Informativo Zona 4 - Nro. 8

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Gestión desde el territorio

CONSE JO NACIONAL ELEC TORAL • No. 8 • 2014 P R E S E N TAC I Ó N

SUMARIO

Voces diversas en Democracia Comunitaria

U

na de las grandes deudas de la institucionalidad ecuatoriana tras la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi y la Constitución de la República de 2008 es el desarrollo y la comprensión del Estado plurinacional e intercultural. A partir del proceso constituyente, el Ecuador adoptó un sui generis sistema democrático conformado por tres expresiones de la democracia: la representativa, la participativa o directa y la comunitaria. Por esta razón, el presente número del Informativo Zona 4 Gestión desde el Territorio es una invitación a reflexionar sobre el Estado plurinacional e intercultural así como la democracia comunitaria. El informativo nos cuenta la experiencia del “Proyecto Democracia Comunitaria: Fortalecimiento de la Participación Política desde los Territorios” que tiene el objetivo de desarrollar procesos de intercambio y aprendizaje de conocimientos y saberes ancestrales de las comunas, las comunidades, los pueblos y las nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano y los pueblos montubios sobre la democracia comunitaria, la organización, las instancias de deliberación y la toma de decisiones de los pueblos y las nacionalidades. En este número podremos encontrar información detallada sobre los 18 pueblos y las 14 nacionalidades de nuestro Ecuador plurinacional e intercultural. En la tabla hallaremos información sobre los territorios y los idiomas de los pueblos y las nacionalidades. Para nuestro tema central, hemos optado por presentar la entrevista a Galo Ramón Valarezo, PhD en Historia Latinoamericana, Director Ejecutivo de la Fundación Comunidades y Desarrollo (COMUNIDEC) y quien lideró la consultoría sobre interculturalidad que desarrolló el Consejo Nacional Electoral (CNE).“La construcción de un Estado intercultural y plurinacional es aún un tema pendiente”. En la entrevista podremos conocer la diferencia conceptual y epistemológica entre multiculturalismo y plurinacionalidad, el significado del reconocimiento constitucional como un Estado plurinacional e intercultural, el debate sobre la creación de circunscripciones especiales, los retos de la democracia comunitaria y las recomendaciones que se realizaron para interculturalizar al Consejo Nacional Electoral. En este contexto, el Consejero Juan Pablo Pozo esgrime algunas nociones que nos permitirá entender a la democracia comunitaria como un camino hacia la afirmación de la unidad en la diversidad. Finalmente, el informativo contiene la visión de Luz Haro, Consejera alterna del Consejo Nacional Electoral (CNE) y lideresa rural, sobre la democracia comunitaria desde la óptica de las comunidades rurales en que el apoyo de los movimientos sociales y, en ellos, las mujeres ha sido decidor.

DEMOCRACIAS

Nuestra Democracia Intercultural Página 2 DIVERSIDADES Pueblos y nacionalidades del Ecuador intercultural Página 3 ENTREVISTA “La construcción de un Estado intercultural y plurinacional es aún un tema pendiente” Galo Ramón Valarezo Página 4

VOCES DIVERSAS Democracia comunitaria: un camino de afirmación de la unidad en la diversidad Página 6 TRABAJO INTERINSTITUCIONAL Mujeres y democracia comunitaria Página 8

Presidente: Domingo Paredes • Vicepresidente: Paúl Salazar Consejera: Roxana Silva • Consejera: Nubia Villacís • Consejero: Juan Pablo Pozo

