1 Una Nueva Etapa Política Es una situación, como mínimo curiosa, la que ha surgido al calor del 15M. Se trata de haber cambiado totalmente el panorama político de este país hasta hacer temblar los cimientos de la preocupación de los poderosos que actúan en la sombra (creo que no exagero), los dueños de los medios de comunicación, los banqueros, los holdings, los militares, la iglesia, los liberales europeos, todos los que tienen algo que decir en la política española y han visto ese poder en peligro al surgir un grupo totalmente desligado de ellos, y no sólo eso, sino confrontando con la idea de esos poderes. No es extraño que en esta situación la mayor responsabilidad se le lleve el PSOE (quien sirve a varios amos a la vez los sirve a todos mal), pero aún no entremos en ese tema. De forma indirecta, al reclamar la derogación de las leyes de Rajoy, la nueva izquierda les está diciendo a esos poderosos, que los derechos de la gente están por delante, y que ni los nacionalismos, ni los intereses económicos, ni las ideologías, se van a poner por delante de los derechos de la gente. El momento que vivimos es sin duda de una gran complejidad y es a un tiempo decisivo desentrañar sus claves y poner en claro que, por muy arribistas que sean algunos líderes políticos, que aunque entren en política pensando en colocarse más tarde en el consejo de administración de una multinacional o de una gran empresa de la energía, los derechos de la gente tienen que estar primero. Se trata de mostrar a la gente que el capitalismo debe ser regulado para contener los excesos que convierten a los trabajadores en piezas de mercado, a la energía en un hecho contaminante que se puede suspender pero no se hará por que es un gran negocio, a los partidos políticos en meras correas de trasmisión de las directrices de los bancos, mercados, holdings, etc. Regulación empieza a ser una palabra que cuesta dinero a los negocios, pero salva vidas y ofrece posibilidades de supervivencia a los más desfavorecidos. Viene a ser algo así como la salud laboral en la empresa, aplicarla perjudica al negocio pero salva vidas, y evita enfermedades que se manifestarán cuando ya no se trabaje en esa empresa. Resulta admirable saber la labor que están llevando a cabo cooperantes en el tema de los refugiados que huyen de la guerra en oriente próximo, sobre todo porque la Unión Europea antepone el desarrollo a los derechos humanos. No hace falta esforzarse para entender que lo que acabo de exponer, estos ejemplos y otros que tienen que ver con la contaminación, con la extinción de recursos naturales o con los paraísos fiscales y los negocios sucios que se hacen con su protección, tienen que ver con la nueva política de izquierda. La reciente reacción del PSOE ante la petición de la derogación de la reforma laboral, de la ley mordaza y de la recuperación del cambio constitucional que hicieron a medias con el PP, son ejemplos claros de lo que estoy diciendo. La negociación para un gobierno de izquierda no fue posible porque esos puntos los dejaron atados previamente con Ciudadanos, que parece ser el partido más afín a los socialistas. Desde luego, yo soy de los que piensan que hay que tener mucho cuidado con los socialistas. No me parecen de fiar, y cuando se ofrecen para tocar el Estatuto de los Trabajadores, o cuando dicen que pueden derogar algo, uno piensa que sólo puede ser para mal, y para cambiarlo por algo aún peor y que les ha sido pedido de las instancias de poder en la sombra. Debo reiterarme las veces que haga falta en la idea de que algo importante ha cambiado y de que el bipartidismo ya no puede maniobrar con comodidad, por eso le ofrecen al PSOE una gran 1
coalición, lo que será un caramelo envenenado. Si el PSOE muestras sus cartas hacia la derecha puede hundirse, tiene que convencer a sus votantes, seguir haciendo artificios y especulaciones para que lo sigan creyendo de izquierda, y ahora con una masa de 5 Millones de votantes en Unidos Podemos, a su izquierda, todo se le pone muy cuesta arriba. La política no es un juego fácil de entender porque no hay transparencia y los intereses de los partidos no son coincidentes con los intereses de su votantes. Pueden prometer una cosa en campaña y hacer lo contrario más adelante aludiendo al interés general. La mayoría de los ciudadanos no les cree, y los nuevos partidos mantienen sus posiciones a pesar de la presión a la que los están sometiendo los medios y los partidos tradicionales. Mantener las posiciones es haber prometido en campaña que Derogarían las leyes de Rajoy lesivas para el ciudadano y que tan contentos tienen a los empresarios y otras fuerzas conservadoras. Y aunque parece que esa postura ha asustado a algunos otros la valoran como un eje de honestidad a tener en cuenta. Todos sabemos que no va a ser fácil tratar con la ultraderecha de Schultz en la UE, ni que la flexibilidad también es necesaria para evitar lo que le hicieron a Grecia, pero debemos confiar en que la economía ha de mejorar con una gestión lógica, tal y como ha sucedido en los ayuntamientos gobernados por la izquierda. Nadie es ajeno a la corrupción y lo que nos estamos ahorrando al meter en la cárcel a algunos golfos. Los contratos sobrevalorados, las mordidas, los empresarios dando vueltas por los ayuntamientos como si fueran sus dueños, las obras faraónicas, los proyectos contratando arquitectos y equipos que nunca se llevarán a cabo, ese tipo de cosas ya no se hacen; algo hemos avanzado. ¿Me pregunto si somos conscientes de donde estábamos hace seis años, y dónde nos encontramos ahora? Por supuesto que todo ha cambiado, pero falta concretar. No sentirse copartícipe de este nuevo tiempo no sería justo después de haber vivido un 15M y todas las marchas que después se hicieron sobre Madrid. Ha sido una expresión ejemplar de energía popular. Pero el juego sucio se hace en los despachos, y parece que la presión está intentando controlar por medio de la prensa burguesa esta liberación que todos sentimos no hace tanto. Debemos aplicarnos, cada uno en lo que sepa o conozca para poner nuestro grano de arena en el cambio. No somos burgueses, ni nobles, ni franquistas, ni liberales, ni nada parecido, somos la clase trabajadora, que vive de su salario y a algunos no les llega para atender a sus hijos o a sus ancianos con un mínimo de dignidad. No erramos en pertenecer a nuestra clase, erramos si no