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Presentación

Tiempo y espacio son dos categorías ineludibles en el trabajo de la historia como ciencia. La producción histórica, en efecto, tiene entre sus objetivos estudiar los fenómenos humanos en un tiempo y espacio geográfico determinados y responder a las preguntas clásicas de la investigación: qué, quién, cuándo, dónde, cómo, por qué, para qué. Pero la historia cuenta y también oculta, dice y a la vez calla. Hay silencios y brechas que la invitan a bucear en el pasado.

En ese sentido, y dentro del enfoque de la historia local y social, Jorge García Riart se ha interesado en conocer la conformación histórica de la actual Villa Florida antes de su nacimiento como distrito, esto es con anterioridad a 1880 cuando se oficializó su nombre actual. Su trabajo es, de cierta manera, genealógico, y para ello ha recurrido a una exhaustiva búsqueda, selección y análisis de documentos de diversas fuentes disponibles aunque se destacan las referencias al ANA. ¿Por qué es importante conocer los antecedentes de esta pequeña ciudad misionera a orillas del Río Tebicuary? Las claves están en la propia pregunta. La historia del Paraguay colonial tiene dos caras principales en el territorio actual del país, la de la provincia propiamente y aquella de las Misiones Jesuíticas. Y entre ambas realidades sociales ha sido el Río Tebicuary el que delimitó ese espacio de frontera con sus características propias. Un área de paso, de intercambio, de conflicto, en suma, un espacio humano, social y de poder.

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Tras la expulsión de los jesuitas en la segunda mitad del siglo XVIII y el inicio del proceso de independencia en 1811 se produjeron numerosos cambios en la zona; cambios que tuvieron que ver con la administración en los fueros civil, militar y religioso, con derechos de posesión, de paso, de comercio, de comunicación y de defensa. Con un abordaje científico, el libro da cuenta pormenorizada de todos estos aspectos que reconfiguraron el área.

Los españoles, seculares y religiosos, respetaron y conservaron el nombre dado por los guaraníes al Río Tebicuary. Los avatares de los guaraníes y sus antagonistas chaqueños quedan en el dominio de la prehistoria, pero la llegada de los europeos con sus técnicas de escritura y archivo no permite escuchar las voces de la historia para escribirlas y reconstruirlas. Esta obra constituye un valioso aporte para responder esas preguntas que mencionábamos al inicio y estamos seguros que su lectura abrirá el camino para nuevas investigaciones acerca de esa rica zona de las Misiones.

Aldo Torres Lesme, fundador Centro de Investigaciones de Historia Social del Paraguay

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