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DEMOCRACIAS

Nuestra Democracia Intercultural

A

inicios de los 90, la movilización de los pueblos indígenas y el pueblo afroecuatoriano conllevó, en primera instancia, en el reconocimiento de la existencia de culturas y etnias diversas que convergían en el Estado ecuatoriano. La Constitución Política de la República del Ecuador (1998) incorporó la naturaleza pluricultural y multiétnica del Estado; es decir, el pueblo ecuatoriano proclamó su voluntad de consolidar la unidad de la nación ecuatoriana en el reconocimiento de la diversidad de sus regiones, pueblos, etnias y culturas. No obstante, esta declaración no coadyuvó en el desarrollo y la interacción de las heterogéneas culturas y etnias. Tras la experiencia fracasada del Estado pluricultural y multiétnico; y, ante los límites de la democracia representativa, la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi (2008) concibió el Estado intercultural y plurinacional. En este contexto, en el marco del Estado constitucional de derechos y justicia surgió nuestra democracia intercultural como complementariedad e igualdad de condiciones entre las democracias representativa, participativa o directa y comunitaria. La Constitución de Montecristi de la mano de la evolución de los derechos colectivos de las comunas, las comunidades, los pueblos y las nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano y los pueblos montubios desarrolló las instituciones de la democracia comunitaria, entre ellas, podemos decir: • La constitución y el mantenimiento de las organizaciones que los representen en el marco

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del pluralismo y la diversidad política y la obligación del Estado ecuatoriano de reconocer y promover estas formas de expresión y organización; • La consulta previa, libre e informada sobre planes y programas de protección, explotación y comercialización de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras y puedan afectarles ambiental o culturalmente; y, • La consulta prelegislativa cuando se pretenda perturbar cualquiera de sus derechos colectivos. En este escenario, concluimos en la necesidad histórica de impulsar el “Proyecto Democracia Comunitaria: Fortalecimiento de la Participación Política desde los Territorios”. El objetivo de este Proyecto inicial es desarrollar procesos de intercambio y aprendizaje de conocimientos y saberes ancestrales de las comunas, las comunidades, los pueblos y las nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano y los pueblos montubios sobre la democracia comunitaria, la organización, las instancias de deliberación y la toma de decisiones de los pueblos y las nacionalidades. Nuestras actividades iniciaron en el mes de julio en Ingapirca. Después, nos trasladamos a Saraguro en Loja. Luego, a la comunidad de Kurintza en Yacuambi en Zamora Chinchipe. Más tarde, a la comuna Bajo Alto en El Guabo en El Oro. Finalmente, estuvimos en la comunidad de Shiña en Nabón en Azuay; y hoy, estamos, a la puerta del I Encuentro Intercultural por la Democracia Comunitaria cuyo objetivo es “descolonizar el saber y reinventar el poder”.


Gestión desde el territorio DIVERSIDADES

Pueblos y nacionalidades del Ecuador intercultural

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n el Ecuador conviven 18 pueblos y 14 nacionalidades. Esta realidad exige la construcción de la plurinacionalidad e interculturalidad; para lo cual, es fundamental empezar por el reconocimiento de lo que somos, es decir, una gran diversidad de grupos humanos unidos en un solo Estado nacional. Esto devela la necesidad de proponer la organización de la convivencia entre identidades distintas que tenga como fundamento la construcción de las condiciones de equidad con el

NACIONALIDADES

Kichwa

Awa Chachi Epera Tsáchila Cofán Secoya Siona Waorani Shiwiar Zápara Achuar Shuar Andoa Kichwa

PUEBLOS Panzaleo Salasaca Saraguro Kitu Kara Karanki Natabuela Chibuleo Waranka Kañari Puruhá Otavalo Quisapincha Kayambi Tomabela Pasto Paltas

Manta Wancavilca

propósito de construir un nuevo Estado que considere el respecto a los diversos usos, costumbres y formas de vida de los distintos pueblos y nacionalidades. Sin embargo es preciso definir a este camino como un “proceso en construcción” en el que, a la par, de crear las condiciones para dialogar entre iguales, se erradique con firmeza el racismo y la discriminación que las relaciones de poder, históricamente dadas, han impuesto.

