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romanas en la Hispania bajoimperial, por Alejandro Beltrán
Localización geográfi ca de algunas unidades auxiliares romanas en la Hispania bajoimperial
Alejandro Beltran Ortega Archivo Epigráfi co de Hispania
Tras la conquista romana de la cornisa cantábrica y su pacifi cación a partir del gobierno de Octavio Augusto las diferentes unidades militares romanas fueron progresivamente trasladadas a otras zonas del Imperio hasta la llegada de la Legio VII, que desde su llegada se convirtió en la única unidad legionaria establecida en la península de forma permanente hasta el fi n del dominio romano. Asociados a ella se asignaron diferentes unidades auxiliares que complementaban las actividades desarrolladas por la legión por las diferentes regiones de Hispania. Dos de ellas, la Cohors I Celtiberorum y la Cohors II Gallica aparecen mencionadas en un controvertido documento de época bajoimperial llamado Notitia Dignitatum, una especie de informe administrativo realizado por las ofi cinas imperiales sobre la distribución de las diferentes unidades militares por todo el territorio imperial. Estas dos unidades presentan problemas para su localización espacial, una, la I de los celtíberos, por la difi cultad de situarla en una ciudad que supuestamente está casi abandonada, y otra, la II de la Galia, porque el documento no la sitúa en ningún lugar concreto. A través del análisis de la epigrafía y de los posibles restos arqueológicos de ambas cohortes intentaremos plantear una hipótesis sobre su posible localización en época bajoimperial.
La Cohors I Celtiberorum 1
La presencia de esta cohorte equitata en Hispania se atestigua desde el siglo II, si bien todo parece indicar que la unidad fue creada en el siglo I, posiblemente en época julio-claudia 2 . A pesar del hallazgo de epígrafes relativos a la cohorte y fechados en los años 132 y 163- 167 3 , los datos que tenemos apuntan a la posibilidad de que la cohorte estuviera acantonada en Britannia 4 durante parte del siglo II 5 , formando parte de las unidades auxiliares adscritas a alguna de las al menos tres o cuatro legiones estacionadas en la zona oeste y norte de la isla 6 , trasladándose puntualmente algunas vexillationes o bien la cohorte entera a la propia Hispania y a la provincia Tingitana (109 a 117), con el objeto de realizar alguna misión concreta pero temporal, regresando de nuevo tras cumplirla a su cuartel en las Islas Británicas 7 . Tras este periodo, la cohorte volvería a Hispania en algún momento entre el fi nal del siglo II y principios del III para mantenerse aquí hasta su disolución o aniquilación quedando asignada como unidad auxiliar milliaria de caballería de la Legio VII Gemina 9 . Esta parece ser la opción más probable 10 , descartando por tanto la alternativa de que hubieran existido dos cohortes con el mismo numeral y apelativo, una con sede en Britannia y otra con sede en Hispania, que a su vez sería la que se hubiera trasladado al norte de África en dos ocasiones puntuales. Parece mucho más factible la primera opción, ya que no se han hallado epígrafes coincidentes en el tiempo en diferentes provincias, y los intervalos entre unos y otros son de al menos cuatro o cinco años, además es frecuente la movilidad geográfi ca de este tipo de unidades para reforzar determinadas posiciones amenazadas por alguna incursión, sofocar posibles rebeliones o llevar a cabo cualquier otra misión de carácter militar. También se ha de tener en cuenta que la presencia de miembros de esta unidad fuera de su campamento base no tiene por qué signifi car el traslado de la unidad entera, sino que se puede tratar de una vexillatio concreta 11 , una situación conocida en otras unidades militares del Imperio. Sin embargo no faltan los autores que defi enden la existencia de dos unidades con el mismo nombre y de existencia paralela 12 . Así pues el orden de testimonios datables relativos a esta unidad dan la siguiente secuencia: Britannia 105 (CIL VXI 51) Tingitana 109 (CIL XVI 162) y 114-117 (CIL XVI 165) Britannia 122 (CIL XVI 69) y 127 (AE 1997, 1079) Hispania 132-138 Tingitana (tan sólo una vexillatio) 138 Britannia 146 (CIL XVI 93) y 158 (AE 1997, 1001) Hispania 167 (CIL II, 2552 = AE 1910, 3)
Como se puede observar ninguno de los testimonios es coincidente en el tiempo, lo que hace posible que se trate de una misma unidad. La cantidad de tropas acantonadas en Britannia hacían más posible que se trasladara temporalmente alguna unidad a otro punto de confl icto en el Imperio antes que trasladar tropas de puntos más desprotegidos.
Por tanto, tras su estancia en tierras britanas la cohorte sería trasladada a la provincia Gallaecia, quedando acantonada dentro del ager de Brigantia, exactamente en el yacimiento de Cidadela (Sobrado dos Monxes, A Coruña) como atestiguan los restos arqueológicos y epigráfi cos, así como la propia Notitia, volviendo
a trasladarse a fi nales del siglo IV o principios del V a algún lugar del territorio de Iuliobriga según este documento.
Pero los restos arqueológicos hallados en Cidadela 13 desvelan que el campamento donde se situó la cohorte presenta indicios de ocupación desde los años iniciales del siglo II 14 , lo que indica que hubo un asentamiento anterior de otra unidad militar antes de la llegada de la I cohorte de los celtíberos, si bien serán necesarias próximas campañas de excavaciones que aporten nueva luz sobre el origen del campamento. Lo que parece fuera de toda duda es la presencia de esta unidad en este campamento, como así lo acreditan las diferentes inscripciones alusivas a la cohorte halladas en el recinto 15 , y su estancia en el mismo parece, pues, establecerse hasta el fi nal del siglo IV 16 . momento, no ha dado ninguna información, ni sobre el estatuto jurídico de la civitas 18 , ni ningún otro dato que relacione directamente el yacimiento con la localidad mencionada por Plinio 19 y Ptolomeo 20 . Bien es cierto que la localización geográfi ca de los restos coinciden con las indicaciones de Plinio, y el hecho de haberse localizado a pocos kilómetros de allí varios termini augustales 21 que delimitaban los territorios correspondientes al ager Iulobrigensium y los prata de la Legio IV Macedonica, parecen indicar la relación entre el cerro de Retortillo y el enclave romano. Por otro lado no se conoce en la actualidad ningún yacimiento en el territorio cántabro de sufi ciente entidad como para suponer una alternativa al tradicional emplazamiento de la ciudad 22 . Por tanto, la correspondencia entre los restos hallados en Retortillo y el enclave de Iuliobriga parece admitido por la casi totalidad de los estudiosos.
