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Mi Experiencia de la Navidad Desde 1993 en el Santuario de San Pedro Claver.

Cuando inicié a trabajar en el santuario de San Pedro Claver, mi primera Navidad fue en 1993. La viví siendo párroco el Padre Jaime Palacio Vélez, SJ., recientemente fallecido. Se colocaron varios pendones en diversas partes del templo. Uno de ellos, tenía una frase que nos impactó a muchos de los que participamos en la novena de ese año: “Jesús quiere nacer en tu Corazón”.

Con la llegada de padre Carlos Eduardo Correa, SJ en 1999, se convocó abiertamente a todos los laicos que asistían a la Eucaristía para que hicieran parte de la Pastoral del santuario. Llegaron personas de todo Cartagena que tenían a San Pedro Claver como su parroquia, su templo y su patrono. Vienen a mi memoria nombres como Miriam Cantillo que falleció el pasado 15 de noviembre, miembro de la Red Mundial de Oración del Papa, los esposos Marqueza y Pedro Muvdi, los esposos Martha y Medardo Barrios y su sobrino Fabio y muchos otros cuyos nombres se me han perdido en el tiempo, como los de los miembros del coro Claveriano. Todas estas personas fueron las responsables de organizar la Novena de Navidad de 1999 con este tema: “El Pesebre lugar de Encuentro”. Cada día se conversaba sobre un tema diferente. El pesebre, por primera vez se hizo debajo del altar donde se celebra el sacri-

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ficio y la entrega por Amor a todos nosotros, a la Humanidad y ese pesebre fue el más publicado en varios periódicos locales y en el país.

Este encuentro, donde ese año la mirada fue alrededor de la Comunidad Parroquial, se integró el comercio como los Bancos: De la República, Conavi hoy Bancolombia, Santander, BBVA y Davivienda; como también las Notarias 2da, 3ra y 4ta, Los restaurantes: La Vitrola, Argentino y San Pedro; la Cámara del Comercio, Oficina de Registros Públicos y la Alcaldía; Los Hoteles Santa Teresa, Casa Claver y el Movich que apenas estaba abriendo sus puertas. Todos se sintieron acogidos, incluidos, tanto que muchos de los empleados comenzaron a participar de las eucaristías diarias que antes era a las 6:30 a.m. y se cambió a las 6:45 a.m.

En las Novenas de Navidad del 2005 – 2007 siendo el Párroco P. Luis Guillermo Trujillo, SJ., se fortaleció el grupo Pastoral al que ingresaron nuevos integrantes: Consuelo Payares que se convirtió la enfermera de cabecera de los Padres Jesuitas, Javier Corrales y Alicia Villegas. El Tema de la Navidad de ese año fueron las masacres, el éxodo de campesinos a las cabeceras de la ciudad viviendo en la miseria, en cambuches. Todo esto se proyectó en el tema de esa navidad: “Pesebre de Esperanza,

Perdón, Reconciliación”.

El padre, cada día, invitaba a los feligreses a dar un testimonio de perdón y reconciliación. Contar si se habían sentido perdonados o si habían perdonado. El día que la novena cayó en domingo, una persona, Carmen, después de la lectura del evangelio, aceptó la invitación del padre Trujillo, y relató su experiencia de haber puesto en peligro un hogar, al salir con un hombre casado y haber quedado embarazada de él. Ella contó que fue donde la esposa y le pidió perdón de rodillas, por el daño que le había ocasionado a ella y a su matrimonio. En ese momento sintió en lo más profundo de su ser que Dios la había perdonado.

El miércoles siguiente, una mujer que había estado en la novena y había escuchado el testimonio de esa mujer, se acercó al Padre Trujillo y le contó que estaba a punto de separarse de su marido por una infidelidad, pero después de escuchar ese testimonio, ella sintió que ese niño la llamaba a perdonar y sentirse perdonada. También se acercó al padre un Señor después de escuchar el testimonio, redimensionó el daño que le había hecho a esa Iglesia doméstica, y que sentía como un regalo del Niños Dios haber escuchado ese testimonio.

