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“Cartonier”. Performance en
from Juchari Palabra 3
60 60 El Poder de un Nombre: El Colonialismo de Nombrar Especies Científicas
Nueva Zelanda7. Sin embargo, los autores no consideraron el valor espiritual de este ancestro, y el hecho de que su nombre no debería de ser utilizado en vano.
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Nos hemos olvidado que nuestros ancestros eran científicos: se daban cuenta de patrones, los ponían a prueba, confirmaban sus hipótesis, transmitían el conocimiento adquirido. Nos hemos olvidado que los pueblos originarios tienen también esquemas de clasificación8. Nos hemos olvidado que tienen (tenían) conocimientos mucho más desarrollados que los del colonizador, pues son capaces de asegurarse que estas especies sobrevivan para las futuras generaciones sin llegar al sitio donde nos encontramos hoy, habiendo explotado los recursos casi hasta su límite y ahora tratando de salvar lo que queda. Es tiempo de recordar. Es necesario que cambiemos la naturaleza de nuestras prácticas de investigación de manera activa para así crear sistemas que no sean violentos, que no exploten, que no colonicen, sino que consideren, incluyan y respeten los conocimientos ancestrales. Porque los conocimientos ancestrales no son de menos valor ni son “primitivos”—ese
7 Whaanga, Hēmi, et al. “The use of the Māori language in species nomenclature.” Journal of Marine and Island Cultures 2.2 (2013): 78-84. 8 Berlin, Brent. “Folk systematics in relation to biological classification and nomenclature.” Annual review of ecology and systematics 4.1 (1973): 259-271.
Hidayati, Syafitri, et al. “Using Ethnotaxonomy to Assess Traditional
Knowledge and Language Vitality.” Ethnobiology Letters 9.2 (2018): 33-47.
Medin, Douglas, et al. “Why folkbiology matters: Resource conflict despite shared goals and knowledge.” Human Ecology 35.3 (2007): 315-329. cuento lo inventó el colonizado.
Es momento también de recordar que los nombres son una cosa de mucho poder. Como describe el epígrafe, los nombres nos recuerdan nuestra relación con otros seres vivos al igual que nuestra relación con el pasado y con nuestros ancestros. En muchas culturas (egipcia, hindú, cristiana, védica, etc.) saber el nombre de algo o de alguien confiere poder sobre esa cosa o persona. Por tanto, es tiempo también de ser más responsables ante el poder que tenemos no sólo sabiendo un nombre, pero también nombrando a algo. Es tiempo de nuevamente demostrarle a los nombres el respeto que se merecen, así como ya lo sabían nuestros ancestros.
FINALMENTE VULNERABLES: EL LENGUAJE DE LAS FLORES
Carlos Arroyo
Ahí donde un movimiento, una acción, una elección no son posibles, encontrarse con alguien o algo es posible mediante la metamorfosis de sí. Emmanuele Coccia.
El reino vegetal pertenece a un espectro de la vida que comprende el movimiento y el moverse en el mundo desde una perspectiva distinta a la del reino animal. Incapaces de desplazarse, las plantas crecen hacia arriba para integrarse a la atmósfera, alcanzar el sol y transformar la luz en cuerpo; crecen hacia abajo para tener un soporte adecuado, generar una conexión con la profundidad de la tierra y sus organismos.
El pensamiento que identifica el movimiento y la acción como características de agencia y vitalidad ha dejado al reino vegetal en una de las posiciones finales de las jerarquías de lo vivo. Las plantas, organismos sésiles con una condición corporal que les impide desplazarse como lo hacen los animales, permanecen fijas en un punto, expresando mecanismos de configuración de mundo ingeniosas con una complejidad que iguala a la de cualquier otro organismo con la capacidad de moverse a través del entorno.
Al no poder ir al mundo, la planta se tranfsormó para atraerlo hacia ella.
Las plantas terrestres se desarrollaron en el planeta hace aproximadamente 500 millones de años. Las plantas florales, técnicamente conocidas como angiospermas, emergieron en los últimos 100 millones de años.
