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en fuentes documentales antiguas, por Jesús Rodríguez
BUSCANDO VÍAS ENTRE LOS PAPELES. MILIARIOS Y MONEDAS ROMANAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID EN FUENTES DOCUMENTALES ANTIGUAS 1
Jesús Rodríguez Morales
1. - MILIARIOS
La identifi cación del trazado de las vías romanas por el centro de la Península, ya de por sí complicada, cuenta con el problema añadido del escasísimo número de miliarios que se han conservado. Cada uno de ellos es un documento precioso del que hay que extraer el máximo de información posible. La mayor parte de aquellos de los que nos han llegado referencias han desaparecido físicamente y sólo se conserva noticia documental de ellos. 2
1. 1. El posible miliario de la Puerta de Moros en Madrid
Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista de la época de Carlos V y natural de Madrid, nos dejó en sus Quinquagenas (FERNÁNDEZ DE OVIEDO, 1989) registro de un posible miliario madrileño, que estaría situado en la Puerta de Moros, que se abría al SE del recinto cristiano de la villa: «Quando yo fuy mancebo desee saber e inquerir las antigüedades del fundamento de Madrid, e como no halle por su mucha antigüedad en «scritis», bolvime a conjeturar e mirar si en sus edifi cios toparia algun vestigio. E tope memorias de piedras esculpidas de letreros que dan noticia del tiempo de los romanos, que poseyeron a España.»
Entre las inscripciones que vio, seguramente alrededor de 1500, nos interesa sobre todo «una que avia estado enterrada cerca de la Puerta de Moros; la qual era tosca, rolliza y de forma de coluna, mas alta que un estado de hombre», en la que se podía leer, según su testimonio, la inscripción SERTORIS.
La forma: rolliza,«fuerte duro, redondo, como en fi gura de rollo» 3 , de forma de columna, y el tamaño, más alta que la estatura de un hombre, corresponden bien a un miliario.
Ciento veinte años después, Jerónimo de la Quintana (QUINTANA, 1629: I, 13, fol. 17 r.), nos da noticia de la misma pieza; según él «Algun Mayordomo, o algun Regidor de la Villa, puso esta piedra atravesada en medio de la misma Puerta de Moros, donde la injuria de los carros y las cavalgaduras que entraban y salian por ella, la maltrato, de suerte que a pocos años no se podria leer cosa.» Es decir, la inscripción se había traído de donde estaba enterrada, cerca de la Puerta de Moros, y se había colocado debajo del dintel de la salida del portillo, de forma que, en cien años y por el trajín del paso de llantas y herraduras, las letras que se podían leer en tiempos de Fernández de Oviedo se habían desgastado, de forma que Quintana ya no pudo reconocerlas.
Hübner recogió la inscripción en el C.I.L. II, con el número 3056, pero sin hacer ningún comentario a la misma y fue Fidel Fita (FITA, 1910) el que primero creyó que se trataba de una piedra miliaria, relacionándola con la de Valtierra.
Este miliario trajaneo no se conserva físicamente, y las noticias que tenemos de él nos han sido transmitidas por dos fuentes del siglo XVI, la contestación de Arganda a las llamadas Relaciones topográfi cas de Felipe II y las Antiguedades de las ciudades de España de Ambrosio de Morales.
La primera dice así (ALVAR EZQUERRA, 1993: I, 175):
«... Hallose en un pilar, en la casa de Pero Hernández, vecino de el, un letrero antiguo, que el susodicho dijo haberle traido del despoblado de Valtierra, que tiene las letras siguientes y apuntacion:
IMP. NERVA. CAESARAVGV.TRA IANVS. GER. PONT.MAX.TRIB. POTEST.IIII.COS.II.RESTI TVIT.ACOMP.XIIII
Cuya declaración no entendieron.»
En cuanto a la segunda, Ambrosio de Morales (MORALES, 1575: f. 33 y p. 54) da una versión casi idéntica, aunque con distinta distribución de renglones:
«IMP.NERVA CAESARAVG. TRAIANVS. GER.PONT. MAX.TRIB. POT.IIII P.P. COS.II RESTI. TVIT A COMPL. XIIII»
Dice en castellano lo mismo que el mármol pasado [el miliario también trajaneo de la Barca de Los Santos, que inserta más atrás] sino que se lee el número de los consulados, y es quatro, y acaba con estas palabras: Restituyó este camino en las catorce millas que hay desde Compluto hasta aquí.»