Termini Augustal hallado en Camesa-Rebolledo © Alejandro Beltrán Ortega
Ara de Cidadela (AE 1984, 548 = CIRG I, 32 = IRG Isup. = HAE 1702 = HEpOL 13898) © Elpater
La posible función de esta cohorte durante su estancia en el territorium Brigantino pudo consistir en la defensa de la costa gallega y de su principal puerto (Brigantia) y en especial del paso de la zona baja costera hacia el interior 17 , en dirección a Lucus Augusti.
Por tanto la existencia de esta cohorte al menos hasta fi nales del siglo IV parece demostrada. Sin embargo su teórico traslado a Iuliobriga como informa la Notitia plantea mayores problemas.
En primer lugar se plantea cuál es la localización segura del enclave exacto que fue Iuliobriga. Tradicionalmente se suele corresponder con el yacimiento del cerro de Retortillo (Enmedio, S). La epigrafía, de Otro problema que se presenta en el estudio de la ciudad romana es la falta de materiales arqueológicos posteriores al siglo III 23 . Tan sólo el hallazgo de unos vidrios corresponde a una cronología entre los siglos IV y V. Todo esto parece indicar el abandono de la ciudad a mediados del siglo III, si bien desconocemos las causas 24 . El enclave pasaría a un estado marginal con una ocupación cuanto menos, mínima y sobrepuesta a las ruinas de los edifi cios anteriores. Todo ello hace dudar de la presencia de una cohorte entera en una ciudad en ruinas. Por otro lado también es evidente la falta de restos militares, no sólo asociados a la cohorte, sino a ningún tipo de estructura militar. No se han encontrado restos de campamentos, murallas, armas, ni cualquier otro elemento de la impedimenta propia del ejército.
Por tanto la cuestión es evidente, ¿era lógico el traslado de una cohorte entera a una ciudad semiderruida y en un estado de abandono? La respuesta parece negativa, a no ser que la cohorte se trasladara a un lugar indeterminado y aún no localizado del antiguo territorio de Iuliobriga 25 , que seguiría conservando esta denominación a falta de una reestructuración jurídica del territorio. Posiblemente el autor o autores de la Notitia, oriundo de la parte oriental del Imperio, desconocían la realidad urbana de la ciudad, pero mantenían la idea de la ciudad como unidad administrativa de la zona. Por tanto creo que la posibilidad más segura fue el traslado de la unidad desde Brigantia hasta algún lugar del territorio de la antigua Iuliobriga en los años fi nales del siglo IV o principios del V.
Como he dicho antes, no se han localizado restos de recintos campamentales, por lo que el supuesto asentamiento de la cohorte no se conoce. En este sentido podemos analizar los posibles lugares de acantonamiento de la unidad en relación a la posible función que vino a realizar al territorio cántabro. Esta misión, en mi opinión, estaría en relación con la de las otras unidades militares señaladas en la Notitia, esto es la vigilancia y custodia de la vía que unía la Meseta con la costa cantábrica, y en especial de los puertos de Suances, Santander y Castro Urdiales. A este respecto habría que mencionar la problemática que presentan estos enclaves. Tradicionalmente se han relacionado con los puertos romanos de Portus Blendium (Suances), Portus Victoriae Iuliobrigensium 26 (Santander) y Portus Amanum-Flaviobriga (Castro Urdiales). Estos lugares estarían unidos a la meseta por la vía que va desde Pisoraca (Herrera de Pisuerga) 27 hasta Suances, pasando por Iuliobriga y con un ramal que las uniría a Santander y Castro Urdiales, enlazando a su vez con la vía que atravesaría toda la costa cantábrica hasta unirse a la altura de Oyarzun 28 con la vía que entraba en las Galias hacia Burdigala y Augusta Treverorum.
Itinerario de barro, Via Legione VII Gemina ad Portus Blendium © Museo de Almeria
La vía que une Iuliobriga con Portus Blendium está atestiguada por la tablilla I del «Itinerario de Barro» 29 , y recibe el nombre de Via Legione VII Gemina ad Portus Blendium, siendo también conocida como la vía del Besaya, por transcurrir paralela a este río hasta su desembocadura en la bahía de Suances. La veracidad de este documento se ha puesto en duda, especialmente sobre esta primera tablilla, pero los últimos estudios parecen otorgarle veracidad. Este tramo ha sido bien estudiado recientemente 30 , y correspondería a un trazado de 68 kilómetros, sin ninguna mansio o parada intermedia hallada hasta el momento en toda la ruta. Al parecer la ruta no pasaría directamente por Iuliobriga, sino que se uniría a ella por un pequeño ramal, y en su ruta se han hallado varios miliarios 31 , así como restos de la misma, algunos de ellos en buen estado de conservación 32 . A lo largo de la ruta podrían encontrarse restos de posibles villa, como acreditan los vestigios de construcciones 33 , monedas de emperadores como Augusto, Adriano y Constantino, o restos de terra sigillata. En la propia Suances se acreditan restos romanos, pero a falta de una excavación más completa apenas se han hallado restos de cerámica, mosaicos y alguna moneda, fechadas todas en los siglos I-II 34 . Por tanto la vía parece que se construyó en los años del cambio de Era 35 , en el contexto de la pacifi cación de la región cántabra llevada a cabo por Augusto, pero la vía mantuvo su importancia y posiblemente se realizaron tareas de conservación y mejora por lo menos hasta bien entrado el siglo IV, como certifi can los miliarios 36 y las monedas encontradas 37 .
