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Higiene analítica
satisfacerse con la higiene de campo. Es preciso recurrir a la higiene analítica. Pero para ello, en campo, será preciso realizar la toma de mues- tras del o de los contaminantes, que será analizada en el laboratorio.
Tanto los diferentes métodos de muestreo como los variados niveles de complejidad impiden generalizar sobre si es posible o conveniente que sean realizados por personal especializado o no. Depende de cada caso pero, en un alto porcentaje, es el personal de la propia empresa, con el correspondiente adiestramiento, quien puede realizar esta función bajo la supervisión de personal experto.
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De la misma manera que hemos pretendido trasladar el convencimien- to de que la seguridad se hace en la empresa y por el personal de la empresa, también la higiene goza de ese principio en la mayoría de sus funciones.
También debemos transmitir el sentimiento de que las tareas de control de la seguridad e higiene no son patrimonio exclusivo de los estamentos oficiales. Para que un trabajo técnico sea fiable hay que pedirle profesiona- lidad, y no oficialidad, situación a menudo confundida cuando hay prefe- rencias "oficiales" por la realización de unas mediciones ambientales y tratamientos analíticos de contaminantes.
Claro está que las reticencias en ese sentido son siempre debidas a la incapacidad para juzgar un trabajo profesional, por desconocimiento de las particularidades de ese trabajo o por simple mala fe en la verdadera solución de los problemas.
Retomando el tema que nos ocupa, nos resta indicar que ya estamos, tras los pasos señalados, en condiciones de valorar la situación higiénica. Disponemos, como ya hemos visto, de unos patrones de referencia, de unos criterios de valoración que nos permitirán definir si las condiciones son seguras o peligrosas.
El informe adecuado de todo el proceso seguido servirá para concretar lo más importante: la propuesta o decisión de las medidas correctoras necesarias en caso de peligro, el control periódico para mantener las condiciones seguras y el control ambiental sobre los posibles contaminan- tes para su valoración. HIGIENE ANALÍTICA
La higiene analítica es la rama de la higiene industrial que permite la determinación cualitativa y cuantitativa de los contaminantes recogidos en las muestras ambientales.
La aplicación de esta técnica es necesaria en todos aquellos casos en los que la acción de campo no resuelve suficientemente los datos precisos para una correcta evaluación.
Un paso previo al análisis es la preparación de las muestras que deberán llegar al laboratorio y que dependerán de la técnica analítica que deberá seguirse.
Los filtros de membrana de PVC para gravimetrías, los de esteres de celulosa para determinación de metales, las soluciones absorbentes para compuestos orgánicos, el carbón activo y sílica gel para recoger compues-
Figura 60. Aportación de la higiene analítica. tos orgánicos, son algunos de los soportes utilizados más frecuentemente en la toma de muestras.
El técnico especialista determinará, en cada caso, el sistema de mues- treo adecuado, el instrumental necesario y la normativa que deberá se- guirse.
En general, la muestra se obtiene mediante la circulación del aire, en volúmenes prefijados, a través de medios de retención de los agentes químicos (polvos, humos, gases, aerosoles). Ha de recogerse la suficiente cantidad de contaminante, pero no tanto que colme el medio de reten- ción, a fin de asegurar la precisión necesaria en el análisis posterior del contaminante.
Otro aspecto a tener presente es el de la calibración de los equipos de muestreo de acuerdo con las normas técnicas al respecto, con el fin de determinar el error instrumental con vistas a la fiabilidad del muestreo.
La higiene analítica, que es de una gran importancia como soporte técnico de la higiene de campo, también tiene su metodología y su propia calibración de aparatos que requiere gran precisión. Las pequeñas canti- dades de la muestra (microgramos, nanogramos) y la posible presencia de varios contaminantes de forma simultánea obliga a utilizar técnicas de precisión en múltiples ocasiones.
Omitimos el comentario individualizado para cada una de ellas porque para el mando y técnico de empresa es algo útil pero no indispensable. Baste señalar las técnicas siguientes: gravimetrías, volumetrías, potencio- metrías, cromatografía de gases y líquidos (para separar y detectar compo- nentes de una muestra), espectrofotometrías de infrarrojo (para detectar la presencia de grupos funcionales, de compuestos orgánicos e inorgánicos, y determinación del contenido en sílice libre de polvos minerales, por ejemplo), espectrofotometrías de ultravioleta visible, microscopía electró- nica, espectrofotometría de absorción atómica (para la determinación de metales), entre otras.
Como puede deducirse, el conocimiento de los resultados analíticos no es suficiente para hacer una correcta evaluación del peligro. Es el técnico de campo el que, con los resultados globales de la encuesta higiénica,