TERRITORIO

IDIOMA

Cotopaxi Tungurahua Loja y Zamora Chinchipe Pichincha Imbabura Imbabura Tungurahua Bolívar Azuay y Cañar Chimborazo Imbabura Tungurahua Napo y Pichincha Tungurahua Carchi Loja Carchi y Esmeraldas Esmeraldas Esmeraldas Santo Domingo de los Tsáchilas Guayas y Manabí Guayas Sucumbíos Sucumbíos Sucumbíos Napo y Pastaza Pastaza Pastaza Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe Pastaza Napo, Pastaza y Sucumbíos

Kichwa

Pasto (muerta) Palta Awa pit Chaapalachi Sia pedee Tsafiki Castellano Castellano A`ingae Paicoca Siona Wao Terero Shiwiar Chicham Záparo Shuar Chicham Andoas Kichwa

Tablas: Andres Campaña, Consejo Nacional Electoral. Fuente: CNE

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D E ENTRE M O C RVISTA ACIAS

“La construcción de un Estado intercultural y plurinacional es aún un tema pendiente” Entrevista a Galo Ramón Valarezo PhD en Historia Latinoamericana, Director Ejecutivo de COMUNIDEC. Fue parte de la consultoría sobre interculturalidad que desarrolló el Consejo Nacional Electoral.

¿C

uál es la diferencia conceptual y epistemológica entre multiculturalismo y plurinacionalidad?

Partamos diciendo que ambos son modalidades de gestionar la diversidad. Sin embargo, la diferencia entre ambos conceptos es que el multiculturalismo es la forma liberal de gestionar la diversidad cultural. Bajo esta modalidad el origen de la diversidad generalmente proviene de dos patrones o modelos: el primero acaece por las grandes migraciones a un Estado producto de lo cual se debe gestionar esta diversidad producida por la inmigración; la segunda es cuando un pueblo es sojuzgado por otro y este pueblo sojuzgado tuvo una forma organizativa anterior de manera que la sociedad dominante necesita gestionar esa diversidad. Dentro de la perspectiva multicultural los estados liberales han reconocido ciertos derechos diferenciados a esos grupos humanos diversos, derechos que pueden tener distintos grados de reconocimiento, dependiendo de la liberalidad del Estado y de la fuerza de esos grupos por negociar su relación cultural, territorialidad, autonomías, preservación de su cultura, reconocimiento de su idioma, administración de su justicia ancestral, y demás elementos culturales en general y a tener cierta representatividad en el Estado nacional. No obstante, todos estos reconocimientos siempre son otorgados desde una condición de subalternidad. La propuesta que se diferencia de esta es aquella que plantea la construcción de un país “intercultural” y “plurinacional” como sucede en Ecuador. La diferencia básicamente está en el tipo de reconocimiento de la diversidad que, en el caso de nuestro país, es más

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compleja porque proviene de la existencia de pueblos indígenas sojuzgados por el Estado colonial así como de la presencia de pueblos afros traídos a manera de esclavos. A eso debemos sumarle el aparecimiento de un nuevo actor como son los mestizos. La interculturalidad va más allá del multiculturalismo, ya que si bien se reconocen derechos diferenciados como en el Estado liberal, adicionalmente se plantea la necesidad de crear ciertos elementos de unidad en la diversidad los cuales permitan que los diversos puedan tener elementos creativos, elementos de colaboración, elementos de participación del poder y creación de algo nuevo a partir de estos encuentros entre iguales. Me parece entonces que esta idea de crear un Estado intercultural y plurinacional como era el planteamiento de los movimientos indígenas en la Constituciones de 1998 y 2008 es un proyecto político que no ha sido conquistado todavía en el Ecuador y es un tema pendiente aún. Precisamente en referencia a la Constitución de 2008, ¿qué significa, para la sociedad ecuatoriana, el reconocimiento constitucional como un Estado plurinacional e intercultural? La Constitución de 2008 mostraba algunos elementos interesantes, pera el más radical era la propuesta de crear un modelo de desarrollo o de vida basado en el Sumak Kawsay, que parecía ser una idea bastante radical porque se tomaba una propuesta del mundo indígena y se la convertía en un modelo a conseguir por todos, donde ya no se les decía a los indígenas que únicamente tienen derechos a su autonomía, territorio o a ejercer ciertos derechos, sino que involucraba el reconocimiento de que sus conocimientos y saberes nos sirven a todos los ecuatorianos para producir una sociedad distinta. En la Constitución de 2008 se abrió la posibilidad de que puedan crearse circunscripciones territoriales plurinacionales, sin embargo el COOTAD dio un paso atrás al reconocer únicamente la posibilidad de crear circunscripciones indígenas, afros o montubias, pero no una circunscripción plurinacional; esto, por ejemplo, ya fue un paso atrás. En este contexto considero que la agenda política de construcción de la interculturalidad en el país no ha avanzado sustantivamente.