Así pues a pesar del teórico abandono de Iuliobriga, la vía que unía la Meseta con estos puertos cantábricos seguía manteniendo un interés evidente. Esta importancia podía deberse a varios factores. El traslado de la cohorte a esta zona implica el interés en la defensa de los enclaves por algún motivo, descartando, como indiqué antes, la existencia de un teórico limeshispanus frente a rebeldes astures, cántabros y vascones. La amenaza de ataques piráticos ha sido uno de los argumentos tradicionales 38 , si bien las fuentes no mencionan en ningún momento estos ataques hasta muy bien entrado el siglo V, y por supuesto tras la caída del litus saxonicum y la consiguiente desaparición de la classis britanica, la fl ota encargada de defender el canal de la Mancha. Creo que efectivamente el traslado de esta cohorte al territorio cántabro se debió al interés en la defensa de la costa, pero más que para protegerla de teóricos ataques piráticos, se inscribiría en la estrategia defensiva de la via annonaria, al igual que el resto de las unidades militares hispanas mencionadas en la Notitia 39 . No debemos menospreciar la importancia de estos puertos cantábricos en el traslado de la annona militar a las fronteras del norte de Europa 40 . Si bien la vía principal de estos suministros debía ir por tierra hasta la Galia y de ahí hasta la línea del Rin, es lógico pensar en el uso de los puertos del norte de Hispania para el traslado de mercancías destinadas a las tro
pas acantonadas en Britannia. El transporte marítimo sería, por supuesto, mucho más barato y rápido que el traslado hasta los puertos del norte de la Galia y el embarque hasta la costa inglesa a través del Canal de la Mancha. La cantidad de tropas estacionadas en tierras británicas 41 debía requerir un constante fl ujo de abastecimientos desde el continente. Por tanto creo que la cohorte se podría haber situado en algún punto cercano a la costa cantábrica, quizá en el propio Portus Victoriae Iuliobrigensium 42 (Santander o Suances como indiqué en una nota anterior), protegiendo el traslado de esta annona militaris, a través de la vía de Besaya y la propia costa, desplazándose a través de la vía de Agrippa que llegaba hasta la costa atlántica gallega por el oeste y la unía con la costa de la actual Francia a través del litoral vasco por el este. Por supuesto esta teoría queda a merced de nuevos hallazgos arqueológicos que nos permitan conocer nuevos datos sobre la teórica ubicación de esta cohorte en territorio cántabro.
3.2.4. La Cohors II Gallica 43
La única referencia que se conoce a esta unidad es la que hace la Notitia. La falta de testimonios epigráfi cos, añadido a que el documento no la sitúa en ningún lugar conocido hace que esta cohorte sea prácticamente desconocida. En paralelo al resto de los destacamentos mencionados se puede especular con la creación de esta unidad a fi nales del siglo I y principios del siglo II, quedando adscrita como auxiliar de la Legio VII Gemina. No existen otras cohortes en el Imperio con esta adjetivación 44 , lo que hace suponer que la unidad siempre estuvo acantonada en Hispania y su historia transcurre de forma paralela al resto de las unidades adscritas a la Legio VII 45 . Por otra parte también se desconoce el carácter de la unidad, pues no sabemos si se trataba de una unidad de infantería o de caballería.
Sobre el posible emplazamiento de la unidad se ha debatido mucho. Para García Moreno la cohorte se situaría en algún punto entre Rosinos de Vidriales (Zamora) y Lugo, como por ejemplo un antiguo campamento altoimperial de Castromao (Portugal). Para justifi car esta localización argumenta que la Notitia cita a las unidades en orden de este a oeste, y por tanto al estar situadas otras dos cohortes en estos puntos, la situación de la II Gallica debe colocarse en esta zona 46 . Otros autores, sin embargo la sitúan en las cercanías de la I Gallica 47 . La falta de hallazgos arqueológicos y epigráfi cos que confi rmen esta hipótesis deja en el aire la cuestión.
Otra alternativa ha sido la de situar la cohorte en Gijón, en el corazón del territorio astur, una hipótesis atractiva planteada por Fernández Ochoa 48 . Los recientes descubrimientos arqueológicos han puesto de manifi esto que la ciudad vivió una época de cierto esplendor durante la tardoantigüedad, relacionada especialmente con la actividad portuaria, como lo demuestran los hallazgos de monedas de oro romano-bizantinas de Honorio, Arcadio o Constantino II 49 . También habría que señalar la existencia de murallas de época tardorromana en la ciudad 50 , que podrían relacionarse con la presencia de la unidad. La muralla estaba constituida por un núcleo de opuscaementicium encofrado por dos paramentos de arenisca y calizas. Las torres eran semicirculares ligeramente peraltadas, a excepción de las de las puertas, que eran cuadradas. El estilo es similar al resto de las fortifi caciones del noroeste hispano. Otros hallazgos de la misma cronología son las termas o restos de estructuras domésticas de grandes proporciones 51 , asimismo se han hallado restos cerámicos de terra sigillata gálica tardía e importaciones orientales y norteafricanas que llegan hasta el siglo VI 52 . Uno de los hallazgos más signifi cativos es el de un taller metalúrgico para la transformación del mineral de hierro, con una cronología de fi nales del siglo IV o principios del V 53 . Es factible pensar que este mismo taller podría haberse usado para la fabricación de armamento a pequeña escala, pero más que sufi ciente para armar a una unidad encargada de la defensa de la ciudad 54 . La epigrafía no ha dado, de momento, ninguna inscripción que pueda atribuirse directamente a la presencia de elementos militares en la ciudad. Tan sólo un pequeño fragmento de ladrillo fragmentado con las letras CO podría relacionarse con las siglas de cohortis 55 , como en otros casos peninsulares.
Todo ello se puede enlazar con la estrategia defensiva para la protección de la annona militaris. La situación de Gijón, conectada por la vía de la costa con los puertos de la actual Cantabria 56 y con la Meseta por los pasos de montaña de la Mesa, la Coriza y de San Isidro de las vías interiores 57 , añadido a la creciente importancia de su puerto, permite pensar que la cohorte pudiera situarse en la misma ciudad o en sus alrededores. Sería posible la salida de los barcos de carga con destino a la costa norte de la Galia y a Britannia desde el puerto, de cuya protección se encargaría la cohorte. La tradición militar de los astures en el ejército romano es bien conocida, no en vano fue la región española que más soldados proporcionó al estado romano, según testimonia la epigrafía 58 . Este hecho, sumado al creciente localismo de las unidades limitáneas, puede apoyar la idea del establecimiento de una cohorte en territorio astur.
