiosa niña que escuchaba ¿qué es lo que más disfrutás de este instrumento? con asombro a su abuelo tocar el piano en Roma. Elogia- AC: Me encanta improvisar con mi guitarra y crear sonida por Brian Eno como “la cosa más grande desde Patti dos a través de los cuales puedo expresar lo que siento. A Smith”, sólo 5 años atrás enfrentó la fobia de escucharse veces me gusta experimentar con ella y hacer que suene cantar e inició su camino como vocalista. como otros instrumentos. Es algo que siempre amé y disfruté desde pequeña.
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iH: ¿Considerás que este disco fue un camino en el que, de alguna manera, descubriste tu propia voz? AC: Quería que el álbum se sintiera a través de diferentes fragmentos de luz y oscuridad. Y sí, mucho de ese contraste me hizo más fuerte como vocalista. Desde siempre admiré mucho y me nutrí de artistas como Debussy y Edith Piaf. iH: ¿Cómo lograste transmitirle tanta intimidad al álbum? AC: Creo que la producción y la música necesitan contar las historias de las canciones tanto como sus letras. A eso le presto mucha atención cuando estoy escribiendo y componiendo. iH: ¿Cómo fue tu experiencia trabajando con el productor Rob Ellis, también colaborador de PJ Harvey? AC: El es un productor muy talentoso y tiene grandes ideas y fue una gran colaboración. iH: ¿Trabajarías nuevamente con él? AC: Por supuesto. En realidad todo depende de lo que mi próximo álbum necesite. Es un gran amigo mio y definitivamente lo respeto como músico y como productor. iH: ¿Comenzaste a escribir canciones para tu próximo disco? AC: He estado escribiendo para mi próximo álbum. No puedo decir mucho porque todavía estoy trabajando en él. Quiero esperar a que tome más forma. Pero espero entrar al estudio en la segunda mitad este año. Me voy a Australia en unos días, después hago un tour por Asia y luego me enfocaré en terminar de escribir mi nuevo álbum. iH: Si bien es sabido que fuiste elogiada por Brian Eno, y que colaboró en los coros de algunas de tus canciones, ¿cuáles fueron tus sensaciones tras conocerlo y pasar tiempo con él?
AC: Fue genial y un honor que se interesara por mi música. El es muy inteligente y cálido. Y me ayudó y apoyó muchísimo, lo cual fue magnífico para mi ya que siempre fui una gran admiradora. Me siento muy afortunada de haber tenido su compañía. iH: Solés tener un perfil bajo en cuanto a las premios, ¿cuál fue tu reacción al conocer tu reciente nominación a los Brit Awards como British Breakthrough Act? AC: Me puse contenta, sobretodo porque me considero una artista left-wing que no busca ser famosa; y en general quienes son seleccionados y celebrados suelen ser los músicos más mainstream. Estoy con ganas de ir a la ceremonia y tener una velada agradable y entretenida (risas). iH: ¿Qué es lo que más disfrutás de tus presentaciones en vivo? AC: La música me ayuda a ser fuerte, para mi es natural expresarme a través de ella y en las presentaciones en vivo me da la valentía que no tengo en otras situaciones. Los lugares viejos son mis favoritos para tocar y en donde me siento más cómoda.
48. ENTREVISTAS / Mompox
Mompox: el camaleón de la
versatilidad sonora Por Bárbara Pavan
Los chicos de Mompox cerraron el año pasado con un maduro nuevo disco, grabado en Uruguay y que siguen presentando hasta la fecha. Con matices sonoros más desarrollados y una producción impecable, Mompox demuestra que es una de las bandas locales a las que hay que estar atentos.
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l segundo disco de Mompox, el curiosamente llamado (vamos a evitar llamarlo “triángulo” pues esas no fueron las intenciones de la banda, aunque sabemos que sin dudas lo están llamando así), significó un cambio de 180 grados para el grupo argentino. Grabado en Uruguay, este nuevo esfuerzo nos muestra a Mompox en un claro coqueteo con los sintetizadores, alejándose un poco de aquella estética psicoacústica y rock de los ’50. Y, si no tenemos cuidado, nos podemos encontrar comparando a la banda con algunos de los actos electropop del momento. Pero en realidad, Mompox es una de esas bandas que da gusto escuchar porque no se puede encasillar en ningún género, y que siempre nos deja con ganas de más por la versatilidad de sus canciones y la capacidad de sus músicos. Como un ente en total renovación, evolucionando con cada nota, ▲ es simplemente una de las muestras que puede darnos la banda. Un taster de lo que vendrá. indieHearts habló con Ignacio de Andrés de Mompox mientras estaban grabando su nuevo disco en las costas orientales. Y aquí, el resultado, una especie de mirada interior hacia el mecanismo de funcionamiento de Mompox: indieHearts: Están grabando su nuevo disco. Nos quieren contar qué podemos esperar? Ignacio de Andrés: Mucho bombo en negras. Más pop, menos folk. Sintetizadores. Más sintetizadores. Cancio-
nes largas con muchas partes. Letras influenciadas por la ciencia ficción, el futurismo y el inminente cambio de era que llegará en 2012. iH: ¿Cómo se forma la banda y comienzan a hacer música juntos? IA: La banda se formó en el año 2008. Juan Tobal (voz y teclados) y yo (Ignacio de Andrés, voz y guitarras) veníamos trabajando juntos desde 2005 más o menos. Hicimos un disco llamado Treehouse (Little Pad Records, 2008) que produjo Ezequiel Spinelli (bajo y sintes en Mompox). Esa fue nuestra primera experiencia musical y, como casi toda primera experiencia, fue bastante caótica. No hubo un trabajo de pre-producción, por lo que las canciones las íbamos armando sobre la marcha. Además éramos básicamente nosotros dos grabando y sobre-grabando capas y capas de instrumentos y voces. Al final tardamos como dos años en terminarlo. Y solo dura veinte minutos. Cuando terminamos con ese disco, empezamos a pensar entre los tres en la idea de hacer un disco siguiendo exactamente el proceso contrario. O sea, un disco largo, con un trabajo de pre-producción prolijo y varios instrumentistas. Por otro lado, en ese momento conocimos a Tomás Becú (guitarras) y Alejandro Goldberg (voz y teclados), con quienes compartíamos nuestro gusto por el pop norteamericano de los 50’s, los Beach Boys, la psicodelia inglesa de los 60’s, los primeros discos de Elvis, Phil Spector… Así que, básicamente, nos encerramos un mes a componer temas y nos propusimos
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grabar un disco entero en tres meses. Nuevamente fracasamos y estuvimos casi todo 2009 grabando. Terminamos metiendo cuerdas, banjos, clavicordios, de todo. Por suerte, tanto trabajo de hormiga dio sus buenos frutos y Mompox & The big umbrella (que terminamos editando de forma independiente a principios de 2010) tuvo muy buen recibimiento. La primera edición de 5000 discos se agotó y no paramos de tocar en vivo durante todo el año pasado.
probar ciertos experimentos como anular los amplificadores (suprimiendo así la presencia de la sala de toma) y grabar directo a un buen pre-amplificador valvular. El sonido así tiene una textura más definida, más filosa. Y con un buen pedal de fuzz está más cerca del sonido de un sintetizador que de una guitarra eléctrica. Básicamente, este tratamiento de eléctricas y las múltiples capas de sintes son lo que podría definir este nuevo sonido que estamos trabajando.
