BAIONA ______________________________________________
los Goce… y los Denis LUIS ALBERTO REY LAMA ________
( Segunda parte )
Bibliografía y Fotografía “Historia de Bayona”, de Antonio de Mauricio. “Co sal nas mans”, de Paulino Ambrosio Costas. Blog de Esperanza Fernández Vernet. Blog Baiona TV. Blog Baiona Denuncia. “Faro de Vigo”. Fotografía Kike Salgueiro. Fotografía Pepe Costas. Fotografía Li Goce. Fotografía Jesús (Madrid).
Luis Alberto Rey Lama, septiembre de 2017 Diseño de Cubierta: Carlos Veiga Corrector de Texto: Rubén Rey Primera Edición: Octubre de 2017. Editorial PICA Galicia.
Mi agradecimiento a todos los Goce y a todos los Denis que han escrito este libro conmigo. _____________________________
A los Goce y a los Denis de ayer, de hoy y de siempre‌ __________________________
INTRODUCCIÓN
De la mano cálida de Goces y Denis, paso a paso por los recuerdos, fluyen mansamente las historias de sus vidas. Unas veces con risas, otras con lágrimas, también con emoción, y en muchas ocasiones, con todos esos sentimientos entrelazados. Y desde luego, siempre con la mirada cariñosa que repasa comprensiva la época que les tocó vivir a sus antepasados. De los relatos más lejanos acerca de los tatarabuelos, a menudo tan vivos a pesar de la distancia y del tiempo, hasta los más tiernos y recientes de los nuevos Goces y Denis que van llegando. Pescamos en las Malvinas, nos acercamos a Boston y a Nueva York, “bajamos” hasta Sudáfrica, llegamos a las Seychelles, a las Azores, Panamá… el Atlántico, el Cantábrico, el Mediterráneo, el Pacífico… tuvimos cerca a los piratas en el Índico… algún naufragio… varios salvamentos… Danzamos por toda Galicia al son de la gaita, de o pandeiro y del tamboril… estuvimos en Palos de la Frontera, en Santa Fe de Granada, en la “Expo” de Sevilla, en Pornic (Francia)… bailamos “a muiñeira”, “a nadeira”, “a xota”, “o turreiro”, “o chacaracheiro”… hasta vino la TVG a grabarnos. Siguiendo la pista de una Denis por Buenos Aires, acabamos llegando al norte de Canadá, muy cerca de la Antártida… fuimos y regresamos de Argentina más de una vez… Metimos goles en A Palma con “Lanina” y “Cabecitas”, hicimos fútbol del bueno con “Rato” y Roque… paramos un penalti con “Amberes”… A Palma, Santa Marta, As Gaiandas, el Campo de Santa Tecla… Conocimos el Valle de los Caídos… visitamos el Museo del Prado… Cantamos habaneras por toda Galicia, en Palos de la Frontera, en Fátima, en Valladolid… y asistimos puntuales con el “Coro del Miserere” a cantar en la Colegiata en los Jueves y Viernes Santos…
Siento ahora, al final de esta segunda entrega, cierta añoranza de que los apellidos de estas dos sagas tan legendarias y transcendentes en el devenir de Baiona se vayan perdiendo con los nuevos descendientes de este siglo. Sin pretender mediatizar -muchas veces lo repetiré a lo largo de este libro-, sólo sugiero que las últimas normas legales permiten ciertos cambios, y también ciertas “añadiduras” fáciles de validar. No hay que borrar nada… sólo agregar Goce o Denis… visitar el Registro Civil… y poco más. Y al cerrar estas páginas, me quedo con la convicción rotunda de que se queda mucha historia de Goces y Denis pendiente de ser contada. Sé que pueden recriminarme, y con mucha razón, que faltan personajes de leyenda en Baiona, como “o Rato”, “Tanano”, Ramona “a coxa”, “o Piñote”… los espléndidos murales de Lula Goce… los Goce de Buenos Aires… la espectacular y moderna fotografía de un Denis… ¿Quién sabe?... Tal vez haya que seguir escribiendo…
ÍNDICE Segunda Parte Página
I II III IV V VI VII VIII IX X XI
Antonio Goce Refojos, “Cabecitas” ..............................11 El naufragio del “Pipipo” ..............................................63 “Canco” y “Lalo” Goce Silva ........................................68 “Choncha” Barra Goce, “a quintana” ..........................115 Los Goce y los Denis en el baile gallego ....................167 María de los Ángeles Coello Denis, “Peque” ..............229 Los hermanos Goce García.........................................269 ¿Otra rama de Denis? .................................................339 Balbino Goce López ....................................................379 José Goce Refojos, “Lanina” .......................................452 La fotografía de Li Goce ............................................475
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I. Antonio Goce Refojos, “Cabecitas” Si le pides a “Cabecitas” que te hable de su vida, lo primero que va a mencionar es su época de jugador de fútbol del Erizana. Te mostrará las fotografías de los equipos, una con su hermano “Lanina” y su primo “Rato”, los recortes de periódico de alguna entrevista que le hicieron, la placa-homenaje que le concedió el Erizana actual, un “Diploma de Honor” que le entregaron en una reciente “Gala del Deporte de Baiona”… - Dos chicos de Baiona fuimos a Vigo a probar por el Celta -cuenta “Cabecitas”-. “Sois unos grandes jugadores -nos dijo Pepe Villar-, pero si no podéis venir a entrenar por lo menos dos veces a la semana, no hacemos nada”. Y claro, nosotros teníamos que ir a pescar todos los días para dar el sustento a la familia, así que… - Antonio, nacisteis antes de tiempo -le digo. - ¡Uuuy! Si yo tuviera veinte años ahora, podría vivir del fútbol. - No sólo vivir del fútbol, ahora serías millonario. Su esposa Teresa, que asiste a la reunión, comenta que Antonio tenía muchas fotografías del fútbol, su gran pasión aún hoy en día, pero entre los directivos del Erizana de antes, los de la época de Santa Marta, y los de ahora, se las fueron llevando y ya nunca se las devolvieron. - Mira -cuenta Antonio delante de una antigua fotografía-, éste es mi hermano Manuel, el mayor, que emigró a Uruguay a principio de los años cincuenta. Ya falleció hace bastante tiempo en Montevideo. ¡Éste sí que jugó en el Celta! -exclama con admiración-. Con Alvarito, Nolete, Roig, Hermidita, Eliseo, Quinocho, Villar, el portero Simón… Le llamaban Goce en el equipo, y jugaba con un pañuelo por la frente para protegerse en los cabezazos de la correa de los balones de antes. En Baiona, no sabemos por qué razón, lo conocían por “Ghos”. Tal vez por una pronunciación muy baionesa de Goce.
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Baiona, Campo de A Palma, 1950. Uno de los primeros equipos del histórico Juvenil Erizana. Detrás, la vieja muralla del castillo, que ya no existe. Arriba: Moncho, Manolo, Balbino Goce, Nando, “Chalana”, Avelino y Antonio Goce “Cabecitas”. Abajo: Ramón, José Cedeira “Papelitos”, Loro y Villamarín.
A Palma, 1953. Los hermanos Antonio Goce “Cabecitas” y José Goce “Lanina”.
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A Guarda, Campo de Santa Tecla, 1954. Juvenil Erizana. De pie: Eduardo, Darío Maciel, “Galeón”, Jesús Goce “Rato”, Urbano Montaña, Antonio Goce “Cabecitas” e Isaac Rodríguez. Agachados: “Rincho”, “Molowny”, Ventura Leyenda, “Papelitos” y Mario “Calambritos”.
Montevideo (Uruguay), años noventa. Manuel Goce Refojos, “Ghos”, con su esposa Carmen y una de sus hijas. (Archivo Familia Goce Pérez).
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Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”, es el pequeño de los cinco hijos de Manuel Goce Soliño, “o jijuá”, y Aurora Refojos Pérez. Nacido en Baiona en 1931, fue marinero como su padre, y ya a los doce años lo acompañaba a pescar pulpo en la “Aurora”, la gamela de casa.
Manuel Goce Soliño, “o jijuá”, (Baiona, 1894/1956), y su esposa Aurora Refojos Pérez. (Archivo Familia Goce Pérez).
Fueron cinco hermanos: Manuel “Ghos”, Ángel “Lucho”, José “Lanina”, Avelina y Antonio “Cabecitas”. Los varones se hicieron todos marineros, y Avelina se casó con José López “Negrín”, también marinero. A los baioneses de aquellos años no les quedaba otra opción laboral que el mar. Repasando con el matrimonio Teresa y Antonio los álbumes de familia, nos encontramos con imágenes de todos los hermanos, y de paso, con interesantes fotografías de la mayoría de la saga de los Goce por esta rama. Abuelos, padres, tíos, primos, cuñados… aparecen reflejados desde sus tiernas edades, acompañados casi siempre de unos abuelos muy jóvenes, ya fallecidos desde hace muchos años. - Mira -nos explica Teresa, descendiente de “os araghoneses”-, en esta fotografía hay cinco generaciones de mi familia.
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Baiona, A Percibilleira, 2002. Cinco generaciones juntas: Filomena García, “a araghona”, su hija Teresa Pérez, su nieta Aurora Goce, su biznieta María Teresa López Goce y su tataranieta Lucía Ruiz López. (Archivo Familia Goce Pérez).
<<En esta otra fotografía aparece nuestra tía Liberata, la mujer de Pepe “o carrero”, con tres de sus hijos: Lola, “Tanano” y “o Piñote”. ¡Qué bonita foto! Ya encontré la que buscaba: la fotografía que decía Antonio, con los cuatro hermanos en la boda de una sobrina. Fíjate en ésta otra: Antonio con su primo Roquiño, al que queríamos mucho, y que falleció joven. Era hijo de tía Liberata. ¡Qué bien jugaba al fútbol! Éste es el segundo hermano de mi marido, “Lucho”, el padre de Tito “Naveira”; y ésta, la única hermana, Avelina, casada con “Negrín”, uno de los más populares marineros de Baiona. >> Teresa nos muestra muchas fotografías hechas por Jesús, aquel fotógrafo madrileño que venía a Baiona todos los veranos. - Jesús y su mujer eran como de la familia. Vinieron durante muchos años a veranear a nuestra casa… Bueno, a veranear y a trabajar, porque Jesús no paraba en todo el verano entre veraneantes, fiestas patronales, actos políticos, marineros… Se conservan fotos muy bonitas hechas por él por todo Baiona.
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Baiona, 13 de agosto de 1954. Teresa Pérez García, esposa de Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Pérez).
Teresa sigue buceando entre álbumes, cajas, carpetas, marcos… y van emergiendo entrañables momentos de su vida. Se queda extasiada contemplando alguna fotografía… y nos cuenta. A veces le saltan las lágrimas sin poder evitarlo… y otras, una amplia sonrisa ilumina su rostro apacible.
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Años treinta. Liberata Marcote, “a xurela”, esposa de Pepe Goce Soliño, “o carrero”, con tres de sus nueve hijos: Lola, José “o Piñote” y Agustín “Tanano”.
<<La tía Liberata -explica Teresa-, casada con Pepe “o carrero”, tuvo nueve hijos: Jesús “o Rato”, “Quin”, “Tanano”, Lola, Cela -la del “Bar Sandokan”-, Dora -la madre de los “Kopa”-, “Ito”, Roque y Pepe “o Piñote”. >>
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Los primos Roque Goce Marcote y Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”, marineros y grandes jugadores del Erizana. (Archivo Familia Goce Pérez).
Baiona, A Ribeira, años cuarenta. Luis Cedeira y Ángel Goce Refojos, “Lucho”.
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Baiona, años sesenta. Celebración de la boda de una sobrina. De izquierda a derecha: “Ito” Goce, hijo de “Lanina”, “Lucho” Goce y su esposa Lola, Avelina Goce y su marido José López “Negrín”, Teresa Pérez y su esposo Antonio Goce “Cabecitas”, José Goce “Lanina” y Liberata “a xurela”. Menos “Ghos”, emigrado a Uruguay, están presentes todos los hermanos Goce Refojos.
Baiona, años noventa. En una boda, Teresa Pérez García, su sobrina Zulema López Goce y su cuñada Avelina Goce Refojos, esposa de José López “Negrín”, uno de los más afamados marineros de la villa.
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En sus primeros años de mar, Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”, anduvo embarcado en la mayoría de los pesqueros importantes de la Baiona de aquella época. Los míticos “Cadilla” -de rapaz-, el “Policarpo Vilar” de “O Caringa”, el “Canero”, el “Erizana” de Florente, el “Jesús Vilar” con los hermanos “Poli” y “Arpo” Vilar de patrones, el “Fumanchú”… En ellos inicia el aprendizaje de las distintas artes de pesca de mano de reconocidos lobos de mar, que le valdría después para alcanzar su condición de marinero experimentado.
Baiona, años cuarenta. El “Policarpo Vilar”, patroneado por “O Caringa”, llegando al muelle con una buena “popada” de sardina. (Archivo Familia Vilar).
“Cabecitas”, embarcado en los pesqueros de bajura de Baiona en ese tiempo de adolescente, faenó sobre todo á ardora a la captura de la sardina. “Íbamos por toda la costa, desde Corcubión hasta Figueira da Foz en Portugal”, explica. Una época recordada, entre otras cosas, por los históricos lances que se dieron: en uno de ellos, en el “Fumanchú”, se cogió tanto jurel, que el barco se hundía por popa, y tuvieron que devolver al mar parte de la captura; en otro lance, de Policarpo “o Caringa”, se cogieron noventa toneladas de pescado, y hubo que repartirlas entre varios barcos.
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Es en 1954 cuando Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”, se casa con la baionesa Teresa Pérez García, después de cinco años de noviazgo. Se instalan en el barrio de San Xoán, y desde entonces el matrimonio ocupa la misma casa. Pasaron más de cincuenta años. <<Esta casa -cuenta Teresa- ya era de mis abuelos, así que, aunque se ha reformado varias veces, tiene bastantes más de cien años. La pobriña de mi abuela Obdulia, que tanto la quisimos todos, falleció aquí a los cien años. >>
Obdulia Carballo Carballo, “a araghona”, y Segismundo García Refojos, abuelos de Teresa Pérez García. (Archivo Familia Goce Pérez).
<<El motivo del apodo de la abuela, “a araghona”-explica Teresa-, le viene de su padre, natural de Aragón, marinero de una
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galera de transporte que venía a menudo a descargar mercancías a Baiona en el siglo diecinueve. En sus arribadas a la villa, se enamoró de una baionesa, con la que tuvo dos hijas, una de ellas, mi abuela Obdulia. >>
Baiona, años setenta. La abuela Obdulia, “a araghona”, iniciando una muiñeira con su nieta María Herminia Vilar García, hija de “Pití” Vilar y de Menocha García. (Archivo Familia Goce Pérez).
Obdulia “a araghona”, la abuela centenaria, era una mujer muy animada y con un gran sentido del humor, como se puede comprobar en la fotografía anterior. Fue tomada poco antes de fallecer con los cien años ya cumplidos.
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Antonio y Teresa tuvieron cinco hijos: Aurora “Dora”, José Manuel, Antonio, Segismundo “Mundo” y Manuel. Menos “Mundo”, los otros varones fueron marineros, y “Dora”, la mayor, se casó con Joaquín López, también marinero. De manera que en la vieja casa de San Xoán se vivía la pesca en la vida cotidiana de cada día. <<Mi hijo Segismundo no pudo ser marinero por problemas de salud -cuenta Teresa-. Está de conserje en la escuela de Baíña. Los otros tres sí que fueron marineros como su padre. Y por desgracia, Manuel, el más pequeño, se murió en el mar mientras faenaba en el “Anabel”, de Puerta Oviedo, por la zona de Argentina, cerca de Puerto Madre. Pero no fue de un accidente de trabajo, sino de un infarto. Tenía tan sólo veintiséis años. El desgraciado suceso me dejó paralizada por mucho tiempo, y todavía hoy en día cuando sale a relucir el tema, no puedo evitar las lágrimas. >>
Baiona, A Ribeira, julio de 1974. Antonio Goce “Cabecitas”, con su hijo Manuel.
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Baiona, Fin de Año, 1990. Teresa y Antonio, con su hijo Manuel, que con dieciséis años, se dispone a salir de fiesta por primera vez. (Archivo Familia Goce Pérez).
1998. Manuel Goce Pérez, con veinticuatro años.
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Baiona, principios del 2000. Manuel Goce Pérez, con su ahijada Laura Goce Pena.
Baiona, 2000. Manuel Goce Pérez y su hermano “Mundo”, celebrando el Fin de Año en el “Restaurante Naveira”. Unos meses después, fallecía Manuel de un infarto en aguas argentinas, embarcado en el pesquero vigués “Anabel”.
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Siguiendo la tradición de los Goce, los hermanos José Manuel y Antonio también bailaron en el grupo de la “Danza de las Espadas”. Es difícil encontrar un marinero de la familia que no haya participado en el ancestral baile.
Baiona, A Palma,”Fiestas de La Anunciada”, 1979. Detrás, aún se puede ver el viejo balneario de A Concheira. Entre otros: Joaquín López -marido de “Dora” Goce-, Juan “o chapó”, Antonio y José Manuel Goce Pérez… (Foto Jesús).
Baiona, A Palma, 1979. “Fiestas de La Anunciada”. El grupo de la “Danza de las Espadas” repone fuerzas bajo la arboleda. Entre ellos, José Manuel y Antonio Goce Pérez. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Pérez).
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Baiona, A Palma, 1978. “Fiestas de La Anunciada”. José Manuel Goce Pérez, preparado para la “Danza de las Espadas”, con su hermano pequeño Manuel.
Baiona, A Palma, 5 de agosto de 1979. “Danza de las Espadas” en las “Fiestas de La Anunciada”. José Manuel y Antonio Goce Pérez, bailando en el grupo. (Foto Jesús).
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<<José Manuel, el segundo -continúa Teresa hablando de sus hijos-, marinero como su padre durante toda su vida, ya está jubilado. Anduvo casi siempre en pesca de altura. >>
Baiona, 1960. Delante de la casa de San Xoán. José Manuel, Teresa, la abuela Obdulia, Antonio y “Dora”. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Pérez).
<<José quiso ser marinero desde pequeño. Un día vino don Joaquín, el director del colegio, a hablar conmigo. “Doña Teresa, ¿qué hacemos con su hijo? No quiere estudiar, quiere irse a la mar”. Se embarcó recién cumplidos los quince años. >>
1970. José Manuel Goce Pérez, a los quince años.
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Baiona, años sesenta. Primera Comunión de “Dora” Goce Pérez. Asistieron al convite sus primos Joaquín y Manuel López Goce, y por supuesto, sus hermanos Antonio y José, además de otros niños del barrio de San Xoán.
Baiona, A Ribeira, 1979. José, José Antonio “o pulpo, Jesús Cedeira y José Manuel Goce Pérez. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Pérez).
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<<Antonio, el tercer hijo -cuenta Teresa-, se dedicó inicialmente a la mar. A los dieciséis años ya se embarcó en un atunero vasco, e incluso hizo una marea con su padre, pero no le gustó el trabajo de marinero. Era un chico inquieto, ambicioso, pretendía cambiar de vida, y supo buscársela bien. Quiso ser boxeador, y un día apareció en casa con un promotor. Yo no le dejé. Luego, disgustado, nos dijo que se iba a la Legión. Por fin se fue a Madrid y se hizo guarda-jurado. Trabajó en una empresa de seguridad de las Koplovich, y llegó a ser guardaespaldas de varias personalidades, entre ellas, Camilo José Cela y su esposa Marina Castaño. En la actualidad abandonó ese trabajo, sigue en la capital con su familia, está bien situado, y vive en una bonita casa en las afueras. >>
Guèdiawaye (Senegal), 1974. Arriba: a la izquierda, Antonio Goce Pérez, con tan sólo dieciséis años, junto a unos compañeros senegaleses en el atunero vasco “Txori-Urdin”. Abajo: Antonio, de pie a la izquierda, con camiseta blanca.
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Baiona, delante de la casa paterna de San Xoán, años sesenta. Teresa Pérez con cuatro de sus hijos: Segismundo, José Manuel, Aurora y Antonio. Los niños regresaban de una primera comunión de un amigo. (Archivo Familia Goce Pérez).
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Baiona, años setenta. Antonio Goce, “Cabecitas”, y su esposa Teresa Pérez, con sus hijos Antonio, Segismundo, José Manuel y Aurora. (Archivo F. Goce Pérez).
<<Antes iba todo el pueblo a la Romería de la Virgen de la Roca -cuenta Antonio-. Se cogían las empanadas, un garrafón de vino, y tira monte arriba con la familia. >>
Baiona, Romería de la Virgen de la Roca, 24 de agosto de 1958. Antonio y Teresa, con sus hijos José Manuel y Aurora. (Archivo Familia Goce Pérez)
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En febrero de 1960, Antonio embarca durante un par de meses en el “Cachalote” de los Nartallo de Baiona; pasa otro mes a la gamela “Paca”, y vuelve al “Cachalote” hasta abril de 1961. Sigue en la gamela “Mascato” durante un mes, y continúa de nuevo en el “Cachalote” hasta fin de año.
Baiona, años sesenta. La gamela “Mascato”, fondeada en el puerto.
En febrero de 1962 se embarca en A Coruña en el “Riazor”, y al finalizar la campaña regresa al “Cachalote”. Vuelve durante un mes al “Riazor”, y finaliza el año en el “Pedro Miguel” y en el “Manuel” de Baiona. En 1963, “Cabecitas” abandona definitivamente la pesca de bajura, y embarca en el arrastrero “Barreras Massó” de Vigo, en el que permanece hasta 1965 pescando en Sudáfrica. Se cambia al “Chomapi”, otro arrastrero de Vigo, y al cabo de un año pasa al “Toula” de Las Palmas, un buque de 600 toneladas, con muchos marineros baioneses, en el que se mantiene embarcado hasta julio de 1967. Entre campaña y campaña, Antonio suele regresar a Baiona y embarcarse por cortos períodos de tiempo en los barcos de bajura de la villa. Pasa seis meses en el “Generosa” de Baiona, y en mayo de 1968 embarca en el “Vieirasa Cuatro” de Vigo. Al finalizar la campaña, vuelve a Baiona durante un mes, en el que se embarca en el “Canero”. A finales de 1968, sale de nuevo a la pesca de altura con el “Frei Frei”, de los Freire de Bouzas, y finaliza la campaña al cabo de un año.
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Sudáfrica, 1965. Marineros gallegos en el “Chomapi”, pescando al arrastre. Antonio Goce “Cabecitas”, el primero a la izquierda. (Del libro “Co sal nas mans” de Paulino Ambrosio Costas).
Sudáfrica, 1966. Antonio Goce “Cabecitas” y sus compañeros, preparando el pescado menudo antes de almacenarlo. Andaban al arrastre en el “Toula”, con base en Las Palmas. (Del libro “Co sal nas mans” de Paulino Ambrosio Costas).
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Sudáfrica, 1966. En el “Toula”, arrastrero de Las Palmas de 600 toneladas. Varios gallegos entre sus marineros: Antonio Goce “Cabecitas”, Carlos “o Barra”, Paco Arias, José Goce “o Judas”…
1966. Antonio “Cabecitas” y Jesús “o Barra”, en las bodegas del “Toula”.
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En todo ese tiempo, y como suele acontecer en una familia tan numerosa como los Goce, con una afectuosa y cercana relación entre ellos, se celebraban bodas muy a menudo. Entre los muchos recuerdos fotográficos conservados, se encuentran abundantes testimonios en los que se ven a hermanos, tíos, primos… de todas las edades.
Años sesenta. En la celebración de una boda en el local de “Chicho”. Entre otros: Cela Goce y su marido “Milico”, Lola Goce “a xurela”, Lola “a luga” -esposa de “Tanano”-, Lourdes Goce, Antonio Goce “Cabecitas” y su esposa Teresa Pérez, Antonio Goce -hijo de “O Piñote”-, Martín, “Kopa” Iglesias Goce…
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Cuando Antonio coincidía en tierra, entre campaña y campaña, no faltaba nunca a las procesiones del momento. Las andas de las imágenes solían ser porteadas por marineros, y “Cabecitas” era siempre de los fijos.
Baiona, 17 de julio de 1955. Procesión de la Virgen del Carmen. Llevan las andas Florente y “Cabecitas”. (Archivo Familia Goce Pérez).
<<Yo llevé en procesión -cuenta “Cabecitas”- a todas las vírgenes y santos de Baiona: la Virgen del Carmen, La Anunciada, Santa Liberata, San Cosme y San Damián… las imágenes de Semana Santa… >>
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Las fechas de la Virgen del Carmen y de La Anunciada, eran sagradas para los marineros de Baiona, y trataban por todos los medios de coincidir en tierra.
Baiona, 1979. Procesión de Santa Liberata. Antonio Goce Pérez y “O fillo do Meco”, portando las andas de la imagen. El hijo de “Cabecitas”, siguiendo las tradiciones de su padre, también acostumbraba a participar en todas las manifestaciones religiosas. (Archivo Familia Goce Pérez).
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Baiona, 11 de agosto de 1967. Regata de las “Fiestas del Carmen”, desde a Praia de A Barbeira hasta O Burgo (dos vueltas). La embarcación de Baiona, en la imagen, se enfrentaba a otra compuesta por oficiales de la Marina que veraneaban en la villa. Triunfo claro para los baioneses.
Baiona, 11 de agosto de 1967. La representación baionesa preparada para participar en la regata de las “Fiestas del Carmen”. De izquierda a derecha: “Monete”, Quin “o de Mañó”, Paco “o da aceiteira”, Antonio “Cabecitas” y “O uvas”.
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En enero de 1970 embarca en Vigo en el atunero vasco “Playa de Bermeo”, teniendo que desembarcar al cabo de seis meses en Port-Gentil (Gabón), por enfermedad. En octubre, se enrola en Sevilla en el “Rosendo Davila” de Vigo, en el que permanece hasta marzo de 1972. Se ve obligado a desembarcar por un accidente, que lo tiene recuperándose en Baiona durante un tiempo.
Walvis Bay (Sudáfrica), 1971. Nochebuena en el “Rosendo Davila” de Vigo. De pie, Antonio Goce “Cabecitas”. “Había varios compañeros gallegos: de Baiona, de Moaña, de Bueu… ¡Cogimos unas borracheras! Al día siguiente no había quién nos levantara para faenar”, recuerda “Cabecitas”. (Archivo Familia Goce Pérez).
1972. Antonio Goce “Cabecitas” en el maquinillo del “Rosendo Davila” de Vigo.
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En 1974 vuelve al mar, y se enrola en Sevilla en el “Barreras Massó Dos”, en el que permanece durante seis meses, hasta que se ve obligado a desembarcar por enfermedad.
Sudáfrica, años setenta. El cocinero reparte alimento caliente en la misma cubierta del barco. “Cabecitas” es el segundo por la derecha, con camisa de cuadros.
Sudáfrica, años setenta. Antonio Goce, “Cabecitas”, de espaldas, intentando subir a bordo un imponente ejemplar, que al final tuvieron que devolver al mar.
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El 27 de agosto de 1974, Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”, embarca en Sevilla en el último barco de su vida de marinero, el congelador de Vigo, “Playa de Mourisca”, con base en la capital andaluza. Tras trece años de faena en este buque por las costas de Sudáfrica, se jubila el 1 de septiembre de 1987, a la edad de cincuenta y seis años. Atrás quedaban cuarenta y cuatro años de trabajo en la mar.
“Libreta de Marinero” de Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”. Su primer y último embarque en el “Playa de Mourisca”.
Cuenta José Manuel, su hijo, que en el “Playa de Mourisca” anduvo embarcado con su padre durante dos años. Pescaban al arrastre por Sudáfrica. <<Antes de ir al atún -recuerda José Manuel-, estuve embarcado en varios barcos de Baiona de bajura. Mi primer embarque fue a los quince años en el “San Pelayo” de los Guaches. Luego pasé al “Espada” grande, al “Lestón”, al “Costa de San Ciprián” de Vigo, al “Rodrigo Durán”, también de Vigo… Luego salí a Sudáfrica por primera vez con mi padre. En 1974 embarqué en el atunero vasco “Playa de Lequeito”. Y a partir de ahí, pasé por muchos barcos faenando en casi
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todos los mares del mundo: Atlántico, Índico, Pacífico… Después de cuarenta años de marinero, me jubilé en 2011. >>
Años setenta. Levantando un “zorro” en el pesquero de bajura “Rodrigo Durán” de Vigo. (Archivo Familia Goce Pérez).
“Playa de Lequeito”, 1974. José Manuel Goce, con varios compañeros, algunos de Baiona, como “Chispa”, Eduardo, Ventura “o traila”, Tonecho, “Nato”…
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Dakar, 1975. En la cantina, con compañeros del “Playa de Lequeito”, casi todos de Baiona. Entre otros: José Manuel, el primero a la izquierda, “Chispa”, Eduardo, Ventura “o traila”, Tonecho…
Dakar, “Mar de Lequeito”, 1974. José Manuel Goce, disfrazado de camarero, sirviendo al “marajá” baionés “Nato”, vecino de A Percibilleira.
Los Goce, descendientes de cómicos, siempre fueron muy proclives hacia las bromas y los chistes. “Con Antonio es imposible estar más de cinco minutos incomodada. ¡Con las que me hace! Me sale con una broma de las suyas… y ya está”, comenta Teresa sobre su marido.
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Océano Índico, 1982. En el “Albacora Quince”, subiendo un lance con mero rojo. “Ya veníamos casi cargados, y el radar nos dio una mancha a flote. Era mero rojo, de un tamaño imponente”, recuerda José Manuel. (Archivo Familia Goce Pérez).
“En el “Albacora Uno”, andábamos por el Océano Pacífico al atún, al serrucho…”, comenta José Manuel.
Emulando a su padre, José Manuel Goce Pérez le dedicó toda una vida al mar. Desde su primer embarque en febrero de 1972, hasta el último en 2011.
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“Dora” Goce Pérez, la primera de los hijos de Teresa y Antonio, se casa en Baiona en 1977 con Joaquín López Rodríguez, marinero de profesión. Tuvieron dos hijos, María Teresa (1978) y Joaquín López Goce. Después de treinta años de matrimonio, Joaquín, a punto de jubilarse como marinero, contrajo una grave enfermedad de la que falleció en 2016 a la edad de sesenta y dos años, tras nueve largos años de sufrimiento.
Baiona, Parador Nacional “Conde de Gondomar”, 1977. Aurora Goce Pérez y Joaquín López Rodríguez en el día de su boda. (Archivo Familia Goce Pérez).
En los dos hijos de Joaquín y de “Dora” se ponen de manifiesto los genes de artistas de los Goce. Ella bailó desde los ocho años en el grupo de baile gallego de “Polo”, y a su marcha, continuó en la Escola de Danza “Vila de Baiona” hasta finales de los años noventa.
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Baiona, 2001. María Teresa López Goce, en el día de su boda con Alfonso Ruiz Lago, celebrada en la Ex Colegiata de Santa María (Archivo Familia Goce Pérez).
María Teresa, la hija de “Dora” y Joaquín, se establece al casarse en Bouzas (Vigo). Tienen dos hijas: Lucía y Alejandra. “Teri”, como aún la llama la abuela Teresa, es una gran aficionada a las carreras populares. Entre sus muchas participaciones no podía faltar la prestigiosa y dura “Vig-Bai”, que ya corrió en varias ocasiones. Los genes de los Goce surgieron en ella en el ámbito deportivo, el padre en el fútbol, la hija en el atletismo. Sus dos hijas, Lucía y Alejandra, se han inclinado por las artes marciales -el Kendo-. La primera ya ha ganado varias medallas, y ahora, con dieciséis años, se está iniciando en el boxeo.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 2001. Boda de María Teresa López Goce y Alfonso Ruiz Lago. En brazos, su hija Lucía Ruiz López.
2004. Marta Goce Vidal, con su hija Leyre.
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Por su parte, Joaquín, aunque es percebeiro de profesión, siente verdadera pasión por la música. Fue de los primeros alumnos de la “Escola Municipal de Música de Baiona”, fundada en 1990. Cuando en 1996 se crea la “Banda de Música Municipal de Baiona”, forma parte de ella tocando el trombón de vara, aunque también domina otros instrumentos. “El trombón nos costó cien mil pesetas en una tienda de Pontevedra –recuerda su madre “Dora”-. Gabriel, el director de la escuela, nos dijo que valía la pena gastar ese dinero porque Joaquín valía mucho para la música”. Hace unos años, abandona la banda de Baiona, y se pasa a la “Banda Municipal de Música de Celanova”. También hace sustituciones cuando le llaman de distintas bandas de la zona. Asimismo, a veces actúa con alguna orquesta.
Joaquín López Goce, hijo de Dora y Joaquín.
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Baiona, 1996. La “Banda de Música Municipal de Baiona”, saliendo en procesión de la Ex Colegiata. En medio, Joaquín López Goce, con el trombón de vara.
Procesión de Santa Liberata, 2012. En el centro, tercera fila, Joaquín López Goce, con gafas, tocando el trombón de vara.
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José Manuel, el segundo hijo de Teresa y Antonio, se casa con una baionesa en la Capilla de Santa Marta en 1981. Tienen dos hijos, María del Pilar y José Manuel Goce Garrido, nacidos ambos en Baiona, donde siguen viviendo.
Baiona, Capilla de Santa Marta, 1981. José Manuel Goce Pérez con su madre Teresa Pérez García -iba de madrina-, a la puerta de la iglesia en el día de su boda.
María del Pilar, la hija de José Manuel, reside con su pareja, Ángel Silva, en el barrio de “El Chaparral”, y tienen una linda niña de nombre Uxía.
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Baiona, Santa Liberata, 1988. Los abuelos Antonio y Teresa, con sus nietos María del Pilar y José Manuel Goce Garrido, en el día de su Primera Comunión.
Bouzas (Vigo), atrio de la Iglesia de San Miguel, 2010. Antonio Goce “Cabecitas”, con sus biznietas Alejandra -en su Primera Comunión- y Lucía Ruiz López, hijas de María Teresa López Goce. (Archivo Familia Goce Pérez).
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María del Pilar Goce Garrido, hija de José Manuel Goce Pérez.
Uxía Silva Goce, nieta de José Manuel Goce Pérez, e hija de María del Pilar Goce Garrido y Ángel Silva. (Archivo Familia Goce Pérez).
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El tercer hijo de “Cabecitas” y Teresa, Antonio Goce Pérez, se casa con Lola Vidal en la iglesia parroquial de Vilariño. Tienen dos hijas, Beatriz y Marta Goce Vidal, que le han dado tres nietas, Esther, Aitana y Leyre.
Vilariño, 1980. Boda de Lola Vidal y Antonio Goce Pérez.
El matrimonio vive en Madrid desde los años ochenta. Antonio, tras sus primeros escarceos como marinero, profesión a la que renunció, se trasladó a la capital a rehacer su vida profesional.
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Baiona, Barrio de San Xoán, años noventa. Lola Vidal y Antonio Goce Pérez, con sus hijas Marta y Beatriz, delante de la casa de los abuelos.
Madrid, años dos mil. Las dos hijas y las dos nietas de Antonio Goce Pérez y Lola Vidal. De izquierda a derecha: Leyre García Goce, hija de Marta, Marta Goce Vidal, Esther y Aitana Salceda Goce, hijas de Beatriz, y Beatriz Goce Vidal.
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“Mundo” Goce Pérez, el cuarto hijo de Teresa y Antonio, se casa en los años ochenta con María José Pena en la Capilla de Santa Marta. Tienen dos hijos, Antonio y Laura.
Baiona, Capilla de Santa Marta, años ochenta. Boda de María José Pena y Segismundo Goce Pérez. (Archivo Familia Goce Pérez).
