11 minute read

Apostolado Romano

“TODOS LOS SERES HUMANOS NACEN LIBRES E IGUALES EN DIGNIDAD Y DERECHOS”

Con ocasión de un año más de la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y atendiendo a las realidades y necesidades apremiantes con las que hoy viven algunas comunidades en nuestro país, el Servicio Jesuita a Refugiados Colombia – JRS/COL – hace un llamado a la institucionalidad a hacer vida los derechos humanos y a dar mayor alcance al espíritu que consolidó su declaración universal.

Advertisement

El JRS/COL, a través de su trabajo cercano con la población, ha sido testigo de cómo en los últimos años, en las comunidades históricamente vulnerables aún no se logran materializar completamente el goce efectivo de derechos. Se han consolidado una serie de hechos que hoy consideramos necesario mencionar, para motivar una reflexión profunda en pro de la salvaguarda de los derechos fundamentales en el territorio colombiano. Algunos de estos son:

 La pandemia del Coronavirus, dejó en evidencia las barreras de acceso al mínimo vital, así como el derecho a la educación de niños, niñas y adolescentes, a quiénes no les fue posible dar continuidad a su formación, por la falta de tecnología y de acceso a internet.  Identificamos una débil respuesta en salud, en especial en aquellos centros poblados en los que se configuran situaciones como: vías en mal estado, escasez de recursos económicos, débil infraestructura asistencial, así como poco o nulo personal médico.  Resaltamos con preocupación las vulneraciones a los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad, producto de la materialización de hechos victimizantes, como el desplazamiento forzado, el confinamiento, el reclutamiento, uso y vinculación de menores en el marco del conflicto, el asesinato y amenaza contra líderes sociales, entre otros, generados por los actores armados presentes en los territorios.  Finalmente, y no queriendo agotar con ello las vulnerabilidades, señalamos con firmeza, los impedimentos para ejercer los derechos que vive hoy la población migrante forzada tomando como argumento su condición migratoria irregular o su perfil migratorio.

Estas situaciones, analizadas en conjunto, reflejan la urgencia de avanzar como país en la consolidación de estrategias que superen barreras históricas y que evolucionen de forma decidida hacia la igualdad y la protección. Que el día de hoy, el estado colombiano recuerde su deber de optar por medidas más progresivas en derechos y, por su parte, la sociedad civil en su rol de complementariedad, invitarla a ser dinamizadora de procesos comunitarios de modo que se geste un escenario más amplio de bienestar y equidad.

Jesuitas alrededor del mundo

Apostolado Romano

P. Fernando Mendoza Vargas, SJ

Trascurría la segunda semana de junio de 2012 cuando recibí la llamada, de parte del P. Provincial, para que me presentara en la Curia ese mismo día. Imaginé que se trataba de un nuevo asunto sobre la compleja dirección del Colegio Mayor de San Bartolomé, donde ejercía la misión de Rector del Colegio y Superior de comunidad desde hacía tres años y medio. El objetivo de esta cita era algo muy diverso, el Provincial me tenía un nuevo destino: trabajar en la pastoral de la Universidad Javeriana de Bogotá. Me indicó que ya había nombrado un nuevo Rector y que yo debía hacer la trasmisión del cargo al final del semestre. No tenía ningún inconveniente en esta nueva misión. Para entregar el cargo, pensé, tenía seis meses en los cuales podía preparar bien toda la información para el nuevo Rector. Dos sorpresas me asaltaron en ese momento: la primera era que el “fin del semestre”, según el Provincial, era el 1º de julio y no diciembre, como yo pensé equivocadamente, pues para mí el primer semestre académico del Colegio lo habíamos concluido unos días antes.

La segunda sorpresa me la proporcionó la pregunta del Provincial: Ferdi, llegó una carta del P. General indicando que estas en una terna para el cargo de Asistente del Procurador General de la Compañía. ¿Tienes alguna objeción para ir a Roma a trabajar unos cuantos años?”. De mi parte no había ninguna objeción y sí una grande seguridad: puesto que no tenía conocimiento detallado del Derecho Canónico, pronto mi nombre sería excluido de esa terna. Dios tenía otra seguridad: yo debía estar presente en Roma los primeros días de octubre de 2012.