iH: ¿Qué los lleva a trasladarse a Uruguay para grabar el disco? IA: Simplemente estábamos cansados porque veníamos trabajando el disco sin parar desde mayo. Necesitábamos un descanso y, a la vez, seguir grabando para no alterar nuestro Google Calendar que está milimétricamente organizado hasta fin de año. Por lo que surgió la idea de irnos al estudio que tiene nuestro amigo Pedro Lombardi (Michael Mike) en un campo cerca de San Ignacio. Estuvimos dos semanas ahí y el resultado fue más que satisfactorio, se nota especialmente en las tomas de voz, cuando estamos relajados rendimos mucho más.
iH: ¿Cómo viene hasta ahora la experiencia de grabación del nuevo disco? IA: ¡Muy bien! Tuvimos la suerte de contar con la ayuda de dos seres maravillosos como Feco Escofet (Mussa Phelps) y Ernesto Romeo (Klauss). Feco nos abrió las puertas de su estudio en Maschwitz, un lugar equipadísimo y aislado de la realidad circundante, una especie de oasis donde pudimos grabar en un estado de tranquilidad que difícilmente podríamos haber alcanzado trabajando por hora en un estudio convencional de Capital. Y Ernesto ofició de gurú espiritual de la síntesis analógica y nos marcó la dirección dentro de este fascinante mundo de perillas, filtros y osciladores. Trabajamos en su estudio (“La siesta del fauno”) dos semanas, grabando maravillas de gloriosas décadas pasadas como un un órgano Farfisa, un Mellotron de principios de los 70’s, una drum-machine Roland TR-808 (¡el origen del rap!) y demás artefactos. Fue importantísimo el aporte de Ernesto, de esas dos semanas de trabajo en su estudio sale la columna vertebral del disco. Por otro lado, por primera vez estuvimos muy organizados en el trabajo de pre-producción, lo que nos permitió ahorrar muchísimo tiempo en la etapa de grabación. Esta vez llegamos al estudio con casi todos los arreglos escritos previamente, así que solo había que sentarse y grabar lo que ya estaba hecho en los demos. Digamos que el 90 por ciento del disco se resolvió en la etapa de preproducción.
iH: En su nuevo disco van a estar experimentando con algunos nuevos instrumentos. ¿Cómo llegan a la decisión de alejarse de su primer sonido e incursionar en este nuevo territorio? IA: El pasaje fue bastante natural. El año pasado tocamos mucho con un formato casi acústico, un poco para resolver la cuestión del equipaje a la hora de los shows y otro poco para adaptarnos a ciertos espacios más pequeños. En un momento nos empezamos a aburrir un poco de ese sonido, creo que nos dimos cuenta que había un nivel de prolijidad sonora que no podíamos alcanzar tocando todo acústico. En realidad, nos empezamos a aburrir de la propuesta en general, más allá del sonido. Casi no teníamos una puesta visual, por ejemplo. Ante esta situación, nos dedicamos a llenar todo el escenario de leds, lásers, muñecos fosforescentes y sirenas. Y a comprar viejos y arcaicos sintetizadores de los 80’s, algunas baterías electrónicas, efectos para voces. Por otro lado, no nos gustaban mucho las técnicas de grabación de guitarras eléctricas distorsionadas en estudio y queríamos
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Mompox es una de esas bandas que da gusto escuchar porque no se puede encasillar en ningún género, y que siempre nos deja con ganas de más por la versatilidad de sus canciones y la capacidad de sus músicos.
52. DISCOS
discosreviewS Superextra Río Perdido (2011)
El tercer disco de Superextra es una auto-superación, una muestra de madurez sonora y, al mismo tiempo, un renacer. Todas las influencias y todo el potencial sonoro de sus doce años de carrera están volcadas en Río Perdido (2011). La banda compuesta por Ezequiel Suárez (voz y guitarra), Alejo Providente (guitarra), Federico Gutiérrez (bajo y coros) y -desde 2008- Sebastián García (batería), recorre a conciencia los caminos del rock pesado, el grunge, el punk y hasta la psicodelia, convirtiéndose en uno de los discos nacionales más prolijos y acabados de esta década. “Mientras el golpe siguió sonando. El mismo golpe, pero más lejos”. Todo es eco en Revés. Ecos de otros lugares, ecos de grandes bandas, ecos que transportan. Un crescendo infinito acolchonado por guitarras espaciales en una armoniosa mezcla que homenajea al disco acústico de In Your Honor (2005) de Foo Fighters y al voluptuoso
Three Days de Jane’s Addiction (tema que la banda ha sabido versionar fantásticamente en vivo). Un bebé que nace… y comienza el viaje. Escapista huye de la ciudad con un duelo de guitarras y solos. La voz de Suárez, impecable, describe los pasos acelerados de una fuga hacia lo desconocido y se pone en primer plano en el siguiente track, Granbang, donde -batería, bajo y guitarra-, se rompe el hielo textual y definitivamente. “Mis manos se tiñen de negro, son puños helados que van a golpear (…)”. Las inteligentes referencias a Foo Fighters se hacen carne una vez más. Bosque Rojo baja por cinco minutos la intensidad para desplegar una hermosa balada-rock. Las letras se vuelven introspectivas y las guitarras ochentosas, con un cierto acento a Neil Young. Hacia Luces las mismas cuerdas avanzan diez años y se distorsionan para un logrado grunge, junto a quiebres vocales “bien de acá” heredadas del rock post-Soda Stereo de los 90s. “Siglos que regresan en secreto”. Lo que sigue, Hemisferios, se divide en dos partes. La primera es una nueva balada donde la dupla bajo-batería lleva el ritmo para que Suárez y Providente se deslicen con más potencia que nunca. La
segunda parte convierte esa balada original en una zapada extendida y una vez más, se marca el potencial y alcance de Frusciante, Navarro y herederos en las exquisitas guitarras de la banda, para culminar en ecos floydescos. “Pongo la mente en blanco” recita Amnésico, una potente canción volcada a las guitarras psicodélicas. Huellas, sin abandonar el guitar power, marca un sonido más crudo con bajo y voces potentes que nos rememoran al sonido del mejor Divididos.
roso, desde las guitarras y sus solos melancólicos, a las voces que remiten a los padres del grunge. Misterio cierra con olas y armónica los últimos minutos de este viaje a través de la ciudad, el bosque y el fluir de un Río Perdido. Sin dudas, “cada uno conoce sus ruidos” y Superextra ha logrado adiestrarlos y aprehenderlos para sonar mejor que nunca y orquestar sonidos, géneros y estilos, renaciendo con la cabeza y las guitarras en alto. JJM.
