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IV Cocinando con “Pirrallo” en un atunero

IV. Cocinando con “Pirrallo” en un atunero

Cualquier persona ajena a los entresijos de los grandes buques atuneros que faenan por el mundo, pensará, como es natural, que lo más importante en un barco es el puente de mando… y lo es. También la sala de máquinas… o el parque de pesca, con el sistema de refrigeración del pescado… o la gigantesca red que cuelga y se almacena en popa… Pero nadie pensará en ningún momento que el centro neurálgico y el alma de un atunero… podría estar en la cocina. Las funciones de cada lugar de estos enormes barcos, verdaderas obras de arte de la construcción naval, están estudiadas y desarrolladas al milímetro, inseparables entre sí. Pero la cocina, que da vida al comedor situado a su lado, es el auténtico corazón del barco, que late todos los días con los sentimientos al aire de la tripulación -salvo oficiales-, alrededor de mesa y mantel. Cerca de cuarenta hombres se juntan a la comida y a la cena, y forman, casi sin advertirlo, esa familia que va a convivir, por lo menos, durante cuatro meses de marea. Mitad españoles, mitad africanos -de Ghana, de Madagascar, de Senegal, de Namibia…-, mezclan culturas de lo más diverso: idiomas, creencias religiosas, costumbres, formas de comer, aficiones… Relaciones que lo normal es que finalicen con la marea, pero en repetidas ocasiones se ha creado amistades casi eternas sin percibirlo los interesados, que repiten esos sentimientos entre ellos cuando vuelven al mismo barco una y otra vez. Es obvio deducir que el cocinero es un personaje a bordo casi tan principal como el patrón de pesca… ¡exagerando un poco!… aunque la realidad de los hechos está ahí. Todos los días, -siempre que la pesca lo permita- a la mañana sobre las once para comer, y a la tarde sobre las siete para cenar, les espera el cocinero con su menú de tres platos, abundantes y variados, más el postre de pastelería. Debemos añadir que a media mañana y a media tarde, la tripulación tendrá sus buenos bocadillos.

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Hasta poco más de la mitad del siglo pasado, el futuro de los chicos y chicas de una familia marinera de Baiona, estaba bien definido por tradición: las mujeres aprendían el oficio de “ataderas” a los doce años y serían también pescantinas, y los hombres iban a la mar a los catorce o quince años. El baionés Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, apodo heredado de su abuelo, también empezaría a trabajar a los catorce años, pero en esta caso, y es lo llamativo, de cocinero, pese a ser hijo y nieto de marinero por el lado paterno, y con muchos tíos marineros, “Os Masacos”, por lado materno, rompiendo así la tradicionales costumbres de la villa. “Pirrallo” nació en pleno corazón de Baiona, en la Puerta de la Villa, el 23 F de 1981, el mismo día del golpe de estado del teniente coronel Tejero. Es curioso, pero esa fecha también estuvo presente en la vida de más de un marinero baionés: Jorge Denis Goce y Moncho Misa “O Uvas”, hacían el servicio militar a doscientos metros del Congreso; y “Quin” Álvarez Leyenda estudiaba en la Universidad de Vallecas, y el suceso cambió su rumbo profesional. El padre de Andrés, Luis Piñeiro Rodríguez, “Pirrallo”, natural de Panxón, fue marinero desde niño y ahora jubilado, y se casó en su día con María Cristina Pereira Pequeño, de Baiona, una de las dos mujeres de doce hermanos, “Os Masacos”, todos ellos marineros. El abuelo paterno, “O Pirrallo”, Luis Piñeiro Hermida, murió en altamar a la altura de las islas Canarias. El abuelo materno, “O Masaco”, Manuel Pereira Freire, falleció a los 94 años y recibió poco antes el homenaje de la Cofradía de Pescadores “La Anunciada” de Baiona al marinero jubilado de más edad. Así que desde la cuna, Andrés fue creciendo en un ambiente familiar totalmente identificado con la pesca, pero ya desde muy niño eligió ser cocinero por auténtica vocación -mientras sus compañeros de generación iban para marineros-, oficio que en ese momento de su vida no tenía nada que ver con la mar... como no fuese la exquisita preparación de una gran variedad de pescados.