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Baiona, 2003. “Mundo” Goce Pérez y María José Pena, con sus hijos Antonio y Laura, en la Primera Comunión de ésta. (Archivo Familia Goce Pérez).
Laura Goce Pena, hija de María José Pena y Segismundo Goce Pérez
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Ahora, en 2016, disfrutando del merecido descanso de la jubilación, Antonio Goce Refojos y Teresa Pérez García conviven tranquilos en su casa de San Xoán, la de siempre, llena de fotos y de recuerdos de sus abuelos, de sus hermanos, de sus hijos, de sus nietos, de sus biznietos… “La vida ya está hecha”, comenta Antonio.
Cuadro de la Familia Goce Pérez. En el centro superior, los padres: Teresa Pérez García y Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”. A su izquierda, Segismundo. A su derecha, Manuel. Abajo, Antonio, Aurora y José Manuel.
“Cabecitas”, tras veintinueve años de jubilado, sigue manteniendo esa fuerte pasión por el fútbol. El “Celtiña”, su equipo cercano, y el Real Madrid acaparan todo su entusiasmo. No se pierde un solo partido de sus equipos favoritos. - Desde niño soy hincha del Real Madrid, y pertenezco a la “Peña Madridista” de Baiona. No quiero saber nada con el Barcelona. - Y si fueras ahora un rapaz de quince años, y te llamasen de La Masía… ¿qué hacías? -le digo, poniéndole en un apuro. Me mira, sonríe… “Me iba.”, dice al fin sin dudarlo.
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Baiona, “Hotel Bahía”, 1986. Cena de la “Peña Madridista” de la villa. Antonio Goce “Cabecitas”, Victoria “a Chamorra” -esposa de Roque Goce-, y su nieto Dani.
<<Tenemos ocho nietos -comenta Teresa-: María Teresa y Joaquín, de “Dora”; José Manuel y María del Pilar, de José; Bea y Marta, de Antonio; y Antonio y Laura, de “Mundo”. >> Joaquín López Goce, el hijo de “Dora”, es por el momento el único marinero de los nietos, aunque su primo Antonio Goce Pena se encuentra a punto de embarcarse por primera vez en un atunero. <<Y de momento -continua Teresa en su recuento-, tenemos seis biznietas y un biznieto, el último, con un año de edad y el único varón. Este sí que conservará el apellido Goce en sus posibles descendientes. Las niñas se llaman Lucía y Alejandra Ruiz López, hijas de mi nieta María Teresa; Esther y Aitana Salceda Goce, hijas de mi nieta Bea; Leyre García Goce, hija de mi nieta Marta; Uxía Silva Goce, hija de mi nieta María del Pilar; y Manuel Goce Cabral, hijo de mi nieto Antonio. >> Los descendientes de las biznietas, que tienen el Goce de segundo apellido, lo perderán si no lo añaden en el Registro Civil.
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El único biznieto varón de Teresa y Antonio: Manuel Goce Cabral, hijo de Antonio Goce Pena, que conservará el apellido Goce en una posible descendencia.
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En la actualidad, 2016, Teresa y Antonio siguen atendiendo las invitaciones de su numerosa familia. Ambos, muy apreciados en su entorno, acuden con su simpatía habitual a todas las celebraciones.
Baiona, 2013. Antonio y Teresa, acudiendo a una boda de un sobrino.
En el año 2015, con motivo de la celebración de la “Gala do Deporte de Baiona”, los antiguos jugadores del Erizana de los años cincuenta reciben un cálido homenaje. Entre ellos no podía faltar Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”.
Auditorio Municipal “V Centenario”, 2015. “Gala do Deporte de Baiona”. Antonio Goce Refojos, “Cabecitas”, arropado por su familia, tras recibir el homenaje a las viejas glorias del Erizana. De izquierda a derecha: sus hijos “Mundo”, “Dora” y José, Teresa y Antonio, y sus nietos José Manuel y Antonio.
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Años cincuenta. Teresa Pérez García, en una fotografía de carnet de identidad.
- ¿Teresa era una moza guapa? -le digo a Antonio. - ¡Sííííí…! Casou conmigho porque pensou que ía ser un futbolista fabuloso, dos que ghañaban moito diñeiro -contesta sonriendo con picardía.
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II. El naufragio del “Pipipo”
Más de un Goce y de un Denis murieron en el mar, víctimas de graves accidentes mientras pescaban en sus frágiles gamelas por las costas cercanas de Baiona. Alguna de esas muertes se pudo evitar simplemente con saber nadar, característica negativa muy común en los marineros baioneses de antaño. En familias tan abundantes en “hombres de mar”, sería casi imposible que no ocurrieran desgracias de este tipo a lo largo de todo un siglo, falto además en la mayoría de sus décadas de la más mínima tecnología de comunicaciones, meteorología, salvamento... Pero también durante ese tiempo, hubo situaciones en las que la suerte les acompañó. El 22 de diciembre de 1976, tres marineros de las citadas familias, “Tito” Denis Goce, el patrón de pesca, su hermano José “o ghalo” y su tío “Canco” Goce Silva, sufren un peligroso naufragio cerca de la costa portuguesa a bordo del pesquero vigués “Pipipo”, con base en Baiona. Por fortuna, toda la tripulación sale indemne. El “Pipipo” faenaban por entonces “al palangre” en el banco canario-sahariano a la pesca del mero. Contaba con diecisiete tripulantes, baioneses todos ellos menos cuatro. Regresando ese día a Vigo a toda máquina, cheo de peixe, y tratando de alcanzar la subasta de madrugada de O Berbés, a la altura del Cabo da Roca en Portugal, el “Pipipo” sufre un violento golpe que le produce una vía de agua que se haría incontenible en menos de una hora. Ni las bombas de achique, ni el apoyo manual de los marineros con una urgente cadena de cubos, fueron suficientes para contener la situación. Las traviesas de madera de la nevera se habían roto de arriba abajo, y el agua inundaba rápidamente la sala, espallando el pescado por toda la bodega, y alcanzando al cabo de poco tiempo la zona de baterías, dejando al barco completamente a oscuras. Era la una de la noche, bajo un fuerte orballo, y se encontraban situados en aquel momento a la altura de Leixoes. “Nunca supimos lo qué pasó, si fue debido a un fuerte golpe de mar, si chocamos con algo a la deriva…”, recuerda Fer-
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nando “Calero”, uno de los marineros de Baiona. Al cabo de unos días se supo que un mercante que hacía esa ruta había perdido varios contenedores. Con uno de ellos debió impactar el “Pipipo”. La veteranía y serenidad de la tripulación hizo posible que el naufragio se saldara sin daños humanos. Enseguida se tomó la decisión de abandonar el barco, y con gran aplomo, procedieron a lanzar al aire bengalas de auxilio, echaron las tres balsas disponibles al mar, y las amarraron entre sí para mantenerlas unidas.
1976. El pesquero “Pipipo”, faenando “al palangre” por el banco canario-sahariano a la captura del mero. El barco había sido comprado por armadores vigueses a su anterior propietario, afincado en Huelva. En la cabina, asoma “Tito” Denis Goce, el patrón de pesca, que se moriría años después ahogado en Cabo Silleiro mientras pescaba en una gamela.
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<< Sacamos todas nuestras pertenencias, embarcamos con tranquilidad en las balsas, -cuenta “Canco”-, y aún nos dio tiempo a regresar al barco para recoger en el puente toda la documentación guardada en una bolsa que se nos había olvidado. El “Pipipo” se hundió en veinte minutos. >> Ya en las balsas, hubo marineros que pasaron más miedo que otros, pero en general reinó la confianza de que pronto serían recogidos por algún barco, pues se trataba de una zona de intenso tráfico marítimo tanto en un sentido como en el otro. Sus vidas quedaban a expensas de que apareciese pronto el buque salvador, cuestión que no se ponía en duda. <<Yo miedo no pasé, aunque siempre te quedaba algo de desconfianza -comenta Moncho Misa-. La realidad es que cuando echamos las bengalas de auxilio, había luces en el horizonte, pero inmediatamente se apagaron. >> También les aconteció que cuando se encontraban bajando las balsas al mar, se acercó un pequeño mercante que esperaban les prestase ayuda. Al final ni se paró y continuó su marcha sin más. Algunos pensaron en ese instante que iban a quedar abandonados. << Enseguida tratamos de alejarnos de la costa -recuerda José “o ghalo”-. Tiraba moito o mar, y se hacía muy peligroso el que nos llevase contra las rocas. >> A las cuatro horas del abandono del “Pipipo”, fueron al fin recogidos por un arrastrero portugués, el “Rosa Mary”. <<Los portugueses nos llaman primos a los gallegos -cuenta “Calero”-. Nos gritaban: “¡Primos, tranquilos!, que xa vos recollemos. Votar benghalas pra non perdervos”. >> Después de retirar su aparejo del mar, los marineros del “Rosa Mary” engancharon las tres balsas, y las subieron a bordo por la rampa de arrastre, ”con a xente dentro e todo”, explica Moncho Misa. El “Rosa Mari” era un barco nuevo, con apenas quince días de mar. Al cabo de dos años, se enteraron que desgraciadamente acababa de naufragar por las costas de Burela. <<Los portugueses eran buena gente, y nos trataron bastante bien -cuenta “Canco”-. Nos dieron los primeros auxilios, algo
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de comer, y nos trasladaron enseguida a Leixoes. Allí el Consulado nos facilitó ropa, y organizó nuestro regreso a Vigo. >> <<Pasado aquel momento angustioso -recuerda Emiliano Marcote-, de las cuatro durísimas horas en el mar, con bastante miedo, mojados como estábamos, con tanto frío… cuando ya viajábamos en el autobús de vuelta a casa, sólo con la alegría de estar en tierra, parecía que no había sucedido nada… hasta vinimos cantando. >>
Nota de prensa del naufragio del “Pipìpo”.
La mitad de la tripulación del “Pipipo” estaba formada por familiares: dos hermanos, un tío con dos sobrinos, dos cuñados… Cuando llegaron a Baiona, todos se fueron enseguida a casa… menos “Canco” Goce y Moncho Misa, que aún se pararon tranquilamente a tomar unos vinos en el “Café Victoria”. Como no aparecían en sus hogares, cundió la preocupación entre sus familias… Al
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llegar algo más tarde, y enterarse esposa e hijos de lo de “los vinos”, “casi péghannos”, cuentan ambos con una amplia sonrisa. Salvo el patrón de costa, José Pérez, un maquinista, Antonio, y dos engrasadores, Cesáreo y Eliseo, los demás tripulantes eran de Baiona: “Tito” Denis Goce, “o botones”, el patrón de pesca, Alejandro Goce Silva “Canco”, José Denis Goce “o ghalo”, José Chamorro, Manuel Dacuña, Álvaro Fernández, Emiliano Marcote, Arturo Cabral, Fernando “Calero”, Moncho Misa, Gonzalo López y los hermanos Ángel y Rafael Carneiro.
Baiona, 2016. Cuarenta años después, cuatro ex náufragos del “Pipipo”, se reúnen para un reportaje de la TVG sobre naufragios en Galicia. Son: Alejandro Goce Silva, “Canco”, Emiliano Marcote, Fernando “Calero” y Moncho Misa.
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III. “Canco” y “Lalo” Goce Silva
Siguiendo las costumbres tradicionales de la familia, Alejandro “Canco” y Carlos “Lalo”, hermanos de Suso “o neghro”, también fueron pescadores desde muy temprana edad. En la gamela de su padre, “María Teresa”, ya empezaron ambos el aprendizaje a los diez años. Pero hasta 1959, con dieciséis, “Canco” no se inscribe oficialmente como marinero, y lo hace en la gamela “Ana”, de su cuñado Ernesto Denis “o botones”. Al cabo de seis meses, pasa durante cinco al “José Miguel”, luego dos más en el “Segundo Verano”, y por último, embarca por otros seis en el “Marta Elena” de “Os Caringa”. Esta serie de cambios, habituales en los marineros, se producen antes de incorporarse en 1963 al servicio militar por la Armada en la ciudad de Ferrol. <<Con el “Marta Elena” -recuerda “Canco”- salí por primera vez a Marruecos, a la merluza y al bonito. >>
1970. Alejandro Goce Silva, “Canco”, en una fotografía renovada de su primera “Libreta de Marinero” de 1959. (Archivo Familia Goce Carneiro).
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Baiona, 1962. En el “Marta Elena” de “Os Caringa”. Entre otros: Gonzalo, Berto “Kanikí”, “Canco” Goce Silva, Moncho “o Lujo”, Baldo, Suso “o rilla”…
Baiona, “Marta Elena”, 1962. Suso “o rilla”, Pepe “Capelán” y “Canco” Goce Silva.
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“Canco” Goce Silva, tras ingresar en la Armada para cumplir el servicio militar, y después de hacer la instrucción en Ferrol, es destinado a la Escuela Naval Militar de Marín. <<En Marín pasé una buena “mili” -cuenta “Canco”-. Me destinaron como camarero al bar de los alumnos, que estaba regido por entonces por un particular, Bernardo Veiga, y entre el sueldo que me pagaba, y las formidables propinas que me dejaban los oficiales y los caballeros cadetes, gane mucho más dinero en la “mili” que pescando fanecas por Baiona. Hubiera reenganchado, pero sabía que en cualquier momento el mando militar me podía sacar de allí. >>
Ferrol, 1963. “Canco” Goce Silva, en el servicio militar por la Armada.
<<Había un comandante, don Leonardo -su esposa era empresaria y de mucho dinero, según decían-, que tomaba todas las mañanas un vino rioja banda azul. Valía seis pesetas, y me pagaba siempre con una moneda de cinco duros. Le ponía la vuelta en el mostrador, el comandante cogía las cuatro pesetas, y me dejaba de propina los tres duros. >>
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Ferrol, 1963. “Canco” Goce Silva y Manolo Morell, de “Os fraghatas” de Baíña, casualmente un día más joven que “Canco”. (Archivo Familia Goce Silva).
<<Nuestro comandante, Antonio Pardo, era hermano del famoso cantante Juan Pardo, que en aquella época estaba de plena moda entre la juventud. Los últimos seis meses de “mili” los pase en casa. Preguntó el comandante quién sabía manejar el compás, ya que había que llevar el barco aljibe de la Escuela Naval a reparar a las Factorías Vulcano de Vigo. Yo me ofrecí enseguida, le dije que sí, que sabía, y allá me mandaron con el barco. Mientras lo reparaban, el comandante me dio permiso para quedarme en Baiona. De vez en cuando iba a Vigo para justificar… hasta que así finalicé el servicio militar. >>
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De adolescente, “Canco” Goce Silva jugó al fútbol en el equipo juvenil del Erizana, como muchos de sus tíos y primos. Lo haría por muy poco tiempo. No mantuvo la misma afición de sus familiares, y es que además la vida lo llevaría por otros cauces.
Baiona, Campo de A Palma, 1962. Juvenil Erizana de Fútbol. Arriba: Jose María, Costas, Chiño, Mino, Jesús Vilar y Emilín. Abajo: Alfonsiño (masajista), Paco Núñez, “Canco” Goce Silva, Pablo Canero, Andrés y Ángel Núñez. (Archivo Familia Goce Silva).
En la década de los sesenta, “Canco” pasó por ese tiempo habitual de andar en pandilla con los amigos, esa época anterior a los noviazgos que poco a poco van deshaciendo los grupos inevitablemente. Los chicos, a los veinte años más o menos, comenzaban a salir con las mozas, y se encuentran numerosas fotografías en todos los álbumes de la Baiona de entonces, que dan testimonio de los primeros escarceos entre las parejas. Muchas de ellas, consolidadas al cabo de poco tiempo con el matrimonio. Así pues, “Canco” Goce Silva se casaría con Marita Carneiro, “Tito” Denis Goce “o botones” con Fina Denis, Pepe Cedeira “o pote” con Isabel Freire, “Lalo” Goce Silva con Lourdes Blach…
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Baiona, años sesenta. Arriba: Sito Freire, Julián, “Lalo” Goce Silva, “Tito” Denis “o botones”, Juan Blach, Mino y “Canco” Goce Silva. Delante: Jorge Figueirido y Tino “pescadilla”. (Archivo Familia Goce Silva).
Baiona, A Ribeira, 4 de agosto de 1968. Pepe Cedeira “o pote”, Isabel Freire, “Canco” Goce Silva, Marita Carneiro, Fina Denis y “Tito” Denis “o botones”. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Silva).
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Baiona, A Ribeira, 21 de julio de 1968. Pepe Cedeira “o pote”, Isabel Freire, Marita Carneiro y “Canco” Goce Silva. (Archivo Familia Goce Silva).
Por entonces era costumbre entre los marineros de Baiona, reunirse en una fraternal comida o cena después de finalizar cada campaña en la mar. Habiendo Goces y Denis por el medio, la música y el canto no faltaban nunca.
Baiona, 4 de agosto de 1965. Entre otros: Manolo Valea, Toni “o indio”, Armando, “Canco” Goce, Yayo, Suso Goce “o neghro”, su hija María Rosa Goce, “Pescadilla”, Jorge, “O pote”, Julián, Tente, Mino, Tonio, Emilin… (Archivo F. Goce Silva).
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Al regreso del servicio militar, “Canco” Goce Silva pasa por varios barcos de Baiona antes de embarcar en su primer atunero. El “Carmucha”, el “María Cristina” de “O Meco”, el “Anzuelo” de su padre, en el que va de patrón, el “Botones” de la familia, también como patrón, otra vez en el “Anzuelo”… hasta que en 1969 ingresa en el “Albóniga” de Bermeo (Vizcaya).
Bahía de Baiona, años sesenta. Las lanchas gemelas de la familia Goce y Denis. Arriba: el “Anzuelo”, propiedad de Suso Goce Silva, “o neghro”. Abajo: el “Botones”, de “Tito” Denis Goce, y más tarde, de Alejandro Goce Soliño, “o neghro”. “Canco” va en popa llevando la lancha, y “Lis” Denis Goce sentado sobre la cabina. Llegan al muelle después de faenar a la faneca. (Archivo Fam. Goce Silva).
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Salvo algún mes aislado, entre campaña y campaña del atún, en el que trabaja en barcos baioneses, su vida de marinero va a transcurrir por lo general en compañías vascas. En 1970 pasa del atunero congelador “Juan de Akurio” de Bermeo, al “Atalde”; de nuevo embarca en el “Albóniga”, luego en el “Marsopa”, un mes en el “Barra” de Baiona, después al “Albacora Dos”, con base en Las Palmas de Gran Canaria, quince días del diciembre de 1974 en el “Botones” de la familia…
Dakar (Senegal), 1973. “Canco” Goce Silva, a bordo del atunero “Albacora Dos”.
Se enrola en 1975 en el “Kurtzio”, de la empresa “Euskalduna de Pesca” de Bermeo, y en el 76 se queda en el “Pipipo”, barco de Vigo con base en Baiona, que andaba al mero en el banco canario-sahariano, y de cuyo hundimiento ya dimos cuenta.
Guèdiawaye (Senegal), 1975. El atunero vasco “Kurtzio”, de la empresa “Euskalduna” de Bermeo, en el que anduvo embarcado “Canco” Goce Silva durante un año.
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En 1968, “Canco” Goce Silva se casa en Baiona con Marita Carneiro. Tienen tres hijos: María de los Ángeles, Ana María y Alejandro “Alex”. Su hija mayor, María de los Ángeles, “Geles”, contrae matrimonio con Álvaro Fernández, natural de Baíña, y cocinero de profesión. En la actualidad, 2016, su marido anda embarcado en un atunero vasco, con lo que la relación con el mar sigue manteniéndose en esta nueva familia. Sus dos hijos, Cristian y Álvaro, son los dos primeros y únicos nietos de Marita y “Canco”.
Braga (Portugal), 1995. Marita y “Canco”, con su nieto Cristian y su hijo Alex, en el parque portugués de “Bragolandia”. (Archivo Familia Goce Carneiro).
Ana María, la segunda hija, es soltera, y enfermera de profesión. Curiosamente tiene el título de Patrón de Mar, exigido en un momento en el que pertenecía a la Cruz Roja, y andaba en lanchas de salvamento y en ambulancias. Es también fisioterapeuta, y según su padre, permanece estudiando y anotándose a todo cuanto curso de medicina pueda acceder. Ejerce en la actualidad, 2016, en el Sanatorio Povisa de Vigo como enfermera de quirófano. Ana María Goce Carneiro.
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“Alex”, el tercer hijo de Marita y “Canco”, es camarero, además de presentador de actos, y monologuista cuando se le ofrece la oportunidad. La vena artística de los Goce sale una vez más a relucir en esta nueva generación, de manera que será “Alex” el que conserve la tradición en los Goce Carneiro.
“Alex” Goce Carneiro, monologuista y presentador.
“Alex” Goce Carneiro y Víctor Outerelo en “Mundo Loco TV Oficial”.
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Vigo, finales de los noventa. “Alex” Goce Carneiro, presentando a Rosa López, la famosa cantante de la Operación Triunfo de TVE, en un acto comercial de la firma “Gran Vía”. (Archivo Familia Goce Carneiro).
Vigo, 2000. En la casa de “Alex” Goce Carneiro. Sentados: “Alex”, su padre “Canco” Goce Silva, su madre Marita Carneiro y su hermana “Geles” Goce Carneiro. En brazos, sus sobrinos Cristian y Alvarito Fernández Goce. (Archivo Familia Goce Silva).
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No había transcurrido ni un mes desde el naufragio del “Pipipo”, cuando “Canco” se embarca sucesivamente en cuatro pesqueros vigueses: el “Voltoya”, el “Lestón”, el “Nuevo Horizonte” y el “Ángel Juan”. Pasa a continuación cerca de seis meses en el “Anzuelo” de la familia, otros seis en el “Pinzón” de Baiona, y en 1980 vuelve con los atuneros vascos, el “Entremares Uno”, el “Entremares Dos” y el “Alacrán”, en los que permanece durante cuatro años.
1986. “Canco” Goce Silva, de faena por África en el atunero “Alacrán”, en esta ocasión a la pesca del mero. (Archivo Familia Goce Silva).
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Pasa unos meses en el “Castemora” de Vigo, y embarca de nuevo en atuneros del País Vasco: el “Naranco”, luego convertido en el “Jai-Alai”, y el “Ízaro”, ambos de la misma compañía. En esta fase, de 1987 a 1990, va pasando sucesivamente de un barco a otro tras sus vacaciones anuales.
Años noventa. “Canco” Goce Silva, a bordo de uno de los atuneros vascos en los que anduvo embarcado. (Archivo Familia Goce Silva).
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En 1991 se enrola en el “Albacora Seis”, en el que permanece hasta el 2000. A finales de 1992, la compañía armadora “Túnidos Congelados S.A.” de Vigo vende la titularidad del buque congelador a la “Ordino Shipping Corp.” de Panamá.
Islas Seychelles, 1995. Simulacro de salvamento en el “Albacora Seis”. “Canco” Goce Silva, a la derecha, con Eugenio, un compañero de Bermeo.
El 15 de enero del 2000 se jubila “Canco” en el “Albacora Seis” a los cincuenta y cinco años de edad, tras cuarenta y un años de marinero.
1999. Fotografía renovada de Alejandro Goce Silva, “Canco”, en su última “Libreta de Marinero”. (Archivo Familia Goce Silva).
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Último registro de Alejandro Goce Silva en su “Libreta de Marinero”: embarque de “panguero” en el “Albacora Seis”, septiembre de 1999, y desembarco por vacaciones en enero del 2000. (Archivo Familia Goce Silva).
A partir de estas “vacaciones”, “Canco” comienza a disfrutar de una merecida jubilación. Nace para él una nueva forma de vida, llena de distintas experiencias, alguna ya olvidadas, como convivir con los niños, ahora con sus nietos, y vive las reuniones familiares sin prisas, goza del tiempo en calma para conversar con sus muchos amigos de la villa… y de vez en cuando también sale a pescar “para casa” con algún compañero. Hasta encuentra el momento idóneo para asistir a un mitin político en la villa, oportunidad que no había tenido nunca tras su largo periplo por los mares del mundo. Fue ponerse la corbata, y acompañado de su esposa y de un amigo, allá se fue a escuchar a los políticos de turno, y al finalizar el acto, asistir a una comida entre los simpatizantes del partido.
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Baiona, años dos mil. Después del mitin político, cena de confraternidad de los simpatizantes del partido en el “Restaurante Rocamar”: Arriba: “Canco” Goce Silva con su amigo Miguel Cabral. Abajo: Miguel Cabral, “Canco”, Charo y Marita Carneiro. (Archivo Familia Goce Carneiro).
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No pueden faltar entre los recuerdos familiares, las imágenes de “Canco” con sus nietos Cristian y Álvaro en Baíña (Baiona), en la finca de “San Cosme” de su amigo Miguel Cabral, tío de “Geles”.
Baíña (Baiona), finca de “San Cosme”, años dos mil. Arriba: ”Canco”, con su nieto Alvarito. Abajo: “Canco”, una vecinita y su nieto Cristian. (Archivo F. Goce Silva).
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Reuniones familiares, celebraciones de cumpleaños, bienvenidas al yerno cuando llega de la mar, aniversarios… Entrañables momentos que “Canco” pudo disfrutar en escasas ocasiones durante sus más de cuarenta años de marinero.
Baíña (Baiona), finca de “San Cosme”, años dos mil. Álvaro Fernández, su esposa “Geles” Goce Carneiro, Marita Carneiro y su marido “Canco” Goce Silva. Delante, Cristian Fernández Goce. (Archivo Familia Goce Silva).
Baíña (Baiona), finca de “San Cosme”, años dos mil. En una celebración con amigos. Sentados: Marita Carneiro, Liberata, Nieves (hija), Alvarito y Miguel Cabral. De pie: “Canco” Goce Silva y Nieves (madre). (Archivo F. Goce Silva).
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Baíña (Baiona), Finca de “San Cosme”, años dos mil. Arriba: “Canco” Goce Silva, Marita Carneiro, Álvaro Fernández, Nieves y Miguel Cabral. Abajo: Cristian y Liberata. (Archivo Familia Goce Silva).
Baíña (Baiona), finca de “San Cosme”, años dos mil. Celebrando el cumpleaños de Alvarito Fernández Goce. De izquierda a derecha: “Canco” Goce Silva, Nieves (madre), Marita Carneiro, Liberata, Nieves (hija), Cristian Fernández Goce y Miguel Cabral. En medio, Alvarito, estrenando la tarta de sus dos añitos. (Archivo Familia Goce Silva).
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Baiona, 2016. Alejandro Goce Silva, â&#x20AC;&#x153;Cancoâ&#x20AC;?, marinero jubilado, toda una vida dedicada a la mar. (Archivo Familia Goce Silva).
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Después de más de cuarenta años en la mar, “Lalo” Goce Silva llega a su jubilación en 2001 sin haber sufrido ni un solo percance. En una profesión de tanto riesgo, sobre todo en aquellos primeros años que vivió como pescador, en los que la tecnología era prácticamente inexistente, se puede considerar que ha sido un marinero afortunado. <<Bueno -manifiesta “Lalo”-, tuve un pequeño accidente de rapaz en la ría de Arousa. Una noche, casi de madrugada, el “Pérez Campos” se quedó varado en unas rocas, encima de unha laxe. Iba de patrón el señor “Gelito” Naveira, y “O ardilla” de patrón de pesca. El barco llevaba cuarenta hombres. Nos vimos obligados a evacuar, y todo el mundo, nervioso y con miedo, se amontonaba para meterse en la chalana, hasta que alguien dio la orden contundente: “Primeiro os rapaces -yo entre ellos- e os vellos”. Nos salvó el “María Jesús”, un pesquero de Santa Uxía de Ribeira. Nos fueron llevando a otros barcos cercanos, y allí permanecimos hasta que se hizo de día. Cuando nos preparábamos para regresar a Baiona, vemos que con la marea alta el barco salía por sí solo a flote. Lo recuperamos, volvimos con precauciones a casa, se desembarcó el aparejo al llegar, y el “Pérez Campos” ya siguió a Vigo al varadero. El percance se saldó con la rotura de la quilla. >>
Vigo, O Berbés, 1960. Descargando en el “Pérez Campos”. A la derecha: “Lalo” Goce Silva, con 13 años, y Pepe Goce “o Piñote”. Andaba de patrón “Gelito” Naveira.
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Carlos Goce Silva, “Lalo”, nació en Baiona en 1946, y ya con once años salió e pescar en la gamela “María Teresa” de su padre, Alejandro “o neghro”. Después pasó a la lancha “Anzuelo” de su hermano Suso, hasta que en 1959, con trece años, embarcó por primera vez en el pesquero “Castor Maciel”, que al poco tiempo se hundiría estrellado contra la doca en Baiona al perder los amarres en una noche de tormenta. A partir de 1960, “Lalo” pasa sucesivamente por más de diez barcos de Baiona. Un año en el “Pérez Campos”, unos días en el “Sarita”, unos meses en el “Lola Calvo”, dos meses en el “Almuiña”, seis en la gamela “María Teresa”, de enero a julio de 1963 en el “Marta Elena” de Pepe “o Caringa”, tres meses en el “Boer Nº 2” de Carlos “o Caringa”, una campaña en el “Nuevo Pepita Alonso”, nueve meses en el “Milagros Selegante”, casi dos años en el “Anzuelo” de la familia, un mes en el “Cachalote” de los Nartallo, otra vez en el “Anzuelo” durante unos meses… Hasta que en 1966 ingresa en la Armada para cumplir el servicio militar.
1968. Fotografía de Carlos Goce Silva, “Lalo”, en una de sus “Libretas de Marinero”. (Archivo Familia Goce Silva).
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Baiona, años sesenta. “Lalo” Goce Silva, al lado del “Anzuelo”.
Algeciras, 1963. En el “Marta Elena”, de Pepe “o Caringa”. Entre otros: José Cedeira, Blach “Petotes”, Pepe “Capelán”, Moncho “o Lujo”, Baldo “o de Ubaldo”, Alberto “Kanikí”, Moncho, Suso, los hermanos “Canco” y “Lalo” Goce Silva, “Chalo”, “Xano”…
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Baiona, años sesenta. El “Cachalote” de los Nartallo, saliendo de faena. Uno de los barcos más populares de entonces, que llegaba a embarcar hasta cuarenta hombres. Iba patroneado por el baionés Manolo “o marejada”.
Muelle de Baiona, años sesenta. Preparando “o boliche” para salir en el “Anzuelo”. Entre otros: “Lalo” Goce Silva -con chaqueta de punto-, el hijo “do Furado” -de negro-, Suso Goce Silva “o neghro” -con jersey blanco-… Al fondo, la bahía, llena de barcos pesqueros.
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Baiona, 16 julio 1966. Procesión de la Virgen del Carmen. Delante, “Lalo” Goce Silva. Detrás, su sobrino “Lis” Denis Goce y un amigo. (Foto Jesús. Archivo F. Goce).
Baiona, 1972. “Lalo” Goce Silva y su sobrino “Tito” Denis Goce, “o botones”.
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En esos años de juventud, “Lalo” ocuparía jugando al fútbol el poco tiempo libre que le dejaba la pesca. Era su gran pasión del momento. Igual que sus primos “Cabecitas”, “Lanina”, “Rato”, Roque… su hermano “Canco”… fue un jugador destacado en el Erizana, después de pasar antes por el Rápido de Sabarís en su edad juvenil. <<Mi primo Victorino Goce -recuerda “Lalo”-, presidente del Erizana, me fue a buscar al Rápido de Sabarís. Me hizo ficha sin tener la edad autorizada. El primo era una artista para esas cosas. Jugábamos en el Rápido de Sabarís, porque el Erizana por entonces no tenía juveniles. Cuando cumplimos la edad, pasamos varios compañeros al equipo de Baiona: Luis Blach, Carlos “Puskas”, Rúa… >>
Vigo, Campo de Lagares, 1965. Rápido de Sabarís, equipo juvenil. Arriba: Luis Blach y “Puskas”. Abajo: “Lalo” Goce Silva y Rúa. (Archivo Goce Blach).
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Vigo, Campo de Lagares, 1965. Equipo juvenil del Rápido de Sabarís. Liga Comarcal. Arriba: Roade, Nené, Lorenzo, Moncho, Ángel Ramón Vilar, Rúa y Luis Blach. Abajo: Chamorriño, Quiqui, Pepe, “Lalo” Goce Silva, Manolo Vilar y Carlos “Puskas”. (Archivo Ángel Ramón Vilar).
Baiona, Campo de A Palma, 1959. Juvenil Erizana. De pie: Jorge, Suso, “Rincho”, “Lalo” Goce Silva, Flecha, “Grillo” y Dopico (entrenador). Agachados: Paco Núñez, Manolo “Careta”, Paulino “Chuzo”, “Catalán” y Tino.
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Gondomar, Campo de As Gaiandas, 1963. Juvenil Erizana. De pie: Jorge, “Grillo”, “Rincho”, Eladio, ”Lalo” Goce Silva y Flecha. Agachados: Manolo, Tino, Paulino “Chuzo”, Ventura Leyenda, Suso y Alfredo “Michiva” (masajista).
<<Por entonces, los sábados y domingos también se iba a pescar. Andábamos a la lubina, y algunas veces no llegaba a tiempo para el partido. En otras ocasiones, me esperaba en el muelle “o Rincho” con su moto, y nos íbamos a A Guarda, a O Rosal, a Gondomar… El equipo ya había salido con la debida antelación. >>
Temporada 1964/65. Juvenil Erizana. Campeón Liga Comarcal. De pie: Rodal, “Grillo”, Galiñanes, “Zapatillero”, “Lalo” Goce Silva y Flecha. Agachados: Alfredo “Michiva” (masajista), Juste, Manolo Blach “Pica”, Paulino, Tino y Suso.
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A Guarda, 1964. “Lalo” Goce Silva y Manolo Blach “Pica”.
<<Cuando en 1965 se deshizo el Erizana al quedarse sin el Campo de A Palma, jugué una temporada en el Vilariño. Y en 1966 tuve que ir a cumplir el servicio militar a Ferrol, y el fútbol se acabaría definitivamente para mí. >>
. Ferrol, 1966. “Lalo” Goce Silva, con el porrón a la hora del almuerzo, durante el servicio militar por la Marina. (Archivo Familia Goce Silva).
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<<Al mes de licenciar en el servicio militar, en agosto de 1968, embarqué por primera vez en un atunero vasco, el “Albóniga”, en el que permanecí cerca de un año. >>
Bermeo (Vizcaya), 1968. Descargando el pescado en el atunero “Albóniga”. “Lalo” Goce Silva, a la derecha, y Teodoro, un compañero de Lanzarote. Por entonces aún no había “coia”, y tenían que efectuar la descarga los mismos marineros.
A partir del “Albóniga”, y como suele ocurrir en la vida laboral de la mayoría de los marineros baioneses, “Lalo” Goce Silva va pasando por una serie de barcos de Baiona, en los que embarca por un corto espacio de tiempo: el “Trini Pena”, el “Botones”, el “Mary”, el “Jalda”, este de Vigo… En 1969 se traslada a Bermeo (Vizcaya) y se enrola en el atunero “Albacora Uno”. Luego en el “Juan de Akurio”, vuelve al ”Albacora Uno”, y entre campaña y campaña del atún, hace sucesivos y cortos embarques en distintos pesqueros de Baiona: el “Anzuelo”, el “Telleira”, el “Evisea” -donde va de patrón-… En 1974 embarca en el “Isabel Dos”, de “Conservas Garavilla” de Bermeo, empresa en la que permanece ligado durante ocho años. <<Del “Isabel Dos” -explica “Lalo”-, me pasaron al “Isabel Cuatro”, al “Isabel Cinco”… En este último ya anduve de contramaestre. El patrón me llevaba siempre con él al barco al que
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lo destinaban los armadores. Pescábamos por Panamá. Las campañas nos mantenían en el mar ocho o nueve meses, y llegué incluso en una ocasión a permanecer todo un año embarcado. >>
Bermeo, 1968. El “Albóniga”, atunero de Bermeo (Vizcaya). Torea, Roquete y “Lalo” Goce Silva, tres marineros de Baiona. (Archivo Familia Goce Silva).