El punk brutal y directo llega de los acordes de I/O para luego bajar la intensidad para siempre con el arribo de Río Perdido, tal vez el tema más hermoso del disco, cuyo ritmo llevado por guitarras inspiró a titular no sólo el disco, sino el film homónimo de Ismael Naim. Todos, indefectiblemente, nos perdemos en la corriente. “Es un pedido de muerte que persigue libertad… Un alivio temporal hacia no sé donde”. Pasajero, el único tema estrictamente acústico del álbum, nos regresa lentamente al intimismo sonoro de Bosque Rojo. Nos perdimos en el río y nos convertimos en efímeros transeúntes de la tierra. Weexies vuelve a hacer ecos de un rock noventoso más introspectivo y dolo-
The Black Keys El Camino (2011)
Pocas bandas americanas generan tanta conmoción antes de sacar un disco como The Black Keys. Con seis discos en el baúl, digamos que el dúo de Ohio es conocido por rockearla a lo loco a guitarra y percusión desde 2001. Diez años después, la banda se tomó un descanso de su extensiva gira america-
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na para grabar El Camino, y demostrar una vez más qué es lo que mejor saben hacer. Al igual que en su antecesor, El Camino cuenta de principio a final con el mismo formato de banda antes que el de dúo ruidoso y efectivo. Esto no significa que no sepan cómo entretener: desde el single Lonely Boy los riffs encuentran la manera de prevalecer y la batería de irrumpir esos auriculares sin piedad. Rápido y conciso, llega a ser difícil encontrar sobrevivientes después de un estribillo tan convincente y cargado de coros. De la mano de Danger Mouse, la producción toma el sonido blusero y pulido de Brothers (2010), donde Mouse metió mano en uno que otro tema, con la intención de afianzarlo y afilarlo con los momentos más violentos y grasientos de Attack & Release (2008). Con canciones inmediatas una detrás de la otra, El Camino confía en su consistencia de temas efectivos para tenernos eufóricos sin antes dejarnos respirar. Y si esta estrategia funciona a todo vapor es gracias a la falta de canciones sueltas de tuerca, conformando un trabajo que funciona tanto como conjunto y tomando individualmente cada porción -aunque la vaya mucho mejor en ésta última-. El álbum alcanza el clímax emotivo con Little Black
Submarine, que amaga con ser una pieza acústica para que Auerbach desahogue sus penas, pero antes de que nos demos cuenta la distorsión vuelve y estamos en medio de una pelea entre batería imponente y solo de guitarra, contienda que habrá causado piel de gallina a más de un alma. Pero más allá de las dos ya mencionadas en esta reseña y en cincuenta otras, son las canciones que al principio pueden pasar desapercibidas pero que no dejan de mantenernos en la punta de la silla: Hell of a Season es una estampida a bajo y percusión, Gold On the Ceiling es la razón por la que existió el Rock Band, por nombrar otro par.
de sorprender de la misma manera en que el dúo lo había hecho en el pasado. Del otro lado de la monera, el oyente que contaba los días para la salida del disco puede no encontrarse con un disco sorprendente pero sí con algo que hace falta hoy en más de una banda. Como bien expresó Carla Fumagalli en su columna a principios de mes, The Black Keys es ese rock sesentoso en donde las influencias y los protagonistas eran uno solo. Si algo lograron con su último trabajo es dejar de ser la banda que se la pasaba explotando garajes hace diez años, y ser la leyenda (¿anacrónica?) de hace cuarenta.
La lírica levemente distorsionada no varía mucho desde Brothers: gracias a Dios, mujeres siguen rompiendo y seduciendo el corazón blusero de Auerbach de alguna manera u otra, sea ignorándolo (Lonely Boy) o hasta lavándole el cerebro (Mind Eraser). El talento de encontrarle la vuelta cómica o poética a más de un verso sigue innato, y corre lo mismo para The Black Keys en general: los riffs siguen estando y los solos siguen inspirando nuevos sinónimos de “increíble”. Las diferencias se levantan y se muestran con orgullo, como parte de su evolución y maduración sonora más que un tema de “venderse” o no.
EO.
El Camino puede estar lejos
Fotos del Otoño Segunda Estación (2011)
Veníamos escuchando varios singles sueltos de Fotos del Otoño desde 2010. Sin embargo, no fue hasta finales de año pasado que se compilaron en Segunda Estación, sin
miedo de incluir más de un par de temas inéditos. Sin ir muy lejos de sus pares porteños, la banda vuelve en una tibia combinación eléctrica y acústica, destinada a mantener viva la canción tradicional en su segundo disco. El hecho que Segunda Estación no sea otra cosa que una compilación de singles, le da una personalidad particular a cada una de las canciones. Igualmente, el déjà vu de la canción pop respira impávidamente a lo largo del disco, por lo que es difícil no valorar el trabajo tanto como una compilación y como una obra unitaria. Ciudad Vacía da el primer paso en dar a conocer las profundidades y limitaciones de la banda, en una producción texturada y de alma acústica. Canciones como Buen Día, Sol expresan sentimientos de distanciamiento urbano, queriendo escapar de una ciudad llena de humo y suciedad donde todo es una farsa; elementos que generalmente vienen de la mano de la voz del bajista Miguel Cane. Estas letras de determinación y alienación se destacan entre la lírica inocente del guitarrista Mauro Valenti de la gran mayoría de las canciones cantadas por él. Sin embargo, gran parte de los temas donde la honestidad romántica de Valenti no tiene mucho que envidiarle a varios de los actos locales.
54. DISCOS
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De la misma manera, son muy pocas las veces en las que se intenta decir algo que no esté propiamente en la letra, conformando una escritura un tanto superficial pero igualmente efectiva. Por suerte, los riffs de las guitarras acústicas y criollas se mantienen lo suficientemente interesantes como para considerarlos el “fuerte” de la banda, delante de una percusión que siempre logra encontrar su lugar y momento entre juegos de bajo y acordeón. Annie Hall y Jennifer Aniston forman una curiosa seguidilla cinéfila. Mientras que la primera intenta asimilar una situación sentimental al clásico de Woody Allen de manera bochornosa, la segunda fantasea encontrarse a la actriz en el colectivo y hasta mudarse a Nueva York. Lamentablemente, sin importar que tanto humor casual intenten causar los tópicos, la falta de fuerza en la voz nasal de Valenti se evidencia en el peor momento. Limbo, originalmente un single del primer disco, vuelve a aparecer en Segunda Estación (¿con la esperanza de darle una suerte de hit?). Responsable de una de las líricas más interesantes del disco, Limbo tiene una desmesurada ventaja frente al resto del disco en lo que se refiere a producción y una estructura concisa. La
guitarra criolla juega con el piano mientras Valenti logra mantener sus dudas existenciales interesantes. Segunda Estación cierra una especie de primer ciclo para la banda, para envolverse en una nueva etapa compositiva de la que se espera una adición de nuevas sonoridades, sin perder la búsqueda de la canción. Con suerte esta nueva dirección los lleve a experimentar sin alejarlos del sonido que ya cubrieron en sus dos discos y con el que ya deben estar más que cómodos. Mientras tanto, no queda más que esperar que el tiempo nos mueva. EO.
The Flaming Lips with Yoko Ono/ Plastic Ono Band The Flaming Lips with Yoko Ono/Plastic Ono Band (2011)
Parece que la banda de Wayne Coyne existe para sorprendernos. Es como si
fuera un gran desafío que los incluye a ellos y también a nosotros, provocando nuestros límites auditivos y sensoriales. Después de haber lanzado las canciones de 6 y 24 horas, quedaba poco para el asombro. Pero sí: una nueva colaboración los encuentra a ellos uniendo fuerzas con la histórica Plastic Ono Band de Yoko Ono. En esta oportunidad, y con un lanzamiento que solo pudo ser adquirido en los conciertos de fin de año que ambas bandas brindaron juntas en Oklahoma, se trata de un EP que sigue la línea experimental de las últimas creaciones de los autores de Do you Realize?. Con la típica impronta psicodélica de The Flaming Lips, y la especial compañía de la banda de Ono, hace que éste no sea una entrega más de las tantas a las que nos tiene acostumbrados el gran Wayne. Este es el noveno EP de la serie lanzada por los estadounidenses en 2011, y puede ser escuchado desde hace unas semanas en el soundcloud de Ono. Además, cuenta con la participación de Sean Lennon, quien también recitó nombres en la canción de 6 horas, 6 Hour Song (Found a Star on the Ground). Los integrantes de esta colaboración no se juntaron físicamente en un estudio para grabar el álbum por problemas de agenda, pero
a pesar de esto nos regalaron 4 canciones (y dos “interludios”) excelentes, entre los que se destacan Do it! y Brain of Heaven. MF.
