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RECORDANDO LAS LETRAS DE OCTAVIO PAZ

DRA. BERTHA EUGENIA SOTRES MORA

Entre mis ruinas me levanto Solo, desnudo, despojado, Sobre la roca inmensa del silencio

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Viajero incansable por el mundo de las letras, que hilvanó cuidadosamente las palabras del español para armar renglones y párrafos en un juego continuo de ritmo y rima para crear poemas de ensueño y ensayos cargados de reflexión; ese fue Octavio Paz (1914-1998).

Su recorrido por las palabras bien dichas y acomodadas lo inició desde niño en la biblioteca familiar al abrir y leer uno a uno los libros en los que encontró el placer de sumergirse de principio a fin en historias que lo fueron impactando. De esas lecturas quedó plasmada en su interior la influencia literaria de prominentes poetas mexicanos como Ramón López Velarde, Xavier Villaurrutia y José Gorostiza. Octavio Paz es el mayor, el más grande, de las letras de habla hispana del siglo XX, tanto que fue distinguido en 1990 con uno de los más altos galardones del mundo: el Premio Nobel de Literatura

LAS LETRAS, SU MÁS IMPORTANTE MISIÓN

Nació en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914, fue hijo de un abogado y periodista que participó en la Revolución Mexicana, Octavio Paz Solórzano, y de Josefina Lozano, una mujer española, católica y dedicada a las tareas del hogar. Una figura importante en su vida fue su abuelo —masón y liberal—, autor de varias novelas indigenistas y poseedor de una biblioteca especializada en la historia antigua de México que serviría de rica fuente de conocimiento y naciente inspiración para su nieto. Sus parientes más allegados lo introdujeron en la literatura europea, sobre todo a los autores de mayor influencia liberal e ilustrada. Fue en esa biblioteca en donde Octavio se dejó cautivar por el buen sabor de las elocuentes narrativas de Víctor Hugo, Baudelaire, Goethe, Lord Byron, Racine, Voltaire, Balzac Rousseau, Maupassant, Proust y Joyce.

A sus 17 años (1931) comenzó la carrera de Leyes en la UNAM, pero la abandonó al morir su padre. En ese momento decidió ser autodidacta para cumplir con su inclinación hacia algo que consideró su misión: las letras. En una gira por México tuvo la oportunidad de asistir en 1934 a una conferencia de Rafael Alberti, sobre la cual afirmó: “Escucharlo me impresionó, fue para mí una gran revelación”.

En 1936, tras terminar sus estudios, se mudó a Yucatán para fundar una escuela para los hijos de los obreros y los campesinos. Ahí entró en contacto con la cultura maya que reflejaría en su obra poética. En 1937 se casó con la escritora Elena Garro, con quien tuvo una hija. Posteriormente, viajó a la España Republicana para asistir a un Congreso de Escritores; como el viaje lo realizó vía París en el andén se encontró con Pablo Neruda, Luis Aragón y Vallejo. Después, en Valencia tendría encuentros con Vicente Huidobro y con Miguel Hernández. Ahí conoció a Cernuda con quien después cultivó una amistad. Además, en este año publicó su primer

Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. Sin entender comprendo: también soy escritura y en este mismo instante Alguien me deletrea.

libro Raíz del hombre, el cual está integrado por un solo poema en quince cantos y que sería el antecedente de Piedra de Sol, Viento Entero, Blanco y Pasado en claro. Ninguno de sus libros fue objeto de cambios tan radicales como este primero, considerado un éxito por la crítica y el público de la poesía mexicana de los treinta.1

TESTIGO DE IMPORTANTES ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS

Al estallar la Guerra Civil Española, se rebeló contra el orden social establecido y se confesó marxista. En 1938 colaboró para la revista Taller, concebida por su fundador como una publicación integrada por una comunidad libre y fraternal. Sobre ella, comentaría Paz: “Cierto, los problemas técnicos —quiero decir, el lenguaje—constituyeron una de nuestras preocupaciones centrales; jamás vimos las palabras como un medio de expresión, nuestra repugnancia por lo literario y nuestra búsqueda de la palabra original por oposición a la palabra personal, distingue a mi generación de la de Contemporáneos. Para ellos el poema era un objeto que podría desprenderse de su creador; para nosotros, un acto, la poesía era un ejercicio espiritual”.2

