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Ilustración 5. Perfil de guardia, s. XVIII
llustración 5. Perfil de guardia, s. XVIII
Diseño esgrafiado e impresión en material de barro cocido utilizado para la construcción de la iglesia de San Joaquín, a escala de 10 cm. Fuente: Gómez Perasso, J. (1986). El Paraguay del siglo XVII en tres memorias. Asunción: RP, p. 66.
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De hecho, la consulta del Cabildo de Asunción, del 6 de julio de 1680, agregó:
(…) se disponga de casi dosientos hombres y sus familias50 [roto] armas y munisiones en el paraje de Caapucú que igualmente defiendan el paso y campos de Arecutaqua y todo el distrito y valles que se enderesan a el de las Salinas como a las entradas de los de Tapuaguasu y Tapuamini y campo Grande comprendiendo la mayor parte de la chacaras y la hasienda que ay en ellos y las tierras mas pingues de esta prova .
51 .
Más adelante, en 1695, un decreto del gobernador de la Provincia del Paraguay y capitán general, Sebastián Félix de Mendiola (1692-1696, 17051706), es la sospecha más concreta de levantar una guardia en el Paso del Tebicuary. La nota dirigida al corregidor de San Ignacio Guazú, Juan Cano (“que ya tiene repetidos autos y órdenes”), explica que era necesario establecer un puesto militar en Tebicuary con suma urgencia, ya que el tránsito de mulatos e indígenas estaba produciendo “gravísimo perjuicio”:
50 Veáse memoria de vecinos que han de poblar la villa de San Miguel, en 1680: ANA, SH, vol. 34, n. 2, ff. 5-6v. 51 ANA, SH, vol. 34, n. 2, f. 2.
(…) no dexe pasar carretas ni otra persona sin que conste debísima visita y nomima de las perss.as que fueren de qualquier calidad y que sin embargo de estas prevensiones y ordenes que se le an dado a dexado pasar dho. Correxdr. muchas perssas.y carretas sin licencia de este Gobierno de que rresulta gravísimo perjuicio a la provinsia y defensa della por ir faltando con estte exseso la guarnicion de los soldados de los pressos. destas fronteras como el demás servicio de mulatos e indios que se van aperder dexando su orixen y pueblos contraviniendo en todo a lo ordenado (…) y por ser el paso precisso se pondrá guardia española con cavo para que se execute este auto y orden… 52 .
El sargento mayor Ignacio de Pintos fue comisionado para entregar esta orden en los pueblos de indígenas de Nuestra Señora de Fe, Santiago y San Ignacio.
Pero no fue la circulación de no españoles lo que preocupó a los españoles solamente, sino la evasión impositiva. En consecuencia, el teniente general de gobernador Francisco de Ávalos y Mendoza (1696-1705) asignó, alrededor de 1696, como receptor del real derecho de alcabalas en el Tebicuary al capitán Josep Franco de Torres, quien respondió la comisión en estos términos:
En este campo de Teviquari jurisdicion de la Ciud. de la Assumpn., Yo el capn . Josep Franco de Torres Vsso. y rexidor Propietario de esta dha Ciudd . Por su Magd. q. Dios gde. en Birtud de la Comicn. desuso Vine a esta tropa de ganado Bacuno q. condujo a esta ciud.. el capn . Jorje Martines de las Provas. de avajo que para el efecto de contar el ganado, de qe. se compone la dha tropa, mande parezca ante mi a Jose de Sanabria y Gregorio de Albarado contadores (…)53 .
A principios del siglo XVIII existió un orden de fuertes erigidos en el sur de Asunción. Uno de ellos fue el presidio de Santa Rosa que protegió los territorios de la Provincia del Paraguay entre el arroyo Caañabé y el río Tebicuary. Debido al asecho de indígenas chaqueños fue incendiado
52 ANA, SH, vol. 39, n. 8, ff. 138 y 138v. 53 ANA, SH, vol. 42, n. 2, f. 1v.
y destruido lo cual obligó a la población de españoles a encontrar seguridad cerca del lago Ypoá54 .
A comienzos del citado siglo, había un intenso movimiento humano, de españoles encomenderos, de criollos pobres y de esclavos (indígenas y negros) transmigrados. Era preocupación del gobierno controlar la fuga de “muchachos” para concentrarlos en la reparación de presidios y para el servicio en las guardias. Así, el gobernador Antonio Escobar Gutiérrez (1702-1705) ordenó, en 1704, que ningún vecino ni residente saliera por el camino del Tebicuary, esto quería decir que no se escaparan indígenas de las misiones de Caazapá y Yuty55. Las fortificaciones militares ribereñas debieron de cumplir con el bando.