La Casa Azul La Polinesia Meridional (2011)
Guille Milkyway puede ser considerado como una especie de bicho raro en la escena española. Es que, más allá de otros actos electropop del momento como Fangoria, que tiene décadas a sus espaldas componiendo canciones/himnos, La Casa Azul es una especie de criatura polimorfa salida de las profundidades de la electrónica más chiclosa, con condimentos de europop salvaje y trillado. Después de La Revolución Sexual, una especie de proclamación en la que Milkyway asume su identidad como el genio detrás de una banda de androides (ampliaremos), muchas fichas estaban puestas en su seguidor.
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Y La Polinesia Meridional, como engendro de una mente como esta, no decepciona. El nacimiento de La Casa Azul se remonta a 1997, cuando los primeros EPs (o maquetas, como les dicen en España), vieron la luz. Desde ese entonces, las temáticas de La Casa Azul han sido las mismas, y mantuvieron la universalidad de los sentimientos y el dolor humanos como temáticas un poco descolgadas en la música fiestera de sus discos. Por esta época, también se iba cocinando el proyecto de los “androides”, cinco chicos elegidos para ponerle la cara a la banda, aunque en realidad jamás tomaron una sola decisión estética. Todo, siempre, fue Milkyway. El primer LP de la banda llegó en 2003, Tan Simple Como el Amor, e incluyó uno de esos temas que se quedan pegados para siempre por su honestidad primitiva: Superguay. La Revolución Sexual, el segundo disco de la banda, editado a fines de 2007, revela el misterio del productor de La Casa Azul, y sube la apuesta en cuanto a la electrónica de las canciones. Los instrumentos analógicos son relevados por sintetizadores felices que contrastan con la temática deprimente de canciones como Chicos Malos y Esta Noche Sólo Cantan Para Mí. El disco, el europop, una suerte de Pimpinella en
esteroides y ácido, himno innegable de boliche gay under, este disco rompió todas las barreras para La Casa Azul, que pasó ser una banda “en joda” para mostrar el talento de compositor de Milkyway. ¿Y después? Cinco años de silencio, en los que el mastermind de la banda se dedicó a componer canciones infantiles, cortinas de programas, y hasta participar de Eurovisión. Y la anticipación de La Polinesia Meridional, que comenzó hace un año con la edición de Todas Tus Amigas, el primer corte del disco. La espera fue larga, pero acá nos quedamos. Parece que Milkyway se ha tomado estos cinco años para aprender la fórmula exacta de un “hit”, o al menos, lo más cercano a ello que podemos encontrar. La Polinesia arranca con Los Chicos Hoy Saltarán a la Pista, una violenta muestra de la potencia pop del grupo. La temática de la juventud adquiere tonalidades Abba con ¿Qué Se Siente al Ser Tan Joven? La mayoría de edad, la falsedad, la sinceridad, son todos los “grandes temas” de la novela de La Casa Azul. Milkyway ha llegado a su madurez como compositor, al punto de lograr que Todas Tus Amigas sea una de las canciones más débiles del disco. Una evolución agradable por parte de esta banda española, que nos tuvo esperando
un buen rato por su nuevo esfuerzo. Trece canciones, que no llegan a la hora, y que son capaces de liberar hasta al oficinista con el traje más apretado y asfixiante en un viaje al Microcentro en hora pico. El soundtrack del musical de una vida gris, que de repente abre las alas para convertirse en un fénix multicolor. Aplausos (o quizás, algunos toques de pandereta) para la consagración de Guille Milkyway. BP.
Air Le Voyage dans la Lune (2012)
RECOMENDADO
Que Groupama Gan y Technicolor, las dos fundaciones que lideran la conservación de obras maestras del cine hayan seleccionado a Air como banda sonora de la centenaria y restaurada película de Georges Méliès Le Voyage dans la Lune (1902), es una decisión tan acertada como correspondida. No solo ubicó al dúo
francés en una posición honorable de su carrera, sino que además esta epónima obra del séptimo arte de culto quedó afortunadamente revitalizada en virtud del maduro trabajo de la banda. De modo que, estimulados por su aporte en este film de catorce minutos, Air decidió ampliar sus motivaciones musicales y el pasado 7 de febrero lanzó oficialmente su séptimo álbum de estudio inspirado en la película. Un disco bien somático que late de realismo y en el que se advierte el proceso artesanal al que se sometieron para estar en consonancia con la otrora cadencia lúdica y experimental de Méliès al descubrir las posibilidades del famoso kinetoscopio. La agrupación integrada por Nicolás Godin y JeanBenoit Dunckel explicó que quisieron transmitir narraciones lunáticas valiéndose de percusiones y algunos efectos caseros. Y efectivamente es lo más destacable del disco, aunque ya lo hayan explotado en Virgin Suicides (2000). Tambores de orquesta y sonidos ululantes de sintetizadores que parecen sirenas antiguas son los que predominan en el álbum y que arrojan intensidad a los climas apoteóticos. De los once tracks, los primeros ya anticipan la presencia de las baterías con sonidos gordos y secos. Hay ingeniosos arreglos de
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tones grabados en simultáneo como en Seven Stars, de sello bien de Air y que cuenta con la voz de Victoria Legrand (Beach House). Sonic Armada es otro magnífico tema, casi progresivo con un genial desmadre de sintetizadores hacia el final.
años atrás la banda ranqueó alevosamente con el magistral Moon Safari (1998). Hoy, piloteados por la eminencia de los Melies parece que alunizaron nuevamente para ratificar que sus fulguraciones musicales, son inagotables. LS.
Una amalgama de estilos, sonidos synths y heavies se advierten en Parade y Cosmic Trip; remitiendo este último bastante a The World Hurricane de Virgine Suicides. Le siguen Moon Fever, un track onírico, meramentre ornamental, cinematográfico y Lava, en el que meten un arpegio de banjo en medio de un clima bien galáctico. Who am I es acaso lo más flojo del disco y es el que cuenta con el aporte de las integrantes de Au Revoir Simone. Air se sacó las ganas. Pudo canalizar sus lunáticas obstinaciones y nada menos que con la obra que inauguró el cine de ciencia ficción. Bajaron en música lo que Méliès alunizó con el kinetoscopio de Edison. A todo ese pandemónium lunático, con bufones, astrónomos, magia y lirismo de Les Voyage das la Lune, los franceses le ponen su impronta Moog, sideral y procurando el leit motiv del film. Las detracciones inevitables, obviamente las recibieron en su país por tratarse de una osadía para con un hito nacional del cine. Catorce
Paul McCartney Kisses on the Bottom (2012)
héroes de su infancia venía de hace tiempo, pero como Rod Stewart lanzó hace un par de años material con la misma temática, decidió esperar un poco para que no se pensaran que le estaba copiando. Ahora, ya en 2012, las 14 piezas que componen el LP (12 covers y 2 de la autoría de Macca) nos muestran otro de los caminos por los que transitó el bajista a la hora de desarrollarse musicalmente en su carrera. La selección, según el músico, fue hecha de manera tal en que no cayera en las canciones obvias que se podrían haber elegido para la ocasión. Además, estuvo acompañado en el estudio de músicos de la talla de Diana Krall y John Clayton, además de tener como productor a Tommy LiPluma (Miles Davis).
