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¿Puede la creatividad ser fuente de innovación en mi empresa?

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¿Puede la creatividad ser fuente de innovación en mi empresa?

Por: Aldro Álvarez Cruz, Consultor Empresarial y Conferencista. Socio Fundador de A&R Management, empresa de Consultoría y Presidente Internacional de Competencia Gerencial. /aldroalvarezconsultor aldroalvarez@gmail.com

Es una ventaja personalizada, única y específica.

Todas las empresas en algún momento de su desarrollo, inician una búsqueda de aquel elemento diferenciador que les permita estar un paso adelante de los demás. Eso es lo que les permitirá que sus clientes volteen a verlas como una opción real, confiable, pero, sobre todo, que satisface la necesidad; por la cual las buscaron en primera instancia, las diferencian sobre la ya enorme oferta que hay en el mercado. Si, hoy no somos los únicos que participamos en el mercado con un producto o servicio nuevo o innovador.

Ese elemento diferenciador se le conoce como ventaja competitiva, lo que nos hace diferentes a los demás, y como empresas es necesario encontrarla para no ser una más del montón para nuestros clientes que en muchas ocasiones no perciben una gran diferencia entre una y otra. Pero cuando hablamos de fuentes de esa ventaja competitiva, es innegable que nos remita a pensar como empresa, ¿cuál es nuestra propuesta de valor? Sí, eso que el cliente percibe, valora y por lo mismo, al serle útil, está dispuesto a pagar por ello.

En este momento la primera pregunta que debemos hacernos es: ¿identifico cuál es la propuesta de valor de mi negocio? Ojo, no estamos hablando de que es lo que vendemos o que servicio ofrecemos, sino, qué es eso que el cliente percibe como diferente a los demás.

Pensar en la propuesta de valor y qué la origina, nos lleva a pensar en temas como: contar con un producto o servicio que es nuevo en el mercado, ofrezco un producto o servicio que tiene una durabilidad que no tienen los demás, puedo personalizar mi oferta a las necesidades del cliente o bien, el diseño que ofrezco es superior al de los demás.

Pero cuando la mayoría de las empresas están conscientes de estos elementos y sobre los mismos, están buscando cómo lograr eso que perciba el cliente,

¿dónde más podemos buscar?

Un punto que muchas veces es considerado como más relajado y que sirve para otros temas dentro de una empresa, tiene que ver con la creatividad. Si, la creatividad es esa capacidad para crear nuevas ideas o conceptos.

No solo es el uso de la imaginación, de juegos y pensar en cosas que pueden ser o no ser, que pueden cristalizarse en cosas reales o simplemente quedarse en ideas. Todo esto puede ser aplicado para el funcionamiento de una empresa, ahí es donde reside su valor real y tangible para una empresa.

¿Dónde comenzar si queremos implementar una estrategia que permita que nuestra empresa trabaje con más imaginación y creatividad?

Primer punto, debemos estimular y fomentar la creatividad entre nuestros trabajadores, crear un entorno adecuado para ello, pero sobre todo, contar con la capacidad para escuchar nuevas ideas, conceptos, proyectos, aportaciones distintas y diferentes. De aquí parte todo, crear y fomentar un ambiente donde los trabajadores se sientan libres de pensar, imaginar, inventar y ver las cosas de una forma distinta a la que las ven.

Este es el primer paso y requiere apoyo de la dirección de la empresa, tomadores de decisiones en creer que esto puede ser de utilidad y siendo los primeros que lo fomenten.

Una vez que hemos logrado esto, y comenzamos a fomentar que nuestros trabajadores sean libres para pensar, ver las cosas diferentes, ahora hay que canalizar esas ideas. No quiero que solamente mi personal o trabajadores estén divagando en miles de ideas, el siguiente paso es canalizar todas esas ideas en algo que sea productivo para la empresa.

Pongamos, por ejemplo, la necesidad que tiene una empresa por mejorar un proceso, uno que ya no es funcional, que se ha vuelto obsoleto y que más allá de brindarnos soluciones, está causando otros problemas.

Un siguiente ejemplo es pensar que queremos lanzar un nuevo producto o servicio para estar a la vanguardia en el mercado y no quedarse rezagado con la competencia; pero necesitamos hacerlo diferente, cercano a la realidad, con algo que sea de impacto.

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Es aquí entonces cuando la creatividad tiene un sentido y un enfoque: mejorar, innovar, hacer diferentes las cosas dentro de la empresa, en un proceso específico o un área.

Cuando logramos que la creatividad y las ideas que puedan surgir de todo esto se enfoquen a estas mejoras, estamos en el proceso de lograr cambios sustanciales en lo que estamos haciendo, y al ser de forma específica y no genérica a lo que hacen las demás empresas, se vuelve una ventaja personalizada, única y específica.

¿Cómo cristalizar esto dentro de una empresa y llevarlo a buen puerto?

Bueno, como mencioné al principio, la creatividad no solo son juegos. Si se requiere usar herramientas que detonen la creatividad en las personas, ya que nos encontraremos con algunas situaciones en particular de personas que no son ni se sienten creativas, es complicado para ellas.

Para estas personas, no es obligarlos a ser creativos, nadie puede ser creativo porque así lo decreto. En estos casos, herramientas que detonen su creatividad podrán ayudarnos, ejemplos, la lluvia de ideas (brainstorming), los mapas mentales (mind map) o algunos ejercicios como el storytelling enfocado a un punto en específico, o bien, el visual thinking puede ayudarlos a generar ideas, pero enfocadas en algo. En algunas empresas, por ejemplo, estimulan la creatividad ligándola a dos elementos básicos:

un problema en específico o situación en parti-

cular de la organización, y segundo, un incenti-

vo para la persona que generó la idea.

Pero no solo es tener la idea, es que esa idea realmente después de ser evaluada, tenga valor por su aplicación o lo que pueda generar, ahí es donde podemos generar un cambio en ambas partes: los trabajadores se sienten incentivados a generar ideas, la empresa encuentra una fuente de innovación dentro de la misma empresa para mejorar procesos, productos, servicios y solucionar problemas.

Una vez ya inmersos en esta dinámica de generación de ideas, la empresa se encontrará en condiciones para volverlo un hábito y después, algo representativo de la organización. Es aquí donde encontramos una fuente de innovación para nuestra empresa, sin tener que invertir mucho, pero si usando el activo más valioso que tenemos: el factor humano y su capital

intelectual.

Debemos recordar que estimular a que las personas generen cosas nuevas, siempre redituará en nuevos proyectos para todos, y termina convirtiéndose en una estrategia ganar–ganar. Esto nos lleva a pensar en la importancia de planear la capacitación, definir las actividades que se les brinda a los trabajadores, y también considerar temas que a veces no son tan observados como son las instalaciones, espacios, lugares donde desarrollan sus actividades y conviven, la música, herramientas de trabajo, bueno, un sinfín de cosas.

Todo esto es fuente de inspiración, y permite que cada quien encuentre ese momento que le sirva para generar ideas nuevas. Hay que recordar también que no todos procesamos la información de la misma forma y en ese sentido. Y así, también a la estrategia debemos agregarle que no exista imposición, sino una opción para hacer las cosas de diferente forma. Si lo intentamos podemos generar resultados diferentes a los que hemos tenido. ¡Vale la pena intentarlo!

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