La novena concluyó, el 24 de diciembre a las 9:00 p.m. con un gesto simbólico. Antes que finalizará la eucaristía, se apagaron las luces del templo y se hizo una escena de como las personas que venían de abandonar sus pertenencias por la violencia tenían que enfrentar el desprecio de una sociedad marcada por el consumismo por la apatía, la falta de oportunidades, el desempleo y luego del ángel que sale desde el púlpito anunciando la llegada del Niño Dios con tambores desde el atrio del Templo, entra una señora (Consuelo Payares) mostrándole a la asamblea un niño de 20 días de nacido (Jesús David Pisan Carrillo) y acompañadas de jóvenes danzando, mostrando la alegría de este nacimiento. Cuando llega al altar se lo entrega al Padre, lo levanta y lo da a conocer y se lo entrega a la familia que hizo el dramatizado con sus niños pidiendo alimento. La alegría que trae este niño les quita el cansancio y el desprecio de los demás y se sienten incluidos, con la Esperanza de un nuevo amanecer, la Luz que viene de lo alto que ilumina la vida de toda la creación.

Otras novenas que impactaron fueron las de 2014 hasta el 2019, siendo párroco el padre Jorge Alberto Camacho, SJ. En estos años, la propuesta desde el Santuario fue la de vivir teniendo como eje los Derechos Humanos, herencia de nuestro Patrono San Pedro Claver. Las novenas estaban inmersas en ese espíritu. Recuerdo una donde se hizo el pesebre con mucha basura. Hubo una señora que todos los días limpiaba el pesebre y recogía la basura y no entendía la dinámica que se quería proyectar, la de cuidar nuestra casa común y ponía las quejas porque la gente dejaba la basura en el pesebre. Cuando se inició la Novena, comenzó a entender y después nos contaba que, en su barrio, se hizo líder para la recolección de las basuras capacitando a los niños y jóvenes que tomaran conciencia de como nuestra forma indisciplinada de ser dañábamos el medio ambiente.

Otro recuerdo que tengo de cómo las novenas impactaban a las personas que participaban en ellas, es el de las hermanas del Buen Pastor. Ellas le pidieron al padre Jorge Camacho que les permitiera

un espacio en el Santuario para que las jóvenes y señoras que han vivido en situación de prostitución se pudieran reunir. Con lágrimas expresaron la acogida que es dio el Santuario y expresaron que se sentían en casa, que no eran discriminadas. Algunas manifestaron no sentirse dignas para entrar en una Iglesia pero que sentían que Dios era Amor y estar celebrando la novena en uno de los templos mas lindos de la ciudad, era un regalo del niño Dios. También, recuerdo la Novena de Navidad del año 2018, donde en el pesebre, se encontraba el Santuario de la Virgen de la Candelaria la Popa. Los pastores eran los rostros de los vendedores ambulantes, las palenqueras, los vendedores de artesanías en la calle San Juan de Dios, los carretilleros, los vendedores de agua, gaseosas, raspao, guarapo, los vendedores de collares entre otros. El día 23 de diciembre, todos los que participaron de la Novena fueron invitados a una cena navideña. El 23 de diciembre se celebró con ellos una Cena Navideña. Manifestaron todos que ahora sí no se sentían excluidos ni marginados y que la Iglesia sí los acogía.

También puedo destacar el pesebre de la franja de Gaza, del año 2018, donde se pudo evidenciar que los conflictos por muchos años han dejado una brecha de desesperanza y reconocer que en medio de los conflictos de los pueblos, también Jesús nace para devolvernos el ser hijo de Dios.

Carmencita Antolinez

Comunidad del Camino Catecumenal de la Parroquia San Luis Beltrán, Barrio Martinez Martelo.

Navidad 2021 -2022. Caminemos, Busquemos y Hallaremos.

Tres palabras que encierran una forma de enfrentar lo que está pasando en este tiempo. Conflictos a nivel mundial, deshielo de los polos, incendios forestales, pandemia del Covid 19, corrupción nacional, violencia hacia el más vulnerable.

Nada de eso asusta a los discípulos y discípulas de Jesús, Palabra encarnada del Padre, que continuamos caminando juntos, como hermanos, como los discípulos de Emaús, como nos los pide el papa Francisco que nos dice: “hagan ruido”. Caminar nos coloca en búsqueda. Búsqueda de motivación en la vida, de soluciones a los conflictos, de las violencias, del deterioro del planeta. Caminamos y buscamos con certeza de hallar alternativas a las formas violentas, excluyentes con las que hoy queremos resolver los conflictos. Estamos en el tiempo de Adviento. Son cuatro (4) semanas en las cuales nos preparamos para celebrar la venida, del Dios-hecho-hombre, de Emmanuel. Días en los cuales procederemos a avivar el discipulado del Señor.

