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Bomberos tusanes

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A la ciencia por lasLetras

Psiquiatra José Luis Li Ning analiza síntomas y metáforas de la enfermedad en la poética de José Watanabe. El ser humano detrás del paciente.

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Escribe Mariella Checa

Una larga trayectoria en salas de hospital y aulas universitarias ha convencido al doctor en Psiquiatría José Luis Li Ning de la necesidad de rescatar para los médicos la dimensión humana que se oculta tras los lamentos de todo paciente. Para lograrlo, toma las expresiones –ricas en forma y contenido– de quizás el más sensible de los dolientes: el desaparecido poeta José Watanabe.

Ambos nacieron en Trujillo, en la misma época; los dos eran de ascendencia asiática e incluso tocayos. Por si todo eso fuera poco, compartían un vivo interés por el arte, la cultura y, al pa-

FOTO: ANDINA

José Watanabe y el doctor Li Ning cultivaron una estrecha amistad desde muy jóvenes. Son cerca de 50 textos del poeta de Laredo los que se examinan en la obra.

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Esta es tu última noticia, cuerpo: una radiografía de tus pulmones, brumas inquietantes, manchas de musgo sobre la nieve sucia. La tierra espera que algún día todos los órganos, como los perros, la husmeen buscando la hierba benéfica. Tus pulmones, entre hojas sedosas, lucirán sanos y tersos como recién nacidos y concertarán con un joven buey el ritmo amplio de su respiración. Al fondo habrá un cielo luminoso y ninguna sombra, sobre todo ninguna sombra aciaga.

José Watanabe Varas

Tomado de Banderas detrás de la niebla, Lima: Peisa, p. 24.

Médico psiquiatra Luis Li Ning y doctor en Historia del Arte por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, acaba de ser elegido presidente de la Asociación Psiquiátrica Peruana.

FOTO: ALBERTO TÁVARA

recer, por la naturaleza y el ser humano. No sorprende, entonces, que sus rutas los condujeran a un encuentro y a una amistad que se mantuvo durante décadas y que ha dado por fruto, entre otros trabajos, el libro “Síntomas y metáforas: Vivencia de la enfermedad en la poesía de José Watanabe”. Su autor, el doctor José Luis Li Ning Anticona, obtuvo la publicación al resultar ganador de la Cuarta Convocatoria de Proyectos Editoriales del Fondo Editorial de la Asociación Peruano Japonesa.

“Fue una sorpresa”, confiesa el psiquiatra, ex jefe del Departamento de Salud Mental del Hospital Rebagliati, hoy en retiro. Cuenta que participó de la competencia por invitación y sin mayores expectativas, pero también comparte su esperanza en que el contenido del libro se difunda entre los médicos: “Porque, en realidad, yo he escrito para ellos. No he querido entrar en lo literario, porque los literatos tienen su mundo y sus reglas. Entonces, no es un libro de crítica literaria. A lo que Watanabe dice yo no le agrego nada. Él ya está reconocido. La calidad no hay que defenderla. Yo lo que veo es cómo la enfermedad interviene en ciertos usos de metáforas”, aclara.

Médico cirujano por la Universidad Nacional de Trujillo, especializado en Psiquiatría por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y doctorado en Medicina, también por la UNMSM, el doctor Li Ning reconoce que al pasar tanto tiempo escuchando los lamentos de los pacientes, los galenos terminan acostumbrándose a ellos. “Lo que he querido presentar son esas quejas en verso, con la idea de que los colegas puedan tenerlas en otro registro, en otras formas, poéticas, y puedan recordar al ser humano que está detrás de un enfermo. Entonces, es ampliar la UNMSM, el doctor Li Ning explica que su interés al respecto está estrechamente relacionado con los cursos que en la Decana reciben los estudiantes sobre la relación médico-paciente y sobre la psicología del enfermo. En tal sentido, comenta que preocupaciones compartidas por quienes pierden la salud suelen ser el miedo a morir, la conciencia de la fragilidad humana, el temor a las operaciones y la soledad existencial: “El enfermo está solo con su enfermedad. No está enfermo el vecino, ni la mamá, ni el papá, ni el hijo; él está enfermo. Todos caminan normal por la calle y el paciente no puede ni levantarse”, explica.

