El sabor del silencio

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El sabor del silencio

Licenciado en Derecho, escritor y sacerdote diocesano desde hace más de veinte años. Es el sacerdote de la parroquia de San Millán y San Cayetano, en el barrio de Lavapiés y trabaja en diversos ámbitos que combinan lo pastoral y lo social: jóvenes, centro de escucha, educación de calle, interculturalidad, espacios para la contemplación. También colabora en proyectos artísticos propiciando el encuentro desde diferentes lenguajes. Tiene publicados varios libros, entre ellos El reloj de arena y La sonrisa en la mirada.

Santos Urías No dejes de susurrar al oído, de dar una caricia, de expresar un sentimiento, de mostrar…

Las páginas de este libro son tan sencillas como el tiempo que nos recorre. Nada extraordinario. O todo extraordinario, porque es tan extraordinaria la capacidad ordinaria de transcender. Breves reflexiones que pueden ser un instrumento para acercarse al mundo de la contemplación, de la meditación, de la oración.

El sabor del silencio

Santos Urías

SANTOS URÍAS IBÁÑEZ

El sabor del silencio

Santos Urías

> colección Expresarte

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Fotografía de cubierta: David Lopez Escalera.

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isbn 978-84-15995-19-7 © 2017-Ediciones Khaf Grupo Editorial Luis Vives Xaudaró, 25 28034 Madrid - España tel 913 344 883 - fax 913 344 893 www.edicioneskhaf.es

dirección editorial Juan Pedro Castellano edición Isabel Izquierdo proyecto visual y dirección de arte Departamento de Diseño GE diseño de colección Mariano Sarmiento impresión Edelvives Talleres Gráficos. Certificado ISO 9001 Impreso en Zaragoza, España depósito legal: Z 351-2017

Los Derechos de Autor de este libro serán donados a Fundación África Directo para colaborar con sus proyectos de ayuda a los desplazados y refugiados por el conflicto en Sudán del Sur. www.africadirecto.org Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917021970 / 932720447).

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EL SABOR DE LA AMISTAD Un amigo fiel es una protecciรณn segura; el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio; su valor no se mide con dinero. Eclesiรกstico 6,14-15

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Recuerdo el curso en el que Santos participó en mis clases de Historia de la Iglesia. Licenciado en Derecho, amable y risueño, interesado y dialogante. Ordenado sacerdote, ha tenido claro cómo deseaba ejercer su ministerio, para lo que ha rechazado algunas tareas y se ha implicado en una pastoral, a veces de frontera, creativa, siempre comprometida, siempre avanzando por este extraño paisaje del dolor. Ha soportado marginaciones e injusticias, pero ha reaccionado con tranquilidad y buen humor. Viste de manera informal aunque no impropia, parece un poeta de cuento o un músico casi incorrecto, pero cuando se le oye hablar o cantar se transforma, le atiendes con enorme interés y quedas prendado de su ternura. Nunca ha permanecido alejado de la vida en su sentido más amplio. Buen conocedor de la doctrina moral católica, escritor, músico casi bohemio en tugurios en los que nos reunimos multitud de amigos que le queremos, de todo pelaje y experiencias diversas, da el do de pecho cuando escribe sus reflexiones con enorme sensibilidad, con una cercanía a quien sufre y llora capaz de desarmar nuestro egoísmo y despreocupación. Impresiona que, en medio de tantas tareas y dedicaciones, sea capaz de mantener el silencio

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del espíritu y la libertad del alma, al tiempo que escucha, acompaña, sugiere y abraza. Las consideraciones de este pequeño libro son valiosas tanto por su aproximación al dolor y la alegría, a las inquietudes y aflicciones, al amor y a la espiritualidad, propia y de sus amigos, como por el ofrecimiento de la propia intimidad y de su capacidad de amistad. Juan María LABOA

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el rumor del silencio Todo el día me repiten: «¿Dónde está tu Dios?»(…). Recuerdo cómo iba yo en medio de la multitud y caminaba hasta la casa de Dios… (Sal 42,3-4)

He recordado este verso del Salmo más de una vez a lo largo de la lectura de esta delicia de librito de mi amigo Santos Urías. Según leía, iba escuchando una banda sonora de diferente intensidad y tono que justificaría añadir otro posible título a estas páginas: El rumor del silencio. Me parecía ver al autor caminando (peregrinando más bien…) en medio de una muchedumbre diversa y variopinta: unos perteneciendo a su entorno más próximo, esa «extensa colección de amigos de todos los colores y sensibilidades; valientes y cobardes; sensibles y primarios; artistas y maestros; espirituales y borrachos». Otros, fuera de ese círculo primario pero alcanzados también por la calidez de su abrazo: el chico que vende mecheros en el metro, la gente cansada que escapa del frio y de la soledad, el amigo de La farola, africanos de Camerún, Nigeria, Guinea o Ruanda, chavales enredados en sus rehabilitaciones, enfermos de sida en el barrio, menores, mujeres, adolescentes, un parado, un anciano que agoniza. A veces la relación se ha creado lijando, amasando, enyesando y pintando juntos; otras en la barra de un bar o en la sacristía de la parroquia. En toda la gente que vamos encontrando en estas páginas se esconde la misma pregunta expresada de distintas maneras: «¿Dónde está tu Dios…?». Y la respuesta que reciben no nace de ninguna teoría, ni de ningún libro, ni de ningún «plan de pas-

