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Parnaso: Del Pensar y del Sentir” por Isabel Llaneras

Las ideas más brillantes son siempre las más sencillas

Andamos buscando la excelencia, la perfección, la idea más brillante, en un sinfín de situaciones, de lugares, en experiencias cada vez más estimulantes, nuevas, espectaculares, extraordinarias y quizás después de haber buscado repetidas veces y sin éxito caemos en la cuenta de que tal vez está más cerca y es más asequible de lo que pensamos porque esta búsqueda de la gran experiencia o de la idea más brillante nos impide observar las cosas y las personas que tenemos a nuestro alrededor.

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Y quizás tengamos también que detenernos a escucharnos a nosotros mismos, aprender a convivir con el silencio.

Aceptar nuestras limitaciones puede suponer el punto de partida para una vida más plena. Nuestros pensamientos ejercen una influencia crucial en lo que nos convertiremos en el futuro.

La sencillez nos ayuda a transitar sin ataduras por la vida y tal vez para que resulte más sencillo conseguirlo haya que mirar hacia nuestro interior, haya que cerrar los ojos y escuchar más al corazón porque elegir lo simple nos acerca más a la felicidad.

W. Golding

Las mentes sencillas, no enrevesadas, tienen la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas y son capaces de agradecerlas.

Cuántas veces queremos huir de lo que parece normal y corriente. Entonces lo simple se vuelve rutina diaria y nos ciega, no nos permite ver la grandeza de las pequeñas cosas. Pudiera ser que sólo quien es grande sea capaz de apreciar y disfrutar las cosas más sencillas de la vida.

Qué bueno sería que aprendiéramos a valorar lo simple, a descubrir la belleza de las cosas sencillas en los hechos diarios y corrientes; un abrazo, un gracias, un perdón, un amanecer, un paseo por la playa.

Así lo expresa el gran Rubén Darío: «¡Cuanto calienta al alma una frase, un apretón de manos a tiempo!».

Isabel LLANERAS

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