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NOTAS
1. Notitia Dignitatum Occidentis XLII, 30: Tribunus cohortes Celtiberae, Brigantiae, nunc Iuliobriga
2. Le ROUX, P., 1982, p. 151. Para el autor la fecha más probable es la del 68-70 d.C., la misma época de la creación de la Legio VII Gemina Felix, debido a la reorganización militar llevada a cabo en las provincias hispanas. SOLANA SAINZ, J. M., 2002, p. 100. La ausencia del cognomen Flavia le daría peso a esta cronología; de esta misma opinión son R OXAN, M., 1073, pp. 843 y 855 y SANTOS YANGUAS, N., 2006, p. 125 y CAAMAÑO GESTO, J. M., 1983, pp. 61-71. En este artículo el autor atribuye un origen norteafricano a la unidad. Por otro lado la inscripción de Villalís (Villamontán de la Valduerna, LE) (CIL II, 2553 = AE 1910, 4 = HEpOL 8046), hace referencia a cómo una vexillatio de la cohorte celebra el aniversario de la misma en el año 167, con lo que bien podría relacionarse con el centenario de la unidad. I(ovi) O(ptimo) M(aximo) / pro salute M(arci) Aureli Antonini / et L(uci) Aureli Veri Augustorum / ob natale(m) signor(um) vexillatio coh(ortis) I Celtib(erorum) sub cura Zoili / Augustor(um) lib(erti) proc(uratoris) et Val(eri) Flavi / (centuriones) coh(ortis) I Gall(icae) et Aeli Flavi b(ene)f(iciari) proa(uratoris) / Augustor(um) et Lucreti Mater/niimag(inferí) leg(ionis) VII G(eminae) F(elicis) et Iuli Se/duli tesserari c(ohortis) I C(eltiberorum) posita / idib(us) octobrib(us) impe(ratore) Aure/lio Vero III et Quadrato co(n)s(ulibus). MORENO PABLOS, Mª. J., 2001, pp. 80-81. La fi esta de la cohorte se celebraría el 15-16 de octubre, y sería la fecha en la que se entregó el estandarte ofi cial a esta unidad. Sin embargo Jiménez de Furundarena (J IMÉNEZDE FURUNDARENA, A., 2002, p. 103), propone una fecha entre el 88 y el 102, a raíz de la inestabilidad en el norte de África a fi nales del gobierno de Domiciano, aunque sí otorga una cronología neroniana a la «otra» cohorte celtibérica, que habría sido enviada a Britannia para sustituir a las tropas aniquiladas por la rebelión de Boudica.
3. Inscripción de Villalís (Villamontán de la Valduerna, LE) (CIL II, 2552 = AE 1910, 3 = HEpOL 8045). I(ovi) O(ptimo) M(aximo) / [pr]o sakute M(arci) Aureli An/[t]onini et L(uci) Aureli Veri / [A]ugustorum ob natale(m) aqu[i/l]ae vexillatio leg(ionis) VII G(eminae) F(elicis) / sub cura Licini Patern[i] / (centurionis) leg(ionis) eiusdem et Hermetis / Augustor(um) lib(erti) proa(uratoris) et Lu/creti Paterni dec(urionis) coh(ortis) / I Celt(iberorum) et Fabi Marcian[i] / b(ene)f(iciari) proc(uratoris) Augustor(um) et / Iuli Iuliani sign(iferi) leg(ionis) / eiusd(em) (ante diem) IIII id(us) iunias / Laeliano et Pastore co(n)s(ulibus). Esta inscripción se fecha en el año 163 ó 167 d.C., a su vez también nos informaría del carácter equitata de la cohorte, al constar la presencia de un decurio, Lucrecio Paterno, que aparece ostentando el mismo cargo en CIL II, 2555 = AE 1910, 5 = HEpOL 8048: I(ovi) O(ptimo) M(aximo) / pro salute M(arci) Aureli / Antonini et L(uci) Aureli Veri / Augustorum ob natale(m) [aprunculorum?] / milites coh(ortis) I Gall[i]c(ae)? / sub cura [H]e[r]met(is) Aug[ustorum / lib(erti) p]r[oc(uratoris)] et Lucret[i] Patern[i/ dec(urionis)] / coh(ortis) [I Celtib(erorum)?] et Ful[- - -].
4. Las referencias epigráfi cas relativas a la cohorte halladas en Britannia se fechan todas a lo largo del siglo II d.C. Éstas son: CIL XVI, 51; CIL XVI, 69;CIL XVI, 93; ZPE 117; BRLJ 79,1; RMD 184; CIL VII, 1243 = EE IX, 1285, todas ellas son diplomas a excepción de la última referencia, que corresponde a unos sellos latericios con las siglas C I C F hallados en la población galesa de Caersws, que algunos autores han desarrollado como C(ohors) I C(eltiberorum) F(ecit), y no como C(ohors) I C(ornoviorum) F(ecit). El hallazgo reciente en Ravenglass de un nuevo diploma militar (AE 1997, 1001) permite demostrar la presencia de la cohorte, junto con otras muchas, en la fecha del 27 de febrero del año 158.
5. Exactamente en el año 105 y el periodo entre el 122 y el 146, Roldán Hervás J. M., 1974, p. 221-222.
6. La gran cantidad de tropas romanas acantonadas en Britannia tenía como misión proteger la frontera norte de la isla de las incursiones de pictos y escotos (Muro Adriano y Muro de Antonino), así como de sofocar las constantes revueltas internas protagonizadas por los britanos, especialmente en la zona del actual Gales. Asimismo el ejército también se encargaba de la gestión y vigilancia de los abundantes recursos mineros explotados por la administración romana en tierras britanas.
7. Su presencia en esta provincia se acredita por el hallazgo de dos diplomas otorgados a militares que mencionan a miembros de la cohorte. CIL XVI, 162; CIL XVI, 165. Estos diplomas también le otorgarían el título de C(ivium) R(omanorum).
8. AE 1997, 1079. En este diploma militar de procedencia desconocida, pero con un posible origen balcánico, se nombran varias unidades militares. Entre ellas hay varias de
procedencia hispana, como la Cohors I Hispanorum, la I Hispanorum Asturum, la II Asturum, la III Bracaraugustanorum, la I Celtiberorum, todas ellas según el diploma estacionadas en Britannia en la fecha del 28 de agosto de 127.