La versión de Morales, por la propia naturaleza de la obra y la personalidad del escritor es más fi able que la del informante de la encuesta de Felipe II.
Fita (FITA, 1910), partiendo de la lectura de Morales del miliario de Valtierra, fue el primero en suponer que, a partir de lo que se podía ver en la piedra de la Puerta de Moros, que «estaría sumamente gastada, y de los vocablos, esparcidos en dos renglones, un lector, nada experto, compuso la palabra SERTORIS», cuando en realidad se trataría de un miliario como el de Arganda- Valtierra, en el que se habrían leído mal las líneas: GER.POnt/ max.tRIB.
Lostal (LOSTAL PROS, 1992: 65), siguiendo a Fita, afi rmó que la pieza podía ser un miliario de Trajano, de fórmula similar a los tres de Alcalá, aunque, para él SERTORIS saldría de un hipotético GER.POnTIF.
afán decorativo o anticuario. Si Lostal tiene razón en su hipótesis, la pieza estaría, como las otras tres, relacionada con Complutum, puesto que sería de una vía, la XXV, que pasaba por allí.
En 1995 la revista Hispania Epigraphica (HISPANIA EPIGRAPHICA, 1995: 552, p. 144) reseñaba la nueva transcripción de Lostal: «El autor reconoce el carácter hipotético de su restitución, y lo único que puede sostenerla es la relativa abundancia de miliarios de Trajano en la zona centro en torno a Complutum. El miliario se fecharía entre el 10 de diciembre del año 99 y el 9 de diciembre del año 100.» Stylow, de forma lapidaria, afi rma sobre la nueva lectura: «Restitución sin fundamentos».
Por nuestra parte el año pasado presentamos (RODRÍGUEZ MORALES, 2007, 27-28) una posible lectura ligeramente diferente de la pieza:
«Por lo tanto, cabría plantear —por ahora como hipótesis— la existencia de una vía secundaria que pasaría por allí [por el lugar en que la antigua N-II cruza el río Torote], sin la cual difícilmente se explica el emplazamiento precisamente en este sitio del monumento funerario en cuestión. Desde allí, la vía seguiría en dirección a Madrid, pasando por Torrejón de Ardoz y Barajas, de donde poseemos testimonios epigráfi cos sueltos, dando acceso a las numerosas villae que sal-
» El lugar en donde se reconoció la pieza, una de las puertas de entrada a la ciudad medieval, y el uso que se le había dado, como piedra del pavimento, abundan en su hallazgo muy cercano, ya que no parece que se trate, como otras inscripciones de las que hay noticia en Madrid, de una pieza traída de los alrededores con
«La lectura que dan las fuentes, SERTORIS, sería fruto del afán de los anticuarios del XVII de buscar un pasado glorioso a Madrid y provendría de un error al leer una piedra muy gastada; la formula podría ser más bien GER(manicus) PONT(ifex), 4 pudiendo fácilmente confundirse GER.PONT. con SER TORI(S).
» De Madrid a Complutum el camino iría por el camino antiguo de Alcalá y cruzaría el Jarama por el Puente de Viveros, documentado desde el s. XIII.»
Muy recientemente también, después de reexaminar y reubicar un epígrafe de la zona de Alcalá, Stylow (STYLOW, 2006) plantea la probabilidad de la existencia de una vía romana de Complutum a Madrid:
Probable aspecto del posible miliario de la Puerta de Carros, sobre la lectura de Ambrosio Morales (1575) del miliario de Valtierra
picaban las fértiles vegas del Henares y Jarama. No parece descabellado pensar que esa vía hubiera cruzado el solar que ocuparía la Madrid medieval, desde luego habitado en época romana, como se deduce de la serie de inscripciones procedentes de allí, para tras pasar el Manzanares, conectar con la gran calzada que venía de Segovia por el puerto de la Fuenfría y se dirigía a Titulcia.»