En 1714, fue más que necesario asegurar los límites de Asunción por lo que ciertos presidios “arruinados” fuera de la ciudad como el de Santa Rosa tuvieron que ser reforzados con una población militar estable. El gobernador Juan Gregorio Bazán de Pedraza (1713-1717), precisamente, ese año, ordenó la fundación de Villeta. Mientras se reformaron las guardias, mandó además al sargento mayor Francisco de Espínola y al capitán Matías Romero de Santa Cruz (escribano), entre otros, a hacer un censo de la población civil y militar –en los presidios– incluso de pardos libres, habitantes del paraje del Tebicuary, para ser traídos a la nueva San Felipe de Borbón de los Campos de Guarnipitán56 .
La unidad documental que certifica los detalles de colonización de este pueblo está formada por 300 fojas manuscritas que son muy importantes de transcribir para dilucidar el nombre original del pueblo. En el caso que nos compete, se verifica en el expediente el contexto de militarización del sur y las dudas del regente con respecto al mantenimiento de los nuevos fuertes:
Dha defensa reedificada de dho presidio arruinado de Sta. Rosa en costa de río avajo, o si ai incoveniente. para ejecutarlo; y si el referido de San Joseph mantener en el mismo sitio y parage en tal presste. se halla; o si es
54 Thomas de Krüeger, H. (1996). El cabildo de Asunción. Asunción: ICPA, p. 87. 55 ANA, SH, vol. 76, n. 2, f. 24. 56 ANA, SH, vol. 90, n. 1, f. 31.
vien de mudarlo a otro; o reducir la guarnn. española q tiene al presido. solo reedificando el de Sta. Rosa; o compartir la dha soldadesca para mantener ambos en parages de modo que resguarden y defiendan assi las tierras q oi se hallan despobladas en los campos de Guarnipitan como las estancias y chacras ai pobladas de la otra parte del rio Caañabe y Tiviquari Pueblos de indios y habitación de españoles comarcanos a esta Ciudd.=57 .
En 1718, el gobernador de la Provincia del Paraguay, Diego de los Reyes Balmaceda (1717-1721), movilizó las fuerzas coloniales en torno al paraje del Tebicuary para proteger a la población española de la peste de viruela que azotó a los pueblos misioneros, como acredita el decreto del cual reproducimos un extracto:
Para el Capan. Maior=Miguel Valdes visto esta horden ruego y sin la menor dilazion pasara a los valles de Cara Pegua, Tabapîg y Tebiquarî y alistara astta Dies soldados con sus armas y los llevara en persona y entregara con el despacho adjunto al Capittan Franco. Ramoa quien se le comete para que estando dchos soldados a su obediencia y mandatos como los mios propios bele y se de vista, en que ninguna persona de qualquîer calidad que sea pase del Río Tibiquarî para estta parte ni de estta a la otra por la pestte conttagiosa que estan padecîendo los pueblos de los religiosos de la Compañía de Jesus, y en especial los inmediatos de Santa Maria y de San Ygnacio y de las Provîncîas de avajo…
58 .
Pero a pesar de las buenas intenciones, el gobernador Reyes Balmaceda fue resistido por la población asunceña por varios motivos entre los que se destacan: haber asumido la gobernación sin “dispensa de naturaleza”, ya que las leyes prohibían la provisión de los cargos con vecinos de una provincia, y haber provocado una injusta guerra a los payaguás. Las fuentes al respecto son contradictorias. Hay versiones que lo colocan como víctima de intrigas59 .
Por estas y otras acusaciones, fue nombrado juez pesquisidor de la
57 ANA, SH, vol. 90, n. 1, f. 6v. 58 ANA, SH, vol. 96, n. 2, f. 1. 59 Díaz-Pérez, V. (1930). “Las comunidades peninsulares” en su relación con los levantamientos “Comuneros” americanos y en especial con la “Revolución Comunera del Paraguay”. Asunción: La Colmena, pp. 262-263.
Real Audiencia de Charcas, José Antequera y Castro. Hay señales que, el 21 de julio de 1721, atravesó el puesto de vigía del Tebicuary camino a Asunción60, ciudad donde apresó al Gobernador y se proclamó su sustituto (1721-1725). Reyes Balmaceda consiguió escapar de su cautiverio y se dirigió hasta Buenos Aires.
Al poco tiempo de su posesión de cargo, el gobernador-interventor mandó que al capitán José de Miranda se le asigne una escuadra de soldados destinada para la guardia y custodia de los valles y las estancias de los términos del Tebicuary en “aquella guarnición indefensa”61 y la obligación de construir una canoa.