Los abuelos de Andrés, Luis Piñeiro Hermida, “O Pirrallo” y María González Sanromán. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

La familia de “Os Masacos” incompleta. Hasta doce hijos, aún faltan cuatro varones en la fotografía. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Baiona, 1902. Andrés Piñeiro Pereira, de niño, llevando una lancha por A Ladeira, aunque su futuro no iría en principio por el mar. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Años ochenta. Los padres de Andrés, Luis Piñeiro Rodríguez, “Pirrallo”, y María Cristina Pereira Pequeño. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

El abuelo materno de Andrés, el marinero Manuel Pereira Freire, “O Masaco”.

Los abuelos maternos, Antonia y “O Masaco”.

El padre de Andrés, Luis Piñeiro González, “Pirrallo” como su padre, fue marinero desde los diecisiete años. Su primer embarque, en el “CándidoVieira” de Vigo, en 1966. A partir de ahí, se enrolaría en más de quince barcos, en su mayoría “arrastreros”, y casi todos de Vigo. Entre otros, el “Eduardo Vieira”, el “Aldán”, el “Masso 17”, el “Monte San Alberto”, el “Arosa Noveno”, el “Caveiro”… el atunero “Itxas Cantábrico”... siendo el “Calviño Tres”su último pesquero, de 1983 a 1988.

Última Libreta de Inscripción Marítima de Luis Piñeiro Rodríguez, “Pirrallo”.

El “Monte San Alberto”.

En 1988, deja la pesca, y se enrola en el recién estrenado cablero “Atlántida”, donde permanecerá hasta diciembre de 1989. Una angina de pecho a bordo, originará que le dieran la inutilidad permanente para el mar. Tenía poco más de cuarenta años.

El cablero “Atlántida”.

Últimas páginas de la Libreta de Marinero de Luis Piñeiro González.

<<Estudié hasta EGB -cuenta “Pirrallo” nieto, y a los catorce años yacomencé de ayudante de cocina en el “Monte Real Club de Yates” de Baiona. Después pasé al “Rodicio O Boi na Brasa”, en A Ladeira, al “Pedro Madruga”, a “El Tunel”, a “Casa Soto”… y a base de currar mucho, fui aprendiendo. >>

“Restaurante Pedro Madruga”, en Baiona.

“Mesón Soto”, en Baiona.

<<Luego estuve en Canarias, en A Coruña, en Palma de Mallorca, en Sanxenxo, en Vilagarcía… >>

Palma de Mallorca, años dos mil. En la cocina de un hotel: “Pirrallo”, a la derecha, con dos compañeros de A Coruña, Marcos y Jacobo. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

<<Tras treinta años de experiencia en tantos lugares, y distintos estilos de cocina, me surgen serios problemas familiares en 2011, que hacen que me plantee embarcar en el atún. Un cocinero de mi “curriculum” no tuvo ninguna dificultad para encontrar barco: me estreno en el “Playa de Arantxatxu”, de la compañía “Pevasa”, y allá me fui a probar una marea. Y aquíestoy, llevo ocho años de cocinero en el atún. Al parecer hay escasez de cocineros. La gente no quiere embarcarse por tantos meses en la mar. Por mi parte, me encuentro bien. Ya me acostumbré a la vida en el barco. Bien pagado… y con cuatro meses de vacaciones. >>

Inscripción de Andrés Piñeiro Pereira en la Libreta Marítima, y primeros embarques en el “Playa de Aritzatxu” y en el “Playa de Anzoras” en Port Victoria, 2013 y 2014, respectivamente. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Buque atunero “Playa de Aritzatxu”, de la armadora “Pevasa”, primer barco en el que se enroló Luis Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, como cocinero. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Logo de la compañía “Pevasa” (Pesquería Vasco Montañesa, S.A.).

<<Pescábamos en el Océano Índico en el caladero de las Islas Seychelles -cuenta “Pirrallo”. Al cabo de unas cuantas mareas, la compañía me traslada al “Playa de Anzoras”, un atunero similar al anterior, de 85 metros de eslora por 14 de manga. Al final estaría con “Pevasa” durante cuatro años. >>

Buque atunero “Playa de Anzoras”, de la armadora “Pevasa”.