Desde luego el argumento más claro a favor de esa vía sería la existencia del miliario de Puerta de Carros —negada por Stylow— , para lo que creo que tenemos que volver a examinar con cuidado —como hacemos aquí— el problema de la naturaleza de la inscripción.
1. 2. Los miliarios de la mojonera entre Guadarrama, Alpedrete y Collado Mediano
En 1630, junto al camino real de Segovia, entre los términos de Guadarrama, Alpedrete y Collado Villalba, según refi eren Blázquez y Sánchez Albornoz (BLÁZQUEZ Y DELGADO- AGUILERA y SÁNCHEZ ALBORNOZ, 1918: 10), había «tres hitos de piedra redondos y del altor de un ombre hincados en el suelo», uno junto a una fuente de piedra, otro lindando con el ejido de Guadarrama y el otro en lugar no explicitado. Según Blázquez y Sánchez Albornoz, que consultaron el documento y lo transcribieron, estaban descritos en un amojonamiento de 1630 conservado en el archivo municipal de Guadarrama 5 , y se trataba de tres miliarios.
De uno de ellos tenemos una nueva referencia que presentamos aquí, en un documento en torno a 1500. En «Dos piezas del pleito entre El Campillo y Monesterio con Manzanares el Real (Madrid) y su condado, sobre términos de la Sierra de Garganta, llamada también «Cuelgamures» 6 , documento sin fecha, pero que fue escrito, con seguridad, entre 1490 y 1510, se contienen en la probanza los testimonios de habitantes de la zona, que describen la mojonera y jurisdicción propia de las aldeas de Campillo y Monesterio, situadas junto al río Guadarrama. En ella aparecen los testimonios siguientes:
«... e dende al Prado del Herbazal, donde está una piedra cavallera sobre otra en la vereda que va de San Bartolome a los lugares que estan por termino de San Bartolome, e dende a un canto 7 questa en medio del camino real, que es un marmol redondo donde solia estar una cruz de piedra...» 8
El testigo está describiendo el límite oriental del término de El Campillo-Monesterio, lindando, como dice otro: desde «abaxo dela puente del Herreño, e de ay a un arroyo que viene entre el Alpedrete y la dehesa de Monesterio, e de ay a las Cabeçuelas...» 9 , es decir, aproximadamente los límites actuales por el NE del de San Lorenzo de El Escorial, que contiene los términos antiguos de Campillo y Monesterio, comprados por Felipe II en 1594, puesto que su término municipal comprende los antiguos del Monasterio de San Lorenzo, que pasaron a ser los del municipio escurialense (SÁNCHEZ MECO, 1995).
Es interesante la descripción de la piedra que estaba en medio del camino real, que era un mármol redondo, al que se había colocado una cruz encima.
Límites de MonesterioCampillo, sobre el M.T.N. 1: 50.000, 533, El Escorial., 1877.
«Marmol: figuradamente se toma por las colunas, porque suelen ser muchas veces de esta materia y tambien se llaman assi las inscripciones y sepulcros de los mismos» 10 .
Cuando dice mármol quiere decir columna o inscripción en piedra. Es la misma palabra que utilizó Ambrosio de Morales: «Dice en castellano lo mismo que el mármol pasado», para hablar del miliario de la Venta de Meco, y esto nos lleva a pensar que estamos ante la referencia más antigua conocida a los probables miliarios de la mojonera entre Guadarrama, Alpedrete y Collado Mediano, que estaban al borde del camino, hoy Cañada Real Segoviana.
1. 3. Los miliarios de la Fuenfría
1. 3. 1. El miliario de Decio La recuperación de este miliario y de otro más pequeño, fue obra del ingeniero Alberto Martínez Sanz, que trabajaba en el arreglo de los caminos del valle, quien, alertado de la posibilidad de que aparecieran restos antiguos por Antonio Blázquez y Delgado Aguilera, lo encontró «al extraer tierra para el recebo del camino» (BLÁZQUEZ Y DELGADO- AGUILERA, 1911: 143).
Blázquez los dio a conocer a la Real Academia de la Historia en 1911 y en su informe describe como las piedras aparecieron, la mayor «tendida y enterrada a unos 700 metros del puente de Santa Catalina, y tan desgastada que con difi cultad podía leerse lo siguiente:
VSPNLQILV CIDII D. AVG. TRIB. C. .VII….
