Fintech
Reinventando nuestra relación con el dinero
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Reinventando nuestra relación con el dinero
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Reinventando nuestra relación con el dinero
AUTOR Pedro Gaviria
COORDINACIÓN EDITORIAL Javier Ignacio Raventós Núñez
DISEÑO GRÁFICO INTEGRAL Beatriz Osuna Patiño
REDACCIÓN Y CORRECCIÓN ESTILO Kevin Monzón, Javier Raventós y Pedro Gaviria
EDITOR Pedro Gaviria
IMPRESIÓN La Imprenta Editores S.A.
ISBN 978-958-49-7353-5
Reservados todos los derechos; prohibida la reproducción total o parcial sin la aprobación expresa del autor.
Este libro se terminó de imprimir el 30 de septiembre de 2022, en Bogotá, Colombia.
Primera Edición
este proyecto cuenta con el apoyo de:
1
Prólogo 8
Pedro Gavira, CEO Armatuvaca
Principios sobre Fintech 13
Banca y transformación 15
Cultura y conectividad 18
Innovación disruptiva y tecnológica 20
El rol de la banca tradicional 21
Banca y ética 22
Autor: Pedro Gaviria, CEO Armatuvaca
2
3
El capital de riesgo y su rol fundamental para la disrupción 29
Escalabilidad y cuestionamiento continuo: casos WeWork y Amazon 31
El camino hacia la “Fintechización” 35
Autor: Pedro Gaviria, CEO Armatuvaca
Herramientas para acelerar la “Fintechización” 39
El alcance de los servicios financieros 41
Walmart as a Fintech 43
Starbucks as a Fintech 44
Banking & Fintech as a Service 46
Embedded Finances – Finanzas embebidas 48
Autor: Pedro Gaviria, CEO Armatuvaca
4
5
Fintech y Emprendimiento Corporativo: la analogía del buque y la lancha 51
El buque de carga – La Corporación 53
La lancha rápida – La Startup 54
Fintech y Emprendimiento Corporativo 57
El caso Cinch 59
Autor: Pedro Gaviria, CEO Armatuvaca
Regulación y Fintech 63
Introducción a la regulación Fintech 65
Industria Fintech 67
• Pagos Digitales 70
• Regtech 72
• Soluciones financieras para empresas 72
• Financiamiento alternativo o “Crowdfunding” 73
• Otras aplicaciones 74
• Regulación Fintech en el mundo 75
• Regulación Fintech en Colombia 78
• Retos legislativos para regulación Fintech 82
• Iniciativas regulatorias existentes 87
Sandbox regulatorios 89
Conclusiones Regulación y Fintech 91
Autor: Erick Rincón Cárdenas, Director TicTank, Profesor Asociado de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, Fundador de Rincón Cardenas & Moreno, Ex Presidente de Colombia Fintech
Fintech desde la academia 95
Introducción 97
Evolución de la educación financiera y el impacto de las Fintech 99
• La formación de profesionales en finanzas 99
• La educación financiera como competencia ciudadana 101
¿Cómo entender las Fintech desde la teoría financiera y bancaria? 104
• La innovación financiera 104
• La intermediación financiera: bancos y Fintech 105 Modelo de negocio, incentivos y riesgos 105 Inclusión y acceso a servicios financieros 107 Eficiencia, competencia y estabilidad financiera 108
• La economía de las plataformas y su impacto sobre la industria financiera 110
• Segmentos Fintech por fuera del ámbito bancario 111 Reflecciones para el ecosistema colombiano y la oportunidad Fintech 113
Autor: Carlos Castro, profesor Universidad del Rosario.
7
8
Fintech y finanzas personales 117
¿Cómo potenciar el ahorro en el contexto actual? 122
Autor: Ernesto Dreyer, Gerente Comercial Chevyplan
Ahorro inteligente en el entorno del fenómeno Fintech 127
El aporte del fenómeno Fintech al empoderamiento de los usuarios 129
El usuario empoderado y la automatización de la actividad financiera 132
Autor: Leopoldo Romero, CEO Chevyplan
bibliografía 136
agradecimientos 142
En 1999, Tony Hsieh, junto con sus socios Nick Swinmurn y Alfred Lin fundaban Zappos, una empresa dedicada a la venta de zapatos en línea. Para la fecha de su fundación, el modelo de negocio fue totalmente innovador, pues pocos creían no sólo que internet iba a volverse el fenómeno que es, sino que las personas iban a estar interesadas en comprar zapatos en línea sin podérselos medir. En la actualidad, Zappos sigue operando y fue adquirida por Amazon en 2009 por 1.2 billones de dólares. A lo largo de su vida, y más específicamente en su libro “Delivering Happiness”, el fundador de Zappos hace un profundo análisis sobre lo que significa la felicidad.
Tony Hsieh dedicó gran parte de su corta vida (lastimosamente murió a los 46 años) a analizar los principios que definen la felicidad. Su teoría era que si todos los lectores entendemos los principios y fundamentos de la felicidad, el resultado iba a ser
un mundo con personas más felices, pues como todo, una vez se entra a analizar, es un concepto aplicable y con mucho por explotar. Siguiendo en línea con lo anterior, el presente texto fue escrito porque si todos los lectores entendemos el poder de la innovación, es más probable que las futuras generaciones sigamos abrazadas al cambio y generemos, por medio de modelos de negocio disruptivos, cambios positivos en la sociedad, partiendo de cuestionar lo ya establecido.
Un aspecto que casi siempre termina siendo una constante al hablar de grandes líderes y grandes compañías, es su capacidad Darwiniana para adaptarse al cambio. Existe mucha literatura que analiza la historia de las compañías más innovadoras de la historia. Importantes autores del mundo de los negocios como Jim Collins y Jerry Porras (en su libro “Built To Last”), Simon Sinek (en su libro “The Infinite Game”) o Adam Grant (en su libro “Originals”), presentan interesantes relatos que buscan explicar ¿por qué algunas empresas perduran y por qué otras no? En sus obras, los autores utilizan historias reales de empresas que literalmente dominaban el mundo, (como Kodak por ejemplo), y que en la actualidad han perdido totalmente su rol de dominancia. También, como es apenas de esperar, se enfocan en las compañías más innovadoras de las últimas décadas: Apple, Microsoft, Facebook, Amazon y Google.
Este libro busca ser atrevido, cuestionando lo tradicional. Busca proponer conceptos y escarbar en historias de innovación, que incluyen a grandes líderes, a grandes empresas y a varios autores interesados en transmitirle al lector una visión desde su perspectiva y conocimiento.
Es además el resultado de un proyecto de Emprendimiento Corporativo que, junto con Chevyplan, empezamos hace casi dos años. En el camino, importantes actores como la Asociación Colombia Fintech o la Universidad del Rosario, a través de su ex-presidente Erick Rincón y el profesor Carlos Castro respectivamente, juntaron su conocimiento para crear un contenido que abarcara en una primera instancia los conceptos más importantes relacionados con el entendimiento del concepto Fintech. Por su parte, Chevyplan, a través de su gerente general, Leopoldo Romero, y su gerente comercial, Ernesto Dreyer, comparten sus experiencias para hablar de temas como innovación, emprendimiento y ahorro formal e informal.
Por mi lado, como CEO y fundador de Armatuvaca, decidí reunir las historias de varios líderes y actores que impulsaron e influyeron la curiosidad que en especial me ha generado la banca y la innovación desde hace años. A lo largo de mi vida, me preguntaba cosas como ¿cómo funcionan los bancos?, o ¿por qué algunas empresas duran años operando y transformándose, mientras tantas otras (la gran mayoría), sólo dejan historias pasajeras por contar?
En línea con lo anterior, y además sintiendo que existe una gran limitante de acceso a contenido relacionado con el Fintech para todos aquellos que no hablan inglés, este libro busca ser una herramienta para impulsar el entendimiento de conceptos básicos que permitan desarrollar una definición propia, analizando el rol de la innovación y la disrupción, así como, su impacto en la transformación de segmentos tradicionales como la banca y las telecomunicaciones.
Por lo anterior, juntamos a dos gerentes de una empresa especializada en ahorro, al ex presidente de una asociación Fintech, a un profesor de una importante universidad y a un CEO de un Startup para compartir nuestra forma de ver el mundo, pero sobre todo, para tratar de analizar un poco lo que se viene en términos de ahorro, innovación e inclusión financiera.
Si el lector comparte tan sólo un poco de la curiosidad por la tecnología y las finanzas que dio origen a este libro, espero que su lectura sea de grandes aprendizajes, como lo ha sido mi camino escribiendo estas líneas.
Creo que muchas de las mejores historias ya pasaron, y ya fueron contadas, por lo que analizarlas permitirá a los líderes del futuro anticiparse a casos de negocio que pueden transformar industrias, como los casos de Walmart o Starbucks. También, historias como la que pasó en Kenia, dónde el gobierno logró impulsar uno de los casos de adopción digital e inclusión financiera más importante de la historia: el caso M-Pesa.
Las perspectivas que buscamos traer los autores permiten que este libro tenga un análisis desde lo ejecucional (desde el punto de vista de la Startup y de la Corporación), desde la academia (desde la Universidad) y desde una perspectiva de mercado y de contexto regulatorio (desde la Asociación).
Por: Pedro Gaviria Cortés
Emprendedor y apasionado de la disrupción. Fundador & CEO Armatuvaca
Pedro Gaviria Cortés Fundador & CEO ArmaTuVaca
Pedro Gaviria Cortés
Emprendedor apasionado por el Fintech y los modelo de negocio dirsuptivos. Fundador y CEO de Armatuvaca, con más de 8 años de experiencia en desarrollo de negocios digitales, fundraising, product management, storytelling y en general interesado en el universo de las Startups. Incursionando en la escritura y conferencista en formación.
En su libro Banking On It, How I Disrupted An Industry, Anne Boden, fundadora y CEO de Starling Bank (uno de los neo-bancos más importantes del Reino Unido, fundado en 2014), explica cómo la definición del Fintech ha cambiado y explora de forma clara su evolución; desde su origen a lo que es en la actualidad. En su relato, la autora dice que hace poco más de dos décadas el Fintech se refería a “las tecnologías utilizadas en el back-end del negocio de una institución financiera para automatizar procesos tales como depósitos y conciliación de cuentas”. Hoy en día, el Fintech se podría definir como las “nuevas formas de realizar transacciones financieras, incluidos pagos digitales, transferencias de dinero, préstamos, recaudo de fondos y gestión de activos, entre otros”.1
Es interesante ver la evolución del concepto y cómo tiene un rol cada vez más importante en la sociedad. El Fintech tiene el potencial de impactar de forma positiva a las personas, ayudar a formalizar la economía y generar disrupción e innovación constante. Además, es un ejercicio sano que incentiva el cuestionamiento continuo del statu-quo.
Entender el Fintech es una tarea poco sencilla, pues existen muchos conceptos que no están del todo claros o que no son sencillos de explicar o definir, lo que hace que a muchas personas les
1 Anne Boden, Banking On It, How I Disrupted An Industry, Pág. 4
parezca un poco abstracto entender el concepto general. Además, hay muchos términos que no están unificados, por lo que es bastante normal ver actores del segmento referirse a los mismos conceptos con términos diferentes.
Es por esta razón que a continuación se propondrán tres pilares fundamentales para concebir el concepto Fintech. Una vez se puedan entender y explicar de forma gráfica, es más fácil entender el potencial que tiene, y, sobre todo, demostrar que es un concepto para todos y no sólo para unos pocos.
A continuación, se explicarán los tres pilares fundamentales que permiten entender de forma más integral el concepto Fintech:
1. Recaudo o Cash-in: es el ingreso de dinero e información que va a ser procesada por uno o varios sistemas, sea de forma física o digital. Es el primer paso para que los recursos entren al “sistema”.
2. Interconectividad: que sistemas conectados entre sí puedan comunicarse y de esta forma ofrecer más opciones a los grupos de interés del segmento.
3. Dispersión o Cash-out: se refiere a la posibilidad de retirar o enviar el dinero a otro sistema tanto físico como digital.
Según lo anterior, es posible afirmar que a mayor interconectividad con la que cuente un ecosistema, menos recursos son retirados del mismo, pues los usuarios pueden utilizar el dinero y a partir de la interconectividad interactuar con otros ecosistemas.
Un ejemplo de esto es una persona que tiene sus recursos en una tarjeta débito y va a realizar un pago en una tienda física. Si la tienda tiene datáfono, la tienda tiene interconectividad, por lo que la persona no tendrá que ir a retirar el dinero, sino que va a poder utilizar el datáfono. En cambio, si no hay datáfono en la tienda, la persona está obligada a retirar el dinero del sistema financiero y realizar el pago en efectivo. Es en este punto, cuando las personas
deciden sacar su dinero, que se crea el ciclo de la informalidad. Es decir, entre menos opciones tengan los usuarios de utilizar sus recursos en un sistema interconectado, más recursos van a ser retirados del mismo, y se van a perder tanto los recursos como la trazabilidad2 y el flujo de información.
El principal problema de la informalidad, es que no permite que haya trazabilidad y genera que la plata entre y salga, pero no se quede en el ecosistema. Colombia es un ejemplo de esto, pues con inventos como el “impuesto temporal del 4x1000”3 y las retenciones a tarjetas de crédito, se ha generado una percepción negativa del sector, ya que las personas sienten que la formalidad tiene costos escondidos. Colombia es de los únicos países, si no el único del mundo, que le pone “peajes” a la formalización del sistema a partir de la implementación de impuestos facilistas para recaudar con el mínimo esfuerzo. Estos impuestos no han sido removidos porque, ante todo, representan uno de los impuestos más sencillos de recaudar para Hacienda.
Diagrama pilares fundamentales
2 Serie de procedimientos que permiten seguir el proceso de evolución de un producto en cada una de sus etapas
3 El 4x1000 representa entre el 5% y el 6% del recaudo nacional. Fuente: https:// www.eltiempo.com/economia/finanzas-personales/adios-al-4x1000-asi-cambiariael-impuesto-693909
Una simple comparación entre una imagen del Papa Benedicto XVI en la plaza de San Pedro dando una misa en 2013, con una imagen del Papa Juan Pablo II dando una misa en el mismo lugar en 2005, muestra claramente la evolución y rapidez con la cual la conectividad se ha apropiado del día a día de las personas 4 En la primera imagen, se ve una multitud atendiendo la misa y a una persona levantando la mano y tomando fotos con un celular. En la segunda imagen, ocho años después, se puede ver a cada persona de la multitud tomando fotos y videos desde sus propios smartphones y tabletas. Evidentemente, en pocos años la cultura universal se transformó, creando una cultura basada en la conectividad y el acceso a Internet.
Hace entonces sentido afirmar que la tecnología, la conectividad y el acceso a internet van de la mano con la evolución; por lo tanto, la revolución de todo tipo de industrias. Y como se tratará de mostrar a lo largo de este libro, la industria de la banca tradicional no es la excepción.
Así como en el sector del transporte, el hotelero o el inmobiliario, el cambio en el mundo de la banca viene a pasos agigantados. Lo anterior podría definirse (en parte) como disrupción financiera. Casos de disrupción tecnológica como Uber, WeWork y Airbnb son un ejemplo del alcance que tiene el cuestionamiento continuo del statu-quo y el uso de la tecnología centrada en el usuario. Los ejemplos mencionados, si bien tienen un modelo de negocio que a primera vista no parece o no fue pensado como Fintech, al hacer un análisis más profundo es posible entender que son negocios que pueden ser concebidos perfectamente como tal, entre otras, por las siguientes razones:
4 https://www.businessinsider.com/vatican-square-2005-and-2013-2013-3
En primer lugar, tanto Uber como Airbnb y WeWork necesitan que su cliente o usuario final pague de forma ágil por el servicio ofrecido, tanto de forma física (efectivo) como digital. Es el momento en el que el dinero entra al “ecosistema”5. Lo anterior se refiere al concepto de recaudo o cash-in.
En segundo lugar, una vez los usuarios realizan el recaudo, múltiples sistemas se pueden comunicar entre sí y generan opciones al usuario final en la usabilidad del servicio que está consumiendo. Lo anterior se conoce como interoperabilidad o interconectividad.
En tercer lugar, todos los actores mencionados requieren poder transferir el dinero recaudado de forma ágil y eficiente a sus proveedores (o en su defecto a sus stakeholders). Lo anterior se refiere al concepto de la dispersión o “cash-out”.
Los tres conceptos mencionados anteriormente son fundamentales para la ejecución del modelo de negocio, tanto para las empresas mencionadas como para empresas de otros sectores. Es por lo anterior, y por razones que se verán a lo largo de este texto, que evoluciona un concepto muy interesante, el Fintech, y que, como se tratará de demostrar en las siguientes líneas, es un aspecto fundamental que requiere que todo tipo de personas y organizaciones lo puedan entender.
La premisa fundamental por la que estas páginas están siendo escritas, es porque el éxito del Fintech radica principalmente en el nivel de entendimiento que tiene el usuario final sobre el universo tecnológico que lo rodea al momento de interactuar con su dinero y sus finanzas personales. Así mismo, como se verá más adelante, no es lo mismo afirmar que la disrupción tecnológica implica obligatoriamente que haya el mismo nivel de disrupción financiera. Muchos ejemplos se podrían mencionar que demuestran que no son cosas que van necesariamente de la mano, pues muchas veces, la infraestructura tecnológica, de pagos o la red bancaria, entre otros, está menos desarrollada y va mucho menos avanzada
5 Sistema financiero y bancario; en general el universo de la formalidad.
que la innovación que genera la tecnología. Según lo anterior, se podría entonces afirmar que es posible que una industria tenga un alto nivel de disrupción tecnológica sin necesariamente tener el mismo nivel de disrupción financiera.
En 1995, el término Innovación Disruptiva fue utilizado por primera vez por el profesor de la Universidad de Harvard Clayton M. Christensen, y sentó una de las bases teóricas más importantes para todos aquellos que han revolucionado todo tipo de industrias6. En todo caso, no fue hasta 1997, con la publicación El Dilema del Innovador, que el concepto se volvió universal.
Muchos grandes empresarios, como Jeff Bezos de Amazon o Reed Hastings de Netflix han sido profundamente influenciados por las teorías de Christensen. En su obra, afirma que una innovación disruptiva es “toda innovación que da fin o que transforma algún mercado, restándole una buena cuota de participación a los actores tradicionales ya establecidos” 7 .
Por su parte, Ben Horowitz, uno de los inversionistas de capital de riesgo y emprendedores tecnológicos más importantes a nivel mundial, afirmó hace pocos años que “se implementan nuevas tecnologías para hacer que algo funcione mucho mejor que antes. Pero, para ganar dinero con dicha tecnología, la solución tiene que ser del orden de magnitud de alrededor de 10 veces mejor de lo que está reemplazando” 8 .
6 Revista para directivos empresariales Harvard Business Review, 1995,
7 https://elpais.com/economia/2020/01/25/actualidad/1579951744_314088.html
8 Anne Boden, Banking On It, How I Disrupted An Industry, Pág. 11
Si se utilizara lo anterior como punto de partida para analizar la banca y los servicios tradicionales, entonces no está fuera de contexto imaginarse que un proceso como abrir una cuenta de ahorros, pedir un crédito, asegurar un vehículo o solicitar una tarjeta de crédito se podrían realizar de forma mucho más eficiente, tanto para el cliente final como para el prestador del servicio.
No obstante, lo anterior no está pasando a la velocidad que el sector lo requiere, pues los actores tradicionales no han sabido adaptarse al cambio y a la disrupción generada en las últimas tres décadas. Actualmente sigue existiendo una enorme brecha entre los servicios financieros ofrecidos por los actores tradicionales, y los que las personas y empresas necesitan. Es por esta razón que el concepto Fintech está sonando cada vez más.