luchamos por ella, como otros hacen que creen que colocarse en las grandes empresas es un concepto, el concepto de una vida. Al igual que las leyes de esta legislatura de Rajoy -que ha dividido España y a los españoles como nunca en democracia- hay algo que mantiene a los tres partidos de centro-derecha y ultra-derecha en una especie de alianza invisible que dinamita la lucha social que se libra en otro estadio. A Unidos Podemos, también interesadamente, se les pone la etiqueta de poco fiable en la férrea defensa de la unidad de España que libran los otros tres, eso impide acuerdos sociales que de por sí ya están bastante viciados por los intereses empresariales y de holdings. Como pidió Eurovegas, otras empresas exigen el despido libre para instalarse en España, y el PSOE parece aceptar que el futuro pasa por ahí; ¿quién defiende a los trabajadores de estas posturas? La prensa burguesa parece cada vez más segura de que su sitio está al lado de los que se han dado en llamar a sí mismos constitucionalistas -que viene a ser como los anti.independentistas-,y los supuestos que nos proponen, van en la dirección de aceptar que la legislatura de Rajoy es asumible, cuando existe en la calle un idea generalizada de que ha sido un error. Se trata de un handicap que debemos aceptar, la guerra de la información, o mejor, de corregir las informaciones interesadas de la política dirigida desde grupos de poder, es decir, la mala información. La postura de Unidos Podemos frente a los movimientos independentistas en Euskadi y Cataluña, es decirles primero que el deseo de este partido es que compartan nuestro futuro en España, pero también que respetan la decisión de las mayorías y el derecho a la consulta, tal y como Inglaterra hizo en Escocia, por poner un ejemplo. En los últimos tiempos hemos asistido a movimientos de fronteras difíciles de entender, la Unión Europea ha aceptado la marcha del Imperio Británico, no sin cierto dolor. Desde luego 2
para ellos eso ha sido mucho más grave que si se fuera Cataluña. No es un tema menor porque parte de emociones, que ya en nuestros tiempos chocan con las luchas obreras, porque si de algo estoy seguro es de que la burguesía catalana es mucho más represora que la española, lo dejaron claro cuando desalojaron al 15M de la plaza Cataluña en Barcelona. Durante algún tiempo la gente alimentó la idea de que por fin la izquierda española se levantaba de su siesta y que si se hacían presentes y unidos con la suficiente fuerza obrera, quedaría demostrado que es la mayoría. Y eso se consigue, quedará demostrado que existe mucha manipulación, amenaza, miedo y engaño en la política, pero que la posibilidad de gobernar por encima de la lógica capitalista existe. La historia de las clases obreras comienzan con una liberación de condiciones de trabajo que buscan someter voluntades, y concluye con obreros afrontando hipotecas que no pueden pagar. Debemos aprender a no atormentarnos por el callejón sin salida en el que ellos, los poderosos, dicen que nos hemos metido, pero que en realidad, se trata del callejón sin salida al que nos llevan cada día. Es penoso mirar cada día como las fuerzas liberales maniobran con todas las herramientas que tienen a su alcance para hacer presidente de gobierno a Rajoy, el errático. Por su parte, los votos de la izquierda pudriéndose en un partido socialista que no les da salida y los nacionalistas enredándolo todo. Como ha sucedido en la legislatura anterior, el PSOE no se define, quiere mantener su imagen socialista para conservar sus votos, pero al mismo tiempo quiere mantener las leyes de Rajoy porque ese es el mandato de los cuerpos empresariales. No sólo votamos a los partidos de izquierda, precisamente para que nos defiendan contra los abusos del mercado y los holdings, sino para formular un nuevo tiempo que defina con claridad quienes son esos que prometen en campaña políticas de izquierda, y una vez en el juego de negociar un gobierno, huyen de la izquierda como del diablo. Sin duda las presiones a las que está sometido el PSOE para que posibilite un gobierno de Rajoy es porque lo consideran uno de ellos, de otra forma eso no se entendería. Asumamos nuestra parte de culpa, no basta con apoyar a Unidos Podemos hay que mantener la crítica con los que nos están entregando al mercadeo del trabajo y el precio de las personas. Necesitamos ser actores críticos cada vez que nos indignamos por un nuevo caso de corrupción, pero lo que es aún peor, cada vez que una ley “vende” los derechos de las clases humildes. Nos llega la información de que hay jóvenes que trabajan gratis, y eso rompe el sentido de las luchas obreras. Cuando se firma una subida salarias en un convenio colectivo (recordemos que Rajoy quiere desactivar la negociación colectiva en su reforma laboral) se lucha desde la huelga, las familias sufren al pasar por ese trance, y cuando algunos trabajan para cubrir sus puestos dispuestos a hacer el trabajo por menos dinero y reventar la huelga, lo que se produce es un conflicto de nivel superior, una provocación que no se recordaba desde la revolución industrial. La pérdida de derechos es culpa de aquellos partidos que se dicen de izquierda y se ponen al servicio de los lobbys empresariales; una vergüenza. ¿Es con estos con los que queremos negociar? Cuando me refiero a que tenemos que ser actores políticos de cuanto está sucediendo, no me refiero a participar en política desde las instituciones, eso lo tienen que hacer los más honrados y leales, me refiero a crear un estado de opinión, cada uno desde su puesto de trabajo o desde su lugar en la sociedad, tenemos que saber lo que pensamos de las maniobras políticas sin permitir que los medios nos manipulen. Lo que nos ocurre, no es producto de una casualidad, porque hay fuerzas que tienen intereses muy notables, nos consumen como si fuéramos productos en un escaparate y multiplica cada estrategia. Decididos a restituir el viejo orden en las relaciones laborales no sólo caminamos hacia un tiempo de escaso empleo y pensiones en peligro, sino que las condiciones y el salario prometen ser exiguas. A pesar de que todos los analistas aseguran que ese es el futuro, el PP dispuesto a mentir sin rubor, asegura que el empleo va muy bien. ¿Me pregunto por qué los medios no dicen la verdad con respecto al empleo? Lo cierto es que los minijobs son el resultado de partir cada empleo en dos y así maquillar las cifras, pero no suma en la posibilidad de pagar las pensiones. Sólo cuando haya 3