Cartagena de Indias, ya empieza a llenarse de lo signos que nos hablan de la navidad, de lo que significa Dios-con-nosotros. Las plazas, parques, centros comerciales, se llenan de luz, una manera de hablar de Cristo Luz del Mundo. Una luz que ha derrotado las tinieblas de egoísmo, de la corrupción, del sicariato, hechos que abundan aprovechando las tinieblas y la oscuridad.

...Caminar nos coloca en búsqueda. Búsqueda de motivación en la vida, de soluciones a los conflictos, de las violencias, del deterioro del planeta...

Las calles de los barrios se engalanan con citas de todos los colores, algunos pintan la fachada de sus casas, otros organizan comidas en la calle donde participan los vecinos. Los jóvenes con sus tamboras y sus cuerpos llenan de movimiento y de sonidos ancestrales la vida de los cartageneros a lo largo de estas semanas.

Sin embargo, esta navidad tiene nuevamente un sabor amargo. Los cartageneros vivimos entre el miedo y la esperanza. Son muchos los interrogantes que tenemos frente al nuevo año de 2022. No es extraño escuchar a personas que dicen “Dios nos castiga”, “Dios nos dejó en las manos del maligno”. Y surge la pregunta ¿Dónde está Dios en estos momentos?

Queremos en esta navidad de 2021, ofrecer en el Santuario de San Pedro Claver, una voz de esperanza que nos vuelva a poner en el camino, a buscar y hallar lo que Dios quiere de nosotros en este tiempo, en que las soluciones tradicionales ya no son útiles.

Inspirados en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, queremos recorrer el camino que se nos ofrece en la pos pandemia, reconociendo las dificultades, los obstáculos y las equivocaciones del pasado. Nos proponemos, sacerdotes y agentes de pastoral del santuario, acompañar en el camino a quienes vienen a este templo para escuchar la voz de Dios y su llamado a ser discípulos y discípulas del Maestro. Queremos juntos, Inspirados en la vida y ministerio de Pedro Claver, buscar y hallar lo que más nos conduce al fin para el que fuimos creados por el amor misericordioso de Dios. Cada celebración y homilías de Adviento, la novena de navidad, el pesebre, serán medios y signos de comunicar que Dios está con nosotros. Eso es NAVIDAD. Como lo dice la oración al niño Jesús: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”, petición que se realiza con mucha confianza frente al pesebre y da la certeza que lo pedido será concedido. Queremos acercarnos al pesebre de 2021, y clavar la mirada en un Dios que no sólo se hace humanidad, sino que se hace pobre, desplazado, amenazado, migrante, discriminado y excluido.

Es probable, como ha sucedido en años anteriores, que las personas que visitan el pesebre, manifiesten que “prefieren el tradicional con ovejas, pastores, vacas y casitas de barro”. Sin embargo, queremos continuar el camino recorrido por los párrocos anteriores de hacer del pesebre y de la novena un espacio para la oración y el encuentro con un Dios que nos interroga “¿Qué has hecho por Cristo, qué haces por Cristo y qué vas a hacer por Cristo?” Un Cristo que se hace presente en aquel hombre que pasa el día con $3.000 diarios, aquella mujer que se vende a los viejos turistas de 60 años y más para sobrevivir. El niño que es usado para el micro tráfico, la empleada domesticas que no tiene seguridad social, ni horario, ni dominicales.

El pesebre, por sí mismo, posee mucha emotividad, y por eso siempre lleva un mensaje interno, el de la esperanza, y al mismo tiempo nos cuestiona, nos reta al MAGIS del que habla San Ignacio, a dar más, al kilómetro extra.

Este año queremos que los visitantes del santuario, del museo, los feligreses de la misa dominical, las parejas que se van a casar, las familias que vengan a presentar sus hijos al bautismo, vuelvan a salir del templo con las preguntas, con los desafíos, que a lo largo de todos estos años los pesebres y la novena han generado en los peregrinos y visitantes del santuario de San Pedro Claver. Llenos de esperanza en que podemos mejorar la ciudad. Que podemos vivir con menos y compartir con los otros. Que podemos llevar y cultivar una vida interior de encuentro con Dios. Que podemos usar la tecnología y no que ella nos use y nos gobierne. Que a Dios lo encontramos en cualquier lugar, y en toda persona. Que ese niño de Belén sigue siendo Luz en medio de tanta oscuridad.

Carlos Eduardo Gutiérrez Pertuz

Ingeniero Mecánico. Ministro de la Palabra y de la Eucaristía, Miembro del Consejo Parroquial. Delegado del Santuario en el Consejo Arquidiocesano de Laicos. Delegado a la Asamblea Sinodal por la Zona Vicarial del Centro Histórico.

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