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Bicentenario
La Fuerza de la Peruanidad
De ascendencia china y nacionalidad norteamericana, Tiffany Wang obtiene el grado de historia en el Swarthmore College (Pensilvania) con una tesis que reafirma la identidad y posicionamiento como peruanos de los tusanes y nikkéis del siglo XXI. Aquí, algunos detalles de su investigación.
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Escribe Teresina Muñoz Nájar
Limitada por la pandemia de la COVID-19, como el resto de mortales, pero no por ello obligada a paralizar sus proyectos, Tiffany Wang recurrió a la virtualidad para realizar una investigación que le ayudó, finalmente, a descubrir cómo sienten, piensan y se consideran los descendientes de tercera, cuarta y quinta generación de chinos y japoneses en esta parte del mundo. ¿Por qué el interés? Pues ocurre que Tiffany, quien jamás ha puesto los pies en este país, decidió mirar hacia el Perú para resolver sus inquietudes. En primer lugar, porque domina correctamente el español y, en segundo lugar, porque sabe que aquí se concentra la mayor cantidad de migrantes chinos y japoneses de toda América del Sur: “El Perú podía representar muy bien al resto de los países vecinos que acogieron o recibieron migraciones provenientes de Asia”, señala. Y, además, porque, si bien pudo desarrollar su investigación en Brasil, lugar donde nació su madre, su desconocimiento del portugués se lo impidió.
El hecho es que Tiffany centró su trabajo entrevistando a siete personas, cuatro que le hablaron de su herencia china y tres de su legado japonés. Para lograr su cometido, sin moverse de su escritorio, ella contactó con una plataforma orientada a revalorar y compartir el acervo de la cultura china y con la Asociación Peruano Japonesa. También contó con la información de fuentes como la Asociación Peruano China y los trabajos realizados por Carlota Casalino e Isabelle Lausent-Herrera, entre otros.
A Tiffany le interesaba saber cómo se forja la identidad de las personas descendientes de diversas culturas pero que habitan en un mismo país: ¿La identidad –se preguntaba ella– se percibe igual en todas partes? Pues, según sus investigaciones, parece que no. “En los Estados Unidos, por ejemplo, hay una gran comunidad de ‘asiáticos’, pues así es como nos distinguen y distinguimos. Es decir, somos primero asiáticos y después norteamericanos, mientras que, en el Perú, los tusanes y nikkéis tienen una identidad muy centrada y localizada en la peruanidad”.
Todos atesoran objetos de sus antepasados pero sienten y viven su doble identidad sin ningún problema. Der.: Rebeca y Mary, las tías abuelas de Fabiana Chiu. ¿Qué dicen ellos?
A modo de paréntesis es necesario precisar que cinco de los siete entrevistados de Tiffany, si bien nacieron en el Perú, viven en los Estados Unidos. Es el caso de la nikkéi Fabiola Galindo (corresponsal en Univision Network). También residen en ese país los tusanes Isabel Blondet (antropóloga), Juan Francisco Jhong Chung (experto en sostenibilidad) y Fabiana Chiu (escritora y fotógrafa), mientras que en Lima vive el tusán Rodrigo Campos (comunicador, artista y curador) y en Huancayo la nikkéi Karen Reyna Oba, quien trabaja en el Centro Cultural de la Universidad Continental. Y Yuri Sakata, quien se acaba de mudar a Japón. Ella es editora y tiene una maestría en literatura.
Si bien Tiffany escribe su tesis para una audiencia norteamericana y hace comparaciones entre las identidades asumidas por los asiáticos en EE.UU. y los tusanes y nikkéis en el Perú, vale la pena rescatar algunas declaraciones de sus entrevistados sobre sus
sentimientos de pertenencia. “No soy primero asiática y luego peruana, ¿sabes? Creo que primero soy peruana y luego todo lo que viene con eso”, le dice, por ejemplo, Fabiola Galindo a Tiffany.
“Sabía que era nikkéi, sabía lo que significaba ser nikkéi y que era un motivo de orgullo porque las organizaciones culturales japonesas lo presentaban de esa manera. Celebramos ser nikkéi como un aspecto único de la peruanidad”, señala, por su parte, Yuri Sakata.
Respecto a las sentencias de Fabiola y Yuri, Tiffany sostiene: “Independientemente de la terminología que mis entrevistados usaron para describir las relaciones con su herencia china o japonesa, un aspecto nunca varió: todos se identifican fuertemente con ser peruanos. Sus herencias no chocan con ser peruanos; simplemente realzan su identidad peruana y la peruanidad en su conjunto. Como vemos en la declaración de Yuri, ser nikkéi es esencial para que ella sea peruana. Una cosa no está separada de la otra”.
“¿Sabes?, cuando me presentaba y decía que soy peruana, las personas se quedaban mirándome y, entonces, tenía que decir: ‘bueno, soy china-peruana’. Pero hoy en día, no tengo ganas de dar explicaciones”, le cuenta Fabiana Chiu a Tiffany. Mientras que Juan Jhong Chung le dice: “En China y Corea, no sé si fue necesariamente por mi apariencia, pero me sentí como invisible en el sentido de que no notaba que la gente me mirara. Cuando tomaba el metro, no sé, me sentía como otra persona”.
Ser peruano de ascendencia china o japonesa –refiere Tiffany luego de consignar las reflexiones de Fabiana y Juan– significa una constante negociación de identidad, “la misma que requiere de un equilibrio, así como de una mezcla, construcción y celebración de varias identidades”. Se refiere, por cierto, a la ascendencia de sus entrevistados, cuyos ancestros, chinos o japones, al llegar a este país, se casaron con mestizas, indígenas o afrodescendientes. “Si esto ya era difícil en Perú, lo es más todavía en otros lugares donde los peruanos de ascendencia china y japonesa se han mudado, por ejemplo, a Estados Unidos o Asia”, afirma la investigadora.
Tiffany pretende demostrar, entre otras cosas, que las ideologías, los prejuicios, la creación de minorías modelo y los nacionalismos son muy evidentes en la formación de la identidad y han influido en las actitudes hacia las personas de ascendencia china y japonesa desde que los migrantes llegaron al Perú.
Cabe resaltar que, a lo largo de su texto, Tiffany describe todo el proceso por el que pasaron los migrantes chinos y japoneses para finalmente hacer de este país el suyo. También de las vicisitudes que en determinados momentos tuvieron que afrontar y resalta, sobre todo, lo que sus entrevistados tienen en común. Todos ellos atesoran objetos de sus antepasados, todos en alguna etapa de su vida se interesaron por sus raíces y se sienten orgullosos de estas y todos atribuyen al esfuerzo y al trabajo que realizaron sus padres, abuelos y bisabuelos su propio éxito. Todos, además, sienten y viven su doble identidad sin ningún problema. Son peruanos, pero también son tusanes y nikkéis.