empleo a tiempo completo y con salarios dignos, empezaremos a mejorar en los impuestos necesarios para sufragar los gastos de la seguridad social. Existe experiencia suficiente en este campo, las fuerzas acumulativas para una negociación deben tener en cuenta sus programas. Algunos partidos como Ciudadanos, parecen dispuestos a ofrecerse a cambio de políticas de derecha, le da igual si es el PSOE o el PP, y eso no es muy ético. Y los dos grandes partidos parecen animados a aceptar esa ayuda sin tener en cuenta ideologías o promesas electorales. Los votantes responden con indignación a esta situación, pero parece que a nadie le importa en las direcciones de los partidos lo que los votantes piensan hasta que se aproximan las elecciones. En ese supuesto deben tener cuidado, porque si vamos a una terceras elecciones la memoria aún va a estar muy próxima, y la indignación en lo más alto. No resulta nada edificante ver a esos grandes partidos, dinosaurios del post-franquismo haciendo maniobras para mantener en sus manos el poder y a un tiempo evitar en esa maniobras, perder votos. Sin embargo, parece existir un cierto interés por verlos fracasar también en eso, y a un tiempo, asistir a la locura que expresan en sus declaraciones. Hace tan sólo cuatro años, el PSOE y su candidato eran el partido a batir, el demonio con cola, hoy todo ha cambiado y los convierten en aliados ¿Cómo es posible? ¿Tanto pesan los intereses en juego? Consideremos que la política es pura mentira, y a pesar de eso, asumamos que la gente más humilde e inocente sigue poniendo en ella sus esperanzas. Mientras los líderes siguen soltando sus ingenierías en prosa, la agonía del bipartidismo se sigue manifestando; tengamos paciencia. El propósito de sus maniobras es mentir sin que se les note, si suman para hacer políticas que beneficien a los mercados los votantes se lo reprocharán, si no lo hacen, tendrán que retratarse en cada una de leyes que se propongan. Si de lo que se acusa a Unidos Podemos es de aspirar a la utopía, tengo que decir que lo único que nos salvará de tanta codicia como hay en el mundo será la capacidad que tengamos de incorporar la utopía a nuestra vida cotidiana. Cualquier idea oficial o interesadamente vertida a los medios acerca de la economía, está al servicio de los mercados, que a su vez están al servicio del equilibrio de grandes economías con nombres y apellidos, y esto sucede hasta el punto de rescatarlos, de poner la política a su favor, o de crear leyes que favorezcan su desarrollo. De ser como somos, soñando con un mundo mejor, jamás entraremos a negociar políticas con los economistas oficiales del bipartidismo. El que Unidos Podemos se hayan mantenido firmes en sus exigencias de derogar las leyes Rajoy, debe llenarnos de esperanza. Naturalmente, no podemos referirnos a la investidura de Rajoy como un hecho intrascendente. El sentido de un nuevo gobierno aceptaría y daría como males menores, todas las políticas de austeridad y toda la corrupción que ha supurado. Por política se entiende la capacidad de llegar a acuerdos, y las dificultadas que Rajoy tiene para encontrar aliados, deja claro que sus decisiones han sido arbitrarias, que han molestado a demasiada gente y que no ha tenido en cuenta en las minorías. Nunca nadie había gobernado con tanta desfachatez y perdida de respeto por sus adversarios. Es por esto, entre otras cosas, que la labor que queda por hacer tiene que ser de desmontar un gobierno tan arrogante. No le importó quitarle derechos a los trabajadores y la ciudadanía, en vaciar los bolsillos a las clases humildes, en subir la electricidad, en subir los impuestos, en proponer una reforma laboral que facilita el despido y por lo tanto propone la bajada de salarios, rescatar bancos sin proponer condiciones para que en el futuro no vuelva a suceder. Podríamos estar así aún un rato, pero no es el caso, lo importante es comprender que la fragmentación del bipartidismo ya los ha desautorizado, pero es necesario un nuevo gobierno que desmonte la teoría liberal de que sólo si nos portamos bien y hacemos lo que los mercados proponen, seremos indultados de nuestras posiciones solidarias. Desde los centros de poder capitalistas tienen que sentir vértigo cuando los nuevos grupos políticos proponen solidaridad con los desahuciados, con los refugiados, con los parados, etc, cuando todo ese dinero se lo podrían meter en el bolsillo, o dedicarlo a la financiación irregular de sus partidos. Resulta chocante que el Partido Popular diga que no hay dinero para la dependencia, cuando su prioridad ha sido la financiación más que dudosa de su propio partido. 4
Aunque pueda parecer que el PP exige en su negociación el apoyo del PSOE como si fuera un partido renovado, lo cierto es que el mismo candidato, Rajoy, está en los papeles de Bárcenas. Tampoco es creíble su versión de que él no sabía nada de la financiación irregular del partido desde la trama en Valencia, en Madrid o en cualquier ayuntamiento donde cobraran mordidas a los empresarios. No se puede alejar la idea de que es un partido implicado en graves problemas de corrupción y pretender que ha existido una renovación que pase página a ese problema, porque no sería verdad. La idea de implicar al partido socialista en la investidura de Rajoy, y por lo tanto, la aceptación de las políticas por llevadas a cabo, podría terminar por hacer caer al PSOE definitivamente, porque, recordemos que sus votantes sí son de izquierda. ¿Cómo puede el PP pedir apoyos para la investidura con el peso de Rita Barberá sobre los hombros de Rajoy? La idea de que el PSOE pueda pactar con el PP, a pesar de decir que son socialistas, da a entender que ya nadie cree que lo sean. Debo sugerir la imagen, de que si eso sucediera, sería como perder la virginidad. La derecha cree que después de esa primera vez ya podrían pactar siempre, después de cada elección, pero no son conscientes de que los votantes del PSOE nunca estarán preparados para semejante traición. En este tiempo de paraísos fiscales a los que le sale el dinero negro por las ventanas, asistimos a los mayores recortes jamas conocidos, llegando a convertir a los más humildes en seres sin protección y en apestados para la clase burguesa. La complejidad y el celo que las grandes corporaciones y la Unión Europea han