Océano Índico, 2014. En el “Playa de Anzoras”, “Pirrallo” y su ayudante, han preparado unas ricas pastas. (Archivo familia Piñeiro Pereira)

Océano Índico, 2014. En el comedor del “Playa de Anzoras”, españoles y africanos alternan en las mesas sin ningún problema. Las comidas, atendidas por “Pirrallo”, valen también para confraternizar. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

“Pirrallo”, trabajando en la cocina del “Playa de Anzoras”.

Océano Índico, 2014. El comedor en los barcos también sirve como centro de reunión de la tripulación, no solo alrededor de la cotidiana alimentación. La TV en un fondo, indica que cine, series, deporte… son motivos para juntarse en momentos de ocio. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Y mientras los marineros del “Playa de Anzoras” se afanan con esfuerzo en una “largada”, el cocinero sigue en su trabajo sin desmayo. Cada uno a lo suyo. Hay trabajo para todos.

“Playa de Anzoras, 2014. Recogiendo la red después de una provechosa “largada”.

Izado el “salabardo” a cubierta lleno de atunes, se vaciará en la “tolva”.

“Playa de Anzoras”, 2014. Los atunes bajan al parque de pesca, y la cinta los llevará a las cubas de refrigeración. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

En el “Playa de Anzoras”, 2014. Hoy, además de los donuts, habrá buenos dulces para postre, especialidad del cocinero “Pirrallo”. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Es responsabilidad del cocinero el abastecimiento de provisiones del buque para seis meses, aunque la marea acostumbre a ser de tan sólo cuatro. Pero siempre pueden surgir contingencias de cualquier tipo que alarguen ese tiempo. <<Cada cuatro o seis meses -explica “Pirrallo”- cargamos 36 palés que nos llegan en contenedores. Después los alimentos frescos, verduras, frutas… se piden en tierra cuando vamos a descargar el pescado. >> Un contenedor y medio de alimentos frescos ocupará una de las cámaras de la cocina, a una temperatura de -18 grados. 1.500 kilos de patatas, 500 de cebollas, 200 de manzana, harina, aceite, sal, arroz, verduras… Otra cámara se reserva para la carne, para el pescado -doradas, mero…- que viene enganchado en las redes y se aprovecha… Y luego hay el aprovisionamiento natural con alimentos frescos en los puertos de descarga.

El baionés “Coco”, contramaestre -fallecido recientemente-, y “Pirrallo”, siempre jugaban a la lotería a medias. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Después de cuatro años con “Pevasa”, “Pirrallo” decide cambiar de armadora y se pasa a “Inpesca”, por una simple razón: los “Txori”de la nueva compañía pescan bastante más que

los “Playas”, de manera que esto supone más beneficios para la tripulación. <<En mis seis años con “Inpesca” -explica “Pirrallo”, pasé por el “Txori Toki”, por el “Txori Argi” y ahora estoy en “Txori Zuri”, considerado el mejor atunero del mundo. >>

Buque atunero “Txori Toki”, construido en el año 2000 por “Astilleros de Murueta” (Gernika-Vizcaya). Tiene 106 metros de eslora por 16 metros de manga.

Logo de “Inpesca” (Compañía Internacional de Pesca y Derivados, S.A.), de Bermeo (Vizcaya), una de las más importantes del país.

La cocina del buque atunero “Txori Toki”, donde “Pirrallo” cocinó durante varias mareas. (Archivo J.C. Rúa Rodríguez).

En cocinas similares a ésta del “Txori Toki”, se elaboran cada día cuarenta comidas, cuarenta cenas y cerca de cien bocadillos… pero aún hay algo más fundamental a su alrededor: se va cociendo la buena armonía de la tripulación, indispensable para el éxito de la marea.

Escudo de “Inpesca”, que llevan en la proa todos los barcos de la empresa

La incorporación de marineros marroquíes e indonesios a la tripulación, provoca cambios en la cocina que deben ser tenidos en cuenta. Los musulmanes no comen carne de cerdo, ni nada de alcohol en la elaboración de la comida, con lo cual a veces hay que adaptar los menús. Se les ofrece pollo u otro tipo de carne. Y mientras los españoles nos acompañamos de pan en las comidas, ellos lo hacen con arroz. Por supuesto que para contingencias que surjan sobre la marcha, siempre se cuenta en la bodega con fiambre y todo tipo de latas.

Índico, 2014. “Pirrallo” y su ayudante, en la cocina del “Playa de Anzoras”.