Históricamente es conocido para muchos que el sector financiero, y en particular los bancos, se han encontrado ante un gran reto: mejorar la precepción que tienen las personas y las pequeñas y medianas empresas sobre el sector de la banca tradicional.
Es posible que varios hayan oído cosas como “la gente odia a los bancos” o “el banco siempre gana”. Lo anterior tiene una connotación fundamental en la razón de ser del Fintech, pues la percepción negativa que ha generado la banca a lo largo de los años no es necesariamente una reputación merecida para todos ellos. Es importante aclarar que la banca ha sobrevivido a guerras mundiales, recesiones, pandemias y en general es una institución que ha demostrado que por más complicado que sea el panorama, es muy probable que logre salir adelante. (Aunque pensándolo bien, vale la pena revisar a qué precio).
Claramente no se puede afirmar que hacer banca en un mundo posguerra mundial, por ejemplo, a hacer banca en pleno siglo XXI sea comparable. El contexto juega un papel muy importante en el camino y por lo tanto el rol que toma la banca.
Si se revisa el rol que la banca ha tenido en la sociedad capitalista, en general se podría decir que la banca ha ido de la mano del Gobierno en momentos de crisis, pues existe ese concepto de que la banca es “too-big-to-fail”9. Y quién sabe, probablemente sea cierto… Pero como lo ha mostrado la historia, especialmente en las últimas décadas, el cambio es inminente. La pregunta no es si el cambio va a llegar, sino cuándo lo va a hacer y quienes van a liderarlo.
Una de las personalidades más inspiradoras en el universo de la ética empresarial es el español Joan Melé, autor de la obra “Dinero y Conciencia” y gran evangelizador del concepto de “La Banca Ética”. En sus charlas, y en su obra en general, define a la banca como un “agente de cambio y de impacto en la sociedad”. Y si bien podría generar controversia, es cierto si miramos el rol que ha tenido la banca históricamente, especialmente en los países más desarrollados del mundo. Muchas de las potencias mundiales tienen sistemas bancarios muy robustos que han pasado por crisis de todo tipo, pero que a su vez han logrado crear un sistema financiero poco volátil y confiable para los mercados globales. Es muy probable que Suiza, por ejemplo, sea un país desarrollado en cierta medida porque cuenta con un sistema financiero sólido, y en el cual los mercados confían. Por esta razón, personas y empresas no tienen problemas en llevar sus recursos para allá. Sin embargo, no por lo anterior se puede afirmar que un sistema financiero robusto esté blindado contra las crisis, como lo demues-
9 Se emplea para referirse a bancos u otras instituciones con tal peso en un sector (por ejemplo, el financiero) que los bancos centrales no pueden dejar que caigan, pues su quiebra arrastraría al resto de entidades de dicho sector.
tra la historia reciente de la economía de los Estados Unidos. Por el contrario, sentirse excesivamente robusto puede ser un arma de doble filo bastante peligrosa.
Los ejemplos mencionados anteriormente, Suiza y Estados Unidos, tienen en común que su sistema bancario no ha tenido grandes cambios ni transformaciones en el último siglo. Si quitamos los últimos años del análisis, se podría concluir que el sistema financiero lleva siendo el mismo desde hace años y muy poco se ha transformado. Al no haberse transformado, no es no está fuera de contexto sospechar que a lo largo del camino el banco ha perdido su razón de ser: su propósito10.
Entonces, si la banca es un agente de impacto y de cambio en la sociedad, ¿por qué las personas tienen una percepción tan negativa de la misma, pero por otra parte, confían suficientemente en ella como para que les resguarde su dinero?
En una charla realizada hace unos años entre miembros de un banco español y algunas empresas Fintech en Colombia, el director de innovación de la entidad financiera fue sorprendido con una pregunta a quemarropa por parte de uno de los asistentes: ¿Por qué la gente odia a los bancos? La respuesta a lo anterior es digna de análisis de expertos y de tesis doctorales, pues hay muchas variables a tener en cuenta para realizar el análisis. Así mismo, hay que tener en cuenta que la palabra odio es totalmente relativa en este caso. No obstante, la respuesta fue igual de clara y contundente por parte del representante del banco: “Porque los bancos creíamos hasta hace muy pocos años que nuestro negocio era hacer plata, y hoy en día estamos pagando un precio alto por ello, porque no hemos centrado al cliente en el despliegue de nuestra oferta de valor”.
Como se puede ver, el banco y sus directivos están plenamente conscientes de que se ha perdido el propósito a lo largo del cami-
10 Declaración del propósito de una empresa.
no y que tienen que hacer algo al respecto, además de adaptar su modelo de negocio a lo que el mercado exige. Es por eso que conceptos como el Open-Finance, el Open-Banking, las Finanzas embebidas (Embedded Finance) o el “Banking as a Service” son fundamentales para que el banco pueda recuperar el rumbo perdido.
La respuesta a lo anterior está en el apasionante universo del Fintech, pues como lo afirmó la inversionista de capital de riesgo Angela Strange (del fondo de capital de riesgo Andreessen Horowitz): “Every Company Will be a Fintech Company”.
Pedro Gaviria Cortés Fundador & CEO ArmaTuVaca
Pedro Gaviria Cortés
Emprendedor apasionado por el Fintech y los modelo de negocio dirsuptivos. Fundador y CEO de Armatuvaca, con más de 8 años de experiencia en desarrollo de negocios digitales, fundraising, product management, storytelling y en general interesado en el universo de las Startups. Incursionando en la escritura y conferencista en formación.
En una charla realizada en 2019 en la cumbre anual de una de las firmas de capital de riesgo más influyentes e importantes a nivel mundial, Andreessen Horowitz, su directora general Angela Strange1 afirmaba, entre otras cosas, que:
“Todas las empresas hoy en día, como se vio con Uber, Lyft, Shopify o MindBody, deberían estar pensando en cómo apalancarse mejor en los servicios financieros para servir y retener mejor a los clientes, así como generar más margen.
En un futuro no muy lejano, la mayoría de las empresas obtendrán una parte significante de sus ingresos a partir de la incorporación de servicios financieros en su modelo de negocio.
Incluso aquellos modelos que no tienen nada que ver con servicios financieros, tendrán la oportunidad de beneficiarse del Fintech por primera vez” 2 .
1 General Partner en la firma de Capital Privado Andreessen Horowitz. 2 https://a16z.com/2020/01/21/every-company-will-be-a-fintech-company/
Muchos inversionistas de capital de riesgo (Venture Capital – VC) piensan igual que Angela Strange desde hace tiempo, y es por eso que han estado a la vanguardia de la innovación y la disrupción tecnológica en las últimas tres décadas. El VC ha sido fundamental para que reconocidos casos de éxito a nivel mundial hagan parte de las compañías más importantes del mundo hoy en día. En muy pocos años, se empezaron a ver crecimientos exponenciales en ciertos sectores, logrando que, con menos de 20 años de historia, sean en su mayoría empresas con más valor de mercado que gigantes como petroleras, bancos, empresas de telecomunicaciones y cadenas de retail, entre otros.
Empresas como Toyota, China Mobile, Walmart, Disney, Coca-Cola o McDonald’s, fueron dominantes hasta hace aproximadamente 10 años. En el 2008, por ejemplo, la compañía petrolera Royal Dutch Shell3 tenía una valoración de 266 billones4 de dólares, y fue fundada en 1907. Por otro lado, Facebook, fundada en 2004, alcanzó en 2018 una valoración de 545 billones de dólares. En menos de 15 años, logró llegar a una valoración de casi el doble de la que logró tener Shell en más de un siglo de historia.
Muchas de las empresas mencionadas, como Coca-Cola o McDonald’s, siguen teniendo altas valoraciones y son empresas con mucha historia y peso sobre sus hombros. Además, es interesante ver que las únicas compañías que han logrado mantenerse entre las más top del mundo, son aquellas cuyo núcleo (core-business)5 está basado en la tecnología; más específicamente en el desarrollo de software y hardware.
Microsoft, fundada en 1975, ha logrado mantenerse a la vanguardia, pues en 2008 era la séptima compañía más valiosa del mundo, valorizada en 313 billones de dólares, y en 2018 era la tercera, con
3 https://www.shell.com/
4 1 billón de USD = mil millones de USD.
5 Razón de ser y corazón de una organización.
un valor de 680 billones de dólares (detrás de Apple y Google)6 En sólo 10 años logró duplicar su valoración. En el 2021, Apple, Google, Amazon y Microsoft llegaron a valoraciones superiores a los 1.5 trillones de dólares7.
Uno de los principales retos que tienen las empresas, (después de haber analizado hace algunas líneas el concepto de la innovación disruptiva), es mantenerse a la vanguardia. Es posible que empresas que en algún momento fueran disruptivas, en poco tiempo se enfrenten otra vez al dilema de no haber respondido suficientemente rápido a las exigencias del mercado. Y no sólo del mercado, sino de gestión y direccionamiento estratégico. Un ejemplo de esto es WeWork, que en tan sólo 10 años logró tener una valorización de más de 47 billones de dólares. Pero, como se verá más adelante, en tan sólo cinco meses, la compañía disminuyó su valor de mercado dramáticamente, quedando en 2019 valorizada en 8 billones de dólares8
Para entrar en detalle del caso de la famosa empresa de bienes raíces, es muy importante partir de la definición de un concepto fundamental que diferencia a las empresas tradicionales, de las que transforman el mercado. Dicho concepto se refiere a la “escalabilidad”. Por definición, un modelo de negocio es escalable cuando logra incrementar sus ingresos mientras sus costos tienen aumentos marginales. En otras palabras, es escalable el modelo
6 Bloomberg: https://miro.medium.com/max/850/1*P7XsZb1t9wBEKicG9vRLsA.jpeg
7 Nota: en 2021 Apple alcanzó una valoración superior a los 2.250 billones de dólares.
8 https://www.entrepreneur.com/article/345969
de negocio que logre controlar el aumento de sus costos a medida que logra disparar los ingresos de forma exponencial. Es un concepto totalmente ligado a las economías de escala9.
Con lo anterior, es pertinente volver a los ejemplos mencionados sobre las empresas más valiosas del mundo. Si bien Shell es una de las petroleras más grandes del mundo, su modelo de negocio, como fue concebido en un inicio, jamás permitiría que los ingresos se disparen mientras los costos siguen teniendo aumentos marginales. Este tipo de modelos de negocio implican que haya una alta inversión en capital de trabajo para generar rentabilidad.
Una petrolera, o una empresa de telecomunicaciones, si quiere desplegar su propuesta de valor, tiene que hacer altas inversiones en personal, infraestructura, logística y cumplimientos regulatorios, entre otros. Lo mismo pasa con WeWork. Cada nueva ciudad, cada nuevo edificio que se inaugure, sus costos tendrán aumentos proporcionales a sus ingresos. Es por lo anterior que este caso en específico es muy interesante, pues hoy en día se sabe que el error fue claro: fue valorizada como una empresa de tecnología, al ser en realidad una empresa de bienes raíces (de sector tradicional), o al menos, así fue concebida en un principio. Si realmente hubiera sido una empresa de tecnología, aparte de tener sus puntos fijos y oficinas en varias ciudades del mundo, perfectamente el resto de los Coworks del mundo podrían estar usando un software de gestión para su negocio que fuera proveído por WeWork. Algo así como un servicio que facilitara la gestión de espacios para todo tipo de empresas del sector, creando un servicio “By WeWork”, por ejemplo.
Una empresa que permite hacer una buena comparación de la situación anterior es Amazon. Aún siendo una empresa que empezó con la idea de vender libros por internet, a lo largo del camino se ha mantenido innovando y cuestionando de forma continua sus propias soluciones, sacando al mercado servicios que son fundamen-
9 Esto ocurre cuando los bienes o servicios se pueden producir a mayor escala, pero a un costo menor por unidad.
tales para el universo de la tecnología en la actualidad; como su plataforma de almacenamiento en la nube Amazon Web Services (AWS). Gracias a este servicio, actualmente cientos de miles de negocios, en más de 190 países, son impulsados por una plataforma de infraestructura escalable, gracias a que “las empresas ya no tienen que planificar ni adquirir servidores ni otras infraestructuras de TI con semanas o meses de antelación. Pueden disponer en cuestión de minutos de cientos o de miles de servidores y ofrecer resultados más rápidamente”10.
Al igual que con AWS se ha repetido la historia. Actualmente el ecosistema de Amazon es algo espectacular de ver:
Fuente imágen11 .
Como se puede ver, actualmente tienen servicios en todo tipo de sectores, como entretenimiento (Amazon Studios – Prime), música (Amazon Music), pagos (Amazon Payments), “gamming” (Twitch), “healthcare” (Amazon Care), logística (Amazon Robotics), hardware (Amazon Alexa), entre otros.
10 Amazon Web Services: https://aws.amazon.com/es/about-aws/ 11 Imagen: cortesía de Julius Wiedemann para el sitio web StirWorld
Al ver el ecosistema de Amazon, es posible imaginarse un escenario en el que WeWork hubiera logrado mantener su innovación disruptiva, creando soluciones de gestión de espacios, soluciones financieras, entre otras. Sin importar el sector, si las empresas no entienden que su rol en la actualidad cambia literalmente a diario, es posible que se vean más casos como los de WeWork, y menos como el de Amazon. No obstante, lo que es cierto es que todavía no es muy tarde, pues la compañía de bienes raíces, si bien redujo su valoración, también logró sobrevivir (además a una pandemia), por lo que muy seguramente vuelva a dar sorpresas y siga generando disrupción e innovación y dando de qué hablar.
Según los ejemplos anteriores hace sentido afirmar que la disrupción ha sido posible en las últimas tres décadas gracias a la aparición y mejoramiento continuo que permite el uso de la tecnología. Si no existiera la tecnología, no sería posible para empresas como Google o Facebook mantener unos costos relativamente bajos, mientras su potencial, sus líneas de ingreso, su valor de marca y su visión parece siempre estar a la vanguardia. Es muy probable que, en los próximos años, empresas como Amazon y Google sigan siendo líderes del mercado, pues sobra decir que su mind-set de innovación y cuestionamiento continuo son fundamentales para nunca caer en la trampa de pensar que ya se innovó suficiente, como el triste caso de Kodak.
En realidad, pensándolo a profundidad, jamás se innova suficiente.
Existen miles de ejemplos de esto. Por eso es un reto constante mantener una cultura empresarial12 que permita cambiar de forma ágil el foco y permita pivotear13 y probar de forma constante. Además, como se vio con el caso de Amazon, no es raro verlos entrar y probar suerte en diversas industrias. No sería descabella-
12 Conjunto de normas, hábitos y valores que comparten las personas que colaboran en una empresa.
13 Pivotear significa realizar un cambio radical en el modelo de negocio para centrarse en una oportunidad de mercado diferente. Supone un cambio de estrategia más amplio y, por lo tanto, es mucho más difícil de implementar.
do pensar que, así como Google tiene todas las capacidades para desarrollar los medios de transporte del futuro, podría también estar entre sus planes desarrollar cohetes para ir a Marte. Lo anterior puede pasar por una sencilla razón, y es que la innovación continua lleva a generar nuevas soluciones, que, a su vez, generan nuevas problemáticas. Este ciclo de innovación es un círculo virtuoso que se repite constantemente, y es una de las razones principales que permiten a las muchas empresas mencionadas mantenerse en la punta de la pirámide de las empresas más valiosas del mundo.
Los casos analizados a lo largo del texto tienen en común que en general son marcas reconocidas a nivel mundial. Sin embargo, como se verá en las siguientes líneas, algunos sectores, como el de las telecomunicaciones, ha sido fundamental para el desarrollo social y económico de los países, y representa el camino más claro para la Fintechización14. Así mismo, los roles de los agentes reguladores.
Kenia, con una población de 46 millones de habitantes, conocida mundialmente por producir atletas multi campeones olímpicos como Eliud Kipchoge15 (uno de los mejores corredores de carreras de fondo de la historia), es, además, uno de los casos de éxito más importantes de la historia reciente en términos de Fintechización.
En el año 2007, la armonía y el punto de encuentro entre la innovación disruptiva, la necesidad de un mercado desatendido y la aplicación a la perfección del concepto “prueba y aprendizaje”
14 Si bien no es un concepto que tenga definiciones, para este contexto se definirá como: la presencia cada vez más común de conceptos Fintech en diversos tipos de industrias.
15 https://es.wikipedia.org/wiki/Eliud_Kipchoge
(test and learn)16, permitieron al regulador aprobar el comienzo de operaciones de la firma M-Pesa. En la actualidad, la prueba de concepto realizada junto con el Banco Central de Kenia ha influenciado el desarrollo de soluciones de tecnología financiera. A nivel mundial, los reguladores financieros17 han aplicado enfoques de “prueba y aprendizaje” durante varios años.
M-Pesa representa uno de los casos de éxito más importantes a nivel mundial en la aplicación del concepto de “Mobile Money”, que se refiere a “las transacciones financieras que se realizan mediante un teléfono móvil, donde el valor se almacena virtualmente (dinero electrónico) en una cuenta asociada con una tarjeta SIM. Estas transacciones son compatibles con teléfonos básicos y no requieren acceso a Internet”18. Gracias a dicho concepto, en el 2020 M-Pesa cuenta con más de 30 millones de usuarios, y logró reemplazar el flujo de dinero en efectivo al permitir a las personas en toda Kenia enviar y recibir dinero desde su celular básico (no smartphone), sin necesidad de conexión a internet. Gracias a lo anterior, en la actualidad más del 85% de la población de Kenia ha sido digitalizada y mueve dinero en su día a día de forma digital. Además, creó en menos de dos décadas una cultura basada en la conectividad, sin necesidad de acceso a internet. Lo anterior implica una economía más formal, pues es posible tener trazabilidad tanto del dinero como del flujo de información.
Njuguna Ndung’, ex gobernador del Banco Central de Kenia19, entre el período 2007 y 2015, argumentaba sobre la “necesidad como regulador de equilibrar la innovación y el riesgo sistémico
16 Test and Learn: El concepto “prueba y aprendizaje” permite a los reguladores observar el impacto de una innovación o adaptación de un producto (“prueba”) y ajustar su respuesta regulatoria a ella, basándose en su conocimiento mejorado de su efecto (“aprender”).
17 Para lo anterior se utiliza el concepto de Sandbox regulatorio.
18 https://www.hfgproject.org/mobile-money-defined/
19 Gobernador del Banco Central: director ejecutivo y miembro de la junta directiva del Banco Central de Kenia.
mientras se promueve la competencia”20. Lo anterior se da cuando el ente regulador entiende que, para regular modelos de negocio disruptivos, cambiantes y con cuestionamiento continuo en su ADN, tiene que antes entenderlos, y la mejor forma de hacerlo es de la mano de ellos. Para lograrlo es clave que el regulador sepa diferenciar entre lo fundamental de hacer bien su labor y el momento en el que necesite aprender nuevas cosas e innovar para seguir haciéndolas bien. En otras palabras, en la actualidad es una obligación del legislador mantener una mentalidad abierta para lograr lo que, para efectos de estas líneas, se podría definir como “regulación disruptiva”.
20 https://aercafrica.org/wp-content/uploads/2021/02/A-Digital-Financial-Services-Revolution-in-Kenia.pdf Pág. 10
Pedro Gaviria Cortés Fundador & CEO ArmaTuVaca
Pedro Gaviria Cortés
Emprendedor apasionado por el Fintech y los modelo de negocio dirsuptivos. Fundador y CEO de Armatuvaca, con más de 8 años de experiencia en desarrollo de negocios digitales, fundraising, product management, storytelling y en general interesado en el universo de las Startups. Incursionando en la escritura y conferencista en formación.
