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Paso del Tebicuary

Ciertamente, los jesuitas comerciaron la yerba mate, primero para su consumo propio, luego para pagar los tributos que la Corona Española les exigió y, más tarde, para financiar los gastos de sus comunidades. En la primera mitad del siglo XVIII, el camino oficial de la yerba estaba obligado a pasar por el Paso del Tebicuary. Pero, muy posiblemente, el Paso de Arazapé17 (hoy jurisdicción de San Miguel de las Misiones) haya sido un punto no oficial del tráfico de la yerba hacia los pueblos de la Compañía de Jesús ya que, generalmente, los jesuitas eludieron el Paso del Tebicuary porque estaba controlado por una guardia de españoles. Hay documentos en el ANA que refieren la existencia de caminos “alternativos”.

Paso del Tebicuary

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En tres fuentes primarias de extracto jesuítico del siglo XVIII encontramos referencias al Paso del Tebicuary. En las Cartas Anuas hay motivos para mencionar el río en el contexto de la Revuelta Comunera y la enajenación de las propiedades de los jesuitas de la Provincia del Paraguay como sucedió en 1724 cuando, desde Asunción, fueron llevados los sacerdotes hasta el límite natural siguiendo el Camino Real. El padre Jaime Aguilar escribió muchos años después lo sucedido: “Los llenaron de insultos de toda clase. Los sacaron por fuerza ignominiosamente de su hogar, trasladándolos bajo escolta de unos forajidos al otro lado del río Tebicuarí, unas cuarenta leguas distantes”18 . ¿Dónde estaba ese Paso? Siguiendo los relatos del jesuita Pedro Lozano, quien describe con detalles los tumultuosos sucesos de aquella época, se encontraba a “cincuentas leguas de la Capital”, “doce leguas del pueblo de San Ignacio Guazú” y “a lo sumo sesenta leguas de Corrientes”19 .

Otro exhaustivo caso de alusiones al río se puede leer en el Capítulo IV de las Cartas Anuas escritas entre 1735 y 1743. Éstas presentan notas in-

17 Precisamente, del uso de este punto como cruce no oficial del río devendría de la voz guaraní ahasa-rape que sería Camino del Paso (traducción libre). 18 ARSI, Paraquariae historia, t. 13, f. 51v. Reproducido en Salinas, M.L. y Folkenand, J., introducción (2017). Cartas Anuas de la Provincia Jesuítica del Paraguay… Biblioteca de Estudios Paraguayos, vol. 112, Asunción: CEADUC. p. 224. 19 Lozano, Pedro (1905). Revoluciones de la Provincia del Paraguay, vol. 2. Biblioteca de la Junta de Historia y Numismática Americana. Buenos Aires: Cabaut y Compañía, pp. 37, 51 y 272.

teresantes de la llamada Revolución Comunera así como la condición de alimentación y salud en las Misiones en aquellos años. Además de enfrentar a “un ejército de facinerosos” –como refiere el redactor del informe– los indígenas misioneros y los jesuitas tuvieron que aguantar “calamidades” que dispersaron a los indígenas por diversas partes:

Ademas tuvieron seis mil soldados indios, sacados de estas misiones, acampados desde el mes de enero hasta mayo [1735], por Tebicuari, procurándolos él [Bruno de Zavala] para la pacificación y sujeción de la gobernación del Paraguay. Y aunque, por medio de este ejército, que era su principal apoyo, consiguió su entrada pacifica al Paraguay y el arreglo de los disturbios, sin embargo, causó gravísimo, aunque inevitable, daño a nuestras misiones. Pues para abastecer a estos soldados se gastaron casi innumerables vacas, el único recurso que había quedado a los muchos hambrientos de los pueblos20 .

En efecto, a fines de 1734 fueron pedidos 12.000 indígenas misioneros por Bruno Mauricio de Zabala, gobernador del Río de la Plata (17171734), para integrar sus tropas pacificadoras, 6.000 para el Tebicuary y 6.000 para otra eventualidad, que luego fueron llevados a liberar Colonia, Uruguay, del asedio de los lusitanos.