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Dakar (Senegal), años setenta. “Lalo” Goce Silva, en el “Juan de Acurio”.
Alternando con las temporadas del atún, Lalo sigue embarcando por escaso tiempo en pesqueros de la zona de Baiona: el “Durán Nº 4” de Vigo, de nuevo en el “Anzuelo” de la familia, en los barcos vigueses “Marieta”, “Ángel Juan” y “Ataúlfo Argenta”, en el “Nuevo José Ángel” de Carlos “o Caringa” de Baiona -donde va de Patrón de Pesca-, el “Punta de San Marcos” de A Guarda -también va de Patrón-, en el “Pinzón”…
1971. El “Nuevo José Ángel”, del armador Pepe “o Caringa”, recién salido de los astilleros de Burela (Lugo). Cuentan que fue el mejor barco de madera que hubo en Baiona, con una formidable potencia de motor.
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<<En el “Nuevo José Ángel” andaba de patrón Carlos “o Caringa”, hermano de mi cuñado “Mon” Vilar. Yo iba de patrón de pesca. Andábamos a la sardina por la costa de Aveiro. >>
Baiona, años setenta. El “Pinzón”, del armador baionés Florente Vázquez.
Años sesenta. Comiendo en el “Punta de San Marcos” de A Guarda, durante la campaña del mero en las Islas Azores: Milo “o tiqué”, “Lalo” Goce Silva -el patrón de pesca-, Javier -el cocinero-, y Alfredo Refojos, todos ellos de Baiona.
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Océano Pacífico, 1976. En el atunero vasco “Isabel Cuatro”.
Panamá, años ochenta. “Lalo” Goce Silva, en el atunero “Isabel V”, de “Conservas Garavillas”, de Bermeo. (Archivo Familia Goce Silva).
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A partir de 1983, “Lalo” pescará exclusivamente en barcos del País Vasco, y deja de disponer de esos meses libres entre campaña y campaña en los que se enrolaba en pesqueros de Baiona. Embarca en el “Euskadi Alai” de “Pesqueras Echebastar”, y durante esta época sustituía durante dos meses al contramaestre del “Alacrán”, de la misma compañía, para luego volver a su barco de origen. Así pasaría de un barco al otro a lo largo de cinco años. <<Anduve pescando por todos los mares del mundo: Océano Atlántico, Océano Pacífico, Océano Índico… En más de una ocasión navegamos de golpe desde Bermeo hasta las Islas Schelles, rodeando toda la Península y toda África… >> En 1988, embarca en el atunero “Txori Zuri”, de la armadora “Impesca” de Bermeo. Permanecería doce años en este mismo barco, para pasar por unos meses al “Demiku” -el último de su vida marinera-, de la empresa “Hartswater Limited”, domiciliada en George Town.
Panamá, 1981. En el atunero “Isabel Cinco”. En el centro, “Lalo” Goce Silva y Juan Iturri, el capitán, acarreando un buen atún a su correspondiente departamento. “Fue un capitán que me enseñó mucho. Tengo muy buen recuerdo de él porque era una buenísima persona”, comenta “Lalo” al contemplar la fotografía.
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Oceáno Índico, 1984. “Lalo” Goce Silva, en el “Alacrán”.
Océano Índico, años ochenta. “Lalo” y sus compañeros subiendo una gigantesca “manta raya”. (Archivo Familia Goce Silva).
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Panamá, 1980. “Lalo” Goce Silva en el “Isabel Cinco”.
Oceáno Índico, años ochenta. En el “Alacrán”, al atún. “Lalo” Goce Silva anduvo temporalmente de contramaestre en este barco durante cinco años. Había varios marineros de Baiona. (Archivo Familia Goce Silva).
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Al desguazarse el “Alacrán”, la compañía armadora construyó el “Alacrana” para sustituirlo, buque de triste recuerdo por ser secuestrado por los piratas del Índico, y que llevaba entre su tripulación al patrón y a varios marineros de Baiona. Había sido un acontecimiento grave, comentado por todos los medios del mundo. “Yo ya no anduve en ese barco”, comenta “Lalo”.
Islas Azores, años noventa. En el “Txori Zuri”, gemelo del “Alacrán”, anduvo embarcado “Lalo” Goce durante doce años, los últimos de su vida de marinero.
Años noventa. El atunero vasco “Txori Zuri”, faenando en el Golfo de Guinea. Buque también gemelo del “Alcaudón”. En ambos anduvieron embarcados “Lalo” Goce Silva y su sobrino “Nasi” Míguez Goce. Estos dos barcos, además del “Alacrán”, formaban parte de una partida de quince atuneros iguales.
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“Lalo” Goce Silva se jubila en 2001, a la edad de cincuenta y cinco años. Habían pasado cuarenta y cuatro desde que empezó con once en la gamela de su padre.
Registro en la “Libreta de Marinero” de Carlos Goce Silva, “Lalo”, del último embarque de su vida: el “Demiku”, del 26 de octubre del 2000 al 2 de marzo de 2001.
1992. Fotografía de Carlos Goce Silva, “Lalo”, en su última “Libreta de Marinero”.
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En 1969, “Lalo” Goce Silva se casa en la Colegiata de Santa María con la baionesa Lourdes Blach, y tienen tres hijos: Manuel Alejandro (1970), Natalia (1972) y María Oliva (1978).
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1969. Boda de “Lalo” Goce Silva y Lourdes Blach. Les acompañan el padrino, Manolo Blach, y la madrina, “Choncha” Barra Goce. La niña con las arras es Marisol Blach, hermana de la novia.
Su hijo Manuel Alejandro estudió para dedicarse al mar como su padre, y sacó el título de Jefe de Máquinas. Anduvo embarcado durante toda una campaña del atún, y en el “Remolcanosa” de Vigo -buque de servicios marítimos-, para conseguir los “días de mar” necesarios. Pero nunca llegó a ejercer como tal. Las nuevas generaciones de los Goce y de los Denis, lo mismo que la generalidad de los baioneses, apartaron el mar de sus futuros planes profesionales. Manuel Alejandro trabaja en la actualidad de Jefe de Mantenimiento en una empresa de Santander. En cambio, siguiendo la tradición familiar, antes de ausentarse de Baiona, y ya desde niño, jugó al fútbol en el Club Erizana, tal como habían hecho su padre, sus tíos y muchos de sus parientes. Era conocido por “Taco”.
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Baiona, Santa Marta, 1988/89. C.F. Erizana. Campeón Tercera Regional. Arriba: Joaquín, Tito, Julio, José, Luis, “Taco” Goce Blach y “Kopa” Iglesias Goce (entrenador). Abajo: Pousa, Celsi, José, Andrés, Álvaro y Manoli.
Las niñas, Natalia -trabaja en Eroski- y Oliva -con la carrera de Magisterio que no ejerce-, viven al margen de la vida del mar. Les han dado a sus padres cuatro nietos: Denis y Paula González Goce, Mario Lago Goce y Leo Comesaña Goce. Los tres primeros son de Oliva, y este último, de Natalia, que siguiendo los pasos de su abuelo y de su tío, ya juega en los equipos inferiores del Erizana.
Baiona, año 1983. Manuel Alejandro, Oliva y Natalia Goce Blach, con su madre Lourdes Blach. (Archivo Familia Goce Silva).
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Salvo Leo Comesaña Goce, el joven futbolista del Erizana, no hay entre los hijos ni entre los nietos de “Lalo” Goce Silva, nadie que siga la condición artística de sus antepasados. Ni actores de teatro, ni cantores, ni bailarines, ni músicos… los genes no fueron por ahí. Y en el deporte, sólo Leo.
Baiona, Campo de El Aral, 2016/17. Leo Comesaña Goce, actual jugador prebenjamín del Club de Fútbol Erizana. (Archivo Familia Goce Blach).
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Sin embargo, tanto “Canco” como “Lalo”, sacando sus genes de artistas a relucir, han participado siempre que pudieron en la “Danza de las Espadas”. Su padre Alejandro “o neghro”, sus primos “Tito”, “Lis”, “Su” y Jose “o ghalo” Denis Goce… y bastantes familiares más, fueron asiduos componentes de los grupos de la tradicional danza. No así su hermano mayor, Suso, que lo más que hizo fue acompañar a su padre y llevarle la espada.
Baiona, A Palma, 8 de agosto de 1965. “Danza de las Espadas” en la “Fiesta de La Anunciada”. Entre otros: el capitán del grupo Artemio Pinillas, Tito Denis “o botones”, “Canco” y “Lalo” Goce Silva… (Foto Jesús. Archivo Alejandro Goce Silva).
A Palma, 1968. “Danza de las Espadas” en la “Fiestas del Carmen”. Entre otros: el capitán del grupo Manolito “da ghalana”, “O pote”, Juan “o chapó”, “Canco” Goce…
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Y lo mismo que en la tradicional “Danza de las Espadas”, tanto “Canco” como “Lalo”, formaron parte desde muy jóvenes del mítico “Coro del Miserere”, compuesto casi en exclusiva por marineros, y que canta hasta hoy en día en la Ex Colegiata en Semana Santa. Cada vez que coincidían en tierra en esos días, acudían puntuales a la cita anual para cantar el “Miserere” y el “Stabat Mater” en los Jueves y Viernes Santos. Luego, andando los años, cuando varios de los componentes se reúnen y fundan el Coro de Homes “Voces Baionesas”, “Canco” y “Lalo” Goce Silva pasan a formar parte del elenco de cantores. Por entonces, 2001, ambos ya disfrutaban de una muy merecida jubilación.
Ex Colegiata de Santa María de Baiona, 2008. Tradicional “Concierto de La Arribada” del Coro de Homes “Voces Baionesas”. Entre sus componentes, los hermanos Alejandro “Canco” y Carlos “Lalo” Goce Silva, y su primo José Denis Goce, “o ghalo”. También están Jacinto Denis y Manuel Álvarez, marido de María Luisa Goce.
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Coro de Homes “Voces Baionesas” en concierto. Arriba: Saturno Morell, “Lalo” Goce Silva, Carlos Vilar, Jesús Barreiro y José Rodríguez. En medio: José Luis Díaz, Ángel Leyenda, Ubaldo Cedeira, “Canco” Goce Silva y Manuel Gómez. Delante: Armando Rodríguez, José Barreiro, Ignacio Páis y Arturo Marcote.
Baiona, Praza do Concello, “Concierto de Verano”, del Coro de Homes “Voces Baionesas” y el Grupo de Cuerda“Virgen de la Roca”. Arriba: Serafín Barra, Manuel Gómez, José Rodríguez, Carlos Marcote, José Pérez, Alberto Soliño y Alejandro “Canco” Goce Silva. En medio: Manuel Montero, Arturo Marcote, Paco Varela, Manuel Álvarez -marido de María Luisa Goce- y Antonio Freire. Delante: Manuel Martínez Viñas, Manuel Álvarez y Luis Maciel.
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El Coro de Homes “Voces Baionesas”, creado para ampliar el repertorio religioso del “Coro del Miserere” a otros géneros musicales, debuta en el Auditorio Municipal “V Centenario” con el concierto “Festival de Habaneras”. Era el 28 de diciembre de 2001. Desde entonces, los hermanos “Canco” y “Lalo” Goce Silva vienen cantando sin interrupción en el grupo, que ha alcanzado a través de los años unas cotas de éxito impensables en sus comienzos. Además de sus habituales conciertos en Baiona, Semana Santa, Navidad, La Arribada, “Dia da Nai”, Fiestas del Verano… han salido en muchas ocasiones por toda Galicia, y actuaron en Fátima, en varias localidades de Portugal, en Valladolid, en Palos de la Frontera… Grabaron más de un disco… Después de quince años alcanzando un merecido prestigio, el Coro de Homes “Voces Baionesas” sigue manteniendo y aumentando su fama.
Los hermanos Alejandro y Carlos Goce Silva, “Canco” y “Lalo”, en una actuación con el Coro de Homes “Voces Baionesas” en la primera década del 2000.
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IV. “Choncha” Barra Goce, “a quintana” Asunción Barra Goce, “Choncha”, la hija mayor de José “o Judas” y de Ramona “a quintana”, repasa con nosotros fotografías antiguas de la familia, y recuerda con exactitud el nombre de casi todos. Su edad, ochenta y nueve años, no parece dañar en absoluto su prodigiosa memoria del pasado más lejano. Explica cada foto con detalle, y siempre encuentra anécdotas de alguno de los protagonistas de la imagen, incluso de los que no son familiares. <<Este home quiso ser meu mozo -comenta “Choncha” ante una fotografía-. Estaba loco por min… e eu por él. Gostábame moito. ¿Por qué no o quixen? Tiña unha moza en Baíña, e unha filla. Lle dixen: “Gústasme, pero conmigho non contes. Vai casar coa tua novia de Baíña”. “Non a quero, “Choncha”. “Tiveches que querela, por iso tes unha filla con ela”. Acabou casando, e cada vez que a vexo pola rúa, me di: “Moito che quero, “Choncha”. Ghracias a ti, casei co pai da miña filla”. >> “Choncha” se casó con el baionés Moncho Chamorro Domínguez, marinero de profesión, en 1947. Ella con veinte años, y él con veinticuatro. Tuvieron una hija, María del Carmen. Cuenta que se pasó mucha hambre en Baiona, ya bastante antes de la Guerra Civil. Era pescantina, y llegaba hasta Baredo, Gondomar, Baíña, Tomiño, Oia… por todos los pueblos del interior, a cambiar el pescado que cogía su marido por “comida”, que para ella eran las verduras, a fariña, o unto, las patatas, o touciño… <<Éramos tontas -comenta “Choncha”-. Las playas de A Ribeira y de Santa Marta estaban llenas de navajas, cadeluchas, almejas, erizos… y no le dábamos importancia. A las nécoras, los centollos, los lubrigantes, los percebes… que se criaban en las rocas, les teníamos miedo. ¡Lo que fue la ignorancia! ¡Se esta xente soupera o que pasamos!… ¡no no creía! >> Durante los años sesenta, “as de Bayona”, como las conocían en Vigo, cogían el primer tranvía a las seis de la mañana, com-
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praban pescado en O Berbés, subían con sus patelas al Mercado del Progreso, del Calvario… y se sacaban sus buenas pesetas revendiéndolo. Luego, finalizada la jornada, volvían de regreso a Baiona. <<Cuando vendía en el Mercado del Progreso, al acabar la faena, iba todos los días a misa a María Auxiliadora. ”Dáballe volta o mandil, e xa estaba lista”. Me gustaba mucho aquella virgen. Un mañana, al confesarme, me dijo el cura que procurase venir mejor vestida a la iglesia. Yo le contesté: “Entonces señor cura, dejaré de venir porque no tengo otra ropa”. Después me citó en la sacristía al acabar la misa. Allá fui, y el párroco me ofreció un paquete, que según él, contenía comida. Lo rechacé, y le dije que se la diera a otras personas más necesitadas, que yo ganaba todos los días mis veinte duros, suficientes para dar de comer a los míos. El cura quedó sorprendido, y alabó mi conducta. También vendíamos en As Travesas, y los lunes, sin falta, en el mercado de Sabarís. >>
Baiona, años sesenta. “Choncha”, con su madre, Ramona Goce “a quintana”, y su sobrina Monchi “a cotonesa”, hija de su hermana Ramona “a coxa”. Madre e hija fueron conocidas pescantinas en el Val Miñor y en la comarca… hasta a Vigo llegaba su fama. (Archivo Familia Barra Goce).
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Vigo, O Berbés, años sesenta. “Choncha” Barra Goce, recogiendo el pescado para marchar a venderlo al mercado. (Archivo Familia Barra Goce).
<<Llegué a ir hasta Tébora, más allá de A Guarda, a vender pescado. Uno de aquellos días, de regreso a pie hasta A Guarda donde me esperaban mi madre y sus compañeras, me acompañó un paisano por el camino que me dijo que era de Tomiño, y que resultó ser un Goce como yo. Así que también allí tenemos familia. >>
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Moncho, el marido de “Choncha”, comenzó las labores de marinero a muy corta edad. Entre otros barcos, anduvo en el “Titiño”, un pesquero de Baiona del armador Florente Vázquez Ratel.
Baiona, años cuarenta. El “Titiño”, del armador Florente Vázquez Ratel, con su tripulación de diecisiete hombres. Entre ellos, Moncho Chamorro Domínguez. El barco acababa de ser botado en los “Astilleros Esperón”, situado en la Praia de A Ribeira. (Archivo Esperanza F. Vernet).
Vigo, años cuarenta. El “Titiño”, descargando la pesca en O Berbés. Entre los marineros: Moncho Chamorro -todavía soltero-, “O lorito”, uno de Baíña… (Archivo Familia Barra Goce).
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<<El abuelo no anduvo embarcado demasiado tiempo -explica Belén, la nieta de “Choncha”-. En 1960, durante una simple operación de apendicitis, unos fallos en la anestesia, le provocaron varias embolias seguidas que estuvieron a punto de matarlo. Cuando se recuperó de milagro, le concedieron la invalidez permanente. Tenía treinta y siete años. >>
Baiona, A Ribeira, finales de los años sesenta. Moncho Chamorro Domínguez, marido de “Choncha”. (Archivo Familia Barra Goce).
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Santa Baia (Nigrán), 7 de agosto de 1960. Procesión de la Virgen de la Salud. Moncho Chamorro, el primer costalero de la izquierda. (Archivo Fam. Barra Goce).
<<Mi marido, al salir del hospital -cuenta “Choncha” con hondo sentimiento-, cuando aún no estaba recuperado del todo, fue lo primero que hizo: cumplir la promesa yendo de costalero a la procesión de la Virgen de la Salud que se celebraba por aquellas fechas en Santa Baia. >>
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Baiona, años cuarenta. Moncho Chamorro Domínguez y “Choncha” Barra Goce, cuando todavía eran novios. (Archivo Familia Barra Goce).
Durante unos años la familia vivió en “El Palomar”, un caserío de piedra medio abandonado que se había utilizado con anterioridad como bodega. Se lo alquilaron a una tía, a pesar de que ni siquiera se encontraba acondicionado para vivienda: sin agua, con el suelo de tierra, sin baño… <<Tenían un perro, “Sultán” -cuenta Marcos, el nieto-, que desde aquel monte, al ver llegar el barco de mi abuelo por las Islas Estelas, bajaba corriendo hasta el muelle a recibirlo. >>
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Baiona, A Ribeira, años cincuenta. Moncho Chamorro y “Choncha” Barra Goce.
Acompañada de su nieta Belén, “Choncha” sigue repasando los álbumes de la familia con detenimiento, y así sobre la marcha siempre encuentra algún conocido, algún personaje baionés, alguna escena… que merecen sus agudos y fiables comentarios. En ellos se ve reflejada con bastante precisión la idiosincrasia del pueblo de Baiona. Entre otras curiosidades, no había vecino que no tuviera su correspondiente apodo.
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<<A éste chamábanlle “o maricón”… e estas outras son unas hermanas que lle chamaban “as rubias”… este home blanqueaba casas… e ¡era un mullereiro!… ¿Sabes por qué lle chamaban ”a culebrona”? Porque fue abandonada de bebé en el cruceiro de la carretera de Gondomar, que tiene una culebra enroscada en la cruz hasta los pies de Cristo. Cuentan que su madre pertenecía a una familia distinguida de la zona, y que el nacimiento de su hija la comprometía mucho, porque su marido faltaba de casa desde hacía once meses. >>
1949. “Choncha” Barra Goce y su nieta María Belén Comesaña Chamorro, con poco más de un año. (Archivo Familia Comesaña Chamorro).
“Choncha” fue una mujer muy guapa, con muchos pretendientes. “Una morena muy vistosa, con bonitos ojos azules”, dice su nieta Belén que le contaba su madre.
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Baiona, finales de los sesenta. Moncho y “Choncha”, de paseo por el muelle. El mar, de aquella, estaba lleno de gamelas, lanchas motoras, barcos… que hoy, pasado el tiempo, se echan de menos en el paisaje y en la vida de Baiona. (Archivo Familia Barra Goce).
Como la mayoría de la gente de Baiona -sobre todo los descendientes de familias marineras-, “Choncha” mezcla continuamente en su conversación el idioma gallego con el castellano, formando una peculiar manera de expresarse. Lo justifican afirmando que hay palabras en nuestra lengua madre que no tienen traducción al castellano… y esto sí que es cierto.
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Baiona, años treinta. Filomena Domínguez, la suegra de “Choncha”, y su hijo Ramón Chamorro Domínguez, su futuro esposo. (Archivo Familia Barra Goce).
Baiona, años setenta. José Barra “o Judas”, padre de “Choncha” y marido de Ramona Goce Soliño, “a quintana”. (Archivo Familia Barra Goce).
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<< ¿Sabes por qué le llamaban “o collón” a mi suegro? -me explica “Choncha”- Porque su madre tenía una tienda de ultramarinos, de aquellas de antes, que también eran bar, e incluso pensión. Le ayudaban unas chicas jóvenes a atender el negocio, y un día, un cliente se metió con ellas. Se debió sobrepasar un poco… ¡tanto!, que la dueña se acercó al cliente y le dijo simplemente: “Respeta as rapazas, que si non vas quedar sin collóns, que eu sei ben como facelo”. Desde entonces le quedó “a collona”… y a su hijo, Ramón “o collón”. >>
Los suegros de “Choncha”: Filomena Domínguez y Ramón “o collón”
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Baiona, A Ribeira, años cincuenta. “Choncha” y Moncho, con “Quiquito”, un chico que vivía temporadas con ellos, y que era como un hijo. (Archivo Fam. Barra Goce).
<<Este rapaciño da foto foi coma un fillo pra nos. ¡Moito o quería meu home! -cuenta “Choncha”-. Era de una familia que vivía en la misma casa que nosotros, en la Rua Xogo da Bola, ellos arriba, y nosotros abajo, e hicimos una fuerte amistad que quedó sellada para toda la vida. El padre se llamaba Enrique Fieital Amor, su mujer, Maruja Guerra, y él, por entonces, estaba de sargento de Artillería en la guarnición de Cabo Silleiro. El matrimonio era de A Coruña, donde fijaron su residencia al jubilarse Enrique. Fallecieron los dos hace unos años. En verano, Maruja, la esposa del militar, invitaba a su hermana Merche a venir a Baiona. Andando el tiempo, acabó casándose con un baionés, Carlos Vilar “o Caringa”. Cuando al padre lo destinaron a Melilla, y más tarde a Villa Cisneros, el hijo mayor, “Quiquito”, vivió un tiempo con nosotros. Para mí, Maruja era como una hermana más, y sus hijos como si fueran mis sobrinos. Ellos siguen viniendo a Baiona a nuestra casa. >>
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En los años setenta, Enrique Fieital participó con su compañía en el conflicto internacional del Sahara español y en la guerra que se mantuvo contra el Frente Polisario. El duro e inacabable enfrentamiento armado, finalizó por fin con el acuerdo entre los países involucrados, además de otras condiciones, con el abandono de España de aquellas tierras en 1976. Enrique asistió a la posterior retirada de las fuerzas armadas del Sahara. Formaba parte del último regimiento que tuvo España en esa zona.
A Coruña, años sesenta. El matrimonio Enrique Fieital Amor y Maruja Guerra, con sus hijos Ángeles “Nena”, Victoria, Camilo y “Quiquito”.
A Coruña, años sesenta. Maruja Guerra, paseando con sus cuatro hijos: Camilo, “Quiquito”, Ángeles “Nena” y Victoria. (Archivo Familia Barra Goce).
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Baiona, Barrio de la Anunciada, años sesenta. “Choncha” Barra Goce, mujer muy guapa como se puede comprobar, con “Nena” y Camilo, los chicos de A Coruña.
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A Coruña, años sesenta. Moncho y “Choncha”, en casa de sus amigos íntimos, Enrique Fieital Amor y Maruja Guerra. (Archivo Familia Barra Goce).
<<Ellos venían mucho a Baiona a nuestra casa, y nosotros pasamos temporadas en A Coruña. Seguimos manteniendo la amistad de siempre con sus hijos. >>
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A Coruña, años sesenta. “Choncha” y su hija María del Carmen, acompañadas de Camilo Guerra, padre de su amiga Maruja. (Archivo Familia Barra Goce).
Años setenta. Enrique Fieital Amor, en el Sahara, poco antes de la retirada de las fuerzas armadas españolas de aquella zona. (Archivo Familia Barra Goce).
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María del Carmen Chamorro Barra, la hija de “Choncha”, nacida en Baiona en 1948, aunque no llevaba en sus apellidos el de Goce, pronto sacó a relucir sus innegables genes de artista. Mientras cursó estudios con las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”, siempre formó parte del elenco de alumnas que interpretaban sus ya míticas obras de teatro. Y en las procesiones de Semana Santa, la elegían para representar algún personaje bíblico, o algún símbolo religioso…
Baiona, 1955. María del Carmen Chamorro Barra, en la Procesión de los Pasos de Semana Santa, que por tradición organiza la Hermandad de la Santa Casa.
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<<Según me contaba mi madre -recuerda su hija Belén-, las monjas, por lo general, montaban obras infantiles que solían ser bastante divertidas, pero también en alguna ocasión llegaron a representar obras importantes, incluso del mismo William Shakespeare. En todas las actuaciones, se cuidaban mucho de la vestimenta y de los decorados. Esto se puede comprobar fácilmente por las muchas fotografías que circulan por Baiona. Mi madre me explicaba que los decorados los hacían las mismas alumnas, como es natural, bajo la dirección de las hermanas. Fue una pena que aquel teatro escolar no hubiese tenido continuidad. >>
1953. María del Carmen Chamorro Barra, a punto de comenzar una de las actuaciones corales con las monjas. (Archivo Familia Barra Goce).
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Baiona, 1953. Una de las actuaciones corales que montaban las monjas del “Colegio Virgen de la Roca” con sus alumnas. La tercera por la izquierda -con un collar- es María del Carmen Chamorro Barra. (Archivo Familia Barra Goce).
1960. Esta vez, a María del Carmen le toca interpretar el papel de campesina.
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Baiona, Hospital Sancti Spiritus, 1962. María del Carmen Chamorro, en el jardín, preparada para su papel de madame en una obra de teatro con las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”. (Archivo Familia Barra Goce).
Recuerdan los baioneses de aquellos años, sobre todo los padres, hermanos, tíos, abuelos… de los intérpretes, que las actuaciones corales y teatrales que montaban las monjitas, se representaban siempre con enorme brillantez. Si a esto añadimos, que cada actor o actriz conllevaba la asistencia de, al menos, cuatro familiares, se explica que en muchas ocasiones el local fuese completamente insuficiente para albergar tanto público.
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En esos años de niñez en la escuela de las monjas, no faltó la típica escena de colegial, que una vez al año plasmaban los fotógrafos del lugar para que sirviese de recuerdo para la posteridad.
“Colegio Virgen de la Roca”, 1956. La alumna María del Carmen Chamorro Barra.
Como tampoco falta en el álbum familiar la imagen de la niña en el caballito que se encontraba en la calle de Elduayen, unos dicen que en las Verísimas, y otros, en la barbería de Manolo “cara de lata”. Una moneda… a cabalgar… y la foto.
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Llegada la edad aconsejable, las monjas preparaban la Primera Comunión de las niñas con estricta religiosidad y disciplina. Luego, en una misa solemne en la Colegiata, rubricaban el trascendental ritual de los católicos. Las madres se encargaban de vestir a sus hijos de la mejor manera posible.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1956. María del Carmen Chamorro Barra, a los ocho años, en su Primera Comunión. (Archivo Familia Barra Goce).
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1958. Ramona Barra Goce, con su sobrina María del Carmen y su amiga “A pequena”. (Archivo Familia Barra Goce).
María del Carmen, la hija única de “Choncha”, ocupa por completo las páginas del álbum familiar. Siguiendo con rigor las escenas que va ofreciendo, se observa el paso natural de la niñita a la chica mayor, que ya aparece con sus amigas, en sus paseos por la villa, por la playa, con sus labores cotidianas, su religiosidad, en actividades culturales… Comenzaba su tiempo de presumir, de cuidar su peinado, sus vestidos… Era una moza bien guapa como su madre, y que seguramente llamaba la atención por la calle.
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Años sesenta. María del Carmen, con una tina en la cabeza, en la puerta de la tienda de Marita. Le acompañan Marita con su perro, y unas niñas del barrio.
1966. María del Carmen, en la procesión de la Soledad de la Virgen de los Dolores.
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Años sesenta. María del Carmen Chamorro Barra, hija de “Choncha”.
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Baiona, A Ribeira, 1966. María del Carmen, de pie a la derecha, con sus amigas Carmela, María del Mar y Fátima, de paseo por el pueblo en un soleado domingo primaveral. (Archivo Familia Barra Goce).
Por el bonito estilo de vestir de las jóvenes, se puede adivinar que la villa ya vivía por entonces, años sesenta, momentos de bonanza, una vez superadas las pronunciadas crisis económicas que hubo de soportar a lo largo de más de un siglo. Primero, a mitad del XIX, con la marcha de toda la guarnición de soldados instalada en Monte Boi al perder su condición de punto estratégico militar;
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después, en la misma época, al dejar de ser el puerto comercial exclusivo de la Galicia Sur; luego, en los inicios del XX, le afectaron la decadencia monárquica y el cambio a la república; y finalmente la Guerra Civil y la postguerra asolaron a Baiona de tal manera que se llegó a pasar situaciones de miseria generalizada. Sería la pesca, con la mejor flota de Galicia de entonces, y dicen que con los mejores patrones y marineros, la que marcaría un tiempo de progreso en la villa que se empezó a hacer notar desde los años cincuenta.
Baiona, 1967. María del Carmen Chamorro Barra en la Praia de A Barbeira.
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Baiona, 1967. María del Carmen Chamorro Barra, Fátima y otra amiga, por la Praia de A Barbeira. (Archivo Familia Barra Goce).
El turismo emergente de principio de siglo, perdido a causa de la Guerra Civil, va recuperándose, y los mismos baioneses comienzan a disfrutar del ocio en las playas. A Concheira, A Ribeira y A Barbeira, las más concurridas.
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Los Goce, como hemos podido comprobar por numerosos testimonios fotográficos, han sido históricamente componentes asiduos de la “Danza de las Espadas”. Sus genes de artistas salen a relucir con facilidad, y a lo largo del siglo pasado, será muy raro encontrar un grupo donde no haya la obligada representación de la saga. Cuando en los años sesenta, para presentarse a un Concurso Nacional organizado por la Sección Femenina, se formó un grupo mixto de la “Danza de las Espadas”, como es natural, no podía faltar algún Goce. Allí nos encontramos con la hija de “Choncha”, María del Carmen Chamorro Barra, que aunque no heredó directamente el apellido, si conservó los genes de artista de sus antecesores. Tenía entonces dieciséis años.
Estación del tranvía de La Florida (Vigo), junio de 1967. El “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona”, con los gaiteiros detrás, desfilando hasta el lugar de las fiestas de San Antonio. Encabeza la marcha el “capitán”, Ángel Cedeira. María del Carmen Chamorro Barra es la tercera en la columna de la izquierda, justo delante del “pandereta”
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<<En 1967 salimos por primera vez de Baiona para bailar la “Danza de las Espadas” -explica Pepe Costas, uno de los componentes del grupo mixto-. Nos llamaron de las fiestas de San Antonio de la Florida, en Vigo. Nos trasladamos en tranvía, y desde la estación hasta la explanada que había delante de la iglesia, donde se celebraba la fiesta, fuimos desfilando al son de las gaitas y los tamboriles. >>
Vigo, “Fiestas de San Antonio de La Florida”, 1967. El “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona”, desfilando hasta la iglesia. Ángel Cedeira, el “capitán”, encabeza el grupo. María del Carmen es la primera por la izquierda.
“Mi madre solía ser la ´pandereta´ del grupo”, cuenta su hija Belén. El “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona” lo formaban nueve hombres y ocho mujeres, y durante dos años seguidos fueron campeones regionales y acudieron a Madrid a representar a Galicia en los concursos nacionales. A los marineros no les gustó nada que bailaran las mujeres la “Danza de las Espadas”, que según ellos, por tradición de siglos, sólo le correspondía bailar a los hombres. Tal vez por ello, el grupo duró poco, algo más de un par de temporadas. En la actualidad, la danza permanece reservada en exclusiva para el género masculino… aunque ya se levantan voces.
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Actuación del “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona” en las “Fiestas de San Antonio” de La Florida. En la fotografía de arriba, Maria del Carmen es la del medio; en la de abajo, la primera por la izquierda. (Archivo Familia Barra Goce).
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El “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona” iniciaba aquí una serie de brillantes actuaciones lejos de la villa, que los llevaría un año después a representar a Galicia en Madrid.
San Antonio de La Florida (Vigo), 1967. “Grupo de Danza de la Sección Femenina”. Arriba: Pili “de Josesito”, José Manuel Blach, Guillermo Agustín, Ángel Cedeira, Miguel, Moncho Carneiro, Arturo y José Manuel Blach, Senel, Luis Blach y Pepe Costas. Abajo: la hija “de Josesito”, Carolita, Carmela Vilar, “Mini” Vilar, “Luca” González, María del Carmen Chamorro Barra, María del Mar y María del Carmen Carrillo Goce, “a checa”.
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El 16 de noviembre de 1969, María del Carmen Chamorro Barra, se casa en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona con Belarmino Comesaña Prado, natural de Coruxo. Los baioneses enseguida lo apodaron con el nombre de su pueblo, “Coruxo”. La celebración se hizo en el “Hotel Bayona”.
Baiona, 1969. María del Carmen Chamorro Barra, en el día de su boda con Belarmino Comesaña Prado. (Archivo Familia Barra Goce).
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Al ver las fotografías de su hija, “Choncha” se emociona y unas lágrimas caen por sus mejillas. <<Mi hija era muy guapa… ¡y muy buena! Se murió de repente hace cuatro años…-las lágrimas de “Choncha” se convierten ahora en sollozos-. >>
Baiona, 1969. Belarmino Comesaña Prado, “Coruxo”, el día de su boda.
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En 1980, Mary Carmen, a impulsos de su creatividad y de unas pequeñas enseñanzas de su suegro, abre una floristería en Baiona, siguiendo unas pautas casi por completo autodidactas. Aunque ha perdido el apellido Goce de forma expresa, conserva los mismos genes de artista de sus predecesores, que no tardan en emerger con vitalidad para destacar enseguida en la elaboración de toda clase de arreglos florales, de vistosos coloridos y plenos de armonía. Bodas, convenciones, eventos religiosos, celebraciones especiales… son objeto de su trabajo. Pronto comienzan a llamarla de toda la comarca… y cuando llega la festividad de la Virgen del Carmen, ayuda a las “galanas” en la Colegiata, y en Semana Santa, adorna en la capilla de la Misericordia los pasos de la Santa Casa. Hoy en día sigue haciéndolo su hija Belén. Los baioneses, siempre agudos y expresivos en sus apodos, empiezan a conocerla como “a floristera”.
Baiña, “Vila Guadaira”, 2012. “Choncha” Barra Goce, “a quintana”, y sus hija María del Carmen Chamorro Barra, “a floristera”. (Archivo Familia Barra Goce).