Algunos cocineros anuncian el menú en una pizarra situada en el comedor, llamando a cada plato con su nombre popular. Hoy: lentejas, carne asada y caldeirada de raya… o sopa, cordero al horno y rosada a la plancha… Durante algún tiempo no se podrá probar la fruta, como tampoco verduras y legumbres cuando se agotan en la bodega.

A veces, las condiciones meteorológicas de la jornada determinan el menú. Esos días de temporal, de mar muy movido, no es aconsejable hacer un guiso con salsa, ni comidas que la tengan… y evitar así que salga por el aire en el trasiego de la cocina al comedor, y luego en la misma mesa. Un veterano cocinero decía: “Un temporal jamás me ha chafado la cita con los estómagos hambrientos”.

En varios archivos como éste, conserva “Pirrallo” los menús de comida y cena de una marea completa, es decir, de 120 días.

Se trata de 120 menús de comida y otros tantos de cena, similares a estos.

Buque atunero “Txori Toki”, nombre que significa en vasco “Lugar de Aves”. Pesca en el Océano Índico, por los caladeros de las Islas Seychelles, y fue líder mundial de capturas, en 2003, con 21.000 Tm. En su día, año 2000, era considerado el atunero más avanzado del mundo.

En el par de años que estuvo en el “Txori Toki”, “Pirrallo coincidió con muchos marineros de Baiona. Entre otros, con José Carlos Rúa, “panguero”, Fernando Costas, jefe de máquinas, “Nando” Costas Denis, contramaestre, Ángel, engrasador, Antonio, “mirador”…

El “Txori Toki”, navegando por el Oéano Índico

Comedor de la tripulación en el atunero congelador “Txori Toki”. Mesas preparadas para recibir a los comensales. La presencia de marineros de Baiona es evidente. En un fondo se observa un gran cuadro con un paisaje de la villa.

Cena de Nochebuena del 2016 en el “Txori Toki”. Toda la tripulación reunida, en un relevo que no coincidía con el cocinero “Pirrallo”. (Archivo J.C. Rúa Rodríguez)

En el “Txori Toki”, 2016. Los senegaleses se reúnen en su propia mesa a la hora de la cena de Nochebuena. (Archivo J.C. Rúa Rodríguez).

Buque atunero congelador “Txori Argi”, de la compañía “Inpesca”. CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL “ARGI” Número IMO: 9286724 Nombre: TXORI ARGI Vessel Type - Generic: Fishing Vessel Type - Detailed: Fishing Vessel Estado: Activo MMSI: 224103000 Identificativo de llamada: ECEQ Bandera: Spain [ES] Arqueo bruto: 4134 DWT Verano: 3250 t Eslora Total x Manga Máxima: 106.5 x 16 m Año de construcción: 2004 Puerto base: BERMEO

El “Txori Argi”, iniciando una “largada” en el Índico.

El ”Txori Argi”, entrando en el puerto de Bermeo.

El “Txori Argi”, atracado en Port Victoria (Mahé-Islas Seychelles)

Con su nombre en un costado, que significa en vasco “Pájaro Ligero”.

El “Txori Argi”, en plena “largada”, con el cerco echado.

Los obligados desembarques del pescado cada cierto tiempo, a veces les permiten a algunos marineros hacer algo de turismo por las islas. En esta ocasión en Madagascar, en otras en Victoria. Son lugares de una belleza natural paradisíaca, y de hecho, el turismo supone para ellos uno de sus recursos económicos más importantes.

Diego Suárez (Madagascar), 2018. Delante de un “Bao Bad”, árbol sagrado de la isla. “El árbol de la vida” o “palo de rosa”, tiene la mejor madera del mundo, y está prohibido cortarlos. Es mejor que el ébano. En la foto solo se le ve la copa, pero se trata de un árbol gigantesco. El compañero de “Pirrallo” es el vasco Segio Goicohetxea. Ahora se encuentra trabajando en una plataforma petrolífica en el mar. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Diego Suárez (Madagascar), 2018. “Pirrallo”, delante de un mural, con el árbol sagrado de la ciudad, el “Bao Bad”. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Diego Suarez (Madagascar), 2018. Tiempo de ocio en una jornada de descarga. “Con mi taxista “El Rasta”, que me lleva por toda la isla”, comenta “Pirrallo”.