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial rompió lazos con las ideas comunistas a raíz del pacto ruso-germano, mediante el cual estas dos potencias políticas se dividieron.3 Durante esta época, mientras atravesaba una situación muy difícil en lo económico, moral y político, dejó de colaborar para un diario obrero de izquierda y se alejó de sus amigos comunistas, pero entabló amistad con Víctor Segre, Bejamín Péret y otros escritores revolucionarios desterrados en México. Estas nuevas relaciones “me descubrieron otros mundos, me hicieron comprender lo que significa el pensamiento crítico. Como buen hispanoamericano yo conocía la rebelión, la indignación pasional —no la crítica—. A ellos les debo saber que la pasión ha de ser lúcida”, afirmó el Nobel mexicano.

EL POETA Y SU CAMINO DE BÚSQUEDA

Con su proyecto América y su expresión poética obtuvo en 1938 una Beca Guggenheim4 que le dio la oportunidad de vivir un año en Estados Unidos. El segundo año se mantuvo gracias a lo que bautizó como trabajos pintorescos y como profesor de verano en Middlebury, Vermont. Para obtener recursos también se desempeñó en el doblaje de películas y en la radio, donde conoció a Jorge Guillén y a Robert Frost.5 Se familiarizó con la poesía norteamericana de Cummings y Pond, y desde entonces inició lo que él autodenominó “un camino de búsquedas”. Tras declararse agnóstico encontró en el arte y la literatura sus nuevos ideales y su sentido de trascendencia.

En 1950 empezó a circular en México la primera edición de El laberinto de la soledad. En 1952 viajó a la India y Japón, y tras nueve años de ausencia volvió a México para ser nombrado director de Organismos Internacionales de la Secretaría de Relaciones Exteriores. De su retorno destacan los poemas Piedra de sol, El cántaro roto e Himno entre ruinas. Sobre Piedra de sol el escritor argentino Julio Cortázar escribió:

“El más admirable poema de amor jamás escrito en América Latina, respuesta en el dominio erótico a la sed de confrontación total del hombre con su propia trascendencia, allí donde todas las falsas fronteras se ven abolidas, donde el ser no se reduce al yo histórico del Occidente, sino que se abre a una armonía con tantos dioses abjurados o perdidos”.

UN POETA CRUZANDO FRONTERAS

En México desplegó una intensa actividad literaria en libros de poesía y ensayo, polémicas literarias y políticas, presentación de nuevos pintores, colaboración en revistas y traducciones. Fundó en 1955 el grupo “Poesía en voz alta” y colaboró de cerca con la Revista Mexicana de Literatura, dirigida en su primera época por Carlos Fuentes y Emmanuel Carballo.

En los sesenta se divorció de Elena Garro. Posteriormente, en 1962, fue nombrado embajador de México en la India, país en donde contrajo matrimonio civil con Marie-José Tramini y donde recibió una renovada influencia cultural y literaria.

En 1967 publicó Corriente alterna y Claude Lévi Strauss o el nuevo festín de Esopo. En agosto ingresó como miembro de El Colegio Nacional y publicó Blanco. Un año después comenzó su desacuerdo con la política de represión adoptada por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz ante los sucesos de Tlatelolco en la Ciudad de México y protagonizados por el movimiento estudiantil, por lo que renunció al cargo de embajador en India en señal de protesta. En ese mismo año publicó Marcel Duchamp o el castillo de la pureza y Ladera. Al dejar la India se dedicó a impartir cursos en las universidades de Pittsburg, Austin, California, San Diego, Yale, Harvard y Cambridge. En 1970 publicó Posdata y Conjunciones y Disyunciones.

En 1971 ocupó la Cátedra Simón Bolívar en la Universidad de Cambridge, Inglaterra. Al año siguiente, la Universidad de Harvard lo distinguió invitándolo a impartir las conferencias Charles Eliot Norton. En 1971, regresó a México y publicó Los signos de rotación y Renga. Este último es una elaboración colectiva de un sólo poema compuesto por estrofas de tres y dos líneas. Paz relata “se me ocurrió que quizá podríamos escribir una renga de Occidente, esta combinatoria le interesó al poeta francés Jacques Roubaud, invitaron también a otro poeta amigo, Edoardo Sanguineti, y a un poeta inglés, Charles Thomlison; nos reunimos cinco días en el sótano de un hotel en París donde vivía yo y el resultado fue Renga”.

