A sus 96 años, alfarero, teólogo, poeta, filósofo, acompañante, hermano, amigo… continúa llevando una vida comunitaria, creativa e intelectual tremendamente activa. Son numerosas sus publicaciones literarias, desde 1964, y aún hoy continúa escribiendo. Es uno de los principales exponentes del arte de la alfarería en Francia. Sus obras son de incalculable valor. Las investigaciones sobre los esmaltes de cerámica han atraído hacia su taller a personas de todo el mundo, alfareros y no alfareros.
EN LA TIERRA Con las Manos en la Tierra
El Hermano Daniel, de Taizé, es actualmente el más anciano de la Comunidad Ecuménica de Taizé, en la Borgogna francesa. Él se presenta como «le dernièr des premièrs» («el último de los primeros»), pues forma parte del núcleo fundador de los primeros cuatro hermanos, convocados por el Hermano Roger, que se instalaron en la colina de Taizé, allá por 1942.
Daniel de Montmollin Hermano de Taizé
La triple alianza con la naturaleza, con uno mismo y con los otros
Amigo y referente de personalidades relevantes del mundo de la filosofía, del arte, de la literatura, del cristianismo en su vocación más ecuménica. Generador de interesantes iniciativas de grupos de trabajo y de encuentro. Han acudido a visitarle en su taller de Taizé, exponentes como Paul Ricoeur, Olivier Clément, Philippe Lambercy…
> colección Expresarte
Por primera vez se publica en español esta obra del hermano Daniel de Taizé que, desde la profundidad de su ser, su vida y su experiencia, aborda las preguntas más frecuentes que le han sido realizadas por la multitud de personas que han pasado por su taller en Taizé. En sus respuestas queda manifestada su vocación íntima: la Creatividad en mayúsculas. Pero va más allá: acompañar para que cada persona descubra las vías que le restauren a esa creatividad central, infundida en su ser desde antes de su nacimiento. Descubrir y recuperar la triple alianza: con la naturaleza, con uno mismo y con los otros.
Daniel de Montmollin
Daniel de Montmollin
CON LAS MANOS
CON LAS
MANOS TIERRA EN LA
C I 1 49 51 7
Daniel de Montmollin Hermano de Taizé
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 2
7/11/17 13:16
CON LAS MANOS EN LA TIERRA PRESENCIA DE LA ALFARERÍA
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 1
7/11/17 13:16
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 2
7/11/17 13:16
DANIEL DE MONTMOLLIN Hermano de Taizé
Con las manos en la tierra presencia de la alfarería
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 3
7/11/17 13:16
isbn 978-84-15995-22-7 Ttulo Original: Les Mains sur terre © 2017-Ateliers et Presses de Taizé, 71250 Taizé, France. © 2017-Ediciones Khaf Grupo Editorial Luis Vives
dirección editorial Juan Pedro Castellano edición Isabel Izquierdo traducción Silvia Dioverti y Mariló Diestro Tejeda
© Fotografía: Taizé Xaudaró, 25 28034 Madrid - España tel 913 344 883 - fax 913 344 893 www.edicioneskhaf.es
proyecto visual y dirección de arte Departamento de Diseño GE diseño de colección Mariano Sarmiento impresión Edelvives Talleres Gráficos. Certificado ISO 9001 Impreso en Zaragoza, España depósito legal: Z 1578-2017
Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917021970 / 932720447).
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 4
22/11/17 13:49
PRELIMINAR
‘Alfarería’ es una palabra antigua.
5
Nacida entre los primeros gestos creadores de la humanidad, esta artesanía parece hoy, para el gran público al menos, relegada al ámbito del tiempo libre, sobre todo el de los niños. Sin embargo, en muchos de nuestros pueblos borgoñeses, un alfarero o una alfarera remplaza al panadero, al tendero, al cafetero, al herrero, al maestro… ¿Cómo explicar esta paradoja? Alfarero en el seno de una comunidad, he tratado de responder a numerosas preguntas que me han sido formuladas sobre esta materia, por tantos visitantes y amigos. He elegido una docena de ellas, contestadas a partir de mi propio recorrido.
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 5
7/11/17 13:16
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 6
7/11/17 13:16
El ser humano está presente en el mundo, pero ¿no ha olvidado que ha sido creado y que su presencia en el mundo se impone por un acto creador personal, y no es este acto el que le da su singularidad de humano?
