10 minute read
ELECCIONES EN EE. UU., EPICENTRO MUNDIAL DE LA PANDEMIA
El corazón de la democracia en EE. UU. es la elección de su presidente por el sufragio universal cada cuatro años, por lo que jamás en la historia de esta nación se han suspendido o cambiado los comicios. Premisa ante la sugerencia de Donald Trump de cambiar la fecha de las próximas elecciones a celebrarse el 3 de noviembre.
Advertisement
CINTHIA ALVA
El pasado mes de junio arrancó la contienda por la presidencia de Estados Unidos entre el candidato demócrata Joseph Biden y el actual presidente republicano, Donald Trump —éste en busca de la reelección para un segundo mandato—.1 La jornada electoral se llevará a cabo el próximo martes, 3 de noviembre del 2020. Dichas elecciones estarán marcadas por la crisis de salud pública y económica que enfrenta esta gran potencia con el mayor número de casos y muertes por COVID-19 en el planeta registrados hasta principios de agosto.2
VOTO POR CORREO EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Debido al contexto actual de la pandemia en el que las cifras de contagios van en aumento, las autoridades electorales de este país pusieron sobre la mesa la posibilidad de que los ciudadanos no acudan a las casillas y elijan al próximo presidente mediante el ‘voto por correo universal’, el cual ya fue adoptado por siete estados para las elecciones primarias. Con este esquema, se enviarían las papeletas por correo y el votante devolvería su voto vía postal o lo depositaría en una urna. Esta medida fue muy criticada por el presidente Donald Trump porque de aprobarse, según él, “las elecciones de 2020 serán las más fraudulentas e imprecisas de la historia; una gran vergüenza para EE. UU.”. Además, sugirió en Twitter retrasar los comicios “hasta que las personas puedan votar de forma adecuada y segura”. La propuesta de Trump para cambiar la fecha de las elecciones fue detenida de inmediato por Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja —con mayoría demócrata—, quien citó a la Constitución para aclarar al mandatario que sólo el Congreso podía marcar el día de las elecciones presidenciales: “El Congreso podrá fijar la época de designación de los electores, así como el día en que deberán emitir sus votos, el cual deberá ser el mismo en todos los Estados Unidos”.3 La fecha (siempre el martes después del primer lunes de noviembre cada cuatro años) está fijada por la legislación federal desde 1845, y el presidente carece de competencia para cambiarla unilateralmente.
Miembros de la bancada republicana en el Senado han rechazado la sugerencia de Trump. “Nunca en la historia del país, a través de las guerras y depresiones, hemos dejado de celebrar dentro del plazo unas elecciones programadas federalmente. Encontraremos una manera de hacerlo de nuevo este 3 de noviembre”, señaló Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta.4 El corazón de la democracia en EE. UU. es la elección de su presidente por el voto de los delegados surgidos del sufragio universal cada cuatro años, por lo que jamás en la historia de esta nación se han suspendido o cambiado los comicios. La crítica de Trump a la votación no presencial en casillas se presenta en un momento en el que los sondeos están dando una ventaja al candidato demócrata. Además, la participación ha sido más alta en los estados donde se ha facilitado el voto por correo, lo que podría poner en riesgo la reelección. Pero también abre la oportunidad para que Trump y sus más fervientes seguidores cuestionen la legitimidad del proceso en caso de no salir favorecido. “¡Debemos conocer el resultado de las elecciones en la noche electoral, no días, meses o incluso años después!”, arremetió.
¿TIENE TRUMP ASEGURADA SU REELECCIÓN?
El caótico manejo de la crisis sanitaria, el deterioro de la economía y la terrible respuesta sobre el caso de justicia racial por la muerte de un afroamericano en manos de la policía en mayo, deterioraron la popularidad del actual presidente de EE. UU., incluso entre las filas republicanas. Sobre todo, la crisis económica causada por el COVID-19 está tirando abajo el argumento que por un buen tiempo Trump utilizó con miras a su reelección: un ciclo de crecimiento económico ininterrumpido extraordinariamente largo durante su mandato.