» Al lado hay otra piedra más pequeña, que también tuvo letras que hoy no se pueden leer.»
En el mismo número de la revista Fidel Fita (FITA, 1911) presentaba una posible lectura, atribuyéndolo a Trajano, como los miliarios de Alcalá de los que hemos hablado, lo que fue contestado al año siguiente de nuevo por Blázquez, que lo atribuía a Vespasiano (BLÁZQUEZ Y DELGADO- AGUILERA, 1912), atribución que todavía sigue siendo citada por la mayoría de las publicaciones sobre el Puerto de la Fuenfría.
La discusión permaneció en ese punto hasta los años 90, momento en que tanto Lostal (LOSTAL PROS, 1992: 111-112) como Stylow ((STYLOW, 1994) presentan nuevas lecturas con matices distintos pero coincidentes en su atribución a Decio Valeriano.
Para Lostal el texto presentaría la siguiente forma:
[IMP(ERATOR) CAES(AR) C(AIVS) IVL(IVS) VERVS / MAXIMINVS P(IVS) F(ELIX) AVG(VSTVS) GERM(A/NICVS) MAX(IMVS)
DACIC(VS) MAX(IMVS) SAR/MAT(ICVS) MAX(IMVS) PONTIF(EX) MAX(IMVS) / TRIB(VNICIA) POTEST(ATE) V IMP(ERATOR) VII/ P(ATER) P(ATRIAE) CO(N)S(VL) PROCO(N)S(VL) ET/ C(AIVS) IVL(IVS) VERVS MAXIMVS NOBILISSIMVS / CAES(AR) GERM(ANICVS) MAX(IMVS) PRINCEPS / IVVENTVTIS FIL(IVS) D(OMINI) N(OSTRl) IMP(ERATO / RIS) C(AII) IVL(II) VERI MAXIMINI PII) F(ELICIS) / AVG(USTI)VIAS ET PONTES TEMPORE VETVSTATIS CON/ LAPSOS RESTITVERVNT CVRAN(TE) Q(VINTO)] DECIO LEG(ATO) AVG(VSTORVM) PR(O)PR(AETORE) / [C(LARISSIMO) V(IRO)] / [¿A SEGOVIA? M(ILIA)] P(ASSVVM) XVII.
Por su parte Stylow (STYLOW, 1994: 590) se limita a interpretar las dos primeras líneas conservadas y renuncia a recons truir la tercera, ya que piensa que no hay sitio para la mención a la mansio de Segovia, porque daría lugar a una última línea descentrada, aunque reconoce que «existe toda una serie de miliarios, entre ellos varios hispanos de Maximino y Máximo, donde el último renglón, con la indicación de la distancia desde la caput viae, arranca del mismo margen izquierdo.» Su reconstrucción es:
[VIAS ET PONTES TEMPORE VETVS(tate)] COR/ [RUPT(os) REST(itvervnt) CVRANTE Q(vinto)] DECIO LEG(ato) AVG(vstorvm) PR(o) PR(aetore) M P XVII
Pese a estas diferencias ambos autores atribuyen el miliario al gobernador de la Tarraconense C. Messius Q. L. Decius Valerianus, que llegó más tarde a emperador con el nombre de Decio Trajano, y están de acuerdo en fecharlo entre el 235 y el 238 d.C.
Por nuestra parte, y en cuanto a la mención a la mansio de Segovia, estamos más de acuerdo con Lostal que con Stylow, ya que a pesar de lo que afi rma este último, si examinamos las fotos que aparecen en la página del C.I.L. y que adjuntamos, es posible la reconstrucción de Lostal de la última línea, sin que el epígrafe esté descentrado. Veamos el fi nal de las tres últimas líneas, que es lo único de la inscripción que se conserva 11 :
- - - - - - [- - -] CO + [- - -] DECIO LEG AVG PR P - [- - -] + P XVII
Im. Archivo Fotográfi co Centro CIL II (UAH)
VIAS ET PONTES TEMPORE VETUSTATIS COR RVPTOS RESTITVERVNT CVRANTE Q DECIO LEG AVG PR PR A SEGOVIA MP XVII
Como podemos ver el encaje de las letras con la inscripción conservada es casi perfecto.
