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Las 5 maniobras más peligrosas

Según estadísticas relevadas de las investigaciones de siniestros viales graves en las rutas que llegan a la Costa Atlántica por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial, el 90% ocurre por errores del conductor. En esta nota se destacan los 5 errores más frecuentes que se comenten al viajar por las rutas 2 y 11.

1. Ir por el carril rápido y no estar atento a los retomes. Hay que entender que el acceso al carril rápido debería ser en el momento de querer concretar un sobrepaso, pero sobre la ruta 2 y la nueva ruta 11 este carril cuenta con un riesgo extra ya que sobre el mismo se encuentran las zonas de retome. Es bastante común que los camiones con acoplado no alcancen a meterse totalmente en el retome al momento de acceder a los mismos. Esto significa que quien viene a 120 km/h por el carril izquierdo de una autovía puede encontrase con un vehículo detenido invadiendo parte de su carril.

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A ese sector de la ruta hay que tratar de recurrir únicamente para un sobrepaso, y tras conseguirlo se debe volver al carril de la derecha. Hay que tener en cuenta que el carril izquierdo no es un lugar seguro para mantenerse más allá del adelantamiento.

Es importante que el conductor controle permanentemente la velocidad, la distancia, la mano de circulación en la vía y el adelantamiento de otros automóviles.

2. No prestar atención en los giros a la izquierda para ingresar a los balnearios.

En esta situación de riesgo apenas un par de puntos de la autovía 2 cuentan con carriles sobre elevados o rotondas. Por lo general, son dársenas de giro a la izquierda que obligan a cortar por lo menos uno de los carriles y en algunos balnearios dos carriles como es el caso de Costa Esmeralda (Pinamar).

Esta maniobra es muy peligrosa ya que es difícil estimar la velocidad de los vehículos que circulan por los 2 carriles de la autovía.

La recomendación es tratar de hacer el cruce en 2 tiempos, es decir parar a cero la velocidad ante de cruzar el carril, realizar un triple chequeo de la vía a cortar y en el momento que no se observan vehículos iniciar el cruce.

3. No respetar la distancia de seguridad. Se entiende como distancia de seguridad aquella que es necesaria mantener con el vehículo que nos precede para que, en caso de frenada brusca y repentina, no se colisione con él. Es especialmente útil en los momentos donde ambos accesos están más congestionados. La recomendación más apropiada es que la distancia con el vehículo que marcha delante nunca sea inferior a 5 segundos ya que ese tiempo va a permitir frenar de manera paulatina y no solamente evitar chocar al vehículo precedente sino que, además, termine chocando el que circula por detrás.

4. ¿Cómo calcular una distancia de 5 segundos?

Cuando un vehículo circula detrás de otro y su sector trasero pasa cercano a un punto de referencia elegido, puede ser un cartel, un puente o un poste de iluminación, se debe comenzar a contar desde 1101 hasta 1105 (se utiliza esta cifra porque al pronunciarla se demora un segundo). Al llegar al número 1105, quien cuenta debería estar pasando por el punto de referencia elegido.

En la ruta, este método permite que al desplazarse detrás de un vehículo se tenga una visión óptima sobre el carril contrario y así poder realizar maniobras de adelantamiento seguras.

Los 5 segundos permiten crear un espacio extra para acelerar, con el beneficio de estar menos tiempo invadiendo el carril contrario. Este efecto se lo conoce como “rampa de aceleración”. Cuando se queda involucrado en una congestión, no es posible mantener la distancian prudencial con el vehículo que precede. Entonces, se recomienda mirar 2 o 3 autos por delante del propio para poder anticipar la situación de riesgo y realizar una maniobra defensiva.

5. Perder la paciencia antes de llegar a un destino Antes de llegar al destino a muchos conductores les suele ganar la impaciencia.

Pareciera que lo que se debería haber previsto antes de salir a la ruta hay que solucionarlo 30 minutos antes de llegar a destino, como las reservas de hoteles, llamar a contactos, familiares, etc. u otras acciones que generan una gran distracción como usar el celular, maquillarse, comer, tomar mate, manipular la radio, actualizar o ingresar una nueva ruta en el GPS. Precisamente estas acciones tan comunes son las que más accidentes provocan. Hay que entender que mientras se conduzca un vehículo se debe estar concentrado en el entorno para poder prever situaciones de riesgo. Muchos siniestros viales ocurren a pocos kilómetros de llegar a destino.