A lo largo del texto, se ha mencionado que existen muchos conceptos que podrían ser confusos, y sobre los cuales, varias áreas de un mismo segmento se podrían referir de forma diferente. Por ejemplo, hace más de una década existe el concepto del Software as a Service (SaaS)1, y muchos sectores están apoyados en su operación por soluciones prestadas por empresas especialistas en SaaS. La razón de lo anterior es sencilla si se mira desde el punto del "core-business" y la optimización de costos. Los primeros SaaS que aparecieron, permitieron en muchos aspectos “democratizar” el acceso a todo tipo de servicios que hoy en día nos parecen normales, como Word Office o Excel, sobre los cuales las personas y empresas pagan licencias para desarrollar todo tipo de actividades. Actualmente, existen empresas de software que generan alto valor a todo tipo de sectores, como los proveedores de almacenamiento en la nube, por ejemplo.
La mayoría de empresas tercerizan el almacenamiento en grandes compañías como Amazon Web Services, Google Cloud o Microsoft Azure. Sin estas compañías y sus soluciones, muchas empresas
1 El software como servicio (SaaS) permite a los usuarios conectarse a aplicaciones basadas en la nube a través de Internet y usarlas. Algunos ejemplos comunes son el correo electrónico, los calendarios y las herramientas ofimáticas (como Microsoft Office 365).
Fuente: https://azure.microsoft.com/es-es/overview/what-is-saas/
pequeñas, medianas y grandes no podrían ser escalables o ni siquiera podrían existir. Sus soluciones literalmente democratizaron y abrieron los accesos para que muchas más personas pudieran innovar a través del despliegue de diversas soluciones a través de plataformas tecnológicas.
Siguiendo la línea anterior sobre el foco del negocio y la optimización de costos, existe, también hace más de una década, el concepto del White Label2. Al igual que el SaaS, permite basarse en la tecnología y Know-How de un tercero, con el fin de robustecer la oferta de valor al momento de ofrecer un servicio determinado a un cliente final. Muchas empresas utilizan el modelo para no tener que desarrollar plataformas propias. Un ejemplo de esto podría ser una cadena de cine tradicional, que decide digitalizar su operación. Si la cadena está analizando desarrollar su propia tecnología para montar su página web, modernizar su sistema de reservas y de pagos, o buscar un proveedor por medio de un contrato de White Label, es muy probable que encuentre la solución en esta última opción. Así es como muchas otras cadenas de cines se encuentran con la misma problemática. La realidad es que existen expertos que llevan años desarrollando su propia solución y su tecnología, por lo que es muy recomendable para muchos casos de negocio, apalancarse en lo que ya los expertos han construido.
Sin embargo, todo concepto evoluciona y los ejemplos anteriores sirven para entender y dimensionar hacia dónde van a ir las soluciones tipo “as a Service”, pues el mismo fenómeno está sucediendo con conceptos similares que se analizarán a continuación, y que están profundamente relacionados con el universo Fintech. ¿Por qué no pensar en un futuro en el que existan servicios como “Streaming as a Service”, para que cualquier empresa pueda prestar su propio
2 White Label se refiere a la posibilidad de ofrecer tecnologías y recursos adicionales a tus clientes, tercerizando una estructura de productos, servicios o modelos previamente hechos.
Fuente: https://blog.duda.co/es/que-es-white-label
servicio de Streaming; y entregar su contenido tipo Netflix, por ejemplo? En línea con lo mencionado a lo largo del libro, una de las formas de seguir disrumpiendo el mercado, sería que dicho servicio sea proveído directamente “By Netflix”.
El 11 de enero de 2021, Walmart, la compañía estadounidense más importante de retail en las últimas décadas, fundada en 1962, anunciaba la creación de una nueva Fintech, gracias a una alianza estratégica con la firma de capital de riesgo Ribbit Capital. Como se mencionó hace algunas líneas sobre la importancia del capital de riesgo en la innovación disruptiva, el caso anterior muestra que el camino es evidente para los grandes actores. Si se busca información sobre Ribbit en la web, se encuentra rápidamente lo que ellos llaman “mantra” 3:
“Porque el mundo necesita más innovación financiera, Y menos ingeniería financiera.”
La nueva empresa de tecnología financiera “unirá el conocimiento minorista y la escala de Walmart junto con la experiencia en Fintech de Ribbit para brindar experiencias financieras a los clientes y asociados” 4 de la empresa de retail. Ribbit Capital también cierra su mantra con la siguiente frase:
“Se
necesita dinero
para cambiar
el dinero” 5 .
3 https://ribbitcap.com/our-mantra/
4 https://corporate.walmart.com/newsroom/2021/01/11/walmart-announces-creation-of-new-fintech-startup
5 https://ribbitcap.com/our-mantra/
Con el ejemplo anterior, aparte de ver una tendencia, y una decisión estratégica clave de una empresa de la magnitud de Walmart, se puede esperar entonces que haya muchos casos de este tipo que se estén dando en este momento, y se seguirán dando. No obstante, para que pase eso, es importante que el concepto de la “Fintechización” no sea sólo una posibilidad para unos pocos. Si bien el ejemplo anterior muestra a dos grandes compañías trabajando de la mano, también muestra que hay un enorme trabajo por realizar con el fin de poder democratizar los servicios financieros, tanto para las empresas que lo quieren ofrecer, como los usuarios o empresas finales que van a adquirir y utilizar el servicio.
Para el año 2008, Howard Schultz empezaba su segunda etapa como CEO de la cadena de café estadounidense Starbucks (fundada en 1971). Tras pasar 14 años a la cabeza en su primera etapa (desde 1986 hasta el año 2000), logró transformarla en un fenómeno global. La historia de esta empresa, representa una oportunidad de oro para aprender sobre negocios, pues sus enseñanzas se pueden utilizar para entender de innovación y de disrupción; pero, sobre todo, de visión.
A través de una transformación profunda de su modelo de negocio, la compañía logró convertirse en la actualidad en una empresa de tecnología. Hoy en día podrá haber competidores que sirvan mejor café, tengan mejores precios, y en general ofrezcan una experiencia suficientemente diferenciada a sus consumidores para adquirir un mercado y competirle directamente a Starbucks. Sin embargo, no es nada fácil que otra cadena pueda competir con su tecnología (App, Inteligencia Artificial e infraestructura de
pagos). Pero sobre todo, es muy poco probable que otra cadena de café logre sus hitos financieros: en el año 2021, Starbucks contaba con más de 2.4 billones de dólares que sus clientes le habían entregado para futuras compras. (Para hacerse una idea, Starbucks cuenta con más activos que el 85% de los bancos de los Estados Unidos, que cuentan con activos por valor menor a 1 billón de dólares).
Pero, ¿Cómo logró Starbucks esto? En un principio se podría decir que por un constante cuestionamiento de su modelo de negocio, por estar en sincronía con el cambio y por líderes geniales como Howard Schultz. Sin embargo, también su capacidad de verse como algo más que una empresa de tecnología lo permitió.
Gracias a una iniciativa llamada “My Starbucks Idea”, un buzón de sugerencias digital, la compañía desarrolló una infraestructura tecnológica, y ejecutó una estrategia de fidelización que le permitió que sus clientes, gracias a pequeños incentivos (como un café o un croissant gratis), pagaran por medio de la App y dejaran saldo para su próxima compra. De esta manera, y en plena pandemia del Covid-19, Starbucks contaba con más de 2,4 billones de dólares de sus clientes, logrando fondear su operación, pues es plata que únicamente puede ser “redimida” en sus productos. Visto de otra manera, el programa de fidelización e incentivos de Starbucks le permitió convencer a los clientes de entregarle su dinero, sin que los clientes esperen ningún interés ni retorno.
Con el fenómeno Starbucks, no es entonces demasiado descabellado pensar que Starbucks se vea en la actualidad más como una Fintech que como una empresa de tecnología. Starbucks as a Fintech ya es una realidad. Y casos como estos, sin ser explorados, probablemente hay muchos. Es por esto que la Fintechización viene a pasos agigantados.
Para poder prestar un servicio a un tercero, y permitirle tercerizar una parte clave para la ejecución de su modelo de negocio, es clave que quien preste el servicio esté en la capacidad de lidiar con los altos costos y altos riesgos que implica simplificarle a los demás su trabajo. Por ejemplo, las empresas de almacenamiento de datos en la nube mencionadas anteriormente, necesitan grandes infraestructuras de almacenamiento de datos, y en varias partes del mundo; tienen que lidiar con situaciones de todo tipo, como ataques cibernéticos, posibles desastres naturales, ataques terroristas o riesgos asociados al lugar donde se encuentren sus instalaciones. No es por nada que Amazon tiene uno de sus centros de datos en Langley, (Virginia, Estados Unidos), uno de los lugares más seguros del mundo, ni que organizaciones como la CIA utilicen sus servicios.
Son los grandes actores quienes toman los riesgos más complejos, ya que son quienes terminan construyendo la infraestructura para los demás. En el sector de la banca pasa exactamente lo mismo. La regulación financiera, y la regulación en general existe cuando los sectores necesitan un control, ya que por el segmento de los actores se tiene que prevenir el posible riesgo que implica ejecutar su objeto social. Si una empresa financiera sufre, el segmento en general sufre, así como los consumidores y el ente regulador. En todos los países del mundo existen regulaciones que permiten poner las reglas de juego claras para todos aquellos actores que decidan entrar a competir por una porción del mercado. Teniendo en cuenta que hay sectores muy sensibles para la política, el desarrollo social y económico de un país, como la aviación, la banca o las telecomunicaciones, existen agentes reguladores que cumplen la compleja tarea de regular una actividad clave para la economía, pero que tiene altos riesgos de todo tipo. Y más si se piensa desde el punto de la innovación disruptiva, pues en el caso
de la banca, por ejemplo, la regulación está ligada directamente a la disrupción del segmento. Es una realidad que son sectores que están teniendo cambios sustanciales y a pasos agigantados. Y que como se mencionó anteriormente, constituyen un agente de cambio e impacto fundamental en la sociedad.
Asi las cosas, no estaría fuera de contexto pensar que, si la regulación entiende el mercado y lo hace además cada vez a mayor velocidad, existe más la posibilidad de que aparezcan actores influyentes y que disrumpan la industria. Por ejemplo, así como una aerolínea no podría ser Delta o American Airlines sin la existencia de empresas como Boeing o Airbus, una Fintech no podría desplegar sus servicios si no existieran las entidades financieras reguladas, que para este caso cumplen una función fundamental; al igual que las casas matrices productoras de aeronaves para las aerolíneas.
Si bien en el ejemplo de la aviación hay vidas en juego de forma directa (ya que depende del desarrollo de un producto tan complejo como un avión), en el universo de la banca también hay mucho en juego, pues en el momento en el que el sector financiero se vea afectado, de forma indirecta se ven afectadas las vidas de millones de personas, como lo han mostrado las recesiones y crisis económicas. Es precisamente por situaciones de este tipo, que se debe encontrar el punto en común entre la regulación y lo que el mercado necesita. Es verdad que el mundo necesita cada vez más actores en el universo financiero que amplifiquen la oferta, pues es fundamental que los actores regulados vayan a su vez desarrollando la capacidad de trabajar a alta velocidad con empresas disruptivas. Es a la larga un ejercicio de doble vía.
Cabe mencionar que, a los actores tradicionales del segmento de la banca, les ha tocado a lo largo del tiempo trabajar en dos frentes fundamentales para poder llevar a cabo su razón de ser. Por un lado, lo que se podría llamar “la puerta de atrás” o “el back-
end del negocio”, con aspectos como regulación, operación, infraestructura, entre otros. Y “la puerta delantera” o “el frontend”, como la experiencia de usuario, el servicio al cliente, entre otros. Pero, el problema, es que las entidades financieras del segmento han tardado mucho tiempo en darse cuenta que las dos cosas son muy difíciles y costosas de hacer en paralelo. Por un lado, las exigencias de los clientes van aumentando a velocidades abismales, mientras que las expectativas de los mecanismos de control son cada vez más altas. Así mismo, las inversiones tecnológicas y en infraestructura son esenciales para cumplir con los requerimientos regulatorios. Es precisamente por lo anterior, que los actores tradicionales deberían estar enfocándose en el enorme alcance del Banking as a Service 6 . Para lo anterior, hace mucho más sentido tener una mentalidad en la que se piensa siempre que “el tamaño de la pizza puede ser más grande para todos, y no en que el pedazo de pizza puede ser más grande para mí”.
A lo largo del texto se ha hablado de diferentes formas en las cuales la tecnología financiera está cada vez más presente en todo tipo de conversaciones. Y es justamente por eso, que después de haber analizado los conceptos anteriores, se puede hablar de uno de los conceptos más apasionantes e interesantes del universo Fintech, y un factor clave para acelerar la disrupción financiera.
Como se mencionó en el caso de Walmart as a Fintech , las grandes empresas de retail, así como otros sectores con grandes jugadores, están entendiendo la importancia que juegan los
6 El Banking as a Service buscar reducir la complejidad de los productos bancarios y exponerlos como servicios consumibles por terceros. De esta manera, los bancos con licencia integran sus servicios de banca digital directamente en productos de compañías no bancarias.
servicios financieros para complementar su oferta de valor. Y así como el Banking as a Service, existe un concepto que cada vez tiene más importancia en el proceso de Fintechización, y es el de las “Embedded Finances” o “finanzas embebidas”.
Gracias a dicho concepto, empresas de todo tipo de sectores pueden ofrecer servicios financieros a su usuario final sin necesitar la infraestructura financiera, regulatoria y demás que tienen las instituciones financieras. Para lograr lo anterior, las empresas que están en el sector financiero deben tener una infraestructura que permita a terceros conectarse a su tecnología de forma sencilla. Para esto, es necesario que tengan interconectividad, de tal forma que sus sistemas sean abiertos y permitan a terceros conectarse de forma fácil, ágil y eficiente (En 2022 se lanzó en Colombia la regulación de Finanzas Abiertas por medio del Decreto 1297 del mismo año).
“Las finanzas embebidas permiten a empresas de todo tipo de segmentos (fuera del sector financiero), ofrecer servicios financieros a sus clientes finales” 7 .
7 https://techcrunch.com/2021/08/12/embedded-finance-wont-make-every-firm-into-a-fintech-company/
La Analogía del Buque y la Lancha
Pedro Gaviria Cortés Fundador & CEO ArmaTuVaca
Pedro Gaviria Cortés
Emprendedor apasionado por el Fintech y los modelo de negocio dirsuptivos. Fundador y CEO de Armatuvaca, con más de 8 años de experiencia en desarrollo de negocios digitales, fundraising, product management, storytelling y en general interesado en el universo de las Startups. Incursionando en la escritura y conferencista en formación.
Presupuestos elevados, objetivos ambiciosos, proyecciones de ventas que parecen imposibles, decenas de áreas, fechas de lanzamiento y de presentación a comités y a juntas directivas. Así pueden parecer ciertos días para alguien que trabaja en una gran corporación. Con objetivos previamente establecidos por las directivas, es normal que el día a día para los colaboradores tenga todo tipo de situaciones.
La complejidad de la operación de las corporaciones hace que trabajar en ellas sea un reto que implica saber planear, organizar y ejecutar, pero, sobre todo, es fundamental que sus empleados sepan trabajar en equipo. Muchas mentes trabajando entre sí en una organización, implican varios intereses de diferentes áreas, lo que hace que sea complicado trabajar de forma armónica, pues alinear a tantas partes para ejecutar cualquier proyecto no es tarea fácil. La gestión de proyectos y de producto son claves para generar espacios de intercambio entre las áreas. Pero, la realidad es que el tema se puede complejizar más cuando varias áreas de una empresa tienen que trabajar de la mano con un externo, como una Startup por ejemplo.
Cuando una empresa tiene un cierto tamaño y se convierte en gran empresa o corporación, al igual que un buque de carga, le cuesta más trabajo moverse de forma ágil, cambiar de dirección, ir hacia atrás, hacia los lados o hasta frenar. No importa el sector, el segmento de mercado ni la actividad; todas las empresas que se vuelven tan grandes como un buque de carga, cuentan con ciertas características que les van a permitir mantenerse a flote por cierto tiempo, tener una tripulación experimentada y posiblemente, si así lo quisieran, darle la vuelta al mundo con los recursos que tienen. Este es el caso de muchas corporaciones y grandes compañías que, al igual que el buque, tienen años de experiencia y muchas millas náuticas recorridas en sus respectivas aguas. El problema es que actualmente no se trata solamente de saber navegar, sino de tener un rumbo claro.
Incertidumbre constante. Neblina al navegar. Rumbo cambiante. Presupuesto, tiempo, equipo y recursos limitados. Falta de manos y mentes en la tripulación. Obligación de probar, medir, concluir, repetir. Otra vez. Probar, medir, e iterar. Un ciclo constante de altibajos, pero con el objetivo de seguir navegando, sin importar si el rumbo no se ha encontrado. Para una empresa naciente, lo importante es mantenerse a flote.
Así puede parecer trabajar en una Startup, que se define como:
“una organización humana con gran capacidad de cambio, que desarrolla productos o servicios de gran innovación, altamente deseados o requeridos por el mercado, donde su diseño y comercialización están centrados completamente en el cliente” 1 .
Siguiendo la línea de la anterior definición, se puede hacer un paralelo entre una Startup y una lancha rápida. Es liviana, tiene una pequeña pero muy especializada tripulación, cuenta con gran agilidad y con la capacidad para frenar, acelerar y cambiar de rumbo fácilmente. Tiene una imagen generalmente llamativa, con colores que llaman la atención de las personas, una tripulación comprometida y un motor de alta velocidad para cortas distancias.
Los componentes anteriores suenan bastante bien para todo aquel que quiera ir a altas velocidades y busque desarrollar productos disruptivos, y que aparentemente le guste la adrenalina. Una lancha rápida suena como un gran aparato. Pero, al igual que el buque, no todo lo que tiene es necesariamente positivo. Su peso liviano y su agilidad pueden volverse un enemigo en momentos de tormentas y de grandes vientos. El motor, por más potente que sea, no sirve para largas distancias, por lo que la probabilidad de quedarse estancado y a la deriva es bastante alta. La probabilidad de que eso pase es mucho más alta que la del buque, quien es poco probable que quede a la deriva (en el corto y mediano plazo), gracias a su enorme cantidad de recursos.
Sobre los dos actores mencionados anteriormente, cabe aclarar que, en el mundo de los negocios, no sólo hay lugar para uno de los dos: el buque de carga o la lancha rápida. El mundo de los negocios necesita a los dos.
1 https://www.shopify.com.co/blog/14934065-hablemos-sobre-suportar-que-son-sus-caracteristicas-e-importancia
Los recursos con los que cuenta el buque, junto con la experiencia de su tripulación y el gran tamaño de su infraestructura, permiten soñar con un destino lejano y, por lo tanto, con un proyecto ambicioso. Por otro lado, la velocidad, agilidad y la aceleración de la lancha rápida suenan bastante atractivas para pensar en subirse y sentir las nuevas emociones y la adrenalina. Muchas personas podrían estar tentadas a subirse a la lancha rápida y vivir las experiencias que el camino a toda velocidad podría traer. Pero la realidad es que el mundo de los negocios necesita tanto de buques de carga, como de lanchas rápidas, y es por eso que, el Emprendimiento Corporativo constituye uno de los elementos más importantes al momento de analizar la implementación y ejecución de la innovación y la disrupción tecnológica.
Así como el buque necesita girar, acelerar y tomar decisiones sobre su rumbo, una lancha rápida necesita recursos, un rumbo claro y una tripulación adecuada para llegar a su lejano y ambicioso destino. Si tanto el buque como la lancha definen un rumbo en común, y sus intereses están alineados, es mucho más probable que logren llegar a su destino, que si cada uno de los dos navega por su lado. A la lancha rápida se le acabarán los recursos, y al buque de carga se le perderá el rumbo, y llegarán antes otros buques, que seguramente irán acompañados de sus respectivas lanchas rápidas.