1. 3. 2. El segundo miliario Junto a este miliario fue localizado uno más pequeño y en peor estado de conservación, del que no se dio lectura.
Aunque la piedra apareció entera, como se puede observar en las fotos del momento de su hallazgo, en la actualidad se encuentra fragmentado.
Stylow ha presentado una lectura: IP[...] / NOB / CAES, asumida por María Ruiz Trapero (RUIZ TRAPERO, María. 2001: 221) IP.../NOB(ILISSIMUS) / CAES(AR), que le atribuye cronología del s. IV d.C.; por su parte, Lostal no menciona esta pieza en su inventario de miliarios de la Provincia Tarraconense.
Im. Archivo Fotográfi co Centro CIL II (UAH)
- - - - - - IP [- - -] NOB CAES - - - - - - ?
Rodríguez Colmenero (RODRÍGUEZ COLMENERO, 2004: 780), en su reciente recopilación de miliarios del NO, describe cuatro miliarios, pertenecientes al efímero emperador Macrino y a su hijo Diadumeniano, cuya presencia en la vía XVII, curiosamente sería un «eco de la política viaria de Caracalla, que obrigadamente cedería o seu protagonismo ó novo ocupante», ya que sería una unidad que colocaba marcos dedicados a Caracalla la que, al enterarse de la muerte de éste y ascensión de un nuevo emperador, continuó erigiéndolos pero ahora grabados a Macrino.
La parte de la dedicatoria, grabada para Diadumeniano, NOB(ilissimo) CAES(ari) PRINCIP(i) IVVENTVTIS, nos daría, invertida, la misma leyenda de nuestro miliario, segundo de la Fuenfría, que por lo tanto sería coetáneo del de Caracalla de Galapagar.
1. 3. 3. El lugar del hallazgo Otro de los puntos más importantes que habría que esclarecer acerca de estos miliarios es el lugar exacto de su hallazgo. Y digo importante porque, establecido el sitio en que fueron localizados y estando uno de ellos en las fotos en pie y probablemente in situ 12 , se podría sondear para hallar la calzada que tiene que estar junto a ese lugar.
Hay especialistas que piensan, al contrario que nosotros, que es imposible localizar el lugar de hallazgo de los miliarios: «La propuesta que plantean se apoya, asimismo, en la localización del punto exacto en donde se halló tal o cual miliario, a partir de una fotografía nonagenaria, empresa abandonada por otros reputados científi cos (María Mariné, Luis Caballero...) hace ya tiempo.» (FERNÁNDEZ y CABALLERO, 2001: 18)
A pesar de estas apreciaciones y con las dos fotos de los miliarios —una de ellas inédita hasta ahora— en la mano, hemos hecho un ejercicio de reconstrucción y creemos que hemos localizado el lugar en el que «al sacar tierra para el recebo del camino» aparecieron. El resultado es el siguiente:
El lugar de hallazgo de los miliarios: vista hacia el N.
El lugar de hallazgo de los miliarios: vista hacia el S.
Blázquez afi rma que los miliarios aparecieron 700 m. al N del Puente de la Venta y ahora sabemos que la medida debe de ser exacta, puesto él, que era ingeniero militar, realizó un mapa muy preciso, a escala 1: 5.000, de la calzada 13 , para el que tuvo que hacer un levantamiento topográfi co con mediciones estrictas, puesto que se corresponde exactamente con la realidad. El lugar que hemos encontrado y que aparece en el montaje anexo, está exactamente a 700 m. del Puente de la Venta.
2.- MONEDAS
Las monedas romanas encontradas al borde de los antiguos caminos, entre los siglos XVII y XVIII, también son un importante indicio de la utilización de éstos en época antigua.
2. 1. El Puerto de Guadarrama
1616
En 1616 se encontraron una gran cantidad de áureos en el Puerto de Guadarrama. Así se recoge en el libro del Doctor Iván de Quiñones, publicado ese año (QUIÑONES, (1620); FUIDIO RODRIGUEZ, (1934): 122, nota 49; ALFARO ASIANS y otros, (2000): 279). La cronología de estas monedas —de Galba a Faustina— daría para la ocultación del tesorillo una fecha de mediados del s. II d.C.