Cuando las plantas florales se manifestaron lo hicieron intensamente con toda su diversidad de golpe, las flores brotaron en la historia evolutiva de la planta con una velocidad y flexibilidad monumental que la llevó a enraizar en la mayoría de los paisajes en un corto periodo de tiempo. Darwin denominó este evento como un abominable misterio, el proceso fue tan apresurado y fuera de los ritmos evolutivos estudiados que ese abominable misterio era adjudicado a la intervención divina, no existía otra manera de explicar la rápida aparición y propagación de las angiospermas.1 Si las plantas brotaron en el planeta hace aproximadamente 500 millones de años y las plantas con flor aparecieron en los últimos 100 millones de años, implica que el reino vegetal estuvo en contacto con el mundo durante aproximadamente 400 millones de años antes de expresar floración. Durante este periodo de tiempo el reino vegetal estuvo en un intercambio con el mundo, en un estado de inmersión inhalando y exhalando íntimamente la atmósfera con todo su cuerpo, extendiéndose hacia la luz para llevar a cabo un proceso cósmico alimenticio, transformando el sol en su propio cuerpo, conectando sus raíces con la profundidad de la tierra, interactuando con insectos, lluvias, depredadores, vientos, hongos y fuego. Planta y mundo ejerciendo sus influencias uno sobre el otro en una ecología afectiva. Durante ese periodo de tiempo, dando la ilusión a percepciones humanas de ser un ente fijo, la planta ha tenido encuentros que le permiten desarrollar un intercambio profundo con el mundo, un intercambio transformador que desencadenó en la aparición de la flor. En esta relación íntima con el entorno la planta –sensible a los afectos de su hábitat– desarrolló un medio para dialogar con el exterior: la transformación de sí misma, la formación y brote de la flor. Un acto de modificación corporal para encontrar un nuevo código de diálogo con el mundo. El nacimiento de la flor es el emerger de un nuevo lenguaje, uno de las formas, uno que enriquece los mecanismos ya desarrollados de la planta para interactuar con el ecosistema.2 Es a través de este mecanismo floral que la planta encuentra un medio de apertura
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1 Richard J.A. Buggs. The origin of Darwin’s “abomibable mystery”. 2 Para mayor profundidad sobre el lenguaje de las formas referente a las flores revisar La vida de las plantas de Emmanuele Coccia. que le permite vulnerabilizarse ante el mundo, y éste le corresponde entrando en ella. Este portal floreciente hace un llamado con un susurro mudo a cuerpos, afectos, juegos e historias de otros organismos, los absorbe para construir así una ecología sexual y sensible en el espacio de la flor. Es gracias a esta transformación de sí que la planta se muestra vulnerable y realiza un ejercicio de íntima confianza al depositar su destino genético y evolutivo en el mundo que entra en ella: insectos, corrientes de viento, aves, lluvia, o mamíferos, que participan en el enredo sexual inter-especie de la polinización.
El lenguaje de las flores, un lenguaje de vulnerabilidad y transformación es desarrollado gracias a la profunda intimidad que mantiene planta y entorno. En este diálogo la flor es una respuesta al paisaje, deviene en él, y el paisaje deviene flor. Transformándose mutuamente. La aparición de la flor en las plantas corresponde a la construcción de un lenguaje que requirió la sintonización de su mundo, de buscar y jugar, y así encontrar un canal sensible para diálogar con él; lo que Darwin denomina como abominable misterio, corresponde al momento en el que planta y mundo encontraron un canal de diálogo y la conversación se desbordó en una ecología afectiva, donde las flores proliferaron como verbos en la mayoría de los paisajes del planeta.
De la vulnerabilidad a la transformación a la vulnerabilidad.
Con el brote de la flor la planta se abrió profunda y finalmente vulnerable al diálogo con el mundo, transformándose sensiblemente junto a él.
ABEL RODRÍGUEZ-LÓPEZ
Es doctor en Estudios Mesoamericanos por la UNAM y maestro en Filosofía Social por el ITESO de Guadalajara. Es
miembro del SNI, nivel 1. En 2010 fue reconocido por la UNAM con la medalla “Alfonso Caso” y en 2015 fue distinguido
con el “Premio Ciencia y Tecnología Chihuahua”. Su trabajo más reciente “Los sentidos de la broma entre los rarámuri
del Alto Río Conchos (Chihuahua, México)” (2021) fue publicado por la revista Antropologías del Sur de la Universidad
de Pensamiento Humanista (Santiago de Chile). Actualmente está adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales y Hu-
manidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí donde desarrolla el proyecto “Procesos sociales, históricos
y contemporáneos de los pueblos originarios del Centro-norte de México”. Sus principales intereses de investigación
abarcan la antropología interpretativa y las relaciones entre antropología e historia aplicadas a los pueblos indígenas
del centro y norte de México.
