14 | .edu | LIMA, del 6 al 12 de junio del 2016
somospucp MATEO Y GABRIEL ALAYZA, egresados de la Facultad de Arte y Diseño
Cuando lo esencial es visible a los ojos LA PRIMERA MUESTRA ARTÍSTICA EN BRAILLE QUE SE EXHIBE EN LIMA ACERCA AL PÚBLICO AL PRINCIPITO, ENTRAÑABLE PERSONAJE CREADO POR ANTOINE DE SAINT EXUPERY QUE HA SIDO RECREADO PARA LA OCASIÓN GRACIAS AL TALENTO DE LOS HERMANOS MAGIA. FERNANDO CRIOLLO
Por KATHERINE SUBIRANA
E
l Principito es, por estos días, una historia que se cuenta en tres cuadras. El magnífico relato del piloto que, tras estrellar su avión en el desierto, conoce a un pequeño príncipe, ha sido, esta vez, adaptado en 30 ilustraciones. Estas, acompañadas de un texto escrito en español y su equivalente en braille, están expuestas en vallas ubicadas en la Av. Larco, en Miraflores. Se trata de la primera muestra artística en braille de nuestra ciudad, titulada “Lo esencial es invisible a los ojos: arte para la inclusión de las personas con discapacidad”, la cual nació de la alianza entre la Municipalidad de Miraflores y la empresa Vallas. Fue el municipio el que llamó a Gabriel y Mateo Alayza, hermanos y artistas egresados de nuestra Facultad de Arte y Diseño, para que encuentren su propia forma de contar El Principito. EL PESO DE LA HISTORIA. Gabriel y Mateo tienen la sonrisa fácil y la mirada cómplice. Comparten la vida, el arte y la magia, pues son artistas, hermanos y socios. Juntos fundaron el estudio Hermanos Magia, hace seis años, buscando enfocar su trabajo en replantear la ilustración y el diseño, desde y con el arte. Aceptaron este encargo conscientes de la responsabilidad que supone, pues no solo es un libro emblemático, sino, también, un libro ilustrado. ¿Cómo replantear esas ilustraciones que han pasado a la historia y con las que millones de personas se identifican? Gabriel –quien también es docente del Departamento
HERMANOS MAGIA. Mateo y Gabriel llevan el arte en las venas, pues son hijos del reconocido pintor Alejandro Alayza.
de Arte– cuenta que les pareció interesante hacer otra lectura. “Es tan emblemático y tan poderoso que nos parecía interesante dar un giro, tomar otro camino y no, necesariamente, reproducir el estilo gráfico original”, dice. Presentaron varias opciones de ilustración para que el municipio escogiera. Y, en paralelo, empezaron el trabajo de diseño y edición de textos. Así, Gabriel se reencontró con el primer libro que leyó en su vida y Mateo redescubrió uno que había olvidado. Ambos recuperaron un pedazo de su infancia y lo volcaron en su trabajo. ARTE E INCLUSIÓN. Los Hermanos Magia se encargaron también de editar los textos y coordinar su traducción al braille. Trabajaron con el Centro de Rehabilitación de Ciegos de Lima (Cercil) y la Municipali-
dad de Miraflores, lo que, de alguna forma, simplificó un proceso tan complejo. Este trabajo les enseñó que construir espacios inclusivos supone un esfuerzo que vale la pena. “El primer problema que tenemos es que no hay máquinas adecuadas para la producción de material en braille para el espacio público en el Perú”, cuenta Gabriel. Por ello, los paneles llevan un adhesivo en lugar de una placa metálica. Los Alayza coinciden en que este es un trabajo que toca a las auto-
ridades: construir un espacio público para el invidente y para las personas con algún tipo de discapacidad. LA MAGIA DE UNA VIDA. Gabriel y Mateo llevan la magia en la sangre, por lo que el nombre de su estudio no es gratuito. Hijos de un pintor y una historiadora del arte, el princi-
pio de Hermanos Magia está en las intromisiones infantiles de Mateo en los dibujos de Gabriel. “Cuando era chico, iba al cuarto de Gabriel cuando, por ejemplo, estaba dibujando una batalla. Me metía y dibujaba algo, y se generaba un diálogo desde el dibujo. Ese dibujo se volvía gigante, y así se empezaban a generar diferentes mundos y más mundos, que hasta el día de hoy no se han detenido”, cuenta Mateo. Estas creaciones pasaron a cobrar vida en su taller. “Hermanos Magia nos permite aproximarnos a la dilución de las autorías. En las ilustraciones, hay muchas manos metidas; en el diseño, hay muchos criterios”, dice Gabriel. “Trabajamos como una banda, buscamos darle una dimensión genial a una pieza, sin importar quiénes son los actores”, añade Mateo. Ambos defienden tanto su sentido de trabajo colectivo como su individualidad. Cada uno cultiva un espacio para su arte personal, pero, ambos a la vez, comparten el taller, tal como compartieron aulas y experiencias en la PUCP. Gabriel evoca sus días de facultad con nostalgia por los talleres y por las búsquedas que inició en ese momento; Mateo recuerda la Universidad como un espacio único, donde la gente emprende una búsqueda “de su propia sensibilidad y sus propios intereses desde un medio”. Ellos son los Hermanos Magia, los responsables de que estos días, al caminar entre las cuadras 4 y 7 de la avenida Larco, podamos encontrar a un pequeño personaje, rubio y de traje, que pide que le dibujen un cordero o que contempla más de 300 puestas de sol. Si miras con atención, puedes toparte también con una serpiente boa que está tragando un elefante. Observa con cuidado: no la confundas con un sombrero. ■