Gestión desde el territorio

En este debate sobre la creación de circunscripciones especiales, se ha puesto en cuestión si la plurinacionalidad refuerza o debilita la identidad de un Estado unitario, ¿cree que la plurinacionalidad es una amenaza para la unidad del Estado-nacional? La plurinacionalidad primero es un dato de la realidad que nos permite a todos tener conciencia de que estamos viviendo dentro de una gran diversidad cultural. El problema recae en el prejuicio; pues, en general, se consideraba que era un estorbo que exista indígenas, afros o montubios; por ejemplo, los constructores del Estado nacional en el Ecuador consideraban que uno de los factores del atraso era la existencia de sociedades que no tenían los elementos de civilidad considerados adecuados para construir la modernidad. En la actualidad lo que ha cambiado es el reconocimiento de que esa diversidad pueda ser una potencia en lugar de ser una rémora es decir pueda ser un elemento vital en lugar de un obstáculo. Pienso que para el mundo indígena la plurinacionalidad significó un aspecto importante en el reconocimiento de sus culturas desde una dimensión histórica y política. Esto impulsó a que muchos afros hagan lo propio y busquen cómo revitalizar su identidad cultural. Sin embargo, y a pesar de este esfuerzo, no se ha avanzado lo suficiente para determinar cuáles son los elementos que nos unen en la construcción de una identidad lo suficientemente potente para contener a todos y que pueda nutrirse de todas las diversidades. Creo que ese es el punto en el que nos encontramos y el resultado todavía es ambiguo. La plurinacionalidad sería una amenaza si habría un planteamiento separatista; pero, en el caso ecuatoriano, me parece que los indígenas y afros que ha reclamado sus identidades particulares no han planteado una propuesta de ese tipo. En ese sentido, no veo, por el momento, que constituya una amenaza aunque no se puede decir que, de aquí a unos años, cambie la situación y reclamen su estatuto particular. Por el momento, yo diría que no es una amenaza, sino más bien, una oportunidad, porque sucede que, en general la mayoría de Estados del mundo son plurinacionales o diversos de manera que es una oportunidad que tenemos los ecuatorianos de vivir en un país tan pequeño y de tanta riqueza en su diversidad. De tal forma que no veo que exista en los actuales momentos un afán de construir un proyecto separatista, más bien lo que existe es la voluntad de construir un proyecto de unidad en la diversidad. Por otro lado, la Constitución de la República del Ecuador en su artículo 95 hace referencia a tres tipos de democracia: representativa, directa y comunitaria ¿Qué se debe comprender por democracia comunitaria en el contexto de un país donde la democracia representativa parece tener una posición predominante?