Según anota el investigador, José Watanabe no fue la excepción. Con tres diagnósticos sucesivos de cáncer, a cada uno de los pulmones y al esófago, el escritor expresa todas esas sensaciones y emociones en buena parte de su obra, asegura Li Ning: “En muchos poemas se imagina cómo mueren los seres. Por ejemplo, ve a las malaguas y se pregunta si cuando ellas mueren se disuelven en el agua. Él dice: ‘Yo no tengo miedo a morir. Tengo miedo a la forma de morir’. Se imagina como los animales que van a hibernar, que se meten en la montaña y, una vez que se duermen, se convierten en la montaña. Esas son fantasías de cómo morir sin dolor, o de resurrección”, comenta.

Del mismo modo, recuerda la serie de poemas reunidos en la sección “Krankenhaus” del poemario “Huso de la palabra”, donde, por ejemplo, una visita de su hermana al hospital alemán en el que estuvo internado le permite expresar la soledad del paciente expatriado al convertir, en sus evocaciones, el chorro de un caño o del tanque de un inodoro en las aguas del río Moche o del río Chao; también “El lenguado”,

Dos obras de Li Ning. En la primera examina, desde la psicología médica, el rol protector de la familia, y en la segunda, el código artístico de la cerámica precolombina, desde la estética.

la sensibilidad de los médicos y dar también a los pacientes la posibilidad de verse reflejados”, refiere.

Profesor cesante de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Federico Villarreal y de la Facultad de Medicina en

La obra ofrece a los médicos el registro poético de los sentimientos que aquejan al paciente durante la enfermedad.

donde el miedo del pez lo lleva a refugiarse en el fondo marino y así hacerse uno con su inmensidad, y “El guardián del hielo”, que alude a la fugacidad de la vida.

A lo largo de 282 páginas y siguiendo una estructura de historia clínica, “Síntomas y metáforas: Vivencia de la enfermedad en la poesía de José Watanabe” revisa cerca de 50 poemas de quien es considerado uno de los poetas peruanos más importantes. “Sus conclusiones son fáciles de entender y digamos que se expanden más allá de la anécdota. No sé si tienen enseñanzas, pero sí provocan que experimente cosas que uno puede haber sentido ya, pero no las puede expresar”, subraya el autor, quien revela, además, que la publicación es una versión adaptada de la

que fue su tesis para obtener el doctorado en Medicina. Hijo de padre chino y madre peruana, José Luis Li Ning Anticona no recuerda que en su hogar se haya conservado o cultivado expresiones de la cultura de sus ancestros paternos, más allá de las ligadas a la gastronomía: consumo de sillao, uso de palitos para comer. Sin embargo, ha tratado siempre de mantenerse ligado a ella: matriculó a sus hijos en el colegio “10 de Octubre”, se hizo socio del club “Villa Tusán”, intentó aprender chino y siguió

"El enfermo está solo con su enfermedad. No está enfermo el vecino, ni la mamá, ni el papá, ni el hijo; él está enfermo”.

cursos de pintura china, en los que tuvo una participación destacada. Además, es autor del trabajo “Desórdenes psiquiátricos de los inmigrantes chinos del siglo XIX”, que ha sido publicado en dos partes en la revista “Anales de la Facultad de Medicina”: “Inmigrantes chinos en el Manicomio del Cercado de Lima entre 1879 y 1902” y “Condiciones de vida y salud mental de los inmigrantes chinos entre 1865 y 1900”.

Poseedor de una vena artística que lo llevó a los talleres de la Escuela Regional de Bellas Artes, en Trujillo, y a obtener un doctorado en Historia del Arte en San Marcos, actualmente espera la publicación por la editorial del Congreso de la República de su tesis doctoral “El desnudo en el arte Mochica”.

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