puesto en crear un estado de necesidad y acabar con todas las ayudas, no sólo ha dejado a las familias trabajadoras sin posibilidad de atender a sus ancianos, sino que ha buscado dinamitar el sistema de pensiones tal y como lo conocemos. El furibundo ataque que Rajoy ha llevado a cabo sobre la hucha de las pensiones pone en peligro el futuro más que nunca, sobre todo porque al contrario de sus mentiras, todo apunta a que la posibilidad de crear empleo suficiente y remunerado que las sostenga va a haber que disputárselo a las máquinas. Los viejos cánones de seguridad a los que aspirábamos se han venido abajo, Rajoy ha puesto todo de su parte para añadir un poco más de inseguridad a las clases populares. La insistente reacción que llevan a cabo contra las pensiones (dicho por algunos de ellos en la televisión) concluiría con pensiones mínimas que sólo podrían completar los que pudieran pagar, durante toda su vida un plan privado de pensiones. Esta es la modernidad que proponen. Causa risa la idea de que un joven con media jornada, con un salario que no le permite vivir, durante años, con estudios y sin ver un horizonte claro, pueda pagar un plan de pensiones. Hemos observado con paciencia pero no con resignación, como Rajoy se aprovechaba de la herencia de la hucha de las pensiones para darle a su gobierno la imagen de la suficiencia, y ahora tenemos delante la posibilidad de hacer algo para que ese colchón social que ha evitado un estallido, siga funcionando. En mi casi particular, toda la vida he pagado con mis impuestos para tener una pensión el día de mañana, y aún así, vería con buenos ojos añadir un impuesto para protegerlas. Algunos dicen un porcentaje del IVA, otros un impuesto a la gasolina y otros se oponen ferozmente porque cobran salarios que les permiten tener sus vidas aseguradas y no quieren más impuestos. En cualquier caso, este es un punto que también debería tenerse en cuenta a la hora de pactar con Rajoy o con Ciudadanos, que al fin son concepciones económicas paralelas. Prescindiendo de las ideas poco éticas que justifican lo que les conviene cuando les conviene, sólo podremos conocer la verdadera dimensión de la corrupción cuando las cúpulas de los partidos estén dispuestas a arrojar la transparencia necesaria en el mundo que de ellos heredamos. Particularmente estúpida es la postura del “yo no sabía nada, yo no me enteraba de nada”. Este ha sido el caso de las mujeres de encausados con responsabilidad penal, o de superiores jerárquicos totalmente rodeados del hedor de la corrupción. Ha sido el caso, de esperanza Aguirre, de la infanta Cristina, de Ana Mato, de los suegros de Granados, de Rita Barberá y del mismísimo Rajoy, entre otros. Aunque pueda parecer que algunos durante demasiado tiempo, se tomaron esto de la corrupción como algo natural, lo cierto es que con la excusa de la financiación del partido, se estuvieron haciendo multimillonarios. Y mucho me temo, que esta idea de derivar dinero negro a los paraísos fiscales 5
sigue estando respaldada por la unión europea. Debemos, llegado este momento, afirmar que esto ocurre porque en nuestra responsabilidad como ciudadanos, seguimos votando y pactando con corruptos y muchos de ellos continúan en la vida política. Este mundo respeta al que tiene dinero y desprecia al solidario, y cuando un delincuente acude a los paraísos fiscales para ver como va el dinero que ha robado, lo tratan como a un señor. Y aún más, ha habido algunos que han sido condenados por meter la mano en la caja, que cuando han salido de la cárcel, los han contratado en tertulias de televisiones privadas con carácter fijo, para que pontificaran a sus anchas. Confundimos riqueza y burguesía con educación. Los grandes valores del hombre están de saldo, y hasta la cultura languidece ante aquello dispuestos a hacer lo que sea por conseguir que sus negocios vayan bien. Es nuestra responsabilidad cuando consideramos que el respeto se debe a los poderosos, y no al pueblo sacrificado al que ponen al borde de la necesidad. Ayer leí la noticia de un anciano que había muerto porque se negaba a comer desde que le anunciaron que lo iban a desahuciar; 90 años. ¿A quién culpar? ¿A Rajoy? ¿A su gobierno y a su partido? ¿Al PSOE que tanto a consentido? No, nosotros somos culpables por haberlo consentido. Todo parece confuso, pero no es así. La legislatura de Rajoy nos permitió ver cuales eran sus verdaderas intenciones y que no podíamos confiar en sus promesas. Por primera vez hemos comprendido a donde vamos y nos hemos interesado por la peligrosa situación de las pensiones. Nos han planteado un futuro insuficiente para mantenerlas porque bajan los salarios y nuevos empleos son mayoritaria ente de media jornada, esto quiere decir que no hay trabajo suficiente para cotizar y pagar las pensiones; eso sí, este sistema de trabajo a media jornada sirve para decir que las cifras del paro van muy bien. En esta preocupación por el déficit y el gasto que las pensiones ocasiona (no es como el gasto militar, siempre justificable por la UE) hemos llegado a conocer que algunos proponen el sistema alemán. Los alemanes pagan 800 euros de pensión a todos los pensionistas, alrededor de la mitad de su salario mínimo. No existe allí pensión máxima ni mínima: todos 800 euros. Si aquí proponen algo parecido, no iban a ser 800 euros, iba a haber una proporcionalidad en PIB y salarios, así que a menos de la mitad de salario mínimo, la mitad de la pensión, 400 euros para todos. Claro que con esta perspectiva no querrían jubilarse sólo los que por incapacidad en trabajos físicos no pudieran; ese será el momento en que pondrán la jubilación voluntaria. Esto ya lo plantearon algunos miembros del PP en los medios hace años, y añadían que los trabajadores deberían hacer planes de pensiones para completar su jubilación. Sí, somos trabajadores para unas cosas y burgueses para otras, ese es el juego neoliberal. Una vez planteado esto, sería conveniente estimar lo que se está jugando en la negociación para investir a Rajoy y hacer su socio a Rivera. La Unión Europea va a seguir apretando, esté quien esté en el gobierno, pero debemos intentar ajustar el gasto en parámetros que ayuden a recuperarse al Estado, pero que no recaiga ese peso sobre las clases trabajadoras. Es conveniente también saber que la cobertura social en Alemania es mucho más grande que en España (si es que Alemania debe ser