Desde que se anunció que el genio británico iba a sacar un álbum con covers de clásicos de los 40’s y 50’s y que el nombre sería Kisses on the Bottom, nosotros podríamos habernos imaginado que quizás la cuestión no iba a ser tomada muy en serio, o que simplemente el artista se iba a dedicar a versionar de una manera simple y juguetona sus temas amados. Pero no, estamos hablando de Sir Paul McCartney, y él las cosas las hace bien. Como él había comentado en una de sus declaraciones, la idea de versionar a los
En las nuevas músicas, Eric Clapton toca la guitarra (My Valentine) y Stevie Wonder la armónica (Only Our Hearts). Con todo, el álbum destaca por su calidad y la seriedad con que el beatle encaró las versiones, 5 años después de haber lanzado el gran Memory Almost Full. Otra obra del maestro inglés que nos deja para que disfrutemos. MF.
Porcelain Raft Strange Weekend (2012)
RECOMENDADO
Un salón de bodas vacío. Globos en los rincones del piso que parecen respirar exánimes. La bola de boliche que gira cansina sobre los restos de un decorado ya inútil. Videos caseros que se siguen proyectando en una pared, mientras que en la mente del hombre taciturno, reverberan las muecas y rumores de una celebración que no fue. El desconsuelo en los pliegues del vestido, en el centro de mesa, en el souvenir de porcelana. Estas imágenes y sabores que una wedding planner nunca podría prever, nos deja Strange Weekend, la opera prima de Mauro Remiddi, más conocido como Porcelain Raft. Luego de sus autogestionados EPs Curve (2010) y Gone Blind (2011) , y sus singles Collection of Porcelain y Fountain´s Head , el músico italo-londinense debuta bajo el sello Secretly Canadian, con un disco pleno de evanescencias melancólicas, sin refritos y con el mejor sleepwalking pop
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(estilo que Remiddi prefiere que rotulen a su música). Las canciones son sólo una decena, bien finas y emanan las maduras nostalgias de un músico que, cercando los cuarenta, sabe administrar la dosis de solemnidad y dramaticidad, y sin caer en revisionismos. Acaso lo más hype aunque distintivo del álbum son la suma de bases electrónicas con arreglos de shakers; le siguen los sintes apenas secuenciados, los retazos de loops y todo bajo un sonido envolvente, camaroso que bordea elegante por los espacios del dreampop y shoegaze, aggiornando y priorizando desde luego, la complicidad de llevarnos de sensaciones gélidas a la candidez más ensoñadora. Driftin In And Out, Unless You Speak From Your Heart y Put Me To Sleep son el puñado de canciones notables del disco que aunque no llegan a ser hits, nos sumergen en esas melosidades que dejaron Cocteau Twins y The Cure, pasando por el sonido que barajan los actuales Beach House y M83; banda que el italiano está teloneando actualmente por España. Le siguen Picture y Shepeless & Gone, los tracks más románticos noventosos y en los que el registro vocal de Remiddi aparece más afectado y femenino.
La misma cadencia dark, aunque más reservada e instrumental, se advierte en Backwords, Is It Too Deep For You e If You Have a Wish. Strange Weekend no tiene grandes innovaciones; aún así es un disco confiable y suavemente onírico. Como destinado a los que se siguen enajenando en esos devenires imperceptibles. A quienes se quedan anonadados en los acontecimientos emotivos. O simplemente al que le gusta abrazarse y bailar un “lento” con su sombra. LS.
Fun. Some Nights (2012)
Después de tres años desde el lanzamiento de su disco debut Aim and Ignite (2009), Fun. nos trae su nuevo trabajo. El trío neoyorkino formado por Nate Ruess, Andrew Dost y Jack Antonoff se perfilaba como una de las promesas del indie-pop allá por el 2009 sin embargo, la decepción
nos invade cuando escuchamos su nuevo álbum Some Nights. Podríamos hacer un juego: traer a un par de amigos con gustos musicales variados, hacer que lo escuchen y el que encuentre más similitudes con otras bandas gana (les prometo que va a ser fácil). En su primer trabajo discográfico se vislumbraba la incipiente búsqueda de un sonido nuevo e impactante, pero este último no se hace más que evidenciar la mezcla de muchos (y muy variados) estilos sin poder llegar a un resultado homogéneo. Un primer track ampuloso, con toques operescos (en un claro intento de sonar como Queen) le da la bienvenida al oyente y funciona como introducción al segundo tema, homónimo al disco, donde se pueden identificar rítmicas que quedarían geniales en alguna canción para un mundial o juegos olímpicos. Pero no es el caso. Contrastando totalmente con esto, encontramos canciones como It Gets Better, donde las guitarras simples y el estribillo pegadizo se acercan más a los típicos temas skate-punk adolescentes o All Along, que con una lírica romanticona y unos scratchs poperos tranquilamente podría estar en un CD de Maroon 5. Pero no todas son malas para la última producción de Fun.
Su primer sencillo We Are Young se destaca por sobre el resto de las canciones y vale la pena escucharlo con atención. Estrofas sentidas que explotan en estribos y puentes, donde la línea melódica del piano se hace protagonista acompañada de una base imponente que suena de fondo y que le da un tinte de marcha honorable a sus momentos más poderosos. Tiene como artista invitada a Janelle Monáe, la joven solista de R&B y soul, aunque con una participación bastante pobre, donde su buena voz resulta desaprovechada. El videoclip oficial de We Are Young posee una estética prolija y una fotografía bella y cuidada; lástima que no tomaron en cuenta los mismos parámetros a la hora de elegir una tapa para el CD, donde se optó por una imagen gastada que muestra unas piernas y un cigarrillo. Podría justificarse como experimental o vanguardista, pero se ve sin clima, sin concepto y sin concordancia con la música. Some Nights es un disco para pasar el rato, con la portada de Arctic Monkeys, los coros de Mika, los tintes teatrales de Queen, la búsqueda de himnos adolescentes solemnes a lo My Chemical Romance, estribillos pegadizos por repetición simil Simple Plan y un video de jóvenes prolijos y vestidos para actuar en una película de
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época a lo Panic! at the Disco. Esto y mucho más es Fun. A buscar un estilo propio para no ser una banda indie más. BV.