No veo que exista en los actuales momentos un afán de construir un proyecto separatista, más bien lo que existe es la voluntad de construir un proyecto de unidad en la diversidad. La Constitución reconoce estas diversas formas de ejercicio y concepción de la democracia; pero, ciertamente, en la realidad tenemos una democracia fuertemente representativa. Es por eso que cuando se habla de democracia comunitaria, parecería que sólo se está hablando de como permitirles a determinadas comunidades indígenas, afro o montubias, el ejercicio de sus formas tradicionales de toma de decisiones, sistemas de representación, mecanismos de participación política, etc., lo cual está bien, pero creo sin duda que la democracia comunitaria podría ir más allá del mundo indígena para convertirse en una especie de elemento que refresque a la democracia representativa dominante. Es decir que podamos encontrar una fuente de inspiración en muchas de estas ideas que están contenidas en la democracia comunitaria y que de hecho pueden ser operativas en cualquier otro sitio que no sean las comunidades, por ejemplo, la idea de que la ciudadanía no se limite a las personas que tienen 18 años o 16 años en el casos de los adolescentes, puesto que la democracia comunitaria incumbe y abarca a todos incluidos a niños. Solamente este elemento ya podría inspirar para una revitalización de la democracia a nivel nacional que incluya a todos los actores de la sociedad. Otro elemento interesante de la democracia comunitaria es la idea de la alternabilidad, puesto que una de sus características es la rotación de la representación acompañado de una especie de proceso por el cual el individuo se va haciendo ciudadano en la medida que va ejerciendo una serie de cargos. Esto podría ser muy interesante en el Ecuador donde desgraciadamente tenemos una clase política muy reducida que es la que acapara ordinariamente toda la representación y a veces esa clase política no está integrada por personas que han tenido un proceso previo de preparación. Este tema también va acompañado de una cuestión interesante de la democracia comunitaria que son ciertas formas de participación que no están institucionalizadas y que son muy diversas como, por ejemplo, el concebir el tema de juzgar públicamente a ciertas personas o el ejercicio de la salud ancestral, es decir, mirar ciertas pluralidades que contiene la democracia comunitaria y que no son específicas de una sola concepción, sino que se abren al mismo tiempo a muchas posibilidades.  5


DVEOC MES O CDIVERSAS RACIAS

Democracia comunitaria: un camino de afirmación de la unidad en la diversidad

Juan Pablo Pozo Consejero del Consejo Nacional Electoral

criterios y sueños, pues la gestión pública desde la función electoral, hoy, necesariamente, debe contar con varias centralidades; y, no con una centralidad y varias periferias, pues esa concepción reduce el empoderamiento ciudadano y la propia construcción participativa de la democracia.

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omo Consejo Nacional Electoral impulsamos el proyecto “Democracia Comunitaria: fortalecimiento de la participación política desde los territorios”, no solo por un mandato constitucional, sino por una deuda histórica con las comunas, las comunidades, los pueblos y las nacionalidades indígenas, el pueblo afroecuatoriano y el pueblo montubio. Iniciamos con las jornadas de “Diálogos de Saberes” en cinco territorios de las provincias de Azuay, Cañar, El Oro, Loja y Zamora Chinchipe donde intercambiamos y aprendimos sobre conocimientos y saberes ancestrales en torno a la democracia comunitaria, organización comunal y también sobre las instancias de deliberación y toma de decisiones ancestrales. Luego de las jornadas de saberes culminamos con acuerdos y consensos que se plasmaron en una ruta de trabajo conjunta entre las Comunidades y nosotros como Consejo Nacional Electoral; esta programación de trabajo es construida de una forma horizontal y participativa que, a través de esta metodología, ha aportado a una nueva concepción del servicio público. Tuvimos la oportunidad de compartir

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Respetar, promocionar y cumplir con los derechos colectivos e individuales las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas solo se logra entendiendo las dinámicas de sus territorios, por eso he resaltado desde un inicio que es una obligación acercarnos más a nuestra gente y conocer en profundidad sus demandas. Nuestra Constitución de la República del Ecuador, en el artículo 95, menciona los principios de la participación y señala lo siguiente: “Las ciudadanas y ciudadanos, en forma individual y colectiva, participarán de manera protagónica en la toma de decisiones, planificación y gestión de los asuntos públicos, y en el control popular de las instituciones del Estado y la sociedad, y de sus representantes, en un proceso permanente de construcción del poder ciudadano. La participación se orientará por los principios de igualdad, autonomía, deliberación pública, respeto a la diferencia, control popular, solidaridad e interculturalidad. La participación de la ciudadanía en todos los asuntos de interés público es un derecho, que se ejercerá a través de los mecanismos de la democracia representativa, directa y comunitaria” . Como se establece, la democracia comunitaria es uno de los mecanismos de participación, pero aún no existen concepciones y prácticas totalmente desarrolladas en el país, para el ejercicio de los derechos colectivos. Con el proyecto, se ha contribuido al efectivo cumplimiento de este mandato constitucional y de una de las funciones del Consejo Nacional Electoral, en la Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas de la República del Ecuador Código de la Democracia, artículo 25, numeral 17: “promover la formación cívica y democrática de los ciudadanos incorporando el principio de interculturalidad”. La proyección y el enfoque que estamos desarrollando es coherente con las normativas citadas y también con los planteamientos del actual Plan Nacional Para el Buen Vivir, en lo asociado a la democracia participativa a nivel comunitario, pues tiene un aporte fundamental en una sociedad pluralista, participativa y autodeterminada.