el modelo para países tan desiguales). ¿En Alemania a los parados les pagan la guardería de los hijos, la calefacción, la vivienda y la cobertura se le da a los dos miembros del matrimonio subsidio de desempleo? Pues estaría bien conocer estos extremos, porque hasta no hace mucho era así. Algunos argumentarán que relacionar dos países tan diferentes es hacer pura ficción, que no sabemos lo que sucederá en los próximos años y que si el estado puede recaudará lo suficiente vía impuestos para mantener las pensiones. Rajoy ha vaciado la hucha, eso es un hecho; la suerte está echada. Nadie podrá decir que no lo vimos venir porque la brecha de la desigualdad crece de forma constante, año a año, ley a ley. Cuando el agua nos llegue al cuello dirán que se trata de otra crisis, pero ya no habrá hucha de las pensiones de la que echar mano. Desde ahora no podemos permitirnos confiar en ideologías que persiguen “embridar” a la clase trabajadora. Ese verbo, “embridar”, se lo oí utilizar a una de esas lideresas liberales y poco después vio la luz la ley mordaza y sus multas desorbitadas. Ideologías que niegan que los paraísos fiscales no reconocerán sus errores. No es que no haya dinero, es que no está bien repartido y la codicia es mucho. Me atrevería a decir que el 50% del dinero que está ingresado en bancos en paraísos fiscales, es dinero 6
que ha sido escaqueado a las haciendas de diferentes países. Por lo tanto, no es que no se produzca para tener una sanidad y unas pensiones como las que deseamos, se trata de que algunos no lo permiten porque hacen trampas, y otros, con la ley en la mano, no están dispuestos a ponerle solución. Por corrupción debemos entender, no sólo los que la ponen en marcha con intención de hacer algo que descompone la mejor de las naturalezas, además están todos los que lo consideran una forma normal de desarrollo. Normalizar la corrupción sucedió en Marbella hace años y todos nos sentimos entonces como idiotas. Elección tras elección, a pesar de que todos sabían lo que sucedía, el GIL era elegido y a nadie parecía importarle lo suficiente. Tal vez sea lo más parecido a lo que pasó en Valencia y en otras plazas en las que la ideología parece estar por encima de la honradez. Naturalmente, se trata de decidir si la indecencia de ciertos partidos influye en el voto por delante de otros factores. Así las cosas, Rivera asume que por su parte es un acto de responsabilidad hacer presidente de gobierno a Rajoy, y pone todo de su parte para que ese momento llegue; incluso, pedirle a Sánchez que se sume a esa responsabilidad. No puedo creer que se esté hablando de asumir la indecencia de tantos años, y tan personalizada, como lo mejor para nuestro país. Ahora parece que Rajoy está despertando de su sueño de mayoría absoluta, de su arrogancia gestionando leyes contra los derechos del pueblo llano, haciéndose el distrído mientras llegaban noticias de ancianos que se suicidaban cuando les anunciaban que los iban a desahuciar. Arrogancia, sí, o lo que es lo mismo, abuso de poder. Hemos asistido cuatro años de legislatura al espectáculo más vergonzoso, a la chulería de la mayoría absoluta en el ejercicio del poder. Todos, alguna vez, hemos estado sometidos a la relación que existe entre el poder y la chulería, porque algunos creen que eso les concede un plus para estar bien visto por sus superiores. En el ejercicio del poder, desde policías, políticos, gobiernos, jefes en las empresas, incluso árbitros de fútbol, la peor relación es la del ejercicio del poder y la arrogancia. El que es muy exigente, esconde algo, en muchas ocasiones pretenden cubrir sus carencias con la exigencia. Yo nunca pensé que Rajoy tuviera categoría política, y como registrador de la propiedad lo veo muy justito, sus carencias son obvias y su mérito de cara a sus superiores obedecer sin criterio. Banqueros, Patronal y demás poderes, estaban muy contentos con él. Me han preguntado (por lo que se debe desprender de mis críticas) que por qué Rajoy me cae tan mal, y me sorprende que haya gente que aún pueda preguntar eso, la respuesta es fácil: en los cuatro años de su legislatura ha sido un goteo incesante de desahucios de ancianos de más de ochenta años, de sus nietos que perdían su escolarización, de gente emocionalmente tocada que lo tomaba como excusa para el suicidio, de vidas rotas sin que nadie se responsabilizara de una situación que no hace falta justificar, pero que viene derivada de una crisis capitalista y de una burbuja inmobiliaria codiciosa. Mientras todo esto sucedía Rajoy se dedicaba a silbar y mirar para otro lado, o lo que aún es peor, a combatir las medidas que la PAH puso encima de la mesa y que el resto de partidos aceptaron. La primera obligación de un gobernante tiene que ser pensar en las necesidades de un pueblo que sufre, pero para eso hace falta tener una sensibilidad que por desgracia no le es dado a todos. Como instrumento político la capacidad de emocionarse y ser sensible al drama humano nunca nos llegará de un hombre cuyo mayor esfuerzo se va a dedicar a esconder todo aquello que mancha su pasado y puede truncar su carrera. ¿Cómo se pueden negociar con alguien así para investirlo de nuevo presidente, y decir a un tiempo que se hace para luchar contra la corrupción? La propuesta de un mundo con líderes capacitados en la ética pero también emocionalmente capaces, no es nueva. Sin embargo, vemos que desde algunas ideologías se proponen escenarios muy crueles como única salida económica. Aquí debemos plantear que no hay vergüenza en este tipo de gestores que sabiendo que existe dinero suficiente para cubrir las necesidades básicas del pueblo, creen mucho más urgente preocuparse por engordar las arcas de sus partidos hasta límites insospechados y dar sobresueldos a sus cuadros, a los más leales, a los que aceptan que las cosas funcionan así y les da igual el resto. Es nuestra obligación confrontar con los procesos de producción que frenan el desarrollo social, leyes neoliberales que buscan el beneficio particular de grandes empresas y paraísos fiscales. La 7