La anterior analogía constituye una de las varias formas en las que se puede analizar el Emprendimiento Corporativo. Más allá de la forma que se utilice para entenderlo, lo más importante a desarrollar en el presente texto, es la importancia que tiene en la innovación disruptiva. No es tan sencillo como poner al buque y a la lancha en las mismas aguas, pues las dos partes tienen que saber navegar de la mano y de forma homogénea. Son muchos los casos de grandes buques que se alían o asocian con lanchas rápidas para sacar proyectos adelante, que jamás son lanzados ni probados con usuarios finales. Lo anterior se da porque el Emprendimiento Corporativo tiene una serie de mecánicas que se deben respetar y adoptar para aumentar la posibilidad de éxito en el objetivo final al que se busque llegar.
Las grandes corporaciones tienen a menudo una problemática, y es que homogeneizar el relacionamiento entre varias áreas de trabajo es una tarea compleja, que implica un reto y sobre la cual es muy importante trabajar. A diferencia de las Startups, quienes no necesariamente van a traer a la mesa varias áreas de trabajo y pueden en general poner un equipo con capacidad de toma de decisiones, las grandes corporaciones, por más de que no lo deseen, necesitan que varias áreas interactúen entre sí para ejecutar un proyecto de Emprendimiento Corporativo. Si ponen a una persona a interactuar con la Startup, por un lado, y a su vez con las áreas de la corporación por el otro, la comunicación y la velocidad a la que se ejecuta el proyecto simplemente no será la adecuada. No obstante, en el momento que varias áreas están trabajando de la mano con la Startup, más probabilidades tiene el proyecto en específico de salir adelante.
Otro aspecto importante a tener en cuenta, es que al haber varias áreas sincronizadas trabajando de la mano, tanto en la Startup como en la corporación, puede haber rotación de personal, por lo tanto, es importante que más personas estén al tanto del proyecto. Lo anterior, es un caso que puede pasar, y que generalmente se da más en el lado de la gran corporación, donde es más probable que si hay un cambio en un equipo en particular, se pierda gran parte de lo que ya se había trabajado de la mano del Startup. Es por eso que los proyectos que se deciden sacar delante de esta forma, deben constar de un presupuesto, unos indicadores de éxito o fracaso del proyecto, y un tiempo de ejecución claro.
La importancia que existe entre las Fintech y las instituciones financieras tradicionales y actores similares, hace que se pueda analizar si hay una correlación positiva entre la innovación y el Emprendimiento Corporativo. Según la analogía del buque y la lancha, hace sentido afirmar que entre más proyectos se ejecuten a través de Emprendimiento Corporativo, más innovación van a poder generar las Fintech y mejores van a ser sus productos o servicios. Si las grandes Corporaciones asimilan que para innovar necesitan entender a su usuario final, y que quienes mejor lo hacen son las Startups, la velocidad de innovación y por lo tanto la posibilidad de generar disrupción para las grandes empresas va a aumentar. La verdad es que hay muchos buques que están buscando un nuevo rumbo, y el Emprendimiento Corporativo no parece un mal camino a explorar, pues el riesgo de implementarlo es relativamente bajo y el potencial que tiene de impacto es exponencial. Así mismo, es una excelente manera para las Startups de conseguir recursos para desarrollar sus actividades.
En Reino Unido, una empresa llamada Cinch se dedica a vender, financiar e intercambiar vehículos online. La propuesta de valor de la empresa es que elimina la dificultad de encontrar y comprar un automóvil, generando pocas fricciones y una experiencia a la medida 100% en línea. Entre sus ventajas se encuentra que el vehículo es enviado a la puerta de la casa del comprador, y en caso de no quedar satisfecho, éste cuenta con 14 días para devolverlo.
En un segmento liderado por grandes actores, Cinch ha logrado marcar la diferencia y abrir su camino, generando disrupción en un sector bastante tradicional. Además, es interesante analizar que no se contenta con entregar una propuesta de valor clara y diferenciada, sino que, desde el momento inicial, espera ir más allá en la experiencia completa del usuario. A lo largo de la experiencia de compra de un vehículo, es posible ver la aplicación de varios ejemplos de Embedded Finances. Los diversos servicios permiten:
Adquirir el servicio Cinch Care, un seguro ofrecido a los compradores que incluye garantía, asistencia en caso de avería y servicio de mantenimiento de rutina, por £ 34.99 al mes, financiar el costo del vehículo con el servicio Car Finance y distribuirlo entre 36 y 60 meses, con depósitos y planes flexibles. Entregar como parte de pago un vehículo para adquirir otro, utilizando un sistema llamado Part Exchange.
Las anteriores, son funcionalidades que generan un alto valor a la experiencia de comprar o cambiar de carro. Sin embargo, lo que se quiere rescatar en este caso en específico, es que Cinch no podría ofrecer una experiencia tan completa y tan 360°, si no fuera por su gran capacidad para trabajar con grandes Corporaciones.
Por ejemplo, en el servicio de financiación, si bien el "on-boarding" y el punto de contacto inicial lo hace 100% Cinch con el usuario
comprador, una vez el usuario compra el vehículo, el dinero del préstamo lo desembolsa un tercero. En su página web, se puede ver que tiene alianzas con al menos cinco compañías de financiamiento especializadas en el segmento del transporte.
Para ellas, sin lugar a dudas, trabajar de la mano con Cinch es un camino interesante, y es a partir del potencial del Emprendimiento Corporativo que lo han podido ejecutar, pues entre más Startups estén atendiendo a los usuarios finales, más de los grandes actores se va a requerir. Entre más usuarios compren vehículos por medio de Cinch, más préstamos van a colocar sus aliados financieros. A simple vista parece una situación gana-gana.
El camino del Emprendimiento Corporativo puede ser arduo, costoso, complicado y puede tomar tiempo en ser implementado, en especial para la gran corporación. Aunque, por lo menos en el Fintech, parece el camino evidente a seguir.
En el universo de la banca, lo anterior se puede analizar fácilmente. Durante años, los bancos han tenido la oportunidad de atender a las personas, con su servicio de Banca Persona, y a las pequeñas empresas, con su servicio para PYMES. Pero, la realidad es que la banca no ha sabido responder a la velocidad que requiere el mercado. Es por eso que las instituciones financieras tienen que entender que su rol está respaldando a las Startups, y permitiéndoles entregar su propuesta de valor de una forma ágil, mientras que las instituciones financieras tendrán que seguirle rindiendo cuentas al regulador.
El mercado es cada vez más cambiante y, por lo tanto, más exigente. Así que, serán aquellas instituciones financieras que identifiquen esta oportunidad las que tengan una gran ventaja sobre sus competidores, pues en el momento en el que se implemente la regulación alrededor del “Open Banking”, el escenario va a ser dramáticamente diferente.
Actualmente, todas las Fintech están corriendo detrás de las entidades financieras, a ver cual les permite conectarse directamente y trabajar de la mano. Por otro lado, en el momento en el que la regulación “Open Banking” sea una realidad, van a ser las entidades financieras las que corran detrás de las Fintech a ver cuáles se quieren conectar directamente a ellas. Y cuando ese momento llegue, el buque de carga que mejor sepa trabajar de la mano de la lancha rápida, tendrá una ventaja descomunal sobre otros actores tradicionales, que probablemente se van a quedar sin una lancha rápida que les ayude a llegar a sus ambiciosos destinos.
Fintechs
Bancos
Fintechs
Bancos
Ilustración del impacto que tiene la regulación de finanzas abiertas. Cambia el juego, ya no son las Fintechs persiguiendo a los bancos para poder trabajar con ellos, sino que serán los bancos quienes estén interesados en trabajar con las Startups.
Erick Rincón CÁRDENAS Director TicTank, Profesor Asociado de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, Fundador de Rincón Cardenas & Moreno, ex presidente de Colombia Fintech
Abogado de la Universidad del Rosario, Director de TicTank, Profesor Asociado de la Facultad de Jurisprudencia de La Universidad del Rosario, Fundador de Rincón Cárdenas & Moreno, Ex Presidente Ejecutivo de Colombia Fintech. Conferencista, catedrático, escritor de temas legales y de Fintech.
En los últimos años, buscando una inclusión financiera que permita la satisfacción de las necesidades de los distintos tipos de consumidores, la industria Fintech ha tenido una importante acogida; aumentando no sólo su conocimiento e implementación, sino también las herramientas que permiten masificar los mecanismos mediante los cuales se puede materializar.
Este panorama (en donde diferentes empresas pretenden ingresar a un sector que ha sido tradicionalmente manejado por un mismo grupo de actores), ha sido visto como disruptivo, teniendo en cuenta los desafíos que se presentan no sólo para las pequeñas compañías que quieren ser parte del ecosistema mediante una mejora en los productos y servicios, utilizando diferentes alternativas, sino también para los actores tradicionales que deben actualizar su portafolio a las necesidades de los consumidores financieros, quienes cada vez demuestran una mayor información e interés en tener conocimientos suficientes sobre los productos y servicios que adquieren.
Así, al entrar los nuevos competidores al mercado financiero mediante la implementación de herramientas tecnológicas, siendo
éstas acogidas por diferentes participantes en un porcentaje considerable, se genera una disrupción en el mercado, estableciéndose entonces la industria Fintech como ese mecanismo en donde mediante la utilización de tecnologías de la información y la comunicación se ofrecen servicios financieros de forma directa al cliente, teniendo gran cantidad de mecanismos para ofrecer tales servicios.
Las opciones con las que cuenta la industria Fintech para prestar sus servicios son ilimitadas, toda vez que, al evolucionar la tecnología de manera constante, se habilita a la industria a desarrollar sus productos utilizando los mecanismos que ésta ofrece; por tanto, el principal objetivo Fintech consiste en el desarrollo de servicios financieros basados en la innovación tecnológica, lo cual no se concentra únicamente en la incorporación de la tecnología a los servicios financieros ya existentes, sino que además, incluye nuevos modelos de financiamiento como el factoring o el crowdfunding, entre otros.
Como consecuencia del incremento en su aplicación y su acogida, los gobiernos de diferentes estados han pretendido adaptar su normativa a las nuevas realidades tecnológicas que se presentan en la industria financiera, buscando con ello principalmente la protección a los consumidores. Así es cómo, por medio de normas que brindan seguridad a las partes intervinientes, ha proliferado la adopción de normativa en materia Fintech en Latinoamérica.
Bajo este panorama, el presente capítulo tiene como finalidad señalar los principales aspectos relativos a la regulación de la industria Fintech, identificando las herramientas, aplicaciones y segmentos que la industria trae consigo, para con ello estudiar cómo se ha dado su regulación a nivel internacional, y las iniciativas de regulación que se han tenido en Colombia, conociendo así el estado actual de las normas sobre la materia y los retos legislativos a los que se enfrenta esta industria.
Abarcar el panorama de la regulación Fintech permitirá determinar la necesidad o no de una regulación específica para la industria, teniendo presente que no se debe generalizar a las empresas Fintech bajo unos determinados parámetros o características, sino que es necesario conocer la actividad que se desarrolla y ser conscientes de las múltiples diferencias existentes entre cada segmento en el universo Fintech. Así, una regulación no puede pretender un tratamiento igual respecto a todas las compañías, sino que deberá considerar las características particulares de la actividad que presta con base en el segmento especifico que desarrolla.
La pérdida de confianza en los Bancos ocasionada tras la crisis del 2007, el difícil acceso a sus productos, (entre otras limitaciones existentes), ha generado importantes sacudidas en el sector bancario, o en la imagen que se vende de éste a los consumidores financieros. Bajo esta noción, nuevos competidores vislumbrados como pequeñas empresas o Startups buscan generar importantes cambios en el sector financiero mediante la implementación de herramientas tecnológicas en la prestación de los servicios.
Independientemente de que en la actualidad los bancos también se han adaptado rápidamente a los cambios tecnológicos y de comportamiento de los clientes, éstos continúan presentando una estructura organizacional, una tecnología y una regulación que impide una agilidad comparable con la que tienen las Startups (Noya, 2016), además de poder contar con una intención de público diferente, toda vez que en virtud de las herramientas Fintech se busca llegar a personas que tradicionalmente no han tenido acceso a herramientas financieras o, en su defecto, a un público que se siente más atraído por la nueva tecnología que por los sistemas tradicionales.
Una definición general del término Fintech hace referencia a la integración existente entre “finanzas” y “tecnología”, siendo un fenómeno que pretende el cambio del sistema financiero tradicional mediante la inclusión de innovación y tecnología. La industria Fintech se compone por Startups financieras que ofrecen productos y servicios con un valor diferencial, brindando soluciones con tecnología financiera ágil y flexible (Cuya, 2017).
En este sentido, las Fintech son las Startups de tecnología financiera que planean “competir” en algún producto o servicio con la banca tradicional, aprovechando de manera rápida y eficiente la innovación tecnológica, lo cual permite desarrollar productos bancarios centrados en los usuarios y en sus nuevas necesidades, con menores precios y mayor optimización de los canales digitales. Así mismo, las Fintech se enfocan en un producto o servicio bancario específico, buscando agregar un elemento de valor a la oferta que es presentada por los bancos tradicionales (Noya, 2016). Se genera así un sistema que se basa en las tecnologías de la información y comunicaciones para ofrecer y prestar servicios financieros a sus clientes de manera directa, sin que necesariamente tenga participación la banca tradicional.
Una de las características de la industria Fintech que se puede resaltar es que tiene el potencial de proveer servicios financieros a grupos que tradicionalmente se han visto excluidos de los servicios bancarios tradicionales, enfocándose en solventar algunas de las problemáticas que se pueden presentar con respecto a la banca tradicional y que generan que una importante parte de la población no tenga acceso con facilidad estos servicios (Cuya, 2017).
Dentro de las problemáticas que se buscan solucionar, se encuentra, por ejemplo, la calificación o “Scoring” para el acceso a los créditos, toda vez que muchas personas que trabajan de manera informal no se encuentran bancarizadas y, por lo tanto, no cuentan con historial crediticio. De esta forma, se puede buscar implementar otros mecanismos para determinar sus antecedentes de
pago tales como el pago de servicios públicos, o arriendo, que permitirían que un mayor porcentaje de la población tenga acceso a la banca con condiciones más flexibles de participación.
La inclusión que se genera con las Fintech no se limita únicamente a los consumidores, también abarca los emprendimientos pequeños que mediante la implementación de la tecnología buscan llegar a diferentes mercados mediante servicios personalizados.
Adicionalmente, la industria Fintech presta sus servicios mediante herramientas como el Smart Data, Inteligencia Artificial, Análisis de Datos, Machine Learning o incluso Blockchain, buscando la apertura a alternativas de crecimiento que permitan llegar a nuevos mercados (Heggestuen, 2015). La implementación de esta clase de tecnologías permite la creación de nuevas soluciones tecnológicas para el sistema financiero, aumentando la accesibilidad de las Startups a muchas personas, a menores costos y con procesos mucho más eficientes.
Cabe tener presente que con base en lo señalado por autores como Laura Rojas (2016), el sector Fintech se encuentra conformado principalmente por dos grupos de empresas:
Los nuevos emprendimientos y las empresas jóvenes, los cuales han innovado en las soluciones que ofrecen y en sus modelos de negocio, tendiendo a especializarse en ciertos aspectos puntuales dentro de la cadena de negocios que tienen los bancos.
Gigantes de la tecnología, el comercio electrónico y la telefonía, ubicándose en diferentes segmentos del sector financiero de forma simultánea, integrando a su vez sus modelos de negocio y paquetes de servicio. Son ejemplos de este grupo de empresas como Amazon, Samsung, Alibaba, entre otras.
Bajo este panorama es importante tener la claridad en que la industria Fintech no sólo se encarga de la utilización de la tec-
nología para prestar servicios que ya se implementan, pero con nuevos desarrollos; sino que además, busca generar un cambio a gran escala en los productos financieros que se encuentran actualmente en el mercado, mediante la utilización de las tecnologías que propendan por llenar los vacíos que ya se vienen presentando en la banca tradicional, no sólo respecto a los servicios comunes, sino buscando generar nuevos productos que permitan ampliar la competencia y el acceso a los diferentes consumidores a menores costos.
En conclusión, se debe establecer que las Fintech no son una “adaptación digital de los típicos productos de la banca tradicional, sino que son esencialmente tecnologías disruptivas que están revolucionando el mercado financiero” (Brummer & Gorfine, 2014). Las empresas Fintech se han desarrollado en diferentes áreas o segmentos. Así, no se limita a un grupo de empresas en específico dedicadas a una sola actividad, sino que sus verticales se han diversificado buscando abordar un mayor número de personas y tener un mercado más competitivo. Dentro de los principales segmentos Fintech se pueden destacar: los pagos digitales, el regtech, las diferentes soluciones financieras para las empresas, el financiamiento alternativo, el "wealth" o personal finance management, la insurtech, los neo bancos, entre otros segmentos que pueden irse actualizando constantemente.
Como se ha señalado, el surgimiento de las Fintech ha contribuido a la evolución de los bancos utilizando herramientas tecnológicas, a la vez que las Fintech mismas alcanzan un crecimiento exponencial para sus clientes (Zácipa, E. 2020).
En este contexto, han surgido diferentes segmentos relacionados con los pagos digitales, con ejemplos como PayPal, que desafían el sistema tradicional de los pagos que tenían las entidades financieras, toda vez que los pagos estaban sujetos únicamente
al procedimiento de los intermediarios bancarios e instituciones financieras, lo cual ha cambiado con el surgimiento de las Fintech (Rincón, 2021).
En la actualidad este segmento Fintech ha adquirido una especial relevancia, toda vez que, en un mundo que se encuentra en constante comunicación y en donde las transacciones se pueden realizar de manera expedita, surgió la necesidad por parte de los consumidores de realizar sus pagos de manera sencilla y ágil. Así mismo, los cambios en las relaciones de consumo han generado que cada vez se utilice menos el dinero efectivo o los títulos valores para realizar pagos, buscando herramientas que se tornen seguras y cómodas, sin necesidad incluso de verse cara a cara en la obligación de realizar desplazamientos.
Con respecto a los pagos digitales, el principal aspecto está dado por los instrumentos por medio de los cuales se realizan los pagos. Así, la finalidad de librar al deudor y cancelar una obligación es la misma, siendo el punto cambiante el medio que se utiliza para el cumplimiento de tal objetivo. No obstante, en los pagos digitales no se hace uso de un único instrumento, sino de diferentes mecanismos que pueden utilizarse de múltiples formas, teniendo ellos como objetivo “la transferencia instantánea del dinero de una forma sencilla y segura, de monedero electrónico desde cualquier aparato electrónico como teléfonos inteligentes” (Rincón, 2021).
Los principales instrumentos que se han utilizado para la realización de pagos digitales son:
Pasarelas de pagos: botónes y links de pago
Billeteras electrónicas o electronic Wallet
Pagos P2P (Peer-to-Peer) o “red de pares”
Redes de corresponsalía físico- digital
Aplicaciones de giros
Pagos con código QR
Cheque electrónico
El Regtech es considerado un segmento Fintech que mediante la utilización de herramientas tecnológicas crea soluciones para ayudar a las empresas al cumplimiento de los requisitos regulatorios (Cermeño, 2016).
Buscando una mayor protección al consumidor financiero, han surgido una gran cantidad de normas que deben ser cumplidas por las entidades, lo cual es costoso para las mismas. Por lo tanto, mediante el Regtech se agiliza el cumplimiento normativo por parte de diferentes entidades financieras, logrando la optimización de procesos y mejorando la eficiencia operativa, consiguiendo a su vez dar frente a la normativa aplicable y las cargas regulatorias.
El segmento Fintech dedicado a Regtech consiste entonces en herramientas tecnológicas aplicadas al cumplimiento regulatorio. Así, se realiza un monitoreo en línea que permite la identificación en tiempo real de los problemas o irregularidades que puedan presentarse, realizando las respectivas comunicaciones a la entidad financiera. Por lo tanto, se identifican posibles amenazas, se minimizan riesgos y los costos relacionados con la pérdida de fondos y violación de datos (Rincón, 2021).