Durante más de veinte años trabajó para el Parador Nacional Conde de Gondomar en la decoración de todo tipo de eventos, y en muchas ocasiones, haciendo preciosos ramos para la Familia
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Real española, así como para autoridades y famosos que visitaban nuestra villa. Entre sus clientes importantes se encontraban también los Concellos de Baiona, Nigrán y Gondomar. Varias veces se desplazó a zonas de Ourense y A Coruña, para realizar decoraciones de boda.
Baiona, Colegiata de Santa María, 1978. Belén Comesaña Chamorro, hija de María del Carmen, en el altar mayor de la iglesia, preparada para la procesión.
Pero las dotes creativas de Mary Carmen no se ceñían tan sólo a la floristería. En la confección de disfraces para carnavales llegó a conseguir premios en discotecas y desfiles. La revista “Patrones” le concedió también un premio en un concurso, publicando después uno de sus diseños.
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Asimismo, un disfraz ideado y confeccionado por Mary Carmen, fue utilizado en el programa televisivo “Hablando se entiende la vasca”, presentado por Jesús Vázquez.
Baiona, Convento de las Hermanas Dominicas, 1978. Procesión del Sagrado Corazón de Jesús. Belén Chamorro Comesaña, a la derecha, con una compañera de Catequesis. (Archivo Familia Barra Goce).
<<Por supuesto, mi madre -comenta Belén-, hacía trajes medievales para toda la familia en la Fiesta de La Arribada. Mi padre, aunque trabajaba de encargado en Citroën, siempre le apoyaba en sus ideas emprendedoras, y acababa ayudándole en todos sus proyectos. >>
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Vigo, 1981. El matrimonio María del Carmen Chamorro y Belarmino Comesaña, con sus dos hijos Marcos y Belén. (Foto Mary Quintero. Archivo F. Barra Goce).
Cuando su hija Belén estuvo en edad de formarse, Mary Carmen le fue inculcando todas sus ideas sobre el arte floral, para enviarla más tarde a las dos grandes escuelas que había por entonces en España: “Escuela Española de Arte Floral” en Madrid y la escuela valenciana.
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Belén Comesaña Chamorro continúa con la floristería de su madre, y también trabaja en tres floristerías de las más importantes de Vigo y comarca.
“Parador Nacional Conde de Gondomar”, años noventa. El rey don Juan Carlos felicita a Belén Comesaña Chamorro por los bonitos ramos florales creados para su familia. (Archivo Familia Barra Goce).
<<Mi hermana Belén -comenta Marcos al ver esta fotografía- es una verdadera artista con las flores. Un día me mandó a recoger un tronco podrido, lleno de suciedad, tirado en una pequeña finca del centro de Baiona. Pesaba más de treinta kilos, y yo que aún era un rapaz, casi no podía con el. Iba echando pestes por todo el camino, y preguntándome para qué lo querría mi hermana. Al cabo de unos días me encuentro el tronco en el escaparate de la floristería, y aquella materia muerta, sucia y abandonada, había cogido una vida esplendorosa con las flores y las plantas que le colocó Belén. >>
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<<Mi hermana cuenta con una intuición especial para el arte floral heredado de su madre, pero aparte tiene una técnica sorprendente fruto de sus muchos estudios. >>
1972. Belén Comesaña Chamorro, con dos añitos.
<<Yo era una niña muy mona de pequeña: rubita, ojos azules, menuda… -recuerda Belén-. Polo, el profesor de baile gallego, que impartía clases en Baiona por entonces, me ponía a bailar con tres añitos, junto a un niño de un año más, para hacer la gracia en las actuaciones del grupo. Me incomodé con él porque me gritaba mucho, y lo dejé. >>
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<<Pasados más de treinta años, en el “Día da Muiñeira” que se celebra todos los años en Vigo, acompañando a mi hija Irene, del grupo de baile de Baíña, me encontré con Polo. Me reconoció enseguida, y se acercó a saludarme. Y aquel niñito, le comenté al maestro, que hacía pareja conmigo en el grupo de baile de Baiona, es hoy mi marido. >>
Baiona, 1974. Belén, junto a un grupo de gaiteiros en un pasacalle de la “Fiestas de La Anunciada”. (Archivo Familia Barra Goce).
Se deduce por esta fotografía que los genes musicales de los Goce, afloraban pronto en Belén, que ya de muy niña se acercaba a escuchar y acompañar a los gaiteiros.
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Baiona, A Ribeira, 1974. Arriba: los dos hermanos Marcos y Belén Comesaña Chamorro. Abajo: acompañados de Julio y Luz María, unos amigos veraneantes de Ourense. (Archivo Familia Barra Goce).
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Baiona, A Ribeira, 1974. Yolanda Barra Goce, hermana de “Choncha”, con Marcos y Belén, hijos de Mary Carmen. (Archivo Familia Barra Goce).
<< La saga de marineros de los Goce quedó suspendida en nuestra familia durante tres generaciones -cuenta Belén-. La abuela “Choncha” no tuvo hijos; mi padre no fue marinero; tampoco los nietos de “Choncha”. Hasta que llegó Miguel Méndez Chamorro, mi marido, no se recuperó la legendaria profesión familiar. Miguel Méndez Chamorro es descendiente directo de una conocida saga de marineros. A su abuelo Augusto le apodaron “Jurelitos”, mote que ya les quedó a sus hermanos y a sus hijos.
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Todos ellos trabajaron muchos años en barcos de pesca de bajura, y también de altura. El abuelo tuvo varios barcos, entre ellos el “Julio Bueno” y el “Guadaira”. Mi marido es Capitán de Pesca Mayor y de Cabotaje, y anduvo embarcado en bajura y en altura. Faenó en las distintas artes de pesca: al calamar, a la pota, al pez espada, en el arrastre al langostino y a la merluza… En la actualidad, 2017, está embarcado en el “Txori Zuri”, un atunero vasco. Lleva ocho años en este barco. Ha pescado en casi todos los mares del mundo. >>
El atunero “Txori Zuri”, de la armadora vasca “Impesca”.
<<Nos casamos en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona el 6 de enero de 1994, día de Reyes. Llevaba el mismo vestido de novia de mi madre, que también se casó en la Colegiata, y de mi tía-abuela Pepa Barra Goce, la hermana pequeña de “Choncha”, que lo había estrenado en Londres. Así que tres generaciones nos hemos casado con el, y espero que alguna sobrina o hija continúe la entrañable tradición. >>
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 6 de enero de 1994. Boda de Miguel Ángel Méndez Chamorro y Belén Comesaña Chamorro.
Los novios, Belén y Miguel Ángel.
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BelĂŠn, con el vestido de novia de su madre y de su tĂa-abuela.
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<<Mi hermano Marcos -explica Belén- hizo varios cursos de Formación Profesional en el Val Miñor y en Vigo, y al mismo tiempo, para financiarse los estudios, trabajó en varias empresas, hasta que acabó montando la suya propia en Baiona. >> Marcos Comesaña Chamorro, el nieto de “Choncha”, según cuenta él mismo, anduvo más de un verano de marinero en el “Carmiña”, fue camarero en el “Club de Yates”, albañil con “Mario Puentes”… ”hasta estuve de disc-jockey en “Interprise” durante doce años, en las noches del viernes, sábado y domingo”. Siempre trabajó para poder estudiar Electricidad, Electrónica y Comunicaciones… Está casado con Raquel Losada Otero, y tienen dos niñas, Lorena y Lara, de nueve y seis años. Propietario de la empresa “Electrocom”, es en la actualidad, 2017, presidente de la “Asociación de Empresarios de Baiona”, directivo de la “Confederación de Empresarios de Pontevedra”, director de “Grupo de Desenvolvimiento Rural”, pertenece a la “Acción Costeira del Mar”…
La familia de Marcos, en un reciente viaje de turismo a San Sebastián. A la izquierda, las hijas Lorena y Lara; a la derecha, el matrimonio Raquel y Marcos.
<<Pocos baioneses de mi generación pueden decir como yo, que nacieron en la misma cama en donde duermen actualmente.
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Soy baionés de pura cepa. La mayoría nació en un hospital de Vigo, y yo nací en Baiona, en Marqués de Quintanar, 39, y la matrona fue mi tía-abuela Yolanda, hermana de “Choncha”. Hoy en día sigo en la misma casa con mi familia. Pude haberme cambiado a otra vivienda, pero a mi me gusta seguir en esa casa, donde viven desde siempre mis primos, mi tía… Mi padre, Belarmino Comesaña, era un mecánico formidable, y tras recibir la adecuada formación de Citroën, lo nombraron encargado. Viajaba a menudo a Francia para ponerse al tanto de las novedades. Él me fomentó siempre el trabajo, los estudios y el afán de superación. En el servicio militar había sido chofer de la escolta personal de Franco. >>
Baiña, “Vila Guadaira”, 2012. María del Carmen Comesaña Chamorro con tres de sus nietos: Irene Méndez Comesaña, y Lara y Lorena Comesaña Losada. (Archivo Familia Comesaña Chamorro).
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A su vez, Belén Comesaña Chamorro y Miguel Ángel Méndez Chamorro, tienen dos hijos: Irene y Miguel Ángel, y acaban de adoptar a una niñita filipina, Anne, recogida en Manila con nueve meses.
Vigo, Colegio Amor de Dios, 2010. “Choncha”, y su hermana Susa Barra Goce, en la Primera Comunión de Miguel Ángel Méndez Comesaña, hijo de su nieta Belén.
Anne Méndez Comesaña.
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A Coruña, 2015. Belén y su hija Irene, en la boda de su amigo Enrique Fieital.
En la actualidad, Irene, la hija mayor, está acabando en Ferrol el proyecto de fin de carrera de Ingeniería Naval. Y por otro lado, también ha sacado recientemente el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo. Es evidente, que Irene Méndez Comesaña, mantiene de esta manera esa profunda relación con el mar que históricamente han tenido los Chamorro -por parte de padre- y los Goce -por parte de madre-.
Familia Méndez Comesaña, 2016. Belén Comesaña Chamorro y su marido Miguel Ángel Méndez Chamorro, con sus tres hijos: Irene, Anne y Miguel Ángel.
La tradición familiar de los disfraces se sigue conservando en la familia de Belén con todo el rigor, y no se deja pasar ni un solo
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aniversario de La Arribada sin vestirse de época. Madre e hijos no fallan a la cita anual.
Bayona, “Fiesta de la Arribada”, 2017. Belén Comesaña Chamorro, con sus tres hijos, Irene, Anne y Miguel Ángel, vestidos de época.
Ahora, en 2017, Belén cuida de la abuela “Choncha”, que vive con ellos en “Vilaguadaira”, la casa familiar de Baíña, que lleva su nombre en honor al “Guadaira”, uno de los barcos de pesca del abuelo Augusto Chamorro, “jurelitos”. Perdido el apellido Goce para su descendencia con la abuela materna, “Choncha” Barra Goce, la nieta acostumbra a lamentarse a menudo de no conservar en la familia el mítico apellido baionés. Lo mismo les ocurre a otros muchos descendientes de los Goce, que también lo han perdido. Me dice un abogado amigo, que no hay más que personarse en el Juzgado, y solicitar el registro del apellido Goce, añadido a uno de los otros… y pagar las correspondientes tasas. En el caso de Belén, podría ser, por ejemplo: Belén Comesaña Chamorro-Goce.
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V. Los Goce y los Denis en el baile gallego
Cuando llegaron los primeros Goce a la villa en 1890, y aún antes, el primer Denis en los setenta, las danzas tradicionales del pueblo se bailaban en Baiona desde siempre. Nunca faltaron en las fiestas patronales, en las celebraciones de todo tipo, en las romerías… El folklore gallego existe entre los baioneses desde tiempos inmemoriales, y los orígenes de sus danzas y de sus músicas se pueden remontar a bastantes siglos atrás, a aquellas épocas de los antiguos reyes, de los príncipes, de condes y marqueses… de los cientos de personajes históricos que ocuparon la fortaleza de Monte Boi a lo largo de los años. Los vecinos del pueblo, hombres y mujeres, bailan al son de la gaita, del tamboril y de o pandeiro desde los tiempos más remotos, y expresan con sus movimientos acompasados, vibrantes unas veces, lentos otras, las costumbres ancestrales de sus gentes, las de la costa y las del interior, manifiestamente diferenciadas entre ellas a través del baile. Ya en una época más reciente, se tienen testimonios de la presencia en Baiona de grupos de baile gallego en las representaciones teatrales de los años diez, veinte y treinta del pasado siglo. Con el estallido de la terrible guerra civil, y a continuación con la no menos terrible postguerra, quedaron prácticamente suspendidas durante casi dos décadas todas las actividades sociales y culturales en el país. Hasta los años cincuenta ya no se encuentran noticias del baile gallego en la villa. La Sección Femenina del régimen de Franco, dirigida en Baiona por entonces por Julia Varela y Gina Troncoso, sería la que tomase a su cargo la creación de un “Grupo de Baile Regional”. A partir de ese momento, la presencia de Goces y Denis en las agrupaciones de danza gallega, se viene repitiendo sin pausa a lo largo del tiempo. Podemos casi asegurar que no hubo hogar de las citadas sagas familiares que no tuviera alguna etapa en la que el baile gallego formara parte importante de su actividad cotidiana. La vena artística de sus antecesores, manifestada en repetidas ocasiones
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en el teatro, en el canto, en la música… también tuvo su espacio destacado en el floklore regional. Entre las pioneras del baile gallego en Baiona, encontramos a Pitusa Coello Denis, a María del Carmen Carrillo Goce “a checa”, a las hermanas Moncha y Paruca Goce Denis, a Narda y Teté Goce Mosquera, a Aurora Iglesias Goce, a María del Carmen Chamorro Barra -hija de “Choncha” Barra Goce-…
Baiona, 1950. Grupo de baile gallego de la Sección Femenina. Arriba: Toñita Salgado, Emilia Cedeira, Mercedes “coruxeira”, Marita Vázquez y María del Carmen Carneiro. Abajo: Florita Cadilla, Chicha Vilar, Narda Leyenda y Pitusa Coello Denis.
En 1967, tras la inauguración del “Parador Nacional Conde de Gondomar”, comienzan a celebrarse las primeras cenas medievales en su taberna, amenizadas, entre otros actos representativos, con la actuación de un grupo de baile gallego. Se forma entonces el “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona”, que además añade la tradicional “Danza de las Espadas” al clásico repertorio. La baionesa “Luca” González, de la Sección Femenina de Vigo, fue la primera profesora en impartir clases a este grupo, que posteriormente representaría por dos veces consecutivas a Galicia en el “Concurso Nacional de Coros y Danzas”, celebrados en Madrid, con la legendaria “Danza de las Espadas”. En 1968 actuaron en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, y en 1969 en el Teatro
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Español, consiguiendo en ambas ocasiones el “Primer Premio Nacional de Danzas Tradicionales”. “Entre el público se encontraban muchos de los veraneantes madrileños de Baiona”, cuenta uno de los bailadores del grupo.
Madrid, Plaza de Santa Ana -frente al Teatro Español-, 1968. “Grupo Mixto de la Danza de las Espadas de Bayona”, Primer Premio en el “Concurso Nacional de Coros y Danzas”. Arriba: Carlos “Puskas”, Moncho Carneiro, Martín, Suso Vilar, Carlos Almansa, Julia Varela, Pepe Costas, Xosé Manuel “Vasco”, Chicho Carneiro, y Arturo Blach. Abajo: Maruja, María del Mar, Loli, “Luca” González, Narda Costas, Marí Carmen Carrillo Goce, Mari Luz y “Nini” Vilar.
Romería de la Virgen de la Roca, 23 de agosto de 1970. Entre jotas y muiñeiras se repartía el baile del “Grupo de Danza de la Sección Femenina de Bayona”. “Nini” Vilar, “Luca” González, Mari Luz Blach, Mari Carmen Carrillo Goce, Marujita…
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A finales de los sesenta, la Sección Femenina de Baiona centra su actividad folklórica en las escuelas, y en ellas crean grupos para iniciar a las niñas en el baile regional.
Casino de Baiona, agosto de 1968. “Grupo de Baile Gallego” de la Sección Femenina, todavía sin trajes regionales. De izquierda a derecha: Juli “a Cachú”, Carmeli Figueirido, Teté Goce Mosquera, Sefa Figueirido, Moncha Goce Denis, Salud “a do Aral”, Paruca Goce Denis y María Flor. (Archivo Familia Goce Denis)
Baiona, julio de 1969. El “Grupo de Baile Regional” de la Sección Femenina, actuando en el Salón Parroquial, por entonces situado en los bajos del Convento de las Dominicas. Entre ellas, Carmeli Figueirido y Paruca Goce Denis.
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Baiona, Salón Parroquial, años sesenta. Arriba: Aurora Iglesias Goce, Tere Costas Miniño y Estela. Abajo: Julia Goce Mosquera, Merche y Clarisa. (Archivo Familia Iglesias Goce).
Con mayor o menor actividad en las décadas de los cincuenta y sesenta, el baile gallego se venía conservando gracias a la labor de la Sección Femenina, hasta que en 1970 irrumpe en Baiona el profesor Wenceslao Cabezas del Toro, conocido popularmente por “Polo”. <<Ya venía a Baiona con apenas cinco años -recordaba “Polo” hace poco-. Mi padre era marinero, y de aquella, 1948, andaba de patrón de pesca en el “Espada I”, un barco de los Maciel. A veces me traía con él en el tranvía, y me acuerdo que parábamos en el “Naveira”. >>
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<<Veintidós años después, en 1970, yo llegaba a Baiona con el baile gallego, pero no auspiciado por la desaparecida Sección Femenina, sino gracias a la amistad que mantenía con mi maestro, Manuel Copena Araújo, “Nolete”, que me había dado clases en el Instituto Santa Irene de Vigo. Cuando era alcalde de Baiona, me llamó varias veces en las fiestas patronales para que viniera con nuestro grupo de gaitas “Airiños do Parque de Castrelos”. >>
Grupo de Gaitas “Airiños do Parque de Castrelos”. “Polo” con su pandeiro.
<<Recuerdo que entrabamos en Baiona a las nueve de la mañana, tocando siempre la “Danza de las Espadas”, y así despertábamos a la villa. Luego, acompañados de los “Gigantes y Cabezudos”, salíamos del Concello para recorrer los barrios del pueblo, desde el centro hasta Santa Liberata, Covaterreña, A Percibilleira, O Burgo…. >> De ahí surgió en “Polo” la idea de crear una escuela de baile regional en Baiona… y con su acostumbrada decisión, eficacia, y su inmensa pasión por la danza gallega, la puso en marcha. Le autorizaron a ensayar en el hall del Concello, y durante diecisiete
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años, todos los jueves, de 8 a 11 de la noche, trabajaba el “gran maestro” de nuestro folklore con sus alumnos baioneses.
1976. Nélida Cedeira Goce, en la Virgen de la Roca, bailando con “Gito” Leyenda en los “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”. (Archivo Familia Cedeira Goce).
<<Por entonces, la biblioteca municipal estaba instalada en el Concello, y abría por las tardes. Lo primero que tenía que ha-
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cer al llegar al ensayo, era baldear el hall, porque la gente orinaba por allí, y había un olor insoportable. >> ”Polo” aclara que su “Grupos de Danzas Regionales” no dependía de nadie: ni del Concello, ni de la Sección Femenina, ni de la Diputación “… ni de nadie. El grupo lo llevaba yo sólo, y nunca dejé meterse en mi trabajo a ningún padre, ni madre, ni alumnos… que ya hubo algunas madres que lo intentaron”. En sus inicios, y durante diez años, “Polo” jamás cobró a ningún alumno por sus clases, a pesar del evidente gasto de transporte desde Vigo que soportaba, de su tremendo esfuerzo y entrega… y de que llegaba de regreso a su casa a las doce de la noche.
Baiona, A Palma, 1976. Nélida Cedeira Goce, con el grupo de baile gallego de Polo. Entre otros: “Gito” Leyenda, Marisa… (Archivo Familia Cedeira Goce).
<<Coincidí con cuatro alcaldes, Manuel Copena Araújo “Nolete”, Alfonso Mandado, Celso Carneiro y Benigno Rodríguez Quintas “Chicho”, y durante sus mandatos, el Concello de Baiona nunca me dio ni una sola peseta. Lo que hacía para sobrevivir a los gastos, era pedirle a la Diputación que nos concediera actuaciones, y así íbamos tirando. Bailamos en O Rosal, en Cambados, en Redondela, en A Guarda… y con ese dinero que nos pagaba la Comisión de Fiestas, cubríamos el costo del autobús y el pago del Grupo
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de Gaitas que había que contratar. Abrimos una cuenta, y con lo que sobraba, fuimos comprando unas patelas, unas cofias, se hizo el banderín… >>
Bayona, 1976. “Li” Goce Mosquera, con su sobrina “Nely” Cedeira Goce, antes de una actuación con los “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”. (Archivo Familia Goce Mosquera).
Los trajes para las actuaciones los adquirían o confeccionaban las madres de los propios alumnos, o bien los alquilaban en Vigo… y hubo también casos en los que niños y niñas, hijos de marineros muy modestos, no podían ni una cosa ni la otra. <<Me daban mucha pena ver cómo algunas niñas no podían bailar por no tener ropa… a veces me venían llorando… Y entonces, yo traía de Vigo siete u ocho trajes para cubrir estas eventualidades. >>
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En estos tiempos de “Polo”, en los que el grupo llegó a tener más de ochenta alumnos, los Goce formaron parte entusiasta y apasionada del baile regional, sacando a relucir con generosidad sus genes de artistas. <<En aquella época -sigue contando “Polo”- bailábamos delante del Monumento a Pinzón, en A Palma, delante del Concello, y de vez en cuando en el Parador Nacional. Cuando actuábamos aquí, teníamos que llevar todo muy preparado: los trajes, los bailes, la presentación… Eran jornadas de gran relevancia en la villa. Y por supuesto, nunca faltamos en la “Fiesta de la Virgen de la Roca”. >>
Baiona, “Fiestas de la Virgen de la Roca”, años ochenta. “Polo”, con Antonio de Mauricio, por entonces concejal del Concello de Baiona, en la cantina del recinto. (Del libro “Historia de Bayona”).
Alguna gente de aquella época mantiene que “Polo” era un estupendo profesor, pero muy duro y exigente. Cuentan que a veces gritaba algo de más, y esto, algunos niños no lo llevaban demasiado bien… y mucho menos sus madres. <<Yo jamás insulté o dije palabrotas a mis alumnos. Chillaba porque era necesario para imponer respeto y concentración, pero de “tacos”, nada de nada. Y efectivamente, me acuerdo de que le llamaba mucho la atención a Mari Luz Blach, la pelirroja, y que le gritaba: “¡Roxa! ¡Move as pernas!”. >>
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Dora Goce Pérez, la hija de “Cabecitas”, se acuerda como si fuese hoy, que ella lo tuvo que dejar porque no soportaba las riñas de “Polo”. “¡Lo sentí tanto!… Me gustaba mucho el baile gallego. En cambio, mi hija María Teresa bailó con él desde los ocho años. Cuando “Polo” se fue, continuó con Eduardo en la Escola de Danza “Vila de Baiona” hasta finales de los años noventa”.
Baiona, “Fiestas de la Virgen de la Roca”, 20 de agosto de 1986. “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”. Entre las bailarinas se encuentra la pequeña de ocho años, “Teri” López Goce. Su abuela Teresa recuerda: “Daba gusto verla bailar con aquella frescura y con tanta gracia. Decía la gente que llevaba el arte de los Goce en la sangre”. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Pérez).
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Algunos visitantes asiduos de Baiona, comentan que en aquellos años, al llegar en un fin de semana o en un día festivo a la villa, lo primero que se encontraban eran los niños y niñas de “Polo” con sus trajes regionales.
Baiona, 20 de agosto de 1978. “Fiestas de La Anunciada”. Isa Goce Denis, con sus hijas: “Mili” Fernández Goce -bailaba en el grupo de “Polo”-, su hermana Rebeca -bailaría unos años después con “Luca” González y con Eduardo Alves da Costa-, y Ana –que también bailó con “Luca” y Eduardo-. (Archivo Familia Fernández Goce).
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Baiona, 1978. Ana Fernádez Goce, con el traje regional, al lado de su hermana Rebeca, que copiaría más adelante la afición de sus hermanas mayores, y luciría unas magníficas dotes para el baile gallego. (Archivo Familia Fernández Goce).
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Baiona, años setenta. Las gallegas que posan en el puerto pesquero antes de una actuación, bailaban en los “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”, dirigidos por “Polo”. Arriba: Dori, Clarisa y Merche. Sentadas: Sefa, Quini, “Tete” Goce Mosquera y otra compañera. (Archivo Familia Goce Mosquera).
1978. Li Goce Mosquera bailó con “Polo” desde niña hasta la adolescencia. (Archivo Familia Goce Mosquera).
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Durante las décadas de los setenta y ochenta, ya se acostumbraba a conmemorar “La Arribada” de La Pinta -no estaba instaurada la fiesta actual-. Así que el primero de marzo se celebraban una serie de actos con la presencia de autoridades locales y provinciales, y también a veces con una representación de Palos de la Frontera, a raíz del hermanamiento surgido entre las dos villas colombinas.
Baiona, A Palma, años ochenta. Celebración del aniversario de “La Arribada”. Actuación del “Grupo de Gaitas Airiños de Castrelos” y del “Grupo de Danzas Regionales de Bayona”, ante las autoridades que presidían el acto. Entre ellas, el presidente de la Xunta, Fernández Albor, el conselleiro, Díaz Jáudenes, y el alcalde de Baiona, Benigno Rodríguez Quintas. El maestro “Polo”, en primer lugar, con su pandeiro bajo el brazo, al lado del grupo de gaitas.
En estas conmemoraciones de “La Arribada” solían actuar un “Grupo de Baile de la Casa de Andalucía” de Vigo, el “Grupo de Danzas Regionales de Bayona”, y en ocasiones, gracias a la intervención de la Deputación de A Coruña, acudía el “Ballet Gallego Rey de Viana”. <<De manera, que hay tienes a “Polo” -cuenta él mismo en tono quejoso-, preparándolo todo para estos grupos que venían… Y Rey de Viana era un personaje muy retorcido. Si no encontraba de su gusto el lugar donde iban a bailar, o no contaba
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con planchadoras para los trajes, o no había mimosas en el escenario… enseguida rechazaba la actuación. Y ocurrió muchas veces que no aparecían ni de la “Casa de Andalucía”, ni del “Ballet Gallego Rey de Viana”, y entonces era mi grupo el que tenía que resolver la situación. >>
Baiona, Parador Nacional, años ochenta. Rey de Viana y su esposa, Victoria Caneda, después de una actuación con su ballet, con motivo del aniversario de La Arribada. Le acompañan los bailadores del grupo de “Polo”, Suso Alar y “Mati” Montaña.
A lo largo de toda la conversación que mantuvimos, “Polo” se manifestó siempre como un gran amante de la villa baionesa. <<Alguien te contó que me había ido “harto de Baiona”, y no fue exactamente así. Me fui tremendamente decepcionado, y hasta hoy que nos hemos citado aquí, llevaba treinta años sin pisar Baiona. Y ya ves, después de tanto tiempo, aún me acaban de reconocer por la calle. A pesar de todo lo que pasó, yo a Baiona la quiero mucho. >> Durante esos años, “Polo” recibió a menudo el afecto de los baioneses, y siempre fue, a pesar de su fuerte carácter, un profesor querido y respetado. Me muestra con mucho orgullo algunos de los obsequios que recibió en esa primera década de enseñanza en Baiona: un cruceiro de plata, una artística gamela, un precioso
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esmalte de los Hermanos Hernández enmarcado en un cuadro… y todos, con la consabida placa de agradecimiento a su meritorio y desinteresado trabajo.
Baiona, A Palma, años ochenta. Los “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”, dirigidos por “Polo”, bailando delante del desaparecido escenario en unas “Fiestas del Carmen”.
A mediados de los setenta, siendo alcalde Celso Carneiro, y Antonio de Mauricio, concejal de Cultura, el Concello de Baiona y los padres de los alumnos le ofrecieron a “Polo” un caluroso homenaje en un restaurante de la villa. También conserva con gran estima la placa de plata que le regalaron.
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<<Tengo en casa un mural con una preciosa fotografía en blanco y negro, cogida desde el alto de un edificio, con cerca de trescientos alumnos bailando en A Palma. Fue una actuación espectacular, e intervinieron el grupo de la Sección Femenina de Vigo, el de Redondela y el de Baiona. Los de Vigo y Redondela eran muy profesionales, ya habían recibidos varios premios en Santiago. Resultó una jornada de gran brillantez. >> En los años ochenta, “Polo” se encuentra en dificultades para admitir más alumnado. Contaba con ochenta alumnos, y “Xa non dou máis de mín”, le razonaba a los padres. A partir de aquí, tal vez para frenar un poco la demanda, comienza a cobrar una pequeña cuota mensual, más o menos cien pesetas, pero sigue sin recibir ni las más pequeña ayuda del Concello de Baiona.
Baiona, Cruceiro de San Patricio, años ochenta. “Grupos de Danzas Regionales de Bayona” y el “Grupo de Gaitas Airiños de Castrelos”, que los acompañaba en sus actuaciones. Entre otros bailarines: “Gito” Leyenda, Marisa, “Teri” López Goce, las hermanas “Mili” y Ana Fernández Goce, “Dori”, Clarisa, “Merche”, Suso Alar, “Mati” Montaña, Estela, Nélida Cedeira Goce, las hermanas “Juli” y “Li” Goce Mosquera…
<<Yo trabajé mucho por Baiona… Recuerdo que un año me vi obligado a hablar con el alcalde a causa del lamentable estado en que se encontraban los “Gigantes y Cabezudos”. Aquello
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era una auténtica vergüenza para la villa. Los vestidos remendados por varios sitios, sucios y sin cuidados, los guardaban todos sudados en una bolsa que quedaba por allí abandonada hasta la próxima ocasión… Me encargaron a mí que lo resolviese, y así lo hice. Contacté con una casa especializada de Zaragoza, y nos mandaron unos vestidos extraordinarios, ocho para los cabezudos y dos para los gigantes. >> Menciona a menudo a lo largo de nuestra entrevista, el poco respeto y consideración que aún perdura en la gente hacia el baile gallego y la cultura tradicional. “En muchos sitios, prima más el baile andaluz que el nuestro”, me dice. Y eso es una situación que todavía hoy en día no la lleva demasiado bien, y por la que se revela con energía cuando sucede. <<Allá por los años ochenta, tuve una agarrada buena con el director de una banda. Fue en las “Fiestas de la Virgen de la Roca”. Nosotros, como era la costumbre, entramos tocando en el recinto, y enseguida advirtieron al director de la Banda de Música que parara su actuación, y permitiera la entrada a nuestro Grupo de Gaitas. No hizo ni caso. Nosotros seguimos tocando, pero al acabar el paseo de presentación, me fui a por él, y delante de todos sus músicos tuvimos la gran bronca. Le llamé maleducado, sinvergüenza, impresentable… “lo puse de verano”. No llegamos a las manos de verdadera milagro. No consiento ese desprecio por lo tradicional. >> En 1986, mientras se celebraba el “Primero de Marzo”, aniversario de La Arribada, el alcalde Benigno Rodríguez Quintas manda aviso a “Polo” para que se persone en el Concello. <<Allá me presento en el ayuntamiento -recuerda “Polo”-, vestido con mi traje de baile, y en medio de toda la corporación municipal, en un acto oficial, el alcalde me impone la Insignia de Oro del Concello de Baiona. >> <<En la fotografía siguiente se ve bien el banderín del grupo, que se confeccionó aquí en Bayona. Con todo cariño y cuidados, lo conservo en mi poder como una joya. >> Y “Polo” abre una bolsa y me lo enseña: en tela blanca de raso, con las letras y el escudo bordado.
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<<En casa tengo la barra, que remata en lo alto con la Virgen de la Roca hecha en chapa. >>
Baiona, “Fiestas de La Anunciada”, agosto de 1987. “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”, desfilando por delante del Concello. La niña de la izquierda es Vania Porto Gómez, y la de la derecha, Giselle González Ferreira. (Archivo Alcira Ferreira).
<<Recuerdo que al poco tiempo de comenzar con el grupo, algunas madres me advertían: “Polo, é moi raro que aquí en Baiona, isto dure máis de catro ou cinco anos”. Duró diecisiete… pero no iban muy desencaminadas, porque al final, un grupito de madres por detrás estaba sembrando cierta cizaña contra mí, y creando mal ambiente… y fueron en parte causantes de que yo lo dejara. >>
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Las Fiestas de La Anunciada de aquel año, 1987, fue la última actuación del grupo de Polo.
Wenceslao Cabezas, “Polo”, en una de sus actuaciones. Además de un consumado profesor de baile, destacó siempre como un gran pandereteiro.
<<Nos habían cambiado el lugar del ensayo, y nos pasaron a la recién estrenada Casa da Cultura. Yo pedí con insistencia una llave para acceder al recinto, pero nunca me la dieron. De manera, que a lo largo de tres o cuatro meses, al llegar los jueves al ensayo, a las ocho de la noche, tenía que recorrer todos los bares de Baiona para localizar al municipal encargado de abrirnos, mientras los padres y los alumnos esperaban en la calle. Hasta que un día, ya aburrido, no aguante más y le anuncié a los padres: “A partir de oxe, eu non veño máis”.
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De esta manera, Baiona perdía a uno de los mejores maestros del baile regional de los últimos tiempos. Wenceslao Cabezas, “Polo”, sería premiado en varias ocasiones con las máximas distinciones: “Medalla de Galicia” de la Xunta, “Premio Reconquista” de Vigo, doblemente nombrado “Vigués Distinguido”, en 1993, por su labor como director del grupo de gaitas “Airiños de Castrelos”, y en 2005, por sus muchos años como Director de la “Escola de Danza Municipal”… Su amplio historial avala toda una vida entregada a su pasión, el baile tradicional gallego: doce años en Redondela, diecisiete en Baiona, trece en Cotobade, tres en Tui… varias décadas en el Colegio de las Jesuitinas y en el Colegio de las Carmelitas… y desde 1986, nombrado por el alcalde Manoel Soto, director de la “Escola de Danza Municipal de Vigo”. <<En más de medio siglo, han pasado por mí más de sesenta mil alumnos. >> Y entre esos miles, seguramente se puedan incluir varias decenas de Goces y de Denis de sus tiempos en Baiona.
Baiona, Salón Parroquial, 1988. Actuación por Navidad del grupo de baile de las monjas del “Colegio Virgen de la Roca”. Entre otras: Amparo Vilar -la más alta- y a su derecha, Clara María González Goce, con zapatillas rojas. (Archivo Familia González Goce).
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Una de las más brillantes bailarinas que tuvo Baiona a lo largo de sus últimas décadas, ha sido Rebeca Fernández Goce. En 1983, a la edad de seis años, comenzaba su andadura en el Colegio Fontes de Baíña, y fue la baionesa “Luca” González su primera profesora, que enseguida la seleccionaba para formar parte del “Grupo de Baile Gallego de Nigrán”, que ella misma dirigía.
Baiña (Baiona), Colegio Fontes, 1983. Rebeca Fernández Goce, con seis años.
Baíña (Baiona), Colegio Fontes, 1983. Las primeras “muiñeiras” de Rebeca Fernández Goce, haciendo pareja con Marcos Rodríguez.
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Baiña (Baiona), Colegio Fontes, 1983. Las primeras actuaciones de Rebeca Fernández Goce. Arriba: Urbano, Natalia, Fernando, Rosa Castro y Rebeca. Abajo: Rosa Castro, Natalia, Rebeca y Ana Fernández Goce.