Fanfarlo Rooms Filled With Light (2012)
En el hecho creativo nada resulta ser completamente perfecto, porque el concepto de “perfección” es subjetivo y porque siempre hay un margen que permite la mejora. Sin embargo, de vez en cuando surgen cosas realmente buenas; esas canciones que sorprenden desde la primera escucha, ese CD que sobresale del resto de los que escuchaste últimamente, esa banda que te queda en la memoria. Esto es lo que pasó con Fanfarlo y su LP debut Reservoir (2009) (elogiado desde los primeros sencillos por nada mas y nada menos que David Bowie). Tres años después nos encontramos llenos de expectativas con el lanzamiento de su nuevo
álbum Rooms filled with light. ¿Más de lo mismo, asegurándose calidad pero con el riesgo de aburrir? ¿O renovarse con otro sonido y transitar la delgada línea que divide la innovación de lo olvidable? Pulgares arriba para el quinteto londinense, eligieron el camino adecuado para seguir con su prometedora carrera. La banda formada por Amos Memon, Cathy Lucas, Justin Finch, Leon Beckenham y Simon Balthazar logra en su nueva producción un trabajo mucho más liviano y con menos carga emotiva que su antecesor, pero que sin dudas funciona a lo largo de 12 tracks que no tienen pretensiones de hits. Su primer sencillo, Replicate es una de las joyas del disco; si bien no es el más representativo de Rooms Filled With Light (tranquilamente podría formar parte de Reservoir) funciona muy bien. Mantiene atentos a los ya seguidores de Fanfarlo y busca no pasar desapercibido para los nuevos oyentes. Unos violines nerviosos y constantes suenan en tensión a lo largo de todo un tema que relaja apenas un poco en el estribillo. Y como si fuera poco, viene de la mano de un videoclip con una estética más que interesante; donde el recurso de la multiplicidad de capas (digno de viejas producciones de Michel Gundry) encaja perfectamente con la idea de la canción, convirtién-
dolo casi en una instalación audiovisual contemporánea. Muy contrario a esto, su segundo corte difusión, Deconstruction, es una canción simpática, recordable, con un estribillo pegadizo y podría llegar a decir que hasta pasatista en comparación al resto (y un tenue aire a Spaceman de The Killers, sobre todo en el comienzo). Shiny Things, el tercer single, es el claro ejemplo del curso tomado por la banda: una canción prolija, de una calidad musical brillante, un video que no tiene desperdicio y con una lírica sencilla, clara y con contenido. Simplemente hermosa. Mas allá de las canciones que se dieron a conocer, no se puede pasar por alto temas como Tightrope, rítmica y armónicamente adorable; A Flood, la infaltable balada, y Tunguska, interesante y con cierta originalidad en cuanto a sonido respecta. Músicos que se aventuran en nuevos sonidos, que confían en su talento y apuestan a un crecimiento constante y renovado. Rooms Filled With Light es un disco que vale la pena ser escuchado y Fanfarlo, una banda para no perder de vista. BV.
Leonard Cohen Old Ideas (2012)
Desde la gélida Canadá llega el onceavo álbum de alguien que no debería ser necesario presentar: Leonard Cohen. Con su experiencia a cuestas y el mito a su alrededor, el cantautor, poeta y genial artista nos entrega su primer álbum desde Dear Heather (2004), con el nombre que originalmente éste último iba a llevar: Old Ideas. El escritor, que empezó su carrera allá por 1967 con Songs of Leonard Cohen y siguió cautivando a la audiencia durante más de 40 años, viene acompañado de Ed Sanders en la producción y de una atmósfera que solo él puede crear. Con diez temas en los que se reflejan toda la experiencia del canadiense, su exquisita lírica y unos arreglos que exceden al tiempo, el disco mantiene la calidad de todos sus anteriores lanzamientos. Además, el LP fue puesto en streaming antes de su salida al mercado, una apuesta
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que cada vez más bandas y solistas hacen a la hora de entregar nuevo material. Going Home, Come Healing y Show me the place son quizás highlights en un disco que mantiene un nivel altísimo y que representa quizá el mejor resumen de la exitosa trayectoria de Cohen. En definitiva, más canciones para que podamos seguir disfrutando la prosa y la magia del autor de Hallelujah y de tantas otras obras. MF.
Foxy Shazam The Church Of Rock And Roll (2012)
“Cantante busca 5 dementes para banda de rock teátrico. Aburridos y ortodoxos abstenerse.” Uno puede imaginar que ese flyer colgaba por el 2003 en algún antro de Ohio. Nueve años y cuatro discos después, Foxy Shazam es una unidad de rock conformada. The Church Of Rock And Roll, producido por el cantante,
freak certificado y líder de los Darkness, Justin Hawkins, es un show de fuegos artificiales rockero. Con guitarras que mandan, arreglos corales en la tradición de Queen y un sonido over the top al mejor estilo Meatloaf, Foxy Shazam ingenia doce canciones que no se esconden: se amalgaman detrás de una concepción “avataresca” para pasar por varios clichés del rock y darles un aire de frescura. La curva de aprendizaje de la banda se ve claramente en la discografía. En disco anterior, el recomendable Foxy Shazam (2008), ya tenía destellos de originalidad. Pero su última placa es un animal completamente superior, donde exprimieron el talento que venían insinuando, sumado al sonido que el productor tomó prestado de su propia banda. En el primer tema del disco la banda se hace cargo y se separa de todos pidiendo disculpas, pero nunca permiso: “Tu música apesta, incluidos nosotros, es tiempo de limpiar nuestro nombre.” El corte del disco, el furioso y sexual I Like It es una oda al trasero de una chica de raza afroamericana. Después de eso, ya no hay grises. Pero no todo el disco es a velocidad luz. Como reza un viejo proverbio: el rock te da chapa, pero las baladas pagan las cuentas. Y en medio
de todo el ambicioso sonido, el disco tiene dos baladas interesantes: Forever Together, guiada con una guitarra simpática y la interesante (It´s) Too Late Baby: una balada en constante crescendo, quizás la prueba más clara de ese cocktail de influencias. La banda logra un disco interesante, profundo desde la búsqueda de una superficialidad intencionada, decorada con varias capas de diferentes influencias que muestra que son mucho más que lo que uno puede ver. Un álbum pirotécnico, divertido, pero sobre todo, rockero. FA.
Die Antwoord Ten$ion (2012)
¿Cuánto se puede sostener la astucia del pastiche, de la parodia y lo intertextual? ¿Hasta dónde aguanta un concepto que se vale de éstos recursos? Y si acaso fuesen renovables ¿podría surgir algo auténtico? Lo nue-
vo de los sudafricanos Die Antwoord se titula Ten$ion, y es tan vigoroso y nasty como $O$ (2009) aunque todo ese big making que los llevó de gira con M.I.A. y llamó la atención a David Lynch, ya se advierte un poco exánime. I Fink U Freaky es el corte de difusión y parece que insisten con ese combo de euroforia pastillera y hip-hop de blancos que le llaman rap-rave. En efecto, a la flamante canción no le faltan ni los susurros creepies e infantiles de la cantante YoLandi Vi$$er, ni el liriqueo grotesco de Ninja, el otro MC, y menos el menjunje de beats de Hi -Tek, el dj. Es un tema bien sintético y bailarlo sería como moverse con tres al mismo tiempo; como si sonaran Technotronic, Aqua y House of Pain a la vez. Sin embargo es en el videoclip donde la oferta de los sudafricanos parece flaquear, pese a la impresionante dirección artística del gran fotógrafo norteamericano Roger Ballen. El clip muestra en blanco y negro una especie de certamen de baile como de freak style en un sótano todo corroído. Se ven máscaras, serpientes, ratas, insectos, dibujos siniestros y arcaicos, mientras Yo-Landi corea con su típico acento afrikáans (lengua de los colonos holandeses en Sudáfrica) “I think you are freaky and I like you a lot”.
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Ahora bien, ¿hacía falta exacerbar la estética lumpen – marginal que los identifica? Como si nadie se hubiera dado cuenta de eso en sus clips anteriores Zef side y Evil Boy, que llegaron a tener millones de visitas en You Tube. Además, la estética trash está tan trabajada, tan cuidada y cifrada que, empezar a sospechar de la a priori condición freak de la banda, ahora parece otra obviedad. De todas formas, Ten$ion es un disco coherente que no salió por Interscope Records como $O$ sino por Zef Recordz, el nuevo sello de la banda. Abre con Never Le Nkemise I, un track bien electro, distorsionado y dubstep. Le siguen Zefside Zol y Fatty Boom Boom, puras bases tribales que en la línea de M.I.A. arrojan mística. Hey Sexy, So What y Baby’s On Fire son quizás los mas flojos y chiclosos, que van de un sonido boys band al clásico white rap. El cierre está cargo de Never Le Nkemise 2, algo así como Justice tocando eurotrance en una Love Parade. Die Antwoord, significa “la respuesta” en afrikáans y acaso la tendrán si su público se aburre de verlos bizarrear y empastichear canciones. El escritor italiano Alessandro Baricco dice que toda mutación es dolorosa, siempre imperfecta e incompleta, de modo que
no queda otra que desearles un feliz cambio de piel. LS.