No es suficiente con estar presente en el mundo para que el ser humano recuerde que ha sido creado. ¿Cómo podría, de hecho, olvidar lo que no ha sido natural y claramente inscrito en la experiencia que tiene de su vida? Y no considerándose criatura, ¿cómo se reconocería como creador? Solo en la medida en la que está auténticamente presente en sí mismo, puede entrever el insondable misterio de su origen y nombrar a su manera al autor de su vida. Pero también es posible que no quiera encerrar tal misterio en los límites de ningún nombre. Para el Moisés del Antiguo Testamento, la respuesta a «¿Quién eres tú?» es «Yo soy el que soy». Para el Nuevo Testamento, es el misterio de una relación intrínseca entre las personas de la Trinidad. «El hombre ha sido creado criatura creadora». Esta afirmación lapidaria de Nicolás Berdiaev me acompaña desde hace mucho tiempo. Da sentido a mi vida indicando lo que yo soy y por qué yo soy. Pero no especifica quién ha decidido mi presencia en el mundo. No soy yo en todo caso, lo que puede dejarme perplejo, o ver rebeldía en tiempo de sufrimiento, o vibrar de gratitud cuando todo va más allá de mis expectativas. Sí, ¿quién lo ha
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 7
7
7/11/17 13:16
8
decidido así? ¿Sería acaso el azar, ese azar del que se ha podido decir que era «el humor de Dios»? ¿O sería Dios mismo? ¿Quién, pues, me ha puesto sobre la tierra, ha hecho que yo sea de raza blanca, varón, «creyente de nacimiento» (como decía de sí mismo Olivier Messiaen), estudiante de teología protestante primero, después monje en una comunidad en creación en la que he llegado a ser alfarero? A todas estas preguntas, sé que ninguna respuesta me será dada, al menos con esa evidencia de que dos y dos son cuatro. Y sé, igualmente, que si esperara la respuesta a esas preguntas, bien legítimas por otra parte, antes de poner un pie delante del otro, sobrevendría la parálisis. Podría decir también que esas no-respuestas pueden atentar mi libertad, cuando cada mañana, al entrar en mi taller, nadie me dice lo que debo hacer, ¡si bien solo me queda la libertad de mis elecciones! Hay entonces un recorrido posible, fruto quizás del azar, si el azar existe. Pero, tal como hubiera dicho Paul Ricoeur, sería «un azar transformado en destino por una elección continua» 1. Diría de buen grado que vivir es elegir, o a la inversa si se quiere, y que ahí está mi libertad. Pero bien debo rendirme a la evidencia de que ciertas elecciones primeras en las que viví no fueron precedidas de mi voluntad propia; sin embargo, continúo suscribiéndolas sin reserva. Hay algunos «sí» que me he escuchado pronunciar con toda espontaneidad y que han decidido el transcurso de mi vida. Reconozco igualmente que esos síes respondían, de manera impensada, a preguntas directas de personas sin las cuales no hubiera podido siquiera concebir la posibilidad 1
Paul Ricoeur, Le tragique et la promesse, entrevista con Olivier Abel para la película de Antenne 2: Présence protestante, 1991.
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 8
7/11/17 13:16
misma de tales compromisos a largo plazo, esos compromisos que precisamente manifiestan mi presencia en el mundo. Y ahora, ¿no es aquí donde se puede hablar de creatividad, esta creatividad que genera para algunos esa intuición de ser uno mismo criatura? Si bien se puede hablar de ella como el deseo de realizar tal cosa en tal momento según sus gustos y sus aptitudes. Pero antes que eso, ¿no sería sobre todo ese «estado del ser» lo que nos orienta de tal forma por una necesidad ineludible? El día en que el hermano Roger, fundador de nuestra comunidad, me sugirió ir a casa del alfarero de Cluny para conseguir arcilla para hacer figuritas de belén, no podía sospechar el shock afectivo que me esperaba. A los treinta años, sin ningún contacto previo con el universo de la cerámica, me encontré en un taller medio oscuro, polvoriento, lleno de ladrillos, de barreños y de vasijas frescas alineadas sobre tablas suspendidas del techo. Allí, en medio de esos bártulos, un hombre con un delantal cubierto de arcilla pedaleaba en su torno, de donde sus manos embarradas hacían surgir un esbozo de algún recipiente… A mi regreso, una vez más, no pude prever esa inmediata reacción del hermano Roger a mi relato: «Si este oficio te toca hasta ese punto, ¿por qué no podrías pasar tú por esta experiencia?». El alfarero aceptó guiar mis primeros pasos por este nuevo mundo. Me condujo a la cantera de la que volvería con carretillas de arcilla compacta, llenadas a pala. Después, antes de que me atreviera con el torno, me inició en la preparación de la pasta, estando atento a eliminar esos pequeños fósiles de toda clase de los que la arcilla está llena…, usando la ocasión para explicarme el comportamiento de la roca caliza en el fuego… Así es como desde el principio, presentí, sin poder todavía formularlo, el cruce de esos tres ejes que estructuran el oficio