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Cuando en 1989 se funda la Escola de “Danza Vila de Baiona”, y llega el profesor Eduardo Alves da Costa, ex bailarín del ”Ballet Gallego Rey de Viana”, Rebeca decide cambiarse a la agrupación baionesa, con gran disgusto de “Luca”, su primera maestra. Desde entonces, 1991, hasta 2013 en el que abandona la escuela de danza, Rebeca ha ido evolucionando en los distintos grupos de formación, y logra convertirse en sus últimos tiempos en la bailarina principal haciendo pareja con el mejor bailarín, primero Raúl Costas Lafuente, y luego Rubén Silva Ruibal.
1992. Rebeca Fernández Goce, incorporada al grupo de las “beig y marrones”.
El vacío que había dejado “Polo” con su marcha, enseguida se hizo notar en la villa. Sus alumnos preguntaban por qué ya no tenían clases de baile, ni actuaciones en aquellas fechas acostumbradas, ni se volvían a vestir con sus trajes regionales… En 1989, año y medio después de su ausencia, un grupo de amigas y familiares de los alumnos comandadas por Alcira Ferreira, tomó la iniciativa de acercarse al Concello de Baiona para solicitar la puesta en marcha de una nueva escuela con otro profesor que se
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buscaría. La propuesta fue bien recibida por parte del concejal de cultura, Avelino Sierra, pero con la sugerencia inmediata de que formasen una asociación que tomase a su cargo la responsabilidad de su gestión. El Concello prometió ayuda y la cesión de un local para los ensayos. <<Al final de unas complicadas gestiones con la Xunta y con Hacienda para darnos de alta como asociación, el Concello de Baiona nos concedió aquel año cien mil pesetas de ayuda -cuenta Alcira Ferreira-, que no llegaron para mucho. En la última entrevista, el concejal de cultura vaticinó que no nos daba más de un año de vida. >> Felizmente, con más o menos altibajos, con más o menos alumnos… en definitiva, con más o menos pujanza, la “Escola de Danza Vila de Baiona”, a fecha de 2017, sigue ahí muy presente.
Panxón, Pavillón Municipal de Deportes, 1991. Presentación de temporada de la “Escola de Danza Vila de Baiona”. Rebeca Fernández Goce, a la izquierda, portando una de las banderas con las que se abrió el desfile de los grupos de baile, en alusión a la EXPO de Sevilla y a los Juegos Olímpicos de Barcelona que se celebrarían unos meses después, en 1992. (Archivo Familia Fernández Goce)
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En aquella década de los noventa, la escuela llego a contar con cerca de doscientos alumnos. La siembra que había dejado “Polo” en la villa se hacía notar. Si a esto le añadimos la buena y entusiasta gestión de la directiva fundadora, y el cartel de bailarín afamado con el que llegaba su flamante profesor, Eduardo Alves da Costa, da todo ello como resultado el formidable auge que alcanzó en esos años la Escola de Danza “Vila de Baiona”.
Baiona, Colegio de Covaterreña, 1992. “Festival Anual da Escola de Danza Vila de Baiona”. Entre otras: Esther y Cruz Rios Goce, Pachi Cedeira, Loreto, Mary Marcote, Vania Porto, Rebeca Fernández Goce, Marga, Bety, Ana, María, Nuria, Sita, Isa, Conchi Vilar…
A los dos meses de la presentación de la Escola de Danza “Vila de Baiona” en el Parador Nacional Conde de Gondomar, la agrupación participa por primera vez en los actos conmemorativos de La Arribada celebrados en el Club de Yates Monte Real ante las autoridades. El éxito alcanzado, se prolongaría seguidamente con una actuación en A Palma, acogida con entusiasmo por el pueblo. A partir de entonces, la escuela comienza a intervenir en todo cuanto evento cultural se celebra en la villa. En las Fiestas del Carmen, de Santa Liberata, de La Anunciada, de la Virgen de la Roca, de San Cosme y San Damián… Salen en 1990 a Palos de la Frontera a participar en la “Fiesta del Descubrimiento”… Se recupera en 1991 la “Festa da Santísima Trinidade”, y tienen una bri-
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llante actuación… Van en 1992 a la”Expo de Sevilla” a bailar en el Pabellón de Galicia… En 1994 bailan para la Televisión Gallega en el puerto con motivo del “V Centenario de La Arribada”… Asisten en 1997 al “500 Aniversario de las Capitulaciones de los Reyes Católicos”, y a los actos de hermanamiento entre Santa Fe de Granada y Baiona, celebrados en la ciudad andaluza…
Baiona, Cruceiro de San Patricio, años noventa. La Escola de “Danza Vila de Baiona”. En la imagen posan cerca de cien alumnos, pero aún faltan en la fotografía otros tantos. Entre ellos, bailaban por entonces: Javier Cedeira Goce, Manuel y Ana Carneiro Denis, “Teri” López Goce, Clara González Goce, Rebeca Fernández Goce, Sandra García Denis, Esther y Cruz Ríos Goce…
En la década de los noventa, la Escola de Danza “Vila de Baiona” alcanza un protagonismo en el Val Miñor impensable e irrepetible. Pero por desgracia, los problemas de la villa surgidos con el grave tema del parking de A Palma, que divide y ocasiona
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tremendos enfrentamientos entre el vecindario, crean una inestabilidad en el grupo y una crisis imparable que causan al fin su desaparición durante unos años. Se rompe así la época más gloriosa del folklore regional en Baiona.
Praza do Concello de Baiona, años noventa. Rebeca Fernández Goce, delante, bailando “a xota do picato” con Alicia, Raúl Costas, Emilio Rouco Vilar, Lalo Cedeira... (Archivo Familia Fernández Goce).
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Eran tantos los alumnos, que Eduardo Alves da Costa, el profesor, los tenía divididos en grupos bien diferenciados por sus ropajes: as branquiñas, as vermellas, as mostazas, as amarelas, as tellas, as vermellas e verdes, as azuis, as laranxas…
Baiona, A Palma, “Festas da Virxe do Carme”, 1997. Rebeca Fernández Goce, Verónica Rodríguez y Vania Porto. (Foto Kike Salgueiro).
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Después de la breve interrupción de unos años, la Escola de Danza “Vila de Baiona” resurge de nuevo para vivir una época tan exitosa como la anterior. Sería justo mencionar en este punto a Ana María Rodríguez Fernández, concejala de Cultura, por su apoyo decisivo en la iniciativa de recuperar la escuela. Con la llegada del dos mil, las actuaciones tradicionales del grupo se ven incrementadas con la puesta en marcha de una programación de verano de espectáculos culturales en la Praza do Concello. Serán dos citas importantes para la escuela enmarcadas en su calendario anual: una en julio y otra en agosto, ambas con asistencia masiva de espectadores, y memorables actuaciones cada año.
Baiona, Praza do Concello, 2006. “Festa na Vila”, de la “Escola de Danza Vila de Baiona”. Delante, Rebeca Fernández Goce, en pleno baile. Detrás, el “Grupo de Gaitas Río de Anxo” de Boiro. A la izquierda, José, con el tamboril. A la derecha, Javi Alves da Costa con el pandeiro. (Foto Kike Salgueiro)
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Siempre ha sido la “Festa de Santa Liberata” un día señalado de una forma especial en la Escola de Danza “Vila de Baiona”. Se trata de una tradicional actuación celebrada de noche, delante de la iglesia y con una gran solemnidad.
Baiona, Fiestas de Santa Liberata, 2005. Rebeca Fernández Goce, encabezando el grupo que sale de la iglesia a bailar “o turreiro”. (Foto Kike Salgueiro).
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Baiona, “Festas de Santa Liberata”, 2005. Rebeca Fernández Goce, haciendo pareja con Rubén Silva Ruibal, y Verónica Rodríguez con Dani -de Boiro-, iniciando “o chacaracheiro”. (Foto Kike Salgueiro. Archivo Familia Fernández Goce).
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Baiona, “Festas de Santa Liberata”, 2005. Delante, Rubén Silva Ruibal y Rebeca Fernández Goce. Detrás, Emilio Rouco Vilar y “Tareixa”-de Boiro-. (Fotos Kike Salgueiro).
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Baiona, “Festas de Santa Liberata”, 2005. Rubén Silva Ruibal y Rebeca Fernández Goce. (Foto Kike Salgueiro. Archivo Familia Fernández Goce).
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También la romería de la Virgen de la Roca ha dejado actuaciones recordadas con el paso de los años.
Baiona, “Festa da Virxe da Rocha”, 2006. Rebeca Fernández Goce y Rubén Silva Ruibal. (Foto Kike Salgueiro).
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“Festa da Virxe da Rocha”, 2006. Rebeca Fernández Goce, Anahí Cachaza y Verónica Rodríguez, bailando “Tempos de muiñeira”. (Fotos Kike Salgueiro)
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Baiona, “Festa da Virxe da Rocha”, 2006. Rubén Silva Ruibal y Rebeca Fernández Goce. (Foto Kike Salgueiro).
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Las actuaciones en el verano, dentro del programa cultural del Concello, son preparadas por la “Escola de Danza Vila de Baiona” a lo largo de varios meses de intenso trabajo. El bonito marco, la afluencia de público, la serenidad de las noches veraniegas… ayudan también a los formidables éxitos cosechados todos los años.
Baiona, Praza do Concello, 2007. Rubén Silva Ruibal y Rebeca Fernández Goce encabezan el grupo. (Foto Kike Salgueiro).
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Baiona, Praza do Concello, 2007. Arriba: Rebeca Fernández Goce, con “Tareixa”, Olga y Noelia -de Boiro-. Abajo: Dani -de Boiro- y Rebeca Fernández Goce encabezan el grupo, que baila la “Xota do Picato”. (Fotos Kike Salgueiro).
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Baiona, Praza do Concello, 2007. Actuación de verano de la Escola de Danza “Vila de Baiona”. Rubén Silva Ruibal y Rebeca Fernández Goce, bailando “aguilladas”. (Archivo Familia Fernández Goce).
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En muchas ocasiones, la Comisión de Fiestas le pedía a la Escola de Danza “Vila de Baiona” que bailasen por distintos lugares del casco vello después de la actuación programada en A Palma o en la Praza do Concello. Así que recorrían en pasacalles la zona, y en algunos sitios bailaban.
Baiona, Praza da Laxe, 2007. Rubén Silva Ruibal y Rebeca Fernández Goce.
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Baiona, “Festas do Carme”, Praza da Laxe, 2007. Eduardo Alves da Costa hace pareja con “Emi” Leyenda, y Rebeca Fernández Goce con Rubén Silva Ruibal, para bailar “a nadela”.
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A los acordes de la gaita de Moncho Pazos Marcote, las dos parejas bailan “a nadela” en la Praza da Laxe, seguida con atención por los vecinos.
En estas imágenes en A Laxe, Rebeca Fernández Goce aparece bailando con su maestro Eduardo Alves da Costa y con su pareja principal en las últimas actuaciones, Rubén Silva Ruibal. A lo largo de los muchos años de la Escola de Danza “Vila de Baiona”, Rebeca ha sido la bailarina que más años permaneció bailando bajo la dirección de Eduardo. ”Dicir tamén que foi unha boísima bailarina”, comenta el profesor de su brillante alumna con admiración.
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Baiona, “Festas do Carme”, Praza da Laxe, 2009. Escola de Danza “Vila de Baiona”. Entre otros: Rubén y “Reme” Silva, Ana Pestonit, Ana Paula Ceceira, Rebeca Fdez. Goce, Eduardo Alves, Pili, Inés, Anahí Cachaza, Sandra y María Pérez Costas, Pitusa Veiga, “Emi” Leyenda, Laura Veiga, Lara, Nuria Fontenla, Juanjo Blach, Saray Blach…
“La Arribada”, años noventa. Escola de Danza “Vila de Baiona”. Entre otros: María Miniño, Nuria, Lucía López, Montse, Amparo Vilar, Vania Rodríguez, Alcira, Geles, Xela, Rebeca F. Goce, Verónica Rodríguez, Ana, Mirian Rodal, Iria, Carolina, Alejandro… Fue la primera fiesta de La Arribada que se celebró con puestos a la entrada del Parador.
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Baiona, “Día das Letras Galegas”, A Ribeira, 2010. “Pandereteiras de Lavadores” de Rey de Viana. Entre otras: Rebeca Fernández Goce, Jenifer López Fontenla, Sandra Pérez Costas, “Emi” Leyenda, Geles Marcote, Ana Pestonit…
Baiona, Praza do Concello, 2011. Actuación de la Escola de Danza “Vila de Baiona” en las fiestas de verano. En primer término, Rubén Silva Ruibal, Rebeca Fernández Goce y Carlos Bernárdez Casás. Detrás, Sandra Pérez Costas, Nuria Fontenla, Begoña Senra, Vania Porto… (Foto Kike Salgueiro. Archivo Familia Fdez Goce).
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Baiona, “Fiesta de La Arribada”, 2012. Esperando la actuación: María Pérez, Rebeca Fernández Goce, Sandra Reboreda -de Mondariz-, Inés y “Reme” Silva.
Baiona, “Fiesta de La Arribada”, 2012. Entre otros: Rebeca Fernández Goce, Rubén y “Reme” Silva, María Pérez, Inés, Anahí Cachaza, Sandra Reboreda, Carlos Bernárdez Casás… El grupo había bailado una jota interpretada por la “Banda de Música Municipal de Baiona”. (Foto Pepe Costas).
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Baiona, A Palma, 2010. “Festas da Anunciada”. Rebeca Fernández Goce y Carlos Bernárdez Casás bailando el “Chacaracheiro”.
Baiona, 2010. Rebeca Fernández Goce y Rubén Silva Ruibal, bailando la “xota do picato” en las “Festas da Virxe do Carme”.
Tras veintitrés años de baile gallego, Rebeca Fernández Goce se retira en 2013. En este tiempo lo ha bailado todo en Baiona, desde las fiestas patronales, hasta las diversas actuaciones con moti-
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vo de La Arribada, del Día das Letras Galegas, de la Navidad… Estuvo en Palos de la Frontera, en Santa Fe de Granada, en Pornic (Francia)… y ha dejado su impronta de gran bailadora para la historia de la Escola de Danza “Vila de Baiona”.
Baiona, A Ribeira, 2010. “Día das Letras Galegas”. Rebeca Fernández Goce. (Foto Kike Salgueiro).
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A lo largo de más de una década, y desde muy pequeñas, Marta Rodríguez Goce y sus primas Esther, Vanesa y Mari Cruz Ríos Goce bailaron en la Escola de Danza “Vila de Baiona” con asiduidad y mucho éxito. Con el paso de los años, los estudios y las obligaciones familiares y laborales motivaron con pena su retirada del baile gallego.
Baiona, Santa Liberata, años noventa. Marta Rodríguez Goce -arriba a la derechay sus primas Vanesa y Mari Cruz Ríos Goce, de la Escola da Danza “Vila de Baiona”.
Baiona, Santa Liberata, años noventa. Las hermanas Mari Cruz Ríos y Vanesa Goce, y su prima Marta Rodríguez Goce. (Archivo Familia Rodríguez Goce).
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Baiona, “Romaría da Santísima Trinidade”, años noventa: Marta Rodríguez Goce, Mari Cruz Ríos Goce y “Bibí” Iglesias González –nieta de Dora Goce-.
Baiona, A Palma, años noventa. La Escola de Danza “Vila de Baiona” inicia su actuación en las “Festas do Carme”. De izquierda a derecha: Susi, José Eugenio Vilar, Marta Rodríguez Goce, Emilio y “Teri” López Goce. (Archivo F. Rodríguez Goce).
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Baiona, Rúa de San Lorenzo, años noventa. Marta Rodríguez Goce y las hermanas Esther y Mari Cruz Ríos Goce. (Archivo Familia Rodríguez Goce).
Baiona, Santa Liberata, años noventa. Marta Rodríguez Goce, a la derecha, y sus primas Mari Cruz Ríos Goce y Vanesa, ante de comenzar su actuación con la Escola de Danza “Vila de Baiona”. (Archivo Familia Rodríguez Goce).
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1991. La Escola de Danza “Vila de Baiona” en la “Romaría da Santísima Trinidade”. Entre otros: René, Darío, Kike, Alex Rey Carrera, Jacobo Rodal, Lalo Cedeira, Alejandro, Iría, Dani, Luisito, Lucía Mosquera, Franc, Miriam Fontenla, Calima, Ana Lorenzo, Lorena, María, Yazmina, Carla Carneiro, Andrea Rodríguez, María Mosquera, Ani Díaz, Leti, Marta Rodríguez Goce, María Soliño, Yésica, Vanesa Ríos Goce, Ana Barreiro, Sandra García Denis, Giselle González Ferreira, Miriam Rodal, Emi Vilar, Loly, Ana y Rebeca Fernández Goce, Bety, Vania Porto…
Baiona, A Palma, años noventa. La Escola de Danza “Vila de Baiona” esperando para actuar en las “Festas da Anunciada”. Entre otros: Marta Rodríguez Goce, Inés, “Bibi” Iglesias González, Susi, Jaime, Marcos, José Eugenio Vilar…
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Baiona, Iglesia de Santa Liberata, años noventa. “Lisbet” Goce Blach, Marta Rodríguez Goce y Vanesa Ríos Goce, esperando a iniciar su actuación con la Escola de Danza “Vila de Baiona”. (Archivo Familia Rodríguez Goce).
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Baiona, A Palma, años noventa. “Festas do Carme”. La Escola de Danza “Vila de Baiona” en plena actuación. Delante: José Eugenio Vilar e Inés González Pereira. Detrás: Marta Rodríguez Goce, Carolina y Marcos. (Archivo Familia Rodríguez Goce).
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Los Denis, en sus aptitudes artísticas, siempre han sido más cantadores que bailarines. Pero desde los inicios del baile gallego en los años cincuenta, esta saga ha mantenido su representación con continuidad: Pitusa Coello Denis, las hermanas Moncha y Paruca Goce Denis, los hermanos Manuel y Ana Cedeira Denis…
Baiona, 1992. Sandra García Denis, del grupo de las “mostazas” en la Escola de Danza “Vila de Baiona”. (Archivo Familia García Denis).
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Ahora, a mediados de 2017, y desde hace cuatro años, la representación de los Goce en la Escola de Danza “Vila de Baiona” se encuentra en la persona de Álvaro Fernández Goce, bailarín de doce años, que ya muestra su arte para el baile regional en el grupo de pequeños. Se trata del hijo de Álvaro Fernández y “Geles” Goce Carneiro, y nieto de “Canco” Goce Silva, el popular marinero de Baiona.
Baiona, “Festa da Anunciada”, 2013. Escola de Danza “Vila de Baiona”. Grupo de pequeños: Sofía, Noa Barra, Álvaro F. Goce, Sabela Cedeira, Antía, Iker, Paula y Saray.
Antía, Álvaro Fernández Goce y Sabela Cedeira Vázquez, iniciando una muiñeira.
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Baiona, “Festa da Anunciada”, 2013. Escola de Danza “Vila de Baiona”. El grupo de pequeños: Sofía, Noa, Paula, Adrián, Sabela, Saray, Álvaro Fernández Goce y Antía.
Baiona, A Palma, 2013. “Festa da Anunciada”. Escola de Danza “Vila de Baiona”. Arriba: Adrián, Iker, Sofía, Noa Barra, Sabela Cedeira, Paula, Saray y Álvaro Fernández Goce. En medio: Inés, Maite, Bruno, Ana, Lorena, Patri, Alicia y Eduardo Alves da Costa. Delante: Rubén y Reme Silva Ruibal, Celia, María, Xela Márquez, Maite Vázquez Pedreira, Verónica Rodríguez, Bea Castro Leyenda, Nuria Fontenla y María Mosquera.
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Baiona, A Ribeira, 2014. “Baidemuiñeiras”. El grupo de pequeños de la Escola de Danza “Vila de Baiona” bailando una muiñeira. De izquierda a derecha: Álvaro Fernández Goce, Sabela Cedeira, Iker y Saray.
Baiona, Praza do Concello, 2015. “Festival Folklórico Vila de Baiona”. Álvaro Fernández Goce y Sabela Cedeira Vázquez, bailando una muiñeira.
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2015. “Festival Fiolklórico Vila de Baiona”. Arriba: Saray y Álvaro F. Goce, bailando una muiñeira. En medio: el grupo al completo: Sabela Cedeira, Sofía, Saray, Noa Barra, Álvaro F. Goce, Adrián y Xiana. Abajo: Xiana, Saray y Álvaro F. Goce.
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Baiona, A Ribeira, 2014. “Baidemuiñeiras”. El grupo de los pequeños iniciando su baile: Belén, Sofía, Xiana, Saray, Sabela Cedeira y Álvaro Fernández Goce.
Marín, julio de 2015. Romería Popular organizada por la “A. C. Trompos ós Pés”, con la participación de la Escola de Danza “Vila de Baiona”. Detrás: Rubén Silva Ruibal, Eduardo Alves da Costa, Carlos Bernárdez Casás, Ramón Pazos Marcote, José Reino y José Domingo Álvarez. Delante: Reme Silva Ruibal, Maite Vázquez Pedreira, Álvaro Fernández Goce, Beatriz Castro Leyenda, Nuria Fontenla, Teresa Barreiro, Anahí Cachaza, Xela Márquez, María Mosquera, Verónica Rodríguez, Mauro Cova, Sabela Cedeira, Iker, Noa Barra…
La Escola de Danza “Vila de Baiona”, rebasado con brillantez su “XXV Aniversario”, ha cubierto esa larga trayectoria de folklore gallego con cientos de actuaciones y éxitos destacados.
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Durante todo ese tiempo, mantuvo siempre una presencia viva en cada unos de los eventos que se han venido celebrando en la villa desde 1990, año de su fundación: “A Arribada”, “Festas da Virxe do Carme”, “Festas da Anunciada”, “Romaría da Virxe da Rocha”, “Festas na Vila” en la Praza do Concello, Santa Liberata, “Baiverán”, “Día das Letras Galegas”, “Bai de Muiñeiras”, jornadas de hermanamiento con Palos de la Frontera, Santa Fe de Granada, Pornic…
Eduardo Alves da Costa Lojo, profesor de la Escola da Danza “Vila de Baiona” desde su fundación en 1990.
A través de la historia del baile regional en la villa, muchos Goces y algunos Denis han formado parte de su elenco de bailaríns año tras año, aportando todos ellos en su momento un importante protagonismo en los distintos grupos. Es de esperar que, cómo hasta ahora, se conserve la representación de las dos históricas sagas baionesas en el tradicional folklore gallego.
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VI. María de los Ángeles Coello Denis, “Peque” “La vida de María -cuenta su hijo Gastón- es una historia grande”. María de los Ángeles, “Peque”, es la cuarta de los cinco hijos de la baionesa Amelia Denis Mijón -más conocida por “Antonia”- y del vigués afincado en Baiona, Amador Coello Ruíz. En 1954, la madre, junto a sus cuatro hijas, emigra a Buenos Aires en el buque “Entre Ríos”. Allá les espera su marido, Amador, y el hijo mayor, José Luis, que se habían adelantado en la emigración pocos años antes, preparando la definitiva marcha del resto de la familia a la capital argentina. El empeño y la constancia de la madre alcanzan al fin su decidido propósito de irse, a pesar de la reticencia de su marido y de su hijo que no opinaban precisamente lo mismo. “Antonia” repetía cada día: “Esto está muy mal… Aquí en Baiona no hay porvenir… Tenemos que emigrar…”. “Peque”, por entonces, tenía ocho años, y de Baiona tan sólo se llevaba un vago recuerdo… y lo que a menudo le contaban en Buenos Aires sus padres y su hermana mayor Pitusa, en sus repetidos momentos de nostalgia, de plena morriña… en los que recordaban todo sobre su tierra. Pitusa, trece años mayor que “Peque”, siempre se quejaba del destino impuesto: “A mis diecinueve años no me preguntaron si quería irme da miña terra”. Más tarde, en una reciente conversación, aclaraba Pitusa: “Luego en Buenos Aires, formamos entre todos una hermosa familia”. Comenzaba de este modo para María de los Ángeles una incipiente historia que se convertiría con el paso del tiempo y los aconteceres de la vida en una “historia grande”, como dice su primogénito. Ya en la capital argentina, va al colegio con su hermana Rosa María, dos años mayor, y una vez finalizada su formación básica, entra a trabajar en el “Hogar Obrero”, una cooperativa en la que también trabajaban sus hermanas y su cuñado “Yoni” Penen.
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1954. Durante la travesía en el “Entre Ríos” con destino a Buenos Aires. A la izquierda, las hermanas Pitusa, “Peque” y Rosa María Coello Denis en cubierta, junto a unas compañeras de viaje. Las pequeñas, “Peque” y Rosa María, apenas salieron de la enfermería en todo el trayecto, siempre mareadas y con malestar estomacal por el cambio de comidas. (Archivo Familia Coello Denis).
De niña, “Peque” fue al “Colegio Virgen de la Roca”, igual que sus dos hermanas mayores, Pitusa y Rosa María. Las monjitas franciscanas de origen portugués educaban en aquellas décadas de los cuarenta y cincuenta a la mayoría de las niñas baionesas.
Baiona, “Colegio Virgen de la Roca”, 1948. “Peque” Coello Denis, con vestido blanco, la segunda por abajo sentada en la escalera; a su lado, con vestido oscuro, su hermana Rosa María; y justo de pie entre las dos, su prima “Isa” Goce Denis.
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Vigo, 1948. María de los Ángeles “Peque”, con tres años, en la Calle del Príncipe.
Cuenta Pitusa, su hermana mayor, que “Peque” siempre fue una niña con mucho encanto y simpatía. Era decidida, ocurrente y con una gran desenvoltura para moverse sola por la villa, para visitar a su abuela al barrio de San Xoán, o ir a casa de Pablito, su amiguito de la niñez, o desplazarse a cualquier lugar que se le ocurriese…
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<<En una ocasión, con cinco añitos, se le antojó ir a junto de la tía Milagros -recuerda Pitusa-, que vivía más arriba de O Burgo, casi en Baíña. Con su decisión acostumbrada, allá se fue sola sin decírselo a nadie. Pero se encontró con que en el camino tenía que cruzar el río Baíña. Como no pudo, se sentó desencantada en una peña, hasta que un vecino la reconoció y la trajo de vuelta a su casa en Baiona. >>
Vigo, 1948. Las dos hermanas María de los Ángeles “Peque” y Rosa María Coello Denis, con su prima Chelo Coello en medio, paseando por la Calle del Príncipe unos años antes de emigrar a Buenos Aires. (Archivo Familia Coello Denis).
<<En aquellos tiempos en los que había que buscar el agua a la fuente con los ya históricos baldes de madera -aún no había agua en las casas-, a “Peque” se le ocurrió un buen día que ella también podía ayudar en casa, e ir a buscar agua. Total que, sin que nadie le mandara, cogió una botella, se acercó a la fuente, la llenó, y de vuelta a casa se le cayó con el peso y se hizo un corte en un brazo sin mayores consecuencias. Era una niña muy lista, y desde pequeñita, con una personalidad inusual para su edad. Observaba el ambiente que la rodeaba, y tomaba sus propias decisiones sin consultar a los mayores. Así ocurría que de vez en cuando desaparecía de casa, y nos llenaba de preocupación a todos hasta que regresaba tan tranquila de su aventura. >>
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Baiona, Praia de A Ribeira, 1950. Amador Coello Ruíz y “Antonia” Denis Mijón, con sus hijas Pitusa, Rosa María y María de los Ángeles “Peque”. (Archivo Familia Coello Denis).
En Buenos Aires, después de la necesaria formación escolar, de su inicio en el trabajo cotidiano, del paso natural de su adolescencia… María de los Ángeles “Peque”, alcanza una plena madurez física e intelectual. Su fuerte personalidad, un tanto rebelde e independiente desde su niñez, le traerá en un futuro inmediato serios problemas familiares.
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La década de los sesenta fueron unos años de total renovación cultural del pueblo argentino, seguida en los setenta por una época de tremenda inestabilidad política y económica, y derrocamientos repetidos del gobierno. Tiempos de Juan Domingo Perón, en su tercera presidencia del Gobierno, sucedido a su fallecimiento por su tercera esposa, la española María Estela Martínez de Perón -más conocida por “Isabelita”-, derrocada tras el golpe militar que llevaría al teniente general Jorge Rafael Videla al frente del país… Se suceden episodios de violencia, muerte y destrucción, y se implanta una censura brutal a la libertad de expresión, con un clima autoritario y militarista que llegó a ser asfixiante para la población. Desaparecieron músicos, escritores, artistas… En esa época, María de los Ángeles Coello Denis, “Peque”, con algo más de veinte años, se adentra en el mundo literario, hace su debut en la poesía, y conecta con un grupo escogido de intelectuales. En aquellos momentos de falta de libertad de expresión, es fácil comprender que “Peque” no estaba situada precisamente en el ambiente más adecuado para pasar los tiempos tan difíciles que vivía el país. Esta situación le llevó a tener permanentes conflictos en casa, donde sus padres, con ánimo de protegerla del enorme peligro que corría según ellos, le llegaron a prohibir escribir, y acabaron quemándole todos sus escritos y sus poemas. Tanto se agudizó la crisis familiar, que María de los Ángeles hubo de abandonar el hogar paterno. A finales de los sesenta, “Peke” -con k, reconversión argentina de su apodo- conoce a Elías Kapic Saravanja, “Veco”, un uruguayo descendiente de croatas afincados en el pueblo de Pando, a 32 kilómetros de Montevideo. En 1957, abandonando a su familia y la granja de la que vivían, emigró a Buenos Aires con quince años en busca de una vida mejor y distinta. Trabaja en varios empleos, y al cabo de un tiempo consigue hacerse con la profesión de mecánico de coches. Y de la misma manera como ya nunca volvería con sus padres, tampoco nunca se consideró argentino, aún entendiendo que necesitaba de Argentina para vivir. “Argentina es una farsa”, opinaba “Veco” del país. En ese clima tan crítico en que conoció a María -él la llamaba así-, no tenía ninguna duda de que su futura esposa y sus ami-
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gos escritores, poetas, artistas… “estaban jugando con fuego”, según sus propias palabras. Comprendía que ella no hacía nada especialmente peligroso, pero el clima que vivía a su alrededor no le gustaba en absoluto. “Veco” no quería saber nada de política, y por esta causa tuvo roces importantes con su futura esposa, idealizada con el mundo intelectual que la rodeaba. En 1970, Elías Saravanja, cansado de la inestabilidad argentina y de la mala situación general, decide trasladarse a Nueva York en busca del “sueño americano”. Su fuerte carácter aventurero lo llevará una vez más de un lugar a otro por lejano que fuese sin ofrecerle mayores dudas.
Buenos Aires, 1959. Fotografía de Elias Kapic Saravanja, “Veco”, de su carnet de identidad, recién llegado a Argentina. Tenía entonces dieciséis años. (Archivo Familia Saravanja Coello).
María de los Ángeles, “Peke”, se queda desolada en Buenos Aires viendo partir a su querido compañero hacia un destino tan alejado, y en medio de una palpable incertidumbre de lo qué les iba a deparar el destino.
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Apartada de sus padres por entonces, vivió un año entero lleno de tristeza y soledad, con la duda lógica y agobiante de si “Veco” regresaría de su experiencia americana, o bien se quedaría allí para siempre. Desde Nueva York la reclamaba constantemente, pero María nunca fue capaz de hacerse con la documentación imprescindible para trasladarse a la capital norteamericana. “Veco”, después de un año entero en Nueva York, en el que se encontró con excelentes oportunidades de trabajo, resuelve regresar a Buenos Aires en vista de que el problema de María no se soluciona. Ella lo esperó todo ese tiempo con paciencia infinita, con mucho amor y esperanza, y sobre todo, con enorme sufrimiento. Tras el deseado reencuentro, María de los Ángeles Coello Denis y Elías Kapic Saravanja contraen matrimonio en 1971. Un año después, en 1972, tienen su primer hijo, Gastón Ernesto, y dos años más tarde, el segundo, Germán Alberto.
Buenos Aires, 1974. El matrimonio, paseando con su hijo Gastón por un parque de la capital. “Peke”, embarazada de nuevo, está a punto de tener el segundo hijo.
Para entonces, “Peke” ya había abandonado sus aficiones poéticas que no le habían ocasionado más que graves disgustos. A partir de su casamiento, se dedica por entero a su marido y a sus
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hijos. Su condición de artista que llevaba prendida en el alma, quedaría apartada de su vida. Tan sólo en sus últimos años, cuando ya estaba muy avanzada la grave enfermedad que la abatió -distrofia muscular-, y no podía ni siquiera levantar un brazo o caminar, trató de empezar de nuevo con la poesía, al menos un poquito… Fueron los últimos brotes que surgían de su alma de artista.
Buenos Aires, 1973. María de los Ángeles Coello Denis, “Peke”, y su hijo Gastón Ernesto. (Archivo Familia Saravanja Coello).
Los rápidos cambios surgidos en su vida en tan poco tiempo, no fueron suficientes para que “Veco” Saravanja cesase en su empeño de marcharse de Buenos Aires, y buscar un mejor porvenir en otro lugar. Su hermana había emigrado a Montreal (Canadá) en 1967, y apoyándose en ella para conseguir el papeleo necesario, dispone para su familia el traslado a la ciudad canadiense en 1975. María de los Ángeles, “Peke”, pasaba así por una segunda emigración que le dejaría el alma encogida de nostalgias en muchos momentos de aquella estancia tan lejana. Primero fue la marcha de su tierra madre, Baiona, y ahora se trataba, sobre todo, de la separa-
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ción de su querida familia, a la que estaba muy unida a pesar de las diferencias con sus padres. Y para agravar todavía más la situación, no soportó nunca el clima helado de los inviernos en Canadá, con muchos grados bajo cero y permanente nieve en las calles y en el entorno.
Tigre, Buenos Aires, 1974. “Peke”, con su hijo Gastón.
Después de un año en Montreal, a Elías Saravanja se le presenta una oportunidad de trabajo en Yellowknife, la capital de los Northwest Territories de Canadá, una ciudad de una belleza singular, situada en el Ártico a la orilla de un hermoso lago, y con unos inviernos tan bajos de temperatura como largos.
Vista panorámica de Yellowknife (Northest Territories-Canadá).
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Mapa del Norhwest Territories de Canadá.
Bahía de Yellowknife, años noventa. El edificio de tejado redondo, delante a la izquierda, es el taller de Elías Saravanja donde reparaba los coches.
En Yellowknife, el matrimonio tendría otros dos hijos, Pablo Gerardo y Natacha Dinka. Junto a los dos mayores, Gastón y Germán, nacidos en Buenos Aires, se completaba la descendencia familiar, y los chicos quedarían integrados como canadienses de por vida. La diversidad de su ascendencia, croata y uruguaya por el padre, gallega por la madre, y bonaerense por los dos, no resultó obstáculo para que los hijos tuviesen a Canadá como su madre patria.
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Yellowknife (Canadá), 1976. María de los Ángeles, “Peke”, y su marido Elías Kapic Saravanja, “Veco”, con sus hijos Germán y Gastón.
Yellowknife, 1976. “Peke” con sus hijos Germán y Gastón.
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Yellowknife, 1976. “Peke” y Elías, con sus hijos Germán -en brazos de su madre- y Gastón -en el triciclo-. Con ellos, una tía. (Archivo Familia Coello Denis).
1979. “Peke”, con su hijo Pablo, en la nueva casa de Yellowknife.
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Yellowknife, 1979. La familia al completo, de pesca en los lagos al poco tiempo de llegar. Germán, Elías, “Peke” y Gastón. Los otros dos hijos aún no habían nacido.