Paisaje de Diego Suarez (Madagascar).

Diego Suárez es la capital del Norte de Madagascar. Antes era conocida por Autsiranana, hasta que en 1975 la cambiaron al nombre actual. Su bahía es la segunda más grande del mundo -después de Río de Janeiro-, y la ciudad tiene poco más de cien mil habitantes.

Diego Suárez, 2018. “Pirrallo” y un compañero en un marcadillo de la capital.

“Pirrallo”, haciendo turismo por Diego Suárez (Madagascar).

Diego Suárez, 2018. “Pirrallo”, paseando por la isla y gozando de sus paisajes. En la imagen, se observa detrás el “Pan de Azucar”, un islote de origen volcánico que emerge en mitad del mar.

Se acercan las vacaciones, falta menos de un mes… quince días… una semana… A estas alturas del mejor acontecimiento posible, los marineros del atún viven los días por horas… y al final hasta por minutos. Pocos momentos en su vida le harán tan feliz como bajar del barco con la maleta… y por supuesto, con una sonrisa de oreja a oreja. No es el simple descanso del trabajo, es que al día siguiente podrá abrazar a su esposa, a los hijos, a los padres… pisar la tierra propia, andar por sus calles, saludar a los amigos…

Port Victoria, 2018. “Pirrallo”, desembarcando del “Txori Argi” para iniciar las vacaciones. Su cara de satisfacción lo expresa todo. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Después de permanecer un día en Victoria a la espera del vuelo a España, el momento ya está más cercano para “Pirrallo”. En Baiona le espera el calor de la familia, de los padres y hermanos, el abrazo alborozado de su hija Alexandra… el encuentro con los amigos en los bares del casco vello, el olor en el aire que huele a Baiona, la Virgen de la Roca, el castillo…

Port Victoria (Islas Seychelles), 2018. De vuelta a casa, momento de relevo en el “Txori Argi”. Menos uno, son todos marineros de Baiona: Gerardo, Félix, Andoni, Darío, “Pirrallo” y Kiko. La excepción, como ya lo indica su nombre, Andoni, jefe de máquinas, y en la actualidad, inspector de “Inpesca”. La cara de felicidad del grupo expresa a las claras el momento. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

“Pirrallo” y su compañero Andoni, esperando en la piscina del hotel por la salida del vuelo a España. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Victoria, Aeropuerto de Cascade, 2018. Dos baioneses en el avión, de regreso a casa: “Pirrallo” y Gerardo, vecinos de A Percibilleira.

Mapa de las Islas Seychelles.

Ya en casa, encuentro con los padres y hermanos, y lo primero que toca es sacar de paseo a la hija y al sobrino. Entre otros sitios, pasarán por la Carabela Pinta.

Baiona, 2015. En la Carabela Pinta, padre e hija. (Archivo familiar Piñeiro Pereira).

La pequeña Alexandra, feliz de estar con su papá. (Archivo familiar Piñeiro Pereira).

“Pirrallo” acudirá fiel a la cita con su hija Alexandra y con su hermana Betty, que lo estarán esperando. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

En la Carabela Pinta, los dos primos, Aitor y Alexandra. (Archivo familiar Piñeiro Pereira)

Baiona, 2019. También su madre, Maruja, lo espera con una amplia sonrisa de satisfacción. Sin embargo, ya no podrá hacerlo en más ocasiones. A los tres días de despedir a su hijo Andrés, que de nuevo se iba a la mar, fallece tristemente de un cáncer de pulmón.

Tampoco sus nietos, Alexandra y Aitor, podrán jugar más con la abuela. (Archivo familiar Piñeiro Pereira)

La visita de “Pirrallo” a su padrino no podía faltar, y como siempre le contará sus mil aventuras de marinero. En un “viejo lobo de mar” con muchas mareas encima, hay historias inacabables de todo tipo, comenzando con los históricos barcos de madera en los que faenaban.

Baiona, 2020. Reciente encuentro entre ”Pirrallo” y su tío y padrino, “O Trujillo”, “panguero” en su día y ahora jubilado. En su época de marinero faenó, entre otros, en el “Albacora Cuatro”, conocido como “La perla negra” por estar pintado de negro. Las mascarillas de la imagen detectan tiempos de pandemia. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Port Victoria, en la Isla de Mahé, es el puerto más visitado por la flota atunera en el Océano Índico para desembarco del pescado, reposición de víveres frescos, carga de gasoil… y para la llegada y salida de sus marineros.