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 9
9
7/11/17 13:16
10
de alfarero: la alianza con la naturaleza que nos da la tierra, la alianza consigo mismo, la que nos empapa la camisa comprometiendo nuestro pensamiento, y finalmente la alianza con aquellos que nos han sido puestos en el camino, y a quienes, a fin de cuentas, está destinado el fruto de una búsqueda personal. Tres meses más tarde, el alfarero me anunció su partida hacia otra galaxia. Fue necesario que me las arreglara de forma autodidacta, como se dice, lo que significa que no me he formado en una escuela especializada. Pero la obra que se realiza, si resulta de una verdadera experiencia personal, debe mucho a lo que se aprende de los otros, en un intercambio tanto crítico como técnico. Aunque es difícil saber qué es lo que corresponde a cada uno. Además, está la parte del fuego que lo transfigura todo, hasta tal punto que cuando la obra está acabada, se puede dudar de la autoría de uno mismo. ¿Mas qué es una obra? Cuando mi jornada se acaba y, cerca de mi torno, veo una nueva serie de formas que no existían aún ayer, ¡tengo la satisfacción de no haber perdido mi tiempo! Este resultado directamente tangible de una parte del trabajo de uno mismo es uno de los beneficios gratificantes que conoce el alfarero. Mas esto no quiere decir que una actividad que no se traduce en una forma palpable no sea creativa y generadora de una obra. Como escribió Jean Cottraux: «Al lado de la creatividad excepcional de genios como Einstein, Picasso o Mozart, existe la creatividad de lo cotidiano de cada uno de nosotros que se expresa en el arte de vivir y sobrevivir. Para algunos, la vida es la más bella culminación, incluso si no está llena de obras excepcionales» 2. 2
Jean Cottraux, À chacun sa créativité, Odile Jacob, París, 2010.
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 10
7/11/17 13:16
149517_KHAF_Manos_tierra.indd 2
7/11/17 13:16
A sus 96 años, alfarero, teólogo, poeta, filósofo, acompañante, hermano, amigo… continúa llevando una vida comunitaria, creativa e intelectual tremendamente activa. Son numerosas sus publicaciones literarias, desde 1964, y aún hoy continúa escribiendo. Es uno de los principales exponentes del arte de la alfarería en Francia. Sus obras son de incalculable valor. Las investigaciones sobre los esmaltes de cerámica han atraído hacia su taller a personas de todo el mundo, alfareros y no alfareros.
EN LA TIERRA Con las Manos en la Tierra
El Hermano Daniel, de Taizé, es actualmente el más anciano de la Comunidad Ecuménica de Taizé, en la Borgogna francesa. Él se presenta como «le dernièr des premièrs» («el último de los primeros»), pues forma parte del núcleo fundador de los primeros cuatro hermanos, convocados por el Hermano Roger, que se instalaron en la colina de Taizé, allá por 1942.
Daniel de Montmollin Hermano de Taizé
La triple alianza con la naturaleza, con uno mismo y con los otros
Amigo y referente de personalidades relevantes del mundo de la filosofía, del arte, de la literatura, del cristianismo en su vocación más ecuménica. Generador de interesantes iniciativas de grupos de trabajo y de encuentro. Han acudido a visitarle en su taller de Taizé, exponentes como Paul Ricoeur, Olivier Clément, Philippe Lambercy…
> colección Expresarte
Por primera vez se publica en español esta obra del hermano Daniel de Taizé que, desde la profundidad de su ser, su vida y su experiencia, aborda las preguntas más frecuentes que le han sido realizadas por la multitud de personas que han pasado por su taller en Taizé. En sus respuestas queda manifestada su vocación íntima: la Creatividad en mayúsculas. Pero va más allá: acompañar para que cada persona descubra las vías que le restauren a esa creatividad central, infundida en su ser desde antes de su nacimiento. Descubrir y recuperar la triple alianza: con la naturaleza, con uno mismo y con los otros.
Daniel de Montmollin
Daniel de Montmollin
CON LAS MANOS
CON LAS
MANOS TIERRA EN LA
C I 1 49 51 7
Daniel de Montmollin Hermano de Taizé