Este panorama idílico precoronavirus contrasta con el anuncio del Departamento de Comercio, cuyos últimos datos de julio registraron una caída del 9.5% de la economía del país en el segundo trimestre del año y una tasa anualizada que supone una caída sin precedentes del 32.9 por ciento. A
La popularidad de Trump ha bajado ante la caída en la economía estadounidense, el alto desempleo y tras un mal manejo de la crisis sanitaria. Biden se ubica en los sondeos hasta 15 puntos porcentuales por encima de Trump.
esto se suma el vencimiento de las ayudas gubernamentales para 17 millones de desempleados que forman parte de un total de 53.6 millones de personas sin empleo como consecuencia de los efectos colaterales del COVID-19.5 Mientras tanto, sondeos como el Real Clear Politics daban una ventaja de 8.4 puntos porcentuales al exvicepresidente Joe Biden, sobre todo en estados considerados decisivos como Michigan, Wisconsin, Pennsylvania, Florida, Arizona y Carolina del Norte. Por su parte, una encuesta realizada por The Washington Post colocaba al demócrata con 15 puntos frente a Trump, dividiendo la opinión entre el 55% de quienes están registrados en el padrón electoral y el 40% que apoyan la reelección del inquilino de la Casa Blanca. Así, la mayor caída de la popularidad de Trump, según estas encuestas, se da entre votantes jóvenes, mujeres e independientes, a la vez que confirma que su base electoral sigue siendo varones estadounidenses con una menor educación provenientes de zonas rurales.6
Si bien Biden se está convirtiendo en el candidato favorito para ocupar la Casa Blanca, aún no existe ninguna garantía; así pasó con Hillary Clinton en la anterior elección que perdió pese a tener una cierta ventaja frente a Donald Trump. Lo que queda claro es que el futuro presidente será quien lideré la estrategia de EE. UU. para su recuperación económica post-COVID.
LA VISITA DE AMLO Y EL VOTO LATINO ÚTIL CADA CUATRO AÑOS
La visita del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al mandatario estadounidense el pasado 8 de julio fue un movimiento en el tablero político de Donald Trump para atraer al voto latino con miras a su posible reelección. Y es que el encuentro con su homólogo mexicano le podría dar puntos tras el cumplimiento de su promesa de campaña de reemplazar el TLCAN, el peor acuerdo comercial firmado en la historia de su país, por el T-MEC. La visita es una especie de guiño hacia la comunidad mexicanoamericana que apoya a AMLO en EE. UU. Trump sabe que el contar con este voto no es una tarea fácil porque la mayoría de los latinos están a favor del demócrata Biden.
Sin embargo, según el Centro Pew el encuentro entre ambos sí mejoró la visión de esta comunidad, lo que podría redituarle a Trump un 32% del voto latino, un 4% más que en las elecciones pasadas.7 De lograr una ventaja entre este grupo o si éstos se abstienen de votar por Biden en estados clave
como Florida, Arizona o Carolina del Norte, las posibilidades de ser reelegido estarían puestas sobre la mesa.
Por ello, tras la visita de AMLO, el mandatario estadounidense firmó una iniciativa para el desarrollo de comunidades latinas “por sus esfuerzos increíbles que están abriendo el sueño americano para ciudadanos en todo nuestro país”, dijo. Además, concedió por primera vez una entrevista al medio hispano Telemundo, donde anunció su intención de firmar una orden ejecutiva para darle un alivio migratorio a los jóvenes dreamers del programa DACA.8
¿QUÉ REPRESENTARÍA EL TRIUNFO DE BIDEN PARA MÉXICO?