Las herramientas Fintech han contribuido en el desarrollo de diferentes compañías en la ejecución de sus operaciones y, en sus relaciones con sus clientes y empleados, además de abrir opciones para consolidarse como empresas más competitivas mediante la asociación con compañías Fintech que aumentan la velocidad de transacciones, disminuyen el número de intermediarios y en general generan eficiencias en la prestación de los servicios.
De esta manera, mediante las Fintech se ha contribuido en brindar a empresas soluciones para agilizar sus transacciones y realizar
procesos que tradicionalmente estaban supeditados a relaciones con importantes compañías bancarias.
Dentro de los principales ejemplos de soluciones financieras aplicables a empresas se encuentra lo relacionado con la factura electrónica y el factoring electrónico, herramientas que han favorecido la gestión empresarial, permitiendo obtener una mejor posición en el mercado mediante la innovación y atracción a los consumidores (Rincón, 2021).
Como consecuencia de diferentes problemáticas que se presentan con relación a la banca tradicional, (tales como las dificultades en el acceso a la misma y las brechas que existen para ingresar al sistema financiero para un importante porcentaje de la población), mediante las Fintech se ha buscado contar con mecanismos que permitan un financiamiento alternativo y una mayor inclusión financiera.
Con la transformación digital no solo han podido participar las Fintech, también los bancos tradicionales han podido mejorar sus procesos mediante la automatización y la intervención de canales en línea para las transacciones con sus clientes, lo cual ha permitido un mayor alcance y una real satisfacción de los intereses de los consumidores financieros, tanto en personas naturales, como respecto al crédito a pequeñas empresas (que no tenían acceso al sistema).
El segmento Fintech relacionado con el financiamiento alternativo se basa en las relaciones de financiamiento colaborativo mediante la utilización de plataformas de préstamos en línea por fuera de entornos regulatorios y, sujetas a estándares y a una supervisión más flexible que la que se encuentra en la banca tradicional (Rincón, 2021).
Los prestamismas alternativos utilizan nuevos métodos para evaluar los riesgos al momento de otorgar un determinado crédito, no obstante, el modelo de financiación alternativo no se limita a ello, sino que involucra nuevos conceptos a nivel general mediante el préstamo P2P (Peer-to-Peer), denominado crowdfunding, el cual puede ser principalmente: de donación (no se espera una retribución a cambio), de recompensa (se espera una recompensa no monetaria), de deuda basado en préstamos (se espera devolver el capital más los respectivos intereses), y de capital o “Equity” (financiamiento a cambio de la participación accionaria en la empresa).
A nivel general, el crowdfunding permite a las personas u organizaciones realizar campañas de financiamiento utilizando herramientas tecnológicas, para con ello recaudar fondos de muchos individuos particulares (INCyTU, 2017).
Por su parte, en lo que respecta a los préstamos y a la evaluación de riesgos, se utilizan diferentes fuentes de información como redes sociales o sistemas de reputación en donde los usuarios se califican entre sí, permitiendo establecer la confiabilidad y las posibilidades de pago de una persona. Así mismo, se basan en la implementación de herramientas como el Big Data y la Inteligencia Artificial, entre otros, que permiten hacer una evaluación de los posibles riesgos, siendo propiamente compañías quienes prestan los fondos y no la comunidad misma (INCyTU, 2017).
Es importante destacar otras aplicaciones de la industria Fintech tales como el wealth o personal finance management, el insurtech, y los neo bancos, así como a nivel general diferentes plataformas que permiten generar innovaciones financieras a través del uso de Inteligencia Artificial y las herramientas tecnológicas, que se van actualizando de manera constante gracias al dinamismo del sector.
Uno de los principales retos que tiene la industria Fintech en el mundo está dado por la necesidad de contar con una regulación que permita proteger a los consumidores financieros, a la vez que fomentar a las empresas Fintech y crear un ambiente seguro para la generación de nuevos productos y servicios bajo parámetros que permitan tener confianza y responsabilidad.
Teniendo en cuenta que uno de los aspectos más importantes para los países, en relación a la industria Fintech es la regulación, se ha hecho necesario que los estados cuenten con una normativa que visibilice el sector y brinde la viabilidad para aumentar sus operaciones y reducir los riesgos de operaciones ilícitas, siendo importante que tales regulaciones abarquen aspectos como:
Protección al consumidor financiero
Información clara y suficiente a los usuarios
Prevención de operaciones con recursos de procedencia ilícita
Administración de riesgos
Seguridad cibernética
Inclusión de períodos de prueba o transición como sandbox regulatorios. (Cámara de Comercio de Bogotá, 2019)
La regulación de la industria Fintech puede presentarse de dos maneras: mediante la inclusión en marcos regulatorios que ya se encuentran vigentes o mediante la creación de nueva normativa que busque ajustarse de manera particular al fenómeno. Algunos ejemplos de regulación son (Claessens et al., 2018):
A. En Australia las empresas Fintech requieren una licencia específica que se obtiene únicamente con el cumplimiento de los requisitos que la normativa determine para conceder préstamos a los consumidores financieros; por tanto, no basta con ser una compañía que implemente las diferentes herramientas tecnológicas.
B. Por su parte, en países como Estados Unidos, las empresas Fintech que pretenden brindar opciones de préstamos a los consumidores, requieren autorización de los estados en donde van a operar. Sin embargo, en este punto se debe destacar que, pese a que el país tiene un ecosistema Fintech muy desarrollado y de gran relevancia a nivel mundial, en lo que se refiere a la regulación se encuentra rezagado en comparación con otros países, lo cual puede terminar generando dificultades en ciertos aspectos de su implementación.
C. En México y Brasil cuentan con normas y prácticas para conceder licencias que permitan explotar plataformas Fintech, las cuales imponen requisitos generales para su gobernanza, control de riesgos, entre otros.
D. Los entes reguladores de algunos países (dentro de los que se encuentra Alemania), no se interponen al desarrollo de la industria, pero, tampoco generan políticas o regulaciones que permitan su incentivo.
Otros ejemplos más detallados sobre la regulación Fintech existente actualmente son:
En el año 2016 se aprobó la directiva Payment Service Directive 2, PSD2, la cual tenía como finalidad aumentar la seguridad en los pagos en Europa, promoviendo la innovación para el fortalecimiento de servicios bancarios basados en nuevas tecnologías. En virtud de tal disposición, se obliga a los bancos a abrir su plataforma de APIs, para con ello generar un ambiente de colaboración entre las instituciones tradicionales y las Fintech (Lavalleja, 2020).
Reino Unido ha buscado impulsar la industria Fintech mediante su promoción y regulación, para lo cual se han creado sandboxes que incentiven su implementación y puedan acelerar la innovación.
Así, se consolida como un espacio para que las empresas innovadoras puedan experimentar bajo ciertas reglas y límites.
Bajo este panorama, y dada la relevancia que tiene la regulación dentro de la industria Fintech, Reinto Unido es uno de los países con más Startups Fintech. Así, con base en lo señalado por Philip Hammond1 en la Conferencia Internacional Fintech del año 2018, se tiene como idea que cada media hora se crea una nueva Startup en Reino Unido. Así mismo, Londres se ha consolidado como un centro financiero de importancia impulsando el crecimiento de las Fintech.
Singapur
Muchas de las características que tiene Singapur podrían llegar a permitir que este se torne en un centro de suma importancia para la industria Fintech. Así, elementos como la inversión que realizan en innovación, la regulación y su política pública, en donde se establecen incentivos tributarios, tales como la exención de impuestos para Startups en los primeros tres años de vida, entre otras iniciativas que apoyan la industria permiten la evolución de estas compañías en un entorno adecuado para su crecimiento (González, F. et al., 2018).
Dentro de la regulación existente en Singapur frente a Fintech se pueden destacar normas como la ley bancaria, ley de valores y futuros, ley de seguros, ley de fideicomisos de negocios, entre otras, las cuales impulsan su crecimiento y permiten posicionar a Singapur como un país que puede tender a tener un papel relevante y como ejemplo para otros estados en la regulación Fintech.
Así mismo, se destaca dentro de la regulación existente en Singapur, el hecho que la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS) actúe como la reguladora principal que supervisa a las empresas Fintech, lo cual ha permitido que Singapur pueda desempeñarse como un competidor económico en la industria global (González, F. et al., 2018).
1 Ministro de Economía de Reino Unido desde el año 2016 a 2019.
Dentro de las principales iniciativas que ha generado el MAS se puede destacar la creación de un centro de innovación Fintech, una alianza con la Asociación de Bancos de Singapur sobre ciberseguridad, la creación del Financial Technology Group para desarrollar políticas que faciliten el uso de la tecnología e innovación.
Se puede evidenciar cómo los estados que han implementado una normativa para reglamentar el ecosistema Fintech, han permitido que la industria se desarrolle a una mayor velocidad, impulsando su crecimiento e implementación, lo cual se genera como consecuencia de un aumento de confianza por parte de los individuos, quienes cuentan con las garantías que puede ofrecer la seguridad jurídica de una regulación adecuada sobre una determinada materia.
Es sabido que Colombia se ha convertido, dentro de América Latina, en uno de los países relevantes para el ecosistema Fintech. Así, si bien se llega a realizar con cierta frecuencia una captación ilegal de recursos, el tener un ecosistema Fintech regulado podría otorgar garantías para los diferentes clientes y participantes en operaciones legales. Dentro del marco regulatorio, en el país se puede destacar el papel que está asumiendo la Superintendencia Financiera, la cual genera reglamentaciones novedosas que permiten la implementación de distintas herramientas, dentro de las que se puede destacar la normativa sobre ciberseguridad, autenticación digital, entre otras regulaciones que fomentan la implementación de tecnologías (La Nota Económica, 2020).
Para enfrentar los retos que tiene consigo la transformación digital que presentan los servicios, es necesario una regulación transparente que imponga obligaciones y responsabilidades a los actores que pertenecen al mercado, otorgando protección a los datos y al consumidor. Así, buscando el cumplimiento de tal objetivo es que se han dado los diferentes pronunciamientos
de la Superintendencia Financiera, en donde se busca otorgar estándares de seguridad y calidad en las diferentes operaciones.
Independientemente de tales pronunciamientos, en Colombia no se cuenta con una regulación específica que trate a las Fintech de manera integral como industria, como se puede presentar en otros países como se expuso anteriormente. No obstante, el regulador se ha encargado de abordar diferentes asuntos que conciernen a las Fintech por separado, otorgando un marco para su implementación (Lloreda Camacho, s.f.).
En esta medida, se presentan también diversas reglamentaciones relacionadas propiamente a la banca digital, toda vez que se busca una regulación que permita la transparencia, siendo esto necesario para afrontar los retos que trae consigo la transformación digital que se presenta en la actualidad, para con ello garantizar las necesidades de seguridad y de calidad en la prestación de los servicios.
Dentro de la normativa sobre la materia se encuentra la Ley 1273 de 2009 “Por medio de la cual se modifica el Código Penal, se crea un nuevo bien jurídico tutelado - denominado “de la protección de la información y de los datos”- y se preservan integralmente los sistemas que utilicen las tecnologías de la información y las comunicaciones, entre otras disposiciones” regula aspectos relacionados con movimientos financieros digitales en Colombia, toda vez que tipifica delitos informáticos que pueden generarse por canales financieros electrónicos (Semana, 2020). Así, destaca aspectos del sistema financiero mediante medios digitales, tipificando tales delitos informáticos.
Por su parte, la Ley 1735 de 2014 “Por la cual se dictan medidas tendientes a promover el acceso a los servicios financieros transaccionales y se dictan otras disposiciones”, crea las Sociedades Especializadas en Depósitos y Pagos Electrónicos (SEDPE), las
cuales buscan la inclusión financiera propendiendo porque sectores tradicionalmente rezagados por la banca tradicional puedan acceder al mercado financiero.
Las SEDPE tienen un marco normativo taxativo para desarrollar su objeto social. Únicamente podrán dedicarse a: (i) la captación de recursos a través de depósitos específicos; (ii) hacer pagos y traspasos; (iii) tomar préstamos dentro y fuera del país, destinados específicamente a la financiación de su operación; (iv) enviar y recibir giros financieros; (v) actuar como intermediarios del mercado cambiario. Se consideran así como una alternativa para realizar distintas operaciones por parte de los consumidores.
Otra regulación que cabe destacar es la Circular Externa 029 de 2014, en donde, con la intención de brindar garantías a los consumidores financieros, se determinó que los servicios a los que un consumidor puede acceder utilizando dispositivos móviles, o a través de la web, sin que haya asociación del servicio a la línea móvil, pueden ser considerados como banca por Internet, debiendo así cumplir con las condiciones de seguridad que se requieran para ello.
Dicha circular precisó, además, que respecto a la banca digital son aplicables las obligaciones relacionadas con la seguridad, calidad, documentación, y otros deberes que les son aplicables a otros canales que prestan servicios financieros como la banca tradicional, generando así un ambiente que puede considerarse más equilibrado entre la banca digital y la banca tradicional.
Sumado a las disposiciones anteriormente señaladas, la Superintendencia Financiera creó el Grupo de Trabajo Innovación Financiera y Tecnológica (InnovaSFC), el cual hace parte de la Dirección de Investigación de la Superintendencia. Así mismo, la Unidad de Regulación Financiera (URF) del Ministerio de Hacienda ha emitido algunas reglamentaciones que buscan brindar una regulación a la Industria Fintech, tales como el Decreto 1357
de 2018 “Por el cual se modifica el Decreto 2555 de 2010 en lo relacionado con la actividad de financiación colaborativa”.
Tal decreto regula el Crowdfunding, señalando que la actividad de financiación colaborativa es aquella que pueden desarrollar las entidades autorizadas por la Superintendencia Financiera de Colombia a partir de una infraestructura electrónica.
Bajo este panorama, se puede señalar que, a nivel general, la Superintendencia Financiera ha tenido un papel importante en el desarrollo de la economía Fintech, teniendo un importante compromiso en buscar estar en sintonía con la evolución tecnológica y las necesidades que surgen por parte de los consumidores financieros.
El Decreto 2443 de 2018, autoriza a los establecimientos de crédito, a las sociedades de servicios financieros y sociedades de capitalización a invertir en compañías Fintech, así, esta normativa tiene un aporte significativo dentro de la industria, toda vez que, habilita a las instituciones contempladas a adquirir acciones en compañías nacionales e internacionales que tengan por objeto el desarrollo e innovación de tecnología, cuando en efecto se relacionen con el objeto social de la entidad financiera (Lloreda Camacho, s.f.).
Por otra parte, se debe destacar que el Congreso de la República aprobó en mayo de 2019 un fast track de licencias para las Fintech, lo cual significa que la aprobación de las licencias está condicionada a una operación temporal, con capitales y requerimientos mínimos, lo cual permite que no sea necesario un proceso de licenciamiento extenso y con grandes costos, pudiendo así obtener una licencia previa antes de la licencia plena.
Finalmente, otro hito importante es el Decreto 1692 de 2020, el cual adoptó un régimen para los sistemas de pago de bajo valor, en donde se busca un reconocimiento de la infraestructura de
pago de bajo valor teniendo en cuenta los nuevos actores que pueden estar involucrados.
Se evidencia pues, cómo a pesar de los retos existentes, Colombia ha buscado seguir el camino de regular los aspectos que se consideran relevantes de la industria Fintech, teniendo como principal finalidad brindar un mapa general que estas compañías deben seguir para la prestación de un servicio de calidad y de protección al consumidor financiero.
Sin perjuicio de la regulación ya existente, se siguen generando iniciativas para reglamentar aspectos de la economía Fintech respecto a los cuales se presentan vacíos jurídicos, por tanto, si bien no se trata de buscar una norma para cada transacción o cada segmento de la economía, sí se busca conocer el panorama general existente en el país, que permita disminuir las problemáticas que se pueden presentar actualmente con la industria.
Como se mencionó, si bien no existe en Colombia una única normativa que regule todo lo relacionado con la industria Fintech, el país sí ha buscado actualizarse a las tecnologías disruptivas existentes en la prestación de servicios financieros. No obstante, para la generación de una adecuada normativa con respecto a esta industria, es necesario tener presente los diferentes retos que se pueden presentar, los cuales permitirán tener el panorama completo al momento de emitir la referida regulación, en caso de que la misma se considere necesaria.
Bajo este panorama, si bien es importante que la industria Fintech continúe avanzando, permitiendo a su vez la posibilidad de un crecimiento e inclusión financiera, se deben tener en cuenta los desafíos que ella genera en relación a temas como la protección al consumidor financiero, toda vez que la generación
de nuevos productos, o la prestación de los productos y servicios tradicionales, pero bajo una nueva óptica, generan nuevos retos y la obligación de analizar la industria dentro del marco de la protección al consumidor.
En sintonía con lo anterior, uno de los principales retos de una posible regulación para la industria Fintech es el desarrollo de una normativa que se adapte a las necesidades de los nuevos agentes que se encuentran involucrados en el mercado. Esto buscando con ello evitar que surja una banca paralela, es decir, la presencia de sujetos que actúen fuera del marco regulatorio (Garrigues, 2021).
Si bien mediante la industria Fintech se busca una inclusión de los distintos actores involucrados, es decir, no únicamente la inclusión financiera de los usuarios, sino también la participación de diferentes actores que puedan prestar estos servicios generando una mayor oferta en el mercado, es necesario que estos se puedan enmarcar bajo ciertos parámetros o lineamientos que garanticen la prestación adecuada de los servicios mediante esquemas de seguridad y de prevención de riesgos financieros o de ciberseguridad.
Lo anterior tiene relevancia no sólo como un mecanismo para la protección al consumidor, sino también como protección al mercado mismo, ya que el hecho de que sólo cierto sector, como el bancario tradicional, cuente con una regulación que lo lleva a tener cargas, mientras que la industria Fintech carezca de la misma, puede generar una asimetría entre los actores que participan en este mercado, lo cual puede repercutir no sólo como beneficio para las Fintech, sino también como dificultad si se llegan a expedir beneficios únicamente para la industria financiera tradicional.
Por lo tanto, como lo señala Garrigues (2021), es necesario contar con un margen de operación y supervisión para las compañías que se encargan de la prestación de servicios Fintech, sin que se pretenda una regulación pormenorizada sobre cada uno de los aspectos de la industria, pues esto generaría la necesidad de diferentes normas a medida que avanza la tecnología.
Así, a nivel general para lo relacionado con el comercio electrónico, como a nivel particular en lo que respecta a la industria Fintech, es necesario que una posible regulación, al ser un marco general, tenga implícito en su desarrollo el principio de neutralidad tecnológica. En virtud de tal principio estas normas deben buscar regular el fenómeno presente y futuro, sin ligar esta regulación a un tipo de tecnología en específico, lo cual, generaría que las normas perdieran vigencia y utilidad en poco tiempo, como consecuencia de los avances tecnológicos, así como el favorecimiento de un mercado en específico, que es el que presta tal tecnología, pudiendo esto generar monopolios u oligopolios.
Por otra parte, autores como José Villafuerte (2018), señalan que es importante para poder hablar o pensar incluso en una regulación, en primer lugar, tener presente la existencia como tal de la industria. Es necesario permitir su desarrollo de manera responsable, teniendo en cuenta los aspectos acá enunciados, considerando que las Fintech se desarrollan sin la existencia de fronteras, y que, en este sentido, cualquier compañía del mundo
puede proveer los servicios financieros a otro país utilizando la tecnología actualmente existente, sin que se puedan pensar en barreras geográficas que limiten su implementación.
De esta manera, para el surgimiento y desarrollo de la industria, es necesario que el regulador permita a las compañías participar activamente y competir en el mercado, sin la creación de mayores cargas o desincentivos excesivos que generen sobrecostos o barreras, para que estas compañías puedan ingresar en el mercado y prestar activamente sus servicios (Villafuerte, 2018).