(…) ponga la Guardia y presidio de españoles sobre el passo de dho Rio Tibiquari y que el Capn. mar. Joseph de Miranda se arregle a la execusion de lo que se le probiene de la instrucción adjunta; lo qual todo entiende por aser mientras su Altura determina lo que le pareciere mas conveniente en justicia y se saque testimonio de todo para dar quta. a su Alteza y lo firma en este papel a falta del sellado=
Dn Joseph Antequera y Castro62
Al mismo tiempo, el maestre de campo Sebastián Fernández Montiel –cuya hacienda lindaba con el río Tebicuary– escribió sobre la necesidad de reforzar el Paso para evitar a los payaguás:
(…) habiendo tomado por resolución y acuerdo conteniendo al mexor servicio de su Majd. y defensa de esta Provincia de los indios infieles enemigos fronterizos que por todas partes la inquietan, persiguen y convaten de vuestro presidio de españoles en aquel paso, siente no solo ser conveniente sino necesarísimo que se de por Vss. Providencia de numero competente de soldados para su guarnición para lo que es de sentir (…)63 .
Precisamente, la actual localidad de Montiel Potrero o Paso Montiel, en jurisdicción de Caapucú, departamento de Paraguarí, lleva este nombre
60 Ramírez Bordón., E. (2007). Villa Florida, portal de las históricas tierras misioneras. Asunción: AZ, p. 22. 61 ANA, SH, vol. 98, n. 8, f. 63. 62 ANA, SH, vol. 98, n. 8, f. 66. 63 ANA, SH, vol. 98, n. 8, f. 61.
en alusión a Alonso Fernández Montiel (padre de Sebastián), quien fue miembro del Cabildo de Asunción e interinó la gobernación del Paraguay en dos ocasiones.
Acaso Antequera temió la vuelta de Balmaceda, quien había amenazado su retorno, por lo que mando colocar soldados con su cabo (Francisco Valiente Campoverde) “junto al río Tebiquari”64 y sobre el mismo camino principal. Exhortó a los jesuitas a hacer lo mismo en la otra costa. Se supone que los indígenas de San Ignacio debieron de cumplir con ese rol, según los distintos testimonios de civiles y de militares65 .
Un testigo al respecto de esta pretensión declaró: “los Indios Misioneros hacían guardias en la otra banda de este rio por orden del Gobernador”66, es decir estaban colocados en la jurisdicción de la Provincia Jesuítica lo cual certifica el control militar colonial completo del Paso del Tebicuary.
A las 11 de la noche del 2 de octubre de 1721, llegó hasta el domicilio de Ramón de Las Llanas, alcalde de primer voto de Asunción, el capitán mayor de la guardia del Paso de Tebicuary, Miguel Fernández Montiel, para dar cuenta de:
(…) habiendo llegado al dho. Paso Dn. Diego de los Reyes Valmaceda acompañado de dos Relixiosos de la Compañía de Jesús con la demás comitiba y pasado de esta vanda de dho rio mando prender a los soldados que estaban en dha Guardia a quienes el Rvdo Padre Joseph de Tejeda de dha Compañía y cura del Pueblo de San Ignacio, les dixo a voces a dos soldados que obedesiesen y reciviesen por su Govr. y Capn. General a dho. Dn. Diego de los Reyes, por que de resistirlo pasarlo tenían prevenidos entre los dos Pueblos de Santa Maria y San Ignacio ocho mil indios de los Pueblos que estarán a cargo de dhos religiosos para venir y hacerlo recivir67 .
64 Lozano, Pedro (1905). Revoluciones de la Provincia del Paraguay, vol. 2. Biblioteca de la Junta de Historia y Numismática Americana. Buenos Aires: Cabaut y Compañía, p. 51. 65 AA.VV. (1769). Colección general de documentos que contiene los sucesos tocantes á la segunda época de las conmociones de los Regulares de la Compañía en el Paraguay… Tomo III. Madrid: Imprenta Real de la Gaceta, pp. 133 y ss. 66 AA.VV. (1769). Colección general de documentos que contiene los sucesos tocantes á la segunda época de las conmociones de los Regulares de la Compañía en el Paraguay…, Tomo III. Madrid: Imprenta Real de la Gazeta, p. 136. 67 ANA, SH, vol. 103, n. 1, ff. 53-53v, repetido: 57-57v.
En efecto, Balmaceda, quien subió al Paraguay desde Buenos Aires con nuevos documentos que acreditaban su mandato, vadeó el Tebicuary y se apoderó de la Guardia del Paso68:
(…) se conduxo á dicho Reyes hasta cerca de la Ciudad de la Asuncion, en una hacienda de los Religiosos Dominicos, llamada Tabapî, distante 20 leguas de aquella Ciudad, llevando en su compañia considerable numero de gente de armas de los Indios de dichas Misiones hasta el paso del Rio Tebiquari, en donde dicho Reyes alzó la Guardia, que de costumbre está allí, y expidió ordenes para que le viniese á acompañar la gente Española de armas de un Presidio, que se llama Tabapi; y los dichos Indios que quedaron de la otra banda del rio, esquadronando su gente á usanza de guerra, dixeron á la gente Española, y Soldados de guardia de dicho rio, que caso que no recibiesen en la Ciudad á dicho Reyes, le habian de hacer recibir á sangre y fuego, levantando Exercito de 6 á 8 mill indios69 .