En los nueve años que llevo en Roma, me sorprende la manera como el Señor actúa en mi vida y cómo me ha hecho entender que, aunque la Compañía no me formó en la especialidad de Derecho Canónico, sí me formó para asumir responsabilidades grandes que me ponen el reto de formarme permanentemente, de actualizarme y de responder con generosidad para el mayor servicio y alabanza del Señor.

Primer apostolado: Asistente del Procurador.

Estoy por concluir el servicio de Asistente del Procurador, pues ya se ha elegido otra persona que, posiblemente, asumirá el cargo en el mes de octubre del presente año. Aquí sí puedo decir que me estoy preparando con suficiente tiempo para hacer la trasmisión de esta responsabilidad, sin las carreras con que tuve que hacerlo para entregar el cargo de Rector del Colegio Mayor de San Bartolomé en el lapso de dos semanas.

¿En qué ha consistido este oficio? Ante todo, que no ha sido un “oficio más” sino que ha sido un apostolado que consiste en colaborar al P. General, como todos los miembros de la Curia romana, para que él pueda tener elementos claros en la toma de las delicadas decisiones en bien de las personas, comunidades y obras de la Compañía universal. Este apostolado ha consistido en ser mano derecha del Procurador General de la Compañía; es decir, del “abogado” de la Orden. Siguiendo sus indicaciones, he debido preparar informes o pareceres jurídicos, sobre asuntos de personas: Exclaustraciones, Secularizaciones, Dispensas del ministerio sacerdotal, casos graves de abuso de menores o de faltas en el campo del Sacramento de la Confesión, dimisiones de la Compañía de Escolares y Hermanos, sea que voluntariamente hayan pedido salir de ella o que se les imponga la salida. Todos estos pareceres jurídicos los realizo a fin de que, junto con toda la documentación que envía el Provincial sobre cada asunto, gire por las oficinas de los Asistentes que deben dar su propio parecer antes de que toda esta información llegue al P. General para su decisión. Cada parecer que hago viene revisado por el Procurador, pues es él quien firma lo que yo escribo o de la apreciación que doy. En una segunda fase de este proceso, cuando el P. General ha escrito su decisión en el dossier de los asuntos antes mencionados, debo preparar el dossier, con un resumen del caso, justificación de la petición y pruebas correspondientes, para presentar el asunto a la Santa Sede. Este trabajo también viene supervisado y firmado por el Procurador, quien es el responsable de todas estas peticiones.

...mi apostolado requiere que los asuntos sean tratados con caridad, con objetividad y con total respeto por la persona, por la Compañía y por la Iglesia...

Como se puede comprender, mi apostolado requiere que los asuntos sean tratados con caridad, con objetividad y con total respeto por la persona, por la Compañía y por la Iglesia. Finalmente, todo esto implica estar en contacto con las Congregaciones (Dicasterios) de la Santa Sede para hacer seguimiento a cada caso, estar atento al momento de recibir los respectivos rescriptos, hacer los pagos pertinentes, responder (personalmente o pedir al Procurador que responda) a los cuestionamientos o información adicional que soliciten en el Vaticano.

Como el lector podrá comprender, todo esto lo debo manejar con el debido secreto profesional, con la delicadeza que se merecen las personas implicadas, sea el jesuita que es el objeto del asunto, o las personas afectadas por los comportamientos del jesuita; igualmente, respeto y comprensión por la forma como los Provinciales presentan los asuntos y por las posturas de ellos o de los miembros de su consulta respecto a cada caso. Debo manejar, además, todo este apostolado, permaneciendo muy unido al Señor en oración, no solamente para que me conceda la Sabiduría necesaria que requiere cada asunto,

sino para que me de la capacidad de actuar sin prevenciones, prejuicios o críticas ante comportamientos de los jesuitas involucrados en cada dossier. Es decir, este apostolado requiere mucha caridad, entre otras gracias especiales de parte del Señor.

Sin extenderme demasiado, procesos análogos al de las personas se deben realizar con asuntos relacionados con comunidades y obras: ventas, préstamos bancarios, arrendamientos, erección o supresión de Comunidades, Provincias o Regiones. Casi todos estos asuntos se tratan al interno de la Curia y ante la Santa Sede para obtener los respectivos permisos. Sobra decir que todo esto requiere un buen manejo de los sistemas informáticos, de mucho orden en la clasificación y forma de archivar los documentos.