sociedad violenta se manifiesta en el gran negocio de las grandes guerras por petróleo, geopolítica y venta de armas, pero también cada día en los ritmos vitales de explotación que están aumentando el desempleo. Mientras los procesos de producción busquen el poder absoluto manipulando al poder político, parecerá utopía intentar cambiarlo, sin embargo la utopía es ahora una necesidad. Decía Marcuse que los jóvenes presienten que son sus vidas las que están en juego, convertidas en eje estratégico y juguete del poder político y las grandes corporaciones, por eso el gran interés que tienen en controlar las universidades. Añadía Marcuse que el dominio mundial parte de las grandes empresas, es por eso que el subsidio por desempleo y la protección social están en peligro. La precariedad, la gente en estado de necesidad, son condiciones que exigen los poderosos para ser más poderosos. Los cuatro años de la legislatura Rajoy, sus recortes en al protección social, la destrucción de la hucha de las pensiones, la desmesuradas subidas energéticas, el abandono a su suerte de los desahuciados, etc. es muy posible que haya sido orquestado en su mayor parte desde bruselas, y a su vez desde poderes con grandes intereses en que las cosas vayan en ese sentido. Marcuse sigue inspirando a las nuevas generaciones cuando establece que la libertad depende de no ser susceptible a la competitividad requerida por la agresividad de los que imponen sus formas de vida. Y añade, que el mundo de las libertades humanas no puede ser destruido por sociedades establecidas por mucho que expandan su dominio represivo. En este punto debemos comprender que la necesidad de derogar la “ley mordaza de Rajoy” resulta apremiante por cuanto no afecto a los condescendientes con el poder, a los estómagos agradecidos de burgueses bien colocados o a los conformistas que, aún en los peores trabajos, intentan demostrar a sus superiores que no quieren complicarse la vida. Tal vez, la libertad tanto consiste en no depender de las ayudas hasta volvernos serviles, como en tener cubiertas nuestras necesidades básicas para no aceptar cualquier tiranía de pura súplica. Del libro de Marcuse, “Ensayo sobre la liberación”, quiero traer a cuento algunas reflexiones que intento encajar en el año 2016 neoliberal que corremos: Las necesidades y la conciencia de clase están contenidas por la exigencia personal de lucro y la explotación de los otros que lleva a algunos al camino del burgués. Los países capitalistas interrumpen la conciencia de clase empujando a las clases trabajadoras a formas de vida que responden a un consumo dirigido. El capitalismo empresarial congela la conciencia de clase y la imaginación obrera manipulando con sus medios de masas, con la publicidad e incluso con los noticieros de las cadenas de televisión, todas ellas al servicio del capital pero convenientemente maquilladas. Así pues el significado de la lucha obrera no se debe reducir a desentrañar las trampas capitalistas, ni a conducir la protesta allí donde salta el escándalo del abuso del poder, o la corrupción, es necesario tomar posiciones en los cambios políticos y ser fieles a los principios de clase. Sería terrible que los políticos que nos representan se aburguesaran como han hecho los viejos socialistas, hoy podridos de dinero y compartiendo pensamiento con la derecha más extrema. Es por todo ellos, que en las negociaciones por la formación de gobierno, lo que debe importar es el rechazo a las políticas neoliberales y mantenerse en la postura de rechazar y derogar las leyes de Rajoy que tanto daño y tanta desigualdad han creado. El planeta no soportará otro siglo de explotación y consumo desenfrenado, debemos sustituir el consumo sin sentido por calidad de vida y eso no lo conseguiremos con las políticas neoliberales. Las nuevas amenazas que se ciernen sobre las clases populares tienen que ver con el deseo de los mercado y los holdings de tener el poder, es por esto que debemos hacer política y no dejarla en manos de los que les ofrecen vasallaje. El cambio de mentalidad es posible, es lo que Allende llamaba: Procesos sociales imparables. Desde el franquismo todo ha cambiado y todo va a seguir cambiando, afortunadamente: la emancipación de la mujer, el rechazo de la violencia y los violentos, el nivel de estudio y cultural de los ciudadanos, el convencimiento de que sólo si somos críticos con el poder evitaremos la corrupción y otros engaños, etc. La ciencia y la tecnología también han sido orientadas a la explotación y dos ejemplos claros de esto son la farmacéuticas y la fabricación y venta de armas. Estamos permitiendo que el gran negocio sucio se haga dueño de todo 8
y ahora quieren vincular también a las universidades a la explotación sin control ni medida. Todo es susceptible de ser explotado, ni importa el daño, lo que importa es el margen de negocio. El progreso de mano de la codicia apunta a un desarrollo cuantitativo que acelere la explotación; es necesario cambiar cantidad por calidad, y eso vale para nuestras vidas. Hay que frenar el estilo de vida de vida que nos proponen y crear nuestros estilos de vida. El cambio en la mentalidad de las gentes tiende a una libertad que es reprimida, la sociedad muta en su mentalidad y rechazará los patrones de explotación que amenazan con colapsar el sistema. Llegará un cambio intelectual en las gentes que controle la escasez y la pobreza. Desde lo intelectual se puede controlar lo material y la formación de instintos violentos también el consumo. Sin moderación nunca nada bueno se ha hecho. Que aceptemos la competitividad como un mérito nos hace caer en los patrones, que los medios de masas al servicio del capital nos proponen como forma de vida correcta. La trasformación tecnológica nos facilita la vida, la vuelve ligera y despreocupada, pero establece una fuerte contradicción: La lucha competitiva que se genera en esas aspiraciones genera una gran agresividad que se contiene en ocasiones pero se libera en los campos de fútbol, pongamos por ejemplo. La violencia que se vive pues en esa lucha competitiva día a día, es real, y por tanto nos llega desde una organización superior de nuestra forma de vida, y a la vez, el Estado intentará dirigirla al odio a enemigos determinados e incómodos para el stablisment. Pese a todo, la falsa moralidad social represiva que sostiene el sistema, está siendo minada por el libre criterio e inteligencia de los trabajadores. Vivir es un negocio que se amplia cuando nos crean nuevas necesidades y satisfacciones (modas de consumo) en las que también nos dicen como tenemos que vivir. Sin embargo, lo que antes eran lujos ahora son necesidades, por ejemplo, un medio trasporte propio para el trabajo, lo que algunos