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Formación e información

individual, sino que es una obligación inherente a sus responsabilidades porque no van a obtener los mejores resultados si su participación se limita a modelos de actuación espontánea y porque la eficacia en su gestión se garantiza si ésta es profesional.

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La participación en la gestión de seguridad e higiene, que como hemos dicho es una obligación para el personal de supervisión, tiene que fortale- cerse con el tiempo mediante una adecuada información y formación permanente.

En esa participación tiene un papel de primera línea la persona o equipo de personas que se ocupen de la gestión del conjunto de programas de seguridad e higiene que deben desarrollar los mandos. Nos referimos a los especialistas o directores de los servicios o departamentos de seguridad e higiene que muchas empresas, por su volumen, riesgos y características diferenciadas, tienen establecidos.

En esto último queremos ser muy estrictos, puesto que estamos con- vencidos de las necesidades reales de la seguridad e higiene. No caben equívocos en nuestra exposición. Cuando nos referimos a departamentos o servicios de seguridad lo hacemos pensando que existen porque son necesarios para llevar la administración o gestión profesional de los riesgos (o de algunos riesgos) de la empresa. En definitiva, como un apoyo o extensión de las obligaciones de la dirección en esas materias. Si es de esa forma como están concebidos no nos importará ni tan siquiera el nombre que pueda dárseles, aunque ese nombre sea salud laboral.

De todas maneras, aunque el hábito no hace al monje, en un país donde las formas pueden resultar trascendentes con el tiempo, más vale llamar a las cosas por su verdadero nombre o habrá quien se basará en el hábito para "hacer de monje".

Una cierta participación en la gestión le corresponde al comité de seguridad e higiene mientras subsistan las funciones que tienen actual- mente atribuidas, aunque habría que plantearse su eficacia real, y si interesa como un doble órgano de representación social o como un servicio profesional para los intereses que deba representar.

Dicho cuanto antecede comprenderemos el porqué de la formación e información en este apartado. Sólo queremos dejar constancia de su insoslayable presencia si nos tomamos en serio la gestión profesional.

Figura 71. Requisitos para la participación eficaz.

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