Sin embargo, durante los siglos XVI al XVIII la denominación Puerto de Guadarrama era equívoca, puesto que se aplicaba de la misma manera al Puerto de la Tablada, cercano al actual Alto del León, como al Puerto de la Fuenfría.
Documentos que lo prueban son:
1596. Jean de L’Hermite (OUVERLEAUX, E y PETIT, J., 1890) 14 : «Pasamos la noche en Cercedilla al pie de la montaña que llaman el Puerto de Guadarrama... 1656. Julio Chiffl et (ANDRÉS, G. 1964): «En 10 Su Majestad pasó a Balsaín en la forma que acostumbra; comió en la casa llamada de Erasso, [...] se levanta en una planicie pintoresca, un poco más allá de la cumbre de la montaña que se llama el Puerto de Guadarrama y en donde una cruz separa Castilla la Nueva de Castilla la Vieja. 1659. François Bertaut (BERTAUT, 1669: 185) 15 : «Partí de allí (de El Escorial) el lunes 22 (de Diciembre) y llegué a dormir a Segovia, que está a 9 leguas grandes de distancia. Hay que pasar la montaña de Quadarama (sic), que llaman el Puerto, porque está muy alto y es muy difícil de pasar, y de Guadarama (sic), que es el nombre de un pueblo que está al pie. [ ...] En un fondo entre estas montañas hay otra casa real, que se llama Valzaim, comenzada por Carlos V. [...] Desde allí a Segovia la tierra se hace llana y me pareció muy agradable y bien cultivada.» 1708. Francisco Sobrino (SOBRINO, 2002: Diálogo 10, fol. 192): «De Segòvia passè el Puerto de Guadarrama, aviendo visto de camino una casa
Mapa de Blázquez de la calzada de la Fuenfría, Real Academia de la Historia
que llaman la casa del Campo, harto hermosa, la qual està entre los bosques: y passando el dicho lugar de Guadarrama, fuy al Escurial, Monasterio muy hermoso, y Casa Real.» 1721. Duque de Saint Simon (DUQUE DE SAINT SIMON, 1858, XIX, 11: 268): «Llegamos hacia mediodía al pie mismo del Guadarrama.»
Habría, por tanto, que intentar aclarar si se encontraron en el entorno del Puerto de Tablada, o del Puerto de la Fuenfría.
La verdad es que el autor del libro, el Doctor Iván de Quiñones, no es del todo claro en lo que a nosotros más nos interesa, en la exacta ubicación del lugar del hallazgo (QUIÑONES, (1620: prólogo): «En estos montes Carpentanos [...] que son estas sierras de Guadarrama, que cercan el Escorial, y se extienden a lo largo, a un lado del camino a la mano siniestra por donde se passa el Puerto de Guadarrama, caminando a Valladolid, a la parte que mira hazia la villa, se han hallado de quatro años a esta parte casi dozientas monedas de oro purisimo de Emperadores Romanos repartidas y divididas por el suelo, unos dizen mas, y otros menos. El modo de hallarse fue, que un pastor trayendo a pastar su ganado por aquel sitio, vio resplandecer una destas monedas sobre una piedra, y la llevo a su casa, entendiendo era alguna imagen, y se la dio a su muger.
» Otros dizen, que vareando uno bellotas al cogerlas del suelo, hallo una moneda en el. Trahidas a Guadarrama, y conocido su valor fueron diferentes personas a buscar otras, y llevando cribas con que cerner la tierra, hallaron las referidas, que son del tamaño de un doblon de a dos poco menos y pesan lo que el, que es la quarta parte de una onça: pusieronse aquí mayores por que se abriessen [sic. viesen] mejor.
» Como estuviessen alli y que fuesse la causa, es difícil de saberse, cada uno podra hazer el discurso y dar el juicio que le pareciere, que yo no lo entiendo ni alcanço. Destas vinieron seis a mis manos y por ser de oro excelente, precioso metal, y dedicado a los Reyes, tan bien labradas y de tan buenos Emperadores, las dedico y pongo en las de V.M. y ofrezco la explicación dellas con las vidas dellos, que me parecio referir, por entender se hallaran algunas cosas de provecho y gusto.»
