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Secuencia causal
Los peligros concretos se manifiestan por la presencia de determinados factores que engloban los múltiples agentes ya descritos en el capítulo primero, en unas condiciones por debajo del nivel que podemos conside- rar como normal para que no aparezcan pérdidas. Así, una escalera de mano con un peldaño roto sería un agente físico en condiciones anorma- les; una concentración de tolueno en el aire del 155 ppm constituye un agente químico en condiciones muy superiores al estándar; colonias de algún tipo de bacterias patógenas en algún conducto de ventilación, son agentes biológicos que constituyen una condición higiénica anormal.
Peligros derivados de agentes fisiológicos pueden ser las deficiencias visuales, antropométricas, etc. para realizar ciertos trabajos; peligros por agentes psíquicos están relacionados con la inteligencia y la aptitud, por ejemplo; las preocupaciones y preparación deficientes son, entre otros, agentes sociológicos peligrosos. Las presiones de determinados grupos de compañeros de trabajo constituyen un peligro clasificable entre los agen- tes políticos; agentes económicos susceptibles de ser peligrosos son las deficiencias injustificadas, la falta de incentivos adecuados; ciertos traba- jos a turno, horarios excesivos, etc. son, asimismo, agentes organizativos del trabajo que pueden derivar en otros tantos peligros por su condición subestándar.
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El peligro, ese vocablo tan tradicional, específico y comprensible en todos los estratos sociales es, junto al bazar anglosajón, el que mejor nos ha de permitir, sin confusiones, entender cuando estamos en situaciones subestándar, propicias para el accidente/incidente.
Secuencia causal
Es conveniente conocer con detalle cuanto puede anteceder al acci- dente como medio indispensable para tomar medidas que rompan la secuencia, y por eso vamos a concretarnos ahora en la secuencia o cadena causal.
Como nos muestra la figura 15, las pérdidas son el último eslabón o consecuencia del accidente. Pero antes de que éste tenga lugar se han tenido que manifestar las llamadas causas inmediatas, que tienen su razón de ser en las causas básicas y en los fa//os o defectos de los sistemas, entendidos en su amplio significado.
Puede resumirse en cuatro puntos representativos el significado de los fallos de los sistemas: — Deficiente control de gestión y de las técnicas preventivas. — Programas poco adecuados a las necesidades reales. - Normativa inadecuada en el conjunto de las decisiones preventivas. - Cumplimiento inadecuado de la normativa existente.
Cuando la línea de supervisión no participa en la gestión de la seguridad e higiene, ya sea por propia inhibición o porque no se le ha involucrado en el programa, es una razón más que suficiente para que resulte incontrola- da la ocurrencia de accidentes/incidentes. Porque ahí está el motivo de que no se hagan inspecciones, de que no se investiguen las causas de pérdidas y de incidentes, que no se hagan análisis, ni procedimientos de trabajo y cuantas actividades sean necesarias para la empresa en cuestión.
Figura 15. Secuencia causal. Y, por supuesto, con esas carencias sólo puede esperarse perder al nivel que determine el azar.
Ese primer eslabón de la secuencia puede propiciar la existencia de una cantidad muy variable de causas básicas. Estas causas son las que nos permiten explicarnos por qué sucede lo indeseable, materializado en hechos concretos que, como hemos dicho, están posibilitados por pre- vios comportamientos de gestión.
Esas causas básicas pueden resumirse en dos tipos: las que engloban los factores personales y las correspondientes a factores del trabajo.
Las primeras son el origen de que las personas no actúen como sería de desear para los intereses preventivos. Las segundas nos explican el por- qué de las condiciones o situaciones inadecuadas existentes. Aquí nos encontramos, por tanto, con todos los factores y agentes en condiciones de producir efectos adversos sobre la mejor utilización deseable y posible de los recursos humanos y de la producción. En la figura 16 se ofrece una relación, no exhaustiva, de factores personales y del trabajo.
La importancia de las causas básicas es de tal naturaleza que, sin una clara política de actuación empresarial a través de todos los niveles, sin una rotunda decisión directiva para luchar contra esas causas, no será posible alcanzar un razonable y perdurable estado de seguridad e higiene. Olvi- darnos de las causas básicas es tanto como plantear la batalla por la seguridad e higiene en base a cuestiones puntuales, a "parcheos", que nos vienen definidos por las llamadas causas inmediatas.
Esas señales o indicios inmediatos (mal llamados causas) de que pueden suceder los accidentes/incidentes constituyen otro eslabón de la cadena causal. Están constituidos por los llamados actos personales y sociales inseguros, y condiciones materiales inseguras o peligrosas.
El acto inseguro es un comportamiento de las personas que vulnera el procedimiento aceptado como seguro y que posibilita que suceda el accidente. La condición insegura es una manifestación de los factores materiales inseguros que, de forma inmediata, pueden propiciar acciden- tes o incidentes. En definitiva, son situaciones por debajo del estándar