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Tips

Si quieres ser más competitivo y rentable en tu empresa, estos son algunos tips que te pueden ser de utilidad:

En el mundo de los negocios los participantes estamos sujetos al poder del dinero, por lo tanto, quien impera en la empresa debe ser el cliente, ya que este provee el dinero para que se dé liquidez como condición necesaria, y la rentabilidad como fin ulterior.

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Crea y reinventa una oferta de valor clara y ganadora para un perfil específico de cliente; no le quieras vender a todos todo. Focaliza tus esfuerzos.

Alinea tu cadena de suministro y la operación de tu negocio a la oferta de valor; recuerda que el que manda, es el mercado.

Desarrolla y fideliza una estructura lo más ligera y balanceada posible en cargas de trabajo. Recuerda que es el músculo que soporta los procesos para entregar el valor que le prometes a tus clientes. No solo se trata de la capacidad técnica; trabaja también en la cultura y voluntad de los integrantes de tu organización.

Recuerda que la empresa son las personas que la conforman y que tienes una responsabilidad social con ellos y con las personas externas que confían en la empresa. Busca siempre que el beneficio colectivo no se contraponga al beneficio de los individuos que integran la empresa; encuentra formas creativas de resolverlo. En el mundo de empresa no se trata de ir rápido, ya que eso lo puedes hacer solo; se trata de ir lejos, y para ello se requiere de más gente comprometida con la rentabilidad y la sustentabilidad del negocio a largo plazo.

Los valores no son negociables: sé cauto con la conformación de tu equipo de trabajo. Una persona que no comparte los valores de la empresa puede causar mucho daño y no durará mucho en la empresa. No pierdas tiempo valioso queriendo cambiar su estructura de valores.

Lo que no se mide no se puede gestionar: identifica cuáles son los puntos críticos de interacción en lo que haces y aplica métricas y retribuciones en función de los alcances y logros que se tengan.

Diseña y socializa la forma en la que se le dará control a los recursos y seguimiento a los avances en la organización cuidando que lo que es importante para la empresa, sea importante también para cada integrante en lo individual.

Gestiona tus flujos de dinero con prudencia y busca utilizar tus activos de forma óptima; para ello, compra barato y vende al precio más alto que esté dispuesto a pagar el cliente en una percepción justa por parte de él, sin erosionar la calidad o valor del producto; compra al mayor crédito posible sin erosionar a tu cadena de proveedores y vende de contado o cobra lo más pronto posible sin deteriorar la relación con tus clientes; y usa lo que tienes calculando un periodo de deterioro por un uso normal para que puedas reservar una parte de tus excedentes para reponer tus activos. Si puedes tercerizar tu producción con terceros más eficientes que tú, en partes del proceso que no sean la fuente de tu ventaja competitiva, hazlo sin perder el control.

No pierdas la competencia del náufrago: siempre busca hacer lo más con los recursos disponibles y mantén el hambre de éxito y superación entre las filas de los integrantes de tu empresa.

Piensa en la empresa como un sistema de elementos internos y externos interrelacionados; identifica las causas de las situaciones que frenan su desarrollo y rentabilidad y prioriza un plan de actividades para resolver las restricciones detectadas. Ojo: la mayor parte de la rentabilidad se pierde en las interrelaciones de dichos elementos.

Nadie está obligado a saberlo todo. Apóyate en terceros que puedan aportarle a tu empresa, mediante consejos, modelos de referencia, experiencias y/o metodologías que te complementen como propietario o directivo para tomar las mejores decisiones e implementar acciones más efectivas para incrementar la competitividad y rentabilidad de tu empresa.

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