HISTORIAS DE COVID
Prefacio
L
a Covid-19 ha dejado una estela trágica y sombría en la humanidad desde que fue detectada por primera vez a fines de 2019: sobre dos millones de fallecidos, más de cien millones de contagiados y con la economía
sumida en una profunda recesión, la infección por este virus ha impactado las vidas de todos y modificado las conductas y formas de cómo socializan y se relacionan las personas. El país más poderoso del mundo, Estados Unidos, encabeza ambos ominosos rankings mundiales a comienzos de 2021: una de cada cuatro víctimas fatales e igual proporción de los contagiados totales por este virus es de esa potencia, que a pesar de sus vastos recursos tecnológicos, sanitarios, económicos y militares, ha sido derrotada sin apelación por un cuerpo minúsculo, cuyo tamaño se mide en nanómetros, una mil millonésima parte de un metro. Las vacunas que comenzaron a aplicarse a fines de 2020 después de un esfuerzo científico mundial sin precedentes en la historia y que se inocularán durante este 2021, parecen indicar que en algún momento habría un punto final a esta crisis. Pero todavía el futuro es incierto: como la pandemia es global, basta que con que los brotes persistan en un país para que puedan propagarse en forma acelerada en cualquier momento. Eso, sin considerar que, además, el virus seguirá mutando, tal cual lo ha hecho hasta el presente. Y como dijo la Organización Mundial de la Salud, la distribución de las vacunas en el mundo ha sido hasta ahora tan desigual como lo es la repartición de la riqueza y las oportunidades. A pesar de su lejanía de los grandes centros económicos y poder mundiales, Chile ha sido golpeado con particular intensidad, en relación a su población. Al escribir estas líneas, a fines de enero de 2021, cuando todavía no se cumple un año desde el 3 de marzo, día en que fue detectado el primer caso de Covid-19
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