Finalmente, otros retos que cabe la pena enunciar y tener en cuenta al momento de plantearse una regulación, son:
La definición adecuada de la carga impositiva que es responsabilidad de estas compañías.
La adecuada protección de los datos personales de los diferentes usuarios que participarán en el mercado.
Para un adecuado manejo de los riesgos expuestos, es necesario reconocer que no todas las empresas Fintech que participan en el mercado son iguales, es decir, prestan los mismos servicios y que por tanto la normativa general sería la misma o tendría igual aplicación para cada una de ellas (Villafuerte, 2018).
Dentro de la industria Fintech se presenta pluralidad de segmentos (mencionados anteriormente) dentro de los que se pueden destacar los Pagos Digitales, el Regtech, el Insurtech, la Gestión de Finanzas Personales, el Financiamiento Alternativo, los Neo bancos, entre otros, los cuales tienen sus propias particularidades. Dichos segmentos, si bien hacen parte de una misma área, requieren tener en cuenta aspectos específicos, en donde como se señaló anteriormente, no se trata de regular de manera pormenorizada, pero sí es importante reconocer su existencia, y tener en cuenta las múltiples variantes que se pueden presentar en la normativa.
Por tanto, una posible regulación debería centrarse principalmente en los retos que como industria general se pueden presentar, en las actividades que se realizan, los objetivos que se pretenden conseguir con ellas y, en sus posibles desarrollos, mas no en cada una de las empresas o segmentos de manera específica. Para ello es importante que el legislador tenga los conocimientos suficientes sobre la terminología y los conceptos de manera suficiente, para evitar que se puedan generar irregularidades de manera posterior o yerros en la normativa.
Bajo este panorama, y como lo han señalado diferentes autores (Villafuerte, 2018), será necesario entonces contar con una regulación que sea lo suficientemente sólida y fuerte para la materia y que a su vez sea flexible y basada en la neutralidad tecnológica, que permita abarcar los nuevos surgimientos que pueden generarse, teniendo en cuenta que no toda la industria Fintech requiere estar licenciada o contar con autorización, por tanto, es necesario abarcar, tanto lo relacionado con las autoridades financieras, como con los aspectos tecnológicos, comerciales, así como demás factores que pueden verse involucrados (Semana, 2020).
Sin perjuicio de lo anterior, no necesariamente se debe considerar que la vía necesaria es una regulación específica, si bien se buscaron exponer los retos que tienen diferentes estados al momento de emitir una regulación para la industria, es importante saber que para influyentes en el sector2, en Colombia no es necesaria la existencia de un régimen regulatorio para las Fintech, toda vez que el régimen y las normativas que ya existen y que fueron expuestas son flexibles (García, 2018) y, permiten la regulación individual y particular que se busca para cada uno de los segmentos que componen la industria Fintech.
Cabe destacar de manera especial el papel que en este proceso ha desarrollado la Superintendencia Financiera, quien dentro de 2 Jorge Castaño, Superintendente Financiero 25.
sus facultades ha buscado incentivar la implementación de la tecnología en la industria, buscando siempre respetar los marcos normativos existentes y propendiendo por la protección a los participantes en el mercado, con especial énfasis en el consumidor financiero.
Por tanto, se puede considerar que no es un punto unificado la necesidad de contar o no en Colombia con una regulación específica que abarque toda la industria Fintech, si bien para algunos sectores ésta es necesaria para impulsar su desarrollo y potencializarlo, para otros las normas existentes ya permiten su implementación adecuada.
Sin perjuicio de que el debate sobre la necesidad o no de una regulación específica que abarque el sector Fintech sigue abierta, en Colombia se han presentado algunos proyectos que buscan desarrollar con mayor profundidad esta industria, dentro de las principales iniciativas que se han generado en el país se pueden destacar:
Para el año 2018 se presentó un proyecto de ley “Por medio del cual se utilizan las nuevas tecnologías financieras para estimular el desarrollo regional, se promueve su uso y se dictan otras disposiciones”. El proyecto de ley buscaba fomentar el uso de las tecnologías financieras, propendiendo con ello una mejora en la provisión de créditos a la productividad de las regiones, reduciendo la utilización de efectivo, promoviendo la inclusión financiera para con ello contribuir a la reducción de las brechas de desigualdad regional.
Así mismo, el proyecto pretendía crear un ecosistema adecuado que permitiera el desarrollo de nuevos emprendimientos Fintech.
En virtud del Artículo 155 de la Ley 5 de 1992, el proyecto fue retirado por su autor.
Por su parte, en el año 2019 se presentó un proyecto de Ley “Por medio del cual se promueve el uso de nuevas tecnologías financieras como estrategia de inclusión social y dictan otras disposiciones”.
Dicho proyecto tenía como propósito fomentar el uso de las nuevas tecnologías, buscando con ello mejorar la prestación de microcréditos a los sectores productivos, así como permitir el desarrollo de nuevos emprendimientos de la industria Fintech. Pretendía reducir la circulación de efectivo, utilizando plataformas digitales a través de las Sociedades Especializadas en Depósitos y Pagos Electrónicos (SEDPE), promoviendo con ello la inclusión financiera y la reducción de brechas de desigualdad regional (CongresoVisible.org).
Pese a la importancia que pudiera tener, en junio de 2021 fue archivado por tránsito de legislatura.
En el año 2021, se presentó en el senado un proyecto “Por la cual se dictan normas relacionadas con el sistema de pagos, el mercado de capitales y se dictan otras disposiciones (Reglamenta mercado de capitales)”.
Este tenía como finalidad promover un sistema financiero más dinámico, competitivo, resiliente e inclusivo, teniendo en cuenta para ello el contexto de transformación digital y tecnológica de país.
En la actualidad el proyecto se encuentra publicado para ponencia de segundo debate, siendo éste de relevancia para el tema que nos concierne, por tanto, se debe estar a la espera de cómo se desarrolla dentro del Congreso.
Con base en los ejemplos expuestos, se puede identificar que Colombia no ha sido aislado en lo que respecta al desarrollo legislativo de la industria Fintech. Se han buscado mecanismos y estrategias que generen un marco normativo para las empresas que prestan estos servicios, pretendiendo con ello una mayor seguridad jurídica tanto para las empresas mismas como para los consumidores financieros que ven en esta nueva forma de prestar servicios/soluciones adecuadas y más personalizadas, que se adaptan a sus necesidades.
Dentro de las iniciativas regulatorias que han surgido no sólo en el país sino en Latinoamérica, y que han cobrado especial relevancia, se encuentran los sandbox regulatorios. Reguladores de diferentes países de América Latina han creado sandbox o "areneras regulatorias" buscando con ello impulsar la innovación. Se pueden destacar en este ámbito países como México, Brasil y Colombia.
Un sandbox regulatorio tiene como objetivo “asignar un espacio para que los modelos de negocio novedosos ejecuten sus proyectos en entornos controlados, con usuarios y tiempo limitado. Esto les permite experimentar su potencial sin ocupar esfuerzos en el cumplimiento de normas rígidas” (Seminario, 2021).
En Colombia existen dos modalidades que se deben tener en cuenta. La primera creada en el 2018 por la Superintendencia Financiera denominada La Arenera, siendo este un espacio supervisado. La segunda, siendo un sandbox regulatorio originado por el Ministerio de Hacienda a través del Decreto 1234 de 2020. La diferencia existente entre uno y otro radica en que en La Arenera los proyectos no requieren una licencia para operar. Así, el supervisor otorga ajustes y directrices para el producto, buscando con ello que no se generen riesgos y siendo posible la presentación por entidades vigiladas y no vigiladas. Por su parte,
el sandbox regulatorio otorga licencias temporales a una entidad vigilada cuando ésta pretende sacar un producto que no es propio de su licencia (Seminario, 2021).
Mediante La Arenera, se admitió la participación de "exchanges "para probar operaciones de "cash-in" y "cash-out" con criptomonedas, en donde las plataformas operarán temporalmente en alianza con entidades financieras y de pagos.
En virtud del Decreto 1234 de 2020 se estableció que los desarrollos tecnológicos innovadores que sean aceptados en el espacio controlado de prueba deben tener como finalidad:
A. Aumentar la eficiencia en la prestación de servicios o en el ofrecimiento de productos financieros;
B. Resolver problemáticas de los consumidores financieros;
C. Facilitar la inclusión financiera;
D. Mejorar el cumplimiento normativo;
E. Desarrollar los mercados financieros; o
F. Mejorar la competitividad.
Finalmente, lo que se pretende en estos espacios es crear soluciones e innovaciones que generen un impacto real en la industria financiera, no solamente implementando la tecnología como una herramienta o de manera indiscriminada, sino generando un verdadero aporte que permita la solución de problemáticas y la eficiencia en la prestación de los servicios, permitiendo con ello abarcar un espectro más amplio de la población.
El mercado está evolucionando, y los diferentes servicios que en él se prestan deben evolucionar en igual sintonía. La industria financiera, debe de esta manera, actualizarse a la implementación de las herramientas tecnológicas que se presentan en la actualidad, buscando con ello no solamente subsistir como industria, sino también generar beneficios para todos los participantes en el mercado.
En este contexto surge la industria Fintech, la cual no se limita a la prestación de los servicios de la banca tradicional en un contexto digital, sino que se consolida como la implementación y el surgimiento de las tecnologías disruptivas en el mercado financiero, generando nuevos actores y ampliando las fronteras de la prestación de los servicios.
La industria Fintech no puede analizarse como un conjunto hermético de un sólo grupo de operadores. Por el contrario, está compuesta por diferentes segmentos que se encargan de realizar diversas actividades y servicios, permitiendo esto un mercado competitivo en donde los servicios financieros se tornan personalizables en la medida en que pueden adaptarse a las necesidades de los diferentes clientes, lo que impulsa la oferta además de permitir la llegada de los servicios financieros a más personas, generando esto una inclusión financiera.
Pese a los beneficios que ha tenido consigo la industria Fintech, en Colombia todavía no se tiene una regulación general respecto al ecosistema en su totalidad. Si bien existen normas respecto a segmentos específicos, todavía se cuestiona la necesidad de una regulación general que brinde seguridad y calidad en la prestación de los servicios.
En caso de considerarse necesaria una normativa, ésta debe tener en cuenta todos los sectores que componen el ecosistema,
analizando los diferentes retos que se pueden presentar y los componentes de la industria Fintech, en donde no sólo es relevante el aspecto financiero, sino que también reviste importancia la tecnología, el comercio y la protección al consumidor. Por lo tanto, una posible regulación debe ser tan fuerte que permita la prestación del servicio con estándares de calidad y tan amplia que abarque la actividad como un conjunto.
Se puede concluir entonces que la industria Fintech no pretende aplicar la tecnología de manera indiscriminada, sino que por el contrario, busca presentar verdaderas soluciones que representen un impacto en el consumidor financiero, aportando a la solución de problemáticas, bajo lo cual, se hace necesario por parte del regulador analizar la necesidad o no de una normativa específica, que si bien abra las puertas a la prestación de estos servicios, brinde garantías a los participantes del mercado.
Carlos Castro-Iragorri Profesor Asociado, Facultad de Economía, Universidad del Rosario, Gerente Linking Data
Profesor Asociado de la Universidad del Rosario, miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Riesgo de Contraparte y consultor. Carlos es economista con maestría en economía y estadística y Doctor en economía y gestión de la Université Libre de Bruxelles. Sus investigaciones han sido publicadas en revistas y libros especializados en finanzas, en particular en las áreas de riesgo, gestión de activos y tecnología.
El surgimiento del Fintech no es un cambio de paradigma sobre la forma en que entendemos las finanzas, en particular, el proceso de toma de decisiones por parte de individuos y las organizaciones. La forma en que entendemos estos procesos sigue y seguirá siendo el pilar bajo el cual, desde la academia, abordamos el estudio de la actividad financiera y también la forma en que enseñamos a los futuros profesionales. Las reglas de la teoría financiera moderna, desarrolladas principalmente a lo largo del siglo XX, siguen y seguirán siendo relevantes. Por ejemplo, la metodología de media varianza, la teoría de arbitraje y valoración de activos, la estructura de capital en las empresas, las medidas de riesgo y las finanzas del comportamiento, solo para mencionar algunas.
La actividad financiera como cualquier otra actividad económica responde a los cambios en la sociedad. Las Fintech definitivamente representan un cambio de paradigma en la forma en que están actualmente organizados tanto la industria financiera como los mercados de capitales. Lo anterior tiene una incidencia en las diferencias entre el entendimiento conceptual y abstracto del proceso de toma de decisiones y la realidad de los mercados. Este cambio en la organización industrial del sector financiero, trae nuevos jugadores, y a su vez un cambio importante en los incentivos que obliga a reevaluar teorías y cómo estas tienen una influencia sobre la regulación y supervisión.
Ciertas innovaciones tecnológicas recientes, en particular los llamados habilitadores digitales, son un factor importante para esta
reconfiguración de la industria, pero no son las primeras ni serán las últimas. Un factor común de todo tipo de innovaciones tecnológicas es la percepción de reducción de costos en la industria y mejora de la eficiencia en los procesos. Sin embargo, esta percepción no es libre de la siguiente paradoja: estudios recientes muestran que el costo unitario de la intermediación financiera en Estados Unidos se ha mantenido estable y alrededor del 1.87% durante los últimos 130 años (Philippon, 2015). El autor realiza una cuantificación exhaustiva que incluye todos los ingresos que se reciben por actividades financieras, teniendo en cuenta los activos financieros utilizados por los hogares y las empresas. Sorprende que desde una perspectiva histórica el costo de la intermediación financiera no ha cambiado mucho en el último siglo; pero a la par hemos visto importantes transformaciones tecnológicas en conjunto a otro tipo de innovaciones financieras no-tecnológicas.
Aun así, varios académicos consideramos que esta nueva ola de innovación tecnológica es esperanzadora (Philipon, 2018; Thakor, 2020). Estos nuevos jugadores están en capacidad de reconfigurar la forma en que accedemos a los servicios financieros. Es quizás muy temprano para tener evidencia general del efecto de las Fintech sobre toda la industria, pero hay resultados específicos. Por ejemplo, en un trabajo reciente sobre Fintechs especializadas en crédito hipotecario, se muestra la importante penetración de este tipo de empresas en el mercado hipotecario norteamericano. La reducción de tiempos de aproximadamente 10 días en los procesos de generación de las hipotecas y la adaptación más rápida a las condiciones de mercado (cambio en las tasas de interés de referencia) sin sacrificar la calidad crediticia de sus colocaciones (Fuster, Plosser, Schnabl, & Vickery, 2019).
Este optimismo con respecto a la irrupción de las Fintech en la industria sirve de antesala para indagar en detalle en las próximas secciones los desafíos de entender los cambios que estamos presenciando.
Los profesionales en finanzas asumen diferentes roles dentro de la industria financiera, sea en las empresas del sector real o liderando nuevos modelos de negocios. Por lo tanto, las diferentes organizaciones y personas dedicadas a formar profesionales en finanzas se concentran en identificar unas competencias sólidas en diferentes ámbitos del quehacer financiero. Esta estrategia busca que los futuros profesionales tengan un perfil integral que les permita asumir alguno de los múltiples roles y seguir adquiriendo conocimiento a lo largo de la vida profesional. Este aprendizaje es la base que les permitirá a los profesionales construir narrativas específicas con respecto a su experiencia y los objetivos profesionales que quieren alcanzar. Hoy en día es más importante enseñar a aprender continuamente ante los cambios tecnológicos y socioeconómicos permanentes.
Las organizaciones que preparan hoy en día a los profesionales en finanzas no solo son las Universidades, pues las diferentes asociaciones profesionales y organismos que ejercen roles de supervisión (públicos y/o privados) han desarrollado certificaciones específicas requeridas para ejercer ciertos roles. Por ejemplo, el Chartered Financial Analyst (CFA) Institute especializado en los roles de gestión de portafolio e inversiones, la Sociedad de Actuarios (SOA) especializada en el aseguramiento, entre otros.
La formación a nivel universitario puede ofertarse a nivel de pregrado o posgrado. Aunque, algunas instituciones (como la Universidad de Harvard y Chicago) consideran que la formación para una vocación profesional únicamente debe ser a nivel de posgrado, y en el caso de finanzas, esto usualmente se encuentra en las escuelas de negocios. Esto no significa que diferentes universidades de prestigio opten por ofertar algún tipo de formación en finanzas a nivel de pregrado y posgrado simultáneamente. La estructura de los programas en finanzas sigue un diseño estándar a nivel mundial. Por ejemplo, todavía es prevalente un ciclo de formación común con un componente importante a nivel cuantitativo y en ciencias económicas junto con dos módulos: uno en finanzas de los mercados de capitales y otro en finanzas corporativas. El ciclo de formación concluye con una gran cantidad de electivas que permiten profundizar en diferentes roles y competencias. Aquellas instituciones con mayor capacidad de investigación (mayor cantidad y calidad de profesores investigadores en su planta profesoral o expertos en residencia) y que además estén ubicadas en los principales centros financieros a nivel mundial, están en la capacidad de realizar una oferta más amplia de estos cursos complementarios a la formación básica en competencias financieras.
La transformación tecnológica y la colaboración multidisciplinaria siempre han caracterizado la formación en finanzas. Fintech es la expresión más reciente de esa realidad histórica. La mayoría de los programas de formación a nivel universitario han incorporado electivas relacionadas a los diferentes segmentos Fintech. Esto permite que los futuros profesionales tengan en la mayoría de los casos una introducción a los nuevos modelos de negocio, las tendencias y las tecnologías relacionadas. Esto también se ve reflejado en nuevos capítulos y temáticas alusivos a las Fintech, que son evaluadas en las certificaciones, por ejemplo en los exámenes del CFA. Si bien los esfuerzos son necesarios para dar a conocer la evolución de la industria; a futuro es probable que sean insuficientes, en la medida en que se considera como una formación complementaria.
Algunas universidades (por ejemplo la Universidad Duke en Estados Unidos) tienen un enfoque multidisciplinario en el que construyen programas Fintech en conjunto con las escuelas de finanzas (que pueden estar dentro o fuera de una escuela de negocios) y las escuelas de ingeniería (en particular los programas de ciencias de la computación).
Hay un espacio para discutir sobre la necesidad de diseñar una estructura curricular, orientada a un nuevo profesional específicamente en Fintech, o si será suficiente un enfoque multidisciplinario para satisfacer la demanda del recurso humano de la naciente industria.
Desde el inicio del nuevo siglo, la educación financiera entra en la agenda pública. El interés se generaliza como respuesta a la crisis financiera de 2007-2008 en los países desarrollados y en los resultados de las primeras grandes encuestas de medición de alfabetismo financiero en la población adulta, realizados para algunos países miembros de la OECD (OECD, 2005). Estos primeros diagnósticos indican que el nivel de desarrollo de los países no necesariamente está relacionado con el alfabetismo financiero, y que el público en general tiende a sobre-estimar sus conocimientos con respecto a los productos financieros que consumen. Esto pone en la agenda pública la necesidad de activar diferentes estrategias orientadas a mejorar el alfabetismo financiero de la población en general. Hasta el día de hoy existe una gran cantidad de métricas, estrategias, programas y resultados de evaluación de impacto de diferentes intervenciones concretas y a gran escala. A partir de un meta-análisis de 76 intervenciones, se encuentran resultados robustos y positivos con respecto a la efectividad de las intervenciones sobre el conocimiento y los comportamientos financieros de los participantes de los programas (Keiser, Lusardi, Menkhoff, & Urban, 2021).
En Colombia, las estrategias se han materializado en tres iniciativas de política pública: la Ley 1328 de 2009, que obliga a las entidades financieras a promover y proveer programas de educación financiera en finanzas; el plan de desarrollo 2010-2014 que solicita al Ministerio de Educación la incorporación de la educación como parte del currículo en los diferentes niveles de educación y la creación de la comisión intersectorial para la educación económica y financiera (2017).