Gestión desde el territorio

También hemos profundizado, a nivel conceptual, en diferentes enfoques sobre análisis de los Estados, específicamente, el caso de Bolivia, país donde su Constitución señala a la democracia comunitaria. Zegada et. al (2011) plantean que “se han reinstalado en el escenario político la necesidad de reconocimiento a las formas de la denominada democracia comunitaria basadas en mecanismos de autogobierno, normas y procedimientos propios, y sentidos distintos de ejercicio del poder”. Mientras que Carlos de la Torre, en Populismo radical y democracia en los Andes, señaló que la noción que la democracia liberal expresa formas coloniales de poder y conocimiento, y que ha sido articulada con más fuerza por intelectuales bolivianos. “Estos académicos argumentan que en Bolivia además de la democracia liberal existe la democracia comunitaria que está presente en los alluys aymaras y quechuas, y que se manifestó en las ciudades con fuerte presencia indígena durante las rebeliones del 2000 y del 2003. La democracia comunitaria se basa en los principios de reciprocidad, en la deliberación de todos en las decisiones, en la obligación de asumir cargos de poder y responsabilidad y en la rotación de los cargos. En estas formas de democracia los derechos individuales son parte de los fines colectivos y no se diferencian las esferas legislativa, ejecutiva y judicial” (De la Torre, 2009). Estos antecedentes aportan a entender los principios de complementariedad y reciprocidad en la democracia comunitaria. Por tanto, a partir de nuestras vivencias, hoy puedo decir que esta es la experiencia más linda, sin temor a equivocarme, de los casi tres años de gestión. Iniciamos las actividades del proyecto en julio de 2014, en la parroquia In-

gapirca, provincia del Cañar, allí nos reunimos con representantes de 25 comunidades; luego, nos trasladamos al cantón Saraguro, en Loja; a la comunidad de Kurints en el cantón Yacuambi de Zamora Chinchipe, a la comuna Bajo Alto de El Oro; y, finalmente, a la comunidad de Shiña en el cantón Nabón de la provincia de Azuay. Nos llena de satisfacción que, hasta el momento, aproximadamente 500 personas, han participado de un proceso donde hemos comprometido el esfuerzo institucional y hemos puesto en marcha la conformación de una “Escuela para Lideresas y Líderes Comunitarios”, asesorías a las autoridades electas, eventos de capacitación sobre cultura democrática e implementación de señalética en kichwa, español y shuar en las delegaciones provinciales electorales. Vamos contribuyendo sin dudas a la ciudadanización del CNE. Hoy representantes de las comunidades, no solo reclaman mayor participación, sino que el Código de la Democracia sea reformado en función del respeto a su cultura y saberes ancestrales. Mi compromiso con ellos no se plasma en un papel. Solamente así podemos ser ejemplos para que confíen en nuestra palabra y en nuestra convicción. Compartimos los mismos anhelos, pero la clave está en reconocernos en lo diverso y en creer en un camino con un diálogo entre iguales. Tenemos grandes desafíos, como el llevar a todo el país las jornadas de saberes con el propósito de promover un diálogo nacional; porque el proyecto continúa y su trascendencia está en un trabajo constante para entender la democracia comunitaria, impulsar su efectiva aplicación y sentir al servicio público con motivo de orgullo, siendo agentes de cambio social.