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toral»: se la ofrece, como si fuera agua de su cantimplora, alguien que camina con ellos, que se sitúa a su lado apoyando sus intentos y sus búsquedas, sus dolores de parto, sus avances, sus recaídas, sus miedos, sus resistencias, sus alegrías y sus lágrimas. Es la historia que vivimos todos y en ella vamos aprendiendo a movernos, a tropezar y levantarnos de nuevo, a crecer con otros. Todos oímos los mismos rumores y respiramos las mismas fatigas, olores y colores, pero hay gente capaz de recordarnos que esta, y no otra, es la historia en que habita el Espíritu. Y se deciden a contarlo en pequeños libros como este que despiertan en nosotros más ganas de caminar así, de escuchar mejor esa algarabía silenciosa, de acoger toda esa complejidad sin tratar de controlarla ni de comprenderla. En palabras de la teóloga Antonietta Potente: «Nuestra búsqueda no sigue tanto la pregunta de cómo iremos a salvar al mundo, sino de cómo estaremos en el mundo buscando la vida con todos y todas. Cómo reconoceremos la esperanza de la historia, los caminos por donde andan los pueblos y sus sueños». Estas páginas han sabido contarme, con sabor de silencio, cómo tejer esas cercanías y complicidades con las historias de la gente que nos rodea. Dolores ALEIXANDRE

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PARA SABOREAR HAY QUE GUSTAR

¿Por qué algunos ven lo que otros no ven? ¿Qué gafas se necesitan para poder observar la vida con fe, con esperanza, con amor? La gracia es como el aire: flota, nos invade, se respira, y sin embargo a veces nos sentimos desgraciados. Quizás hay que pararse un poco, detenerse a contemplar. Tomar conciencia de ese oxígeno que ensancha nuestros pulmones. Saborear el silencio. Un silencio para la escucha. Estas páginas están elaboradas a partir de un pequeño «diario» compartido. Un blog que con otros amigos elaboramos. Una bitácora de peregrinos que hace lectura creyente de los acontecimientos más cotidianos. Poesía, arte, cultura, compromiso, fragilidad, sueños; sombras y luces que van iluminando la mente y el corazón, dejando en la mochila lo necesario para el camino y despojándose de lo accesorio y lo prescindible. Y el lenguaje es el silencio. Un silencio como forma de ser. Un silencio que tiene que ver con afrontar la soledad existencial, con despertar los sentidos, con mirar cara a cara a la vida y, por qué no, a la muerte. Un silencio acompañado que nos permite saborear cada acontecimiento como el pan nuestro de cada día, no el de pasado mañana, ni el de dos semanas atrás.

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Un silencio que danza, que no se avergüenza de sus pobrezas, que, como decían los sabios del desierto, se pone delante de Dios tal cual, y Dios mira, comprende, transforma en esa escucha sin palabras fruto de la mera contemplación. Las páginas que vienen a continuación son tan sencillas como el tiempo que nos recorre. Nada extraordinario. O todo extraordinario, porque es tan extraordinaria la capacidad ordinaria de trascender. Aparecen en el texto dos pequeños cuentos en forma de telón, uno al comienzo y otro hacia el final, que nos acercan a la pedagogía de Jesús: un hablar en parábolas para poder alcanzar a tocar con la punta de los dedos aquello que tiene que ver con la bienaventuranza, con la felicidad, con la plenitud, con lo que en cristiano llamamos la salvación. Como en una especie de epílogo se ofrece un decálogo del silencio. Unas breves reflexiones que pueden ser un instrumento para acercarse al mundo de la contemplación, de la meditación, de la oración. Un consejo práctico para quien lo tenga a bien: para saborear hay que gustar. Cada página ha sido escrita narrando momentos diferentes, con estados de ánimo distintos, con percepciones diversas. Qué bueno poder disfrutarlas también así. Leerlas con calma, sin prisas por «terminar el libro», como una píldora que va haciendo su efecto también en el silencio de cada día. Buen provecho.

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Licenciado en Derecho, escritor y sacerdote diocesano desde hace más de veinte años. Es el sacerdote de la parroquia de San Millán y San Cayetano, en el barrio de Lavapiés y trabaja en diversos ámbitos que combinan lo pastoral y lo social: jóvenes, centro de escucha, educación de calle, interculturalidad, espacios para la contemplación. También colabora en proyectos artísticos propiciando el encuentro desde diferentes lenguajes. Tiene publicados varios libros, entre ellos El reloj de arena y La sonrisa en la mirada.

Santos Urías No dejes de susurrar al oído, de dar una caricia, de expresar un sentimiento, de mostrar…

Las páginas de este libro son tan sencillas como el tiempo que nos recorre. Nada extraordinario. O todo extraordinario, porque es tan extraordinaria la capacidad ordinaria de transcender. Breves reflexiones que pueden ser un instrumento para acercarse al mundo de la contemplación, de la meditación, de la oración.

El sabor del silencio

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