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Pascua de los Nuestros

La Pascua de nuestros hermanos

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GUILLERMO SERRANO VALDIVIESO, SJ.

Fue llamado por el Señor el 31 de octubre de 2021

DATOS PERSONALES

Nació el 14 de febrero de 1935 en la ciudad de Girón, Santander. Sus padres fueron Guillermo y Benita. Sus hermanos Hernando, Magdalena, Augusto, Virgilio, Ramiro, Débora, Amparo, Flor de María, José Ignacio, Jorge y Javier.

EN LA COMPAÑÍA

Ingresó a la Compañía en Santa Rosa de Viterbo, el 15 de febrero de 1950. Allí hizo sus votos del bienio el 16 de febrero de 1952 y realizó su juniorado entre 1952 y 1954. Estudió la filosofía en el Colegio Máximo en Bogotá entre 1955 y 1958.

Su magisterio lo efectuó en el Colegio San Ignacio de Medellín entre 1959 y 1960. Sus estudios de teología los cursó en el Colegio Máximo, entre los años 1961 y 1964. Fue ordenado sacerdote en Bogotá, el 3 de diciembre de 1963. Su tercera aprobación fue en la Ceja, Antioquia e hizo sus últimos votos el 13 de agosto de 1966 en Bruselas.

SU VIDA

Gran parte de su ministerio sacerdotal los dedicó al trabajo en las parroquias, donde compartió, lo mejor de su vida con los más pobres. Fallecido en Medellín a los 86 años de edad.

Había cumplido 71 años de Compañía.

Tenía 55 años de últimos votos.

RECORRIDO APOSTÓLICO

Después de su ordenación sacerdotal y de sus estudios de Pastoral, prestó sus servicios como Coordinador de la Especialización en Teología y Catequesis en la Facultad de Educación de Universidad Javeriana entre 1969 y 1970.

Fue Vicario Cooperador en la Parroquia del Sagrado Corazón en Barrancabermeja entre 1971 y 1974 y Vicario de la Delegación de San Pedro entre 2003 y 2011. Se desempeñó como director del Círculo de obreros San Pedro Claver en 1975 y Vicario Parroquial de Santa Rita entre 1989 y 1990 y luego párroco de la misma entre 1997 y 2000, en Cartagena. Párroco en San Pablo, Bolívar, entre 1976 y 1987. Ejerció como Vicario Cooperador en la parroquia de la Santísima Trinidad entre 1980 y 1984 en Sabana de Torres y Párroco de Puerto Wilches en 1988. Asesor Pastoral de Fe y Alegría en Barranquilla entre 1991 y 1995.

Vicario en la Parroquia San José en Tierralta, Córdoba en 1996. Director de Fe y Alegría en los Santanderes entre 2001 y 2002. Entre 2013 y 2014 lo destinan como vicario de la parroquia de San Pablo, Sur de Bolívar. Finalmente lo envían a la Casa Pedro Arrupe en el año 2015 donde permanece hasta su encuentro definitivo con el Señor.

Semblanza

Por: P. Pedro Nel Ortíz Lozano, SJ

Memo como le decíamos sus amigos jesuitas nació en la Villa de San Juan de Girón (Santander). Fueron sus padres Guillermo Serrano y Benita Valdivieso. De sus hijos, otro de ellos, Ramiro, también ingresó a la Compañía. Los dos fueron ordenados presbíteros el 03 de diciembre de 1963 en la Iglesia de San Ignacio de Bogotá. Con el tiempo Ramiro se retiró de la Compañía, se casó y fue padre de dos hijas. Don Guillermo, después de la muerte de su primera esposa Benita, contrajo segundas nupcias con Adela Ruiz. Vivían en el marco de la plaza de Girón en el mismo andén que lleva a la puerta de la Basílica del Señor de los Milagros; regentaba la BOTICA POPULAR de Girón. Memo hizo toda su formación en Colombia. Cuando era junior en Santa Rosa de Viterbo aún no habían terminado la construcción del grandioso edificio, situado en la parte alta del pueblo; trabajaban en la azotea y, para acarrear los materiales se valían de un ascensor “hechizo” que los llevaba a la parte alta. Los juniores colaboraban en estos oficios; un día de esos, sufrió un percance el ascensor y se vino a tierra con la carretilla que transportaba ladrillos. Guillermo era uno de encargados de la faena, con tan mala suerte que varios de ellos terminaron aterrizando en su cabeza. Gracias a Dios fue atendido prontamente y llevado al hospital donde le practicaron una cirugía exitosa, dejándole una cicatriz (para esos tiempos no se habían inventado el cicatricure) en el cráneo, por fortuna, sin ninguna consecuencia para su comportamiento.

Después de su ordenación sacerdotal, dado su interés por la catequesis, fue enviado a estudiar en el Instituto Lumen Vitae, del que formaban parte el Instituto Internacional de Catequesis y Pastoral en Bruselas, Bélgica. Esta preparación le ayudó para su desempeño como profesor en varios colegios y en

la Normal de señoritas de Barrancabermeja, regentada por las Hijas de Cristo Rey, donde dejó gratos recuerdos por su simpatía, la calidad de sus clases y el buen humor que lo acompañaba siempre. Su presencia en Barranca lo unió a un grupo de sacerdotes, entre ellos, Eduardo Díaz, Floresmiro López y el Padre Ojeda, baluartes de la diócesis en su compromiso con las clases populares, personas de escasos recursos, necesitados de vivienda digna. Fue el tiempo de las grandes invasiones de la ciudad, varios barrios se conformaron en aquel tiempo como el Primero de Mayo, La Victoria, este último liderado por Memo. Eran asentamientos bien organizados, con un trabajo comunitario digno de encomio.

Vino luego el trabajo en pequeños municipios con extensa área rural. Tal es el caso de San Pablo en el sur de Bolívar, donde Memo estuvo 11 años (casi siempre solo) y en épocas de mucha violencia. Corrían los tiempos del general Rivas, donde se prescribía la cantidad de alimentos que los campesinos podían llevar a sus casas alejadas del pueblo, por temor a que fueran a parar a manos de los guerrilleros. Tiempos de muchas violaciones a los derechos humanos y de persecuciones a familias. Sin embargo, Memo estaba ahí, valeroso, acompañando, dando ánimo y esperanza. Después estuvo en Puerto Wilches, donde le tocó la primera toma guerrillera que incluyó la torre del templo, no obstante el esfuerzo del curita para impedirlo.

Memo fue también compañero del mono Vargas en los primeros años de la Parroquia de Santa Rita, tiempo de aprendizaje del acercamiento a las comunidades y de las comensalidades al modo de Jesús de Nazaret. A mi me acompañó en Sabana de Torres, territorio todavía tranquilo en esa época. Con el tiempo su salud se fue debilitando: lo alcanzaron a operar de la cadera, pero le fallaban las rodillas y se resentía de la columna. Hubo necesidad de recluirlo en la Casa Pedro Arrupe de Medellín, donde el mes pasado recibió la visita del Señor a reclamo del buen Padre Dios. Memo, jesuita de cuerpo entero, analítico, de gran sentido del humor, austero, pobre en grado sumo, que lo llevaba a privarse de los gastos en materia de salud para no recargar a la comunidad. Que desde donde hoy se encuentra ruegue por nosotros, sus hermanos jesuitas, para que nuestras heridas sean luz para ver nuevas todas las cosas en Cristo.

IN MEMORIAM

Ser Jesús como tú fuiste. Don total sin egoísmos, una huella de tus pasos por los humanos caminos.

~Rodolfo Eduardo de Roux,SJ

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