Guided by Voices Let’s Go Eat The Factory (2012)
Si hay algo que nos enseñó la historia del rock, entre tantas cosas maravillosas y otras menos placenteras, es que hay que lanzar miradas de desconfianza ante las reuniones de bandas con “su formación original”. Ha habido reuniones exitosas, es cierto, pero ya muchos han caído en esa trampa más relacionada a la explotación de la nostalgia como para que nos emocionemos con la supuesta “vuelta a las fuentes”. Con Guided By Voices, se asume, deberíamos quedarnos tranquilos. Sí, se reunió la formación clásica, aquella de dos discos fundamentales para el fan del rock alternativo estadounidense como lo son Bee Thousand y Alien Lanes, pero al ser Guided By Voices una agrupación que siempre
pareció más cómoda haciendo de la suya, en sus mejores épocas grabando en 4 canales, con un sonido pobrísimo pero armada con canciones poderosísimas, el ejercicio de nostalgia no parecería ser un motor importante. Let’s Go Eat the Factory es, entonces, el primer disco de la formación clásica de Guided By Voices desde Under the Bushes, Under the Stars (1996). Cualquiera que haya escuchado los álbumes clásicos mencionados más arriba no se va a sorprender con Let’s Go Eat the Factory. Está el mismo espíritu lo-fi, esas canciones de pop-rock que van al frente y algunas ideas esbozadas en pocos minutos. Lamentablemente, lo más notable que podemos decir de este nuevo álbum de la banda de Robert Pollard es eso, que recupera el espíritu de los 4 canales, del sonido difuso y sucio, porque de otra manera estaríamos refiriéndonos a un disco terriblemente irregular. Desde ya, ni siquiera Bee Thousand es un álbum perfectito, con envoltorio y moño incluido, pero los momentos más altos eran varios y opacaban firmemente a los instantes más desechables. Obviamente que es una canallada compararlo con aquel clásico de culto de los 90’s, pero con 21 canciones en poco más de 40 minutos, Let’s Go Eat the Factory deja algo que desear. No vamos a decir que no hay puntos altos, porque los
hay: Laundry and Lasers, el primer track, ilusiona con un sonido violento que desafía el encorsetamiento del lo-fi; Doughnout for a Snowman es una maravillosa pieza de pop acústico de menos de 2 minutos; Spiderfighter es el mejor aporte de Robin Sprout del disco; y después asoman, entre otras destacadas, Hang Mr. Kite, Waves y la contagiosa The Unsinkable Fats Domino. El resto del álbum se reparte entre canciones agradables pero no particularmente memorables (Chocolate Boy), experimentos que, a pesar de no ser muy largos, hacen que el disco se sienta más extenso de lo que es (The Things That Never Need, My Europa) y temas que saltan a la vista de inmediato como mero relleno (How I Met My Mother, Go Rolling Home). No podemos decir que hay falta de inspiración. Después de todo, este es el mismo Robert Pollard que, al frente de Boston Spaceships, hizo ese disco genial el año pasado llamado Let It Beard. Lo que se puede discutir es que este regreso con Let’s Go Eat the Factory, lejos de ser malo, no resulta tan satisfactorio. Habrá que esperar a Class Clown Spots a UFO (Pollard sigue obsesionado con los OVNIs parece), el otro disco de Guided By Voices para este 2012, para ver si esta reunión nos obsequia algo un poco menos inconsistente. EP.
#iHMag/ 61.
The Big Pink Future This (2012)
RECOMENDADO
¿Qué se puede esperar de un dúo que cruza el rock shoegaze más lascivo con la avanzada de beats electrónicos en una esfera de sombría depresión? Tras su irrupción en 2009 con el fichaje por parte de 4AD y la edición a fines de ese año del bien recibido A Brief History of Love, muchas eran las miradas que apuntaban a The Big Pink en su sintomático segundo LP y la dirección musical que adoptarían con él. Encima, el dúo de Milo Cordell y Robbie Furze levantó muchas sospechas con sus declaraciones previas, llegando a decir que el nuevo material estaría orientado al hip-hop. Poco de ello aparece en Future This, con lo cual se comprueba -una vez más- que cuando los propios músicos cuentan cómo va a sonar un disco mayormente terminan desorientando a los potenciales escuchas. El caso es que The Big Pink movió sus fichas y realizó su
apuesta: ganchos poperos y truquitos electrónicos, con la estelar intrusión de samples como el de O Superman de Laurie Anderson en uno de los singles. La jugada dio como fruto varias canciones efectivas, algunas de ellas contundentes -los singles Stay Gold y Hit The Ground (Superman) pagan la escucha-, aunque el disco peca de desparejo. La apertura con los dos enérgicos singles en los dos primeros tracks sirve para mostrar las cartas en la primera mano: pop sincero y coros muy cantables. Para estar en sintonía con la moda, también sobrevuela por allí cierta fragancia a los años 90; por ejemplo y con buen resultado, en la electrónica de Give It Up o también en la olvidable Jump Music, pero sin buena puntería. El estilo de canto-rap “lamentado” de Cordell sigue presente pero sin ser el elemento decisivo. Ese lugar, claramente, lo ocupan los sintetizadores, que se encargan de crear un sonido algo más cristalino que su LP predecesor, con la notable ayuda del productor Paul Epworth (Adele, Florence + the Machine, Foster the People). Sin embargo, esa decisión de gatillar dos buenos golpes al comienzo le resta juego al dúo inglés y termina mostrando débil al conjunto de canciones, especialmente
hacia la segunda mitad, donde la persecución de abundantes e innovadores beats resulta timorata y se convierte en exceso. Aún así, una sorpresa cierra el álbum: 77, una sentida balada-homenaje al fallecido hermano de Cordell, emerge entre tanto sonido sintético como una brisa reflexiva que sirve para recordarnos que las habilidades musicales de The Big Pink no se agotan en la búsqueda del hit. Sin embargo, la tónica general no deja de ser un intento de inyectar euforia a su combo sonoro. Sin ser glorioso ni memorable, la propuesta pop aprueba. Para saber si este es el futuro que persiguen Cordell y Furze, habrá que seguirles la corriente y esperar sus siguientes golpes. Future This? Roger that! GAG.
