Encontrarán que arden Después que sigan solos, Y ya no podrán volver atrás, Déjenlos pasar con el éxito embriagador Confundiendo cualquier libre pensamiento.
1 encontrarán que arde también el aire
Si yo me presentara tendría que verme con la risa disimulada que otros me miran, resistentes a la impresión de los necesitados, inmunes a sus plegarias y a sus maldiciones. Sin embargo, debo hacer un ejercicio de amabilidad si he de contar esta historia, resulta necesario desde el inicio que ustedes sepan que mis limitaciones físicas me han ayudado a estar sin ser visto, sin ser tenido en cuenta, y que ese menosprecio ha sido en todo este proceso un valioso aliado. Querida Valehria, siempre pasa algo que nos hace estar de nuevo en contacto. Era más peligroso antes pero también más agradecido el mundo. Debe ser cierto el modo en que nombraste las corrientes de nuestro desfiladero, “las corrientes de fuego”, aunque las supusiera todo lo contrario, porque no hacían quemar sino calvarse como cuchillos helados. Y cuando decías que se trataba de sobrevivir una noche más al discurso del invierno, ¡qué razón tenías! Discurrimos entre vías sin trenes, en tejados sordos, en soportales y cajeros, formando grupos que no siempre acababan en lo mejor, pero que nos permitían dormir tranquilos durante algunas noches.
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