Antequera explicó años después –desde su prisión en Lima– de otro modo lo que aconteció en aquella oportunidad a través de una larga respuesta expedida al obispo Taliense y coadjutor del Paraguay, Fray Joseph de Palos, quien le formuló cargos por la perversidad de su conducta como juez pesquisidor y gobernante durante los tocantes sucesos de la Revolución Comunera:
Y hallándose yá en el Presidio del Tibiquari, qué Oficial de Guerra, ni qué Soldado, ni qué vecino le faltó en el menor ápice al debido respeto? No estubo en el Tibiquari más de tres días? No mandó en el Presidio. Pues quién le obligó á retroceder desde allí á las Misiones. Qué resistencia se le hizo pasar que lo executase. Es delito, como se nota en mí, y en los de esa Provincia, manifestarle, con justificación de Instrumentos, los incon-
68 V. Díaz Pérez dice que Balmaceda avanzó hasta Tobatí en compañía de su hijo Carlos a quien puso a la cabeza del ejército de indígenas (Díaz-Pérez, V. [1930]. “Las comunidades peninsulares” en su relación con los levantamientos “Comuneros” americanos y en especial con la “Revolución Comunera del Paraguay”. Asunción: La Colmena, p. 271). Quizás el autor se confundió con los pretendidos refuerzos que debieron llegar hasta el Paso del Tebicuary desde el presidio de Tobatí (ANA, SH, vol. 103, n. 1, f. 57v.). 69 AA.VV. (1769). Colección general de documentos que contiene los sucesos tocantes á la segunda época de las conmociones de los Regulares de la Compañía en el Paraguay y señaladamente la persecución que hicieron a Don Josef de Antequera y Castro. Tomo Tercero. Madrid: Imprenta Real de la Gazeta, p. 176.
venientes que podían resultar de su ingreso en una perturbada Provincia, que fue lo único que se executó, acompañados de una Real Provisión de la Audiencia de la Plata, que prevenía no se inovase en el Gobierno hasta en tanto que ella misma participase, é hiciese saber los órdenes del señor Virrey (…)70 . [5 de julio de 1730]
Balmaceda regresó a Corrientes. En Candelaria, ya se proclamó gobernador, por tanto se dedicó a confiscar las mercaderías que bajaban desde Asunción. Pero, los emisarios de Antequera lo detuvieron y lo condujeron a Asunción.
En reclamo de la gobernación de Reyes Balmaceda, el gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, armó un ejército de 2.000 hombres con ayuda de los jesuitas Policarpo Duffo –cura de Santa María– y Antonio de Rivera –cura de Santiago– bajo las órdenes de Baltasar García Ros. Llegó al Paso del Tebicuary a fin de año de 1723 y desde ahí remitió cartas a Antequera. Del otro lado del río, banda norte, estaba el Presidio del Tebicuary al mando de Baltasar Portillo, maestre de campo y cabo mayor. En enero de 1724, antes de cruzar el río, el capitán Gonzalo Ferreira, a la cabeza de 100 hombres bien armados71, le conminó a retirarse. Pero, la guardia fue vencida y la compañía de García Ros se atrincheró en el campo de Sebastián Fernández Montiel. Éste se quejó que le saqueraron la capilla y que los indígenas misioneros causaron otros daños en su estancia. Desde entonces, el lugar donde se produjo la dispersión de los guardias es conocido como Guardia’i, actual puente de alivio que se encuentra antes de llegar a Villa Florida72 .
El padre Rivera, mediante carta al padre Pablo Restivo, rector del Colegio en Asunción, confesó los perjuicios ocasionados así:
70 Antequera y Castro J. (1768). Carta segunda. Política y legal satisfacción del señor doctor D. Joseph de Antequera y Castro, a la carta-respuesta del Ilustrísimo señor maestro Don Fray Joseph de Palos, Obispo Taliense y Coadjutor del Paraguay, Madrid: Imprenta Real de la Gazeta, pp. 192-193. 71 Zinny, A. (1887). Historia de la Gobernantes del Paraguay 1535-1887, Buenos Aires: Imprenta y Librería de Mayo, p. 108. 72 Ramírez, E. (2007). Villa Florida, portal de las históricas tierras misioneras. Asunción: AZ, p. 22.