9. Curioso es, sin embargo, el testimonio de un prefecto de la cohorte I de los celtíberos en una inscripción (IGR 500 II 40-60; Perea Yébenes, S., 2006, pp. 78-79) de Oeonanda, en la antigua provincia romana de Lycia, en la actual Turquía. En ella aparece [I]ulius Antoninus C. [Iu]lii Demosthenis que detenta el cargo de praefectus coh(ortis) I Hispanorum et coh(ortis) I Celtiberorum. La inscripción está fechada en época de Adriano. Este militar fue también tribuno de la legión IV Scythica, destinada en Siria, lo que demuestra que promocionó desde las cohortes auxiliares hasta el cargo legionario en el Este, donde erigió la inscripción con su carrera militar.
10. AJA SÁNCHEZ, J. R., 2002, pp. 96 y ss.
11. AJA SÁNCHEZ, J. R., 2002, p. 99. El autor hace referencia a la inscripción CIL II, 2553 = AE, 1910, 4, hallada en Villalís (León), una estela votiva dedicada explícitamente por una vexillatio de la cohors I Celtiberorum (vid. supra nota 2). También relaciona la tessera hospitalis de Castromao (AE 1972, 282 = HEpOL 6057) con una vexillatio y no con la cohorte entera.
12. Roldán Hervás, J. M., 1974, p. 221-222. El autor no cree probable que se trate de la misma unidad por «la especial contextura del ejército y las tareas asignadas a las tropas auxiliares de defensa de la frontera no permitían estos transvases», pero estos traslados de tropas eran constantes según las necesidades de cada momento, y el intervalo de tiempo es sufi ciente como para que ocurriese. Jiménez de Furundarena, A., 2002, pp. 101-103, defi ende también la existencia de dos unidades diferentes, cuya diferencia sería la titulatura conseguida por la cohorte hispano-tingitana de Civium Romanorum por sus servicios en el norte de África entre los años 88 y 102 al servicio de Domiciano. Sin embargo el autor admite con reservas que el intervalo de años es sufi ciente como para que se tratase de una sola unidad, aunque lo cree improbable.
13. Sobre el campamento romano de Cidadela ver Caamaño Gesto, J. M., 1998, pp. 1253-1263, así como toda su bibliografía anterior en relación a las excavaciones realizadas. También Jiménez de Furundarena, A., 2002, pp. 105-108.
14. CAAMAÑO, J. M., 1998, p. 1261.
15. AE 1984, 548 = CIRG I, 32 = IRG Isup. = HAE 1702 = HEpOL 13898. Restos de un ara de granito dedicado a una divinidad, que no se ha conservado, por un signifer de la cohorte. [- - - ]ri[- - -]/ro sign/ifer) c(ohortis) C(eltiberorum) / l(ibens) a(nimo); AE, 1986, 387 = CIRG I, 31 = HEpOL 13897. Se trata de un ara votiva de granito dedicada a la diosa Fortuna que reza lo siguiente: Fortu/n(a)e Val(erius) / Lupus / opt(io) / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito), aunque no menciona directamente a la cohorte, se da por supuesto al haberse encontrado dentro del recinto campamental. Se fecha a lo largo del siglo II; AE 1984, 549 = HEp 4, 356 = CIRG I, 33 = HEpOL 13899. Este fragmento de placa de granito se halló al sur del campamento y su lectura es: [- - -]/ [- - -Caecil?]io Se/[vero?- - -] Q(uintus) Coe/[lius- - -] et Q(uintus) Ce/[ionus?- - -] I c(o)hor(s, -tis) /[C(eltiberorum) - - ] / - - -. Su mal estado de conservación hace que los nombres sean muy inseguros, pero en lo que se coincide plenamente es en la lectura del nombre de la cohorte.; AE 1984, 550-551 = HEpOL 6821-6829. Son 16 marcas militares con el nombre de la cohorte, con diferentes partes conservadas; HAE 1962 = AE 1912, 13 = AE 1952, 114 = IRG III, 17 = CIRG I, 34 = HEpOL 18639. Esta inscripción funeraria no menciona a la cohorte, pero presenta esculpido al difunto junto a un caballo y sosteniendo en sus manos lo que podría ser un pileus y sobre él rayos y estrellas, por lo que algunos autores han querido ver a un jinete de la unidad militar. También se ha identifi cado la fi gura como una posible referencia al culto a los Dióscuros. D(is) M(anibus) S(acrum) / Iulio Seve/riano anno(rum) / XLVII memo/riam posuit coniugi ka/rissimo Pl/ acidia Lupa / defuncto in / valle Mini. La inscripción se fecha no antes de la mitad del siglo II y con más probabilidad en el siglo III; BLÁZQUEZ, J. M., 1975, pp. 104-105, fi g. C. Esta estela fragmentada presenta un caso similar al anterior, tan sólo conservamos el texto D M S, pero el relieve esculpido muestra a un individuo con una estrella sobre la cabeza sosteniendo un caballo en las manos. Blázquez lo asimila con el culto a Helios, pero bien podría tratarse de otro jinete de la cohorte. Se fecha en el siglo III.
16. Los restos hallados parecen prolongarse hasta fi nales del siglo IV, siendo reocupado el yacimiento por población civil hasta época medieval (Caamaño Gesto, J. M., 1998, p. 1262).
17. En este caso las vías XIX y XX del Itinerario Antonino.
18. Teja, R. y Iglesias Gil, J. M., 1992, pp. 317-318. Lo más probable es que la ciudad se fundara sin estatuto privilegiado, es decir, como civitas stipendiaria. Plinio la califi ca como oppidum (N. H., 3, 21). La ciudad probablemente recibiría el ius Latii en época fl avia (Plinio, N. H.,III, 30. Universae Hispaniae Vespasianus Imperator Augustus iactatus procellis reipublicae Latium tribuit), como el resto de la Península Ibérica, coincidiendo con la fundación de Flaviobriga en la costa. Algunas inscripciones fechadas en el siglo II y repartidas por todo el territorio hispano mencionan a ciudadanos romanos procedentes de Iuliobriga, lo que puede indicar el estatuto de la ciudad en esta época, que coincidiría con su época de máximo esplendor.
19. Plinio, N. H., III.21: Iberus amnis navigabili commercio dives, ortus in Cantabris, haud procul oppido Iuliobriga, per CCCCLM pass. Fluens: navium per CCLXM a Varia oppido capax, quem propter universam Hispaniam Graeci apellaver Iberiam.