Segundo Apostolado: Prefecto de Estudios.

Tres años llevaba en la Curia General haciendo parte de esta grande comunidad conformada por unos 50 jesuitas venidos de muy diversos países, todos destinados a trabajar en la Curia. El grande vínculo, además de trabajar por el Señor y al servicio del P. General, es el italiano, como lengua común en la comunidad; él nos une, a pesar de las “diversas, simpáticas, complicadas o indescifrables versiones de esta lengua común”. Al terminar esos tres primeros años, el P. Gabriel I. Rodríguez, entonces Asistente para América Latina Septentrional y delegado del P. General para el Colegio Pio Latino Americano, me propuso ayudar en este colegio como Prefecto de Estudios.

Desde entonces me encuentro haciendo parte de esta pequeña comunidad (cuatro jesuitas) encargada de la dirección del Colegio. A este Colegio vienen sacerdotes diocesanos de toda América Latina a realizar sus estudios de especialización en las diferentes universidades de Roma. La inmensa mayoría estudia en la Universidad Gregoriana. Mi apostolado en este Colegio es sencillo pero importante. Se trata de realizar los procesos de pre-inscripción en las diferentes universidades, a fin de obtener la documentación necesaria pare enviarles a los sacerdotes inscritos a fin de que obtengan la visa de estudiantes y puedan viajar a Roma. Cuando llegan, a finales de agosto, organizarles el curso de italiano, acompañarlos y guiarlos en los procesos de matrícula en sus universidades y velar porque hagan los trámites de permiso de permanencia (soggiorno) en Italia.

Es y ha sido una linda experiencia se servicio a la iglesia de América latina. El conocer otro estilo de vida, dentro del sacerdocio, diferente al de un religioso, ha sido muy enriquecedor para mi.

Durante el curso académico, les ayudo cuando tienen alguna dificultad de tipo académico, hago de puente con sus Facultades (aunque no son muchos los casos que se presentan), y estoy atento a las distintas programaciones de estudio de lenguas para que, quienes desean, puedan realizar cursos sea en Roma o en algún país europeo durante el verano. Debo estar atento a las ofertas de becas de estudio que ofrecen las mismas universidades y ayudarles en la consecución de las mismas, etc. Quizás lo que más tiempo me ocupa en este apostolado es atender las solicitudes de los sacerdotes estudiantes para que haga la corrección de estilo en sus trabajos o en sus tesis. Asisto a las reuniones que convocan las universidades, una vez por semestre, a quienes somos delegados de los Colegios, en las que nos informan los procedimientos y la normatividad de la Universidad para el semestre o año académico

siguiente. Finalmente, atiendo personalmente a los sacerdotes estudiantes que solicitan ayuda, orientación o apoyo en lo relacionado con lo académico. Uno que otro también solicita acompañamiento espiritual. Estoy completando seis años en este servicio apostólico y ya se escuchan voces de un posible cambio en el próximo futuro.

Es y ha sido una linda experiencia se servicio a la iglesia de América latina. El conocer otro estilo de vida, dentro del sacerdocio, diferente al de un religioso, ha sido muy enriquecedor para mi. Obviamente, debo confesar que cada mañana, al comenzar o terminar la oración, he hecho una súplica constante al Señor: “Dame la gracia de ser consciente de que estos sacerdotes no son Jesuitas”; de esta manera puedo compartir la vida diaria con personas más jóvenes, con entusiasmo, cuya espiritualidad se centra en las celebraciones litúrgicas en las que son muy fieles a las normas, en el rezo de la Liturgia de las Horas y en la constante preocupación por las comunidades de fieles que dejaron es sus parroquias para venir a Roma a continuar su formación permanente.

Tercer apostolado: Subsecretario de la Compañía de Jesús.

El primero de abril de 2019 inicié el servicio como Subsecretario de la Compañía. Desde el mes de octubre de 2018 me habían anunciado esta misión en sustitución del P. Angelo Mascarenhas (de la Provincia de GOA); este anuncio anticipado se hizo para favorecer el empalme tranquilo, pues el cargo requiere atender muchos detalles en el día a día. El trabajo fundamental es recibir diariamente todo el correo (on-line y en físico) que llega para el P. General; debo abrirlo, conocer de qué se trata (excepto si

This article is from: