Así somos nº13

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La revista Así Somos viene presentando diversos temas importantes en la tarea de hacer visible nuestras culturas, acercándonos a las problemáticas más sentidas de nuestro pueblo, en la lucha contra la estigmatización de su historia, sus conocimientos y modos de vida. Es por ello que hemos dedicado las ediciones pasadas a temas como la relación entre la fiesta y el trabajo, el cuerpo humano y la identidad cultural, la afrodescendencia, la diversidad lingüística del país, los procesos artesanales y el buen vivir o la mirada del mundo desde el barrio, entre otros. No obstante, hay temas que consideramos transversales o vertebrales para nuestra vida plena y que por lo tanto reiteraremos en ellos durante varias ediciones de esta revista. Uno de estos tópicos fundamentales es la soberanía alimentaria. Un pueblo es soberano cuando decide, asume y construye su propio destino, asegurando para ello la creación y desarrollo de todas las condiciones necesarias, tanto materiales como simbólicas que garanticen la persistencia de la vida, pero no de cualquier vida ni de cualquier forma, se trata de una vida con el apego y el amor a un territorio y con una historia y unas culturas compartidas. Aquí el gran desafío está en cómo hacerlo sin la dependencia económica, tecnológica y cultural del mercado mundial, las empresas transnacionales y los imperios. Para acercarnos a esta difícil situación alimentaria, que siembra hambre y miseria en todo el planeta, hemos convocado a 14 venezolanos y venezolanas que han dedicado parte importante de su vida a la investigación y a la docencia en torno a la necesaria construcción de una soberanía alimentaria en nuestro país. Juan José Escalona, sanareño, conocedor de su cultura, investigador y docente nos relata en esta entrega su propia visión en relación con las semillas madres y las semillas transgénicas: “Las semillas transgénicas son sinónimo de dependencia, contaminación y desaparición de nuestra propia semilla originaria y campesina”. De la preocupación de Escalona por la semilla transgénica muchos nos preguntamos: ¿podrá la ingeniería genética ayudar a combatir el hambre en el mundo? ¿Ya lo ha logrado en alguna parte? Lo cierto es que paralelo al desarrollo de la ciencia, continua siendo efectivo el conocimiento popular en la agricultura, y sobre esto nos habla en este número Aldemaro Barrios: “Los campesinos del sur guariqueño saben cuando lloverá y de acuerdo con los truenos del norte desarrollan todo el proceso de preparación de tierras y de la siembra, el momento justo cuando hay que enterrar la semilla de maíz para esperar el agua de lluvia que regarán sus sembradíos”. Saberes no solo vinculados a la alimentación, sino también a la medicina, sobre lo cual nos explica la farmacéutica Ida Celina Clemente: “En Venezuela, ubicada en la gran faja de la biodiversidad entre la cuenca del Caribe y la Amazónica, están presentes las condiciones climáticas y de suelo aptas para el desarrollo de un gran número de plantas que constituyen un amplio arsenal terapéutico”. Sin embargo, aunque contamos con un amplio conocimiento popular en la agricultura, la ganadería y la pesca, la realidad nos aplana y como muy bien relata la profesora Delia Polanco-Loiza en su artículo:“Nos caracterizamos por un sistema alimenticio globalizado, es decir, que si usted está comiéndose un pabellón en Caracas, las caraotas probablemente sean de Lara, Aragua, Argentina o Nicaragua; la carne podría ser de la empresa socialista Marisela en Apure o del Zulia, Barinas, Nicaragua, Argentina, Uruguay (…) el arroz de Portuguesa, Guárico o de algún país asiático…” Todo un largo, costoso y frágil camino desde la tierra de origen del alimento hasta nuestra mesa, “¡Alerta somos vulnerables ante la amenaza del hambre¡”. Como verán en esta treceava edición de Así Somos, la problemática de la alimentación en tiempos del azote del mercado globalizado es muy compleja y necesita ser afrontada por nuestro país desde diversos campos y, en este sentido, vemos con esperanza revolucionaria los resultados presentados por otro conjunto de artículos, aquí presentes, sobre las acciones que realizan las comunidades organizadas, como es el caso de los concejos del poder popular de pescadores del estado Falcón o de la apertura del primer módulo del museo comunitario de Chuao en el estado Aragua, dedicado a la valoración del cultivo del cacao. También el sistema educativo nacional abre paso a nuevas iniciativas de mayor pertinencia cultural y estratégica como el Programa Todas las Manos a la Siembra y el músculo económico central del gobierno nacional identifica las fortalezas y debilidades de la red pública de distribución de alimentos. No se agota aquí este sensible tema, y como ya anunciamos insistiremos más adelante en nuestra urgente soberanía alimentaria. Con esta edición vaya a ustedes nuestra invitación a debatir sobre esta problemática en sus hogares, en las calles, en las escuelas, universidades y centros de trabajo, porque la independencia y la soberanía no se decretan, son conquistas colectivas.

Luis Adrián Galindo C. D i r ector de l M useo N aciona l

de

H istor i a

y de l a s

C u lt u r a s

así somos

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R E V I S TA

E d

01 Nº 13 • JUNIO-JULIO 2012

Fotografía: L u i s B a u t i s t a

Chuao, estado Aragua, mayo 2012.

así somos Nº 13 Sembrando soberanía


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Pesca y acuicultura J a i r o Ve n t u r a Z a v a l a

José Gregorio Flores

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El conuco y la agroindustria: ¿modelos opuestos o complementarios?

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Las plantas medicinales I d a C e l i n a C l e m e n t e

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La cultura de la siembra desde la escuela M i r n a S o j o

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Sistemas alimentarios en crisis y formas de producción

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Delia Polanco-Loaiza

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Entre paila y peltre I v e t t e Fr a n c h i

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El cosmos en la siembra y la cría A l d e m a r o B a r r i o s

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Semillas para la vida y la liberación J u a n J o s é E s c a l o n a

Ideas Para Dialogar C a s i m i r a M o n a s t e r i o s

Así Vamos C a s i m i r a M o n a s t e r i o s

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Quehaceres alimenticios y el agronegocio A n d r é s A v e l l a n e d a

o d i n e t n o C así somos R E V I S TA

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La soberanía alimentaria implica el dominio, por parte del país, de la capacidad de producción y distribución de un conjunto significativo de los alimentos básicos que aportan una elevada proporción de los requerimientos nutricionales de la población.

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Una semilla es como un abuelo o abuela que se conserva y siembra con amor para que nazcan hijos e hijas, nietos, bisniestos, tataranietos, chosnos de vidas; sabor, color y permanencia. La herencia ancestral unida en la tierra y el plato quitándole niños(as), candidatos(as) a muertos al latifundio, al monocultivo y la desnutrición; tres terroristas de nuestro tiempo, hijos del capital y la neocolonización…

Los hombres y mujeres del campo venezolano han aprendido a ordenar en su memoria oral los comportamientos del ambiente, las variaciones del clima, las pléyades celestes, la luna y el sol para obtener un patrón de comportamiento medioambiental que le dé pautas para desarrollar sus procesos productivos.

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En el campo educativo es necesario establecer el norte y orientar la acción para recuperar lo perdido; lo que el enemigo de los pueblos nos robó. Toca a la escuela, a sus docentes, a la familia, hacer fuerte a los ciudadanos que poblarán la república en el mediano tiempo que nos toque acompañar. Como dice Freire “la conciencia política es también factor de producción”.

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10 En esta edición entrevistamos al diputado Jesús Cepeda Villavicencio, con quien conversamos sobre temas relevantes vinculados a lo que significa para un país tener seguridad y soberanía alimentaria, conceptos que en nuestro contexto sociopolítico actual, se buscan plantear desde una perspectiva más humana, visibilizando y valorando nuestro legado cultural, retomando saberes tradicionales y respetando aquello ofrecido por la naturaleza.

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En el estado Falcón existen 29 Consejos del Poder Popular de Pescadores y Acuicultores distribuidos en los 13 municipios costeros, los cuales han sido bastión fundamental para el crecimiento del sector pesquero artesanal junto a los colectivos organizados reunidos en la figura de los consejos comunales.

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La red pública de distribución de alimentos permite, entre otras cosas, que se origine una gran cantidad de vínculos entre personas que realizan diferentes actividades u ocupaciones: los agricultores, las agroindustrias, las empacadoras, los transportistas, los almacenes, las bocas de expendio y las cocinas de los hogares venezolanos, por nombrar algunos de los eslabones del proceso.

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Cada uno(a) de nosotros(as) tenemos un olor o sabor de comida que nos trae recuerdos, alegres, tristes o nostálgicos, en mi caso oler a guarapo de café o probar un manjar de naranja es recordar a mi abuela. Cuando se está lejos del hogar estos sentimientos se acrecientan.

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Flor de árnica.

Fuente: Ida Clemente

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Francisca Inés Echenique, conocida como “Panchola”, así afectuosamente la llamaban, nació el 3 de diciembre de 1903 en el pueblo San José de Río Chico en Barlovento. Su crianza transcurrió en el municipio Acevedo en el caserío La Vega cerca de Puerto Tovarito, importante ensenada fluvial del río Tuy, el más importante del estado Miranda. Desde muy joven, Panchola comenzó su aprendizaje a través de la tradición oral ofrecida por sus abuelos sobre plantas medicinales del entorno barloventeño. Fue significativo para su aprendizaje el tiempo que estuvo residenciada en la comunidad de Mendoza donde trabajó en el asentamiento de cacao Guacarapa. Esta valiosa mujer alcanzó gran reconocimiento de la comunidad por su labor como partera y el acierto en atenciones primarias de salud a partir del uso de plantas medicinales. Sus habilidades se conocieron en otros pueblos aledaños y aún hoy día se le recuerda por su famoso jarabe de Tapara que ayudó a muchas mujeres a lograr sus sueños de maternidad, así como el exquisito quemao, bebida de limpieza utilizada después del parto. Gran parte de su vida la dedicó a atender a los pobladores de asentamientos ya desaparecidos de Solórzano, Pajarito, San Valentín, Gerder y otros que aún luchan por conservar su población como Las Mercedes, La Boca y El Peñón de Aragüita. Actualmente siguen vigentes sus conocimientos y el uso de al menos 116 plantas utilizadas con fines medicinales que incluso han sido identificadas por especialistas en el área, siendo este uno de sus legados más importantes a la comunidad barloventeña y a los venezolanos en general. Panchola también se dedicó a las artes culinarias. Entre sus especialidades gastronómicas estaba la arepa con coco asada, la cafunga, el plátano baña'o, los buñuelos, la barriga 'e viejo, el almidoncito, las panelas, el majarete y la mazamorra de plátano y de maíz. Como lideresa y matriarca toda su vida brindó consejo oportuno para guiar la formación de niñas, niños y jóvenes de su comunidad. Cultivó la artesanía trabajando las taparas, elaborando canastos tejidos de cañamarga, bungos mazas, manares, pilones para los corozos, el maíz, el arroz y todos los usos de la cocina. De sus manos también nacieron hermosísimas muñecas negras de trapo. Panchola falleció en Barlovento en 1987.

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Francisca Inés Echenique “Panchola”

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La Ruta de la Tradición A r i a n n e Ve l i s

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Qué Leemos E r n e s t o Ye v a r a

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Sabores y Saberes M a r i a l e j a n d r a O r o z c o Ve l i s

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Otras Voces A k a i d a L i b e r t a d O r o z c o

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Redes públicas de distribución J o s é L u i s C a s t i l l o

Nora Rodríguez

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La universidad y su pertinencia en la soberanía alimentaria

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A sí Va m o s

Museo Comunitario de Chuao

M onas t er io s

Investigadora Museo Nacional de Historia y de las Culturas

Chuao, museo vivo, que sin olvidar su pasado con laboriosidad y creatividad se labra un mejor futuro.

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onfigurar nuevas estructuras de poder en correspondencia con la nueva institucionalidad es el reto de todas y cada una de las instituciones creadas

luego de la aprobación de la Constitución cuyo objetivo fundamental es servir de marco legal para refundar la república. Tarea robinsoniana que implica experimentar y ensayar

nuevas formas de relación del Estado como expresión real y concreta del poder constituido y el poder popular con su vocación histórica constituyentista. El Museo Nacional de Historia y de las Culturas, por su parte, viene desarrollando el concepto de redes como modelo de relacionamiento con los distintos sectores de la comunidad nacional, a

Fotografía: M A R I A L E J A N D R A O R O Z C O

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C asim ira

Expografía Fertilidad de la Tierra, el Cultivo del Cacao. Módulo 1, Museo Comunitario de Chuao, estado Aragua, junio 2012.

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así somos

La participación de la comunidad en la conformación del museo es vital ya que, entre otras cosas, se trata de registrar, visibilizar, valorar y desarrollar los saberes acumulados en su proceso histórico como comunidad afrodescendiente, agrícola y marina, tanto de su cultura tangible como de sus expresiones simbólicas


Desde esta perspectiva la participación de la comunidad es vital para el desarrollo de cualquier proyecto, pues, entre otras cosas, se trata de registrar, visibilizar, valorar y desarrollar los saberes acumulados en su proceso histórico como comunidad afrodescendiente, agrícola y marina, tanto de su cultura tangible como de sus expresiones simbólicas, además de desarrollar herramientas que le permitan apropiarse del manejo y aplicación del discurso museológico.

así somos

Actividades de formación Por tal motivo nuestra acción como institución acompañante de este proceso comunitario ha estado centrada en promover la organización y formación comunitaria en el área museística (museología y museografía) como campo de estudio donde convergen diferentes áreas del conocimiento, con una visión dinámica, holística y transdiciplinaria en correspondencia con procesos y dinámicas de investigación y acción participativa. En este sentido se han realizado, a manera de sensibilización y familiarización (en una primera etapa), talleres de danza tradicional y fotografía dirigidos a niños y niñas; la producción de dos expografías: Una Miradita a mi Pueblo, resultado del taller de fotografía antes mencionado, y Patrimonios Culturales Vivientes, compuesta por 12 domies correspondientes a los patrimonios culturales vivos de Chuao. Además hemos promovido y apoyado la organización de un equipo promotor para la reactivación del museo, la publicación de un periódico comunitario, la conformación de un grupo de jóvenes y la incorporación de la escuela y el liceo al proyecto.

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Participación de la comunidad Con este propósito el Museo Nacional de Historia y de las Culturas ha venido acompañando a la comunidad de Chuao desde el año 2009 en el proceso de reactivación de su museo comunitario, contribuyendo así con el cumplimiento del anhelo de sus habitantes quienes deseaban la reapertura de tan importante espacio para esta comunidad, en el cual pueden narrar y mostrar su singular historia y su rica cultura a propios y extraños y, de manera particular, a las nuevas generaciones, en estos tiempos en los cuales la globalización amenaza con devorar las culturas locales, sustento y contenido de la llamada cultura nacional. Desde esta perspectiva la participación de la comunidad es vital para el desarrollo de cualquier proyecto, pues, entre otras cosas, se trata de registrar, visibilizar, valorar y desarrollar

los saberes acumulados en su proceso histórico como comunidad afrodescendiente, agrícola y marina, tanto de su cultura tangible como de sus expresiones simbólicas, además de desarrollar herramientas que le permitan apropiarse del manejo y aplicación del discurso museológico.

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objeto de potenciar el desempeño de su participación, democrática y protagónica, en las diferentes instancias de poder y toma de decisión de esta institución. Una de las redes que hemos venido impulsando es la de museos comunitarios, de la cual forma parte el museo ubicado en la parroquia Chuao, municipio Santiago Mariño, estado Aragua.


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M u s e o C o m u n i ta r i o

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Chuao

Un museo para resguardar historia, tradición y patrimonio Chuao es una comunidad afrodescendiente que data del siglo XVI, luego del desplazamiento del pueblo indígena, cuenta con un proceso histórico y sociocultural caracterizado por la unidad pueblo-hacienda. Famoso por su paisaje natural (montaña, río, mar) y humano (el trato cariñoso y amable de su gente y un variado calendario festivo religioso donde se ponen de manifiesto las expresiones musicales y danzarias de ascendencia africana), el casco histórico que asemeja una hoja de cacao, sus edificaciones, objetos coloniales (iglesia, casa del alto, el patio de secado, la cruz del perdón, la máquina clasificadora de la almendra, entre otros) y la calidad de su cacao han hecho de Chuao un lugar apetecido para el desarrollo de la actividad turística. Partiendo de las características socioeconómicas y socioculturales de la comunidad (cultura basada en las labores agrícolas y marinas —combinación que se aprecia en su gastronomía—, la fe, la religiosidad, la solidaridad y el compartir, arraigo y sentido de pertenencia al terruño), de su patrimonio arquitectónico y paisajístico y ante la ausencia de un espacio físico que albergue la colección, la propuesta museística trabajada ha estado centrada en la realización de expografías en espacios abiertos, conformadas por módulos que se integran de manera armónica al paisaje, combinando el uso de materiales autóctonos Expografía: (maderas, fibras vegetales) con materiales foráneos. La Fertilidad en Chuao Este trabajo conjunto entre MNHC-comunidad se resume y expresa en el diseño y desarrollo de la expografía La Fertilidad en Chuao, vista desde la óptica chuaeña en tres vertientes: La Fertilidad de la Tierra: el Cultivo del Cacao, La Fertilidad Marina a través de la Pesca Artesanal y La Fertilidad Humana a través del Embarazo Temprano. Proyecto que se ha venido trabajando bajo la modalidad de reuniones de trabajo y talleres de

museología y museografía comunitaria dirigidos a jóvenes y adultos con asistencia de personal especializado según lo requerido en el proyecto expositivo. En el marco de las fiestas de Corpus Christi, en mayo del año en curso, se realizó la inauguración del módulo I, La Fertilidad de la Tierra: el Cultivo del Cacao, en cuyo diseño se puso de manifiesto la creatividad de la juventud, en tanto que los adultos llevaron las riendas en el suministro de la información:

Historia y Cultura Vinculadas al Cultivo del Cacao (theobroma cacao), saberes desarrollados en comunión con la madre Tierra; conocimientos, valores, cosmogonía, organización y espiritualidad estructurados en torno a lo afrocatólico, así como en la construcción, con sus conocimientos y espiritualidad, parte vital e importante de su ethos como comunidad. Uno de los aprendizajes más importantes para el equipo del MNHC en este proceso es vivenciar la participación organizada de la comunidad, al ritmo de la comunidad, desde la comunidad (organizaciones e individualidades), lo cual nada tiene que ver con esquemas y teorías burocráticas. Necesario es sistematizar y producir nuevos esquemas y paradigmas. La tarea robinsoniana apenas comienza. as

Expografía La Fertilidad de la Tierra, el Cultivo del Cacao. Módulo 1, Museo Comunitario de Chuao, estado Aragua, junio 2012. Fotografía: A rchivo M useo N acional de historia y de las C ulturas


y soberanía alimentaria La soberanía alimentaria implica el dominio, por parte del país, de la capacidad de producción y distribución de un conjunto significativo de los alimentos básicos que aportan una elevada proporción de los requerimientos nutricionales de la población C asim ira

Id ea s Pa ra Dia lo ga r

Legado cultural

M onas t er io s

La cultura endógena Desde esa perspectiva planteamos la soberanía alimentaria como uno de los grandes propósitos del desarrollo endógeno, el cual está intrínsecamente vinculado con la cultura de cada localidad, región y nación. Por lo tanto, pareciera misión imposible alcanzar la tan ansiada soberanía alimentaria si antes no somos capaces de reconocer, revalorizar, estudiar, repotenciar y desarrollar el cúmulo de saberes que a lo largo de nuestra historia hemos atesorado como pueblo agricultor. Un conocimiento que ha sido construido colectivamente y que al productor indígena, afrodescendiente y mestizo le ha permitido producir su sustento diario y de buena parte de la población. Así, analizados, como hecho cultural, los procesos que dan lugar a la cadena alimenticia desde la producción del alimento hasta su degustación por un consumidor es algo más que una actividad económica

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alcanzar la tan ansiada soberanía alimentaria o será necesario precisar qué alimentos producimos, cómo los producimos, cuándo y dónde los producimos y, sobre todo, quién los produce, para qué y para quién se producen esos alimentos?

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uando ingerimos un alimento lo hacemos fundamentalmente por dos razones: primero, para satisfacer una necesidad biológica, material, nutricional; segundo, para satisfacer una necesidad espiritual, sociocultural, es decir, complacer al paladar a través del gusto y el acto socializador; eso que determina el placer o el desagrado que sentimos cada vez que nos llevamos un bocado o un sorbo a la boca. Se trata de esa sensación de goce que rebasa el acto meramente fisiológico de activación de las células olfativas y las papilas gustativas, las cuales al activarse desencadenan un gran cúmulo de experiencias vinculadas al alimento, el plato o la bebida que se consume, el sabor se asocia a la sazón (individual o colectiva), confiriéndole a lo degustado una fuerte carga identitaria. Ante esto nos preguntamos, ¿cuál es el vínculo entre el legado cultural de un pueblo y la soberanía alimentaria?, ¿basta solo con producir alimentos para

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Investigadora Museo Nacional de Historia y de las Culturas


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Legado

c u lt u r a l y s o b e r a n í a a l i m e n ta r i a

y nutricional. Es vínculo afectivo que nos remite al seno familiar y al terruño; alimento del cuerpo y del espíritu que fortalece el sentido de pertenencia a la tierra y a las aguas, dadoras de vida, al sol y al cielo que nos cobijan. Conocimientos y saberes amasados desde el aprender haciendo por ensayo y error, cuyos denuedos abarcan desde el estudio de la vocación de las aguas y la tierra, qué tipos de rubros alimenticios, medicinales, ornamentales, insecticidas, entre otros, se pueden cultivar, hasta las variadas y ricas formas de prepararlos para su consumo. Conocimientos que implican cuándo y cómo se deben cultivar, criar, cazar o pescar los diversos componentes de nuestras dietas diarias, incluso cuáles se complementan y cuáles no, tanto en lo productivo como en lo nutricional. Lo cual, además, contempla variadas y diversas formas solidarias de producción tradicional como el manos vuelta, la cayapa, el brazos cruzados, empresas familiares, así como sistemas de rutas y modos para su comercialización como el trueque, la compra y la venta. Herencia cultural, legado histórico indígena, afrodescendiente y campesino mestizo que debemos cuidar y desarrollar si pretendemos poner y disponer nuestra mesa soberanamente. Nuestro pan de cada día Maíz es jojoto, arepa, hallaquita, hallaca, cachapa; yuca es casabe, pero también es tubérculo insustituible en el sancocho; carne es parrilla, acompañada con yuca, casabe o hallaquita,

pero también es canto de ordeño, jolgorio y parranda; papa es puré y papitas fritas, la sopa para aliviar la resaca y cultivo que marca y delimita los ciclos de vida en los Andes venezolanos y latinoamericanos. Pescado frito con tostón es playa, río, lago; chigüire y arroz con coco es Semana Santa, así como dulce de lechoza es navidad. Cacao es el rico y siempre tentador chocolate, café es dulce aroma mañanero, conversa y amistad, pero también café y chocolate forman parte del acompañamiento en la despedida final. La Constitución nos reconoce multiétnicos y pluriculturales, entonces nuestras cadenas distribuidoras de alimentos como Mercal y Pdval deberían tener en cuenta las dietas regionales, garantizándole así al campesino la venta de lo cosechado y al pueblo todo, la seguridad de “los tres golpes”. Esto, partiendo, por supuesto, del respeto y el reconocimiento a la diversidad que nos conforma y no desde la imposición comercial cuartorrepublicana. Asumiendo, además, que a unos (as) nos gusta el pescado con sabor a tierra y a otros (as) que nos recuerde el mar. Retomar la esencia propia La visión tecnocrática y desnacionalizadora nos ha hecho dependientes de mercados extranjeros, a punta de fomentar la vergüenza étnica y de clase en el campesinado venezolano, estigmatizando al hombre y a la mujer agricultores y pescadores, exponiéndolos como expresión de atraso e ignorancia;

así nos han impuesto gustos foráneos, tanto a rurales como a citadinos, empujándonos a menospreciar lo nuestro. Se trastocó nuestra vocación hacia la tierra y bajo la exaltación de la idea del “progreso” nos empujaron a olvidar el campo y a convertirnos en citadinos “marginales”. Cuántas hectáreas de tierra cultivable se han perdido, cuántas fuentes de agua contaminado, cuántos saberes, semillas, especies vegetales y animales autóctonas o adaptadas han desaparecido… El reto es promover, rescatar y dignificar el saber ancestral, desarrollar y diversificar los derivados de cada rubro para obtener nuevos productos alimenticios basados en los rubros tradicionales, locales y regionales como hecho cultural y no como simple actividad económica. Dignificar al campesino, reivindicando su labor y su imagen, estimulando el recuerdo y asumiendo que todo lo que se come y se bebe viene de la tierra o del agua del país donde nacimos y es producido por laboriosas manos campesinas. Rememorando siempre que con la aparición de la agricultura surgió la cultura y el arraigo en tiempos inmemorables, por lo tanto no puede ser sinónimo de atraso quien asegura la alimentación de la humanidad, el cuido del planeta y por ende la perpetuación de la especie. as

La Constitución nos reconoce multiétnicos y pluriculturales, entonces nuestras cadenas distribuidoras de alimentos como Mercal y Pdval deberían tener en cuenta las dietas regionales, garantizándole así al campesino la venta de lo cosechado y al pueblo todo, la seguridad de “los tres golpes”. Esto, partiendo, por supuesto, del respeto y el reconocimiento a la diversidad que nos conforma y no desde la imposición comercial cuartorrepublicana. Asumiendo, además, que a unos (as) nos gusta el pescado con sabor a tierra y a otros (as) que nos recuerde el mar.


plural

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así somos

venezuela

Brindamos pues a nuestros lectores 11 interesantes artículos, espejo de nuestra realidad, que buscan reflexionar y ser brecha de discusión sobre los paradigmas cotidianos que vivimos o padecemos; bemoles de una sociedad globalizada, industrializada, deshumanizada y olvidada cada vez más de la naturaleza.

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La Venezuela Plural en nuestra treceava edición ofrece 11 artículos vinculados con la hermosa y compleja labor que implica entenderse, asumirse y actuar como pueblo soberano respecto a lo que significa la obtención de productos resultado de artes ancestrales como la siembra, la cría de animales, la pesca, la acuicultura, la medicina natural —permeadas de saberes colectivos legados de los pueblos originarios—, así mismo, aquello que implica el desarrollo progresivo y consolidación de la industria nacional; una empresa tecnológico-científico necesaria cuando de alimentar a un país entero se trata.


Cosecha de café criollo en Caripe, estado Monagas, diciembre 2004. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA

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Ve n ez ue la Plura l

Semillas para la

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M an ue l L ar real

Profesor wayúu


vida y la liberación J u a n J o s é E s c a l o n a B.

Legado ancestral nuestroamericano Desde tiempos ancestrales los pueblos y culturas originarias que antiguamente poblaron a Venezuela y al continente de Abya Yala o nuestroamericano nos legaron, cual herencia y patrimonio cultural, pluralidad de semillas y tubérculos que aún florecen y germinan entre nosotros, nacido s biológica y culturalmente en los tiempos históricos del ayer y que gracias a los pueblos originarios y campesinos sobreviven, nos alimentan, protegen y condecoran en el presente, por ser ellas sagradas e inmemoriales, insustituibles, nuestras y vitales son y serán por siempre acervo, cultura e historia. Son ellas el creativo cultural y milenario resultado de la sabiduría, espiritualidad, indagación y experimentación de los pueblos aborígenes, quienes viviendo en armonía con la madre naturaleza la consideraban sagrada, regalo de los dioses y diosas, así como a las semillas mismas, productoras de mitos y creencias mágico-religiosas. Semillas, plantas y animales en sagrada conexión con el cosmos y sus deidades, nos hablan y conectan de un pasado aún vivo, dialogante ente nosotros hoy. Todos estos pueblos y civilizaciones, asentados histórica y societariamente por aquí y por allá, en lo que hoy es Venezuela y América, iniciando esa conexión mágica, cultural y humana con las semillas y sus contextos ambientales y ecológicos desde la antigua y ya compleja sociedad de cazadores y recolectores, quienes muy a pesar de sus negadores y detractores fueron pioneros del “endoconocimiento” que hoy comienza a visibilizarse y del que honrosa y acertadamente nos hablan, desde nuestro propio país, los pensadores y antropólogos de avanzada.

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Juan José Escalona B. y Juan Ramón Escalona B. El maestro pueblo.

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Una semilla es como un abuelo o abuela que se conserva y siembra con amor para que nazcan hijos e hijas, nietos, bisniestos, tataranietos, chosnos de vidas; sabor, color y permanencia. La herencia ancestral unida en la tierra y el plato quitándole niños(as), candidatos(as) a muertos al latifundio, al monocultivo y la desnutrición; tres terroristas de nuestro tiempo, hijos del capital y la neocolonización…

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Investigador / Escritor / Zaragoza y ar tista plástico


pa r a l a v i d a y l a l i b e r a c i ó n

Deidades femeninas y masculinas de cielo, tierra y aguA Felipa con onoto. Uracoa, estado Monagas, 2008. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA

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S e m i ll a s

Desde los sistemas de valores asumidos por nuestros abuelos y tatarabuelos aborígenes, las semillas eran consideradas sagradas hijas de la madre naturaleza, de las deidades femeninas y masculinas de cielo, tierra y agua. Todo o casi todo giraba en relación con la conexión mágica, simbólica y espiritual de hombre y mujer, juntura de tierra, sol y lluvia: risa y reinado del dios maíz. Luna, mujer y semilla: fertilidad concretizada, conexión de cielo, agua y tierra, ritualidad, cosecha y dicha plena, sagrada presencia de la serpiente arco iris, diosa de la madre-lluvia en los sembradíos de mamá caraota, taita maíz y abuela auyama… la siembra de lo sagrado, lo mítico y comestible se transmuta en un solo acto cultural, creador y sagrado. Se invocaban dioses y diosas para propiciar la buena siembra y descosecha de la misma. Semilla, hombre y mujer conformaban una trilogía humana, espiritual y mágica. El maíz era Dios y alimento, también otras hermanas semillas, legumbres, tubérculos, árboles y arbustos poseyeron una extraordinaria importancia y protagonismo tanto en la dieta alimenticia como en las mitologías, ritualidades y cosmovisiones de nuestros abuelos(as) y tatarabuelos(as) aborígenes del centro, sur y norte de la región geohistórica de Venezuela y del propio continente de Nuestramérica.

Semillas madres Luego de un largo, fecundo y dialéctico tiempo histórico se transformaron nuestros pueblos amerindios en sociedades agroalfareras, es decir en civilizaciones y culturas agrícolas y ceramistas. Es así como ancestralmente es domesticado el maíz, padre y dios nuestro, y otras valiosas deificadas y valiosísimas semillas hermanas como los frijoles, el ají o “chile”, la papa, el tomate y el amaranto, entre muchas otras semillas-madres.

Desde sus propias sociedades, desarrollos culturales y tecnológicos, cosmovisiones, espiritualidades y mitologías nos legaron semillas para alimentar nuestras vidas y estómagos, pero también muchas otras para alimentar nuestra rebeldía creadora y con causa, para alimentar a nuestros librepensadores y humanistas con proyectos de vida, país y planeta, sembradíos y paradigmas irreverentes, libertarios, amorosamente ecologistas y espirituales. Porque eso somos y debemos ser todos y todas: semillas de luz y redención en este continuum cultural e histórico humano, vivido y por vivir. Las semillas autóctonas son un milenario producto cultural heredado de los sustanciales endoconocimientos legados por las sociedades y naciones aborígenes de centro, sur, norte, este y oeste de Abya Yala o continente nuestroamericano: aztecas, toltecas, mayas, incas, quechuas, aymaras, chibchas, araguacos, caribes, caquetíos, achaguas, timotes, cuicas, jirajaras, gayones, coyones, cuibas y ayamanes, entre muchos otros pueblos, primeramente cazadores y recolectores, que luego de un largo, fecundo y particular proceso civilizatorio se hicieron agroalfareros y algunos de ellos se transformaron en sociedades cacicales en la específica y dialéctica realidad contextual del pasado histórico de dentro y fuera de la región, país y continente. Conservar la herencia cultural La herencia cultural y biológica representada en las semillas autóctonas fue conservada hasta el presente, gracias a la sabiduría y capacidad de resistencia ideológica, espiritual y política del pueblo nuestroamericano y venezolano en su condición de guerrero y revolucionario, comandante y cronista, además de libro viviente y batallante de su propia historia, maestro y baquiano del conocimiento originario y endógeno. La memoria colectiva, la escuela de la tradición oral, el sentido de pertenencia y la existencia de la universidad de la vida, así como de la activación de los maestros pueblos, patrimonios y libros vivientes, colectivos y redes socioculturales, medios alternativos, comunitarios y revolucionarios, investigadores(as) colectivos y comunitarios, científicos sociales, educadores(as), intelectuales, artistas, pensadores y combatientes por la soberanía agroalimentaria, la redención social y la revolución cultural y espiritual de la Venezuela bolivariana y de este continente de Abya Yala que en panameña, hermana y originaria lengua kuna significa “Tierra de sangre vital”, “Tierra en permanente madurez”. Somos hijos del maíz, de la yuca, del ají o chile, del amaranto, también del “wairri” que en lengua achagua significa nuestras raíces. Las semillas nuestras poseen su propia historia, ancestralidad, mitología, e importancia societaria agroecológica, literaria, antropológica, ideológica y etnobotánica. Sembrarlas o resembrarlas en el imaginario colectivo nacional y continental es reivindicar lo más originario,


Semillas terroristas Existen semillas para la vida, la espiritualidad y la liberación, pero como es lógico suponer, el imperio norteamericano, las potencias capitalistas y sus trasnacionales ecocidas, poseen y promocionan sus semillas exógenas,

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ETA Francisco de Miranda. Los Teques, estado Miranda, 2010. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA

invasoras y “machorras” producidas genéticamente en laboratorio desde la lógica de una ciencia y una tecnología caracterizadas por ser peseteras, neocolonizadoras, a favor de la contaminación y destrucción de la ecología mundial. Desde los centros mundiales del poder imperial se han inventado a través de la manipulación genética unas semillas “terroristas”. Semillas que donde llegan dejan patologías o enfermedades peligrosas, ecocidios y desequilibrios ecológicos. Semillas potencialmente dañinas para la salud humana, por lo tanto totalmente contrarias a la soberanía agroalimentaria y la propia biodiversidad regional, continental y mundial. Nos estamos refiriendo a las semillas transgénicas. Entre los planes terroristas y de invasión neocolonial implementados por potencias antiecológicas y agresoras

Las semillas nuestramericanas, originarias, autóctonas, campesinas y multiculturales de Abya Yala simbolizan la memoria e identidad de nuestros pueblos y culturas y también los endoconocimientos y patrimonios, mitologías, cosmovisiones y también la resistencia cultural a favor de lo propio y liberador y en contra de lo hegemónico alienante, contaminador y opresor.

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invisibilizado y endógeno de nuestra cultura y memoria histórica. Cada Estado-nación posee un compromiso institucional en la conservación de tan vital patrimonio. En pro del estudio y sistematización de nuestras madres y hermanas semillas autóctonas. Necesitamos que las escuelas de antropología, sociología e historia, asuman líneas de investigación sobre dicha temática en cuestión: las semillas autóctonas, campesinas y multiculturales. Idéntico llamado y compromiso ha de asumir la Universidad Bolivariana de Venezuela y las licenciaturas en agroecología y gestión ambiental, entre otras experiencias y modalidades educativas venezolanas. Hijas e hijos somos del dios amor, la madre tierra y las sagradas semillas de ayer, antier y trasantier. Por ello debemos ser agroecólogos desde lo endógeno, desde el diálogo de saberes, culturas y espiritualidades, y como es lógico suponer, desde la revolución continental y planetaria del pensamiento, el amor, el espíritu, la cultura, el arte, la filosofía, las ciencias sociales, la educación, el quehacer reflexivo, indagatorio y productivo y la vida como un todo: universidad, vientre, cosmos, laboratorio y trinchera. Las semillas nuestramericanas, originarias, autóctonas, campesinas y multiculturales de Abya Yala simbolizan la memoria e identidad de nuestros pueblos y culturas y también los endoconocimientos y patrimonios, mitologías, cosmovisiones y también la resistencia cultural a favor de lo propio y liberador y en contra de lo hegemónico alienante, contaminador y opresor. Como todo tiene su contraparte en esta vida sociocultural e histórica nuestra, así como existe la filosofía del amor y la luz existe la otra polaridad a neutralizar y derrotar. Ante la opresión capitalista e imperial surgen los pueblos, movimientos sociales, líderes auténticos, valientes y de avanzada, activados cual semillas humanas para sembrar paradigmas igualitarios, revolucionarios y promotores de lo endógeno, humanista y liberador. Las semillas autóctonas de Nuestramérica y también las que se dan en esta nuestra patria bolivariana y revolucionaria ameritan ser investigadas, resembradas, “toñequeadas” (apreciadas). También deben ser protegidas, “cambalacheadas” (intercambiadas)


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S e m i ll a s

pa r a l a v i d a y l a l i b e r a c i ó n

Las semillas transgénicas son sinónimo de dependencia, contaminación y desaparición de nuestras propias semillas originarias y campesinas. Con los transgénicos estamos amenazados de muerte también los seres humanos. Con ellas se hacen aún más ricos los dueños de trasnacionales como Monsanto, Bayer o Dupont, entre otras. Mientras que a los productores agrícolas y a sus tierras les quedan los efectos colaterales, es decir, infinidad de enfermedades, desequilibrios sociales y ecológicos, crisis o pérdida de la identidad, desmemoria y desarraigo. como EE UU están por ejemplo los TLC (Tratados de Libre Comercio), y cuando los gobiernos son esclavos e incondicionales de esta potencia asesina, les es impuesto y aplicado inconsultamente a sus pueblos, el nefasto ALCA. Las semillas transgénicas son sinónimo de dependencia, contaminación y desaparición de nuestras propias semillas originarias y campesinas. Con los transgénicos estamos amenazados de muerte también los seres humanos. Con ellas se hacen aún más ricos los dueños de trasnacionales como Monsanto, Bayer o Dupont, entre otras. Mientras que a los productores agrícolas y a sus tierras les quedan los efectos

El maíz es ingrediente fundamental en el régimen alimenticio venezolano. El Valle del Mucujún, estado Mérida, 2010. Fotografía: Luz Marina Parra Zerpa

colaterales, es decir, infinidad de enfermedades, desequilibrios sociales y ecológicos, crisis o pérdida de la identidad, desmemoria y desarraigo. Digámosle: fuera de nosotros, de nuestra historia e idosincracia a las semillas imperialistas, veneno y arma de los Torquemadas del invasor mundo, de las plutocracias corrompidas del neoliberalismo y la globalización de las cadenas. Nuevas misiones para la vida Mientras existan pueblos, procesos y revoluciones anticapitalistas y de avanzada en nuestra realidad continental y mundial estaremos en mejores condiciones para promover y escenificar trascendentales batallas formativas, culturales, espirituales, antropológicas e ideológicas en pro de la defensa y conservación de nuestras raíces, soberanías, memorias, identidades y patrimonios. Urge activar un diálogo de saberes y culturas, desde la propia revolución de las “tres raíces”, la creación y concreción de las siguientes misiones: Misión Maestro y Comandante Pueblo, en reivindicación de la educación y cultura de nuevo tipo y la propia siembra y defensa de la revolución bolivariana. Misión Semilla Autóctona, para que estas sean conservadas por las comunidades a través de proyectos nacionales, el conuco, la agroecología, los bancos de las semillas y los “graneros socialistas”. Misión Universidad de la Vida, para que los libros vivientes y maestros pueblos pasen de una vez por todas a revolucionar el currículo nacional y se junten así las luces, aportes, historias y saberes de las semillas nosotros y las semillas de la Madre Tierra en mancomunada, dialéctica y antropológica batalla y aprendizaje para hacer de la teoría y filosofía revolucionaria un paradigma societario signado por lo dialógico, humanista y endógeno. as

Grano de maíz. Comunidad afrovenezolana Macuquita, estado Falcón, 2011. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA


El cosmos en la siembra A l d e m a r o B a r r i o s R. Investigador / Comunicador social

Fertilizante para la siembra de papas. Valle del Mucujún, La Culata, estado Mérida, 2010. Fotografía : L U I S T R U J I L L O

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Los hombres y mujeres del campo venezolano han aprendido a ordenar en su memoria oral los comportamientos del ambiente, las variaciones del clima, las pléyades celestes, la luna y el sol para obtener un patrón de comportamiento medioambiental que le dé pautas para desarrollar sus procesos productivos

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y la cría


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El

cosmos en l a siembr a y l a cría

¿Quién fue primero el huevo o la gallina?

La Carbonera, Chuao, estado Aragua, 2011.

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Fotografía: Susana Arwas/Edgar Moreno

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Primero fue el campesino o campesina que entendieran mediante un proceso de observación que para poder obtener pollitas el gallo tiene que montar a la gallina en tiempos de creciente lunar porque, a decir de una campesina cuyo nombre es Miriam Jaramillo, del Bajo de Pariaguán en Anzoátegui sur, “Todo lo que se llena en menguante nace macho”. Y Miriam, ante la necesidad de tener gallinas que produjeran huevos, echaba a la gallina con el gallo en creciente y así tendría pollas que luego serían gallinas. Ese acto aparentemente “mágico” de que las hembras son “crecienteras” está asociado a la capacidad de resistencia de los espermas hembras para remontar los fluidos y alcanzar la fertilización del óvulo en un ambiente que en luna de creciente es más hostil que el del menguante porque el cuerpo celeste ejerce mayor influencia sobre los líquidos corporales. Todo entendido como proceso de observación, ensayo y error y por transmisión oral de conocimientos, lo que le da un valor humano significativo y trascendente a la sabiduría campesina. Visiones del universo campesino Alguien dijo alguna vez que los latinoamericanos éramos de ficción y lejos no está esa calificación de la verdad, ciertamente no pertenecemos a la racionalidad cartesiana europea, ni a la meditación trascendental de los asiáticos, sino que hemos desarrollado nuestros patrones de lectura cosmogónica en un mundo mágico de signos y representaciones, especialmente en las labores del campo. Además de una cultura sincrética obligada por las invasiones europeas y la propia necesidad de subsistir en un medio hostil, los hombres y mujeres del campo venezolano han aprendido a ordenar en su memoria oral los

comportamientos del ambiente, las variaciones del clima, las pléyades celestes, la luna y el sol, para obtener un patrón de comportamiento medioambiental que genere pautas para desarrollar sus procesos productivos. La lógica del empirismo ¿De dónde viene esa capacidad para comprender la influencia de la luna sobre los sistemas de siembra o sobre los procesos de fertilización animal para la producción pecuaria? Si intentamos comprender el conocimiento acumulado del campesinado venezolano sobre la cosmogonía productiva alimentaria para insertarlo dentro de una escuela filosófica estaremos especulando sobre un tema que aún hoy las academias califican como empirismo, para así desdecir de la sabiduría popular que por lo demás tampoco reclama espacios dentro de los centros de conocimiento sistemático. Sin embargo, en “ese empirismo” descansa una lógica que tiene que ver con el complejo mundo de la cultura agropecuaria del venezolano donde se transversalizan desde una serie de componentes subjetivos (ánimas, velorios, cabañuelas, actos devocionales, etc.) hasta la reflexión analítica del comportamiento ambiental de los vientos, las nubes, los truenos y centellas. Es una conducta distinta a la lógica del capitalista cuya gestión está fundamentada en operar empresas para la sobreexplotación de los recursos materiales y humanos, esto es fuerza de trabajo, ambiente y equipos mecánicos para la acumulación mercantil. Distinta a la cultura del campesino que es básicamente de subsistencia, solidaridad y consustanciación con el medio ambiente, es decir una lógica socialista. Para vivir en el medio rural el hombre y la mujer del campo han desarrollado a lo largo de años de aprendizajes y transferencias de conocimientos por la vía oral, una abundante gama de información básica y útil para sobrevivir con los recursos del ambiente y su propia fuerza de trabajo, lo que se ha convertido en una cultura de sobrevivencia y del autoconsumo. Esa racionalidad está asociada a los elementos espirituales de fe y creencias religiosas que manifiestamente se muestran en cada temporada de siembra, cosecha, reproducción y que apuntalan a lograr los recursos necesarios mínimos para vivir y lidiar con el riesgo de daños posi-

Para vivir en el medio rural el hombre y la mujer del campo han desarrollado a lo largo de años de aprendizajes y transferencias de conocimientos por la vía oral, una abundante gama de información básica y útil para sobrevivir con los recursos del ambiente y su propia fuerza de trabajo, lo que se ha convertido en una cultura de sobrevivencia y del autoconsumo.


Cocina tradicional a fogón de la señora Felipa. Uracoa, estado Monagas, 2008. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA

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La luna, los truenos y la lluvia Igualmente ocurre con la productividad y los procesos vegetales, la familia campesina sabe que la mejor cosecha se da cuando se siembra en luna menguante. Por ejemplo, la cosecha del quinchoncho o el chícharo, que se siembra para entradas de agua (invierno), la esperan también en menguante, si fue sembrada en ese período lunar. Lo mismo ocurre con las manifestaciones atmosféricas. Los campesinos del sur guariqueño saben cuándo lloverá y de acuerdo con los truenos del norte desarrollan todo el proceso de preparación de tierras y de la siembra, el momento justo cuando hay que enterrar la semilla de maíz para esperar las aguas de lluvia que regarán sus sembradíos. Y así se entiende que los conocimientos campesinos están sustentados en la percepción y codificación consciente del ambiente y sus elementos, lo que a veces

resulta incomprensible para la “racionalidad cartesiana” de la academia y ciertos funcionarios públicos que no terminan de comprender esa lógica probadamente certificada como resultado de una larga experiencia de vida de decenas de generaciones. En ese sentido, tienen en cuenta que esa siembra debe ser santificada por los actos devocionales de los velorios de cruz que le cantan a los santos y a la virgen para que proteja sus esfuerzos de trabajo y les de la caridad de una lluvia que proporcione los alicientes para que germinen las semillas sembradas. Esa magia de la fe no es más que la ratificación de un acto voluntario que anima al hombre y la mujer del campo a esforzarse en el trabajo para sobrevivir con unos parámetros de sapiencia heredados por generaciones y un conocimiento que les da la suficiente inteligencia, fortaleza y astucia para sobrellevar sus sistemas productivos aun en circunstancias adversas como los recientes drásticos cambios climatológicos generados por la irracionalidad capitalista. as

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bles, lo que significaría hambre y muerte para la familia campesina y no una simple pérdida económica como sería el caso de una empresa capitalista.

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Y así se entiende que los conocimientos campesinos están sustentados en la percepción y codificación consciente del ambiente y sus elementos, lo que a veces resulta incomprensible para la “racionalidad cartesiana” de la academia y ciertos funcionarios públicos que no terminan de comprender esa lógica probadamente certificada como resultado de una larga experiencia de vida de decenas de generaciones.


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alimenticios y el agronegocio

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Quehaceres

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A n drés Ave llan e da Universidad Nacional E xperimental Simón Rodríguez

A la hegemonía agroempresarial —constituida por una racionalidad caracterizada por la ganancia, la mercancía, el agronegocio y la voracidad especulativa— que trata de mantenernos, desde el sabotaje alimenticiode 2003, en continua zozobra, debemos combatirla con nuestros quehaceres nutricionales histórico-culturales

Detalle de campesino con escardilla. Manzano Alto, vía La Azulita, estado Mérida, 2010. Fotografía : L U I S T R U J I L L O


Romper la hegemonía agroindustrial En la construcción del socialismo debemos hacer esfuerzos por no reproducir esta inhumana concepción. Sin duda no es tarea fácil superar la colonización alimentaria agroindustrial ejercida sobre el pueblo, las instituciones y los dirigentes, pero debemos comenzar a emanciparnos de esta dominación.

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Alimentos desnutridos Algunos ejemplos de lo expuesto anteriomente nos los otorgan los procesos agroindustriales del maíz, los aceites (tanto de maíz como de otras oleaginosas), el arroz, los pollos, los cerdos y la leche. En el caso del maíz el modelo agroindustrial convierte a productores venezolanos en sus proveedores de materias primas, es decir, estos aportan el grano entero con todos sus nutrientes. La agroindustria fragmenta el grano o lo descompone en subproductos para la elaboración de otras mercancías como aceite, hojuelas de maíz, nepe, almidón, desechos para la industria animal y “el bagazo” resultante lo comercializa como “harina de maíz precocida” siendo realmente harina de restos de maíz precocido. Como se observa, no es importante aportar nutrientes para cubrir las necesidades del género humano, como se plantea en el socialismo, sino extraer la mayor ganancia posible. Esta “mercancía desnutrida” es vendida casi a tres veces del precio que pagan por el grano de maíz entero, además de las ganancias provenientes de la separación de los principios nutritivos (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales) que se venden como subproductos por separado.

La estrategia de romper el monopolio agroindustrial reproduciendo ese modelo agroindustrial, es decir, con la instalación de más plantas procesadoras elaborando la misma mercancía es, posiblemente, un mal necesario en la actual coyuntura, sobre todo cuando consideramos la necesidad de atender el consumo de las grandes ciudades, pero de igual modo solo estira la arruga del problema de fondo. Desarrollar una política de concientización para la retoma de nuestros hábitos alimenticios y patrones de consumo históricos y culturales, basados en nuestras condiciones agroecológicas tropicales, es tarea titánica. Debemos profundizar este diálogo-acción, pues implica un proceso de ruptura con la hegemonía que nos impone el consumo de sus mercancías. Esa hegemonía puede ir fracturando, restaurando y desarrollando la agricultura indocampesina o campesina, con sus saberes, quehaceres, con su forma de desenvolverse y relacionarse, con sus productos, conectándola con un tejido de redes socioproductivas campo-ciudad, el vecino como productor, proveedor, procesador; organizando socialmente la producción sobre la base de la formación cultural, político e ideológica contextualizada con hábitos alimenticios propios. En la práctica cultural de nuestro pueblo estos planteamientos son una realidad invisibilizada por la academia y la institucionalidad.

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E

n socialismo debemos producir alimentos sanos que contengan la mayor carga posible de nutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales) coherentes con nuestra cultura y provenientes de nuestras condiciones agroecológicas, en vez de generar exclusivamente materias primas para satisfacer la demanda de producción de la industria alimenticia agroindustrial —léase— agronegocio. En el capitalismo los bienes de consumo alimenticios provenientes del procesamiento agroindustrial son concebidos para la generación de ganancias y la acumulación del capital de los empresarios, sin importar la cultura, el acceso, la disponibilidad, el origen y la calidad de los alimentos. La agroindustria, a través de los medios de difusión comercial y la penetración de la educación formal en todos sus niveles y sectores profesionales —médicos, nutricionistas, ingenieros agrónomos, médicos veterinarios, técnicos y científicos—, ha amarrado a los consumidores y a la institucionalidad al consumo y producción de sus mercancías, sin importar la calidad de los nutrientes que aporten ni los residuos nocivos a la salud pública provenientes del procesamiento de las materias primas.

Cosechadora en la comunidad indígena kariña Jesús María y José del Guamo, estado Monagas, 2011. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA


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Quehacere s

alimenticios y el agronegocio

Formas paralelas de producción Al indagar en las ciudades, comunidades y barrios veremos cómo hasta hace pocos años existían los molinos vecinales donde la gente procesaba sus granos (caso del maíz) y luego, en el hogar, se elaboraban las arepas de maíz pilao o pelada. Otras experiencias interesantes son los casos del frijol, la cachapa y el queso de cincho que con baja intervención agromercantil y del Estado llegan a nuestras mesas, de modo que una interesante red social se encarga de servirnos. Partiendo de estas experiencias deberíamos adecuarlas a los nuevos tiempos, a las nuevas y sencillas tecnologías, a la nueva realidad socioorganizativa pero manteniendo los principios de las prácticas populares. La conformación de redes sociales producción-consumo, campo-ciudad, consejo comunal- consejo comunal, comuna-comuna, donde en hogares o pequeños centros comunales se procesen alimentos autóctonos locales será un modelo donde la gente vaya retomando sus hábitos alimenticios, patrones de consumo locales y se empodere de los procesos alimentarios. Hasta ahora la política preponderante ha consistido en replicar el modelo agroindustrial pero ampliando la propiedad, se enfrenta así el agronegocio privado con la construcción paralela del mismo modelo y complejo agroindustrial. Se

Quehaceres populares alimentarios

En esa perspectiva debemos iniciar un estudio minucioso de los quehaceres populares alimentarios, tanto en el campo como en la ciudad, que sirva de fuente teórica para la construcción de lo constitucional. Allí están sucintas las enseñanzas para la construcción del enigmático socialismo o de la sociedad más justa: • Empoderamiento de la gente en los procesos alimenticios. • Socialización del saber y el hacer. • Sembrar para comer. • Consumir lo que se produce. • Ingerir para nutrirse. • No requerir de relaciones mercantiles para comer. • Minimizar los efectos de la división social del trabajo. • Estimular el ingenio popular en la confección de diversas formas de consumo, presentaciones, almacenamiento, distribución, procesamientos, tecnologías. • Desarrollar una red de organización social alrededor de la alimentación. • Acabar con la intermediación de los grandes agroempresarios privados o sociales. • Eliminar la dependencia de las tecnologías foráneas.

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20 calcan los paquetes tecnológicos exógenos con los mismos patrones de consumo, la división social del trabajo (productores-procesadores), con igual cadena agroalimentaria y el mismo producto de la agroempresa capitalista. El proceso revolucionario no debe conformarse con la flojera intelectual de reproducir todo lo que hizo el capital. Las empresas de producción social deben existir en la transición pero no como única salida. La restauración de la agricultura indocampesina y la retoma de las redes sociales alimentarias son acciones de largo aliento, conducentes a superar la dominación agroindustrial nacional y transnacional. as

Para seguir leyendo... Avellaneda, A. Seguridad y soberanía alimentaria, disponible en http://www.aporrea.org/actualidad/a40520.html _______. Convertir la coyuntura del desabastecimiento en debate popular y organización socioproductiva, disponible en http://www.aporrea.org/actualidad/a50935.html _______. Ante la hegemonía agroempresarial retomemos nuestros quehaceres alimentarios históricoculturales, disponible en www.aporrea.org/actualidad/n74117.html Amada Rojas Vargas, cantante popular y artesana, moliendo maíz. Campoma, estado Sucre, 2011. Fotografía : I Vá N C A L Z A D I L L A


paila y peltre

Entre

Entre paila y peltre camino buscando si soy chicha u horchata, pinceladas de la gastronomía venezolana vista desde la perspectiva de un ingrediente nacional: el maíz. La soberanía alimentaria nacional en píldoras que nos muestran dónde tenemos la despensa local I ve t t e

Franc hi

Elaboración de arepa a fogón. San José de Guaribe, estado Guárico, 2012. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA

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Porque tu boca divina al hablar puede ser cruel si es tan dulce y cristalina debiera de ser toda miel. Armando Molero

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Tu boca es como una flor linda, fresca, roja y pura es un manantial de amor que las penas de amor cura. El alma de quien la besa nunca ya podrá olvidarla queda para siempre presa siempre tendrá que besarla.

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Cocinera / Investigadora


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Entre

pa i l a y p e lt r e

D

esde la boca comienza el idilio entre lo que imagino comer y lo que termino comiendo. La alimentación es uno de los acontecimientos más hermosos de la humanidad, es la concreción de un acto de amor, alimenta la madre al recién nacido y en ello le va fijando el amor a la matria, aquella que le canta canciones de cuna y que lo arrulla por las noches para luego, con los años y la escuela, inculcarle el amor a la patria. Alimenta el hijo al padre cuando ya aquel no tiene las fuerzas para hacerlo por sí solo, alimenta el desconocido al indigente por mero acto de misericordia. Así de sencillo, así de amoroso. Alimentación: necesidad universal Una de las necesidades básicas del hombre fijadas en la pirámide de Maslow es la del alimento. Colocada en la base, como se muestran los elementos más importantes para el ser humano. Muchas veces me he preguntado cómo se han ido perdiendo costumbres alimentarias en un país como el nuestro que está lleno de sabores propios, guisos llenos de historia, preparaciones que han pasado de generación a generación. Un país con una despensa amplia y con productos insuperables. Cómo logramos olvidar el amor por nuestros productos, disminuir el consumo de algunos y la desaparición de algunas recetas porque simplemente sus creadoras o custodiadoras ya no existen, o porque la moda ha hecho que sea más elegante servir cupcakes y no ponquecitos. Vericuetos del idioma. En un recorrido gastronómico por más de medio país durante los últimos años he visto productores contentos porque su cosecha fue hermosa y muy gustosa, he visto también a algún otro llorar porque las condiciones del clima le hicieron perder el trabajo de un período, pero también he visto cómo cantidad de emprendedores están haciendo que cada día sea una aventura culinaria para ellos como productores. He visto el orgullo con el que se trabaja desde muy temprano y hasta entradas las horas

Venezuela sabe a maíz, huele a maíz, somos hombres y mujeres de arepa, somos una gran comunidad cultural que se reúne todas las navidades a comer en más o menos las mismas horas el plato que nos identifica a todos, que nos une a todos: la hallaca. Desayunamos empanadas, torticas, mandocas, comemos funche, pero rara vez pensamos en la situación real del maíz como cultivo, cómo se protege al agricultor y cómo hacemos para comprar harina de maíz precocida.

de la noche. Y es allí donde mis interrogantes quedan en el empuje y el espíritu de aquellos que hacen posibles las cosas. Pero la realidad es otra. Despensa y poder En nuestra despensa reside también nuestra soberanía alimentaria, en nuestro caso los productos más emblemáticos están llegando de otras latitudes y comprar los alimentos de la cesta básica se ha hecho cada vez más difícil. Tomemos un caso concreto: el maíz. Venezuela sabe a maíz, huele a maíz, somos hombres y mujeres de arepa, somos una gran comunidad cultural que se reúne todas las navidades a comer en más o menos las mismas horas el plato que nos identifica a todos, que nos une a todos: la hallaca. Desayunamos empanadas, torticas, mandocas, comemos funche, pero rara vez pensamos en la situación real del maíz como cultivo, cómo se protege al agricultor y cómo hacemos para comprar harina de maíz precocida. Desde los arawacs se ha consumido maíz por estas tierras y hasta objeto de culto religioso ha sido este cereal, el zea mayz forma parte de la cultura nacional. Desde el maíz cariaco que se utiliza en fororo, dulcería y granjería, pasando por el amarillo para congelar y enlatar, o el blanco cuya dificultad radica en la baja producción del mismo fuera de las fronteras nacionales, lo cual impide su importación masiva en caso de necesidad, hasta el popular reventón, artífice de los gallitos o cotufas tan queridas para momentos de esparcimiento; todas estas variantes dan luces al agricultor nacional para su cultivo. Las regulaciones gubernamentales han permitido un aumento en la producción de maíz amarillo pero también han contribuido al aumento en la importación de semillas. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) la producción de cereales para los últimos tiempos ha ido en aumento, por lo cual podemos inferir que la producción de maíz mantiene su ritmo de cultivo y eso a su vez le da cierto margen de estabilidad a los agricultores y productores. Lo cual, a nosotros, pueblo de maíz, nos permite contar con un alimento vital en la cadena de consumo local. Pero esto me lleva a otra interrogante, entendiendo también que al menos 80 por ciento de la siembra local está en manos de transnacionales a través de cultivadores que ya han negociado las cosechas, ¿qué necesitamos para ser realmente soberanos en este rubro? Los esfuerzos deben dirigirse entonces a fortalecer al pequeño productor que no tiene la capacidad de soportar financieramente los embates del mercado. Igualmente es indispensable garantizar, como lo indican Víctor Segovia y Yanely Alfaro ante la nueva realidad económica del país, que los recursos financieros para apoyar al productor estén disponibles y que sea factible llegar a la consecución de créditos agrícolas que permitan el crecimiento sostenido de la producción. ¿Dónde queda la acción del gobierno si a partir de su regulación se dificulta la adquisición del producto o se expende públicamente a precios exorbitantes? La responsabilidad es compartida por el consumidor cuando este


así somos R E V I S TA Limpieza de maíz. Comunidad indígena Karíña de Camurica, estado Bolívar, 2012. Fotografía : MIGUEL GARCía MOYA

adquiere el producto a cualquier precio que se le oferta en menoscabo de la economía familiar, a eso nos enfrentamos día a día. Es entonces cuando se convierte en objeto de deseos públicos el aceite de maíz o la harina de maíz precocida de marcas específicas y surge una especie de ambivalencia en medio de un mercado agrícola que ha dado los pasos para proveer el producto. Y esto es solo revisando uno de los rubros anclas del país. Volver al fogón del hogar Es allí donde interviene mi lógica de cocinera que busca resolver los enigmas del desabastecimiento y llega a pensar de nuevo en aquellas recetas de abuelas y bisabuelas que olvidamos por moda o porque ellas ya no están, y se piensa en volver a las ancestrales técnicas culinarias que tenemos a la mano y que han hecho que nuestra cocina se perpetúe en el tiempo. A veces pienso que si seguimos en la fase de negación de nuestras raíces culturales gastronómicas no tendremos quien haga una hallaca o pile el maíz para una arepa, ni pensar en la elaboración de un buen majarete o la exquisitez de un arroz de maíz, simplemente porque no nos atrevimos a defender nuestro patrimonio culinario, aquel que nuestros antepasados nos legaron. Hemos sido realmente mezquinos con la herencia que recibimos. No aprendimos a amarla y es hora de retomarla y reconocerla y reenamo-

rarnos de ella. Toca sacar del traspatio esa riqueza con la que hemos sido criados, apoderarnos de nuestros guisos y sabores para que realmente podamos transmitir identidad. Creo que la hora de ser realmente nosotros gastronómicamente hablando ha llegado y que estos tiempos de redescubrir nuestra despensa han hecho que la inquietud de las nuevas generaciones surja a manera de interesarse en nuestro recetario más tradicional, en la medida que esto pase podré seguir caminando entre las pailas de los fogones y el peltre de las vajillas para descubrir si soy chicha o soy horchata. as

Para seguir leyendo... Organización de las Naciones Unidas Para la Agricultura Alimentación (FAO). “Breve información sobre la situación mundial de la oferta y la demanda de cereales”, en Perspectivas de cosechas y situación alimentaría, nº 1, febrero 2009, disponible en http://www.fao.org/docrep/011/ai480s/ai480s03.htm

y la

Segovia S., Victor F. y Yanelyy J. Alfaro J. “El maíz: un rubro estratégico para la soberanía agroalimentaria de los venezolanos”, en Agronomía Tropical [en línea], sep. 2009, vol. 59, nº 3, pp. 237-247, disponible en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid= S0002-192X2009000300001&lng=es&nrm=iso>

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Ve n ez ue la Plura l

Sistemas

alimentarios

y formas

en crisis

de producción

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así somos

Producir, transformar, distribuir y comer lo nuestro, apropiándonos colectivamente de todo el quehacer del sistema alimenticio, solo así seremos soberanos

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D e l ia Po lan co - Lo aiz a Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela

L

a libertad y la independencia de un país se fundamenta en la capacidad de este país de alimentarse por sí solo. ¡Hay que consumir lo nuestro!” Así concebía la soberanía alimenticia el Che africano de Burkina Faso, Thomas Sankara. Para ello, en solo cuatro años que estuvo en la presidencia hasta su asesinato en 1987, desplegó como política fundamental la investigación y restauración de alimentos y recetas sanas tradicionales en ese país, integrando la historia, lo sociocultural y la armónica producción-naturaleza. Una interesante lección que deberíamos revisar. ¿Y Venezuela? Nos caracterizamos por un sistema alimenticio globalizado, es decir, que si usted está comiéndose un pabellón en Caracas, las caraotas probablemente sean de Lara, Aragua, Argentina o Nicaragua; la carne podría ser de la empresa socialista Marisela en Apure o del Zulia, Barinas, Nicaragua, Argentina, Uruguay; la yemita, de Aragua, Carabobo, Lara o Miranda; el arroz de Portuguesa, Guárico o de algún país asiático; el queso, de Zulia, Falcón o Lara, y el plátano de Zulia o Miranda. Lo perverso es que pasa igual en Tocópero o en Caujarao del estado Falcón u otra población y/o caserío. ¡Nos estamos comiendo! Perciba todo el procesamiento que se requiere (preservantes u otro) para semejante recorrido y los diferentes tipos de

transporte y condiciones por los que pasan estos alimentos hasta llegar a nuestras manos. Añadamos que el sistema alimenticio mundial es petrodependiente (semilla, agrotóxicos, maquinaria, agrosoportes, agroindustria en general) y que compramos nuestros alimentos con la renta del oro negro.


Sistemas alimenticios en crisis El sistema alimenticio es un agronegocio, obedece al juego de la oferta y la demanda, dicho más propiamente a la volatilidad crónica de precios y especulación aunada a los vaivenes del precio del petróleo. ¿Recuerdan el sabotaje alimenticio de 2003 impuesto por el monopolio de la harina de maíz y el aceite, entre otros rubros? Crisis total, debido a que nuestros hábitos de consumo dependen de estos alimentos. El Gobierno Nacional lo contrarrestó con importaciones de alimentos y posteriormente con una cadena de distribución a través de Mercal, bodegas populares y Pdval. Pero suponga usted que se nos vienen tempestades, derrumbes, sequías, ventarrones (el inminente desastre climático) o la guerra con bloqueo incluido, ¿cómo llegarían estos alimentos a Venezuela, bajo el supuesto de que otros países nos quisieran vender? Imaginemos con

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Ante la angustiosa realidad hemos tratado este tema en aproximadamente 40 conversaciones realizadas en consejos comunales urbanos, con un promedio de dos personas interesadas en cada encuentro, valga acotar que los lugares de reunión estuvieron repletos para discutir sobre la comisaría y su dañado aire acondicionado, la acera, el alumbrado, el asfaltado de la calle, la cancha, entre otros. Y en las comunidades predominantemente agrícolas, encontramos —además de las ganas de venirse a la ciudad— que están comiendo enlatados, espaguetis, harina precocida de maíz y trigo, entre otros. Pareciera que hubiéramos olvidado que el alimento es VITAL, ni que decir de la percepción del alimento como afecto, como ternura, como regalo. ¿Ha pensando usted que el alimento, garante de su vida, lo tiene Otro, llámese Estado o empresa privada? ¿Tan hondo ha calado el consumismo que el alimento es una cosa más? Una cosa sin historia, sin gente, sin cultura, sin saberes ni quehaceres, sin lugar ni tiempo. Añadimos a lo anterior la “etnovergüenza” de la que nos habla Andrés Avellaneda: no queremos comer lo nuestro ni rescatar nuestra cultura agrícola campesina con su cosmovisión, su autosuficiencia biológica y energética, nuestro conuco, quehaceres colectivos, intercambios solidarios, apoyo mutuo, reciprocidad. ¿Y si nuestra soberanía estuviese en retomar nuestros propios referentes y no en buscar hombres y mujeres nuevos?

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El alimento como afecto

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Las “Buenas Prácticas” Entre las consecuencias de ese sistema alimenticio globalizado debemos mencionar las enfermedades trasmitidas por los alimentos. ¿Recuerdan las muertes de mayo 2011 en Europa debido a pepinos contaminados por la bacteria Escherichia coli? ¿Llegan a su memoria las vacas locas, la aftosa, pollos con dioxinas (compuesto químico resultante de procesos de combustión dañinos para la salud), carnes saturadas con antibióticos y hormonas, cereales con aflatoxinas (toxina cancerígena producida por un hongo), leche contaminada, entre otros? ¿Y qué se inventaron para disminuir los riesgos ante estos extenuantes canales de comercialización? Certificaciones para “hacer las cosas bien”: “Buenas Prácticas” (BP) para asegurar la producción de alimentos sanos (inocuos) y de calidad, considerando el mínimo impacto de esas prácticas sobre el ambiente y la salud de los trabajadores. Entonces, tenemos BP agrícolas que se inician en la finca y terminan en la mesa del consumidor; BP para prevenir y controlar los peligros de contaminación en la producción primaria, cosecha y poscosecha; en la fabricación, transporte y almacenamiento de alimentos; en la preparación y expendio de comidas y bebidas. ¿Y quién certifica las BP? Las corporaciones. Este agronegocio globalizado nos ha traído no solo el aumento de enfermedades trasmitidas a través de los alimentos, sino hambre, pérdida de sabores, olores, sazones, olvido de nuestra gastronomía autóctona, pérdida cultural (símbolos, creencias, otro), privatización de nuestros alimentos y saberes, devastación de ecosistemas y climas y exclusión de agricultores de sus tierras, entre otros.


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Sistemas

a l i m e n ta r i o s e n c r i s i s y f o r m a s d e p r o d u cc i ó n

hambre a casi tres millones de personas —aproximadamente el Distrito Capital—. Sería la barbarie, porque las ciudades son “desiertos alimenticios”. ¡Alerta: somos vulnerables ante la amenaza del hambre! El alimento desde que nos invadieron en 1498 ha sido utilizado como arma de dominación. Venezuela, con el Caracazo de 1989, inició lo que han llamado las rebeliones por hambre, las cuales, a la fecha, se han agudizado en el contexto mundial, recordemos que hasta los supermercados de Estados Unidos tuvieron que racionar las ventas de arroz en la crisis de 2008. Estas rebeliones “globales” no son coyunturales, son la respuesta a un modo de producción, distribución y consumo creado para el hambre y la miseria. El informe sobre la inseguridad alimenticia en el mundo elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (conocida como FAO por sus siglas en inglés: Food and Agriculture Organización of the United Nations) dice que la agricultura mundial podría alimentar a 12.000 millones de personas (2.200 calorías diarias por individuo adulto), es decir, casi el doble de la población mundial actual. Con toda razón Jean Ziegler, exrelator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación señala: “cada cinco segundos muere un niño de hambre, cae asesinado”. Asesinado por un sistema agroempresarial. Reflexión final Para finalizar contextualizamos lo siguiente: en 2011, la OPEP certificó que las reservas probadas de crudo de Venezuela superaron a las de países como Arabia Saudita, Irán e Irak; somos la sexta reserva de gas natural con una duración teórica de más de 100 años; poseemos la tercera reserva de bauxita, la cuarta de oro y la décima reserva de hierro a nivel mundial. Disponemos para el mes de mayo

de 2012 de 26,2 millardos de dólares en reservas internacionales, pero importamos entre el 70-90 por ciento del alimento. ¿De cuál soberanía hablamos? “Yo he escuchado (…) que personas pueden quedar dependientes de nosotros para su alimentación. Yo entiendo que eso no debería ser una buena noticia. Para mí es una buena noticia, porque antes de hacer cualquier cosa estas personas tienen que comer, y si nosotros estamos buscando una forma de hacer a las personas… dependientes de nosotros… me parece que la dependencia alimentaria sería fantástica.” ¿Quién o quiénes son capaces de idear algo semejante? Hubert Humphrey, 1957. 1ª sección US Senate Comitte on Agriculture and Foresty Hearing: Policies and Operations of PL 840. 48th Congreso. El Senado de EE UU planificó con premeditación y alevosía nuestro despojo alimenticio con la complicidad de gobiernos y academias: semillas, saberes, quehaceres, hábitos de consumo, recetas…, es decir, el despojo de nuestra soberanía. Y ejecutado exitosamente. ¿Cuál sería el contraataque? Retomar nuestro sistema alimenticio autóctono. Solo de esta manera nosotros decidiríamos qué comida se produce, cómo, cuándo, dónde y en qué escala, y decidiríamos qué comer. Una verdadera acción revolucionaria. as

Para seguir leyendo... Polanco-Loaiza, Delia. Saber qué comemos y trabajar lo que comemos, disponible en http://www.aporrea.org/actualidad/a138001.html


La cultura de la siembra

desde la escuela R E V I S TA

así somos

En el campo educativo es necesario establecer el norte y orientar la acción para recuperar lo perdido; lo que el enemigo de los pueblos nos robó. Toca a la escuela, a sus docentes, a la familia, hacer fuerte a los ciudadanos que poblarán la república en el mediano tiempo que nos toque acompañar. Como dice Freire: “la conciencia política es también factor de producción” M ir na S ojo Militante de la E scuela Social Rodrigueana Latinoamericana y del Caribe

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CEIN Eladio López, municipio Mariño, estado Aragua. Fotografía : ES Alzualde Gómez

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c u lt u r a d e l a s i e m b r a d e s d e l a e s c u e l a

Sembrar amor por la tierra Simón Rodríguez, en la escuela modelo de Chuquisaca, planteaba la necesidad de la educación social, es decir, un proceso pedagógico que partiera de los establecimientos o talleres fueran estos de agricultura o de herrería. Su proyecto de educación incluyente, popular, para todos y todas expresaba un modo de combinar la práctica con el estudio, la práctica social con el desarrollo de lo local, la toparquía para el maestro vendría a ser el territorio sustentado por sus propios habitantes, y la ocupación de todos sus ámbitos la tarea inmediata de la educación. José Martí daba también un lugar preponderante a la escuela al plantear que “escuela no deberían llamarse sino talleres”, donde las labores del campo se realizaran durante la mañana. Expresaba el maestro: “en la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas con que en la vida se ha de luchar”, de modo que el trabajo agrícola en su pensamiento fue fundamental para la formación del carácter en los estudiantes. La escuela rural mexicana afinó sus técnicas de laboriosidad con la tierra y el originario asumiendo el compromiso de producir mejor y saludablemente en el México adentro, las misiones culturales llevaban la gran tarea de compenetrarse con la sabiduría ancestral y aportar desde el conocimiento a las mejoras de las condiciones de vida de las comunidades, pero también esta educación entró en diálogo intercultural y solo desde la comunalidad propia de las culturas ancestrales fue que este tipo de educación se vio fortalecida y enriquecida por los conocimientos entre ambos. Visto así el maestro rural pasó a ser fuente inagotable de lucha y tesón por las transformaciones de México, aplicando las técnicas agrícolas y a su vez aprendiendo de la comunidad impulsando de esta manera las transformaciones que demandaba la educación en tiempos de la revolución. Amílcar Cabral, africano, ejemplo de lucha por la liberación de Guinea Bissau, fue inspirador de “la escuela al campo”, donde jóvenes guineanos aprenderían directamente de la escuela campesina a escuchar a los mayores y

a conocer de cerca el trabajo de la tierra, esta escuela repensada desde la reconstrucción nacional participó en los almacenes del pueblo contribuyendo a la soberanía alimentaria de la nación guineana, de igual modo esta educación no descuidó la intencionalidad política de la formación de los ciudadanos al definir programas de estudios que retomaran la identidad del pueblo, denominada por Amílcar Cabral como la “africanidad”. La escuela de Lucila del Perpetuo Socorro Godoy, que se interesaba por las granjas escolares, la horticultura, del trabajo activo y las experiencias del trabajo en la comunidad en un Chile profundo agobiado por el hambre, la miseria y donde las miradas de los niños se perdían de sus rostros. Fue militante de las causas de los pobres, por tanto, la producción de alimentos le permitía dignificar su labor escolar y proyectarla hacia lo social. Lucila nos deja el siguiente legado: “la acción es lo que fortifica las facultades del estudiante y lo que acrecienta su espíritu, se debe aprovechar siempre el esfuerzo personal de los educandos en la acción educativa”, sus enseñanzas en las granjas agrícolas contribuyeron a pedagogizar el trabajo liberador. No menos importante es la labor del maestro Augusto Mijares, quien dentro de su afán por impulsar la educación técnica no cesó de expresar la necesidad de formar el carácter de los estudiantes a partir de actividades que generasen esfuerzos no solo cognitivos sino también manuales. Politizar al estudiante se concretaba en la organización para acometer las necesidades del entorno, por tanto, la acción política tenía que ver con el desarrollo de las capacidades para la voluntad de ser útil socialmente. Aprender bien los oficios, los conocimientos, para luego ser aplicados con genio y maestría. Si nos vamos a la historia de nuestras familias, la escuela primera de la vida, recordamos con orgullo que en nuestros patios existían los frutales, los corrales de animales y las plantas medicinales para sustento del núcleo familiar, la autosustentabilidad tan común y cotidiana en nuestra niñez queda rememorada en las diversas labores que después de


¡Todas las manos a la siembra! El Programa Todas las Manos a la Siembra (PTMS) surge en el año 2003 como parte de la respuesta a los acaparamientos de los rubros alimenticios y nuestra vulnerabilidad en cuanto a la soberanía alimentaria después del golpe petrolero de 2002, desde entonces viene asumiendo la preocupación por el cambio de los patrones de producción y consumo desde las escuelas que en el ámbito educativo demandan la superación de la dependencia económica mediante el enfoque agroecológico. Los esfuerzos van dirigidos a hacer del currículo un instrumento para la vertiente agroecológica —por muchas décadas ausente en nuestra educación—, lo cual permitiría a docentes, estudiantes y comunidades apropiarse de los elementos básicos para sustentar sus propios alimentos,

Elaboración de mural alusivo a la siembra en la Unidad Educativa Estadal Andrés Pacheco Miranda. Municipio Mariño, estado Aragua, 2012. Fotografía : ES Alzualde Gómez

En el mediano plazo y dentro del Plan Nacional Simón Bolívar y la Ley Orgánica de Educación se aspira tener: • Una escuela que genere una cultura de la siembra y la autosustentabilidad de la comunidad escolar y social. • Una escuela que recupere su vocación productiva ancestral, campesina, “agricultura sana y “agroecológica”. • Una escuela que genere aprendizajes para la vida en sociedad. • Una escuela que forme seres útiles y que puedan producir y solucionar sus problemas de sustento en los ámbitos de la alimentación, la artesanía, las costumbres, la salud y la tecnología, entre otras. • Un ciudadano que reivindique sus valores ancestrales y sus raíces étnicas venezolanas, latinoamericanas y caribeñas. • Una escuela que reconozca los referentes pedagógicos latinoamericanos y caribeños, revalorizar sus legados y esencialmente retomarlos desde sus proyectos olvidados. • Un docente que reformule su perfil e incorpore los conocimientos teóricos prácticos de la agroecología. • Una escuela del bien común y del vivir bien.

El Programa Todas las Manos a la Siembra (PTMS) surge en el año 2003 como parte de la respuesta a los acaparamientos de los rubros alimenticios y nuestra vulnerabilidad en cuanto a la soberanía alimentaria después del golpe petrolero de 2002, desde entonces viene asumiendo la preocupación por el cambio de los patrones de producción y consumo desde las escuelas que en el ámbito educativo demandan la superación de la dependencia económica mediante el enfoque agroecológico.

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La escuela que queremos

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la escuela debíamos asumir, responsabilidades que iban desde la recolección de los huevos de las gallinas criollas hasta la de los productos alimenticios de la siembra en el solar. Otra forma no menos olvidada eran los conucos como ese espacio para sustentarnos en sociedad, los intercambios de rubros, son recuerdos de una Venezuela que se nos escapó de las manos. Las oligarquías no han descansado nunca ni descansarán y desde todas las instituciones creadas desde la colonia hasta nuestros días las derrotas que hemos sufrido han ido mellando las acciones pero no nuestras almas ni nuestras voluntades, pues la revolución bolivariana llegó para revalorizar toda la memoria que llevamos dentro y ponerla al servicio del vivir bien. Nuestros pedagogos concibieron para nuestra realidad un modelo educativo enmarcado en una educación liberadora partiendo de las realidades nuestras, pero sus proyectos fueron enterrados por una burguesía que en su lugar impulsó, a través de sus planes de estudios de corte tecnocrático, la educación rentista. A la burguesía nunca le importó una educación que fortaleciera el desarrollo de nuestras capacidades para la soberanía alimentaria sino que más bien apostó a una economía de puertos que fortalecía sus monopolios.


c u lt u r a d e l a s i e m b r a d e s d e l a e s c u e l a

Solo tendrá sentido la educación en la transición socialista alineándonos en la necesaria revolución económica no solo en los campos sino en las ciudades a partir de lo que desde hace tiempo hemos estado transitando: UNA ESCUELA PARA LA SIEMBRA (…) Se trata de un asunto de urgencia nacional, la escuela, su estructura tal y como está concebida no permite ni permitirá avanzar hacia la escuela de la siembra a menos que inventemos formas curriculares y mecanismos que apunten a la permanencia en el tiempo.

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UEP La Candelaria, municipio Mariño, estado Aragua. Fotografía: ES Alzualde Gómez

superar la división social del trabajo, vincular a partir del desarrollo a pequeña escala los conocimientos universales a la práctica de la siembra Pero el PTMS no solo se queda en el desarrollo de la siembra, en los mecanismos para hacer de los espacios una verdadera gama de productos consumibles desde lo vegetal hasta la planificación para la producción animal, sino que también busca sustituir la cultura del consumo y la renta por la cultura del encuentro, el intercambio y el trabajo liberador. En este sentido, el programa plantea incidir en la cultura escolar, en el desarrollo de la conciencia alimentaria, social, política y cultural generando procesos de investigación, organización, formación y comunicación, la siembra como práctica cotidiana y generadora de aprendizajes pertinentes y ajustados a todas las áreas de conocimientos vinculados a la vida y a los retos que toca asumir hoy día cuando los alimentos escasean a escala mundial y el hambre arropa a muchos pueblos en el mundo. Recuperar nuestros gustos culinarios Volver a nuestras raíces es dejar de ser vulnerables a las malas intenciones de los que quieren regresar al modelo rentista. La soberanía empieza por lo más cercano a nosotros y nosotras, es el desafío planteado a los actores del

hecho educativo y comunitario de asumir la siembra de valores y de conciencia para producir en pequeña escala y consumir lo que producimos, además de ello retomar nuestros gustos por las comidas sanas, saludables y sabrosas, recuperar nuestros gustos culinarios es una tarea imperiosa de la escuela, crear las resistencias hacia la comida “chatarra”, las gaseosas y los dulces industriales que tanto daño hacen, todo esto debe ser parte del proceso curricular a desarrollar. Solo tendrá sentido la educación en la transición socialista alineándonos en la necesaria revolución económica no solo en los campos sino en las ciudades a partir de lo que desde hace tiempo hemos estado transitando: UNA ESCUELA PARA LA SIEMBRA. Para ello resulta indispensable pensar otra lógica de estudio y desarrollo curricular que permita de modo continuo producir desde las escuelas tanto durante los días hábiles del calendario escolar como durante las vacaciones… Se trata de un asunto de urgencia nacional, la escuela, su estructura tal y como está concebida no permite ni permitirá avanzar hacia la escuela de la siembra a menos que inventemos formas curriculares y mecanismos que apunten a la permanencia en el tiempo. Este es uno de los principales desafíos. El PTMS y el Programa de Alimentación Escolar (PAE) se vinculan para darle de comer a los estudiantes en nuestro sistema educativo, pero también para crear un espacio para la organización comunal, la escuela como centro del quehacer

El Programa de Alimentación Escolar (PAE) tiene como objetivo garantizar la atención alimenticia y nutricional de niños y adolescentes del Sistema Educativo Bolivariano. Fotografía: Oficina de Comunicación y Relaciones Institucionales del Ministerio del Poder Popular Para la Alimentación


torio, el entorno donde habitamos. La enseñanza de una agricultura sana es vital para nuestro proceso de emancipación y la superación del coloniaje de los monopolios que juegan con el hambre del pueblo toda vez que acaparan los alimentos principales de la dieta del venezolano y la venezolana para desestabilizar nuestras vidas y el proceso que adelanta el gobierno. De igual modo es necesario superar las roscas que mercantilizan con alimentos que consumen nuestros niños, niñas y jóvenes en las instituciones, las cuales manejan las cadenas de producción, distribución y consumo mediante la implementación de mecanismos que establezcan que sea el mismo pueblo quien ejerza el control en la distribución y consumo de los alimentos de nuestros hijos, tomando en cuenta la pertinencia y las leyes que regulan la materia. Estos tiempos apuntan a nuestra liberación a través de la producción permanente de lo que consumimos y así volver a creer en nuestras potenciales formas agrícolas heredadas de nuestros abuelos y padres. as

El PTMS y el Programa de Alimentación Escolar (PAE) se vinculan para darle de comer a los estudiantes en nuestro sistema educativo, pero también para crear un espacio para la organización comunal, la escuela como centro del quehacer agrícola, además de abaratar costos a la educación puesto que la misma comunidad es la que asume un rol tan ancestral como sembrar.

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Fotografía : ES Alzualde Gómez

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Sembrando conciencia desde las escuelas, estado Aragua, 2012. Fotografía : ES Alzualde Gómez

Radicalizar posturas hacia lo endógeno Otro desafío a superar desde la soberanía alimentaria tiene que ver con la conciencia cada vez mayor del docente para entender y comprender la problemática que sobreviene con la escasez de alimentos en el mundo y de la cual nuestro país no escapa, razón por la cual es importante asumir posturas cada vez más radicales respecto a la endogeneidad, el terri-

Actividad gastronómica en el CEIN Alcaldía de Mariño. Municipio Mariño, estado Aragua, 2012.

agrícola, además de abaratar costos a la educación puesto que la misma comunidad es la que asume un rol tan ancestral como sembrar. También es espacio de movilización y formación permanente del nuevo hombre y mujer que necesita el país. La producción en pequeña escala en nuestras escuelas y comunidades puede hacerse utilizando cualquier espacio y alternativas o soportes para la siembra como, por ejemplo, las mesas organopónicas cuya elaboración es sencilla y rápida, los canteros, potes de diversos tamaños, vasijas de barro, tubos verticales, materos diversos, cestas colgantes, sacos, recipientes viejos como lavadoras, neveras o simplemente el suelo. La recolección de todo tipo de semillas criollas es parte del programa de recuperación nacional, frente a los transgénicos o las semillas intervenidas en laboratorios tenemos que conservar las nuestras, las que nuestros abuelos y abuelas sembraron, una práctica muy originaria es intercambiar semillas, regalar plantas a quienes puedan sembrarlas en terrenos propicios si no los tenemos, pero la labor socialista en su mínima expresión debe darse en el día a día pues engrandece al espíritu.


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Flor de árnica. Fotografía: JUAN MANUEL GUEVARA

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Cultivo y uso

Las plantas medicinales I da Celina C lem en t e

Farmacéutica / Profesora de Biología y Ciencia General

Diversos problemas de salud en Venezuela son atendidos con plantas medicinales en el contexto de un sistema de salud local y tradicional cuyas terapias están a la disposición de todas las comunidades, culturalmente aceptadas y económicamente factibles, lo cual en la práctica representa una gran amplitud de recursos para el proceso salud-enfermedad


Nuestro legado en plantas medicinales En Venezuela, ubicada en la gran faja de la biodiversidad, entre la cuenca Caribe y la Amazónica, están presentes las condiciones climáticas y de suelo aptas para el desarrollo de un gran número de plantas que constituye un amplio arsenal terapéutico. El pueblo, además, maneja los conocimientos de sus propiedades curativas las cuales ha utilizado solapadamente y sigue empleando con sufi- están perfectamente adaptadas al ambiente árido ciente responsabilidad, lo que significa años de ensayos donde viven. La mujer es poseedora de una rica sabicomo aporte de la herencia cultural de sus ancestros e duría médica ancestral que transmite de forma oral a las incorporando factores étnicos, pudiendo decidir las dosis generaciones más jóvenes. Maneja un amplio género a tomar, los riesgos, su recolección, su manejo y defini- de plantas y tratamientos, conoce de brebajes, masajes, ción, según su cultura y la afección de salud que atraviesa ungüentos y aguas calientes; el saber medicinal wayúu la persona. toma en cuenta la totalidad de la persona ya que le inteAsí mismo se tienen regisresa sanar cuerpo y espíritu. Las plantas medicinales tros del aporte encontrado por son empleadas en problemas digestivos, respiratorios, Cristóbal Colón en cuanto renales, dérmicos, del aparato reproductor, a la utilización de plantas hemorragias, inflamaciones, diabetes, etc. medicinales en las difeLos kariña, ubicados al oriente del país, rentes etnias que sobrehabitan climas de sabanas y bosques. Se vivieron a la avanzada destacan en el uso de plantas medicicolonizadora ubicadas nales ricas en aceites de oleorreen los estados Zulia, sinas extraídos de las especies Delta Amacuro, Copaífera officinalis y Protium Amazonas y heptaphyllum, así como de Anzoátegui. la resina copal que exuda En cuanto al de la base del tronco de aporte de los la Hymenea courburil, que africanos esclavos, se utiliza para para tratar su cultura ha sido úlceras, heridas, dolores desvirtuada por provenir de estómago y afecciones de culturas ágrafas como la respiratorias mediante la bantú, la yoruba, la ewe o la walof, decocción de su corteza. y en este sentido se le ha menospreTambién es usado el aceite ciado mediante la calificación despectiva de guayabito a manera Flor de Cayena de brujería. de ungüento. (Hibiscus rosa-sinensis) Los warao, ubicados en el delta Saberes de pueblos originarios del Orinoco principalmente, utilizan La contribución de la cultura indoamericana aún permaplantas en caso de fatiga muscular, nece presente en los diversos grupos originarios exisproblemas digestivos, enfermedades tentes en nuestro país. Las plantas medicinales wayúu virales como sarampión, problemas Fotografía: JUAN MANUEL GUEVARA

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Un poco de historia La más antigua referencia sobre el uso de las plantas medicinales corresponde probablemente al Código de Hammurabi (1786-1728 a.C). Allí se encuentran referencias al uso del regaliz (Glycyrrhiza glabra) y la menta (Menta sp) que aún son ampliamente utilizadas. Del resto del mundo antiguo (Egipto, Mesopotamia, India, China) también se han heredado vastos conocimientos. Igualmente de los griegos de Occidente se han recibido grandes contribuciones relacionadas con la medicina y la botánica; no olvidemos a Hipócrates, conocido como el padre de la medicina moderna, quien en sus obras llegó a mencionar entre 300 a 400 plantas. Aristóteles asignó a cada planta las propiedades y virtudes entonces conocidas. Teofrasto, en su obra Historia de las plantas, tuvo gran influencia por casi 20 siglos. Dioscórides escribió una obra en cinco volúmenes titulada De Materia Medica, prototipo de las farmacopeas actuales.

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DATO CURIOSO

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esde el principio de los tiempos el hombre y los animales tuvieron que distinguir entre las plantas venenosas y las que no lo eran; así se desarrolló gradualmente el conocimiento de medicamentos de origen vegetal, el cual se fue transmitiendo primero verbalmente y luego en forma escrita, en papiros, pergaminos, tablas de barro cocido y en diversos tratados de plantas. Al comienzo en manuscritos y finalmente impresos, en textos de farmacopeas y otros, más recientemente mediante sistemas computarizados de información —por ejemplo la Farmacognosia Trease-Evans—. Existen innumerables respaldos históricos que demuestran que estos recursos vegetales están presentes en todas las civilizaciones independientemente de la época, desde la prehistoria hasta nuestros días.


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Las

p l a n ta s m e d i c i n a l e s

olivo

Brusca (vaina)

QUINCHONCHO

Jabón de tierra

Yerba Mora

Clasificación de las plantas medicinales según la comunidad Problemas respiratorios

Sistema digestivo

Gripe (preparación por decocción / suministro vía oral) Clavellina (Caesalpinia pulcherrima), flores. Limón (Citrus limón), fruto. Malojillo (Cymbopogon citratus), hojas. Sauco (Sambucus sp), flores. Cacao (Theobroma cacao), fruto. Jengibre (Zingiber officinale), rizoma.

Parasitosis (preparación por cocimiento / suministro vía oral) Pazote (Chenopodium ambrosioides), hojas. Curía (Justicia pectoralis), hojas. Lombricera (Spigelia anthelmia), hojas. Piña (Ananás comosus), fruto verde en maceración. Lechosa (Carica papaya) , semillas, concha y pulpa del fruto.

Sinusitis (preparación por decocción / suministro vía oral) Quinchoncho (Cajanus cajans).

Estreñimiento (preparación por decocción / suministro vía oral) Caña fístula (Cassia fístula), fruto.

Genito-urinario

Cólicos (preparación por decocción / suministro vía oral) Auyama (Cucurbita moschata), flores.

(preparación por decocción / suministro vía oral) Bejuco de cadena (Bauhinia cumanensis), tallo. Brusca (Cassia occidentalis), semillas. Orégano orejón (Coleus amboinicus), hojas. Guácimo (Guazuma ulmifolia), la corteza. Cacaíto (Pavonia fructicosa), las hojas. Caña la India (Costus spiralis), tallo en maceración.

Diarrea (preparación por decocción / suministro vía oral) Cadillo de bombita (Priva lappulácea), hojas. Guayaba (Psidium guajava), hojas. Yuquilla (Rueilla sp), raíz. Dolor de estómago (ingesta del fruto) Fruta de burro (Xylopia aromatica), fruto en forma natural.

Contusiones o traumatismoS (aplicar en la lesión) Árnica (Tithonia diversifolia), hojas maceradas. Mango (Mangifera indica), hojas en decocción. respiratorios, dermatológicos, hemorragias, anticonceptivos y antivenenos para la serpiente mapanare, de escorpión y avispas. Los makiritare, habitantes de la selva tropical húmeda del Orinoco, utilizan diversas oleorresinas aromáticas de los géneros Simaruba, Smilax, Licaria, Jessenia, Oenocarpus y Attalea, de la familia Burseráceas, para sanar úlceras y heridas. Medicina popular en tierra afro Por siglos las formas curativas de los aportes culturales afrovenezolanos y de los habitantes originarios del país

no han sido valorados, siendo demeritados, invisibilizados y desprestigiados frente a la visión reduccionista del concepto biomédico occidental. No obstante, heredamos de nuestros campesinos, indígenas y afrovenezolanos, raíces societarias que proyectan un concepto más humano de convivencia y desarrollo. Interesante ejemplo del uso popular de plantas medicinales en Venezuela es el caso de la centenaria población de Barlovento, en cuyos sembradios cacaoteros se desarrollan no menos de 96 plantas consideradas como medicinales. Como tierra de afrodescendientes tienen especial relevancia las plantas sanadoras del pueblo de Mendoza, comunidad del municipio Acevedo, estado Miranda, circundada por las quebradas Guacarapa, Ñañita y Turupa, así como también por el río Grande afluente del río Tuy.

Medicinal, malojillo o limoncillo

Fregosa

Orégano Orejón

Jengibre

Algarrobo (Corteza)


Carcanapire

grama

Sauco bejuco de cadena

Situada en un frondoso valle de clima húmedo, el origen de Mendoza se remonta al siglo XVIII, cuando el pueblo estaba rodeado de cacaotales y tenía una actividad económica basada en la agricultura donde la mayoría de los pobladores poseía haciendas de cacao con siembra de conucos. Wilbert y Mijares, autores de En tierra negra. Medicina tradicional en Mendoza, Barlovento, apuntan que el uso de plantas en la medicina popular heredada de la cultura africana está estrechamente unido a elementos mágico-religiosos propios de sus mundos simbólicos y sus creencias, de manera que buscan resolver sus conceptos de saludenfermedad constituyendo sus propios modelos terapéuticos. En este sentido, un señalamiento necesario es que independientemente de la cultura donde surja, todas las plantas utilizadas por las comunidades para sanar constituyen un saber colectivo, en su reconocimiento, formas de uso y dosis. En diversos casos, en las plantas medicinales de estas tierras se ha reportado la presencia de principios activos con propiedades antihelmínticas, antimicrobianas, antiinflamatorias y antisépticas, entre otras. La comunidad las utiliza como expectorantes, antitusígenos, broncodilatadores, analgésicos, para sanar gripes, bronquitis, amigdalitis, enfermedades respiratorias agudas, gastrointestinales y genitourinarias, entre otras afecciones.

Muchas plantas son utilizadas en su estado fresco. La forma de preparación más común es la decocción para luego suministrar la medicina vía oral o aplicar en la parte externa del cuerpo en casos de problemas en la piel, contusión e hinchazón. Finalmente, es menester señalar —tal como lo expone Jorge Alonso en su Tratado de fitofármacos y nutracéuticos— el hecho de que las principales firmas farmacéuticas del mundo estudian, investigan y desarrollan nuevos medicamentos provenientes del reino vegetal, ya sea a través del empleo de la planta entera, el aislamiento de sus principios activos o a través de la hemisíntesis química tomando como punto de partida una molécula vegetal. Gracias a las bondades de la naturaleza, la industria de los fármacos se ha convertido en una de las empresas con ganancias más elevadas del mercado mundial, siendo sus productos, contradictoriamente, de difícil adquisición para aquellos que poseen menos recursos, quienes lamentablemente son las grandes mayorías del mundo. Productos extraídos de la tierra misma y transformados en meras mercancías por la avasallante cultura que rinde culto al capital, cuando originalmente la Pachamama los ofrece para sanar a todos sus hijos por igual. as

Para seguir leyendo… Alonso, Jorge. Tratado de fitofármacos y nutracéuticos. Rosario, Editorial Corpus, 2004. Trease, G. y W. Evans. Farmacognosia Trease-Evans. México D.F., Editorial Interamericana/McGraw Hill, 1989. Werner, W. y G. Mijares. En tierra negra. Medicina tradicional en Mendoza, Barlovento. Exxon Móbil de Venezuela S.A., 2002. Valeriana

Savinilla

Algarrobo (Fruto) Guayacán

Chimó

Colección etnográfica plantas medicinales. Fotografías: Fundación Centro de la Diversidad Cultural

R E V I S TA

El conocimiento de las plantas medicinales en Latinoamérica está ampliamente relacionado con el encuentro cultural entre los nativos del continente americano aunado a los grandes recursos de la biodiversidad de la zona tropical y el aporte europeo. En especial el uso de plantas medicinales empleadas en América Central (México, Costa Rica, Guatemala) y en América del Sur donde la sabiduría de la cultura africana ha sido de gran relevancia en países como Colombia, Perú, Venezuela y Brasil, entre otros.

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¿Sabías qué... ?

así somos

Mato


Ve n ez ue la Plura l así somos R E V I S TA

la agroindustria:

¿modelos opuestos o complementarios?

El conuco, en la lógica capitalista de las relaciones sociales de producción, ha sido menospreciado como fuente de sustentabilidad y sostenibilidad material y espiritual del pueblo venezolano, siendo desplazado por la llamada agroindustria. Pero necesariamente, en el proceso de transición hacia el socialismo, el conuco pasará a formar parte fundamental de los más elevados valores materiales e inmateriales de libertad y resistencia cultural

J o sé Gregor io F lore s M . Politólogo

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El conuco y

Siembra de cilantro y otras yerbas. Caripe, estado Monagas, 2011. Fotografía:: Miguel García Moya


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así somos

Cosecha de papas. Misintá, estado Mérida, 2011. Fotografía: AmilcIar Gualdrón

y otros, derivados de la pequeña tierra cultivada por las manos del conuquero para la sustentabilidad y sostenibilidad de los suyos y de su contexto comunitario, fue abrogado por el dominio de la industria vinculada al agro y su concepción fetichista de mercantilizar esos productos de origen agropecuario. Por consiguiente, con el advenimiento repentino de la agroindustria hacia el contexto rural de nuestros pueblos campesinos se lograría formalizar la separación de la ciudad y el campo a través de una nueva relación económica de producción capitalista, surgida del reacomodo bipolar geopolítico de la segunda guerra a escala mundial y la aparición del petróleo en el contexto nacional, igualmente se internalizaría en la conciencia nacional de las generaciones posteriores a los años 30 y 40 del siglo pasado el capital en todas las formas y manifestaciones posibles de alienación cultural tanto en el campo como en la ciudad. El origen imperialista de la agroindustria en Venezuela El proceso de desarrollo industrial vinculado al campo en Venezuela tuvo sus tímidos orígenes a finales de la década de 1930 con la explotación maderera en las zonas boscosas del país (sobre todo en la llamada Gran

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De la transición al socialismo a la producción agraria capitalista Desde el hecho concreto, real, vivencial e histórico de los modelos productivos del capitalismo, hasta ahora, el conuco ha sido opuesto a la lógica de la llamada agroindustria. En el método, en el raciocinio del sistema capitalista el conuco pasa a formar parte del residuo ancestral cultural que se resiste a morir —al igual que otros tipos de manifestaciones tradicionales de los pueblos excluidos— para pasar a formar parte del llamado folclor, es decir, de aquella cultura que fue “empujada” hacia los rincones más alejados de la sociedad contemporánea, de la “civilización burguesa”, por la fuerza de esa pujanza imperialista que, con espada en mano, pasó a ocupar culturalmente todos esos espacios vaciados que Enrique Dussel (en el segundo volumen de su Política de la liberación), entre otros, ha expuesto y denunciado teóricamente como “el bloque social de los oprimidos”. Ahora bien, la estrechez y el aprisionamiento del ser, de lo humano, por la división social de la producción capitalista, deformó el valor indígena-ancestral fundamental que para la sociedad representaba el campesino conuquero y su rol dentro de la comunidad, lo que motivó su desplazamiento por el productor capitalista agroindustrial; es decir, el valor de uso de los productos alimenticios


Ve n ez ue la Plura l

El

conuco y l a agroindustria :

¿m o d e lo s

o p u e s t o s o c o m p l e m e n ta r i o s ?

El conuco, mágico invento

R E V I S TA

así somos

Arroz para la siembra. Centro Nacional de Semilla de Sabaneta, estado Barinas, 2011. Fotografía: Félix Gerardi

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El conuco fue un “mágico” invento de los pueblos indígenas de honda huella social, cultural, política, religiosa y sostenibilidad económica en el imaginario colectivo de los pueblos de nuestra tierra, porque ha sido el asiento de sustentación local de algún nivel de libertad y resistencia cultural a través del cual no solo se alcanza la sobrevivencia por medio de los alimentos cultivados en las pequeñas tierras familiares y comunitarias, sino que además en este confluyen valores espirituales mágicos-religiosos a través de los espíritus indígenas que allí poseen su morada, según la tradición campesina, y que resguardan la preservación ecológica de la Madre Naturaleza (como los famosos duendes que se aparecen a quienes de alguna manera dañan o le faltan el respeto a las aguas y animales de la zona), de igual modo es el ámbito donde se genera un socialismo real que se concreta al compartir, sin esperar nada a cambio, los frutos de las cosechas con los vecinos cercanos o lejanos del asiento aldeano. La propia palabra conuco (konuco) es un vocablo del idioma taíno que figura lo que hoy día entendemos por parcela pequeña para la labranza agrícola. Los taínos formaban parte importante del conjunto de etnias de procedencia filológica arawaka indoamericana. El conuco indígena de Venezuela y el Caribe es, por tanto, el producto de una profunda tradición milenaria; es fácil entender entonces que la relación con la llamada agroindustria es muy reciente y no precisamente complementaria, pues esta última responde a un modelo nacido de las relaciones económicas de producción capitalista de explotación de las fuerzas de trabajo de lo humano que carece de cualquier tipo de noción ecológica, es decir, de respeto por la naturaleza y, por ende, su relación inicial con el aldeano y su conuco fue traumática para los habitantes del campo.

Selva de Turén en el estado Portuguesa). Pero no fue sino hasta 1945 cuando los Estados Unidos de Norteamérica, sabiéndose vencedores de la Segunda Guerra Mundial en Europa, decide consolidar su domino sobre su “patio trasero” y entre el 24 de julio y el 7 de agosto de ese año convoca, en la ciudad de Caracas, a todos los países de la región a la III Conferencia Interamericana de Agricultura donde además de la imposición de técnicas de producción de la agricultura intensiva se dan los primeros pasos para incorporar en Venezuela los abonos químicos, las semillas certificadas, la mecanización, las llamadas Escuelas Técnicas Agropecuarias (ETA), las colonias agrícolas —como la conocida Colonia Agrícola de Turén en Portuguesa— y la implementación de las mencionadas agroindustrias. En ese marco geopolítico mundial, Venezuela —humillada como todos los países de la zona— entraría a formar parte del proceso de dominación capitalista global, solo que el petróleo no permitiría un crecimiento de la agricultura en los términos previstos, tal como sucedió en Argentina, Uruguay y Brasil, entre otros países, porque el paradigma del modelo económico capitalista norteame-

Platanal dentro de un conuco. Caruao, San Jorge, estado Vargas, 2011. Fotografía: Susana Arwas/Edgar Moreno


que, citando de nuevo a Marx, la acumulación de capital presupone dos polos opuestos: riqueza en muy pocos y miseria en grandes masas de la población. En nuestro país la aceleración de los cambios bruscos por la aparición del petróleo impulsó en las clases oligarcas-burguesas extranjeras y locales la acumulación de las mayores riquezas del país, apresurando la separación de dichos polos opuestos: los que por el lado privilegiado se convirtieron en acaparadores de capital (las clases políticas del poder del Estado y las burguesías internacionales) y los obreros pauperizados en el extremo opuesto, donde los hombres y mujeres del campo recibieron la peor parte.

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ricano le asignaba al caso venezolano el rol de ser un confiable monoproductor petrolero. En el campo venezolano, con los campesinos conuqueros ocurrió lo que Marx vaticinó mucho antes en el tomo I de El capital: “Una parte de la población rural, por consiguiente, se encuentra siempre en vías de metamorfosearse en población urbana o manufacturera”. En nuestro caso el hombre y la mujer de las zonas rurales, por el acrecentamiento capitalista, entró en una etapa donde poco a poco empezó a metamorfosearse en obrero de la ciudad mediante la emigración paulatina del campo a la ciudad en búsqueda de una vida mejor. No olvidemos

así somos

En nuestro país la aceleración de los cambios bruscos por la aparición del petróleo impulsó en las clases oligarcas-burguesas extranjeras y locales la acumulación de las mayores riquezas del país, apresurando la separación de dichos polos opuestos: los que por el lado privilegiado se convirtieron en acaparadores de capital (las clases políticas del poder del Estado y las burguesías internacionales) y los obreros pauperizados en el extremo opuesto, donde los hombres y mujeres del campo recibieron la peor parte.

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Proceso productivo de la Corporación de Abastecimientos y Servicios Agrícolas (CASA). Fotografía: Oficina de Comunicación y Relaciones Institucionales del Ministerio del Poder Popular Para la Alimentación


conuco y l a agroindustria :

¿m o d e lo s

o p u e s t o s o c o m p l e m e n ta r i o s ?

Cosecha de papas. Sector Las cuadras del Valle del Mucujún, estado Mérida, 2010. Fotografía: Luis Trujillo

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El

Socialismo del siglo XXI: entre el conuco y la agroindustria La consolidación de la revolución bolivariana bajo el liderazgo político-moral de Hugo Chávez, así como el desarrollo de condiciones materiales y de conciencia del pueblo venezolano del campo y la ciudad por lograr alcanzar una sociedad socialista, han ido cambiando favorablemente las condiciones en la relación conuco-agroindustria. Sin embargo, debido a diversos factores, objetivos y subjetivos, presentes en la mentalidad e intereses del empresario privado agroindustrial y en el legado material e inmaterial (espiritual) del conuquero productor artesanal de alimentos y otros rubros de consumo todavía estamos muy lejos de lograr una relación simbiótica complementaria entre los dos paradigmas. Por otro lado, las recién creadas agroindustrias públicas del Estado venezolano están comenzando ese acercamiento humano y técnico entre los saberes ancestrales del campesino productor y la técnica científica-metodológica de la ciencia aplicada al agro y al procesamiento industrial de los alimentos en forma masiva. No es fácil desmontar ese aparataje material gigantesco capitalista que se niega a desaparecer y que por cualquier desviación ético-política hace reaparecer las condiciones materiales del capitalismo, más cuando están en

juego factores fundamentales de la producción como la tierra, la fuerza de trabajo y el capital económico, presentes en esa dualidad conuco-agroindustria. Una relación complementaria en la transición al socialismo en dicha dualidad requiere de una horizontalidad permanente del poder político originario del pueblo que en su origen se fundó en los valores de la permanencia y aumento de la vida humana; esto es, el poder y sus derivados políticos y económicos en sus orígenes milenarios no se consolidaron en la dominación de unos sobre otros, sino en la expansión de la voluntad realizadora de la vida como sobre-vivencia, tal como lo exponen algunos investigadores de la filosofía política contemporánea como, por ejemplo, Enrique Dussel. En este sentido se han dado pasos importantes para tal fin como el Plan Socialista del Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2013 (ya se contempla la continuidad de este en el siguiente plan 2013-2019). La Ley de Tierras y Desarrollo Agrario —vigente y decretada por vía habilitante por el presidente Hugo Chávez en 2002—, en su artículo 19, reconoce al conuco como “fuente histórica de la biodiversidad agraria”, y señala que el Ejecutivo promoverá la investigación y la difusión de las técnicas ancestrales de cultivo, el control ecológico de plagas, las técnicas de preservación de suelos y la conservación de los germoplasmas, entre otras cosas más. En definitiva, con el desarrollo político revolucionario de transición hacia el socialismo bolivariano, el conuco y la agroindustria serán definitivamente complementarias si logramos expandir la voluntad realizadora de la vida en las nuevas relaciones sociales de producción que se están desplegando. as Para seguir leyendo… B rito F igueroa . F ederic o . Historia económica y social de Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela, Ediciones de Biblioteca, 1986. D ussel , E nrique . Política de la liberación, vol. II, Arquitectónica. Caracas, Fundación Editorial El perro y la rana, 2011. ____________. 20 tesis de política. Caracas, Fundación Editorial El perro y la rana, 2010. M a r x . K a r l . El capital. Buenos Aires, Siglo Veintiúno Editores, 2011. V elázquez , L., M. S ánchez , J. A lonso y P. Pasquall. Portuguesa, pueblo y tierra, 2.500 años de historia. Valencia, Candidus, 2005.


Caso: estado Falcón

En el estado Falcón existen 29 Consejos del Poder Popular de Pescadores y Acuicultores distribuidos en los 13 municipios costeros, los cuales han sido bastión fundamental para el crecimiento del sector pesquero artesanal junto a los colectivos organizados reunidos en la figura de los consejos comunales

Jairo Ven t ura Z avala

Pescadores con tren. Boca de Aroa, estado Falcón, 2009. Fotografía: Miguel García Moya

R E V I S TA

Ley de Pesca y Acuicultura El 14 de marzo de 2008 sale publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela el decreto de la Ley de Pesca y Acuicultura, instrumento que señala como

punto importante, en el artículo 23, la eliminación de la pesca industrial de arrastre en todo el territorio nacional. Desde los años 50 el estado Falcón había estado a la vanguardia de la rastropesca venezolana, lo que originó el cierre de muchas empresas locales luego de aprobada la ley. A partir de ese momento el gobierno bolivariano asumió la responsabilidad de todo el colectivo que laboraba en dichas empresas por

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A nuestros hijos que son todos los niños y niñas para que nuestra lucha sea cosechada por ellos.

así somos

Ingeniero pesquero / Pescador de sueños


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Caso:

e s ta d o

F a lc ó n . P e s c a

y a c u i c u lt u r a

¿Sabías qué... ?

El 14 de marzo de 2009 se promulgó en Gaceta Oficial la Ley de Pesca y Acuicultura con el fin de eliminar la pesca industrial de arrastre, e igualmente, brindar a los pescadores y pescadoras mejores condiciones de trabajo y calidad de vida. En honor a las históricas luchas de los hombres y las mujeres del mar se estableció esta fecha como Día del Pescador y la Pescadora Artesanal medio de la inserción en planes sociales y empresas del Estado. A partir de ese momento el sector pesquero artesanal dio un salto en el desarrollo de sus actividades, generándose un mayor desempeño en los caladeros de pesca, la construcción de infraestructuras de apoyo para el almacenamiento y procesamiento del producto y uno de los factores de mayor importancia: la organización de los pescadores en una figura nacida en el seno de las comunidades pesqueras, los Consejos del Poder Popular de Pescadores y Acuicultores (Conppa). Consejos del Poder Popular de Pescadores y Acuicultores En el estado Falcón existen 29 Conppa distribuidos en los 13 municipios costeros, los cuales han sido pilar fundamental para el crecimiento del sector pesquero artesanal junto a los consejos comunales, ya que que el gobierno ha direccionado los beneficios destinados a las comunidades pesqueras a través de estas organizaciones, tal es el caso de la construcción de la Planta de Procesamiento para la Producción de Mojito y la recuperación del Centro de Acopio de Pescado en el municipio Buchivacoa, al igual que la construcción de la Casa de Labores Pesqueras en el municipio Miranda y la construcción del Centro de Acopio y Procesamiento de Pescado en el municipio Carirubana, estos son algunos de los logros recientes en el sector pesquero artesanal.

Por otro lado, al crecimiento que ha tenido la flota pesquera artesanal debido a los beneficios otorgados por el Estado se suma la inclusión de los pescadores de Falcón en las milicias pesqueras que se encargan de realizar tareas de vigilancia en las costas con el apoyo de las Fuerzas Armadas Nacionales. Factores que afectan la pesca Resultan indudables los beneficios que ha obtenido el sector pesquero artesanal en el estado Falcón, sin embargo, coexiste una problemática latente en cuanto a la actividad de pesca que deja en evidencia factores climáticos o antropológicos que han afectado el habitual aprovechamiento de los recursos pesqueros, tal es el caso de algunas especies como la sardina, el jurel, la lisa y el carite, cuyos desplazamientos en ciertas épocas del año por las costas de Falcón no han sido como tradicionalmente se conocían, ya que ha disminuido su aparición provocando en ocasiones conflictos por la competencia en la captura del recurso. Esto ha provocado que pescadores de algunas comunidades se vean en la obligación de aumentar su autonomía de pesca y se dirijan a otros lugares para ejercer su actividad, la cual se ve afectada por algunos factores presentes en esta región del país, como la piratería o robo en el mar a los pescadores, la injerencia de las autoridades antillanas en las costas venezolanas y la ejecución de proyectos de distinta índole a la pesquera dentro de las costas falconianas. Desafortunadamente algunas actuaciones del Estado venezolano sobrevienen en daño irreversible a los caladeros de pesca, tal es el caso de la instalación de tuberías del Proyecto Sufaz, ejecutado por Pdvsa, cuyo recorrido señala la intersección del golfete de Coro, afectando de manera directa una zona de desove y desplazamiento de especies marinas —intervenida con anterioridad por otros proyectos—, cuyos efectos negativos están siendo vividos actualmente por comunidades pesqueras artesanales

Pescadores de sardinas. Población de Las Piedras, estado Falcón, 2011. Fotografía: Miguel García Moya


así somos R E V I S TA Pescador local arregla desperfectos en su red de pesca. El Peñón, estado Sucre, 2011. Fotografía: Iván Calzadilla

Proyectos acuícolas y soberanía En la actualidad se encuentran en marcha proyectos acuícolas destinados a mejorar la producción de recursos pesqueros en el estado Falcón, el cual cuenta con gran potencial acuícola ya que dispone de gran cantidad de empresas que se desempeñan en la camaronicultura, tanto en la producción de semillas como el engorde de la especie, esto se debe a las condiciones ideales tanto geográficas como climáticas que posee este estado, pero a pesar de exhibir condiciones ideales, aún no se ha concebido un desarrollo piscícola enmarcado dentro de los planes nacionales de producción alimentaria. Con un extenso expediente de buenas experiencias alrededor del mundo y considerando el potencial acuícola y pesquero que presenta, Venezuela podría convertirse en poco tiempo en uno de los principales productores de proteína animal proveniente de los recursos pesqueros, además de afianzar su soberanía y seguridad alimentaria. Conscientes de los cambios que conlleva el proceso revolucionario que vive el país, debemos tener en cuenta que el futuro de la pesca, actividad realizada desde nuestros ancestros, depende de la aplicación de políticas que garanticen su desarrollo, tomando en cuenta los saberes de las comunidades organizadas e incorporando las tecnologías presentes hoy día. as

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Vendedor de langostas de Cabo San Román, estado Falcón, 2012. Fotografía: Miguel García

Moya

como Cuajaracume, Ocorote, Río Seco, Mitare, Médano Blanco, Cocuy, Tacuato, Punta Cardón, Carirubana, Las Piedras, Amuay y Villa Marina, entre otras. Ciertamente el colectivo revolucionario Frente de Pescadores Simón Bolívar del Estado Falcón se mantiene en pie de lucha, propiciando el diálogo para plantear la posible reubicación de esta tubería y evitar daños directos sobre esta fuente de alimento, sin embargo, paralelamente existen instituciones encargadas de velar por la protección de los caladeros de pesca, la seguridad alimentaria, la protección social y el bienestar ecológico que hasta la fecha han autorizado la ejecución de estos proyectos que maltratan al sector pesquero artesanal.


Ve n ez ue la Plura l así somos R E V I S TA

La universidad

y su pertinencia en la

soberanía

alimentaria

La soberanía no se garantiza solo con las armas, se consolida o no cuando nos comemos una empanada, una hallaca o una hamburguesa, encendemos la radio o bailamos… y a todas estas, ¿cuál es el aporte de las universidades nacionales a la soberanía? N ora

Ro dr íguez

Bioquímica / Profesora jubilada Universidad Central de Venezuela

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Sin el pueblo no hay soberanía posible En esta tarea de conceptos importantes mis ideas se atropellan producto de los recuerdos de mi vida de estudiante, docente, camarada y amiga de muchos equipos, de mi militancia… y en esa locura consigo el hilo, una búsqueda incesante en la que al final siempre las preguntas eran más que las respuestas. Prometo hacer un ejercicio de reflexión pero solo ustedes podrán darle sentido a mis palabras. En vista que el tema en discusión obliga a manejar algunos términos, es necesario recordar que en el artículo 305 de la Constitución Nacional, al referirse al Sistema

Socioeconómico, se define la seguridad alimentaria de la población “como la disponibilidad suficiente y estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a estos por parte del público consumidor”. La Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria en su artículo 4 señala que “La soberanía agroalimentaria es el derecho inalienable de una nación a definir y desarrollar políticas agra-


Educación alienada vs. educación para la libertad La actividad universitaria se desarrolla desde el “currículo” y con base en este se estructuran los procesos en la universidad (docencia, investigación, extensión y administración). Es importante recordar que el currículo que contiene el plan de estudios refleja la concepción que se tiene del ser humano, la sociedad y el conocimiento. En este caso cada especialista trabaja desde su área y los esfuerzos por vislumbrar los procesos en forma integral son pocos o metodológicamente no acertados, los eventos para discutir problemas nacionales rara vez se concretan en equipos de trabajo e investigación que logren abordajes transdisciplinarios, es decir, que puedan trascender las fronteras de una disciplina reducida a sus propios contenidos para producir un conocimiento nuevo, acorde con la complejidad de los problemas. La visión fragmentaria de la realidad no permite conectar claramente nuestra producción agroalimentaria con otras áreas como la alimentación, la nutrición, la psicología, la sociología, la antropología, la salud y la cultura, entre otros, despojándola así de su pertinencia para temas como la libertad, la dignidad y la soberanía.

Para seguir leyendo… Esté, A rnoldo. Educación para la dignidad (2005), disponible en http://es.scribd.com/doc/36484778/ EducacionParaLaDignidad-LibroTEBAS-UCV Freire, Paulo. La educación como práctica de la libertad (1965), disponible en http://img28.xooimage.com/files/b/d/9/ la-educaci-n-como...libertad-1ff07ed.pdf U nesco . Conferencia Mundial sobre la Educación Superior 2009: La nueva dinámica de la educación superior y la investigación para el cambio social y el desarrollo, disponible en http://unesdoc.unesco.org/ images/0018/001832/183277s.pdf

así somos R E V I S TA

El problema de la pertinencia ha sido discutido inclusive en organismos internacionales —es el caso de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior organizada por la Unesco en 2009— desde donde se promueve la globalización, estos instan a la búsqueda de esferas de investigación y docencia capaces de abordar los asuntos del bienestar de la población y a crear bases para la ciencia y la tecnología pertinente en el plano local. Así se evidencia la necesidad de asociar la calidad del conocimiento con la utilidad social, términos que para algunos están reñidos ya que el conocimiento “no toma partido”. Paulo Freire, quien abogó por una educación para la libertad, nos enseñó que esto no es así: “la llamada neutralidad de la ciencia no existe, la imparcialidad de los científicos, tampoco. Y no existe ni una ni otra en la medida misma en que no hay acción humana desprovista de intención de objetivos, de caminos de búsqueda. No hay ningún ser humano que sea ahistórico ni apolítico”. Creo que una educación con esa visión fragmentaria, neutral, apolítica, es una educación alienada que tiene pocas raíces en el país y no está al servicio de las necesidades urgentes de la gente; es una visión de élites, no de colectivos ni de comunidades pobres o de pueblo. Detrás de la educación siempre hubo y habrá intereses políticos y económicos defendidos desde lo ideológico, a veces engañosamente neutral. Espero que la educación bolivariana, desde la cual se han postulado preceptos de una visión curricular diferente y cuyos resultados son difíciles de aquilatar aún, logre resultados desde la dignidad, la libertad, la soberanía, la paz, la protección del planeta, porque lo otro sería apurar el fin. as

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rias y alimentarias apropiadas a sus circunstancias específicas, a partir de la producción local y nacional, respetando la conservación de la biodiversidad productiva y cultural”. En la Constitución se enfatiza la importancia estratégica del desarrollo rural integral para la seguridad alimentaria y la ley asocia la soberanía al derecho inalienable de tomar decisiones sobre la base de nuestras propias capacidades y acervo; es importante tener claro que los artículos mencionados derivan en derechos pero también en la responsabilidad de reflexionar pues la alienación también está presente en las formas de alimentarnos. ¿Cómo puede el Estado venezolano garantizar el consumo masivo de “pan” en un país con producción marginal de trigo? ¿Cómo garantizar la salud y seguridad alimentaria de quienes prefieren la “comida chatarra”? Sin el pueblo, más allá de los gustos individuales, no hay soberanía posible. Es clara la necesidad de acoplar deseos y actuaciones para ser coherentes y esto nos lleva al tema de la pertinencia. En el contexto de la discusión de la educación para la dignidad se define la pertinencia “en función de la validez que tenga un saber, acción, habilidad o destreza para el logro de un fin propuesto”. La soberanía, en mi opinión, parte de la dignidad. No es un asunto de abordarla desde los conocimientos tecnocráticos, si lo hiciéramos así enumeraríamos asignaturas, proyectos, conferencias, congresos, número de especialistas, de egresados y otros “productos”, perdiéndonos la verdadera discusión.


Ve n ez ue la Plura l así somos R E V I S TA

Alternativas alimentarias

Redes públicas de distribución La red pública de distribución de alimentos permite, entre otras cosas, que se origine una gran cantidad de vínculos entre personas que realizan diferentes actividades u ocupaciones: los agricultores, las agroindustrias, las empacadoras, los transportistas, los almacenes, las bocas de expendio y las cocinas de los hogares venezolanos, por nombrar algunos de los eslabones del proceso J o sé

L uis

C as t illo

Ingeniero / E specialista en economía agrícola Nº 13 • JUNIO-JULIO 2012

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Productora y distribuidora venezolana Pdval. Fotografía: Oficina de Comunicación y Relaciones Institucionales del Ministerio del Poder Popular Para la Alimentación


así somos R E V I S TA Fotografía: Oficina de Comunicación y Relaciones Institucionales del Ministerio del Poder Popular Para la Alimentación

Intercambio de recursos económicos y humanos Aunque el eje central de la red pública de distribución de alimentos es económico pues se centra en el intercambio de recursos físicos —los alimentos— y en los ingresos —la compra venta— también entran en juego otros aspectos de carácter cultural, tan importantes como el anterior, en el caso de la seguridad alimentaria: a) la vinculación entre los actores de la red, b) la conciencia colectiva para con el fin de la red y c) la riqueza gastronómica local, elementos fundamentales para la pertinencia de la política. Por otra parte, existe una serie de eslabones productivos que se deben dar para llevar los alimentos de la dieta básica del campo a la mesa de los consumidores. En ese sentido, la red pública de distribución de alimentos permite, entre otras cosas, que se origine una gran cantidad de vínculos entre

personas que realizan diferentes actividades u ocupaciones: los agricultores, las agroindustrias, las empacadoras, los transportistas, los almacenes, las bocas de expendio y las cocinas de los hogares venezolanos, por nombrar solo algunos. Además de los contextos regionales y locales donde se producen y consumen esos alimentos la red integra gente y espacios en un todo cultural y bajo un solo sistema que incluye, por un lado, a las comunidades productoras y, por otro lado, a las comunidades de consumidores, además de los trabajadores y trabajadoras a lo largo de toda la cadena. Si bien es cierto que la red, por una parte, garantiza el acceso a los alimentos y, por otra, satisface las necesidades de la población, también es cierto que se debe generar un cambio cultural fundamentado en el desarrollo de la conciencia del deber social en cada uno de los actores y ámbitos, realzando

…se debe generar un cambio cultural fundamentado en el desarrollo de la conciencia del deber social en cada uno de los actores y ámbitos, realzando valores y principios humanizadores como la solidaridad, el trabajo en equipo y la responsabilidad, con el fin de liberar a nuestra sociedad del hambre para que ninguna persona en ningún lugar de Venezuela se vaya a la cama sin comer, trascendiendo lo meramente material (…) hacia una visión más cercana a la emoción movilizadora del bienestar colectivo para el ejercicio de la seguridad alimentaria.

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Mercal garantiza el soberano derecho a la alimentación.


Ve n ez ue la Plura l

a l i m e n ta r i a s .

Redes

públicas de distribución

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así somos

A lt e r n at i v a s

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A través de diversas jornadas Mercal ha atendido las necesidades alimentarias de venezolanas y venezolanos. Fotografía: Oficina de Comunicación y Relaciones Institucionales del Ministerio del Poder Popular Para la Alimentación

valores y principios humanizadores como la solidaridad, el trabajo en equipo y la responsabilidad, con el fin de liberar a nuestra sociedad del hambre para que ninguna persona en ningún lugar de Venezuela se vaya a la cama sin comer, trascendiendo lo meramente material —lo reivindicativo salarial en el trabajador o el precio para el consumidor en el marco personal e individual— hacia una visión más cercana a la emoción movilizadora del bienestar colectivo para el ejercicio de la seguridad alimentaria.

Retos y responsabilidades 1) Disminuir costos para que sea posible un precio justo. 2) Generar empleo a través de las empresas de producción social: agricultura productora de materia prima, acondicionamiento, procesamiento agroindustrial (plantas procesadoras de las Empresas de Producción Social, EPS), empaque y embalaje del producto, transporte, almacenamiento concentrador (empresas de servicios), venta detallada (Mercal, Pdval, abastos Bicentenario). 3) Vencer la estacionalidad para generar disponibilidad en todo momento. 4) Satisfacer las necesidades alimenticias de la población. 5) Fortalecer las relaciones sociales y laborales que hacen posible mantener la red para la seguridad alimentaria.

Patrones productivos y patrones de consumo La meta es producir lo que el pueblo necesita partiendo de la articulación entre los patrones productivos y los patrones de consumo, es decir, generar alimentos básicos con precios regulados como la harina precocida de maíz, el arroz, el aceite, el café, entre otros rubros que el país tiene la capacidad de producir para satisfacer las necesidades de sus habitantes en el marco de sus costumbres. Las incidencias locales y regionales vienen dadas por las formas cómo se preparan los alimentos, las cuales están estrechamente vinculadas con la riqueza gastronómica de cada región. Cuántas maneras tenemos, por ejemplo, de preparar el arroz: desde el pabellón criollo con caraotas, el palo a pique con frijol, el pintado con granos de maíz tierno, los asopados, los pelaos, hasta las paellas; sin dejar de lado dulces criollos como el arroz con leche o el arroz con coco, por nombrar los más emblemáticos. También tenemos los deliciosos manjares con harina de arroz, como los de naranja o limón. Igual diversidad o quizás mayor presenta la versátil harina de maíz con la que se preparan alimentos de nuestra dieta diaria como arepas, empanadas, bollos pelones, bollitos y hayacas, polentas y el afamado postre criollo con


masa y coco aderezado con canela: el majarete. Esto se puede accionar a través de: • Capacitar para un consumo diverso. • Fortalecer la identidad local.

• Vencer los cambios debido al clima y las regiones, además

de la alienación. Dignificación de la venezolanidad con la soberanía alimentaria. as •

5) Ejecutar permanentemente la teoría de la revolución, es decir, revisión, rectificación y reimpulso constante, para profundizar la transformación y los cambios. 6) Cumplir con el lineamiento político del punto y círculo, incentivando la articulación social con el entorno comunitario, del ir y venir de la realidad, al promover el bienestar tanto de las comunidades aledañas como de los productores. Así se mejora la calidad de vida de los habitantes que se encuentran dentro del radio de acción de las plantas, que por el hecho de estar ubicadas en los sitios de producción primaria articulan la materia prima generada por los productores con el proceso industrial, dándole soberanía a la red a través del carácter endógeno de la economía local, a la vez que eleva la calidad de vida de las comunidades cercanas a las empresas socialistas.

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1) Promover la participación del campesinado organizado, consejos de trabajadores y trabajadoras, voceros de los consejos comunales para la planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de la gestión colectiva y social de la red. 2) Desarrollar actividades culturales, deportivas, de formación política y académica, que estimulen la articulación a través de acciones recreadoras para el desarrollo integral. 3) Generar un sistema administrativo transparente con rendición de cuentas y un flujo de información financiera oportuna y veraz que permita la sostenibilidad de los procesos y la distribución justa de los excedentes. 4) Mantener la motivación y el compromiso de los trabajadores y trabajadoras, atendiendo eficientemente las necesidades de gestión social, remuneración, capacitación, salud y seguridad laboral.

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Valores y principios humanizadores

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Productos que ofrece la empresa nacional Lácteos Los Andes. Fotografía: Oficina de Comunicación y Relaciones Institucionales del Ministerio del Poder Popular Para la Alimentación


O t ra s Vo c e s

E ntrevista a J es ú s C epeda V illavicencio dipu tad o de la Asam b lea Naci o nal po r e l estado G u á r ico y profesor de la Uni v e r sidad N aci o nal Expe r imen ta l Ró mu lo G a lleg os

"Tenemos que ir al rescate de la agricultura campesina" A kaida L ib er t ad O rozco Comunicadora social

significa para una nación tener soberanía alimentaria? Jesús Cepeda: Hay dos conceptos que son correlativos, uno que tiene que ver con la seguridad alimentaria y otro con la soberanía alimentaria. La seguridad alimentaria es

el derecho legítimo que tienen, en nuestro caso, todos los habitantes de Venezuela de tener un acceso oportuno, seguro, sistemático, a una ingesta de alimentos protéicos y calóricos que les garanticen una vida socialmente útil. Esa seguridad alimentaria se puede suplir por vía

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A kaida Orozco : ¿Qué

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Diputado Jesús Cepeda Villavicencio. Fotografía: ALDEMARO BARRIOS

interna o externa. La idea es que la seguridad de una nación sea cubierta con producción nacional, es decir por vía interna. Cuando eso sucede estamos hablando de que un país se aproxima a su seguridad alimentaria. Cuando hablamos de soberanía alimentaria estamos hablando de


¿La soberanía radica solo en la capacidad de producción y distribución de los alimentos o está vinculada a otras nociones más humanas, como quiénes cultivan esos alimentos, qué tipo de alimentos se cultivan, por qué esos rubros y no otros, de qué forma se cultivan —si se toman en cuenta saberes tradicionales y ancestrales—, dónde se cultivan? Históricamente podemos decir que durante toda la época agroexportadora se impuso el modelo de la hacienda terrateniente, el modelo de la explotación para la exportación, siendo la mano de obra esclava forzada a sembrar diversos cultivos en lo que se conoció como conucos o cumbes. Después que dejamos de ser un país agrícola y pasamos a ser

un país petrolero, la pequeña producción, el conuco, casi desapareció por completo en nuestro país, no así en otras naciones latinoamericanas. Nosotros evaluamos el panorama hasta el año 2000 y en los últimos 30 años todas las políticas se orientaron a favorecer el agronegocio, es decir, la producción agrícola basada en una razón fundamentalmente económica de rentabilidad y un patrón de producción que se derivó de lo que se conoció como la revolución verde. Un modelo intensivo de producción, altos usos de agroquímicos, de pesticidas, de fertilizantes, lo cual ha contribuido a generar niveles profundos de degradación ambiental y contaminación de los productos que nosotros consumimos diariamente. Ese es el modelo que se impuso en el mundo y que desplazó a la pequeña agricultura. Con el gobierno del presidente Chávez lo que está planteado es que ese modelo tiene que ser sustituido, tiene que haber un nuevo modelo en las relaciones de producción y en la distribución del volumen de producción que se está generando. La propuesta del presidente está orientada fundamentalmente a garantizar soberanía alimentaria; todos tenemos la obligación de alimentar a nuestro pueblo, a hacerlo en la medida de lo posible por vía soberana y, además, buscar la manera de producir de manera sustentable productos sanos. Tenemos que ir al rescate de la agricultura campesina, eso significa

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¿Cuál es el plan para encaminarnos hacia el logro de esa soberanía? Venezuela tuvo su época agroexportadora, vivió de la agricultura durante más de 300 años. Con el advenimiento del petróleo a partir de 1924, cuando este prácticamente toma las riendas de la economía nacional, se produjo un desplazamiento del sector agrícola y por supuesto de la población rural que se dedicaba a esta actividad, que es lo que se conoce como el éxodo rural ubicado en los grandes cinturones de miseria que hay por todo el país. Ahora Venezuela tiene un reto: buscar nuestra soberanía alimentaria. Para ello estamos proponiendo un plan nacional agroalimentario constituido por cuatro pilares fundamentales: uno, contarnos, cuántos vamos a ser los venezolanos y las venezolanas en una perspectiva de 20 a 30 años. El segundo pilar consiste en calcular cuál es la cuantía protéica y calórica que va a demandar esa población en el futuro con base en los requerimientos diarios de una persona. Una tercera

columna es el tipo de rubros que sustentaría esa cuantía alimenticia y, por último, cuáles son las condiciones que tiene realmente el país para un plan de soberanía alimentaria de esta magnitud en materia de tierras, aguas, población rural, infraestructura vial, riego, energía, es decir, una serie de elementos que se constituyen en factores fundamentales para que un plan de esta naturaleza tenga éxito. Ahora, es una búsqueda, es una proyección, es parte de nuestra política y por eso ideamos la Misión AgroVenezuela con la intención de encaminarnos hacia un estadio donde seamos más soberanos y vayamos alejándonos de la dependencia.

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la búsqueda de estabilidad para los productores nacionales; que el país debe ser capaz de proveer las calorías y proteínas que demanda la nación. Ahora, hablar de soberanía alimentaria en términos absolutos, a mi manera de ver, es una utopía porque ningún país es autárquico. De alguna manera, en un mundo globalizado como este, siempre van a existir algunas relaciones entre las naciones.

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…en los últimos 30 años todas las políticas se orientaron a favorecer el agronegocio, es decir, la producción agrícola basada en una razón fundamentalmente económica de rentabilidad y un patrón de producción que se derivó de lo que se conoció como la revolución verde. Un modelo intensivo de producción, altos usos de agroquímicos, de pesticidas, de fertilizantes, lo cual ha contribuido a generar niveles profundos de degradación ambiental y contaminación de los productos que nosotros consumimos diariamente (…) La propuesta del presidente está orientada fundamentalmente a garantizar soberanía alimentaria; todos tenemos la obligación de alimentar a nuestro pueblo, a hacerlo en la medida de lo posible por vía soberana y, además, buscar la manera de producir de manera sustentable productos sanos.


O t ra s Vo c e s así somos R E V I S TA Nº 13 • JUNIO-JULIO 2012

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E n t r e v i s ta

a Jesús

C e p e d a V i ll a v i c e n c i o

que debemos abordar las formas de producción colectiva en el campo, cooperativizadas, y buscar la producción de rubros no transales, es decir, que no se comercialicen en los mercados internacionales, como frutas y vegetales autóctonos pero sobre todo raíces y tubérculos, de manera que no reciban de forma directa el impacto del incremento de los precios internacionales de los alimentos, cuestión que constituye un tremendo problema para la humanidad en estos momentos. Nosotros tenemos que ir hacia lo sustentable y ecológico porque el mundo no aguanta el modelo de explotación que se derivó del uso intensivo del combustible fósil. Ciertamente el concepto de soberanía alimentaria viene impregnado de nuevos paradigmas y de alguna manera para muchos ciudadanos es un descubrimiento... Actualmente estamos obligados a hablar de una doble revolución verde. Si aquella fue con el uso de agroquímicos, pesticidas y el desarrollo de monocultivos a gran escala, ahora estamos obligados a hablar de una revolución ecológica vinculada a los megadominios socioecológicos y socioeconómicos e incorporar nuevas formas de producción y organización colectiva, lo cual implica que haya una verdadera concientización rural de capacitación de nuestros productores. El reto que tenemos en el sector agroalimentario es de enormes proporciones, por eso es necesario que intervengan todos los factores, no solo el político. Evidentemente ahora hay presión de un sector que históricamente fue el beneficiario de los excedentes de la renta petrolera y que se benefició del agronegocio; ese es el que más protesta, exige precios y presiona al gobierno.

¿Venezuela ha discutido el tema de la soberanía alimentaria en el ámbito internacional? Uno de los problemas a escala mundial y que ha sido objeto fundamental de la lucha de las organizaciones mundiales campesinas ha sido que en los acuerdos y convenimientos internacionales la palabra “soberanía alimentaria” entre como parte de la discusión, pero esto ha sido rechazado por las naciones industrializadas del mundo porque no les conviene que los países sean soberanos ya que se reducirían los márgenes de beneficios que obtendrían con su lucrativo negocio. Solamente 10 por ciento de lo que produce el mundo en alimento se comercializa en los mercados internacionales. ¿Quién comercializa tanto la importación como la exportación? Cerca de 55 por ciento de ambas está localizada en 10 países, es prácticamente un monopolio y por supuesto que no están interesados en la soberanía alimentaria de las naciones. Nosotros sí creemos en la soberanía alimentaria pero una soberanía que implique las estrategias que estamos discutiendo en el marco de la integración latinoamericana. Hablando justamente de los monopolios alimenticios, ¿cuál sería entonces la relación entre el legado cultural de un pueblo y la soberanía alimentaria? Nosotros fuimos hijos de la transculturización, primero de la colonia y luego del modelo petrolero, el cual es un modelo de intercambio desigual donde nosotros debíamos limitarnos a ser un país netamente productor de ese recurso, un modelo que esconde en sus precios el daño que le hace a la economía. La Cepal así como muchos teóricos estudiaron este fenómeno que no solo se dio en Venezuela, sino en todos los países de Latinoamérica. De esta manera el intercambio desigual nos

hizo altamente dependientes en lo económico y fuimos desplazados de nuestros valores y nuestras formas de producción. Por eso hoy día la lucha no solo es en el campo político o económico sino principalmente en el ámbito cultural, de forma que podamos crear una nueva mentalidad que nos permita entender la fenomenología donde estamos insertos. Nuestros jóvenes, nuestros pequeños productores, nuestros campesinos deben entender que no se trata de limitarse simplemente a un margen de ganancias sino que es indispensable asumir el aporte que están haciendo para el desarrollo colectivo de la nación con una visión humana, solidaria… esa es la búsqueda del socialismo, de un sueño, de una utopía, que en Venezuela comienza a ser parte de un objetivo concreto con el presidente Chávez. ¿Considera que se deben retomar saberes tradicionales para producir y comercializar los alimentos como la cayapa, el manos vuelta, las empresas familiares, el trueque? ¿Tienen cabida dentro de la propuesta del gobierno? Por supuesto que sí, pero no podemos perder de vista que tenemos que producir una oferta de alimentos en términos cualitativos y cuantitativos que sea capaz de alimentar a las grandes ciudades. No podemos cegarnos ni taparnos los ojos, es necesario entender que estas formas pueden ser perfectamente factibles pero son complementarias. Si las entendemos de esta manera no veo ningún incoveniente pero aceptemos que por la vía del conuco y la producción familiar es bastante difícil abastecer ciudades como Caracas, Valencia o Maracaibo. Claro que estamos impulsando la agricultura urbana y periurbana, pero debemos tratar de combinar todas estas maneras de producción agrícola y disminuir los agrotóxicos.


Finalmente, me interesa su opinión en relación con las expropiaciones y la reasignación de tierras a los campesinos. ¿Usted considera que esas acciones han tenido buenos resultados, que han sido acertadas? Soy de los que están convencidos que la lucha contra el latifundio tiene que ser a muerte y la lucha contra la ociosidad de las tierras también tiene que ser frontal. No obstante, creo que debemos revisar el capítulo del impuesto predial que está en la Ley de Tierras, de manera que nosotros podamos constituir, a través del pago en tierras por esa vía, un banco de tierras del Estado venezolano con el fin de ponerlo al servicio de las organizaciones colectivas. Ahora, mi preocupación es que toda tierra que rescatemos tiene que ser puesta a producir en términos de eficiencia y productividad y lamentablemente tenemos problemas en ese sentido. Es decir, que esas decisiones no han sido 100 por ciento efectivas. Tenemos problemas en ese sentido, problemas graves, no me hagas profundizar más. as

Por eso hoy día la lucha no solo es en el campo político o económico sino principalmente en el ámbito cultural, de forma que podamos crear una nueva mentalidad que nos permita entender la fenomenología donde estamos insertos. Nuestros jóvenes, nuestros pequeños productores, nuestros campesinos deben entender que no se trata de limitarse simplemente a un margen de ganancias sino que es indispensable asumir el aporte que están haciendo para el desarrollo colectivo de la nación con una visión humana, solidaria…

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es impresionante. Tenemos que meternos a fondo en estas investigaciones, hacer convenios para desarrollar controles biológicos y desarrollar la organización campesina que pasa por el rescate de los programas de extensión rural.

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Hablando justamente de la pequeña producción agrícola... ¿existe un vínculo afectivo entre los alimentos que se consumen y los habitantes de un país? Sin duda. En Brasil la pequeña agricultura aporta 40 por ciento del Producto Interno Bruto agrícola de la nación, 60 por ciento corresponde al agronegocio que es gigante, se trata de uno de los países que más alimentos coloca en los mercados internacionales. Esa agricultura está ligada a los programas de educación escolar a partir de los cuales se alimentan más de 10 millones de niños. ¿Por qué nosotros no podemos pensar en una agricultura familiar, doméstica, que sea capaz de generar una economía donde ella misma fije sus precios de intercambio y que a su vez esté vinculada a los programas sociales de la nación? Así entenderíamos una alimentación ligada a un modelo de conceptualización, de existencia, cultural, mucho más justo, más humano, más ecológico. Es muy doloroso ver que nuestros propios campesinos, por desconocimiento y en aras de obtener más dinero de su producción, han contaminado los ríos para matar peces, han usado pesticidas, todo ello generando problemas de salud pública; el problema es verdaderamente dramático, a veces nos enfrascamos en el debate político y no le dedicamos el tiempo suficiente a temas de esta envergadura.

La Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos (Unerg) y la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (Unellez) poseen líneas de investigación sobre el tema agroalimentario. ¿Conoce cómo está planteada la formación académica en estas áreas, en vista de que son carreras fundamentales y estratégicas para el desarrollo y la soberanía alimentaria? Yo coordiné la línea de investigación sobre soberanía y seguridad alimentaria de la Unerg durante mucho tiempo. Me parece que el problema es fundamentalmente político, una vez que tengamos el control político podremos ir a lo demás. Podemos tener el gobierno pero no tenemos control político sobre la economía, nosotros tenemos una economía con participación mayoritaria del sector privado y ese sector tiene otros objetivos. Claro, podemos coexistir, pero una vez que nosotros definamos la línea política. Hoy día la red de alimentación del sector público está entre 32-35 por ciento, quiere decir que el otro 65 por ciento lo abastece la red privada. En los próximos años debería darse una cifra más paritaria y razonable como 50 y 50. Hay que diseñar nuevas estrategias de investigación vinculadas a los cambios climáticos para generar variedades resistentes a estos cambios, controles de plagas distintos que no se den por el uso intensivo de pesticidas porque la dependencia hacia estos tóxicos

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Tenemos que profundizar la investigación en términos biológicos y orientarnos hacia los protocolos de transferencia tecnológica.


Sa b o re s y Sa b e re s

La tierra nos da la vida y los alimentos Hemos olvidado que la tierra nos da la vida y ella nos dará los alimentos que necesitamos. La comida no crece en un supermercado Mar ialejan dra

O rozco

Ve l is

Terapeuta de medicina tradicional china

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así somos

V

ivimos en un mundo diverso, con distintos climas y tierras, necesidades sociales, culturales y alimenticias. El mundo globalizado ha intentado unificarnos, hacernos creer que somos iguales, que pensamos igual y queremos lo mismo, que todos necesitamos comer de la misma forma: hambur-

guesas, sushi, coca cola, perroscalientes, papas fritas… Nos han condicionado a reconocer algunas cosas como comida y otras no, nos han dicho qué comer y cómo hacerlo, que debemos consumir proteína animal todos los días, incluso cuáles animales comer y cuáles no, sin considerar que estos pocas veces son originarios de las

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Venta de granos en la carretera, estado Apure, 2009. Fotografía: FilIPPO BILOTTI

tierras donde vivimos. Hemos olvidado que la tierra nos da la vida y ella nos dará los alimentos que necesitamos. La comida no crece en un supermercado. La cultura capitalista nos ha llevado a una mala distribución de los alimentos, con una visión productivista y rentista de ellos, en la que no importa si la producción


Alimentos al alcance de todos La revolución bolivariana propone un nuevo modelo de vida, una forma social de consumo basada en la satisfacción de necesidades

alimenticias y no de intereses rentistas, particulares y egoístas. La Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria propone la inserción del productor, las campesinas y los campesinos venezolanos, en la seguridad agroalimentaria y productiva del país, para evitar especulaciones y acaparamientos. En este sentido, es importante reconocer que existen diversas formas de alimentación, no solo las establecidas por los modelos capitalistas. Si tenemos dificultad para encontrar algún producto en el mercado podemos sustituirlo por otro que esté a nuestro alcance,

por ejemplo, si no conseguimos proteína animal como carne de res, pollo o cerdo, podemos consumir pira, soja o chaya, igualmente nutritivos y mucho más sanos pues no contienen toxinas ni componentes hormonales. La soja Actualmente, se ha incrementado en Venezuela la producción de soja, grano con un 33,4 por ciento de contenido protéico, colocándose por encima de la carne magra (sin grasa), que es la carne que más proteína tiene (24 por ciento), y de la yema de huevo (16 por ciento). La soja también posee lecitinas y todos

…es importante reconocer que existen diversas formas de alimentación, no solo las establecidas por los modelos capitalistas. Si tenemos dificultad para encontrar algún producto en el mercado podemos sustituirlo por otro que esté a nuestro alcance, por ejemplo, si no conseguimos proteína animal como carne de res, pollo o cerdo, podemos consumir pira, soja o chaya, igualmente nutritivos y mucho más sanos pues no contienen toxinas ni componentes hormonales.