20. Ptolomeo, Geogr. II, 6, 50.
21. Se trata de 21 términos que repiten su texto de manera invariable: TER(minus) AUGUST(alis) DIVIDIT PRAT(a) LEG(ionis) IIII ET AGRUM IULIOBRIG(ensium). Todos se hallaron al sur del enclave cántabro en una línea de unos 10 kilómetros que sigue la línea del Ebro.
22. Tan sólo el yacimiento de Camesa-Rebolledo podría aportar restos de sufi ciente entidad como para suponer una alternativa (es una posible villae), pero la falta de más datos arqueológicos y su situación al sur de las localizaciones de los termini augustales parecen descartar esta hipótesis. Por otro lado su cronología no parece anterior al siglo II. El yacimiento parece sufrir un abandono en el siglo III, al igual que Iuliobriga, siendo reocupado de forma marginal entre los siglos IV y V y más cercana al río Camesa Sobre este yacimiento ver Illarregui Gómez, E., 1998, pp. 559-583. Las últimas prospecciones y el estudio de la fotografía aérea parecen sugerir que el yacimiento es bastante más grande de lo que se creía y que tenía un rango plenamente urbano (Fernández Vega, P. Á. et alii, 2004, p. 64), si bien los restos cerámicos no dan una cronología más allá del siglo III (Pérez Rodríguez-Aragón, F. y Ramírez Sádaba, J. L., 2003, p. 155), lo mismo que ocurre con los metálicos (Fernández Ibáñez, C., 2003, pp. 199-200).
23. Teja, R. y Iglesias Gil, J. M., 1992, p. 316. Fernández Ibáñez et alii, 2005, p. 148, también señala la situación de semiabandono de la ciudad a partir del siglo III d.C., con la ruina del foro.
24. Teja, R. y Iglesias Gil, J. M., 1992, p. 318. De momento no se conocen razones aparentes de este abandono, así como tampoco se han hallado restos de destrucción por incendio o saqueo como parecían sugerir otros autores anteriores relacionándolo con las invasiones del siglo III.
25. Teja, R. y Iglesias Gil, J. M., 1992, p. 314. Ambos investigadores, dado el actual estado de las investigaciones, niegan la posibilidad del asentamiento de la cohorte dentro del recinto urbano conocido hoy.
26. Ambos puertos son mencionados por Plinio, N. H., IV, 111. Esta identifi cación no es segura, ya que los restos hallados tanto en Suances como en Santander no presentan relación directa con ambos enclaves. De hecho en un estudio reciente J. R. Aja Sánchez propone la teoría de que el Portus Victoriae Iuliobrigensium podría situarse en la bahía de Suances, junto a la desembocadura del Besaya, lo que encajaría perfectamente con la descripción de Plinio que sitúa el puerto a 40 millas (60 kilómetros aproximadamente) del nacimiento del Ebro (Plinio, N. H., IV, 110. Portus Victoriae Iuliobrigensium, ab eo loco fontes Hiberi XL passum). Pero la falta de un verdadero estudio arqueológico de ambos yacimientos impide poder situar con exactitud ambos enclaves. Iglesias Gil, J. M. ― Muñiz Castro, J. A., 1992, pp. 54-60; los autores defi enden el protagonismo de Portus Blendium como primer puerto de desembarco y aprovisionamiento de las tropas romanas durante las Guerras Cántabras y base militar provisional de la classis Aquitana, y si bien después fue sustituido por el nuevo emplazamiento en la bahía de Santander, creado tras la victoria sobre cántabros y astures, de mayor ventaja geográfi ca (puerto ideal de toda la franja cantábrica), el puerto de Suances habría mantenido su importancia gracias a la incipiente actividad minera de la zona adyacente, especialmente de la actividad de las minas de Reocín. Por otro lado los autores localizan la montaña rica en hierro mencionada por Plinio con Peña Cabarga, en las cercanías de Santander. Por tanto los autores siguen la identifi cación tradicional, descartando tajantemente la teoría que asocia Portus Victoriae Iuliobrigensium con el puerto de Santoña/Laredo, si bien no descartan del todo la relación con Suances. Defensor de la identifi cación con Suances es Solana Sainz, J. Mª, 2004, p. 161-167, que analiza también los argumentos a favor y en contra de Santander y Santoña.
27. Esta vía sería la llamada Via Asturica Burdigalam o Via de Hispania in Aquitaniam, que iba desde AsturicaAugusta (Astorga) hasta Burdigala (Burdeos) y la denominada Via de Italia in Hispanias que uniría Legio (León) con Caesaraugusta (Zaragoza) y Tarraco (Tarragona) para continuar por la ViaAugusta hasta Italia. Ambas vías se unirían a la altura de Virovesca (Briviesca).
28. Esta vía aparece en la Cosmographia del Anónimo de Rávena (Libro IV, Cap. 4), y según el documento el trazado de esta «Vía de Agrippa» abarcaría desde Brigantia (A Coruña) hasta Ossaron (Oyarzun).; Iglesias Gil, J. M. y Muñiz Castro, J. A., 1992, p. 184. Los autores no descartan la existencia de esta vía, pero sí la ponen en duda por su complejidad geográfi ca.
29. IRPLe 328a = AE 1921, 6 = ERPLe 339 = HEpOL 14527, hallado en Astorga (LE). [Via] L(egione) VII Gemina ad / Portum Ble(n)deum / Rhama VII Mi(l)ias / Amaia XVIII / Villegia V / Legio I[III] V / O[c]ta[v]iolca V / Iuliobriga X / Aracillum V / Portus Blen[dium] / [C(aius) Lep(idus) M(arci fi lius) Vivir.