Las Fintech han aprovechado los espacios desatendidos por las entidades financieras tradicionales (bancos, comisionistas de bolsa y fondos de pensiones). Estos actores tradicionales han desarrollado programas de educación financiera alineados a los productos que ofrecen y en respuesta a los requerimientos del supervisor. Sin embargo, es evidente que se han quedado cortos en el acompañamiento a los clientes con necesidades particulares, nichos específicos o que tienen una perspectiva crediticia poco atractiva. Adicionalmente, en la medida en que cada entidad atiende sus necesidades e intereses hay una falta de visión integral y de ciclo de vida con respecto a las decisiones financieras. La política pública y su implementación se ha quedado corta en la preparación del personal que debe acompañar a los ciudadanos en sus decisiones financieras. Primero, se observa un bajo nivel de profesionalización de los asesores financieros, que requieren un conocimiento especializado para acompañar a los clientes en decisiones trascendentales y que impacten la salud financiera de los hogares. Segundo, estos roles de atención al cliente son de bajo nivel jerárquico y con una alta rotación de personal dentro de las entidades. Las Fintech que se han especializado en segmentos desatendidos o nichos específicos del segmento de crédito, han introducido una cultura refrescante con respecto al acompañamiento y asesoría hacia los clientes. Esto va de la mano de aprovechar las ventajas tecnológicas y los menores costos de perfilar clientes, aprovechar nuevos canales de comunicación e integrar los productos ofrecidos de la educación financiera. Un reto por
resolver es ofrecer esa aproximación integral que tenga en cuenta las decisiones financieras importantes a lo largo del ciclo de vida de los ciudadanos. Ante una mayor especialización y desintegración de las actividades financieras surge el riesgo de una educación y acompañamiento financiero fragmentado, que pueda inducir decisiones sub-óptimas para los ciudadanos.
entidades
financieras tradicionales
La innovación financiera se da como resultado de la necesidad de diferenciar los productos y servicios ofrecidos. La naturaleza de esta innovación es bastante amplia: puede ser un nuevo producto, un nuevo modelo o proceso de negocio, un cambio tecnológico, o un concepto novedoso, entre otros. Existen muchas taxonomías para clasificar las innovaciones financieras y no son fáciles de conciliar. Una alternativa es indagar las razones por las cuales surge la innovación financiera en diferentes organizaciones (Tufano, 2003): los mercados incompletos (la imposibilidad de transferir recursos a través del tiempo o en diferentes contextos) estimulan la creación de nuevos productos. Los problemas de agencia y la información asimétrica requieren la creación de contratos para productos que permitan alinear los intereses de las contrapartes. Las innovaciones tecnológicas reducen los costos de transacción, de búsqueda y de mercadeo. El diseño de los impuestos y la regulación generan oportunidades para diseñar y/o estimular el uso de ciertos productos financieros. Las restricciones culturales o religiosas sobre cierto tipo de inversiones generan la necesidad de ofrecer nuevos vehículos de inversión. Las innovaciones intelectuales proporcionan las bases para valorar cierto tipo de activos (por ejemplo los derivados), cuantificar y administrar los riesgos. Posiblemente los productos financieros más exóticos son el resultado de más de uno de los factores mencionados anteriormente.
El fenómeno tecnológico actual, conocido como Fintech, es considerado como la tercera etapa de transformación tecnológica de los servicios financieros (Thakor, 2020). La primera (1866-1967) se
caracterizó por la introducción de sistemas de transmisión de información (por ejemplo el cable transatlántico), la segunda (19672008) fue la introducción de tecnologías de la información en las empresas financieras (por ejemplo los sistemas de pago entre instituciones). La actual se caracteriza por la introducción de nuevos participantes en un ambiente de oferta de servicios financieros a los usuarios finales, con una menor dependencia de los intermediarios tradicionales y las infraestructuras existentes. Los aspectos diferenciadores de esta nueva etapa son: la capacidad de las Fintech para aprovechar los habilitadores digitales y reducir costos de búsqueda, distribuir y conectar servicios. Adicionalmente, la posibilidad de aprovechar la abundancia de datos (no financieros) y la analítica e inteligencia artificial para ofertar mejores productos y servicios.
La intermediación
Modelo de negocio, incentivos y riesgos
Las Fintech introducen nuevas modalidades de intermediación financiera con similitudes y diferencias con respecto al modelo de negocio bancario. Por ejemplo, las plataformas de préstamos (P2P Lending) proporcionan servicios en línea donde se encuentran prestamistas y potenciales deudores. Los potenciales deudores envían una solicitud, la plataforma estudia la solicitud y asigna una calidad crediticia (gestiona la información asimétrica) para ponerla a disposición de diferentes tipos de inversionistas (institucionales, profesionales y no-profesionales). Otras Fintech otorgan créditos, pero no se consideran plataformas porque se especializan únicamente en la colocación de diferentes tipos de créditos y obtienen recursos a través de distintas rondas de inversión, enfocadas en inversionistas institucionales y profesionales. En ninguno de los casos las Fintech utilizan recursos propios o captan depósitos, por lo tanto no efectúan transformación de plazos entre los activos y los pasivos dentro de su balance. Estos dos elementos son
fundamentales en la forma en que entendemos conceptualmente los bancos y cambian de manera importante las fricciones e incentivos que enfrentan este tipo de Fintech frente a los bancos (Thakor, 2020). Los bancos respaldan los créditos principalmente con la captación de recursos del público y de manera marginal con recursos de capital propio (están fuertemente apalancados por recursos externos), mientras que las Fintech no comprometen recursos y por lo tanto los inversionistas tienen exposición directa al portafolio crediticio (son equityholders ). El hecho de que las Fintech se han desarrollado sin la necesidad de captar recursos del público en general, también explica por qué estas han entrado a competir fuertemente en servicios financieros como pagos y gestión de activos, que no dependen de depósitos y que tradicionalmente han estado integrados a entidades bancarias y/o conglomerados financieros.
Las Fintech crediticias realizan una evaluación para la generación de los créditos, pero a diferencia de los bancos que mantienen los créditos en sus balances, no necesariamente se pueden preocupar por monitorear estos créditos (similar a las implicaciones en términos de incentivos del modelo de titularización de cartera crediticia). Es decir, pueden transmitir esos riesgos a los inversionistas. Adicionalmente, sin transformación de plazos (depósitos de corto plazo y créditos de largo plazo) no deben preocuparse por problemas de liquidez o corridas bancarias. No obstante, la captación de recursos públicos en la forma de depósitos, la preocupación por estos recursos y la estabilidad financiera, generan incentivos perversos en la actividad bancaria. Primero la concentración de las entidades como resultado de fusiones sucesivas y la búsqueda del estatus “too-big-to-fail” (DeYoung, Evanoff, & Molyneux, 2009). Segundo, la toma excesiva de riesgos y apalancamientos (bajos niveles de capital). Estos elementos no estarían presentes en las Fintech al no tener acceso a estas redes de seguridad (safety net arrangements) que van de la mano de los depósitos. Las Fintech comparten el riesgo de crecimiento desbordado
de la cartera de créditos en conjunto a bajos niveles de evaluación y monitoreo crediticio. La experiencia China mostró un importante crecimiento de plataformas de crédito, alcanzando alrededor de 3.400 firmas en 2015, muchas de las cuales desaparecieron por diferentes problemas, incluyendo el fraude y el ajuste regulatorio, a tal punto que solo quedaban 343 en 2019 (Kirby, Cao, & McHugh, 2021).
Identificar, caracterizar y diferenciar la actividad bancaria y las Fintech crediticias, es importante no solo para entender los modelos de negocio desde una perspectiva académica, sino que además afecta el diseño de la regulación y supervisión.
Inclusión y acceso a servicios
El rol más importante de la actividad financiera es la transformación del ahorro en inversión, rol que las entidades deben asumir en un contexto de información asimétrica y fricción en la comunicación. Con respecto a este último es usual que los inversionistas no conozcan directamente a quienes necesitan y están en capacidad de invertir los recursos. Para gestionar estas fricciones de comunicación, las entidades invierten recursos en crear y mantener relaciones y contactos (relationship-banking ) para llevar exitosamente acabo sus actividades de intermediación. La tecnología facilita y propone nuevas formas de llevar a cabo estas actividades. Los habilitadores digitales (dispositivos móviles, banda-ancha, redes sociales) representan progresos tecnológicos en comunicación que reducen los costos de búsqueda, emparejamiento (matching) y distribución, que transforman la oferta de servicios financieros (Boot, Hoffmann, Laeven, & Ratnovski, 2021).
Las Fintech han aprovechado las mejoras en tecnologías de la comunicación desde objetivos que pueden verse diametralmente opuestos como generar plataformas de interacción entre desconocidos, pero también reconocen el esfuerzo por entender las particularidades de sus clientes. Estos dos objetivos son coherentes con identificar aspectos diferenciadores con respecto a las
entidades tradicionales. Primero, buscan no depender de una red costosa de relaciones (relationship-banking). Esto quiere decir que las soluciones Fintech, como las plataformas o el crowdfunding, replican esquemas anónimos de inversión que funcionan en los mercados de capitales. En estos esquemas anónimos juega un rol muy importante el colateral, como una forma de alinear incentivos y mitigar riesgos entre las contrapartes, tal como funciona en los mercados de capitales. Los bancos, por su parte, para afrontar la competencia de las Fintech seguirán teniendo unas ventajas competitivas en establecer esquemas de confianzas basados en las relaciones e interacciones repetidas con sus clientes. Las Fintech especializadas se han enfocado en entender las necesidades de sectores desatendidos por las entidades tradicionales y llegándoles con modelos operativos más eficientes. En parte pueden hacer esto, pues no heredan unos sistemas de gestión con tecnologías obsoletas y desarticuladas (legacy systems). Las Fintech en mayor medida que las entidades tradicionales han aprovechado estas herramientas tecnológicas para no dejar que las interacciones físicas entre personas, sea un impedimento para el acceso a los servicios financieros. También se han enfocado en segmentos tradicionalmente excluidos o en la rehabilitación de sujetos de crédito. Igualmente, han explorado exitosamente el uso de información alternativa para analizar clientes.
Eficiencia, competencia y estabilidad financiera
Los cambios tecnológicos, especialmente el uso y acceso de la información y las mejoras en comunicación, están transformando la forma en que se ofertan los servicios financieros. A finales del siglo pasado, se observó una consolidación de la oferta de servicios financieros en grandes conglomerados caracterizado por importantes procesos de integración vertical (OECD, 2010). Los procesos que se observan actualmente generan una sobre especialización de los servicios financieros, especialmente en aquellos que no necesitan captar recursos del público, y por ende de una licencia bancaria. Si bien existe una preocupación por una exce-
siva fragmentación de los servicios, las necesidades de interoperabilidad (estándares sobre datos y protocolos de comunicación) entre ellos están creando una nueva organización horizontal de la industria.
Como se mencionó anteriormente, el impacto en términos de la competencia que enfrentan los bancos se está dando primero en aquellos servicios que no requieren acceso a depósitos, por ejemplo, el sistema de pagos o los servicios de inversión. Hay dos formas de ver los posibles impactos sobre la estabilidad financiera que la competencia traerá sobre las actividades del sector (Thakor, 2020), (Boot, Hoffmann, Laeven, & Ratnovski, 2021). La negativa es que en este ambiente las rentas de las entidades tradicionales se verán afectadas, y, por lo tanto, incrementará la exposición de riesgo de los bancos para compensar estas rentas. Esta perspectiva se puede exacerbar en la medida en que las Fintech ofrezcan oportunidades de inversión que reduzca la disponibilidad de financiar las actividades bancarias a través de depósitos. Por otro lado, la perspectiva positiva es que esa competencia se traducirá en mejores condiciones crediticias y mayor presión sobre las entidades tradicionales para incrementar sus niveles de eficiencia. Esta nueva estructura organizacional para la industria financiera traerá nuevos desafíos para la identificación temprana de la acumulación de riesgos en diferentes actividades, versus el enfoque tradicional de análisis de riesgo sobre tipos de entidades. Lo que seguramente será mucho más complicado es la posibilidad de mapear las interconexiones entre actividades/entidades y los posibles canales de contagio indirecto en estos. Esto claramente será un desafío para los supervisores.
Las plataformas (marketplaces) han sido un motor de transformación organizacional de la actividad económica. La penetración de estas plataformas para el intercambio, a través de estructuras horizontales (no jerárquica), depende de las características de los bienes y servicios y de las dificultades de coordinación entre los participantes (Sundararajan, 2016). Aquellos bienes y servicios que requieran un mayor nivel de coordinación, necesariamente se quedarán en la órbita de estructuras jerárquicas de producción y distribución. La tecnología reduce los problemas de coordinación en algunos bienes y servicios, por lo tanto habilita la consolidación de estas plataformas. Por ejemplo, la tecnología ha habilitado que los costos de búsqueda de bienes y servicios se hayan reducido de manera significativa, acompañado de los beneficios de la competencia para los consumidores, pero también la concentración en algunas grandes plataformas (Amazon, Google, entre otras).
Históricamente, en el ámbito financiero, han existido empresas y organizaciones que comparten algunos elementos que caracterizan a estas plataformas, pero, no son consideradas como plataformas completas (Dhar & Stein, 2017). Las plataformas que se denominan completas tienen tres componentes esenciales: sin barreras de entrada, implementan procesos de negocios y operacionales claves, e implementan estos procesos utilizando herramientas tecnológicas. Por ejemplo, las bolsas de valores no son plataformas completas en la medida en que el acceso transaccional se da a través de intermediarios autorizados. De la mano de las Fintech, o en franca competencia, las plataformas incompletas están realizando o han realizado el proceso de transición para alcanzar los elementos faltantes y ser considerados plataformas completas.
Es así como las plataformas son las que definirán un nuevo horizonte de organización dentro de la industria. Este nuevo horizonte estará caracterizado por “supermercados financieros” con varios participantes especializados, y donde empiezan a jugar un rol importante las empresas de tecnología y telecomunicaciones que ya tienen una masa de clientes importantes para impulsar las externalidades cruzadas en las plataformas. El panorama obligará a las entidades financieras a establecer alianzas con las empresas de tecnología o colaborar con Fintechs innovadoras que puedan realizar esa transición con menores costos.
Más allá de las labores bancarias relacionadas tradicionalmente con las actividades de transformación de plazos (captación de depósitos de corto plazo y colocación de créditos de mediano y largo plazo) hay todo un universo de actividades financieras a tener en cuenta.
Pagos es uno de los segmentos más impactado por las mejoras tecnológicas. Este fenómeno ha tenido un impacto más grande en economías con mercados financieros más concentrados y menos desarrollados (Sahay, y otros, 2020). En servicios de inversiones y gestión de activos, las Fintech han facilitado el acceso a los mercados de capitales a través del desarrollo de aplicaciones en dispositivos móviles. También existen innovaciones como el “copy trading”, plataformas que permiten replicar las estrategias de inversión exitosas y el “robo-advising”. Con respecto a este último, un estudio reciente muestra los beneficios en la adopción de este tipo de herramientas por parte de los inversionistas (D’Acunto, Prabhala, & Rossi, 2019). Los inversionistas que siguen las sugerencias de su robot-advisor tienen portafolios más diversificados, con mejores retornos y menor volatilidad. Además son menos susceptibles a los sesgos del comportamiento (behavioral biases). En
el segmento de seguros la posibilidad de recolectar información de diferentes tipos de dispositivos permitirá una estimación más precisa y dinámica del riesgo. Una medición más precisa permitirá reducir las asimetrías de información, reduciendo el subsidio de los agentes menos riesgoso hacia los agentes más riesgos; lo que permite un mejor cálculo de las primas de riesgo en favor de los primeros. Igualmente, estos dispositivos habilitarán nuevos tipos de seguros.
Por último, y no menos importante, está la tecnología blockchain y en particular las finanzas descentralizadas. La tecnología tendrá un impacto en la infraestructura que soporta actualmente el intercambio de activos financieros, que en su mayoría viven en el espacio digital. A partir de los criptoactivos y la blockchain no-permisionada, como Ethereum y otras similares, se ha gestado todo un nuevo universo de servicios financiaros de préstamos, creación y emisión de nuevos tipos de activos (tokenización), plataformas descentralizadas de intercambio de activos, derivados, oráculos de información, entre otros (Harvey, Ramachandran, & Santoro, 2021) ¡De este ecosistema hasta ahora solo hemos visto la punta del iceberg!
En el ecosistema local observamos muchos de los elementos mencionados anteriormente. Por ejemplo: especialización de la oferta de crédito junto con una mayor cercanía con las necesidades de los clientes: Bancamoda, Agricapital, Finsocial, ExcelCredit (servidores públicos y pensionados), Mesfix, Sempli, Finaktiva (medianas y pequeñas empresas), entre otros. Penetración en segmentos desatendidos: Resuelve tu Deuda, Referencia, Refinancia, Zinobe, QNT (rehabilitación financiera), RapiCredit, Aflore, Juanchotepresta (inclusión financiera), entre otros. El segmento de crédito como el de pagos son los más grandes y dinámicos, representando el 56,8% del ecosistema (Colombia Fintech, 2021). Vemos este dinamismo precisamente en esos espacios desatendidos o en servicios financieros que no dependen del particular modelo de negocio bancario: la transformación de plazos. En ese sentido, el segmento de finanzas personales debería ser el siguiente en tomar un importante dinamismo, pero esto debe ir de la mano de unos programas de educación financiera y cultura de la inversión, si queremos ver el dinamismo que se ha dado en otras latitudes.
Es evidente que las empresas Fintech están aprovechando los beneficios de esta tercera ronda de innovaciones, en particular los habilitadores digitales, para ofrecer productos y servicios novedosos. Pero para aprovechar plenamente la “oportunidad Fintech” (Philippon, 2018) los cambios regulatorios deben ser: oportunos, fomentar la entrada de estos nuevos jugadores en cualquier ac-
tividad (sin actividades vedadas) y fomentar los sistemas abiertos e interoperables. Esto es contrario a la tradición de desarrollar nuevas regulaciones después de una crisis, en función de las entidades tradicionales que sobreviven. Los retos en términos de regulación y supervisión son enormes (por ejemplo, el cambio de enfoque regulatorio de entidades por actividades) debido al fuerte cambio en la estructura de la industria. Ahora bien, lo enorme del reto no debe ser un impedimento para aprovechar que las innovaciones financieras se traduzcan en mayor eficiencia y competencia en la industria; cuyos resultados se vean reflejados en menores costos de intermediación financiera para los hogares y las organizaciones.
ERNESTO DREYER
Gerente comercial de Chevyplan. Ingeniero industrial con más de 20 años trabajando en industrias como consumo masivo, sector automotriz y financiamiento. Experiencia en liderazgo en ambientes complejos y multiculturales. Impulsor de equipos de trabajo eficientes e inclusivos, de alto desempeño y enfocados en la experiencia de servicio centrado en el usuario. Experiencia en gestión internacional en Europa, México y Colombia.
Cada día toma más importancia hablar de la gestión de las finanzas personales y, especialmente después de los últimos dos años en circunstancias tan particulares en Colombia y en todo el mundo, del ahorro como elemento fundamental dentro de dicha gestión. Si se quiere hablar de ahorro, es importante primero tener claridad sobre qué puede significar este término para las personas. Se pueden evaluar algunas opciones:
Wikipedia1: El ahorro es la acción de separar una parte de los ingresos que obtiene una persona o empresa con el fin de guardarlo para su uso en el futuro, ya sea para algún gasto previsto o imprevisto, emergencia económica o una posible inversión.
Banco Central de Argentina2: El ahorro es la parte de los ingresos que no se usa en el consumo: del dinero que ingresa, es la porción que no se gasta.