Vista de Port Victoria.

Una de las playas paradisíacas de la Isla de Mahé. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

En la Isla de Mahé existen las tortugas más grandes del mundo.

Otra de las mil playas de la isla

La isla de Mahé es un paraíso natural en medio del Océano Índico, con playas paradisíacas, un extraordinario Jardín Botánico, una fauna única… y un atractivo turístico de primera línea mundial. En la isla hay lujosos hoteles, y el turismo es el apartado más importante de su economía.

Arriba: “Pirrrallo”, en tiempos de ocio, hace unos preciosos cuchillos decorativos. Abajo: “Pirrallo”, con su amigo Sergio Goicohetxea, del País Vasco, en un bar de Port Victoria. (Archivo familia Piñeiro Pereira)

Miguel Garbín, contramaestre, y “Pirrallo”, en un bar de Port Victoria.

Con Port Victoria y sus molinos eólicos como fondo, “Pirrallo” hace el gesto de la victoria con los dedos y abre los brazos, indicando gestualmente la felicidad del momento. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

En estos seis años que lleva con “Inpesca”, no cabe duda que Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, ha gozado del privilegio de cocinar en tres de los grandes buques atuneros del mundo. Si el “Txori Toki”superaba a lo que había en el 2000, el “Txori Argi”lo hace en 2004. Y la compañía, en su decidido propósito de renovar la flota, construye en “Astilleros de Murueta” el “Txori Gori” en 2007, el “Itxas Txori”en 2013, y finalmente, el “Txori Zuri”en 2015, en el que se emplearon dos años de trabajo, y que está considerado como el mejor atunero del mundo.

Bermeo (Vizcaya), 2015. Botadura del buque atunero “Txori Zuri”, construido por “Astilleros Murueta” para la empresa “Inpesca”.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL “TXORI ZURI”

Número IMO 9741085 Nombre del buque “TXORI ZURI” Tipo de barco Fisshing Vessel Bandera Spain GT 3671 Capacidad de cubas 2.800 metros cúbicos y un total de 24 cubas Tripulación 35 hombres Eslora 104 m Manga 15 m Año de construcción 2015. ____________________________

El buque atunero congelador “Txori Zuri”, en aguas de Bermeo.

El “Txori Zuri” atracado en el puerto de Bermeo.

La flota de “Inpesca” en el Océano Índico ha tenido en el pasado varios conflictos con los piratas somalíes. Durante bastantes años han optado por llevar a bordo hombres de seguridad, que en algún caso han repelido más de un intento. “Desde que llevamos seguridad -comenta “Pirrallo”, hubo algo pero nada grave. Se calmaron mucho las cosas”.

Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, ejerciendo su oficio en el “Txori Zuri”, nada menos que con un buen cimarrón. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Océano Índico, 2019. En el “Txori Zuri”, “Pirrallo” ofrece unos roscones y otras delicias, que se servirán en la comida. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

“Pirrallo”, en la próxima marea, volverá a tener compañía baionesa. José Ramón Barra, el contramaestre, y su hermano Ángel, Gerardo, Darío, de Baredo, y habrá chico nuevo, el hijo de Darío, que se lo lleva como camarero. Tal vez, al llegar, se encuentre con alguno más.

Este año, Navidad 2019, toca pasarlo a bordo. Un año sí, otro no, los marineros vivirán estas fechas lejos de su hogar. Desde la cocina, “Pirrallo” responderá con menús de alto “standing”, de acorde con estas fechas señaladas.

“Pirrallo” ha preparado platos especiales para la Navidad.

Navidad 2019 en el “Txori Zuri”. Unos aperitivos antes de la comida.

En la cocina del “Txori Zuri”, “Pirrallo”, con sus entrantes preparados, acompañado del baionés Kiko, de Baredo. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

En esta imagen se puede observar la formidable cocina del “Txori Zuri”. Es de destacar la pulcritud y el orden. “En este aspecto, la Comunidad Europea es muy exigente, no solo en la cocina, sino en todo el barco.”, comenta “Pirrallo”.

En la Navidad no pueden faltar el turrón, las nueces, las chocolatinas, las almendras… Un gallego -por lo de la camiseta-, sentado a la mesa, espera el momento.