El candidato demócrata a la presidencia de EE. UU., Joe Biden, quien durante la presidencia de Barack Obama fungió como vicepresidente, lleva cinco meses en una campaña nada habitual por las medidas sanitarias que le impiden grandes actos electorales. Con 76 años se convertiría en el presidente con más edad en la historia de este país. Su tarea es ahora convencer al sector más progresista de su partido, que ve en él a una figura marcada por el establishment. Para ello, tiene poco tiempo
El voto latino en estados clave como Florida, Arizona o Carolina del Norte, le podrían dar a Trump la posibilidades de ser reelegido para un segundo mandato.
para invitar a sus filas a importantes grupos de jóvenes sin experiencia política y minorías (afroestadounidenses, latinos, comunidad LGBTTTI, etc.) quienes están presionando al partido desde la izquierda tras el llamado de otra demócrata, la congresista Alexandria Ocario-Cortez. Y es que, para ganar, los expertos aseguran que Biden necesita más que oponerse a su contrincante Donald Trump.
En cuanto a la relación bilateral con nuestro país, Biden es un político católico, conservador pero moderado, que dejaría a un lado el nacionalismo ‘a la Trump’ para recolocar a EE. UU. en la agenda política global. Y aunque sabe de los acercamientos de los últimos mandatarios mexicanos con Trump, esto no afectaría la relación con México, que siempre se ha caracterizado por el pragmatismo estadounidense. En este marco, nuestro país volvería a ser prioritario en materias como la migración: “Necesitamos trabajar en asociación con México, necesitamos restablecer la dignidad y humanidad a nuestro sistema migratorio. Eso es lo que haré como presidente”, ha señalado en repetidas ocasiones. Aunque se opone al muro, tampoco está a favor de abrir las puertas a millones de inmigrantes. De hecho, durante el mandato de Obama, Biden vivió la deportación de tres millones de ilegales. Aunque fue opositor al TLCAN durante el mandato de Bill Clinton, mantiene una posición moderada en términos económicos y comerciales, por lo que respetaría el T-MEC recién ratificado. En otros temas, como el tráfico de armas, que desde hace años contribuye a los índices de violencia en México, la postura de Biden está alineada a la del Partido Demócrata, aunque en el pasado ha defendido el derecho de posesión, por lo que no quitaría a los ciudadanos estadounidenses su derecho a portar armas.
Faltan un par de semanas para saber quién dirigirá el destino de nuestro vecino del norte, el cual se ha vuelto el epicentro de la pandemia a nivel global. Por los intereses económicos y comerciales de México, esperemos que el próximo jefe al mando sepa sortear la tempestad.
1 Entre el 17 y 20 de agosto el Comité Nacional Demócrata organizó la primera convención política virtual para oficializar la candidatura de Joe Biden. En este mismo mes el Partido Republicano también presenta a Donald Trump como su candidato a la contienda de noviembre. 2 Según datos de la Universidad Johns Hopkins, hasta el 4 de agosto EE. UU. reportaba 4 718 249 contagios y 155 478 muertes por COVID-19. 3 Constitución de los Estados Unidos de América (1787), Art. II, 1.° Sección. 4 Guimón, P. (30 de julio del 2020). “Trump planea aplazar las elecciones presidenciales de noviembre, sin tener competencia para ello”, El País. 5 El 31 de julio vencieron las ayudas gubernamentales que el Congreso inyectó para mitigar el impacto de la pandemia en negocios y hogares. De no contar con estos fondo millones de trabajadores verían desplomarse sus ingresos en un 60% a principios de agosto. 6 Esquivel, J. (19 de julio del 2019). “Estados Unidos: Biden aventaja con 15 puntos a Trump: sus partidarios priorizan vencer al magnate”, Proceso. 7 Krauze, L. (13 de julio del 2020). “AMLO no cambió a Trump. Trump usó a AMLO”, El Universal. 8 Deferred Action for Childhood Arrivals o Acción Diferida para los Llegados en la Infancia.