30. Iglesias Gil, J. M. y Muñiz Castro, J. A., 1990, pp. 277- 292.; Vega De La Torre, J. R., 1990, pp. 431-442.
31. ERCan, 34 = HEpOL 14558. Miliario hallado en Pedredo de Iguña (Cantabria), fechado entre los años 270-275, que reza: IMP(eratori)CAIISARI LUCIO / DOM(itio) AURELIA/ NO PIO FELICI / INVICTO AUG(usti). {II por E}. La fragmentación de la pieza y la falta de menciones a distancias o localidades han hecho pensar a algún autor sobre la posibilidad de que tratara de una pieza honorífi ca al emperador.; CIL II, 4885 = ERCan 36 = HEp 7, 277 = HEpOL 10425. El miliario de Requejo también se ha considerado como honorífi co, pero en opinión de J. R. Vega De la Torre, su proximidad al nacimiento del Besaya le hacen catalogarlo como miliario. [- - -]/ TINO PIO / VICTORI / MAXIMO / SEMPER / AUGUSTO. El hecho de que actualmente se halle en paradero desconocido impide un estudio más detallado del mismo, si bien se le ha dado una fecha aproximada en torno al 312, cronología que algunos autores llevan hasta el periodo 324-337 (Solana Sainz, J. Mª, 2004, p. 165); CIL II, 6344 = HEp 7, 665 = HEpOL 12676. Otro miliario encontra-
do en Menaza (Palencia) y fechado en el 12 d.C. tampoco está situado en la misma vía, pero como en los anteriores este mismo autor lo relaciona con las vías de Cantabria. IMPCAESAUGUSTO / PONMAXTRPOT / XXXVIIMPXXCOSXIII/ [- - -]; ERCan 45 = HEp 4, 270 = HEp 5, 290 = HEpOL 14567. El último miliario, procedente de Camesa (Valdeolea, Cantabria), parece claro no pertenecer a esta vía, también muy fragmentado su posible lectura sería la siguiente: Frag. 1. [I]MP(ERATORI) CAE[S(ARI)]/[G(AIO) ME]SSIO/ [Q(UINTO) TR](A)I(A)[NO]/D[ECIO(?) INVICTO PIO] Frag. 2. [- - -]FELI[CI]/(A)UG(USTO) P[ONT(IFICI MAX(IMO)]/[TR]IB(UNICIA) P[OT(ESTAE) II-III/ CO/ N)S(ULI) II P(ATRI) P(ATRIAE) / PROCO(N)S(ULI)]. Su cronología se situaría entre los años 249 y 251.
32. Especialmente bien conservado se halla el trazado entre Somaconcha y Pie de Concha, de unos 6 kms, con un anchura variable entre 3 y 4,10 metros y las tres capas clásicas de la estructura de la calzada en muy buen estado.
33. Serían los casos del posible castro romanizado de Cañeda y de la tradicional identifi cación de Aradillos con el Aracillum mencionado por Orosio (Hist. adv. pag., VI, 21, 5).
34. Vega De La Torre, J. R., 1990, p. 434.
35. Iglesias Gil, J. M. y Muñiz Castro, J. A., 1992. Los autores defi enden el origen militar de esta vía en el contexto de las operaciones militares de Augusto durante las guerras cántabras.
36. En el tramo de la vía que va hacia Pisoraca, en Celada Malantes (Enmedio) se halló otro miliario de fi nales del siglo III (ERCan 35 = HEp 4, 268 = HEpOL 14559): (IM)P(ERATORI) CAES(ARI) (M(ARCO) / (AU)R(ELIO) CAR(O o INO?) P(IO) F(ELICI)] (IN)VICTO (AUG(USTO)) / (P(ONTIFICI) M(AXIMO) TRIB(UNICIA) P(OT(ESTATE)) (P(ATRI) P(ATRIAE) CO(N)S(ULI). Este miliario demuestra la importancia de la vía en los años fi nales del siglo III (la cronología sería del 282-283), a pesar de la teórica marginalidad del territorio cántabro, y más aún en una época de crisis como la de este siglo.
37. Vega De La Torre, J. R., 1990, p. 439. En Flaviobriga también se han hallado restos fechables hasta el siglo V d.C. y posteriores (Solana Sainz, J. Mª, 2004, p.183).
38. Esta hipótesis ha sido defendida entre otros por el propio J. R. Vega De La Torre, 1990, p. 439.
39. La relación entre las unidades militares del norte hispano y la recaudación de la annona ya han sido planteados por Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, A., 2002 y 2005, así como por Morillo Cerdán, A., 2005, p. 174.
40. Iglesias Gil, J. M. y Muñiz Castro, J. A., 1992, pp. 193- 194. Los autores resaltan la importancia de la ruta marítima que iba por la costa cantábrica a través del sinus Aquitanus hacia Burdigala, para remontar el Garona hasta Toulouse para adentrarse en el Midi francés siguiendo el Aude hasta llegar a NarboMartius y después a la península itálica. Por tanto si esta vía se utilizaba para unir los puertos del cantábrico con Roma por su menor costo en dinero y tiempo que la vía terrestre convencional, es lógico pensar en una vía marítima tanto para unir la costa norte de España con las Islas Británicas, como con toda la costa gala.
41. Por lo menos hasta su abandono defi nitivo por las tropas regulares romanas tras la usurpación de Constantino III en 406. Pero poco antes el propio Estilicón había reclutado una considerable tropa de federados bárbaros (especialmente alamanes y francos) para reforzar la defensa de la isla, los denominados honoriaci.
42. Iglesias Gil, J. M. y Muñiz Castro, J. A., 1992, p.64 y 69-70. En Santander se han hallado restos cerámicos, vidrios, bronces y hierros, así como restos de un recinto termal datados en el siglo IV. Asimismo los restos hallados en Portus Amanum-Flaviobriga (Castro Urdiales) se alargan hasta el siglo V, lo que parece indicativo de la ocupación y mantenimiento de la actividad en la costa cántabra en la tardoantigüedad, lo que apoyaría el traslado de la cohorte a la zona.; Fernández ochoa, C., 1999, p. 80. La autora hace mención del hallazgo de un muro de tres metros de espesor construido con sillares reutilizados bajo la catedral y que podría haber formado parte del costado occidental de una fortifi cación tardorromana.; García de castro, F. J., 1995, p. 64. El autor resalta la continuación del poblamiento en los alrededores de Suances con el hallazgo de una inscripción votiva en Pico Dobra (Torrelavega). AE 1950, 26 = AE 1951, 2 = ERCan 4 = ERCan 84a = HEp 1, 223 = AE 1998, 770 = HEpOL 14531. CORNE(lius) VICANUS / AUNIGAINUM / CESTI(i) F(ilio) ARA(m) / POSSUIT DEO / ERUDINO X K(alend)IS / AUGU(sti) MA(llio) EU(tropio) / CO(n)S(ulibus). Por el consulado este ara se fecha en el año 399.