De lo dicho por Quiñones, sin embargo, se pueden sacar algunas consecuencias. El hallazgo se produjo en el lado izquierdo o S del camino del Puerto de Guadarrama, en el lado madrileño del mismo (a la parte que mira hazia la villa (de Guadarrama). ¿Pero, qué Puerto de Guadarrama? En el texto hay dos datos que apuntan al Puerto de Tablada- Alto del León: la cercanía a la Villa de Guadarrama y que el Puerto
Portada del libro de Iván de Quiñones
de Guadarrama del que se habla es «caminando a Valladolid». El Camino a Valladolid de Villuga pasa por el Puerto de Tablada mientras el que pasa por La Fuenfría es el camino a Segovia.
1749
Al abrir el nuevo puerto Puerto de Guadarrama, hoy del León, se encontraron tres monedas —medallas, dice el documento 16 — acuñadas en época de Augusto por el municipio de Bilbilis y la colonia de Caesaraugusta, que en 1750 ingresaron en la Real Academia de la Historia.
1783
A partir de 1782 se mandó construir, bajo dirección del arquitecto Manuel Serrano, un ramal que iba de la nueva carretera de Castilla por el Alto del León, a la Granja, bordeando la falda del Guadarrama.
Así la describe Eugenio Larruga en 1787 (LARRUGA, 1787: X, 315- 318): «Desde el año de 1782 hasta el de 86 se executaron en las carreteras de Castilla, baxo las órdenes del Excelentísimo Señor Conde de Floridablanca, Superintendente general de Correos, y caminos, y al cargo
y dirección del arquitecto Don Manuel Serrano, diferentes obras. [...] Para facilitar la comunicación de la carretera real de Castilla con la provincia de Segovia, se ha abierto un nuevo ramal de comunicación con 30 pies de ancho, que tiene su principio en el sitio mismo en que está la lápida que demarca las 9 leguas en la carrera antecedente, y sigue por la falda de la cordillera hasta el real sitio de San Ildefonso.
Durante la obra se encontraron algunas monedas. Eso parece indicar un documento depositado en la Real Academia de la Historia 17 : «El Señor Don Francisco Perez entregara al Señor Don Francisco de la Concha, esas dos monedas, para entregarlas al Señor Campomanes. Hoy 21 de Octubre de 1783. (Firmado) Serrano.
» Halladas en el camino que se proyecta de San Ildefonso al Escorial a la parte occidental del Reventón y del lugar de Guadarrama.».
2. 2. El Puerto de la Fuenfría
1725
Al abrir en 1725 la nueva carrera del Puerto de la Fuenfría, construyendo el camino empedrado que hasta ahora se venía conociendo como «calzada romana», que se cruza en varios puntos con la antigua vía romana, que va seguramente por el Camino Viejo a Segovia (RODRÍGUEZ MORALES, MORENO GALLO y RIVAS LÓPEZ. 2004), se hallaron algunas monedas antiguas. Así se deduce de una carta 18 que dirigió Andrea Procaccini, Director General de las obras y aposentador del palacio de La Granja de San Ildefonso, el 22 de Septiembre de 1725, al Marqués de Grimaldo, Primer Secretario de Estado:
1v/ Muy señor mio en vista del papel adjunto que vuestra Excelentisima me remite [...] como me lo dijo a mi el dia que fuy de orden de su Magestad a recoger las Medallas que se havian encontrado [...]
Lo que la carta llama medallas son monedas seguramente romanas, pues es la denominación habitual, como hemos visto.
3. CONCLUSIONES
De los documentos que aquí hemos manejado se deducen algunos datos importantes para la investigación del trazado de las vías romanas de la Comunidad de Madrid.
1) En cuanto a los miliarios, lo primero que nos interesa es el vocabulario de la descripción, que no es el actual, pero sí muy característico: El de Puerta de Moros, hacia 1500, era una «piedra tosca, rolliza y de forma de coluna, mas alta que un estado de hombre.» Los de la mojonera entre Guadarrama, Alpedrete y Collado Mediano, se describen: en 1500, como «un canto questa en medio del camino real, que es un marmol redondo donde solia estar una cruz de piedra» y en 1630, como «tres hitos de piedra redondos y del altor de un ombre hincados en el suelo.» El de Valtierra, en 1565, es un marmol para Ambrosio de Morales y un pilar para los informantes de Felipe II.