convierten en un símbolo de posición social. El “Ingreso discreccional” señala Marcuse, mide que parte de lo producido por el Estado o las familias se gasta en necesidades básicas. De todo ello se deduce, que en la lucha por la existencia no debe de ser considerado que es imprescindible producir y consumir desaforadamente para mantener un estatus, ya que esto no siempre fue así. El crecimiento de la productividad refuerza la producción de armamento, los lujos, los accesorios innecesarios. El derroche y los símbolos de posición social. Marcuse creía que las clases medias estaban sustituyendo en su oposición política al proletariado como clase revolucionaria. Por su parte, el proletariado pasa a convertirse en una fuerza política radical, firme en sus convicciones y dispuesta para obligar a otros que desean los pactos a mantener posiciones parecidas. En ocasiones, el proletariado militante rompe sus vínculos con las clases medias y, del mismo modo, los habitantes de los ghettos rompen sus vínculos con la clase trabajadora organizada. Pero, estos ghettos no permanecen en el vacío, su conciencia de clase y sus metas los convierte en representativos de las necesidades de los más oprimidos. Es decir, cuando las clases marginadas (incluso minorías a veces perseguidas) ponen sus expectativas en las políticas de vivienda social, están marcando un camino del que nadie se puede sentir ajeno. La sociedad que hay que construir parte de premisas que en los sesenta ya se conocían, y todo resulta muy familiar. Las fuerzas de izquierda pues deben seguir firmes, y no aceptar ningún tipo de acuerdo que suponga continuar con la reforma laboral de Rajoy, pues ya sabemos a quien sirve. Sabemos que la la LOMCE, la Ley Mordaza y el resto de leyes que suponen pérdida de derechos para las clases humildes, denen también de ser derogadas, pero la medida, la que ha sido dictada desde los foros de poder, es la reforma laboral. Creo que el PSOE responde a la burguesía ligeramente progresista, pero Unidos Podemos tiene que representar a las fuerzas proletarias organizadas, y su labor pues debe ser anclar a la izquierda en su principios. Si una revolución está en marcha deberá ir mucho más lejos de las concretas expectativas sobre la forma y los espacios de la desigualdad que se han de ir eliminando, hemos de promover la moral revolucionaria (muy diferente de la moral represora del orden capitalista establecido), una moral que exija limpieza en el cobro de impuestos, que denuncie a los defraudadores que esconden sus beneficios en paraísos fiscales, que evidencie a aquellos que creen que un empresario o un político 9
está legitimado para hacer trampas. A principios del siglo XX exigimos una mejor educación, y en parte lo hemos conseguido, los hijos de la clase obrera están formados y listos para el paso siguiente. También exigimos protección social, y hoy vivimos los ataques liberales contra la cobertura por desempleo, contra las pensiones y contra la dependencia. Para mantener y expandir nuestras formas de organización social es necesario una ley fiscal justa y amplia en la que se incluya todo el dinero estafado y escondido en paraísos fiscales. Financiar el Estado Social es posible, siempre y cuando se controle el gasto en ornamentos y lujos que pretenden una grandeza muy antigua. Marcuse señala que debemos trabajar por el mejoramiento de la democracia que tenemos, enfrentarnos a los corruptos y sus intereses, a los corruptores y a los que usan los organismos oficiales para beneficiar a formas concretas de empresa. Debemos equiparar la moral de la que ellos carecen desde una democracia de calidad para llegar un día a establecer una verdadera sociedad libre de abusos. El hecho de que el proceso democrático nos permita revisar, derogar y cambiar algunas leyes, no nos redime del daño cometido y del dolor causado. Los inmovilistas intentarán detener cualquier proceso de cambio o de progreso si perjudica a los intereses de lobbys del poder ya establecido. En la dinámica del capitalismo empresarial, sus representantes políticos tienden a asumir formas antimocráticas, y en ocasiones, caen directamente en la corrupción. Exigir y extender los derechos democrácticos constitucionalmente aceptados debe ser parte de una práctica ampliable a las minorías oprimidas y perseguidas, y en cualquier caso, a los refugiados que huyen arriesgando su vida y la de sus hijos en el mar. Aquellos que no están formados para competir en un mundo tecnificado y técnologicamente cambiado, se encuentran ahora sin otras posibilidades de tener su espacio social. Se les ahoga dejándolos sin agua, luz, techo, subsidio por desempleo y cualquier otra ayuda . A esto lo llaman desigualdad creciente, pero a mi me parece persecución. Algunos periodistas que hablan de los partidos del cambio, parecen reducir ese cambio a la corrupción y sus derivadas, cuando en realidad el cambio consiste a devolver las instituciones al pueblo soberano, entre otras cosas. Sirva esta observación para aclarar lo lejos que están algunos de lo que supuso el 15M y todo lo que allí se analizó y se exigió. CIUDADANOS no es un partido del cambio porque sigue al dictado del IBEX que es a lo que nos tenía acostumbrados el bipartidismo. Aún con todo lo poder de los medios al servicio del capitalismo, no podrán silenciar indefinidamente lo que de verdad importa, ni hacer caer en el desánimo ni abandonar las aspiraciones de construir un mundo para las personas, ciudades para las personas y políticas para las personas. Necesitamos protección y amparo en situaciones radicales, por eso nadie con un mínimo de sensibilidad y humanidad, puede entender a estos políticos que rechazan a los refugiados. La mayoría democrática no está en un sólo partido político, esa mayoría tiene rasgos comunes como la solidaridad y la cooperación. Sin embargo el PP parece llevar en sus genes rechazar cualquier cooperación sin valorar los beneficios: Lamentable. El derecho del hombre a insistir al acceso a una sociedad menos controlada por los mercados y los holdings, menos culpable de sus males y menos inducida a formas de vida consumistas, nos convierte en tribunal de los excesos y los abusos. Asumimos como propias las tendencias que nos propone el capitalismo, pero nadie nos obliga a pasar horas sentados frente al televisor. De todo lo que el capitalismo ofrece como consumo, una parte responde a nuestras demandas, otra parte son necesidades creadas artificialmente. Algunas cosas no responden a nuestra cultura, a nuestras necesidades primarias o a nuestras satisfacciones hedonistas, pero son cosas que si no las tienen y no las compras, no eres nadie. La glorificación de formas de vida ostentosas mediante los medios de masas produce un efecto psicológico devastador. Pongamos un ejemplo: Algunos creen que por no llevar ropa de marca no son nadie, aunque no ganen lo suficiente para pagar la calefacción o el agua caliente. Tal vez el Neoliberalismo europeo ha cometido un error con su férrea austeridad germana; eso ha hecho reaccionar conciencias proletarias que estaban dormidas, y en nuestro caso, hizo caer el bipartidismo que tan bien los había servida hasta la fecha. Poner a los trabajadores en estado de necesidad (o austeridad severa) les ayuda a saber quienes son, a rechazar los caramelos 10