JHOANA ALEXANDRA PATIÑO LÓPEZ
Poeta, profesora universitaria y activista e investigadora feminista Manizaleña. Es más conocida como ébano en el mundo de las letras. Su primer poemario titulado Ébano, fue publicado por la Edito-
rial Ojo Con La Gota de Tinta, en el año 2010. Posteriormente, en el año 2017 publicó Meditaciones de Medio Día: sobre
la Violencia Contra las Mujeres, en el año 2018 publicó una segunda versión de este poemario bajo el nombre Poesía en
Resistencia. En editó y publicó en 2020, la antología colectiva Mujeres sin Molde con participación de 34 mujeres del departamento de Caldas, Colombia y la antología Poéticas de los sures femeninos: despatriarcalizando la poesía, una
obra colectiva con participación de 65 mujeres de 17 países del mundo. En su trasegar literario en diálogo con lo político y lo académico ha creado y participado en diferentes colectivos cultu-
rales como: Abrapalabra, Poesía del Sur Femenino, y la Red de Escritoras de Caldas.
Sus obras han sido publicadas en diversas antológicas nacionales e internacionales. En sus poemas más recientes, la
autora denuncia las desigualdades de género, la educación diferenciada y subordinada impuesta a las mujeres, la pre-
sión social y la reducción de la feminidad a la maternidad. Además, cuestiona de manera implacable y sin retórica, la
violencia simbólica, verbal y física experimentada por las mujeres en una sociedad machista, así como, su desenlace
en el femicidio
BERNARDO OYARZÚN
Artista visual, Licenciado en Artes Plásticas en la Universidad de Chile. Representante de Chile en la 57ª Bienal de
Venecia 2017. He realizado veinticinco exposiciones individuales tanto en Chile como en el extranjero, más de cuarenta
exposiciones internacionales, veinticuatro bienales fuera de Chile, más de cuarenta exposiciones colectivas en Chile,
ocho residencias; Auckland, Nueva Zelanda, 2016; San Pedro de la Paz en la Región del Bio Bio, 2017, Stuttgart, Alema-
nia, 2009; Universidad de Harvard, Boston, USA, 2010; Aldea guaraní en San Miguel de Misiones, Brasil, 2011; Medellín,
Colombia, 2011. Marsella, Francia 2009 y Residencia de Fotografía Nelson Garrido, Valparaíso, 2010. De los premios y
Becas destaco: Altazor 2011 en Artes Mediales, Art forum Competition, Harvard 2008, seis Fondos Concursables FON-
DART, Primer Premio Concurso Artes y Letras, 2002; Mis trabajos están publicados en más de sesenta catálogos y libros
de arte. Mis obras se encuentran en las colecciones: Museo Nacional de Bellas Artes, DAROS Latinoamérica, Blanton
Museum, Ministerio de las culturas, Las Artes y el Patrimonio, Colección CCU y Colección Ca.Sa.
LAURA IBÁÑEZ KUZMANIC (1997)
Nacida en Santiago de Chile, es artista visual, licenciada en estética y diplomada en gestión cultural de la Universidad
Católica de Chile. Además, participa activamente de distintos colectivos feministas como La Casa de las Recogidas y la
Coordinadora Feminista 8M. Su investigación más reciente trata sobre la relación de las mujeres y disidencias con el
espacio cultural público y privado, el canon y el patrimonio.
PAULA BAEZA PAILAMILLA (1988)
Artista visual mapuche que vive en Santiago de Chile. Centrada en el performance, su obra se caracteriza por prácti-
cas relacionales y acciones colectivas que investigan el cuerpo político, social e histórico. En particular, se enfoca en la
autodeterminación del mapuche en la sociedad chilena como gesto político, y en cómo los espacios públicos urbanos
son ocupados por los cuerpos de mujeres indígenas mediante performances que abordan la condición de invisibilidad
en el contexto diaspórico en el que actualmente viven, esto es, desplazadas de sus territorios de origen. Paula Baeza
Pailamilla participa en la 11° Bienal de Berlín
FERNANDA GASSEN
https://fgassen.wixsite.com/fernandagassen (São João do Polêsine - BR, 1982), vive e trabalha em Porto Alegre - BR. É artista visual e professora no Ensino Fun-
damental. Formada em Artes Visuais, tem mestrado e doutorado na mesma área. Participou de diversas exposições coletivas, dentre elas: No presente, a vida (é) política - Central Galeria (2020); Flutua, em diálogos ressonantes, Galeria