PAZ UN POETA INCANSABLE

En 1973 alternó su trabajo literario con cursos de literatura en Harvard y la dirección de la revista Plural. 6 El 9 de julio renunció a la dirección de dicha revista en solidaridad con Julio Scherer García,7 quien fue sustituido de la dirección de Excélsior. Esta situación daría lugar a la revista Vuelta, dirigida por Paz e integrada por el mismo comité de redacción de Plural, que nace en 1977 gracias al apoyo económico de la venta de boletos por parte Amigos del Arte, A.C. En una apasionada y lúcida defensa, Carlos Fuentes diría: “México no puede darse el lujo de silenciar a Octavio Paz”.

Entre 1979 publicó el Ogro filantrópico, libro compuesto por una selección de los artículos y ensayos que escribió en Plural y Vuelta (entre 1971-1976) y que se refieren a la peculiar fisonomía

Estoy presente en todas partes, y para ver mejor, para mejor arder, me apago.

del Estado mexicano hasta ese entonces. Otros libros de su autoría son Sor Juan Inés de la Cruz o las trampas de la fe (1982), un ensayo crítico sobre la vida y obra de esta religiosa y poetisa y la época histórica que vivió; Sombras de obras, Tiempo nublado, Pasión crítica, Hombres de su siglo, Árbol adentro y Pequeña crónica de grandes días; en fin, un legado de 28 libros de poesía, 40 de prosa y uno de teatro.

Finalmente, en 1990 llegó de Noruega la llamada para recibir el Premio Nobel de Literatura, galardón que obtuvo después de 34 años de conseguir 20 premios nacionales e internacionales de poesía, literatura y crítica; cuatro doctorados Honoris Causa por parte de Boston University, la UNAM, la Harvard University y la New York University, y de ser miembro del Colegio Nacional de México y miembro honorario de la American Academy of Arts and Letters (Nueva York, EE. UU.).

LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL NOBEL DE LITERATURA

Octavio Paz había dicho en una de sus conferencias que le hubiera gustado morir escribiendo poesía, pero una enfermedad y un infortunio en 1996 cambió la forma de su partida: se incendió su departamento de la calle Río Elba (colonia Cuauhtémoc), donde vivía con su esposa Marie-José, destruyendo una buena parte de su biblioteca. Este hecho lo sumió en una profunda depresión, misma que causó el avance rápido y fatal del cáncer que tenía. Tras haber pasado unas cuantas semanas en un hotel de Polanco, en enero de 1997, la Presidencia de la República lo trasladó a sus 82 años, ya muy enfermo, a una vieja residencia localizada en Francisco Sosa, en el Barrio de Santa Catarina, Coyoacán. En esta casa el intelectual pasó sus últimos meses inmerso en las nostalgias de una vida plena totalmente disfrutada y dejando un mar de palabras bellas y profundas albergadas en las páginas de una vasta obra literaria para México y el mundo.

Octavio Paz ha sido mi más grande inspiración. Por él aprendí a amar sin freno las palabras, aprendí a imaginar y jugar sin miedo con muchas de ellas, luché por albergar las letras por siempre en mi alma para hacerlas volar y conjugarlas en juegos de palabras. Gracias por habernos regalado una lluvia de estrellas en cada una de tus letras.

1 (15 de octubre de 1990). “El Nobel por fin, Octavio Paz”, Revista Proceso No. 728. 2 Rodríguez, J., Octavio Paz. Ediciones Júcar, 1975. 3 Espinoza, Aguilera, ¿Cómo piensa Octavio Paz?, Editorial Minos, 1991. 4 La Beca Guggenheim, creada en 1925, es un subsidio otorgado por la John Simon Guggenheim Memorial Foundation a profesionales avanzados en todos los campos del saber. 5 Robert Lee Frost (1874-1963). Poeta estadounidense, considerado uno de los fundadores de la poesía moderna en su país por expresar, con sencillez filosófica y profundidad sentimental, la vida y emociones del hombre rural de Nueva Inglaterra. 6 La revista Plural llegó a ser considerada, a nivel internacional, la mejor revista cultural de América Latina. 7 Julio Scherer García (1926-2015) periodista y escritor mexicano, director del periódico Excélsior (1968-1976). Fue fundador del Semanario Proceso.

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