2) En cuanto a lo que aportan sobre el trazado de las vías romanas de la región central:
El de Puerta de Moros apunta hacia una vía que pasara por Madrid, seguramente en el tramo entre Titulcia y Complutum, como ya hemos adelantado. Los de la mojonera entre Guadarrama, Alpedrete y Collado Mediano, marcan el trazado más lógico y probable, que sigue por una vía pecuaria, el camino más recto entre los miliarios de la Fuenfría y el de Galapagar.
3) Las monedas a las que nos hemos referido apoyan el trazado por el Puerto de la Fuenfría de la vía 24 del Itinerario, pero también apuntan a que el Puerto de la Tablada, a pesar de que hasta ahora no se ha reconocido en él obra romana, fue utilizado en época imperial.
BIBLIOGRAFÍA
ALVAR EZQUERRA, Antonio, (1993), (coordinador), Relaciones topográfi cas de Felipe II. Madrid, Madrid, Comunidad de Madrid y C.S.I.C.
ANDRÉS, Gregorio de, (1964) Documentos para la Historia del Monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial, VII, «Relación de la visita de Felipe IV a El Escorial en 1656, por su capellán Julio Chiffl et», Madrid, pp. 410- 411 (f. 231 v.)
BERTAUT, F. (1669): Journal du voyage d’Espagne..., Paris, L. Ballaines, p. 185
BLÁZQUEZ Y DELGADO-AGUILERA, Antonio (1911), «Vía romana del Puerto de la Fuenfría», Boletín de la Real Academia de la Historia, 58, pp. 142-147. BLÁZQUEZ Y DELGADO-AGUILERA, Antonio (1912): «Vía romana de Segovia a Madrid», Boletín de la Real Academia de la Historia, 60, pp. 303- 305. CABALLERO, Carlos, FERNÁNDEZ, Sonia y MARTÍN, Amparo. (2002), «Miliarios de la Vía 24 del Itinerario de Antonino en la Sierra del Guadarrama», Larouco, 3, pp. 135- 146.
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NOTAS
1. Me tomo la libertad de tomar la idea del título del libro coordinado por Joaquín Gómez- Pantoja (GÓMEZ-PANTOJA, 2004) 2. Sobre los miliarios de la vía 24 se puede consultar con provecho CABALLERO, FERNÁNDEZ y MARTÍN, 2002. 3. Diccionario de la Real Academia Española, 1737, s.v. rollizo. 4. Mejor que GER(manicus) PO[N]TIF(ex), como lo restituye Lostal, ya que Pontifex se abrevia PONT. en los demás miliarios de la serie. 5. Hoy ya no obran en el archivo de Guadarrama, que fue quemado en la Guerra Civil. 6. Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, OSUNA,C.2399,D.1 7. Canto aquí es mojón. 8. Fol. vii, r. 9. Fol. viii, r. 10. Diccionario de la Real Academia Española, 1734, s.v. marmol 11. En negrita las letras conservadas. 12. Aunque en las fotos el miliario aparece enhiesto, Blázquez dice que «estaba tendida y enterrada». 13. A. Blázquez y Delgado Aguilera (1911), «Croquis del plano del tramo de la vía romana comprendido en el Monte Pinar y Agregados de Cercedilla» (escala 1:5.000), Signatura: CAM/9/7961/063(02) 14. La traducción es mía, pero utiliza como base la de Iñaki Martín del Viso. 15. La traducción es mía. 16. Discurso del P(adre) Alejandro Panle, francés, sobre tres monedas halladas en el Camino de Guadarrama, Real Academia de la Historia, Legajo 17, nº 1. (G.N. 1749- 1750/1(1-4) 17. Real Academia de la Historia, GN 1783/2 18. AGP, San Ildefonso, caja 13547, 22 de Septiembre de 1725, Carta de Andrés Procaccini al Marqués de Grimaldo.