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excesiva del ganado extermina la tierra para la siembra y tampoco interesan las condiciones en las que viven y mueren estos animales para ser consumidos por la especie “superior”; lo importante en la producción globalizada es engordarlos para que tengan más carne y así sacar más provecho y ganar más dinero, ocasionando que solo una parte de la población pueda consumirlos, aquella que pueda pagarlos.

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Los granos de soja se consiguen con facilidad en tiendas de granos, cereales y especias. Mercado de Quinta Crespo, Caracas, 2012. Fotografía: MIGUELANGEL MACHADO


tierr a nos da l a vida y los alimentos

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Leche de soja

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Sa b o re s y Sa b e re s

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Granos de soja. Fotografía: MIGUELANGEL MACHADO

Ingredientes • Granos de soja • Agua • Por cada libra de soja (400 gr) se obtienen 6 botellas de leche Procedimiento 1. Se lavan los granos y se ponen en remojo por lo menos 12 horas, con agua suficiente para cubrirlos. 2. Escurrimos los granos con las manos y los colocamos en la licuadora sin agua, hasta que queden disueltos. 3. La pasta resultante la ponemos sobre un tamiz, colador muy fino o tela, y este sobre un recipiente para recoger la leche. Poco a poco se va dejando caer sobre el tamiz agua hirviendo, esto hace que vaya cayendo la leche en el recipiente. La cantidad de agua es a su gusto.

4. Se pone a hervir la leche de soja por unos 15 o 20 minutos, revolviendo con espátula o cuchara de madera. 5. Retirar del fuego y dejar que enfríe. 6. Al servir se le puede agregar canela, miel o papelón. Nota Por no tener conservantes, la leche se conservará solo dos días en la nevera. Es importante que al colar la masa de soja no quede cáscara y es necesario hervir la leche obtenida para que pueda ser asimilada.

los aminoácidos esenciales, no tiene compuestos purínicos porque no forma ácido úrico, evitando la producción de cálculos renales. Su uso es extraordinario en dietas para combatir enfermedades de los riñones, el corazón, la piel, la hipertensión, la arteriosclerosis, el reumatismo, la gota, la anemia, el cáncer y la diabetes, ya que sus hidratos de carbono carecen de almidón. Con los granos de soja se prepara una leche que puede ser excelente sustituta de la leche de origen animal. La pira La pira, también llamada amaranto o yerba Caracas, es oxigenante cerebral y es el producto de origen vegetal más completo: contiene un alto contenido protéico, mineral y de vitaminas naturales, a, b, c, b1, b2, b3, ácido fólico, calcio, niacina, hierro y fósforo. Fue el alimento por excelencia de los caribes, mayas y aztecas. Al llegar la invasión de los europeos a América se intentó erradicar, como una estrategia política y cultural, esta planta que los mantenía alertas y fuertes. El amaranto, planta que debería formar parte de nuestra comida diaria, crece en las calles y es considerada por muchos un simple monte. Podemos aprovechar su tallo en sopas, las hojas (muy parecidas a la espinaca pero con más hierro) funcionan en ensaladas y té, y las semillas pueden utilizarse en ensaladas o para hacer harina. Esta planta se utiliza para aliviar diarreas y se recomienda en dietas para personas con autismo, prevenir defectos en bebés en formación, desnutrición, anemia, cambios molestos de la menopausia y diabetes. Existen alrededor de 800 especies de amaranto que hemos


muy importante, se recomienda comerlas según la estación o época del año de cada una por dos motivos: 1. ahorro de energía en su transporte y producción; 2. la tierra siempre nos da lo que necesitamos en el lugar donde habitamos. Esto se puede tener en cuenta también a la hora de ingerir pescado, comprar los de la zona más cercana. En la sociedad capitalista se cree que el ser humano es el dueño del mundo y puede comprar todo lo que hay en él, irrespetando la vida en todas sus formas. En una cultura socialista debemos reconocernos como una de las tantas especies que forman parte del mundo, respetándonos y agradeciendo al productor, a la tierra, al agua y al sol, a los animales y vegetales que nos dan su vida para alimentarnos. as

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Algunas sanas recomendaciones • Los huevos y la leche deben ingerirse separadamente de los alimentos que contienen hierro ya que estos dificultan su absorción. Para que sean asimilados es recomendable consumir naranjas, guayaba, zanahoria y remolacha.

• El consumo de frutas frescas es

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Los granos germinados Los granos germinados son una opción muy nutritiva a la hora de comer: trigo, lentejas, arroz integral, caraotas, etc. Todos los granos tienen un alto contenido nutricional, pero al cocerlos pierden muchas de sus propiedades, por eso al germinarlos no solo tenemos la seguridad de que están libres de pesticidas sino lejos de ser transgénicos. De igual modo, estamos aprovechando todas sus propiedades nutritivas y son de muy fácil asimilación. Los granos germinados deben ser consumidos, preferiblemente, sin cocer. También pueden ser utilizados en platos cocinados como tortillas, pero deben ser

agregados al final para que no pierdan sus propiedades nutricionales. Otra razón importante para su consumo es el ahorro ecológico: los envoltorios plásticos disminuirían y se economizaría energía a la hora de ablandarlos. Los granos germinados los podemos hacer en casa, una de las formas más rápidas y sencillas consiste en colocar en un recipiente servilletas humedecidas y poner los granos entre ellas; es importante mantener la humedad. Sabemos que están listos cuando alcanzan 1,5 centímetros.

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sido obligados a olvidar sin razón alguna pues es un alimento accesible que podemos tener sembrado dentro de nuestros hogares.

La soja posee alto contenido proteico. Fotografía: MIGUELANGEL MACHADO


Qué Leemos Desde una visión eurocéntrica muchas de las investigaciones niegan la capacidad productiva y los conocimientos generados por las comunidades e incorporan términos peyorativos mostrando cierta incapacidad para registrar nuestra riqueza y potencial

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E r n e s t o Ye vara

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Investigador Museo Nacional de Historia y de las Culturas

Son muchos los conocimientos sobre nuestra alimentación generados en más de 13.000 años de historia dentro del actual territorio venezolano, sin embargo, son pocos los libros o documentos de amplia difusión donde se reconocen, revalorizan, estudian y desarrollan estos saberes. Desde una visión eurocéntrica muchas de las investigaciones niegan la capacidad productiva y los conocimientos generados por las comunidades e incorporan términos peyorativos como primitivo y adjetivos como subsistencia, autoconsumo o pequeño para señalar ociosidad de recursos en sectores productivos donde la ideología positivista no es capaz de registrar la riqueza y el potencial. Estas razones nos hacen dirigir nuestra mirada a diversas fuentes de conocimiento.

Mixteque. La vida entre las piedras Caracas, Fundación Imprenta de la Cultura, 2009. Este es un texto realizado por diferentes cultores de Mixteque, caserío cercano a Mucuchíes, municipio Rivas Dávila del estado

Mérida, quienes organizados en colectivos y asociaciones junto con la investigadora Henriette Arreaza, decidieron reflexionar y registrar en fotografias, pinturas y escritura varios conocimientos productivos y sobre la alimentación de su pueblo. La agricultura del trigo y la papa, recetas de comidas tradicionales, la recolección de hierbas medicinales, enfermedades y su tratamientos, preparación de remedios y fabricación de herramientas son algunos de los principales temas de este sencillo y profundo libro.

La pesca en el golfo de Paria y delta del Orinoco costero Daniel Novoa. Caracas, Editorial Arte, 2000. Este es quizás uno de los mejores textos extensos sobre pesca en nuestro país, lamentablemente el período que analiza llega hasta 1998. La información que recoge este volumen abarca la pesca en el contexto de la economía nacional, las diferentes pesquerías artesanales e industriales, los aspectos sociales y organizativos de cada tipo de pesca, los recursos pesqueros, fichas descriptivas de cada especie con imagen y datos como tipo de artes y estadísticas de captura, hábitos, nombres científicos y vernáculos, etc. También expone el funcionamiento de las estaciones de pesca en el delta del Orinoco, las estadísticas de capturas regionales hasta 1997 y los convenios internacionales suscritos por la

república venezolana con otros países para la pesca y comercialización de los productos. Un importante aporte es el análisis de razones sociales, económicas y tecnológicas generadoras de la explotación irracional de nuestros recursos naturales y de las comunidades de pescadores.

Material educativo para una alimentación saludable con nuestros saberes y productos La consulta directa a los productores agrícolas y de ganado, pescadores y pescadoras y a nuestros abuelos y abuelas es quizás una de las mejores fuentes para conectarnos con los alimentos producidos y consumidos. Por ejemplo, las recetas tradicionales son nuestro legado y guardan claves para la soberanía y seguridad alimentaria, en internet existen muchos lugares donde puedes encontrarlas, entre ellos te recomendamos ver la página web del Instituto Nacional de Nutrición del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, donde puedes encontrar recetas tradicionales de Venezuela para cocinar auyama, batata, plátano, tubérculos, zanahoria, arroz, maíz, sardinas y hortalizas, además información sobre alimentación para personas con diabetes, lactancia materna, claves para la manipulación higiénica de los alimentos, pautas técnicas para la atención nutricional en situaciones de emergencia y desastre y una tabla de composición de alimentos para uso práctico.


El Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología ha incorporado en su página web, www.oncti.gob.ve, una base de datos sobre las cadenas

Base de datos de cadenas

La pesca artesanal en la costa Caribe de Venezuela María Matilde Suárez y Carmen Bethencourt. Caracas, Fundación Bigott, 1994. Esta investigación cubre gran parte de nuestra costa pero se centra en la región oriental, con los estados Nueva Esparta y Anzoátegui como centro, describe las diferentes artes de pesca, redes, líneas de anzuelos, palangres, trampas y rastras, organiza los tipos de captura entre pesca costanera, dentro de la cual se diferencia la individual de la colectiva con cada tipo de animal

y la pesca mar adentro de mediana altura y de mayor altura. Otro punto tocado por estas investigadoras es la comercialización, cuyo análisis no considera la explotación de las compañías enlatadoras y comercializadoras, quienes retienen más de 200 por ciento de las ganancias a pesar de realizar poca inversión, así como las razones que naturalizaron estas relaciones.

agroproductivas de la República Bolivariana de Venezuela, con la finalidad de colocar a la disposición de los colectivos esta importante información. En este proyecto se seleccionaron 10 grupos de rubros que contienen 23 sistemas de producción agropecuaria, tomando en cuenta importancia alimentaria, condición tropical, características sociales, históricas y culturales; la protección de cuencas altas y medias (conservación ambiental) y los potenciales de exportación.

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agroproductivas disponible en web del Oncti

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Jesús Cepeda Villavicencio. Caracas, Cooperativa de Servicios Publicitarios Alba 2000, 2012. Este es un libro de reciente publicación donde podrás encontrar datos actualizados, nacionales e internacionales, sobre la producción agrícola de alimentos, cantidades y precios por rubro, la correlación de precios con productos estratégicos como el petróleo, el rendimiento y el área de producción por año y la inversión estatal en la producción. De igual manera, reflexiones sobre la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, soberanía y seguridad alimentaria.

así somos

La agricultura venezolana, desafíos y perspectivas


L a Ruta d e la Tra d ic ió n

La ruta del sabor

Cada uno(a) de nosotros(as) tenemos un olor o sabor de comida que nos trae recuerdos, alegres, tristes o nostálgicos, en mi caso oler a guarapo de café o probar un manjar de naranja es recordar a mi abuela. Cuando se está lejos del hogar estos sentimientos se acrecientan A r iann e

Ve lis

Investigadora Museo Nacional de Historia y de las Culturas

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er soberanos es ser independientes, para lograr la soberanía alimentaria debemos apropiarnos de los productos alimenticios que se dan en nuestro terruño. Se nos ha querido imponer un “quitate tú pa’ pa’ ponerme yo”, es decir, un gusto ajeno al nuestro, por ejemplo, la sustitución de los jugos de frutas naturales o guarapos de papelón o piña, entre otros, por los refrescos y los jugos enlatados. Los dulces criollos por los extranjeros o una buena comida —que no es solo lo que ingerimos sino el placer de compartir la sobremesa— por hamburguesas, perroscalientes o comidas rápidas, llamadas así por su preparación y por la violencia con la que hay que consumirlas para cederle la mesa a otro comensal. Retomar este gusto por nuestros alimentos contribuye a nuestra independencia, pues es saber alimentarnos y preparar de diferentes maneras los productos que tenemos a la mano, pero también tiene que ver con los sabores y particularidades de cada región. Entre los estereotipos que se nos han formado de nuestro imaginario cultural, está que la comida típica es el pabellón, pero este varía según la ubicación geográfica: en la zona costera la carne de res es sustituida por pescado y se

convierte en el pabellón oriental; en occidente se sustituye por carne de chivo y es el pabellón de chivo. La idea de esta ruta es conocer al país en su diversidad, cómo elaborar cantidad de alimentos con productos nacionales que si bien identifican a una región en particular se producen o encuentran en casi todo el país, y si no los consigue en su región, cuando visite otro lugar de Venezuela pregunte a los lugareños por estos productos o alimentos ya elaborados; después no vaya a decir que fue para la región del Orinoco y no comió mañoco, zapuara o masapán. Además, la Ruta quiere dar algunos consejos para su economía, así podrá aprovechar las temporadas

para conservar estos alimentos y en época de escasez, cuando sube el precio del producto, podrá recurrir a la despensa y ahorrar algún dinero. Nuestra sensibilidad se forma a través de los sentidos, entre ellos están, por supuesto, el olfato y el gusto, en Venezuela asociamos generalmente el olor a maíz con la arepa o cachapa, pero cada región o grupo étnico tiene un sabor particular, por ejemplo la región de Ayamán —parte de los estados Lara y Falcón— tiene una vinculación diferente con este producto agrícola, pues especialmente para el maíz se celebra la Fiesta de las Turas, durante la ceremonia se prepara la chicha de maíz, elaborada por la reina de las Turas.

Venta de comida en la carretera de San Fernando de Apure, estado Apure, 2009. Fotografía: FilIPPO BILOTTI


La ruta de los productos marinos La dieta de los costeños que vivimos a las orillas del Caribe está asociada a los productos que provienen del mar, no hay nada como sentarse a la orilla de la playa con su olor a salitre y su gama de colores que van

en el puerto de La Guaira, allí encontrará los productos frescos y un poquito más económicos que en otros lugares, también hay servicio de comida con desayunos desde las seis de la mañana y almuerzos hasta las tres de la tarde. Si está en el estado Sucre visite el mercado de Cumaná, allí podrá comprar pescado, llévese un arpón porque los productos están recién salidos del mar. En Nueva Esparta el mercado le queda en el sector Los Cocos de Porlamar. En Anzoátegui, en Puerto la Cruz, en el sector Oropeza Castillo se encuentra el mercado Los Boquetitos, cerca del terminal del ferry, allí llega el pescado para ser distribuido. Y si va al estado Aragua en Chuao, pregunte por el macabí, un pescado muy espinoso que venden ya limpiecito y lo preparan como carne molida en albóndigas o tipo hamburguesa, ese gusto no se le olvidará jamás. La ruta del moriche En la región del río Orinoco, conformada por los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro, se encuentra la palma de moriche, considerado el árbol de la vida por la etnia warao. Del fruto del

Vendedor de camarones de Puerto Píritu, estado Anzoátegui. Fotografía: MIGUEL GARCÍA MOYA

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desde el azul intenso hasta el verdoso y degustar un plato de productos marinos. Pero como la mayoría de los que habitamos esta zona del país no podemos disfrutar de nuestras playas como quisiéramos, nos contentamos con comprar en nuestros mercados los alimentos que preparamos en el hogar: pescado frito, sancocho de pescado, pepitonas, fosforera, vuelve a la vida, siete potencias, empanadas de calamares o cazón, pulpo o rompecolchón, el que le pone los ojos azulitos, entre otros. Si va por al estado Vargas acérquese al Mercado del Pescado que está

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El mango es rico en minerales, vitaminas, fibras y antioxidantes. Campo de Carabobo, estado Carabobo, 2009. Fotografía: FilIPPO BILOTTI

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La ruta del mango El estado Cojedes tiene una vinculación particular con el mango, tanto es así que en la entrada de su capital, San Carlos, hay una plaza donde se ubica el Monumento al Mango, inaugurado en 1974 y declarado patrimonio cultural en 1995; también cuenta con una comunidad llamada Mango Redondo donde se baila fandanguillo. En el mes de mayo se celebra la Feria del Mango, los cojedeños(as) elaboran a base de este producto: jugo, carato de mango verde, jalea cruda o cocida, mermelada, dulce de mango con canela, vino, salsas, y se le echa a las ensaladas de vegetales frescos que adquieren un toque de acidez al agregarle la fruta verde. También existe una producción de artesanía y juegos infantiles que se elaboran con la semilla del mango. Si va para la Feria pida un arroz con mango... no sé si lo preparan, pero usted pídalo a ver qué le dan.


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moriche se hace la harina llamada yurima con la que se prepara un pan que es consumido en ocasiones especiales. También preparan una bebida llamada mono mediante la extracción de la pulpa de la fruta que luego se pisa y se le agrega agua y azúcar. La semilla se prepara como dulce, también los niños(as) juegan con ella elaborando una especie de zaranda que suena al ser lanzada. El gusano de la palma de moriche es muy atractivo entre los habitantes de esta región del país por su contenido de proteínas, es energizante y afrodisíaco.

queso, carne, ensalada, pollo, etc., como si fuera un pan, además se le pueden agregar diversas salsas. En Guayana, para preparar la bola de plátano, se sancocha verde, se tritura y se amasa con mantequilla y sal, con ella se acompañan diversas comidas, la única vez que la he comido fue preparada por la madama Cleotilde de Billigs. Del plátano no se deja ni la concha, una vez que lo pela, sobre todo la concha verde, con un tenedor retira la pulpa del lado adentro, luego la aliña y sofríe como si fuera carne mechada.

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La ruta del plátano Si dejo fuera la ruta del plátano no puedo volver a visitar a los zulianos. El plátano es un fruto que se consume en casi todo el país: frito en tajadas y tostón, sancochado, en tortas, en y con arepas, bola de plátano, en conservas, así como un dulce llamado mal de rabia que se prepara cuando el fruto está pasado de maduro; pero en el estado Zulia cobra un sabor especial con el patacón. Para el patacón se utiliza el plátano pintón o verde, se fríe como tostón y luego dos rebanadas se rellenan con

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Para una próxima edición, les quedo debiendo la ruta del coco, del chivo, del cacao y de los productos de río. as

¡Para ahorrar! • En el estado Falcón, en el municipio Zamora, se cuelgan las mazorcas de maíz hasta que se sequen, luego se desgranan y se guardan tapadas. • En la época de tomate puede envasarlo al vacío o licuarlo y conservarlo en el congelador.

Preparación de la torta de casabe, comunidad Pemón de la Isla de las Marías. La Paragua, estado Bolívar, 2006. Fotografía: AmilcIar Gualdrón El plátano forma parte de la dieta habitual de los chuaeños. Su venta dentro y fuera de Chuao genera ingresos económicos a quienes lo cultivan. Chuao, 2011. Fotografía: SUSANA ARWAS

el mercado y en prácticamente todos los expendios de comida, pues es utilizado en casi todos los platos. En Caracas, el mañoco, en ocasiones, se puede adquirir en el Mercado de Quinta Crespo. El cachiri es una chicha a base de yuca que se prepara para fiestas especiales. El mingao o yucuta es mañoco preparado en agua caliente con sal, frecuentemente se consume en la mañana. La masoca es un mañoco en forma de polvo que se utiliza para darle a los bebés.

La ruta de la yuca Esta ruta comienza en el estado Miranda, se extiende por Anzoátegui y sigue hacia Amazonas. Este tubérculo se cosecha como yuca amarga y yuca dulce. Con la amarga se elabora el casabe y la naiboa; la dulce se prepara sancochada, frita o en sopas, hervidos y sancochos. También se hacen dulces como los buñuelos, panes y tortas, pero si va a visitar el sur del país, hacia el estado Amazonas puede probarlo de diferentes maneras. En el mercado de Puerto Ayacucho encuentra el mañoco, que es yuca rallada y seca, se consigue en

• Cuando la leche se le corte o se ponga mala no la bote, añádale papelón, la coloca al fuego y se pone como María a darle paleta hasta que seque, así obtendrá un rico y nutritivo dulce de leche cortada. • Si le queda un poquito de arroz o se le pone viejo échele azúcar, vainilla, canela, clavo en polvo y unas cucharadas de harina de trigo hasta que obtenga una mezcla. Luego haga bolitas o arepitas y sofría en un poquito aceite, una vez listas las espolvorea con azúcar. • Las arepas viejas puede rellenarlas, las pasa por huevo batido y las fríe. También puede hacer sopa de leche, las desmorona y le agrega leche caliente, mantequilla y queso rallado.




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