Hace un par de años, Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, se compraba una casa en el barrio de A Percibilleira. En su día, hizo una cena con algunos amigos para celebrarlo.

Baiona, 2019. “Cuando compré la casa en la Percibilleira, tuvimos una cena de celebración con algunos amigos: Nati, Aida, Pablo, el “Troski”, Pol…“, explica “Pirrallo”. En es mismo lugar acabo de terminar un apartamento”.

Baiona, 2019. La casa de “Pirrallo”, en A Percibilleira.

Ahora, septiembre de 2021, en sus vacaciones, acaba de terminar un apartamento que hizo enfrente de la casa.

Baiona, A Percibilleira, 2021. El apartamento que “Pirrallo” acaba de terminar delante de su casa. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

En el mes de diciembre, el cocinero “Pirrallo” tendrá que incorporarse a su puesto en el “Txori Zuri”. Vuelo hasta Port Victoria, y de nuevo a la cocina con los menús…

Port Victoria, 20 de julio de 2021. Último desenrole de Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo” del “Txori Zuri”. “La pandemia nos hizo perder cinco meses. Se suspendieron todos los vuelos”, comenta Pirrallo.

Uno de los menús de su archivo de toda una marea en “Txori Zuri”

<<Estas Navidades me toca pasarlas embarcado-explica “Pirrallo” -. Será la cuarta vez que las paso en el “Txori Zuri”. Ya estuve en 2017, 2019 y 2020. >>

En Port Victoria, el cocinero Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, se incorporará una vez más al “Txori Zuri”, donde en diciembre de 2021 cumplirá cuatro años en el atunero.

El “Txori Zuri” atracado en el Puerto de Port Victoria. Abajo, saliendo para el Océano Índico a faenar.

Aquí en Baiona se quedarán sus seres más queridos, con los que este año no podrá pasar las Navidades.

Su hija Alejandra, su padre Luis “Pirrallo” y su hermana Betty.

Su hermano mayor Luis Piñeiro Pereira, que siguiendo los pasos del hermano pequeño, se pasó de camarero a cocinero. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

Su hermana Betty con las dos primas gemelas, Tini y Flori, a ambos lados.

Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, saluda desde el “Txori Zuri”, con el gesto de la victoria. (Archivo familia Piñeiro Pereira).

A la pregunta de qué haría si pudiera volver al pasado y comenzar una vida nueva, Andrés Piñeiro Pereira, “Pirrallo”, contesta contundente. <<No, ahora no cambio “ni pa Dios”. No me arrepiento de nada, al contrario, fui a probar y hasta hoy. Estaba predestinado a esto. Lo que no sé, es si ahora, con toda la familia marinera y tal como están las cosas en la hostelería, me dejarían en casa tomar elcaminoque tomé en mis comienzos. De momento soy muy feliz como estoy. >>

Quedan en el recuerdo estampas de mediados del siglo pasado, cuando la comida de la tripulación era algo muy distinto a la de ahora.

Baiona, 1945. Caldeirada a bordo del “Canero”. Entre otros baioneses, “Chinto” Denis, “Cariño”, Ayú, Ángel “O Catau”, Luis “O Corrancho… (A. familia Denis).

Baiona, 1961. Marineros a la hora del rancho en el “Pinzón”. Entre otros: el Señor Ramón, Negrín, Mauricio, “Tanano” Goce y “Machinango”.

Reparto del rancho en un barco de Baiona de los años cincuenta. El popular “Cabecitas”, es el segundo por la derecha, con camisa de cuadros.

La empresa vasca “Albacora, S.A.” no olvida a sus legendarios marineros de los años sesenta, y nos ofrece esta estampa entre sus fotografías de presentación.

En el “Día”, 1967, con tripulación baionesa casi al completo. Preparando una caldeirada de cabrito. El que asoma su visera y su bigote por la izquierda es “Chiti”, hermano de Pastora, del Mesón Soto; en el centro Pepe “Capelán”, “Nardo”, el cocinero, Eulogio Rodríguez Ratel, “Galán”, Tino “O Buzo”, Toño “O de Xosé…

A la vista de estos testimonios de un tiempo pasado, no es de extrañar que el veterano marinero de los barcos de madera haga el comentario: “Los de ahorano son barcos, son yates”.

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