La familia, al llegar a Yellowknife, disfrutó al máximo de aquellas novedades que no encontraban en Buenos Aires. La cara buena de la nieve, que pasado el tiempo, debió sufrir “Peke” en su sentimiento más íntimo, y al parecer, de una manera definitiva en su salud. Su hermana Pitusa la recuerda siempre con su tierna sonrisa, que poco a poco, según ella, se fue desvaneciendo y cambiando en un gesto lleno de tristeza. Su añoranza por Buenos Aires y por su familia, además del helado clima que no soportaba, le pesó demasiado a “Peke” a lo largo de aquel cuarto de siglo que vivió cerca del Antártico. Su deber de esposa y madre la mantuvo siempre en su sitio, aunque fuera a costa de una salud cada día más quebrada.
“Peke” Coello Denis, con su hija Natacha Dinka, nacida de Yellowknife en 1981.
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Yellowknife, 1979. Los dos hermanos Germán y Gastón, disfrutando de la nieve.
Los hijos mayores de Elías y “Peke”, nacidos en Buenos Aires y llegados a Canadá con muy pocos años -cuatro tenía Gastón y dos Germán-, se amoldaron enseguida al novedoso escenario. Con el paso del tiempo pasarían a ser unos canadienses más, igual que sus hermanos Pablo Gerardo y Natacha Dinka, ya nacidos allí. Sin embargo, Gastón, cuando fue mayor, no olvidó nunca el visitar a su familia en Buenos Aires, e incluso viajar hasta Baiona para conocer la tierra de su adorada madre. El chico, de una sensibilidad exquisita, heredaba en sus genes, por un lado el espíritu aventurero de su padre, y por el otro el artístico de su madre. Muy querido y admirado por su familia argentina, se ha convertido en un cantoautor genial de enorme popularidad en Canadá.
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Yelowknife (Canadá), 1980. Los dos hermanos Pablo y Gastón Saravanja Coello, nacidos en Yellowknife y Buenos Aires respectivamente.
1984. Gastón Ernesto Saravanja Coello, con doce años.
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Gastón Ernesto, el primogénito, guardó siempre con su madre una especial complicidad. Se adoraban mutuamente, y aún es hoy el día en el que, delante de una de las fotografías en la que aparecen los dos, el hijo confiesa en sus meditaciones: “Mi heroína, María de los Ángeles Coello Denis, y yo. Te extraño todos los días.”
Toronto (Canadá), National Ballet School, verano de 1985. Gastón Saravanja Coello, con doce años, en la primera vez que salía de casa. Lloraba por su madre todas las noches. Aquí aprendió sus primeros acordes de guitarra.
No sólo de “Peke” heredaron todos los hijos sus dotes artísticas. También algo influiría en los genes de los descendientes, “Veco” Saravanja, el padre, gran admirador en su adolescencia en Uruguay de James Dean, al que imitaba en sus actuaciones teatrales. Luego, durante su estancia en Nueva York, fue alumno de teatro con el famoso Lee Strasberg en el mítico estudio del actor y director.
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Yelowknife, años ochenta. “Peke” y Pablo Gerardo. El amor entre madre e hijo, queda bien expresada en esta imagen con esas miradas de cariño y felicidad.
A finales de los años ochenta, “Antonia” Denis Mijón y Amador Coello Ruíz, los padres de “Peke”, viajan a Canadá a visitar a su hija, a sus nietos argentinos, y a conocer también a sus nuevos nietos canadienses, Pablo Gerardo y Natacha Dinka.
1981. Tras varios enlaces para llegar a un lugar tan alejado como Yellowknife, “Antonia” y Amador son recibidos por su hija “Peke” y sus nietos Gastón, Germán y Pablo Gerardo, éste en brazos de su abuelo.
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Yellowknife, años ochenta. A su llegada a casa de la hija, Amador y “Antonia”, sacando nieve de la parte posterior de la vivienda. Esta escena se repetía casi a diario durante el invierno. (Archivo Familia Coello Denis).
Los meses del duro invierno de Yellowknife. “Peke” y “Veco”, con sus hijos Gastón y Germán, y en medio del grupo, una amiga de la familia. (Archivo F. Coello Denis).
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Yelowknife, años ochenta. El abuelo Amador Coello Ruíz, “Peke” Coello Denis y Germán Saravanja Coello. (Archivo Familia Coello Denis).
<<Mis padres -recuerda Pitusa- regresaron de Canadá con una evidente tristeza por tener que dejar a su hija y a sus nietos en un lugar tan frío y tan lejano de Buenos Aires. >
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<<”Peke” quería ver el mar, su mar, el Atlántico -recuerda Pitusa-, y para ello organizamos un viaje a Villa Gesell, donde nuestro hermano José Luis disponía de un apartamento. Es una ciudad en la provincia de Buenos Aires, eminentemente turística y con unas bellas playas. >>
Villa Gesell (Buenos Aires), años ochenta. “Peke” Coello Denis y su hermana Pitusa, llegando al apartamento propiedad de su hermano José Luis. (Archivo Familia Coello Denis).
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En 1988, “Peque” y su hermana Pitusa visitan Baiona por primera vez desde su emigración a Buenos Aires en 1954. Habían pasado treinta cuatro años, y llegan acompañadas de sus maridos, el croata-uruguayo Elías Saravanja y el argentino “Yoni” Penen. Los dos matrimonios viajan por separado, uno desde Buenos Aires y el otro desde Canadá, para encontrarse en Vigo en casa de su prima Chelo Coello, que luego les acompañaría a Baiona.
Baiona, 1988. En casa de “Pita” Denis Mijón a su llegada a la villa. De pie: Pitusa Coello Denis, “Pita”, Elías Saravanja y Enrique Goce. Sentados: Pablo -hijo de Pablo “el Canero”- y “Peque” Coello Denis. Falta en la imagen “Yoni” Penen, posiblemente él que hizo la fotografía. “Pablo vino de visita, pues nuestras familias se guardaban una entrañable amistad. Nos obsequió con un estupendo bonito, que luego cocinó “Pita”… ¡Nos chupamos los dedos!”, recuerda Pitusa. (Archivo F. Coello Denis).
<<Antes de venir a Galicia -cuenta Pitusa-, temía morirme de emoción al llegar a Baiona. Era tanta mi ansiedad, que mi hijo me mandó en Buenos Aires a una psicóloga amiga para prepararme. >> Durante su estancia en Baiona la recorren de punta a cabo, y se reúnen con los muchos familiares y amistades que conservan. De paso perciben los profundos cambios que se han producido en el pueblo y en todo el Val Miñor, y el crecimiento desbocado que había sufrido la comarca en esos casi cuarenta años de ausencia.
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Baiona, Barrio de San Xoán, 1988. De pie: “Peke” Coello Denis, Moncha Goce Denis, Pitusa Coello Denis y “A china”. Agachada, “Pita” Denis Mijón. Fue la primera y única vez que “Peke” vino a Baiona de visita. (Archivo F. Goce Denis).
Tampoco dejan de visitar Vigo, la tierra de su padre Amador, que nada tenía que ver con la que Pitusa y “Peque” guardaban en su memoria de niñas. La ciudad había crecido de una manera grandiosa por cualquier lugar por el que pasaban. Y en Baiona, echan de menos los legendarios tranvías, desaparecidos hace años… Falta la vieja lonja del pescado de A Ribeira… Visitan el castillo de Monte Real, antes de los Bedriñana, y ahora convertido en Parador Nacional… ”¿Dónde está la flota pesquera?”, preguntan con interés… No hay “ataderas” en A Palma, ni tendales… ni el mítico campo de futbol de tierra con sus porterías…“¿El Balneario de A Concheira?”… Ya no existen muchos de los chalets históricos de aquellas conocidas familias de veraneantes… En su lugar, bloques de viviendas… Y más bloques en donde antes estaban la conservera de Puga y la mejillonera… Pero allí en lo alto, la Virgen de la Roca se mantenía dominante donde siempre… y desde A Concheira se pueden contemplar los mismos atardeceres de antaño, con las Estelas y las Cíes de fondo… la Colegiata y Santa Liberata… el “casco vello” de tantos recuerdos… el barrio de San Xoán en el que siguen viviendo tantos familiares…
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Baiona, Barrio de San Xoán, 1988. Comida familiar con motivo de la visita de Pitusa y “Peque” Coello Denis, acompañados de sus respectivos maridos, “Yoni” y “Veco”. Entre otros: “Mili”, Isa Goce Denis, Carlos González, Enrique Goce, Benito Pérez, Paruca Goce Denis, “Peque” Coello Denis, “Pita” Denis, Moncha Goce Denis, Pitusa Coello Denis, “Yoni” Penen… Se supone que la foto es de “Veco” Saravanja.
Otro agasajo de los familiares. Paruca, Pitusa, “Isa”, Carlos, Moncha, “Peque”, Enrique y los suegros de Paruca, Nela y Miguel. (Archivo Familia Coello Denis).
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Baiona, 1988. Las dos hermanas Pitusa y “Peque”, bailando una muiñeira a pie de la Virgen de la Roca. (Archivo Familia Coello Denis).
Baiona, 1988. “Yoni”, Pitusa y “Peque”. Al fondo, la Ex Colegiata.
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No dejaron de acercarse a Panxón, a A Guarda, subieron al Monte de Santa Tecla… y no pasaron sin hacerse una foto con un grupo de baile gallego que allí encontraron.
Puerto de A Guarda, 1988. “Gito” Leyenda, su esposa Emilia, Pitusa y “Peque”.
A Guarda, Monte de Santa Tecla, 1988. Pitusa, Emilia, “Peque” y “Gito” Leyenda.
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Monte de Santa Tecla, 1988. “Yoni”, “Peque” y Pitusa, en medio de componentes de la “Agrupación Folklórica AGARIMO”. A la derecha, Elías Saravanja.
Y por supuesto, acudieron a la cita obligada con el Apóstol Santiago en Compostela.
Santiago de Compostela, Plaza del Obradoiro, 1988. “Peque”, Elías y Pitusa, delante de la catedral. (Archivo Familia Coello Denis).
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Baiona, Barrio de San Xoán, 1988. Arriba: “Peque”, Moncha, Pitusa y “Pita”. Abajo: Clara María y Carlos, hijos de Moncha, y Rebeca, hija de “Isa” Goce Denis.
En una de las reuniones familiares: “Pita”, “Isa”, Pitusa, Moncha y “Peque”.
Llegado el momento, de la inevitable despedida sería mejor no hablar. Las dos hermanas se fueron llenas de tristeza, con el corazón roto, y pensando que tal vez no volverían nunca más a pisar la tierra donde nacieron. Pitusa tuvo la suerte de repetir visita, pero “Peque”, ya enferma de su lenta “distrofia muscular”, fallecía en Canadá diecisiete años después.
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“Peque”, a pesar de los graves desencuentros familiares que tuvo en Buenos Aires durante su época de poeta, mantenía un recuerdo muy vivo de su padre, Amador Coello Ruiz. En su casa de Yellowknife, conservaba esta entrañable fotografía suya, que convivió con ella en su hogar la mayor parte de su vida.
Baiona, años cuarenta. Amador Coello Ruiz, “zapateiro”, delante del desaparecido Palacio del Castillo de Monte Real. (Archivo Familia Coello Denis).
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Fue en los primeros meses de 1986 cuando a “Peke”, con treinta y cinco años, se le detecta una grave enfermedad, “distrofia muscular”, que la irá consumiendo poco a poco, hasta causarle la muerte en 2005 a la edad de cincuenta y nueve años.
Yelowknife, finales de los años ochenta. “Peke” Coello Denis, comiendo una nuez. En esa época, detectada su grave enfermedad, se fue poniendo cada vez peor. (Archivo Familia Saravanja Coello).
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En sus últimos tiempos apenas se podía mover. Ya no era capaz de levantar los brazos, y mucho menos, de caminar. Su decadente salud llenaba a la familia de tristeza y sufrimiento, que María de los Ángeles en cambio supo sobrellevar con gran entereza y lucha. <<Si tengo que decir algo de ella -explica su hermana Pitusa-, será ponderarla por su valor y lucha en su enfermedad, y por permanecer en un país que nada tenía que ver con su estilo de vida, pero en el que estaba la prosperidad de su familia. >> Algún familiar apunta que María cayó enferma porque nunca soportó el clima del país donde vivía. Ella misma confesaba a menudo que odiaba los inviernos de Yellowknife.
Yellowknife, años setenta. María de los Ángeles Coello Denis, “Peke”.
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Yellowknife, 1977. “Peke”, con sus hijos Gastón y Germán, saliendo de su casa.
Yellowknife, 1977. “Peke” y “Veco”, con sus hijos Gastón y Germán.
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Yelowknife, 1983. María de los Ángeles, “Peke”, bailando en una actuación en el colegio de los chicos. (Archivo Familia Saravanja Coello).
“Peke”, según comentan aún hoy muchos de los que la conocieron, ”Era una mujer muy hermosa por dentro y por fuera”. Además de poeta, su vida misma fue una auténtica poesía. El arte lo llevaba en su alma. Un amigo la define muy bien con su comentario: “Su muerte fue una gran pérdida, y gozar de su amistad, uno de los más grandes honores y regalos que me dio la vida.”
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Baiona, 1988. En casa de “Gito” Leyenda, donde su hija Luisa vistió a “Peque” de esta manera. Ella siempre mantuvo muy cercana la guitarra española y el baile. En los años ochenta, en Yellowknife, se prestaba enseguida voluntaria para cualquier actuación. Los genes de artista de los Denis salían a relucir en cualquier momento.
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Yellowknife, 1990. Cumpleaños de Natacha Dinka, sentada delante de la tarta de los nueve años. De pie: Pablo, Germán, “Peke” y Gastón.
<<”Peke”, aún de mayor, y a pesar de su enfermedad -cuenta Pitusa-, venía a menudo a visitarnos a Buenos Aires desde Canadá. Tenía una enorme “morriña” y nos extrañaba mucho. En su estancia nos hacía pasar momentos muy felices. >>
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Años ochenta. María de los Ángeles Coello Denis, en su casa de Yellowknife.
Yelowknife, 1996. “Peke” y “Veco”, celebrando su “25 Aniversario de Boda”.
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En sus últimos años de vida, “Peke” se traslada a vivir a Victoria, capital de la provincia de Columbia Británica, una ciudad más al sur y con un clima más benigno. Según ella, después de muchos años, allí volvió a tener flores auténticas, y no de papel como utilizaban en Yollewknife para adornar las casas. Su deterioro físico ya se observa palpablemente en las siguientes fotografías.
Victoria (Canadá), años noventa. “Peke” Coello Denis, a orilla del mar, en una de las playas de la zona. (Archivo Familia Coello Denis).
En está época en Victoria, “Peke”, que seguía comunicándose asiduamente por carta con sus padres en Buenos Aires, ya apenas podía escribir manualmente. Sus últimas misivas fueron escritas por ella a través del ordenador con los dedos meñiques. Su vida se iba degradando día a día, pero lo afrontaba con una enorme entereza, lo que no evitaba la tremenda tristeza que provocaba en toda la familia.
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Victoria (Canadá), principio de los dos mil. María de los Ángeles “Peke”, ya bastante enferma, y cansada de tanta nieve, se trasladó con sus hijos a la ciudad de Victoria, capital de la provincia de Columbia Británica, y situada más al sur.
María de los Ángeles Coello Denis, “Peke”, fallecía a finales del año 2005, a la edad de cincuenta y nueve años.
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Elías Kapic Saravanja, “Veco”, en un reciente cumpleaños.
Su marido, Elías Kapic Saravanja, “Veco”, con setenta y cuatro años, sigue viviendo en la actualidad en Yellowknife. Se acaba de jubilar en 2016.
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Los cuatro hijos de María y Elías viven en distintas ciudades de Canadá: Toronto, Yellowknife, British Columbia y Nova Scotia. Han perdido el apellido Denis, pero a todos ellos, en algún momento de su vida les ha surgido la vena musical y artística de la saga. El mayor, Gastón Ernesto, goza en el país de una enorme popularidad como músico cantoautor y compositor, y ha adoptado para sus actuaciones el nombre artístico de “Indio Saravanja”. Se inspira para sus canciones en poetas y trovadores. En ocasiones es también un destacado actor de teatro. Germán Alberto, el segundo hijo, es escritor de teatro y de guiones de cine. También la pintura es otra de sus grandes aficiones. Trabaja en la construcción. Pablo Gerardo es productor de cine, y está especializado en documentales. Tiene una compañía propia. Natacha Dinka, la hermana pequeña, fue actriz y cantante de jovencita. Hoy es madre de dos lindas hijas. Trabaja de funcionaria del Gobierno. Si hoy viviera María de los Ángeles, “Peque”, podría estar disfrutando de sus cuatro nietos: un varón y tres chicas… y otro que acaba de llegar, que hace el quinto.
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VII. Los hermanos Goce García “Soli” Goce García, la hija pequeña de Flora García Balboa y de Moncho Goce López, “o valixas”, sigue viviendo en la misma casa del barrio de San Xoán en donde nació el 24 de mayo de 1957. Hace poco, conmigo presente, allí se reunieron una tarde las cuatro primas, que desde que llegaron a este mundo a mitad del siglo pasado, han convivido siempre unidas hasta hoy en día. Flora y “Soli” por un lado, y Moncha y Paruca por el otro, no hacen otra cosa que mantener el fuerte lazo de unión que existió entre sus padres Moncho y Enrique, “os valixas”, y entre sus madres, Flora y “Pita a do Cantador”. Hay que aclarar que las dos familias vivían puerta con puerta en el mismo barrio. La casa de San Xoán era de los abuelos de “Soli” por parte materna, Avelino García López “Amberes” y Soledad Balboa Bautista, y en ella se instalaron sus padres a partir de su matrimonio en 1951. Pasado el tiempo y varias generaciones, y después de haber cuidado con mucho cariño y esmero a su madre, y más tarde a su marido, “Soli” y sus dos hijas son los únicos familiares que quedan en la mítica casa familiar. Desde finales del siglo XIX, el histórico barrio de San Xoán fue albergando a una gran mayoría de las familias Goce de Baiona. Aquellas modestas casas de marineros, se han venido conservando a través del tiempo y de las generaciones, y después del cotidiano mantenimiento, de adecuadas restauraciones y del lógico añadido de algún piso, siguen siendo en la actualidad hogar de varios de los descendientes Goce de la villa. <<Mi abuelo fue un legendario personaje de la Baiona del pasado siglo -comenta “Soli”-. Era un hombre de enorme vitalidad, un portento físico, esforzado y valiente, honesto y servicial, y siempre dispuesto a ayudar a todo el mundo. Marinero de profesión, compró esta casa por 3.000 pesetas, y como no tenía dinero, se lo prestó el armador Pepe “o Caringa”. Luego, del sueldo del trabajo en sus barcos, en los que anduvo em-
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barcado toda su vida, le iba descontando poco a poco el préstamo. Las últimas cien pesetas se las perdonó. “O Caringa” le guardaba un gran afecto a mi abuelo. El día que falleció, don Pepe, con gran pesar, comentó: “Se nos fue “Amberes”. >> Cuenta la nieta que Avelino era un atleta imponente, y que además de jugar de portero en el equipo de fútbol, fue un nadador excepcional. Se iba a nado desde el muelle de Baiona hasta el de Panxón, y vuelta de regreso sin apenas descansar. <<A mi abuelo Avelino García -recuerda “Soli” que le contaba su madre- chamábanlle “Amberes”. Nadie lo conocía por su nombre. Había sido portero del “Bayona Sporting Club” en los años treinta, y jugando un día en el campo de A Palma contra el Gondomar, les pitaron un penalti en contra. Unos hinchas baioneses, recordando la hazaña del portero de España en la Olimpiada de Amberes de 1920, en la que paró un penalti, le gritaron para animarlo: “¡Avelino! ¡Avelino! ¡Como en Amberes! ¡Páralo!”. Mi abuelo lo paró… y le quedó “Amberes” para siempre. >>
Baiona, Campo de A Palma, 1935. Equipo del “Bayona Sporting Club”. De pie: un aficionado, Lolo Puga, Carlos Marques, Paco “Moscón”, Eulogio Estelas, “Virasuela”, Pipo Varela, Román, Antonio “o portughés” y Amador “zapateiro”. Agachados: Martín Varela, “Rachote”, Avelino “Amberes” y Virolas.
<<En una ocasión, embarcado en el “Clotilde Fernández”, con Pepe “o Caringa” de patrón, se encontraban en alta mar, y
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durante las maniobras de pesca, el aparejo se enredó en la hélice, y el barco quedo detenido y sin control alguno. Avelino, sin dudarlo, se tiró al mar con enorme valentía, y consiguió soltar el aparejo de la hélice. Así “O Caringa” lo quería tanto. >>
1975. Fotografía de Avelino García López, “Amberes”, en su último D.N.I.
Sobre los años cincuenta se rodaron en Baiona varias películas, y en una de ellas, el protagonista debía lanzarse al agua desde el alto del palo mayor de un barco. Avelino hizo de “doble” en el salto. Tenía unas facultades bárbaras y una valentía poco común, y si a esto le añadimos su disposición a ayudar en todo, no es de extrañar que hasta hiciera de “doble” para el cine. <<Durante el servicio militar -le contaba el abuelo Avelino a sus nietas- estuve destinado en un barco de guerra. Un día el capitán recibió la visita de su esposa y de su hija pequeña. No se sabe lo qué pasó, el caso fue que en un descuido la niña se cayó al mar. Yo que la vi caer, me tiré de inmediato detrás de la niña, y la salvé de morir ahogada… Luego pasé “cojonudamente” el resto de la “mili”. >>
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Flora García Balboa y Moncho Goce López “o valixas” se casaron en 1951, ella con veintidós años y él con veinticuatro. Formaron el típico matrimonio baionés: el hombre, marinero de profesión; la mujer, a criar hijos, cuidar de las muchas faenas de la casa, y vender el pescado que traía el marido de la mar. “Los hombres iban ao peixe, y luego se desentendían de todo lo demás”, se quejan sus hijas aún hoy en día. Tuvieron tres hijos: Vicente “Chente”, nacido en 1951, Flora, en 1954, y María Soledad “Soli”, en 1957. El chico sería marinero como su padre y sus antepasados, y las mujeres se casarían con marineros.
Baiona, Escuelas Públicas, 1935. Flora García Balboa y su hermano Avelino.
<<Las dos familias vivíamos puerta con puerta en el barrio de San Xoán -recuerda “Soli”-, y a mi tío Enrique y a mi padre, que pescaban juntos, no había quién los hiciera madrugar para salir a la mar. “Xa vou”, contestaba Enrique cuando le avisaba mi padre para levantarse. “Xa vou, xa vou”, volvía a responder al cabo de un buen rato. A menudo hasta tres y cuatro veces se necesitaban para que se levantase. Luego, una vez metidos en faena, se entusiasma-
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ban tanto con una buena pesca, que les costaba regresar. Llegaban tan tarde que ya no había mercado, y entonces nuestras madres tenían que salir por la tarde por todo el pueblo, casa por casa, a malvender el pescado. ”Venir antes, aunque no traigáis tanto peixe. Lo vendemos a mejor precio y con menos trabajo. Nos compensa más”, le decían nuestras madres. Guerra perdida un día tras otro. Mi madre era una santa, nunca la oímos quejarse de nada, y aún más, los familiares y vecinas iban junto a ella a desahogarse y a buscar consuelo de sus problemas. >>
Baiona, años cuarenta. Moncho Goce López, “o valixas”.
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Baiona, 1951. Flora García Balboa y Moncho Goce López, con su primer hijo, Vicente. (Archivo Familia Goce García).
Moncho y su hermano Enrique, “os valixas”, empezaron muy de niños de marineros, y faenaron la mayor parte de su vida en la gamela de casa, salvo esporádicas y cortas salidas en barcos de Baiona. “Os valixas” nunca quisieron embarcarse en largas campañas de pesca, porque cuentan que necesitaban dormir en su casa todos los días. En los años sesenta, Moncho embarcó repetidas veces en el “Cachalote”, en el “Canero”, en el “Aragón”, en el “José Luis Isasi”… pero nunca por más de un par de meses, e incluso, en muchas ocasiones, por unos días. Enseguida volvía a su gamela “Soli” entre un barco y otro. <<Cada vez que limpiaban fondos, repasaban y pintaban de nuevo la gamela -cuenta “Soli”-, la rebautizaban con algún nombre de sus hijos. Primero fue “Soli”, luego “Paru” y por último “Chente”. Lo que no sé, es por qué motivo y con qué criterio, hacían este curioso cambio de nombre. >>
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Baiona, Praia de A Ribeira, años ochenta. “Soli” Goce García, con su hija Ana y su sobrina “Flori”, en la gamela “Chente” de “os valixas”. (Archivo Fam. Goce García).
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Baiona, Barrio de San Xoán, años setenta. “Atando” redes a la puerta de casa. Arriba: Flora y Moncha. Abajo: Moncha, “Soli”, unas niñas del vecindario, Flora y Paruca.
Las cuatro primas Goce fueron “ataderas”: Flora y ”Soli” en la chabola del “Canero”; Moncha y Paruca en la de Pepe Almuiña. Tal vez fue esta chabola la última superviviente de la actividad pesquera en Baiona. A partir de aquí, el oficio desapareció en la villa al mismo tiempo que casi todos los barcos. Las primas, en aquella época, una vez finalizadas las tareas para los armadores, se cuidaban de los aparejos de sus padres.
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En 1959 llegó la Primera Comunión de “Chente”, celebrada con la solemnidad que se estilaba en la época. Las familias marineras hacían un gran esfuerzo para que el niño o la niña se presentasen con sus mejores galas a recibir a Jesús.
Sabarís, 1959. Vicente Goce García, “Chente”, en su Primera Comunión, a la puerta del estudio fotográfico del barrio. (Archivo Familia Goce García).
Después no faltaban nunca las fotografías de rigor. A “Chente” lo llevaron a un fotógrafo de Sabarís, “Fotografía Martínez”, con tan mala suerte, que en aquel momento hubo un largo corte de luz, y se vieron obligados a realizar las fotos en plena calle. Por supuesto, sin la calidad que tendrían en el estudio.
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Luego vendrían las Primeras Comuniones de las dos hijas, primero la de Flora en 1962, y unos años después, en 1965, la de “Soli”. Ambas, celebradas en la Ex Colegiata de Santa María con la solemnidad y brillantez acostumbradas. Antes de ese día tan especial, niños y niñas pasaban por una intensa preparación religiosa impartida por el párroco y las catequistas.
Baiona, 1962. Primera Comunión de Flora Goce García.
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Baiona, 1965. Primera Comunión de María Soledad Goce García.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1965. Día de Primeras Comuniones en la parroquia. Oficiando, don Enrique Pequeño. Entre las niñas: “Soli”, Melucha, Claudina, Mary Flor, Estelita, Merchy… Entre los padres: Flora García Balboa, Miguel “o carpinteiro”... (Archivo Familia Goce García).
Las niñas se fueron haciendo mayores y comenzaron a disfrutar de una adolescencia, según ellas, muy feliz. “Soli”, siguiendo la tradición de los Goce, se integró pronto en el teatro del grupo parroquial, donde destacaba junto a sus primas Moncha y Paruca.
Baiona, Salón Parroquial, 1970. Obra teatral dirigida por las monjas. Entre otras actrices: Ana Denis Goce, Carmeli y Pili Figueirido, Marinita, Luly, Sefa Figueirido, Tere Abraldes, “Soli” Goce García, María José… (Archivo F. Goce García).
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“Chente”, por su parte, comenzó también con las pandillas de amigos, y con una decidida afición al fútbol, emulando tal vez a sus parientes los “Cabecitas”, “Lanina”, Roque, “Rato”… Desaparecido el Erizana en aquellos años, “Chente” defendió los colores del Gondomar, el eterno rival del club baionés.
Baiona, años setenta. En el murallón: “Chente”, a la derecha, con Quique Rial y Santos. (Archivo Familia Goce García).
Baiona, A Concheira, 1974. “Chente” Goce García.
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Gondomar, Campo de As Gaiandas, 1974. Arriba: “Chente” Goce García, jugando en el Club Gondomar. Abajo: Nardo y “Chente”, de pie; Luis “pica” y Javier, agachados.
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Cádiz, 1971. “Chente” Goce García, en el servicio militar por la Marina.
Baiona, 1974. “Chente” en A Concheira.
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A Ramallosa, febrero de 1974. Carnavales en la “Sala Ramallosa 2000”. “Chente” Goce y Juan Ramón Vilar, disfrazados de gansters. (Archivo Familia Goce García).
<< ¿Quién me iba a decir a mí -comenta “Soli” al ver estas fotografías- que el amigo de mi hermano iba a ser mi futuro marido? Nos casamos trece años después, en 1987. >>
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Baiona, Rompeolas, años setenta. Juan Ramón Vilar y “Chente” Goce.
Gondomar, Campo de As Gaiandas, años setenta. Manolo Blach, Suso, “Giño” “o avellana”, un amigo y Juan Ramón Vilar. (Archivo Familia Goce García).
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Años setenta. De excursión con el grupo del Salón Parroquial. Entre otros: Tito Márquez, Juan R. Vilar, “Jeje”, Flora Goce García, Moncha Goce Denis, Carmiña…
Baiona, Puerto Pesquero, años setenta. Tito Márquez, Lourdes, Flora Goce García, y Juan Ramón Vilar. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, A Ribeira, 1972. Flora Goce García, a los dieciocho años.
Años setenta. José Celso R. Carneiro y “Flori” Goce García, aún de novios.
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En 1965, “Chente” comienza su vida marinera cuando apenas tenía quince años. Embarca en el “Santa Marcela”, un año después en el “Julio Bueno”, en el “Monchito” y en el “Susita”, este último del armador baionés Jesús Carneiro. En 1970, le llega el momento de cumplir el servicio militar, e ingresa en la Armada, siendo destinado a Cádiz. A su vuelta, pesca durante un año en la gamela de casa, “Soli”, y en 1973 embarca en al “Almuiña Segundo”, del armador de Baiona, Florente Vázquez.
Años setenta. “Chente” Goce García, con un bonito. (Archivo Familia Goce García).
Pasa de nuevo al “Susita” en 1974, sigue en el “Pájaro” de A Guarda, en el “Orto”, también guardés, y vuelve al “Susita” de Baiona, en el que permanece desde 1977 hasta 1989.
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Durante unos meses faena otra vez en la gamela de casa, rebautizada ahora con su nombre, “Chente”, y regresa al “Susita” desde 1990 hasta 1995. Cambia al “D Volta”, en el que se embarca de 1996 hasta el 2000. Luego pasa tres años en lancha baionesa “Zulemita”, y en 2007 acaba su vida marinera en el “Nuevo Odilo”.
Años setenta. “Chente” Goce García, embarcado en el “Almuiña Segundo”.
Cuarenta y dos años de marinero quedaban atrás. A partir de su jubilación, deja de vivir en Baiona, y se traslada a O Rosal, donde su esposa María del Carmen había heredado la casa paterna.
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En 1978, se casa Flora, la hermana mayor, con José Celso Rodríguez Carneiro, “Sito”, baionés y marinero de profesión. La boda se celebra en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona.
Baiona, 1978. Boda de Flora Goce García y José Celso Rodríguez Carneiro.
El nuevo matrimonio vivió una temporada corta en la casa de San Xoán, pero enseguida se trasladó a la Percibilleira, barrio de donde era José Celso, y en el que viven en la actualidad.
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Baiona, 1978. Boda de Flora Goce García y José Celso Rodríguez Carneiro.
Dicen de “Sito” que es un divertido contador de chistes y de anécdotas, y aunque no es Goce, también es un formidable cantador, perteneciente de siempre al legendario “Coro del Miserere” de la Semana Santa baionesa. Flora y “Sito” tienen dos hijos: José Celso, de nombre igual que el padre, nacido en 1979, y Flora, igual que la madre, nacida en 1983. Hoy en día, 2017, ambos están casados y siguen viviendo en Baiona.
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Baiona, A Ribeira, años sesenta. José Celso Rodríguez Carneiro, de joven, con una pandilla de amigos. De izquierda a derecha: José Celso “Sito”, Julio, Carlos, “Fadel”, un compañero de Nigrán, y Lito. (Archivo Familia Rodríguez Goce).
José Celso Rodríguez Carneiro, “Sito”, nació en Baiona en 1949. Marinero de profesión desde los quince años, se enrola inicialmente en distintas embarcaciones de la villa. En 1965 en el “Susita”, luego en el “Birasuela”, y en 1971 en el “Santiago Calviño”.
Baiona, 15 de enero de 1964. Fotografía de José Celso Rodríguez Carneiro, con quince años, en su primera “Libreta de Marinero”.
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Baiona, Puerto Pesquero, años setenta. El “Santiago Calviño”.
En 1973, se traslada a Bermeo (Vizcaya) para embarcarse en el “Alcaudon”. Pasa en 1974 al “Harvest Meteor”, en 1976 al “Playa de Aritzatxu” y a “El Quemado” de Cádiz, y en 1977 viene a Vigo para faenar en el “Punta San Marcos”, y unos meses más tarde en el “Favonio”. Durante una temporada pesca por Baiona en la gamela “Paru” de la familia de su novia Flora Goce García, y en ese tiempo contraen matrimonio.
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En 1979 ingresa por algo más de un mes en el “Costa del Camerún”. A finales de ese año, se enrola en el “Txori Eder” de la armadora “Impesca” de Bermeo, atunero congelador en el que permanece hasta 1985.
El atunero “Txori Eder”.
Años ochenta. José Celso, pintando las letras del nombre del atunero vasco, “Txori Eder”, que significa en castellano “Pájaro Hermoso”. (Archivo Familia Goce García).
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Años ochenta. José Celso, el primero por la derecha, con un buen ejemplar de pez espada. (Archivo Familia Goce García).
Regresa a Baiona, y pasa unos meses pescando por la zona en la gamela familiar “Chente”, hasta mediados de 1986, en el que embarca en el “Navijosa Noveno” de Huelva. Un año después se pasa al atunero congelador “Almadraba Tres” de Barbate (Cádiz), y al cabo de unos meses al “Almadraba Uno” y al “Almadraba Dos” de la misma compañía. En este último barco ya desempeña el cargo de contramaestre a partir de 1993. Permanece en el mismo hasta el 22 de diciembre de 1999, fecha en la que se jubila.
1990. El buque atunero congelador “Almadraba Dos”.
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Costas de África, 1992. En el “Almadraba Dos”, con un buen ejemplar de atún. José Celso, de pie a la izquierda, con gafas. (Archivo Familia Goce García).
A lo largo de sus treinta y cinco años de mar, José Celso ha pescado en aguas del Atlántico, llegando hasta Boston en la captura del calamar y la pota; anduvo “al arrastre” a la merluza y al marisco; y recorrió las costas de África desde Mauritania hasta Angola a la pesca del atún, alcanzando en muchas mareas el Océano Índico, y soportando las altas temperaturas de la zona.
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Y mientras el padre se ausentaba para buscar el sustento de la familia, sus hijos crecen sin esperar a su regreso.
Baiona, 1985. “Soli” y Flora, con “Flori” en medio, delante de la casa paterna.
Baiona, A Palma, 1985. José Celso y “Flori”.
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Baiona, 1984. En su casa de A Percibilleira: Flora, José Celso, “Flori” y el abuelo Moncho. (Archivo Familia Goce García).
Baiona, Santa Liberata, 8 de abril de 1990. Domingo de Ramos. “Soli”, con su hija Ana en los brazos, y Flora, con sus hijos “Flori” y José Celso.
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1988. Primera Comunión de José Celso Rodríguez Goce, hijo de “Flori”.
Baiona, Iglesia Parroquial de Santa María, 1988. Los abuelos Flora y Moncho, José Celso -en el día de su Primera Comunión-, “Quin” y el abuelo Celso.