43. Notitia Dignitatum Occidentis XLII, 28: Tribunus cohortis secundae Gallicae, ad cohortem Gallicam.
44. El resto de las cohortes con adjetivo de la Galia reciben el título de Gallorum, tan sólo la unidad del apartado anterior y esta tiene este sobrenombre (Roldán Hervás, J. M., 1974, p. 219).
45. La cronología fl avia para la llegada de la cohorte a Hispania le viene dada por la posibilidad de que llegara junto a la cohors I Gallica, de la cual si hay testimonios epigráfi cos que según la Notitia estaba acantonada en Veleia (Iruña, VI). (Roldán Hervás, J. M., 1974, p. 219; Santos Yanguas, N., 2006, p. 126).
46. García Moreno, L. A., 2002, p. 628. El autor se apoya también en una hipótesis de Le Roux (Le Roux, P., 1982, p. 149), que a su vez cree que quizá la cohorte se instalara alejada de cualquier punto habitado de importancia y que su propia titulatura diera lugar al topónimo del lugar. Esta teoría no se constata con ningún topónimo conocido que pueda pensar en una evolución del nombre de la cohorte.
47 Solana Sainz, J. M., 2002, p. 104.
48 Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, Á., 2002, p. 583.
49 Fernández Ochoa, C., 1982, p. 207.
50 Fernández Ochoa, C. y Morillo Cerdán, Á., 2002, p. 580. La datación de las murallas de Gijón se establece entre fi - nales del siglo III y principios del siglo IV; Fernández ochoa, C., 1999, p. 78. La muralla bajoimperial rodea la península de Santa Catalina, dejando fuera la fábrica de salazón.
51 Fernández Ochoa, C., 1999, p. 78.
52 Los hallazgos cerámicos ponen de manifi esto el mantenimiento de las vías comerciales entre Aquitania y Gijón, así como la ruta entre el Mediterráneo y los mares del Norte (Fernández Ochoa, C., 1998, p. 1122).
53 Fernández Ochoa, C., 1998, p. 1121; Fernández Ochoa, C., 1999, p. 78. La variedad de escorias recogidas inducen a pensar en una completa actividad metalúrgica.
54 La falta de fábricas de armas ha sido otro de los argumentos esgrimidos por Arce para negar la existencia de unidades militares romanas en Hispania a principios del siglo V (Arce, J., 2005). En contra de este argumento Sanz (Sanz Serrano, R., 2006, pp. 125-148) ha planteado que en estos civitates y castella, así como en las grandes villas existían estos talleres metalúrgicos donde se podían fabricar las armas para equipar tanto a los ejércitos privados como a estas otras tropas.
55 ERA 68a/2. El fragmento de ladrillo de «pasta ordinaria», y partido por la derecha, fue hallado en Campo Valdés (Gijón). No se conserva el original, sino tan sólo el dibujo realizado por Fita.
56 Fernández Ochoa, C., 1982, pp. 54-57.
57 Fernández Ochoa, C., 1982, pp. 41-53.
58 Fernández Ochoa, C., 1982, p. 380. Sin embargo son muy escasas las inscripciones militares halladas en el propio territorio asturiano. Apenas destacan dos halladas en Ujo (Mieres, O) (CIL II 5733 = ERA 8 = Roldán 616 = HEpOL 12046): Lucius / Corona S/everus m/iles leg(ionis) VII / Gem(in)ae |(centuria) Ve/tti et Octa/via Procula / v(otum) s(olverunt) l(ibentes) m(erito). La inscripción se fecha entre los siglos II y III. Destaca la falta de una divinidad a quien estaría dedicada este ara votiva. (AE 1926, 27 = AE 1926, 88 = AE 1935, 12 = AE 1936, 57 = AE 1937, 81 = AE 1939, 127 = ERA 22 = HAE 1666 = Roldán 419 = HEpOL 6371): G(aio!) Sulpicio Ursulo / praef(ecto) Symmachi/ariorum Asturum / belli Dacici |(centurioni) leg(ionis) / I Minerviae P(iae) F(idelis) / |(centurioni) coh(ortis) XII urba/nae |(centurioni) coh(ortis) IIII / praetoriae p(rimo)p(ilo) / leg(ionis) XIIX praef(ecto) / leg(ionis) III Aug(ustae) / G(aius!) Sulp(icius) Afr(icanus) pos(uit). En esta inscripción se narra el cursus honorum de G. Sulpicio Ursulo desde centurión de la Legio I Minervia Pia Fidelis hasta prefecto de la Legio II Augusta. El epígrafe se fecha en el siglo II, debido a la participación del militar en las campañas dácicas de Trajano ( IIª Guerra Dácica 105-107), aunque podría tratarse de la campaña de tiempos de Cómodo, como apunta Roldán (Roldán, 1973, p. 283). El cargo que más llama la atención es el de prefecto de los symmachiariorum asturum, un tipo de tropas bárbaras, sin formación ni instrucción romanas, que actuaban como aliadas de las legiones. Su estatus se podía equiparar en parte a los auxilia, ocupando el escalafón más bajo de las unidades del ejército romano (Fernández Ochoa, 1982, p. 234). La unidad estaría constituída por quinientos soldados, pero desconocemos si este cargo encabeza o termina el cursus honorum de este personaje (Diego Santos, 1985, pp. 91-92), que cree que esta unidad astur debía ser de caballería, equitum o alae, pues su puesto anterior es superior al de prefecto de cohorte de infantería. Sin embargo un estudio reciente (Jiménez de Furundarena, A. y Rodríguez González, J., 1991, pp. 83-90), plantea que esta lápida es una falsifi cación de época, y que el soldado sirvió en el Ala I Asturum, cambiando el nombre por la buena fama ganada por algunas unidades de symmachiarii y de las nationes de cántabros, habiendo ascendido desde eques a decurio. El primopilato sería inventado por tratarse de la legión XIIX, unidad desaparecida tras el desastre de los bosques de Teotoburgo y cuyo número fue retirado del ejército romano. Toda la inscripción habría sido falseada y manipulada para demostrar el orden ecuestre de su sucesor.