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___El Comercio ___domingo 31 de marzo del 2013
fervor en la sierra de moquegua
Tradicional devoción de los altares gigantes de Omate Fotos: Giovanna Fernández
En esta localidad del norte de Moquegua se edifican estas posas de 20 metros. La procesión del Santo Sepulcro recorre los siete retablos construidos. Katherine subirana abanto Omate. Para rendir homenaje a
Cristo es necesario subir, en algunos casos, 30 escalones. En otros 35. En otros, con un poco de pena, solo 18. En Omate, un valle ubicado en el norte de Moquegua, la devoción a la cruz se puede medir en escalones. Es Viernes Santo y Jorge Tinoco lleva dos días frente a sus 32 escalones de fe. Sentado en una esquina, con un vasito de pisco al lado, mira cómo decenas de personas suben y bajan dando los toques finales a un altar de 32 escalones y más de 20 metros. Para armarlo se utilizaron más de 200 trozos de madera que se sostienen amarrados entre sí. Los escalones son bancas de madera, que se cubren con dos franjas de telas blanca y una de tela negra. La tela mide más de 30 metros. Luego se colocan, en cada escalón, tres cuadros de diversas imágenes sagradas. “Parece fácil, pero no lo es”, dice don Jorge. No, don Jorge, no parece fácil.
santas posas. En los escalones se colocan alrededor de 96 cuadros de diversas imágenes religiosas. Estas rinden homenaje al Santo Sepulcro .
Las santas posas
Estos altares aquí en Omate se conocen con el nombre de posas. Son siete las posas que se arman en Semana Santa y, por cada una de ellas, hay tres personas responsables de su construcción, a quienes se los conoce como poseros. Los poseros son durante esta conmemoración, quienes organizan la vida de buena parte de la población de Omate. Como buen posero, don Jorge supervisa al milímetro la construcción de su posa y de la alfombra de flores que también se va armando a los pies del altar. Él y sus dos compañeros poseros coordinan que los materiales estén completos, que quienes trabajan en las posas vaya sin prisa, pero sin pausa, que tengan pisco, cigarros, agua… “Hay que tratar bien a la gente que trabaja para uno”, dice. La tradición de levantar estas posas es tan antigua que ya nadie recuerda cuándo empezó. “Desde que yo era pequeño y desde que mi papá era pequeño y desde que mi abuelo era pequeño, ya se levantaban posas”, dice don Luis Tinoco con la sabiduría que le han dado siete décadas de vida. Don Luis es mayordomo del Señor del Santo Sepulcro, por lo que tiene a su cargo la organización de la procesión de Viernes Santo. Aquí las posas cumplen un papel fundamental. “Cada posa es una estación en la que el Santo Sepulcro, seguido de la Virgen Dolorosa, paran para ser homenajeados y bendecir a los responsables de las posas”, explica. Y las bendiciones se reparten por Omate y todos sus caseríos, ya que estos se agrupan para organizar el armado de este tipo de altares. La posa número uno está a cargo de los caseríos de Laje, Linchaypampa y Tamaña; la número dos a cargo de Chichilín y Challahuayo; la tercera a cargo de Omate y el anexo Cogri; la cuarta a cargo de San Francisco, San Juan de Dios, Urinay y Moromoro; la quinta la hace solo el
procesiones. Durante la Semana Santa se realizan seis procesiones en Omate. La del Viernes Santo es la más significativa.
caserío de Amata; la sexta, Quinistacas y la séptima, los anexos de Escobaya y Colohuachi. Los misterios de Las posas
Don Godofredo Ayala llegó a Omate el Jueves Santo del caserío de Tamaña. Con él llegaron Melendi Mamani, del caserío de Lindaypampa y Freddy Todco, de Laje. Ellos son los tres poseros encargados de la primera posa.
“Desde que mi papá era pequeño y desde que mi abuelo era pequeño, ya se levantaban posas”, dice don Luis Tinoco. Don Godofredo cuenta que antes de que hubiera carretera, la gente que vive en los anexos de Omate llegaba al pueblo caminando. “Ahora llegan rapidito, la carretera es lo máximo”, dice. La carretera… una trocha llena de curvas y subidas que van formando profundos abismos que la bordean. Aun así, para ellos es un milagro.
Es la noche de Viernes Santo y hace frío. Don Godofredo va ofreciendo pisco a su gente, para que trabajen. Las posas tardan dos días en armarse y la gente que las construye necesita estar bien alimentada y tener un resguardo para el frío. Ciertamente, el armado de las posas no sabe de mezquindades. “En ellas se usa más de 200 palos, que puede ser molle, eucalipto, sauce o guarango. Cientos de metros de cuerdas, bancas, nylon…”, don Godofredo interrumpe su explicación porque ya son las 8:30 de la noche y va a comenzar la procesión. Las posas están listas y alumbradas, las alfombras terminadas. El Señor se abre paso. “¿Hasta cuándo, hijo perdido? ¿Hasta cuándo has de pecar?”. La procesión que acompaña a la Virgen Dolorosa canta cada vez más fuerte esta canción, como si así, cantando fuerte, la Virgen encontrara más rápido a su hijo. No sabemos dónde perdió a su hijo, pero Omate es un buen lugar para encontrarlo.
viernes santo. Durante la procesión del Santo Sepulcro, las posas funcionan como estaciones para rendirle homenaje al Cristo yacente.
La celebración de la sierra moqueguana AREQUIPA
PUNO
Omate
Lloque Huacaquina
La Capilla
MOQUEGUA Ciudad de Moquegua
Ilo
TACNA
Océano Pacífico
MáS COStuMbRES En el Sábado Santo de ayacucho se celebra el ‘Jala toro’, donde se sacrifica a estos animales. El historiador José María Vásquez señala que la idea era donar la carne a entidades benéficas pero que se ha ido desvirtuando esta costumbre.
PatRiMONiO CuLtuRaL
Detalles de una tradición de tiempos inmemorables La Semana Santa de Omate fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación en el 2010. La celebración empieza el viernes anterior al Domingo de Ramos, cuando llega a Omate la imagen del Señor de las Piedades. Esta se guarda todo el año en el templo de la localidad de Quinistacas y baja a Omate solo para Semana Santa. La devoción al Señor de las Piedades data de 1660, cuando hizo su última erupción el volcán Huaynaputina. Los lugareños rezaron pidiendo que no hubiera más daños y llovió tres días, milagro que le atribuyen al Señor de las Piedades. La imagen de este Cristo crucificado llegó de España en el año 1550 y se caracteriza porque los clavos de sus pies son distintos. ElDomingodeRamoslospobladoressalenenprocesiónconarcos
defloresenlasmanos.Jalanuna burraconcríaycargansobreellaal SeñordeRamosysobrelacríacanastasdefrutas.ElMiércolesSanto, saleenprocesiónlaVerónica,San Juan,CristoDolorosoylaVirgenDolorosa.LaVerónicadebesercargadasolopormujeressolteras,ySan Juansoloporhombressolteros. Las posas que sirven de estaciones en Viernes Santo cambian la tela negra por telas rojas el Domingo de Resurrección. El domingo al mediodía, tras el almuerzo final, los poseros presentan a sus sucesores para los siguientes dos años, quienes firman un acta de compromiso antes las autoridades. Hay poseros escogidos hasta el año 2020. Omate es una localidad muy poco difundida a los turistas, pero que sabe sorprender, sobre todo en Semana Santa.