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Perfiles iH
Por Cynthia Sabat
I Break Horses, música para hipocondríacos
S
on suecos, e irrumpieron en la escena indie en agosto del año pasado con su primer álbum, Hearts. El dúo compuesto por la multiinstrumentista y vocalista Maria Lindén y el baterista Fredrik Balck logró conquistar a la crítica, y el boca a boca terminó por convertirlos en la nueva banda que hay que escuchar. Su mezcla de sintetizadores y guitarras distorsionadas, y el hipnótico toque vocal de Lindén se combinan en pos de un trip sonoro que está muy cerca de la ensoñación.
familia de artistas con una sensibilidad en común. En entrevistas a la banda de Estocolmo, una verdad ha sido revelada: Maria Lindén es la responsable del 90% del álbum, y Fredrik Balck del 10. Ella compuso los temas y ejecutó los instrumentos. A Fredik le tocó la batería. “Hearts fue algo distinto para mí, porque yo venía de componer canciones con una guitarra acústica”, confesó Maria. “Con este álbum empecé por ruidos, distorsiones, a partir de los cuales construí canciones con una atmósfera sonora específica que conseguí con los sintetizadores. Por eso creo que es un álbum atmosférico, fascinado por las texturas soLas influencias de Cocteau Twins, My Bloody Valentine noras. Adoro ese sonido y su reverberancia”, explicó. y The Jesus and Mary Chain están a la vista (la banda refiere también a la cantante sueca Stina Nordenstam), Hearts está compuesto de nueve temas que surfean un pero lo que identifica a I Break Horses es el hecho de intenso rosario de moods, y que comparten la cualidad de apropiarse del shoegaze y lograr a través de la combina- poseer densas bases sonoras, con delicados detalles que ción de capas sonoras distorsionadas una extrañeza sub- las convierten en complejas y a la vez exquisitas. La voz yugante, con mucho de melancolía. de sirena de Lindén suena susurrante, íntima, sugestiva, con ecos lejanos y, en algunos temas, se deshace para diLa génesis de la banda, en este caso, sirve para una mejor solverse en pura canción. lectura del álbum: Maria y Fredrik son hipocondríacos, y solían visitar el mismo foro de consultas online, has- En Winter Beats, el track que abre el álbum, la batería de ta que un día se dieron cuenta de que tenían amigos en Balck va creando un climax que estalla al final, mientras común y que compartían el amor por la música. Entre se deslizan melancólicos versos: “heart beats, when your 2008 y 2011 el dúo trabajó en ideas y en busca de sonidos heart in winter beats / don´t let that cold blood freeze/ caucon la impronta de sus más oscuras preocupaciones. El se frozen love will bleed”. En Pulse, el sonido de I Break origen les sirvió de inspiración, y así nació Hearts, un Horses toma verdadero vuelo, lo mismo que en Cancer, disco plagado de referencias sonoras a la pulsión vital, a Wired y Hearts: son canciones que invitan a subir el vola fragilidad y a la cadencia de la respiración. lumen, a cerrar los ojos y a dejarse llevar. No es casual que el sello Bella Union haya lanzado este álbum. La discográfica indie que alberga bandas como Beach House, Xiu Xiu, Andrew Bird, Lanterns on the Lake y Department of Eagles, fue la encargada del lanzamiento. Hearts se suma a un catálogo de lujo, y a una
La banda se presentará en Londres el 1 de abril, y luego comenzará su gira americana junto a M83, pasando por algunas ciudades canadienses, como Toronto y Vancouver. El 31 de mayo brindará un show en Barcelona y el 9 de junio en Portugal.
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Próximas visitas internacionales
MARZO / ABRIL / MAYO Caetano + Moreno Veloso | 27 de marzo (Gran Rex) Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra | 29 de marzo (Teatro Colegiales) Foster the People | 30 de marzo (La Trastienda Club) Cage The Elephant | 1 de abril (La Trastienda Club) Friendly Fires | 2 de abril (La Trastienda Club) Gogol Bordello | 2 de abril (Groove) Foo Fighters, MGMT, Band of Horses, ††† | 3 de abril (Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate) Foo Fighters, Arctic Monkeys, TV on the Radio, Cage the Elephant | 4 de abril (Quilmes Rock 2012, Estadio River Plate) Björk | 6 y 9 de abril (Centro Municipal de Exposiciones) Thurston Moore y Kurt Vile | 9 y 10 de abril (Niceto Club) Janes’s Addiction | 10 de abril (Estadio cubierto Malvinas Argentinas) Mark Lanegan Band | 11 de abril (Samsung Studio) Holy Ghost! | 14 de abril (Groove) Dënver | 18 de abril (Ultra Bar) Carl Barât | 18 de abril (Niceto Club) Björk | 21 de abril (GEBA) Bob Dylan | 26, 27, 28 y 29 de abril (Teatro Gran Rex) Nada Surf | 1 de mayo (Niceto Club) James | 2 de mayo (Teatro Gran Rex) The Ting Tings | 3 de mayo (Groove) Justice, Modeselektor, Andy Moor, Kaskade y más | (Ultra Music Festival Buenos Aires, Costanera Sur) The Kooks | 14 de mayo (Teatro Gran Rex) Chromeo | 15 de mayo (Niceto Club)
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Top 20 TRACKS IH
Por Gustavo García
ENERO / FEBRERO / MARZO Tracks iH es una selección de canciones particularmente sobresalientes durante el último mes. En esta ocasión, reunimos 20 destacadas de enero, febrero y marzo. THE SHINS - SIMPLE SONG La victoriosa composición de James Mercer presume de simple pero está cuidadosamente esculpida con la clásica lírica del cerebro nacido en Hawaii y los arreglos justos para emocionar y perdurar. Memorable. BEACH HOUSE - MYTH Un par de golpecitos a una campana y el mítico mantra de Teen Dream (2010) emerge en 2012, se desliza con la elegante voz de la gran Victoria y flota como un alma que, angustiada, pide ayuda. Perturbadoramente bella. BEAR IN HEAVEN - THE REFLECTION OF YOU Una furiosa lluvia de sintes abrazan la sensible voz de Jon Philpot para una desesperada invitación al baile. FANFARLO - TIGHTROPE Calculados detalles orquestales se suman y multiplican el cálculo en un agradable equilibrio. THE BIG PINK - HIT THE GROUND (SUPERMAN) El sampleo al servicio del bien, el futuro en buenas manos. NADA SURF - WAITING FOR SOMETHING Otra acertada balada existencial de la usina melódica alternativa sobreviviente de los 90. GRIMES - GENESIS Una dulce melodía aterriza desde el futuro, generada por una niña en el cuerpo de un robot. FUN. - WE ARE YOUNG (FEAT. JANELLE MONÁE) Simpleza pop y cadente ritmo fluyen en una loa a la juventud para coquetear con el mainstream. MIIKE SNOW - DEVIL’S WORK Un diabólico piano marca el regreso triunfal del ciervo-conejo más bailable. NITE JEWEL - ONE SECOND OF LOVE Homenaje al pop de los 80 con notable desparpajo y el dark touch preciso.
FIRST AID KIT - THE LION’S ROAR Un dúo de jóvenes féminas ruge al unísono para darle vida al folk sueco for export. AZURE BLUE - THE CATCHER IN THE RYE Zambullirse en un suave mar de refrescantes sintetizadores y dejar que la magia comande. PORCELAIN RAFT - UNLESS YOU SPEAK FROM YOUR HEART Dejando oír sus latidos, un hombre melancólico se sincera obsesionado y contundente. KISHI BASHI - BRIGHT WHITES Un regreso a la mejor inocencia, aquella que con nitidez recordamos y quizás nunca tuvimos. BAND OF SKULLS - SWEET SOUR La guitarra, entre garage y blusera, se menea como la viuda de The White Stripes. ANDREW BIRD - EYEONEYE Delicado violín que exrañábamos y nos encanta con nostálgico fulgor. HERE WE GO MAGIC - MAKE UP YOUR MIND Una ascendente sucesión de sacudones entre sugestivos susurros. THE MAGNETIC FIELDS - ANDREW IN DRAG El tono bajo de Merritt se entrega al servicio de una común historia de travesti. PLANTS AND ANIMALS - LIGHTSHOW Un crudo riff moviliza con pasos cortos y firmes la naturaleza de los canadienses. THE MARY ONETTES LOVE’S TAKING STRANGE WAYS La gélida épica nórdica relata con sutil encanto los devenires del amor.