Curiosamente en otro grupo de fuentes básicas, como la cartografía jesuítica, tampoco hallamos marcas alusivas al Paso de Santa María con el supuesto nombre de pila o las sospechas de que desde tiempos “inmemorables” los jesuitas se asentaron en la ribera sur de unos de los principales tributarios del río Paraguay. Nada del Paso del Tebicuary como tal. Aunque, en los mapas, se dibujó siempre el recorrido del río con mediana exactitud.

Aunque el río Tebicuary, por supuesto, aparece marcado en distintos mapas y planos, nos preguntamos por qué no trascendió una misión jesuítica en el Paso del Tebicuary. Gustavo Riart, en su disertación, aludió que esta situación pudo deberse a la geografía de una parte de la región

20 ARSI, Paraquariae historia t.10, ff. 230v y 231. Reproducido en Salinas, M.L. y Folkenand, J., introducción (2017). Cartas Anuas de la Provincia Jesuítica del Paraguay… Biblioteca de Estudios Paraguayos, vol. 112, Asunción: CEADUC, p. 543.

sur del Paraguay, que hoy comprende el departamento de Paraguarí y el departamento de Misiones, que no tenía espesos bosques, por lo que los indígenas no poblaron la costa del Tebicuary ni los jesuitas fundaron pueblos al norte de Santa María21 .

Otros argumentos tienen relación con la aptitud de la tierra para la labranza. En contraposición, establecer una estancia jesuítica alejada del río, hacia las colinas de la localidad que conocemos actualmente como San Miguel pareció ser la mejor opción, como de hecho lo fue22 .

Jan Kleinpenning explica algunas razones posibles por las cuales no hubo asentamiento jesuítico en la banda sur del Tebicuary. Una de ellas tiene relación con las misiones originales instaladas en el Guairá y otra con las misiones hacia el Uruguay y el Paraná que ofrecían mejores posibilidades de defensa contra la incursión portuguesa. Quizás la razón más justa que alude el autor se corresponde con la topografía del lugar que indudablemente era más apta para la ganadería que para la agricultura23. De hecho, al norte del río Tebicuary entre los campos de Caapucú y Quyquyhó, generalmente, en el siglo XVII no se instalaron poblaciones estables sino alquerías en tierras concedidas por mercedes reales a los Riquelme, Fernández Montiel, Cavañas, Roa, entre otros.

En algunos memoriales de producción jesuítica hay reseñas de la construcción de ciertos transportes fluviales de poca envergadura para su uso en el Tebicuary. En abril de 1725, el padre provincial Luis de la Roca24 cita la preparación de un barco para entrar y salir por el Tebicuary, que ya era práctica ordenada por el anterior provincial, Juan Bautista de Zea25 , desde 1719. La conservación y el alivio de las embarcaciones pertenecían al Pueblo de Santa María. Pero no tenemos certeza que estos datos –que provienen del AGN– tengan relación exacta con el Paso del Tebicuary.

21 Riart, G. (8/septiembre/1995). “Historia del Paso de Santa María y del Pueblo de Villa Florida”. Conferencia inédita. 22 Verón, L. (2015). La calidez del cobijo. Apuntes para una historia de San Miguel. Asunción: Litocolor, p. 16. 23 Kleinpenning, J. M. G. (2011). Paraguay 1515-1870. Asunción: Tiempos de Historia, p. 140. 24 AGN, Sala IX, 6-9-6. Citado en Levinton, N. (2009). El espacio jesuítico-guaraní, la formación de una región cultural. Biblioteca de Estudios Paraguayos, vol. 80, Asunción: CEADUC, p. 69. 25 AGN, Sala IX, 45-3-12. Citado en Levinton, N. (2009). El espacio jesuítico-guaraní, la formación de una región cultural. Biblioteca de Estudios Paraguayos, vol. 80, Asunción: CEADUC, p. 67.

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