Cuando se circula por rutas, autovías o autopistas hay que prestar mucha atención a los lugares en donde funcionan radares, dado que se pude generar un cambio abrupto en la velocidad y ocasionar un choque.

El control de velocidad es una de las alternativas que se usan desde hace muchos años sobre la ruta 2 y la 11 para disminuir la velocidad de los vehículos en puntos o zonas determinadas entendiendo, a priori, que esos lugares son conflictivos y de esta forma generan una disminución del riesgo de accidentes producto de la alta velocidad.

Chascomús, Lezama, Lavalle y otras localidades a la vera de la autovía 2 han implementado radares y si bien la situación no es perfecta han disminuido muchísimo los accidentes por exceso de velocidad en esas zonas pobladas.

El efecto de los radares se enfoca no solamente hacia el con- ductor que comete la falta, sino que además busca generar un efecto disuasivo sobre todos los conductores y un comportamiento de alineación con la velocidad establecida en esas zonas. Se ha demostrado que es una forma efectiva de disminuir el exceso de velocidad en las rutas, prevenir choques y evitar pérdidas humanas. La recomendación de CESVI es informarse la ubicación de los radares, tratar de reconocer la zona con anticipación y frenar de manera progresiva para no sorprender al resto de los conductores.

Cualquier tipo de vehículo que se elija para salir a la ruta –auto, camioneta o moto- debe ser chequeado mecánicamente. Pero el elemento clave son los neumáticos dado que estos son el único punto de contacto entre el vehículo y el pavimento. Todos los controles deben hacerse en puntos de servicio habilitados con profesionales y procesos calificados.

Medir la presión de los neumáticos. La presión de inflado está definida por el fabricante del vehículo. Puede encontrarse en el manual; en la abertura de la puerta del conductor o en la tapa del depósito de combustible, en los autos. Para las motos suele estar sobre el cubrecadena.

Para una correcta medición, hay que utilizar un medidor confiable y realizar el control cuando los neumáticos estén fríos, ya sea antes de manejar o 3 horas después de detenerse.

Rotación. Sólo aplica para autos y camionetas. En este caso, es necesario rotar los neumáticos debido a que en los ejes delantero y trasero se desgastan de manera diferente, y alternarlos asegura que se desgasten de forma pareja. La rotación básica consiste en intercambiar los neumáticos que estaban en el eje delantero para el eje trasero, manteniendo el mismo lado del vehículo. Sin embargo, hay situaciones específicas donde se recomienda una rotación cruzada (es decir, en “X”). La rotación se recomienda entre 7.000 y 10.000 kilómetros o antes de un viaje largo. Alineación y balanceo. Percibir vibraciones en el volante, en el piso del vehículo, en el tablero o en los asientos en distintos rangos de velocidad, es señal de que se requiere balancear. Este procedimiento es esencial para el confort en la conducción. Lo mismo sucede si se percibe que el vehículo se desplaza a izquierda o derecha cuando se suelta el volante por un corto tiempo. Esto significa que hay que verificar la alineación para ajustar los ángulos de las ruedas, a fin de mantenerlas perpendiculares al suelo y paralelas entre sí.

Inspección de desgaste. Los indicadores básicos en este caso son: si se nota que la banda de rodamiento está gastada más allá de los niveles de profundidad recomendados (1,6 mm establecidos por ley); si el costado del neumático tiene daños visibles; cualquier agujero en la banda de rodamiento mayor a 6 mm de diámetro; si el talón está dañado o deformado; que se vean signos de envejecimiento como quebraduras o agrietamientos. Siempre hay que chequear el auxilio. Seleccionar el neumático adecuado en caso de recambio. Se debe reemplazar por la dimensión, índice de carga y velocidad mayor o igual a la indicada por el fabricante del vehículo en el manual del usuario, y estructura (en el caso de autos, estándar o run-flat, por ejemplo). También se debe considerar las condiciones de uso como ciudad, ruta, off-road o conducción deportiva.

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