envenenados que publicita el capitalismo y a tomar partido en contra de la, cada vez más evidente, manipulación. Debemos sentir la necesidad de tomar las riendas de la política, porque lo contrario hasta ahora ha sido que los políticos profesionales, corruptos y al servicio de intereses oscuros, seguirán haciéndolo sin control. Antes de la crisis inmobiliaria que unida a la crisis bancaria nos llevó a sentirnos culpables de algo que habían hecho otros, los políticos: no regular para prevenir que no sucediera y no verlo venir. Hasta ese momento, a las masas proletarias les ofrecían formas de vida burguesa, pero el más avanzado estado del bienestar del PSOE, continúa siendo una sociedad de clases, en la que los líderes socialistas se sitúan en la clase más alta de la mano de los neoliberales. Dice Marcuse que existe una moralidad, una humanidad, una voluntad y una fe, capaces de resistir la fuerza técnica y económica de una expansión capitalista sin red, conducida por excesos y a la que tendremos que salir al rescate. Cuando los capitalistas apelan a la ley, y dicen que todo lo solucionarán con la ley en la mano, es porque saben que los políticos legislarán a su favor. De esa forma pretenden someter nuestras voluntades y nuestras libertades democráticas. Durante décadas la democracia ha funcionado en España como un cortijo, los casos de financiación ilegal del PP salen al fin a la luz, pero el PSOE es culpable de haber mirado para otro lado, haber consentido y tomar parte en los indultos a banqueros y poderosos a los que habían pillado en sus trampas. Marcuse avisaba en los sesenta que podía llegar una crisis del sistema que activara la conciencia de clase de los trabajadores, y que debíamos estar preparados para cuando ese momento llegara. Hay que formar parte del proyecto político de los incipientes partidos de izquierda y evitar volver al bipartidismo. Los nuevos partidos rechazan como inmoral que los partidos se pongan al servicio de los banqueros, eso los coloca fuera del viejo sistema -pero no CIUDADANOS, ese partido no ofrece ninguna frescura: todo viejo, mismos sistemas-. La política es la forma, pero la imaginación de la gente y la conciencia de clase debe ser el corazón que bombee sangre nueva en el sistema. La disolución de la moral social es lo único que puede mantener en el poder la codicia, el oportunismo, la competitividad sin inteligencia y la corrupción. Pero aún hay una forma de esa disolución que es animada desde el planteamiento, “al pueblo, pan y circo”, y eso es el conformismo. La sensatez del pueblo, crítico con los corruptos, es lo que nos está animando a darle forma a una nueva sensibilidad, lo que mantiene los lazos solidarios y en firme la esperanza. De la coordinación de las exigencia populares contra el escándalo de la política tradicional, depende la salud social y ese coordinación depende de los nuevos partidos de izquierdo de los que se espera que hayan aprendido la lección: el poder aburguesa y hace perder el sentido de toda exigencia. Una nueva sensibilidad y una nueva conciencia es necesaria. Necesitamos saber cuales son los fines de tanto poder capitalista acumulado, y sobre todo, si sus formas de explotación están al servicio, o en su defecto, en armonía con la sociedad, o por el contrario, si simplemente se sirve de ella para el lucro fácil. Los poderes que se nutren del talento de nuestro hijos no suelen estar en armonía con las necesidades sociales y las relaciones humanas, aunque están muy interesados en hacer que parezca lo contrario. Las metas sociales deberían ser un mandato inexcusable de los que piden nuestro voto prometiendo llevarlas a cabo, y defraudando una y otra vez. Los políticos burócratas y tecnócratas, al fin, son los que parecen más adecuados a los peores intereses y los que terminan por colocarse en la presidencia de los países más desarrollados. Existe un trabajo socialmente integrado que crea espacios habitables. Siempre será mejor un ambiente estéticamente humanizado que un medio represivo, o parques y jardines, mejor que ciudades orientadas a los coches y el negocio de los aparcamientos. La sociedad está gobernada por un principio de lucro que lleva a la corrupción como parte del éxito. Esto pone el enriquecimiento personal por encima de la construcción social y el servicio a los demás que esperamos de nuestros líderes. No se trata de volver a la vida anterior a la industrialización, pero sí de recuperar todo lo perdido por el camino. ¿En beneficio de qué o de quienes nos están organizando las relaciones sociales? Nadie debe olvidar Eurovegas y todas las condiciones que imponía para establecerse en España. El rescate social parte de la idea de que existe un predominio de la mercancía sobre el 11
hombre, asumirlo y empezar a darle la vuelta a esa idea. Una pregunta que se hacía los grandes pensadores durante mucho tiempo, dice Marcuse, era la siguiente: ¿Qué va a hacer la gente en una sociedad libre? La respuesta la dio una muchacha de color en los USA, “por primera vez en nuestras vidas seremos libres de pensar lo que queremos hacer” Una gran parte de las ideas de este pequeño ensayo han sido cogidas o sugeridas de los escritos de Marcuse. En estos momentos seguimos sin gobierno porque el PSOE intenta definirse y no puede apoyar abiertamente a la derecha. Tenemos por delante la labor de interpretar el cambio social que se manifestó en el 15M y comprobar que el alcance es suficiente.
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