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Baiona, 7 de junio de 1992. Primera Comunión de “Flori” Rodríguez Goce.
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Baiona, Barrio de San Xoán, 7 de junio de1992. “Flori” Rodríguez Goce, en el día de su Primera Comunión, con su tío “Chente”, sus abuelos Moncho y Flora, y sus primas Lucía y Ana. (Archivo Familia Goce García).
Baiona, 7 de junio de 1992. Primera Comunión de “Flori”. A ambos lados, las primas Ana y Lucía, y detrás, su hermano José Celso.
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Años noventa. Los hermanos “Flori” y José Celso Rodríguez Goce.
Las nuevas generaciones de los Goce, en el caso de José Celso y “Flori” se trata de la quinta, se apartaron definitivamente de la mar. Ni los hombres fueron marineros, ni las mujeres tuvieron con sus parejas ninguna relación con la pesca. Tampoco se ha dado en los descendientes de los Goce García la tradicional afición al canto, al baile o a la música que acostumbraba a lucir, y aún lo hace hoy, la vieja saga de los Goce. Y eso que por la otra rama, el abuelo Avelino “Amberes”, entre sus muchas actividades, también se encontraba la de ser un buen cantante de las típicas rondallas de aquellos tiempos, y habitual participante en los grupos que cantaban en las tabernas.
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En 1987, María Soledad Goce García, “Soli”, se casa con Juan Ramón Vilar Rocha, baionés y marinero de profesión. Como su hermana mayor, la boda se celebra en la Iglesia Parroquial de Santa María.
Baiona, 1987. La novia María Soledad Goce García.
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Baiona 1987. El padrino, Moncho Goce López, y la novia, María Soledad Goce García, saliendo por la Rúa de San Xoán hacia la iglesia. (Archivo Fam. Goce García).
<<El banquete nupcial se celebró en el “Restaurante Cruceiro do Monte”, en Tui -recuerda “Soli”-. Después de las fotos de rigor en el Parador Nacional “Conde de Gondomar”, ¡qué miedo pasamos! Para no hacer esperar demasiado a los invitados, allá nos llevaron a los novios en coche por el monte a toda velocidad, curva a un lado curva al otro, subiendo y bajando… Tuvimos que decirle al chofer que fuera más despacio. >>
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Baiona, 1987. El padrino, Moncho Goce López, y la novia, “Soli” Goce García.
Baiona, 1987. Boda de Soledad Goce García y Juan Ramón Vilar Rocha. A ambos lados, los padres de la novia, Flora García Balboa y Moncho Goce López.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, mayo de 1987. Boda de Juan Ramón Vilar Rocha y “Soli” Goce García. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, 1987. Boda de María Soledad Goce García y Juan Ramón Vilar Rocha. Foto de familia al finalizar el acto religioso. De izquierda a derecha: Carlos Comesaña Carrillo, María del Carmen Carrillo Goce, Moncha Goce Denis, Carlos González, Emilio Goce Moldes, los novios, Paruca Goce Denis, Benito Pérez, Flora García Balboa, Moncho Goce López, “Flori” Rodríguez Goce en brazos de su madre, Flora Goce García, y Pili. Delante: Rebeca Fernández Goce, Clara María González Goce, Enrique Goce López y José Celso Rodríguez Goce.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, mayo de 1987. Los novios, con la “Agrupación Coral de Bayona”, que cantó en el acto religioso de la boda.
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En la “Agrupación Coral de Bayona”, dirigida por entonces por César Lorenzo, cantaban hermanos, primos, tíos, maridos, esposos… de las familias Goce y Denis, que hacían honor así a sus antepasados cantantes. “Su” y Cela Denis Goce, Moncha y Paruca Goce Denis, Jacinto Denis Barreiro, Victoria Goce Chamorro, Benito Pérez Vázquez… y por supuesto la novia, “Soli” Goce García. En un día tan señalado, no podían faltar a la boda de una compañera de coral para acompañarla con sus cánticos en el acto litúrgico.
Tui, “Restaurante Cruceiro do Monte”, 1987. Boda de “Soli” y Juan Ramón. De izquierda a derecha: Carmiña Vilar Goce, Moncha Goce Denis, Carlos González, los novios, Benito Pérez y Paruca Goce Denis. Abajo: Carme Carrillo Goce “a checa”. (Archivo Familia Goce García).
La boda de “Soli” y Juan Ramón, coincidió con la única vez que Carmiña Vilar Goce vino a Baiona. Nacida y residente en Buenos Aires, es hija de los baioneses emigrados en los años cincuenta, Luisa Goce López y Ulpiano Vilar. Visitaba la villa para conocer a la familia y a la tierra de sus antepasados.
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Juan Ramón Vilar Rocha comenzó a los quince años su vida en la mar. Anduvo en varias lanchas y en pesqueros de bajura de Baiona, hasta que en 1982 se enrola en el atunero congelador “Itxas Eder” de Bermeo (Vizcaya), en el que pasó tres campañas. <<No le gustaba la pesca del atún -cuenta su esposa “Soli”-. La consideraba peligrosa. Cuando volvió de la mercante a la pesca, se cambió “al arrastre”, que aunque exigía muchísimo trabajo a los marineros, era más de su gusto. Mi marido nunca le tuvo miedo al trabajo. >> A finales de 1984 se pasa a la marina mercante, en la que permanece durante diez años embarcado en distintos buques que transportaban toda clase de mercancías por Europa. El “Ebano” de una naviera de Madrid, el “Indianápolis”, el “Imola”, el “Silverstone”, el “Cala Salada” y “Cala Galdana” de Mallorca, el “Arroyofrío Uno” de Gijón, el “Roline”, y en 1994, hace en el “Goya” de Gijón, su último embarque en la mercante.
El “Imola”, buque-transporte de productos petrolíferos, y el carguero “Cala Salada”.
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Diversos ajustes de personal en la naviera asturiana, le obligan a retomar la pesca, y en 2003 embarca en el arrastrero “Garoya Segundo”, de Vigo, que por entonces faenaba por las costas de Noruega y de Canadá al bacalao y al fletán.
Años dos mil. El pesquero “Garoya Segundo” entrando en el puerto de Vigo.
<<En estas campañas, según contaba mi marido -recuerda “Soli”-, los marineros nunca paraban de trabajar. Nada más subir el pescado del mar, tenían que ponerse a prepararlo, para a continuación pasarlo a las cámaras de congelación. Cuando acababan con un “arrastre”, ya les venía el siguiente. Juan aprovechó una vacante que se produjo, y se pasó a camarero. Cuidaba además del lavado y planchado de la ropa de toda la tripulación. Los festivos, por voluntad propia, se vestía con su camisa blanca, su chaleco, su pantalón negro y su pajarita, para servir a la mesa al capitán y a los suboficiales. Pescando en Noruega -explica “Soli”-, sufrían muy bajas temperaturas, con muchos grados bajo cero. Y aún encima, con el agravante añadido de soportar parte de los seis meses de noche continua que se vivía en aquella zona glaciar. Cada mañana, al levantarse, se encontraban con la cubierta llena de hielo, con lo que la primera faena era deshacerse del hielo a martillazos. >>
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Canadá, 2008. Juan Ramón Vilar Rocha, en una de sus mareas como camarero del “Garoya Segundo”. Los domingos y días festivos se ponía el uniforme, a pesar de las burlas del cocinero, con el que no se llevaba especialmente bien. Abajo, sirviendo al capitán en el comedor de oficiales. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Noruega, noviembre de 2001. Juan Ramón Vilar, en una campaña al bacalao con el “Garoya Segundo”. Al norte del Círculo Polar, zona por donde pescaban, seis meses son de noche y seis de día. Al levantarse por la mañana, se encontraban el barco totalmente cubierto de hielo. (Archivo Familia Goce García).
<<El trabajo de preparar el pescado nada más subirlo al barco, y sin descanso hasta finalizar, resultaba excesivamente duro para los marineros. Hasta doce horas seguidas permanecían en la labor. Mi marido, como su trabajo de camarero resultaba más cómodo, le ayudaba muchas veces a algún compañero a cubrirle varias horas de faena para que descansara mientras tanto. >>
Fotografía de Juan Ramón Vilar Rocha en su última “Libreta de Marinero”. En 2009 se produce el último desembarque, del “Garoya Segundo”, y se jubila.
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Baiona, 1989. “Soli”, con su hija Ana María.
Juan Ramón y “Soli” tuvieron dos hijas: Ana María, nacida en 1988, y Lucía en 1989. En la actualidad, 2017, las dos siguen solteras, aunque ya tienen pareja. Por cierto, ni ellas ni ellos, ligados al mar profesionalmente. Ana es dependiente por temporadas en
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“Dorna”, la tienda de deportes de Baiona, y Lucía es Técnica de Laboratorio en el “Hospital Povisa” de Vigo. La pareja de Ana, Miguel, trabaja en el “Monte Real Club de Yates” de Baiona, y la de Lucía, Samuel, está haciendo el MIR de medicina en Vigo.
Baiona, junio, 1988. “Flori”, con sus prima Ana en brazos, en la casa de San Xoán.
Sus dos primos, ya casados actualmente, tampoco tienen nada que ver con las tradicionales profesiones de marinero y pescantina de sus antecesores. “Flori” es administrativa del Concello de Baiona, y Miguel, su marido, trabaja en Vigo en “Indugasa”. Por otro lado, José Celso, también trabaja en “Indugasa”, y su esposa, Miriam, en el “Hotel Talaso Atlántico” de Oia.
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Baiona, Barrio de San Xoán, julio, 1988. Flora García y Moncho Goce, con su nieta Ana María Vilar Goce. (Archivo Familia Goce García).
<<Mi madre -explica “Soli”-, aunque no perteneció a ninguna coral, ni a ninguna rondalla, cantaba muy bien. En sus últimos tiempos, ya con la enfermedad del Alzheimer bastante avanzado, la animábamos a que nos cantara. Allí en casa, y a veces en la misma calle, cantaba y cantaba... >> Flora García heredaba esos dotes de su padre, Avelino “Amberes”. Aún recuerda Teresa, la esposa de “Cabecitas”, que de niña, cuando iba a la fuente a buscar agua, se subía al balde para alcanzar un ventanuco del bar de los Vernet, la “Taberna Abellón”, y desde allí poder ver y escuchar cómo cantaba el grupo formado por Balbino, con la guitarra, Antonio “corniño”, Pepe “o Ayú” y Avelino “Amberes”.
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Baiona, A Ribeira, 1989. Moncho Goce López, en el centro, con su hermano Enrique, su hija “Soli”, y sus nietas Flori Rodríguez Goce y Ana Vilar Goce.
Baiona, Praia de A Ribeira, 1989. Moncho Goce “o valixas”, con sus nietas: Flori Rodríguez Goce, de la mano, y Ana Vilar Goce, en brazos. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, Casa de San Xoán, 30 de diciembre de 1990. Primer cumpleaños de Lucía, rodeada de los abuelos, de su madre, de sus tíos y de sus primos. (Archivo Familia Goce García).
Baiona, Casa de San Xoán, 13 de diciembre de 1992. Santo de Lucía. Los abuelos Moncho y Flora, Lucía, “Soli” y Ana. (Archivo Familia Goce García).
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15 de mayo de 1992. Lucía Vilar Goce con tres años.
Baiona, Barrio de San Xoán, abril de 1993. El abuelo Moncho, con sus nietas Ana y Lucía. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, abril de 1993. Domingo de Ramos. “Flori” Rodríguez Goce, Flora Goce García, José Celso R. Goce y “Soli” Goce García. Delante: Lucía y Ana Vilar Goce.
Baiona, julio de 1994. En la casa del barrio de San Xoán. Los abuelos Flora y Moncho, y las nietas Ana y Lucía. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, Domingo de Ramos, 1997. Ana, “Flori” y Lucía.
Baiona, Monumento “Encuentro entre dos Mundos”, 1997. “Soli” y Juan, con sus hijas Lucía y Ana. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, 1997. Primera Comunión de las hermanas Lucía y Ana María Vilar Goce.
1997. Flora García Balboa y Moncho Goce López, en la Primera Comunión de sus dos nietas, Ana María y Lucía Vilar Goce. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, junio de 1997. “Soli” y Juan, con sus hijas Lucía y Ana, en el día de su Primera Comunión. (Archivo Familia Goce García).
Por el momento, a 2017, se acabaron las Primeras Comuniones en las familias Rodríguez Goce y Vilar Goce. Pronto llegarán las de Irene y Mateo, los primeros nietos, que esperamos que no sean las últimos.
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Cumpleaños en la casa de San Xoán, años noventa. “Chente”, “Flori”, Ana y Lucía.
Baiona, años ochenta. José Celso llegó a “cinturón negro” de Tae-kwon-do.
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Baiona, julio de 1997. Festividad de Santa Liberata. “Pita” Denis Mijón, en medio de su marido Enrique Goce López, y de su cuñado Moncho Goce López.
Baiona, Casa de San Xoán, 1998. Cumpleaños de Lucía. De pie: María del Carmen, Ana y “Soli”. Sentados: el abuelo Moncho, Lucía y la abuela Flora. (Archivo Familia Goce García).
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Aún siendo el hijo mayor, Vicente Goce García, “Chente”, es el último en casarse de los tres hermanos. En 1999, a los cuarenta y ocho años de edad, contrae matrimonio con María del Carmen Correa Barredo, natural de O Rosal. La ceremonia, como era la costumbre en la familia, se celebra en la iglesia parroquial de Santa María de Baiona.
Baiona, 1999. Boda de María del Carmen Correa Barredo y Vicente Goce García. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1999. Boda de María del Carmen Correa Barredo y Vicente Goce García. Arriba: Manolo Fernández, José Celso Rodríguez Goce, Flora Goce García, Rebeca Fernández Goce, Juan Ramón Vilar Rocha y “Soli” Goce García. En medio: Amparo Goce López, Pepita Denis Mijón, María Luisa Goce Denis, los novios, Moncha y Paruca Goce Denis. Abajo: Flori Rodríguez Goce, Ana María y Lucía Vilar Goce. (Archivo Familia Goce García).
En esta fotografía y en la siguiente, se encuentra reunida toda la familia Goce Denis y Goce García. Tan sólo falta Enrique Goce López, que había fallecido un año antes. “Chente” Goce García, después de casado, vivió con su esposa en una vivienda alquilada cerca de la Rúa de San Xoán. Su condición de marinero le obligaba a residir en Baiona. De todas formas, con la casa paterna tan próxima, continuó participando en la vida de su madre, de su hermana “Soli” y de sus sobrinas Ana y Lucía, como si siguiera viviendo allí. Con tal motivo no faltaba nunca a las celebraciones que había en la familia. El matrimonio no tuvo hijos, y sólo cuando “Chente” se jubiló, se trasladaron a vivir a O Rosal, donde su esposa María del Carmen había heredado la casa paterna, dotada además de una enorme finca. Hoy en día, 2017, siguen residiendo allí.
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Baiona, 1999. Boda de Vicente Goce García y María del Carmen Correa Barredo. Arriba: Flora Goce García, José Celso Rodríguez Goce, “Flori” Rodríguez Goce y Juan Ramón Vilar Rocha. Abajo: Ana Vilar Goce, Moncho Goce López, los novios, Flora García Balboa, “Soli” Goce García y Lucía Vilar Goce.
Baiona, 2000. Nochebuena en la casa de San Xoán. José Celso, Ana, Lucía, “Chente”, María del Carmen, y “Soli”. (Archivo Familia Goce García).
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Baiona, 2000. “Soli” y Juan, con sus hijas Lucía y Ana.
2004. Nochebuena en la casa de San Xoán. “Soli” Goce García, Juan Vilar Rocha, Lucía Vilar Goce, “Chente” Goce García y su esposa María del Carmen Correa.
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A Guarda, 2010. “Soli” y Juan. (Archivo Familia Goce García).
“Soli” y Juan había ido a A Guarda a una celebración familiar. La despedida fue: “Qué nos veamos de hoy en un año”. No pudo ser. <<Al poco tiempo de esta entrañable fotografía -comenta “Soli” con tristeza-, fallecía Juan de una rápida enfermedad. Fue siempre un buen marido, un buen yerno, mejor padre e inolvidable compañero para los marineros que compartieron con él aquellos años duros de trabajo en la mar. Siempre había sido una persona muy pacífica y conciliadora. Me quedé con una enorme tristeza por bastante tiempo. No dejó nunca de ayudarme a atender a mi madre. Enferma de Alzheimer durante diez años, los cuidados de sus últimos tiempos se hacían cada vez más duros. Juan en todo momento estuvo atento, y no reusó ni una sola vez el dedicarle cualquier atención a mi madre por desagradable que fuera. >>
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Baiona, Fin de Año, 2010. Juan y “Soli”, con sus hijas Ana y Lucía, preparadas para salir a celebrar la fiesta. (Archivo Familia Goce García).
Ana y Lucía Vilar Goce, lo mismo que sus primos José Celso y “Flori” Rodríguez Goce, forman parte de la quinta generación de los Goce asentados en Baiona en 1890. Sus posibles descendientes -Irene y Mateo, de momento- no llevarán el apellido Goce, que se perderá por esta rama de la familia si no se le pone remedio en el Registro Civil.
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Baiona, 2011. Boda de Flora Rodríguez Goce con Miguel Matos Rodríguez. De izquierda a derecha: Ana Goce Palmou, Luciano Goce Moldes, Manoli Palmou, Moncha Goce Denis, los novios, Conchi Goce, Amparo Goce López, José Celso Rodríguez. Flora Goce García y Dora Carrera. Agachada, Paruca Goce Denis.
2011. Boda de “Flori” Rodríguez Goce y Miguel Matos Rodríguez. A ambos lados de los novios, Ana Vilar Goce con su padre Juan Vilar Rocha, y “Soli” Goce García con su hija Lucía. (Archivo Familia Goce García).
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El joven matrimonio tiene dos hijos: Irene, nacida en 2013, y Mateo, en 2016. Son los primeros nietos de la familia.
Baiona, A Percibilleira, 2012. Flora y José Celso tienen su primer nieto: una hermosa niña, de nombre Irene, que sostiene en sus brazos la tía “Soli”.
<<Mi casa es “la casa de todos” -confiesa “Soli” con una sonrisa-. Ya ves, yo cuidando de mi sobrino-nieto Mateo, mientras su madre trabaja en el Concello. Mis sobrinos entran en esta casa como si fuera la suya. “Flori” da de comer a su bebé, y de paso se toma un café… Y yo muy feliz de ver mi casa tan ocupada. >>
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Baiona, 2017. Irene y Mateo, nietos de “Flori” Goce García y de José Celso Rodrígez Carneiro, e hijos de “Flori” Rodríguez Goce y Miguel Matos Rodríguez.
Irene, con cuatro años a principios de 2017, y Mateo, con cerca de uno, forman parte de la sexta generación de los Goce, pero si no lo remedia ese necesario apunte en el Registro Civil, ya perderán el apellido Goce. Sus apellidos Matos Rodríguez, casualmente, son los mismos de su padre.
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“Flori” Rodríguez Goce.
“Flori” Rodríguez Goce y Miguel Matos Rodríguez, en una boda.
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José Celso Rodríguez Goce, el primer hijo de Flora Goce García y “Sito” Rodríguez Carneiro, se casa en 2015 con Mirian Collazo, vecina de Viladesuso (Oia).
Baiona, 2015. Boda de José Celso Rodríguez Goce y Miriam Collazo. Con los novios, “Soli” Goce García y sus hijas Lucía y Ana. (Archivo Familia Goce García).
Miriam y José Celso se casaron en el Templo Votivo del Mar de Panxón, donde la novia había sido bautizada. Parece que le ilusionaba casarse en esa misma iglesia, a pesar de residir en Viladesuso. Los novios, desde que se casaron, viven en el citado pueblo en la casa paterna de ella. Siguen trabajando ambos, Miriam en el “Hotel Talaso Atlántico”, y él en la empresa “Indugasa” de Vigo. José Celso, que había llegado de chico a “cinturón negro” de Tae-kwon-do, antes de comenzar a trabajar en la empresa viguesa, impartió clases en A Guarda de dicha disciplina.
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Baiona, Día de la Madre, 2015. “Soli”, con sus hijas Ana María y Lucía, delante de su casa de San Xoán. (Archivo Ana María Vilar Goce).
Baiona, 2016. “Soli” con sus hijas Ana y Lucía, y la perra “Rula”.
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Baiona, Navidad 2016. “Soli” y su hija Ana.
La casa número 16 -antes el 18- de la Rúa de San Xoán sigue siendo centro de reunión familiar como en tiempos de los abuelos y de los padres. Aunque ahora sólo vivan en ella “Soli” y su hija Ana, por allí acostumbran a pasar a menudo la hermana, las tías y las primas, las sobrinas y sus parejas… y por supuesto las amigas y vecinas. <<Esta casa siempre fue “la casa de todos” -recuerda “Soli” con nostalgia-. Aquí entraban y salían la familia y las amistades como si fuera casa propia. Mi madre era tan, tan buena, que nunca se le oía una queja de nada, hasta tal punto que, sin darse cuenta, se convirtió en la confesora, la consejera, el paño de lágrimas de todo el mundo… Familiares, vecinas… le venían a contar sus penas, a manifestar sus quejas, se desahogaban con ella de sus problemas, de sus penurias, y Flora les daba consuelo con una infinita paciencia. Luego de explayarse sin pausa con mi madre, se iban más tranquilas y reconfortadas para su hogar. “La casa de las penas”, le llamaba yo. Muchos secretos se llevó Flora García Balboa a la tumba, que jamás salieron de estas paredes. Pues ahora, ya desde hace bastantes años, y también sin pretenderlo, parece que yo le cogí el relevo, y desempeño el mismo o similar papel. Antes Flora García… y ahora “Soli” Goce. >>
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<<Y bueno, si así se puede ayudar a la gente… asumo el papel con paciencia y generosidad. Lo que a veces parece es que ni Flora, ni “Soli”, hayan tenido nunca problemas… Pero yo prefiero ver mi casa con vida, con pálpito, llena de gente como en los buenos tiempos de mis abuelos y de mis padres… Rúa de San Xoán, 16, la casa de los Goce García… “la casa de todos”. >>
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VIII. ¿Otra rama de Denis?
Cuando creímos que todos los Denis de Baiona tenían sus orígenes en el portugués José Denis Capelán, nos encontramos por sorpresa con otra rama que procede también de un portugués, Jacinto Denis Guerra. No es tan numerosa, pero sí importante. Nacido en 1892, hay pocos datos sobre él. Los dos Denis mencionados no parece que tengan ninguna relación entre ellos, como no sea su misma procedencia, Póvoa de Varzim, comarca del norte de Portugal con una cuantiosa población con este apellido. Tampoco es probable ningún contacto entre los dos, pues cuando Jacinto Denis Guerra llega a Baiona, José Denis Capelán estaba a punto de fallecer. En aquellos años, última década del XIX y primera del XX, se produjo una corriente numerosa de emigrantes portugueses a tierras gallegas, sobre todo a las zonas próximas a la frontera de Valença. Jacinto Denis Guerra, poco tiempo después de su llegada a la villa, contrae matrimonio en 1918 con Agustina González Silva, nacida en Baíña en 1898, él con veintiséis años de edad, y ella con veinte. Tuvieron cuatro hijos, los Denis González: Jacinto “Chinto” (1919/75), Rosa, Carmen y Nélida “Nela” (1927/2014). <<Agustina lo pasó muy mal -cuenta una amiga íntima, y por entonces vecina de su casa de O Burgo -. Su marido, el portugués, trabajaba en el monte cortando y aserrando pinos para la construcción. Un buen día, tras permanentes discusiones de carácter económico, el matrimonio acuerda que él se fuera a Buenos Aires a ganar dinero, que luego le iría mandando a ella desde allá. Eran tiempos en los que mucha gente de la comarca se iba a Argentina en busca de hacer fortuna. De forma que en 1927, Jacinto Denis Guerra se embarca en el “Juan de Garay” en Vigo, y después de tres meses de navegación, llega a Buenos Aires. La esposa recibió las dos primeras cartas de
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su marido -una desde el propio barco-, y a partir de ahí ya nunca más supo del portugués hasta pasados cerca de veinte años. Así pues, Agustina se quedó abandonada en O Burgo con sus cuatro hijos, el mayor, “Chinto”, con ocho años, y la más pequeña, “Nela”, con tan sólo unos meses. Sin dinero -habían invertido sus escasos ahorros en el pasaje del marido-, sin ocupación, con los cuatro niños que mantener, esperanzada en que Jacinto les enviase dinero -cosa que nunca ocurrió-… Lloraba mucho… Tuvo que buscarse la vida, y empezó a “vender” pescado por el interior de la comarca. ¡Cuántas veces caminó descalza por el monte!... todo para poder cambiarle a los campesinos o peixe por “alimentos”: pan, verduras, unto, leche… y conseguir de esta manera algo que dar de comer a sus hijos… y pagar las 25 pesetas del alquiler de la casa. Agustina, de la familia de “as ghanchas”, una gente muy modesta, no tuvo a nadie que le echara una mano como no fuésemos los vecinos más cercanos, que tampoco andábamos muy sobrados. Pasó hambre, frío, penas de todo tipo… y ¡lloraba!, ¡lloraba mucho!, por culpa del sinvergüenza de su marido. El tiempo fue pasando, los hijos fueron creciendo, y comenzaron a ayudar en casa. La situación familiar empieza a mejorar poco a poco a partir de que “Chinto” se inicia en la profesión de marinero. Por otro lado, pronto sus hermanas Rosa y Carmen encuentran empleo en alguna de las tres fábricas de conserva, la de Puga, la mejillonera y la de salazón, en las que van cubriendo temporadas de una en otra factoría. Agustina, a pesar de su miseria, era persona educada, discreta, limpia y ordenada en lo poco que tenía, y siempre agradecida cuando recibía alguna ayuda. A sus niñas les inculcó una educación esmerada, y aún en la escasez, ellas se mantenían correctas y alegres. De hecho, andaban siempre cantando. Cuando empezaron a trabajar en las conserveras, Rosa y Carmen solían ir al Cine Avenida de Baiona a la sesión de las diez de la noche. Luego regresaban a casa cantando por el camino aquellas canciones del momento de Lola Flores, Carmen Sevilla… Jacinto “Chinto”, enseguida se casó con “Solita”, y dejó la casa materna. Asimismo, Rosa se casaba al poco tiempo con José, un chico de Morade, que trabajaba en el aserradero de madera de
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los Barreiro en A Ladeira. Se fueron a vivir a Coruxo, el lugar donde encontraron más barato el alquiler de su vivienda. Y Carmen, ya con más de veinte años, y decepcionada de su vida poco afortunada en Baiona, decide emigrar a Buenos Aires. Allí se casa a poco de llegar, crea su familia, y al parecer tiene dos hijos, un niño y una niña. No tardaría mucho en encontrarse con su padre, Jacinto Denis Guerra, en la capital argentina. >>
Virgen de la Roca, años treinta. Excursión familiar en el “Día de las Empanadas”. Entre otros: Jacinto Denis González y su esposa “Soli” Barreiro López, “os Manotos”, “os das gemelas”, Carmen Denis González… (Archivo F. Denis Barreiro).
La familia de Agustina, como tantas otras de Baiona, no dejaba nunca de celebrar estas xuntanzas a raíz de las fiestas populares de la comarca. Las romerías de la Virgen de la Roca, de la Cela en Baredo, de las Angustias en Nigrán… el Curro de Mougás…
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En 1943, después de dieciséis años desde la ausencia de su marido, Agustina, acompañada de su hija “Nela”, viaja a Buenos Aires para visitar a Carmen y conocer a su familia… y atender los permanentes deseos de su hija de que se fueran para allá. <<Allí se encontró con la desagradable sorpresa del portugués -continúa contando su amiga- viviendo en la casa de la hija, y padeciendo una enfermedad bastante avanzada. Agustina no quería ni verlo delante, pero Carmen le argumentaba: “Mamá, es nuestro padre”. No tuvo más remedio que soportar su presencia, pero según ella me contó al regreso, ni consintió la más mínima conversación privada con el marido. >>
Buenos Aires, 17 de enero de 1951. Fotografía enviada a la familia baionesa desde Argentina. “Nela” Denis González, la abuela Agustina con su nieto en brazos, Carmen Denis González y su marido argentino. (Archivo Familia Denis Barreiro).
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Y lo que iba a ser una breve visita familiar, se convirtió al fin en diecisiete años de estancia en Buenos Aires. Madre e hija encontraron trabajo en la capital argentina, hasta que en 1960 decidieron regresar a Baiona.
Vigo, Muelle de Trasatlánticos, 1960. Regreso de Buenos Aires de Agustina González Silva y de su hija Nélida Denis González. Las recibe en el puerto vigués, la otra hija, Rosa, la primera a la izquierda. (Archivo Familia Denis González).
<<Me contaba la abuela Agustina -recuerda su nieta Ireneque en su estancia en Buenos Aires sirvió en casa de la secretaria personal de Eva Perón… y que se enteraba de muchos secretos sobre el país… Yo conviví con la abuela desde que nací, 1966, hasta que se murió en 1987, a los ochenta y nueve años. Apenas hablaba de su pasado, y cuando le preguntaba por el abuelo contestaba siempre con evasivas… que se llevaban mal… que se separaron… >> Irene Refojos Denis, la nieta, conserva en la actualidad la vivienda de O Burgo en la que pasó Agustina el resto de sus días acompañada al principio por su hija “Nela”, y luego también por la nueva familia que ésta formó al casarse un año después del regreso. Poco antes de fallecer, Agustina recibiría en Baiona la grata visita de su hija Carmen, que volvía por primera y única vez a la villa desde su marcha a Buenos Aires, y que seguramente lo hacía a modo de despedida de su madre.
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Años sesenta. “Nela” Denis González y su hermana Rosa, con Lourdes, hija de esta última. (Archivo Familia Denis González).
Hoy en día, tras el fallecimiento de Nélida Denis González en 2014, su hija Irene continúa viviendo con su propia familia en la misma casa de entonces -con las naturales reformas para su conservación-. Al mismo tiempo, permanece al cuidado de su padre, Alfredo Refojos Barbosa, marinero jubilado, en un estado de salud bastante delicado.
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Baiona, O Burgo, años setenta. Arriba: la abuela Agustina sentada delante de su casa. Abajo: Agustina, con su hija “Nela”, en la huerta de casa.
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Jacinto Denis González, “Chinto”, el primer hijo del portugués y de Agustina, fue marinero, y se casó con la baionesa Soledad Barreiro López, “Solita”. Tuvieron cuatro hijos, los Denis Barreiro, todos ellos nacidos en Baiona: Lina (en 1944), Manolo -marinero-, Jacinto “Chinto” (en 1952) -marinero durante diez años, y luego trabajador de Citroën- y Ramona (en 1958). Viven todos ellos. “Mi padre se murió -cuenta Ramona, la hija pequeña- cuando yo tenía dieciséis años. Se había retirado del mar por enfermedad a los cincuenta y cinco, y falleció dos años después. >>
Jacinto Denis González, “Chinto”. (Baiona, 1919/1975).
Al casarse, “Solita” y “Chinto” establecieron su vivienda en la Calle Iborra -ahora Rúa Diego Carmona-, con una pequeña huerta por detrás, y en donde sigue viviendo hoy en día la hija mayor, “Lina”, al cuidado de su madre, casi ciega, bastante enferma y con cerca de cien años de edad.
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Curro de Mougás (Oia), años sesenta. Siguiendo las costumbres de entonces, casi toda la familia se desplaza en pleno al popular curro. Entre otros: Jacinto Denis González, su esposa “Soli” Barreiro López y su hijo “Chinto”, la abuela Agustina González, su hija Rosa Denis González y su nieta Carmiña, el señor Manuel “das ghanchas”, su esposa Asunción y su hijo Francisco, “Nela” Denis González y su marido Alfredo Refojos Barbosa, Lina Denis Barreiro, varias hermanas “das ghanchas”… (Archivo Familia Denis Barreiro).
Baiona, años setenta. “Solita” Barreiro López, con la señora Amparo, popular vecina del barrio, viniendo de buscar agua de la fuente de A Laxe.
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Baiona, 1978. “Solita” Barreiro López, en la huerta de casa, con su nieto José en los brazos. (Archivo Familia Denis Barreiro).
<<”Chinto”, y también su esposa “Solita”, nunca se llevaron bien con Agustina -cuenta la vieja amiga de la abuela-, y muchas veces las visitas de él sólo valían para montar bronca con su madre y con sus hermanas. En esas ocasiones, “Nela”, aún muy niña y de enorme timidez, se escapaba a nuestra casa para no presenciar las peleas familiares. >>
Baiona, 1978. Jacinto Denis González, en la huerta de casa, con su nieta Lourdes.
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Baiona, años setenta. En la huerta de casa, celebrando las “Fiestas del Carmen”. A la izquierda, de espaldas, José Marcote, marido de Lina Denis Barreiro. Enfrente, su suegro, Jacinto Denis González. Delante, los nietos José y “Tere”, hijos de “Lina”. (Archivo Familia Denis Barreiro).
Baiona, 1978. Celebración de las “Fiestas del Carmen” en la casa de la Calle Ibarra. De izquierda a derecha: Ramona, “Solita”, con su nieto José en brazos, y Jacinto. (Archivo Familia Denis Barreiro).
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Marinero desde muy niño, Jacinto Denis González anduvo embarcado en los legendarios pesqueros de Baiona: el “Ballenato” (1952), el “Cervantes” (1954), el “Nazareno” (1955), el “Nartallo” (1956), el “Marisuca Albo” (1959) -éste de Vigo-, el “Sola”, y finalmente el “Canero”, en el que permaneció desde 1961 hasta 1974, año en el que desembarcó definitivamente por enfermedad.
En el “Marisuca Albo”, de Vigo, durante la campaña del bonito. Entre otros: Vernet, “o dos pinillos”, señor Manolo, “o carraceso”, Lucho, “o da Quintana”, “Chinto” Denis… (Archivo Familia Denis González).
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Vigo, O Berbés, 1954. El “Miguel de Cervantes”, del patrón baionés Ulpiano Vilar. Ese mismo año -con Jacinto Denis González entre los marineros-, este barco trasladó desde Vigo a Baiona al “Cristo dos Farois” que se venera en la Capilla de la Santa Paz y Misericordia. Una donación de la familia Vieira al pueblo baionés.
Algeciras, 1959. Ayú, “o tártaro” y “Chinto” Denis González, en un momento de descanso a bordo del “Marisuca Albo”, de Vigo. (Archivo Familia Denis González).
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Algeciras, años sesenta. Disfrutando en un bar de la ciudad de un día libre en el “Marisuca Albo”. Entre otros: Ayú, Arsenio, Matos, Lucho, “Chinto” Denis…
Algeciras, 1959. En el “Marisuca Albo”. Entre otros: Arsenio -en la cabina-, ”Chinto” Denis, Lucho, señor Matos… (Foto Borrajo. Archivo Familia Denis González).
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Años sesenta. El “Canero”, saliendo a faenar a Marruecos.
Algeciras, años sesenta. Rancho a bordo del “Canero”. Entre otros: “Chinto” Denis González, Ángel “catau”, “Cariño, Ayú”… (Foto Borrajo. Archivo Familia Denis Barreiro).
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Baiona, años sesenta. “El “Canero”, saliendo del puerto. Entre otros: Paco “da ghancha”, Matos, “Chinto” Denis… (Archivo Familia Denis Barreiro).
Algeciras, años sesenta. En el “Canero”, después de la correspondiente descarga del pescado, a la espera para salir de nuevo a faenar. Entre otros: “Chinto” Denis González, Arturo “de Graciano”, señor Lano “da Bucha”, Ángel “o catao”, Arnó, Quin “o Canero” -el patrón-, Ayú, señor Manolo… (Archivo Familia Denis Barreiro).