RAE: Según la Real Academia Española, la palabra ahorro procede de horro, siendo su lexema más antiguo hurr término que proviene del árabe y que significa libre. El término fue evolucionando hacia “librar a alguien de algo” que podía ser un trabajo, un esfuerzo o un gasto.
1 https://es.wikipedia.org/wiki/Ahorro
2 http://www.bcra.gov.ar/BCRAyVos/Aprendiendo-a-ahorrar-que-es-el-ahorro.asp
Se podría decir que el ahorro estaría agrupado en tres perspectivas principalmente:
1. El ahorro como provisión para imprevistos o emergencias, el cual estará enfocado en reservar una porción de los ingresos sin un fin en particular y sin, necesariamente, esperar un rendimiento o beneficio por esta acción.
2. El ahorro como inversión directa, caso en el que se esperará un retorno sobre el dinero ahorrado al final de un término definido.
3. El ahorro como medio para la adquisición de bienes y servicios, caso en el cual existirá un propósito claro para el dinero reservado en un periodo de tiempo determinado, y el ahorro terminará con la propiedad del bien o la prestación del servicio.
En todos los casos se entiende que el ahorro tiene el potencial de jugar un rol fundamental en promover progreso o evolución en la vida de las personas. Está claro que ahorrar es muy importante para cualquier persona, pues sirve para sortear dificultades económicas o materializar sueños sin necesidad de endeudarse. Se pueden encontrar múltiples razones para realizar un ahorro, como comprar una casa, cambiar de vehículo, realizar un viaje, gozar de un buen retiro o simplemente atender los imprevistos.
A pesar de la relevancia del ahorro, un estudio de la firma Kantar encontró que tan sólo 1 de cada 10 colombianos ahorra. Dentro de aquellos que lo utilizan, el 12 % de quienes lo hacen no tienen un uso establecido, 11 % utiliza ese dinero para viajes u ocio, 14 % para educación y 23 % para vivienda. Tomando otra fuente, según cifras reportadas por la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), sólo el 24% de los colombianos cuenta con un ahorro formal, sin embargo, esta cifra es baja comparada con el 71% que se presenta en países de altos ingresos. Esta información evidencia que hay una diferencia entre la potencia del ahorro en las finanzas personales y el impacto real en la gestión del flujo
disponible de los consumidores. Buscando dar foco en quienes usan el ahorro para determinar los elementos de mayor impacto para promover esta práctica, así como la perspectiva y el foco para su aprovechamiento, es importante incluir más elementos a la discusión. Según un sondeo realizado por Fincomercio, buscando ahondar en las razones por las cuales los colombianos ahorran, encontró diferencias relevantes entre las distintas generaciones.
Generación
Baby Boomers (1946-1964)
Generación X (1965-1979)
Generación Y (1980-1999)
Propensión al ahorro
Alta.
Siendo una población posguerra, siempre han creído que el mañana será peor que el presente.
Son beneficiarios del sistema de pensión.
Media.
No creen en los sistemas de pensiones y prefieren tener su propio sistema de ahorro.
Baja.
Les gusta vivir el presente, socializar y comer fuera de casa.
Objetivo del ahorro
Provisión para imprevistos y proyectos de mayor envergadura.
Cumplir metas específicas como tener vivienda propia, comprar carro u otros proyectos.
Vivir experiencias, aunque en muchos casos lo hacen a través de créditos.
En pandemia creció el interés por comprar carro o moto, para evitar el transporte público.
Generación Z (>2000)
Media.
Reconocen la falta de educación financiera de sus padres, así que usan la tecnología para gestionar sus gastos e ingresos.
Participar en proyectos sociales, incluyentes y ecológicos; todo ello movilizado a través de las redes sociales.
Si se recogen algunos de los puntos validados hasta acá, tenemos:
Diferencias en la concepción y en la propensión al ahorro en función de efectos culturales, generacionales o simplemente de las condiciones del entorno.
El ahorro se constituye en una habilidad deseada, pero no practicada por una porción importante de los colombianos.
¿Cómo
En entornos donde cada vez se hacen más perceptibles los efectos de la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad de los mercados; el ahorro seguirá tomando fuerza como medio para cumplir sueños y satisfacer necesidades. Cada región del país y cada grupo generacional lo adaptará desde sus circunstancias y prioridades particulares, pero siempre evaluando las herramientas de ahorro disponibles en el mercado. Ahora, para poder sembrar las bases de una cultura del ahorro es posible definir algunos aspectos a tener en cuenta:
1 Claridad de propósito. A diferencia de la visión tradicional de la Banca de que el ahorro es simplemente la porción del ingreso que no se gasta, es necesario dar un lugar predominante al “para qué” dentro del proceso de aprovisionamiento. El
tener claridad de un objetivo a alcanzar (vivienda, carro, viaje, experiencia, estudios, etc.), permite dar una mayor prioridad a “separar” directamente del ingreso la porción que se requiere para construir el camino hacia el objetivo definido. La ventaja adicional que brinda una clara definición del propósito del ahorro es que pueden generarse tantos “ahorros” como sueños u objetivos se precisen.
2 Consciencia de los gastos. Llevar un control minucioso, según el perfil de cada persona, de los gastos realizados por categoría (vivienda, transporte, alimentación, entretenimiento, educación, servicios, financieros, tributarios, etc.) genera un nivel superior de consciencia sobre la relevancia de cada uno de los gastos ejecutados, abriendo la posibilidad de establecer prioridades y renuncias según lo amerite la evaluación. El resultado, un presupuesto de gastos personales con nuevas oportunidades de “uso” de los ingresos recibidos por un aumento en la capacidad de ahorro.
3 Costos de financiación. Un punto que muchas veces es subestimado al analizar las finanzas personales es el costo financiero asociado a las diferentes actividades realizadas. Desde cuotas de manejo o administración hasta seguros e intereses que se pagan con regularidad. Parte del proceso para asegurar una mayor cultura y capacidad de ahorro para cumplir con los objetivos propuestos, es garantizar una clara desagregación de los costos asociados a los productos financieros para poder definir un plan para optimizar su uso y minimizar su costo. Se debe dar prioridad al pago de deudas de mayor costo. Cada proyecto personal puede emparejarse con una herramienta idónea para la obtención o acumulación de los recursos necesarios, de tal forma que puedan ser llevados a “buen puerto” con eficacia y eficiencia.
Estos aspectos, trabajados con consistencia, construirán hábitos que fortalecerán las finanzas personales y fomentarán el progreso
y el sentido de logro de las personas. Se podría incluir un factor relevante para cerrar este tema: la libertad. Como bien lo expresaba la base etimológica de ahorro, se parte de un acto de libertad desde dos perspectivas: a) La búsqueda de libertad frente al gasto y al ingreso, con un esquema de planeación que permita la priorización de proyectos de ahorro de manera consciente y consistente, y b) La manifestación de un acto libre, a diferencia de una obligación financiera, que permita disponer de recursos para alcanzar los objetivos trazados.
Es difícil determinar con claridad cuál puede ser el futuro del ahorro tal y como lo entendemos hoy en día, pero con toda seguridad seguirá siendo un factor determinante para habilitar proyectos asociados a bienes o servicios de una manera clara y controlada por los consumidores.
CEO de Chevyplan. ¡Banking para la gente! Creyente de un modelo de servicios financieros más cercanos y con mejores experiencias para los usuarios! Fanático de hacer realidad la innovación y la estrategia. Enemigo de la ilusión vía PowerPoint y asesor corporativo y estratégico de buenas causas cuando tienen sentido de permanencia en un mundo de constante transformación!
“Why banking is no longer somewhere you go, But something you do”
Brett King1
Existe un dilema con interesantes debates acerca de si fueron los cambios en el comportamiento de los consumidores/usuarios de servicios financieros los que impulsaron la aparición de las Fintechs para promover una oferta de productos mucho más consciente de dichos cambios y así conquistar esas nuevas necesidades de los usuarios, o si fue justamente la aparición de este tipo de compañías las que promovieron unos nuevos comportamientos basados en un mejor empoderamiento por parte de dichos usuarios.
Más allá de este debate, que pareciera que a estas alturas del partido poco o nada movería el marcador, definitivamente lo que es un hecho es que desde hace más de 10 años los consumidores/ usuarios de servicios financieros se encuentran en un entorno
1 Bank 3.0, 2013 Marshall Cavendish Business
de “hiperconectividad”, que ha determinado una demanda por servicios y productos financieros de una forma nunca antes vista, privilegiando la experiencia del usuario, la utilidad y casi que la reclamación de “trajes más a la medida” de las necesidades e intereses de un usuario, que antes de este fenómeno estaba a merced de una oferta y una experiencia muy comoditizada por parte de los prestadores tradicionales de dichos servicios.
Es así entonces como ha surgido una nueva clase de consumidor/ usuario de servicios financieros, que nunca nos imaginamos podría ser atendida con tanta amplitud sin necesidad de ser usuario de productos financieros tradicionales, que considerábamos indispensables para tener una cotidianeidad y desenvolvimiento financiero sin inconvenientes. Hoy podemos decir que se pueden resolver necesidades financieras asociadas al crédito y al ahorro, sin necesidad de tener una cuenta bancaria tradicional o acudir a seguros y garantías a través de otros mecanismos alternativos que se adaptan mejor a los requerimientos de los demandantes de dichos productos.
Hemos pasado entonces de la relevancia de la sucursal bancaria en la prestación de servicios al retail como indicador de profundización de clientes, a la relevancia de la experiencia de usuario a través del uso de la tecnología para garantizar una mejor oferta de productos que debe ser simple y de fácil acceso para los usuarios, y a partir de ahí construir una nueva relación de confianza con el proveedor. El consumidor de este entorno de “hiperconectividad”, asociado a la disponibilidad de mejor información, ha sido empoderado para escoger mejor, buscar un acceso más simple, sin fricciones y una prestación de servicios de una manera más rápida y eficiente.
El surgimiento de compañías que basan su oferta de servicios y productos financieros en una tecnología que permite conocer y adaptar mejor dicha oferta a las necesidades de ese nuevo usuario, especialmente en el retail, ha traído como consecuencia un
empoderamiento basado en primer lugar, en la sensación de control que antes no se tenía; en segundo lugar, en una mejor información para poder fundamentar la elección del producto o servicio que se adapta a la necesidad manifestada; en tercer lugar, la posibilidad de conseguir mejores negociaciones, ya que los proveedores tendrán que trabajar duro para conseguir ser la elección del usuario empoderado.
Ese empoderamiento es justamente el que ha permitido establecer un nuevo catálogo de valores en la prestación de servicios financieros, ya que cualquier proveedor de estos deberá entender que se enfrenta a un consumidor/usuario más informado, con mayor control sobre sus decisiones y necesidades, con mejores opciones y con la necesidad imperiosa de tener la mejor experiencia posible en la usabilidad del producto o servicio. Finalmente, no se puede pasar por alto el fenómeno que hemos presenciado, producto de este empoderamiento, y que está relacionado con la reducción de sucursales y oficinas como lugares clave para la interacción entre proveedores de servicios financieros y sus consumidores/usuarios. En efecto, la sucursal física se ha convertido en el canal menos importante para la provisión de dichos servicios en el día a día, especialmente al retail básicamente por perder relevancia y ser ineficiente frente a lo que el fenómeno Fintech está consiguiendo: mejorar la experiencia y el control por parte de los usuarios.
Es un hecho que el gran avance que ha traído la automatización no se trata esencialmente de mejoras tecnológicas a manera de plataformas, sino en la posibilidad de anticiparse a las necesidades de los consumidores/usuarios de productos financieros. Con mejor información respecto a lo que dichos clientes hacen y transan en el día a día, los canales que suelen usar para cada transacción y el total de productos o servicios que utilizan a diario, se pueden diseñar modelos de economía comportamental o analítica para anticipar y atender las necesidades financieras de una mejor manera.
Es así como, el concepto de “banca móvil” se ha posicionado no solamente bajo el entendido de ser un canal más exigido por ese usuario empoderado, sino porque termina siendo la mejor manera de garantizar una mejor experiencia de usuario por un lado y una fuente relevante de información para ir moldeando la oferta de productos y servicios, por el otro. La constante proliferación de dispositivos móviles personales a nivel global ha permitido una conectividad a tasas nunca vistas, lo que, junto con la palanca de inclusión financiera en el mercado de servicios financieros, ha traído nuevas oportunidades para servicios financieros no tradicionales y en algunos casos definirlos como los más relevantes para determinados grupos de usuarios. Son estos mecanismos los que han empoderado aún más a los usuarios, al facilitarles resolver necesidades financieras de una manera casi que permanente, independientemente del momento o lugar.
Podemos distinguir entonces como producto de la automatización y el desarrollo del concepto de banca móvil, las siguientes gamas de usabilidad más relevantes:
Pagos móviles: se refiere a la posibilidad de realizar pagos a través de dispositivos móviles como alternativa a los pagos realizados en uso de mecanismos tradicionales como el efectivo, los cheques o las tarjetas de crédito.
Transacciones comerciales móviles: se refiere a la posibilidad de hacer transacciones comerciales a través de dispositivos móviles, como puede ser la compra de contenidos o servicios.
Dinero móvil: Su fundamento está en la inclusión financiera determinando la creación de ecosistemas que permiten la transferencia de dinero entre dispositivos móviles.
Banca móvil: Se refiere a la creación de un nuevo canal para clientes bancarizados ya existentes.
Ahora, respecto al ahorro, la banca tradicional siempre asumía un enfoque basado en el concepto de “depositario fiel”, en donde los ahorradores hacen sus depósitos ya que aquellos le proveen un lugar seguro para guardar dicho dinero y generarle un interés bajo el respaldo de un seguro de depósitos y una regulación estricta en cuanto a su gestión. La realidad nos muestra que hoy por hoy el ahorro del público para una entidad financiera tradicional, no es más que una posibilidad de contar con recursos al mejor costo posible para poder realizar sus actividades de crédito y con eso obtener un mejor margen financiero, lo que supone entonces que a una entidad de crédito tradicional lo que le va a interesar es que el dinero captado del público sea lo menos costoso posible (reconociendo el menor interés que pueda) y por lo tanto su narrativa estará centrada en que el ahorrador más bien utilice el banco para transar y así evitarse el costo asociado a reconocer el interés de dichos depósitos.
Esto ha cambiado gracias al fenómeno Fintech, ya que la automatización y la posibilidad de “hacer banca sin ser banco” ha permitido como lo hemos sustentado, contar con un usuario empoderado que ha encontrado otras alternativas y posibilidades para que el ahorro tenga vocación de cumplir con expectativas más asociadas a las necesidades reales y puntuales de los ahorradores, y no quedar sometido simplemente a ser un recurso que permite que la actividad crediticia sea prestada con mejores márgenes por parte de la banca tradicional, ya que se ha presentado un efecto de desintermediación. Estamos viendo cómo en los últimos años el surgimiento de compañías Fintech ha fortalecido un ofrecimiento basado en confianza, transparencia y tecnología, en un entorno en donde el cliente/consumidor es el rey.
Figuras como el crowdfunding, las plataformas de Marketplace, entre otras iniciativas, cuyos principales exponentes son compañías Fintech, han permitido promover un verdadero empoderamiento en donde el análisis de datos está permitiendo afinar la oferta de productos y en lo concerniente al ahorro, se ha generado una nueva estantería basada en el “ahorro-destino” y no necesariamente en el “ahorro-inversión”, con el que muchos usuarios han conseguido de una manera simple, cercana y sin fricciones, cumplir con metas y propósitos asociados al ahorro que en un entorno de banca tradicional hubiera sido imposible de lograr.
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Agradecimientos:
A Chevyplan… A su equipo directivo, Leopoldo Romero y Ernesto Dreyer, por creer en el poder del Emprendimiento Corporativo y por sentarse frente a la “máquina de escribir”. A quienes empezaron el proyecto y nos ayudaron con el “puntapié” inicial, María Piedad Valero y Daniel Guevara. A mi amigo y “maestro motero” Daniel González-Iregui, por la paciencia, la buena onda y la gran gestión para sacar el proyecto adelante.
Al equipo de Armatuvaca... A mi querido socio cofundador Luis Guillermo Arango, por ser el mejor escudero que ha nacido desde el mismísimo Sancho Panza. A mi querido equipo: al gran Wazowski, por ser el pilar de todas mis ideas y proyectos. A Ivancho, por su genialidad en todos los aspectos de la vida. A Mariana Moncada “Em”, por siempre ir más allá en absolutamente todo y por su apoyo editorial. A Mr. B, por su autenticidad. A Pascual, por el poder de ver mucho más allá de lo evidente. A las Alejas, Nieto y Mayorga, por ayudarnos a mantener el barco a flote y con la brújula funcionando. A Mary, Asly, Blanca y Vrilly, por equilibrar la balanza en momentos de calma y en la tempestad. A Stela Artois, por ser mejor que todas las demás cervezas. A Andrés, por esa gran visión estratégica y practicidad.
A nuestros ángeles, José Pablo Cardona y Alain Geoffray, por vivir con nosotros nuestra visión y pasión, y por hacer parte desde el día 0. A Lucas Cardona y a Ignacio Durán, por retarnos constantemente. A Víctor Pérez-Cotapos, por ser el mejor fichaje desde Messi al Barcelona. A Pablo Durán, por siempre apoyarme desde que todo era un “Excel y un Power Point”. A Ghislain Foucque y a Adrien Soucachet, por abrir la trocha desde Francia. A todos nuestros inversionistas, por hacer parte de esta aventura.
A las ovejas, los caballos y a Pirlo, (mi querido perro salchicha) que me acompañaron en mi odisea en Sutatausa, desde donde se escribieron estas líneas. (Sí, me fui a vivir al campo para poder sacar el proyecto adelante en la calma, la tranquilidad y el silencio que trae el campo).
A mi padre, por abrir el camino con Chevyplan y apoyarme en todos los proyectos con Armatuvaca. A mi mamá y mi hermana, por oírme siempre con cada proyecto que he emprendido. A Solita y a Norita, por creer en mí desde que tengo memoria.
A Erick Rincón muy especialmente. Por ser pionero. Por ser una de las personalidades que más sabe y más influyentes del Fintech en nuestro país. Y por siempre tener buena onda con todos los proyectos que hemos trabajado.
A Carlos Castro, por su valiosísimo aporte desde el punto de vista académico. A Juliana Carmona, por ayudarnos en la conceptualización del proyecto al inicio. A la Asociación Colombia Fintech y a la Universidad del Rosario, por estar a la vanguardia de la tecnología financiera.
Al lector, quien de una u otra manera nos está incentivando a todos los involucrados a sacar más proyectos como este adelante.
A Beatriz Osuna y a Kevin Monzón, por el apoyo en la diagramación y diseño del libro, así como en el acompañamiento editorial.
Y por último, al gran culpable de todo. A mi versión del profesor “Miyagi”, el gran Javier Reventós; “el profe”, quien tuvo la paciencia para apoyarme (y esperarme) en todo el desarrollo del proyecto.
Este libro busca ser atrevido, busca cuestionar lo tradicional. Busca proponer conceptos y escarbar en relatos de disrupción y de innovación financiera. Historias que incluyen a grandes líderes, a grandes empresas y a varios autores invitados. A lo largo del texto se enfatiza constantemente en la importancia de adaptarse al cambio. En el cuestionamiento continuo del statu-quo y en la importancia que ha tenido lo anterior para las empresas que han logrado mantenerse a la vanguardia.
Universo Fintech es un libro escrito en Colombia que resulta de un proyecto de Emprendimiento Corporativo entre Chevyplan, una Sociedad Administradora de planes de autofinanciamiento y Armatuvaca, una Fintech especializada en innovaciones de pago y ahorro.
Si el lector comparte tan sólo un poco de la curiosidad por la innovación, la disrupción, la tecnología y las finanzas que dio origen a este libro, espero que su lectura sea de grandes aprendizajes, como lo ha sido mi camino escribiendo estas líneas.