El paseo claussen

Page 1

El Paseo Claussen, su nombre merecido en honor a un alemán que inició su construcción Por Juan Lizárraga Tisnado NOROESTE-Mazatlán, 13 de junio de 1982. Hoy que el fervor nacionalista se ha exaltado en Argentina, más de algún mazatleco contagiado por este espíritu, al pararse frente al mar, en un lapsus romántico frente al ocaso desde el Paseo Claussen, rompe su paz espiritual para reclamar (a nadie) el que se le haya puesto ese nombre extranjero a un lugar tan nuestro: ¡Paseo Claussen!¿Por qué no se llamó Avenida del Venado, o del Mar o del Pueblo o Bahía de las Palmas? No. ¡Paseo Claussen! Persígnense los fieles abjuradores de lo exótico, jálense los cabellos los ultranacionalistas, pero los viejos, los que guardan aún en su memoria los recuerdos de la familia alemana con ese apellido, que hizo de renombre nacional al puerto a principio del siglo XX, ellos dirán que el nombre del paseo está muy bien puesto y que más se les debe a los Claussen. Merecido nombre a este paseo que ocupa un largo trecho del no menos grande paseo costero. Inicia en Olas Altas y termina donde empieza la avenida del Mar. Que Mazatlán como ciudad es joven, lo atestigua no sólo su arquitectura, sino también sus paseos. Olas Altas empezó a construirse a fines de 1824, cuando el gobierno local concedió entregar 300 pesos para poner un terraplén al pie del Cerro de la Cruz. Años más tarde, en la década de los cuarenta, llega la colonia alemana a Mazatlán, los Evers, los Tonnhausen, los Burmeister y los Claussen. Ellos, los alemanes, crearon e invirtieron en fuertes empresas, entre otras la Cervecería y le dieron un gran auge a Mazatlán. Ellos tenían la batuta económica.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.