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TR A B AD JOE INTERINSTITUC M O C R A C I A SIONAL

Mujeres y democracia comunitaria timas décadas, con la finalidad de promover un nuevo momento democrático capaz de generar cambios profundos, con una perspectiva incluyente, innovadora, asertiva y solidaria que permita la participación ciudadana y política de mujeres y hombres capaces de incidir con voz propia en los distintos escenarios de poder y de toma de decisiones.

Al hablar de Democracia Comunitaria es saludable mirar hacia atrás o remitirnos a la construcción histórica del entorno y condiciones de vida en las comunidades rurales. No podemos dejar de mencionar el aporte brindado por las mujeres rurales quienes hemos estado vivas y presentes en la construcción de la buena marcha de nuestros pueblos y como parte activa en nuestro Ecuador profundo y rural indistintamente de la ubicación y realidad geográfica o cultural. Por tanto, nuestro trabajo ha sido un aporte decisivo y permanente, desde un contexto de esfuerzo y tenacidad, que ha sido muchas veces invisibilizado y silenciado. No obstante gracias a la fuerza que nos trasmite generosamente la “pacha mama”, nos convertimos en la columna vertebral de la familia y la sociedad constituyéndonos en pilares del adelanto en comunidades, barrios o recintos; es decir, impulsoras del bien común a lo largo y ancho del país procurando el desarrollo integral de nuestro hijos e hijas y tengan una situación de vida mejor que la nuestra con acceso al Buen Vivir y una sociedad más justa y equitativa. Hemos sido protagonistas e impulsoras de luchas permanentes junto a otros Movimientos Sociales en las úl-

Premisas que nos impulsó a sumarnos como actoras deliberativas, con propuestas enmarcadas en el sentir de las mujeres urbanas rurales dando pasos decisivos en las coyunturas nacionales y locales llevando planteamientos concretos sobre nuestros derechos a la Constitución del 98, entre los que podemos destacar la participación ciudadana y política de las mujeres cuyos artículos y transitoria sirvió de mecanismo e insumo para la reforma a la ley de elecciones llamada “Ley de Cuotas” con el 30% inicial, creciendo en 5% en cada elección general, hasta alcanzar la “PARIDAD” y la creación de los Gobiernos Parroquiales Rurales en el texto de la Nueva Constitución del 2008 que todas y todos conocemos. Marco Jurídico que además, establece y da paso a la “Democracia Comunitaria” de la cual debemos ser parte activa y corresponsable, tanto las instancias gubernamentales, como las Organizaciones Sociales y Políticas; por ello, la Asociación de Mujeres de Juntas Parroquiales Rurales del Ecuador-AMJUPRE-MMRE viene promoviendo la construcción de ciudadanía de las mujeres rurales mediante procesos de Formación y Capacitación, procurando el empoderamiento individual y grupal de mujeres autoridades y de base, hacia el pleno ejercicio democrático y una convivencia humana con equidad de género, generacional y el respeto a la interculturalidad. Luz Haro Consejera alterna del Consejo Nacional Electoral / Lideresa rural

El informativo ZONA 4 - GESTIÓN DESDE EL TERRITORIO es una publicación del Consejo Nacional Electoral Coordinador Zona 4: Juan Pablo Pozo • Directores de las delegaciones provinciales electorales: Felipe Reyes (Azuay), Wilson Rodas Amoroso (Cañar), Milton Paredes (El Oro), Daniel González (Loja), Ricardo Andrade (Zamora Chinchipe).• Editor: Santiago Cahuasquí Cevallos • Consejo de Redacción: Andrés Campaña,

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Rodrigo Sanchez y Dayana León • Diagramación: Karla Jiménez • Impresión: CNE

www.cne.gob.ec www.cnezona4.ec www.cneinstituto.gob.ec


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