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Lina Denis Barreiro, la hija mayor de Jacinto y “Solita”, se casa con el baionés José Marcote Gómez, también marinero de profesión. Tienen tres hijos: Lourdes, que vive en Tenerife, María Teresa, en Baiona, y José Jacinto Marcote Denis, que trabaja en el astillero “Rodman Poliships” de Vigo, y que de este modo aún mantiene la histórica relación de esta rama de los Denis con la mar. Manolo, el segundo hijo de Jacinto, marinero igual que su padre, contrae matrimonio con la canguesa María Jesús. Vivieron en Baiona de recién casados, pero al poco tiempo se trasladaron definitivamente a vivir a Vigo, estancia que alternan por temporadas con Cangas en la casa familiar de la esposa. Tienen dos hijos: José y Ana, ésta, bióloga de profesión, trabaja en Inglaterra. La vida laboral del tercer hijo, Jacinto, heredero del apodo “Chinto” de su padre, transcurre entre sus diez años de marinero, de 1966 a 1976, y su ingreso en Citroën hasta 2013, momento de su jubilación.
Guèdiawaye (Senegal), 1975. “Chinto” Denis Barreiro, en el “Benito Portuondo”.
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En 1966, con tan sólo trece años, inicia su etapa de marinero en el “Carmiña” de Baiona, de Mario Leyenda. Al cabo de unos meses pasa al “Julio Bueno”, del que recuerda “Chinto” que fue embargado por orden judicial -con pesca y todo- nada más arribar a puerto un mes y medio después de su embarque. Continúa en 1967 en el “Susita”, hasta que se enrola un año más tarde en el “José Ángel” de “Os Caringa”, llevando como patrón a Carlos Vilar “o Caringa”. Permanece hasta 1971, año en el que el armador, Pepe “o Caringa”, lo traslada al recién botado “Nuevo José Ángel”.
Baiona, años sesenta. El “Carmiña”, lancha en la que inició “Chinto” Denis Barreiro sus labores de marinero.
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Ría de Vigo, finales de los años sesenta. El “José Ángel” se dirige a O Berbés a descargar 12.000 kilos de sardina. (Archivo María Luisa Cedeira Martín).
En 1972, “Chinto” Denis Barreiro se incorpora en Ferrol al servicio militar por la Armada, siendo destinado tras el período de instrucción a la E.T.E.A. de Vigo.
Ferrol, 1972. Jacinto Denis Barreiro, “Chinto”, en el servicio militar.
En 1974, al regreso del servicio militar, embarca en el “Benito Portuondo”, de Bermeo. Al cabo de un año, pasa un mes en el “Picacho” de Baiona, y otro mes en el “Nuevo José Ángel”, para terminar su vida de marinero en 1976 en el “Almuiña Segundo”, en el que desembarca por voluntad propia.
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Unos meses después, en 1976, ingresa en la factoría automovilística “Citroën Hispania” de Vigo, dejando definitivamente atrás esos diez años de mar que “Chinto” Denis Barreiro ya no olvidará nunca.
Libreta de Marinero de Jacinto Denis Barreiro, (1966/76).
En 1977, poco después de entrar en “Citroën Hispania”, Jacinto Denis Barreiro, “Chinto”, se casa con la baionesa Dolores Cabral Fernández en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona. Él con veinticinco años, y ella con diecinueve. Tienen dos hijas, Carolina y Laura Denis Cabral. Treinta y ocho años trabajó “Chinto” Denis Barreiro en Citroën, donde alcanzó el puesto de oficial de primera. Se prejubila en 2013 a la edad de sesenta y dos años.
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Al margen de su trabajo, “Chinto” destacó siempre por su buena voz como cantante. Tanto en su época de marinero, como después cuando estuvo en Citroën, participó con asiduidad en el famoso “Coro del Miserere”, fundado por el gran músico baionés Urbano Vernet, y que continúa cantando, como es tradición, todos los Jueves y Viernes Santos en la Ex Colegiata de Santa María. Desde su fundación a principios del siglo pasado, ya ha cumplido más cien años de vida.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, años setenta. El “Coro del Miserere” cantando en un Jueves Santo. Participan en esta ocasión, entre otros: Paco Núñez, Lito, Jesús Alar, José Búa, Camilo González Durán, Jesús Cedeira, Arturo, Manolo Fernández, José, Antonio Carneiro, Paco Varela, Vicente Domínguez, Ramón Acevedo, Joaquín Cedeira, Luis Vilar, Pablo, Manuel Castro, Carlos Vilar, Saturno Morell, José Barreiro, Ubaldo Cedeira, Armando Blach, José Cedeira, Manolo Castro, Jacinto Denis Barreiro, Manuel Carneiro… y el director “Gito” Leyenda Pereira.
En 2001, varios componentes del “Coro del Miserere”, entre ellos “Chinto” Denis Barreiro, se reúnen para formar el Coro de Homes “Voces Baionesas”, con el fin de ampliar su reducido repertorio religioso a otros géneros musicales. Cuarenta voces compusieron el coro recién formado, y Remigio Leyenda Pereira, “Gito”, continuaría en su función de director en el nuevo grupo.
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Baiona, Puerto Pesquero, años setenta. El “Coro del Miserere”, cantando en la misa de campaña con motivo de las “Festas do Carme”. Entre otros: Jesús Alar, Arturo, José Belarmino, Gonzalo, Manolo Fernández, Manuel Castro, Abilio, “Lalo” Goce Silva, Camilo González Durán, Ignacio Pais, José Barreiro, José Cedeira, Armando Blach, José Pérez, Berto, Ubaldo Cedeira, José Orío, Carlos Vilar, Paco, Jesús Barreiro, Antonio, Policarpo Vilar, Jacinto Denis Barreiro, Manolo…
Debutan en el Auditorio Municipal “V Centenario” con un brillante “Festival de Habaneras”. A partir de entonces, sus actuaciones en la villa se repiten con puntualidad cada año: Navidad, “La Arribada”, Semana Santa, “Día da Nai”, Conciertos de Verano… Su prestigio fue creciendo enseguida, y comienzan a actuar fuera de Baiona: Ferrol, Ourense, Palos de la Frontera, Santuario de Nuestra Señora de Fátima (Portugal), Vilanova de Arousa, A Guarda, Arroyo de la Encomienda (Valladolid), Moaña… En 2009, el Coro de Homes “Voces Baionesas” y el Grupo de Cuerda “Virgen de la Roca” se unen para ofrecer los momentos más brillantes de ambas agrupaciones, con espectaculares conciertos aún recordados, y reafirmados con la grabación de varios CD y DVD durante esos años: “Con Nuevos Aires”, “X Aniversario Concerto do Nadal”, “Concerto Homenaxe Día da Nai”, “Festival de Verano” y “XI Festival da Canción a Nai”. Con motivo de la celebración de “La Arribada” de 2011, en un concierto conjunto con la “Banda de Música Municipal de Baiona”, estrenan “La Gran Hazaña”, música y letra de Gabriel Rodríguez, director de la banda, obra dedicada al Descubrimiento de América. También interpretan con gran éxito la “Suite de La Arribada”, también composición del director sobre el mismo tema.
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Ex Colegiata de Santa María de Baiona, 2008. Tradicional “Concierto de La Arribada” del Coro de Homes “Voces Baionesas”. Arriba: Joaquín Cedeira, Saturno Morell, “Lalo” Goce, Abilio Fernández, Carlos Vilar, Jesús Barreiro, José Barreiro, Jesús Freire, Carlos Marcote y Alberto Soliño. En medio: Celso Rodríguez, Ramón Acevedo, Manuel Castro, Jesús Cedeira, Francisco Leyenda, Serafín Barra, Manuel Montero, Jacinto Denis Barreiro y Juan Estévez. Segunda fila: Manuel Álvarez, Manuel Rodríguez, Santiago, Ángel Leyenda, Ubaldo Cedeira, Armando Rodríguez, Manuel Gómez, José Rodríguez, “Canco” Goce y José Pérez. Delante: Antonio Freire, Roberto Leyenda, Ángel Martínez, Vicente Domínguez, Jesús Alar, Francisco Ulbeira, José Denis, Ignacio Pais, Arturo López, Belarmino Carneiro, José Cedeira, Francisco Varela y Manuel Carneiro. En el centro: Remigio Leyenda Pereira, “Gito”, el director.
Baiona, Auditorio Municipal “V Centenario”, 2012. “Concerto Homenaxe Día da Nai”, con el Coro de Homes “Voces Baionesas” y el Grupo de Cuerda “Virgen de la Roca”. Jacinto Denis Barreiro, el cuarto de la fila de arriba. Por el grupo de cuerda: Paula Guntín, Jesús Alar, Aitor Acevedo, Mary Carmen Casás, Celso Casás y Guillermo Blanco.
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Baiona, Auditorio Municipal “V Centenario”, 2011. “Concerto Homenaxe aos Pobos Irmáns”. La “Banda de Música Municipal de Bayona” y el Coro de Homes “Voces Baionesas”, estrenan la “Gran Hazaña”, música y letra de Gabriel Rodríguez, director de la banda. Jacinto Denis Barreiro, el cuarto de la fila superior.
En 2014, las dos agrupaciones que tantos éxitos habían cosechado conjuntamente, se separan. Mientras el Coro de Cuerda “Virgen de la Roca” desaparece, el Coro de Homes “Voces Baionesas” continúa en su actividad hasta hoy en día, 2017. Como consecuencia de esta extinción, a mediados de ese mismo año se funda el grupo de voz y de cuerda”Baiona Bay”. Lo forman, además de la mayoría de los componentes del coro de cuerda desaparecido, un conjunto destacado de voces, entre las que se encuentra “Chinto” Denis Barreiro, cofundador de la rondalla junto a Paula Guntín, la directora, y otros compañeros. “Baiona Bay” debuta en agosto, y a partir de entonces se repiten sus conciertos por Baiona y comarca. Navidad y La Arribada en el Audotorio Municipal “V Centenario”, Liceo Marítimo de Baiona, “Feira do Libro de Nigrán”, Fiestas de Baiona en la Praza do Concello, Alameda de San Campio en A Ramallosa… Componen el grupo: Paula Guntín, como directora; Luis Maciel, Guillermo Blanco (hijo) y Paula, con las bandurrias; “Simba” Piñeiro, con el laúd; Celso Casás, Guillermo Blanco (padre), Moncho Acevedo, Ana Mary, Mary Carmen Casás, Antonio Pereira, Viñas y Plácido Viéitez, con las guitarras; Mary Carmen Carneiro, Ana Denis, Kiko, Manolo Rodríguez, “Chinto” Denis y Manuel Blach, las voces.
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Baiona, julio de 2016. Concierto del grupo de voz y cuerda “Baiona Bay” en la Praza do Concello, con motivo de la programación cultural del “Baiverán 2016”.
Baiona, 2017.El grupo de voz y cuerda “Baiona Bay”. Arriba, en un ensayo. Abajo, preparados para un concierto en la Alameda de San Campio de A Ramallosa.
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Ramona Denis Barreiro, la cuarta hija de Jacinto y “Solita”, se casa en 1979 con José Carlos García Leyenda, de Baíña (Baiona), marinero en sus inicios, y más adelante trabajador de los Astilleros Alonso de Vigo. El matrimonio tienen dos hijos: Sandra y Carlos García Denis, los dos nacidos en Baiona. Es evidente que el apellido Denis -lo mismo que le ocurrirá a sus primas- se perderá en una futura descendencia. Sandra, a los doce años, bailó en la Escola de Danza “Vila de Baiona”. Pertenecía al grupo de las “mostazas”, y fue una de las elegidas para acudir a la “Expo” de Sevilla en septiembre de 1992. Actuaron en Pabellón de Galicia en el “Día de Baiona”.
Baiona, 1992. Sandra García Denis, en la “Escola de Danza Vila de Baiona”.
En la actualidad, Sandra García Denis trabaja en Baiona en la tienda de náutica “Telemar”.
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Baiona, años ochenta. Carlos García Denis y su madre Ramona Denis Barreiro.
Carlos García Denis, nacido en 1984, pronto destacó como futbolista. Entrenado en sus comienzos por su padre -ex jugador de varios equipos de la comarca- en el Racing de Vilariño, siguió en el Club Areosa de Vigo, y en 1995 fue seleccionado por el Real Club Celta para participar en el Campeonato Nacional Alevín de Brunete.
Campo de Vilariño, 1994. El equipo benjamín del Racing de Vilariño, entrenado por José Carlos García Leyenda. Su hijo Carlos es el tercero de la fila de arriba.
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Vigo, Campo de Coia, 1995. Club Areosa Alevín. Carlos García Denis, el primero por la izquierda de los jugadores agachados. (Archivo Familia García Denis).
Brunete, 1995. Carlos García Denis, el segundo por la derecha de arriba, es seleccionado por el R.C. Celta para participar en el famoso “Torneo Nacional Alevín de Brunete”. (Archivo Familia García Denis).
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Balaídos, 1995. Carlos García Denis junto a su padre José Carlos García Leyenda.
Carlos pasó después por la Escuela de Fútbol de Mareo del Sporting de Gijón, jugó en el C.D. Ourense de Segunda División B, en el Club Porriño Industrial de Tercera División, en el Mondariz, Cultural Areas y Oiense C.F., equipo en el que se retiró en 2015.
Salvatierra, 2005. Club Salvatierra. Categoría Preferente de Galicia Abajo, Carlos García Denis, en el centro. (Archivo Familia García Denis).
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2006. Club Porriño Industrial. División de Honor de Juveniles. Carlos García Denis, el tercero por la derecha de los jugadores agachados.
Carlos García Denis, siguiendo su trayectoria deportiva, se aficionó al tenis, y además de jugador, es en la actualidad monitor en las Escuelas de Valladares, Gondomar, O Rosal, Oia y Baiona.
Carlos García Denis, monitor de tenis.
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Al margen del deporte, Carlos es un autodidacta de la guitarra, y ha tocado en varios conjuntos. Ahora, desde 2015, pertenece al grupo “La Patrulla”.
Carlos García Denis acompaña con la guitarra a David Miniño. (Foto Albert Alaez).
“Carlito Norio”, su nombre artístico en el grupo “Los del Barro”, tocando con su compañero “Txaro Mutxamartxa”.
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Baiona, 2015. Grupo musical “Los del Barro”, con Sonny Crocket, Carusso Ratocan, Carlito Norio, Txaro Mutxamartxa y Pendi Jackson.
David Miniño y Carlos García Denis.
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Baiona, 2016. Grupo musical “La Patrulla”: Carlos “Norio”, guitarra; “Javi”, batería; “Mon”, guitarra y voz; Juan Manuel, bajo.
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La segunda hija de Angustina, Rosa Denis González, se casó en los años cuarenta con José González, natural de Morade (Baiona). El nuevo matrimonio se trasladó a vivir a Coruxo (Vigo), aunque él siguió trabajando en el aserradero de los Barreiro en A Ladeira (Baiona).
Baiona, A Ladeira, años cuarenta. El aserradero de los Barreiro, desaparecido en la década de los sesenta.
Tuvieron tres hijos: Lourdes, Josesito y Carmiña González Denis. Con sus posibles descendientes, si no le ponen remedio en el Registro Civil, el apellido Denis se habrá perdido por esta rama. A principios de los años sesenta, la familia decide emigrar a Andorra a trabajar, y ya no regresarían a Galicia hasta pasado bastante tiempo. Carmiña, la hija más pequeña, que había salido de Coruxo con poco más de siete años, ya se quedó allí para siempre. Fallecidos sus padres hace unos años, la hija mayor, Lourdes González Denis, vive en la actualidad, 2017, en el barrio de La Guía (Vigo), y acaba de enviudar hace poco tiempo. Por su parte, Josesito, el segundo hijo, sigue residiendo en Coruxo (Vigo), mientras que la pequeña Carmiña, continúa viviendo en Andorra con su familia.
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En 1962, un año y medio después del regreso de Argentina, Nélida Denis González se casa a la edad de treinta y cinco años, con Alfredo Refojos Barbosa, marinero de profesión. El nuevo matrimonio se establece en la casa materna de O Burgo, y conviven con su madre Agustina. Tienen dos hijas: Ana María e Irene Refojo Denis.
Baiona, Capilla de Santa Marta, 1962. Boda de Nélida Denis González y Alfredo Refojos Barbosa. (Archivo Familia Refojo Denis).
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1962. Boda de Nélida Denis González y Alfredo Refojos Barbosa. De pie: “Chinto” Denis Barreiro, Soledad Barreiro López y su marido Jacinto Denis González, su hija Lina y su otro hijo, Manolo. Sentados: la abuela Agustina con los novios. (Archivo Familia Refojo Denis).
“Nela”, y ahora su propia familia, seguirían cuidando de la abuela Agustina, que a pesar de su edad avanzada, continuó trabajando hasta pasados los ochenta años. Su último empleo fue en el “Restaurante El Túnel”.
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Agustina González Silva, fallecía en 1987 a los ochenta y nueve años. Fue enterrada en el Cementerio de Baíña.
1960. Boda de Nélida Denis González y Alfredo Refojos Barbosa. Entre otros: los novios, la abuela Agustina, Lina Denis Barreiro, Joaquín, Jaime, Raúl… (Archivo Familia Refojos Denis).
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Años sesenta. “Nela” y Alfredo, bailando en una fiesta.
“Nela”, después de casada, continuó trabajando en la conservera de Puga, y tras permanecer durante sesenta años al lado de su madre, le llegó el momento de disfrutar de sus hijas y de los cuatro nietos que le dieron: Jenifer e Iván, de Ana María, y Verónica y Francisco, de Irene. Todos ellos pierden el apellido Denis, de ingrato recuerdo para ella. Fallece en su casa de O Burgo en 2014, a la edad de ochenta y siete años.
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La primera hija de “Nela” y Alfredo, Ana María Refojo Denis, residente en Vigo durante muchos años, se acaba de trasladar a vivir a Baiona, su tierra natal. Tiene dos hijos: Jenifer e Iván Figueroa Refojos. Irene, la segunda hija, está casada con Francisco Manuel Almuiña Pérez, de profesión comercial, y tienen dos hijos: Verónica y Francisco Almuiña Refojos, que, como sus primos, han perdido el apellido Denis. “Franc”, siguiendo los pasos de su tío y de su primo Carlos -también los de los Denis de la otra rama de Baiona-, jugaba al fútbol hasta hace muy poco en el equipo juvenil del Racing de Vilariño, del que era capitán en su última temporada.
Francisco Almuiña Refojos, en su última temporada en el Racing de Vilariño.
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El portugués Jacinto Denis Guerra, origen de esta otra rama de Denis en Baiona, no ha dejado demasiada sucesión. Tal vez la pronta separación de su esposa Agustina, impidiera una descendencia más numerosa, tal como se estilaba en aquellos tiempos en las familias de la villa. De los cuatro hijos, tan sólo un hombre, con lo que el apellido en el caso de las mujeres, desparecerá a partir de la cuarta generación. El único hombre, Jacinto Denis González, “Chinto”, tuvo a su vez dos varones, Manolo y Jacinto Denis Barreiro, cuyos hijos pueden conservar el apellido alguna generación más. Y sin tener nada que ver con los Denis de la otra rama, también hay en ésta cantadores, una bailarina de baile gallego, músicos y deportistas.
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IX. Balbino Goce López
Balbino, nacido en Baiona en 1929, fue marinero como su padre y como sus cuatro hermanos mayores. Igual que ellos, a los doce años ya se inició en las tareas de la mar. Primero en lanchas de parientes y amistades, luego en el “Pateliño”, la gamela de casa, y muy pronto se embarcaría en uno de aquellos míticos pesqueros baioneses que por entonces faenaban á ardora por las costas gallegas y portuguesas a la captura de la sardina y el jurel. Fue el octavo de los diez hijos de Enrique Goce Fernández y la baionesa Concepción López Castro, “la abuela Sion”, como se le conoció popularmente con el paso de los años. Enrique, a su vez, fue el tercer hijo de uno de los actores de teatro que se asentaron con su familia en Baiona en 1890, tras la disolución de la compañía teatral en la que venían. Cuando esto ocurrió, sólo tenía cinco años. Incorporado a la vida baionesa, a Enrique no se le presentó otra salida que no fuera la pesca, y a ella entregó toda su vida de trabajo. Luego, sus seis hijos varones serían también pescadores, y sus respectivas esposas, fieles al papel de las mujeres de la villa, venderían el pescado que sus maridos traían de la mar. Como la mayoría de los niños de Baiona, Balbino aprendió a leer, a escribir y a hacer cuentas en las Escuelas Públicas, situadas en la Calle Alférez Barreiro en los años treinta. Y sin apenas transición entre la niñez y la adolescencia, ya comenzó a formarse como marinero… y por lo tanto con derecho reconocido para fumar, tal como le dijo un padre pescador a su jovencísimo hijo al sorprenderle comprando tabaco: “Si tienes edad para embarcarte, también tienes edad para fumar”. Con el tiempo, y después de un inicio tan tempranero, sería este mal hábito de fumar lo que conduciría a Balbino Goce a contraer una enfermedad irreversible. En 1985, a los cincuenta y seis años, fallecía de un cáncer de pulmón. Dejaba viuda y cinco hijos. Triste desenlace repetido bastante a menudo entre los marineros de la villa. Por desgracia, tampoco faltaron casos parecidos entre los Goce y entre los Denis.
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Baiona, Escuelas Públicas, años treinta. Señalados con una flecha, los primos Antonio Goce “Cabecitas” y Balbino Goce López. Y entre los alumnos, Vicente Goce López, otro primo, Segundo “perniñas”, Carlos “o chupeta”, “O concuá”…
Baiona, finales de los años cincuenta. La baionesa Concepción López Castro, la “abuela Sion”, poco antes de fallecer. (Archivo Familia Goce Carrera).
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En 1949, Balbino es llamado a filas para cumplir el servicio militar. Ingresa en la Armada en Ferrol, y se licencia en 1951.
Ferrol, 1949. Balbino Goce López, a la izquierda, durante el servicio militar.
A la vuelta del servicio militar, forma parte del primer equipo del Juvenil Erizana, recién fundado por el Padre Fernando Muñoz en 1950. El nuevo club, aún sin federar, jugó exclusivamente partidos amistosos durante ese año. En la temporada siguiente, ya federado, participó en la Liga Comarcal, pero Balbino no pudo continuar jugando. Sus obligaciones de marinero se lo impidieron. Por entonces, se le presenta una oportunidad que no duda en aprovechar. Se desplaza a Alemania para enrolarse en un pesquero de dicho país, con el que permanece trabajando durante una marea. Al desembarcar, recibe la correspondiente liquidación, y una carta escrita en alemán que no entendió, ni tuvo a mano a nadie que se la tradujera, y que dedujo que era el anuncio del fin del embarque. Más tarde, ya en Galicia, se enteró de que se trataba de una nueva citación para embarcar, y lo sintió bastante porque estaba muy a gusto con los alemanes.
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Campo de A Palma, 1950. Uno de los primeros equipos del histórico Erizana. Arriba: Moncho, Manolo, Balbino Goce, Nando, “Chalana”, Avelino y Antonio Goce “Cabecitas”. Abajo: Ramón, José Cedeira “Papelitos”, Loro y Villamarín.
Baiona, Campo de A Palma, 1950. El Juvenil Erizana en otro partido amistoso. Arriba: Jesús, Balbino y Moncho Goce López, Avelino, Nando Garrido y Manolo “o araghón”. Abajo: Antonio Goce “Cabecitas”, Ramón Acevedo, Villamarín, Mario Cedeira y José Cedeira “Papelitos”. (Archivo Familia Goce Carrera).
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En 1946, antes del servicio militar, Balbino Goce López anduvo embarcado en el “Monchito”. Después de un año, se pasa al “Getafe”, del armador baionés Pepe Almuiña, en el que permanece hasta su incorporación a la Armada en 1949.
Balbino Goce López embarcó en el “Monchito” con diecisiete años.
Baiona, 1948. El ”Getafe”, sale a faenar á ardora con cuarenta marineros
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Al regreso del servicio militar, 1951, Balbino se enrola en el “Ballenato”, de los “Canero” de Baiona. Es la época de las legendarias mareas de sardina y jurel de los barcos de la villa. Llevaban a hasta cuarenta marineros, sobre todo necesarios para subir a bordo las pesadas redes llenas de pescado. Permaneció en este histórico pesquero hasta 1955.
Vigo, 1953. El “Ballenato” llega a O Berbés a descargar el jurel capturado en Cabo Silleiro. Entre los marineros, Balbino Goce López. (Archivo Ventura Leyenda).
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A partir de entonces, Balbino Goce pasa repetidamente de un barco a otro, sin asentarse durante mucho tiempo en ninguno de ellos. El “Nartallo”, el “Cachalote”, el “Canero”, el “Día”…
Vigo, O Berbés, años sesenta. El “Día” de Vigo, del armador José Puerta, en el muelle vigués después de la correspondiente descarga de sardina y jurel. En esa época, casi todos sus marineros eran de Baiona: Tino, “O Buzo”, Lucho, Arsenio, Guillermo, Balbino Goce López, Nardo, “Cuquito”, Pepe “Capelán”, Neno “o de O Burgo”, Ángel “o de Xosé”, el señor Emilio “o Bolas”…
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En 1970, atendiendo la recomendación de su primo “Tano” Goce Moldes, se desplaza a Pasajes (San Sebastián), y embarca en el “Jositán”, del armador Manuel Prego, natural de Corrubedo (A Coruña), y afincado en el pueblo guipuzcoano desde hacía años. Después de seis meses “a la merluza” por el Cantábrico y compartiendo barco con su primo, regresa a Baiona. Cuatro años más tarde decide trasladarse a Pasajes con toda la familia. Viven un mes en casa del primo, mientras no encuentran la vivienda adecuada.
Pasajes (San Sebastián), año 1975. Dora Carrera -con su sobrino Iván en los brazos-, y sus hijos Conchi, Rosa María, Ana Belén -en brazos de su padre-, y Luis Enrique. De sus hijos, falta la mayor, María José. (Archivo Familia Goce Carrera).
Una vez en Pasajes, Balbino se enrola durante casi un año en el “Caprevi Dos”, y luego pasa medio año más en el “Corrubedo”, ambos barcos de citado Manuel Prego, el armador gallego. Pasada esa etapa de año y medio en Guipúzcoa, la familia vuelve a Baiona en el verano de 1975. Ya aquí, se producen sucesivos embarques de Balbino: en el “Puente San Telmo”, en el “Día Segundo” del armador José Puerta, en el “Lestón” de los Maciel -“al mero” en las Islas Salvajes-, en el “Voltoya”…
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Años setenta. En aquella época, los marineros solían dedicarle a su esposa fotografías a bordo con una buena pesca. En esta, en el “Voltoya”, Balbino le escribe a Dora en el reverso: “Con todo el cariño de tu esposo”. (Archivo Familia Goce Carrera).
Balbino, a la derecha, trabajando en el aparejo en alta mar.
En septiembre de 1980, Balbino Goce López finaliza su vida marinera en la lancha “Inés Eva” de Baiona. Habían pasado cerca de cuarenta años desde sus comienzos a los doce.
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A lo largo del siglo pasado, los marineros de Baiona acostumbraban a participar en toda cuanta manifestación religiosa se celebraba en la villa. Los pasos de la Semana Santa, la Virgen del Carmen y La Anunciada, Santa Liberata, San Cosme y San Damián… eran porteados siempre por pescadores. También le bailaban a sus vírgenes y a sus santos la “Danza de las Espadas”, y las buenas voces se unían en el “Coro del Miserere” para cantar con gran solemnidad en los actos litúrgicos de la Semana Santa baionesa. Muchos Goces y Denis han formado parte en estas actividades con el paso de los años. Sus genes de actores y de cantadores surgieron en su momento, y tanto en la danza tradicional como en el coro, siempre hubo y sigue habiendo representantes de ambas sagas entre sus componentes. Balbino Goce López fue uno de ellos, participando en las procesiones y cantando en el “Coro del Miserere”.
Baiona, Procesión de la Virgen del Carmen, 20 de julio de 1955. Balbino Goce López, portado el estandarte de una cofradía. (Foto Jesús. Archivo F. Goce López).
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A principios de los años cincuenta, Balbino conoce a Dora Carrera Mariño, natural de Mondariz, en la casa de su hermano Enrique, situada en el barrio de San Xoán. “Pita”, su cuñada, la había invitado a comer a raíz de la buena amistad surgida entre ellas en Vigo en lugares de trabajo próximos.
Baiona, Barrio de San Xoán, finales de los años cincuenta. “Pita” Denis Mijón y su amiga Dora Carrera Mariño. Fue en casa de “Pita” donde se conocieron Balbino y Dora.
Vigo, años cincuenta. Dora Carrera, con un traje regional en un baile de disfraces.
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Dora Carrera Mariño, en un baile de disfraces en Vigo. Por entonces, principios de los años cincuenta, Balbino y Dora aún eran novios. (Archivo Familia Goce Carrera).
Dora Carrera provenía del pueblo de Mondariz, donde trabajaba en las labores del campo con la familia. En verano, ocasionalmente había servido en casas de familias distinguidas que llegaban de afuera a tomar los baños en el balneario. Con posterioridad se trasladó a Vigo a la casa de los Molíns, con los que pasó varios años. Cuando se casó con Balbino Goce, sin conocer para nada este nuevo trabajo, comenzó a ejercer de pescantina vendiendo el pescado que traía su marido de la mar. En sus últimos tiempos en Baiona fue mariscadora, y andaba “al percebe” por las rocas del Rompeolas y por la costa. Madre ejemplar, de educación refinada por sus ocupaciones anteriores, trabajó sin desmayo en lo qué fuera necesario para poder atender a su marido y a sus hijos.
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Vigo, años cincuenta. Baile de disfraces. Balbino Goce López en el grupo.
Baiona, años cincuenta. Delante, Balbino Goce López, el primero de la derecha, con unos buenos amigos del pueblo. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Principios de los años cincuenta. Balbino Goce López.
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Después de unos años de noviazgo, en 1958, Balbino Goce López se casa con Dorinda Carrera Mariño en Mondariz. Tuvieron cinco hijos: María José (1958), Concepción “Conchi” (1959), Luis Enrique (1964), Rosa María (1971) y Ana Belén (1972). El matrimonio establece su hogar en la Calle Santa Liberata, justo al lado de la casa del párroco, por entonces, don Moisés. <<De niñas andábamos por la Colegiata -recuerda “Conchi”- como si fuera nuestra casa. Nos colábamos por la puerta de atrás, y recorríamos todos los recovecos interiores, subíamos al campanario… Manolito, el campanero, nos reñía mucho, porque las escaleras estaban un poco ruinosas, tenían dos escalones de madera rotos, y temía que nos cayésemos. >> Fueron vecinos durante más de una década, hasta que en los años setenta la familia se trasladó a vivir a la Rúa Almirante Fontán, en el barrio conocido popularmente en Baiona como “El Chaparral”. Hace cuatro años, en 2013, las hijas se ven obligadas a llevar a su madre a vivir a Vigo. Viuda desde 1986 y ya bastante mayor, dispondría así de una mejor atención a su enfermedad, y además gozaría de una permanente compañía durante el día. Sus hijas Rosa María y Ana Belén, que convivían con ella en la casa materna de Baiona, debían acudir a Vigo a trabajar a diario, y con tal motivo se ausentaban a lo largo de toda la jornada. Se establecen a partir de ese año en la Avenida Portanet de la ciudad olívica.
Libro de Familia, 1958. Fotos de Dorinda Carrera Mariño y Balbino Goce López, con veintisiete y veintinueve años respectivamente, cuando se casan en Mondariz.
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Baiona, Calle de Elduayen, 14 de agosto de 1960. Dora y Balbino, con sus hijas Conchi y María José, y unos amigos. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce López).
Baiona, Santa Liberata, 1961. Dora Carrera, de luto por el reciente fallecimiento de la abuela Sion, con sus hijas María José y Conchi. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Baiona, A Palma, 1961. Conchi y María José Goce Carrera.
Dora Carrera, mujer de condición humilde en sus orígenes, había adquirido durante sus ocupaciones de soltera una considerable sensibilidad y formación con aquellas familias distinguidas a las que sirvió a lo largo de una década. Luego, estas peculiaridades se verían manifestadas en la forma de educar a sus hijos. Las niñas, cuando el momento lo exigía, vestían con una gracia poco común para un hogar de un marinero. Bonitos vestidos, acabados con todo detalle, sus zapatitos a juego, los sombreros… y cuando hicieron la primera comunión, el hijo también, y luego en sus bodas, las hijas lucieron siempre con una elegancia exquisita.
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Baiona, Praia de A Barbeira, 1961. María José y Conchi. (Archivo F. Goce Carrera).
Pronto las niñas comienzan a ir a la escuela con las monjitas del “Colegio Virgen de la Roca”. A ellas les imparte clase la Hermana Inmaculada, aunque Conchi no deja de aclarar que fue en la “Academia San Rafael” donde realmente le enseñaron casi todo lo que sabe. La señorita Bea y doña Ana son recordadas por las hermanas como unas formidables profesoras.
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Baiona, “Colegio Virgen de la Roca”, 1963. Conchi y María José Goce Carrera en la acostumbrada foto escolar. (Archivo Familia Goce Carrera).
Baiona, Praia de A Ribeira, 1963. Dora Carrera y sus hijas María José y Conchi. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Sabarís, 1964. Dora Carrera con sus hijos: Luis Enrique, en brazos; Conchi y María José, a cada lado. (Archivos Familia Goce Carrera).
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Baiona, A Ribeira, 1964. Dora Carrera, con sus tres primeros hijos: Luis Enrique, en brazos, Conchi y María José. (Foto Jesús. Archivo Familia Goce Cerrera).
Como en todas las familias de Baiona, las fotografías del madrileño Jesús no podían faltar en la de los Goce Carrera. A lo largo de los tres meses de verano que pasaba todos los años en la casa de “Cabecitas”, el fotógrafo dejaba entrañables testimonios familiares, que ahora con el paso del tiempo, salen a relucir en los álbumes guardados celosamente en los hogares.
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Baiona, Santa Marta, 1965. María José, Luis Enrique y Conchi Goce Carrera. Ésta, en su niñez, con grandes problemas de estrabismo en un ojo. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Baiona, años sesenta. Conchi Goce Carrera, con trenzas, en un cumpleaños de unos veraneantes. De pie, Ignacio, y a su izquierda, Lolita, sus amigos del verano.
Baiona, Praia de Santa Marta, años sesenta. Las hermanas Julia y María Molíns, de la conocida familia viguesa, que cuidó Dora Carrera como si fueran sus propios hijos. Contaba que cuando Julia se incomodaba con su madre, le decía enfadada: “Tu no eres mi mamá. Mi mamá es Dora”.
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Llegan las primeras comuniones de las dos niñas mayores, y bajo la tutela del párroco don Moisés, cumplen con el sacramento en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona en 1964. María José con ocho años, y Conchi con siete.
Baiona, 1964. Primera Comunión de Conchi y María José.
Aunque se intentaba que los padres marineros coincidiesen en tierra para las primeras comuniones de sus hijos, no siempre se lograba. Balbino Goce López no pudo asistir en esta ocasión a la de sus hijas María José y Conchi.
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Baiona, 1964. Dora Carrera, con sus hijas Conchi y María José en el día de su Primera Comunión. En el centro, su hijo Luis Enrique.
Baiona, “Academia San Rafael”, 1969. Conchi y su hermano Luis Enrique.
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Ocho años después llegaba la primera comunión de Luis Enrique en la iglesia parroquial. Siguiendo la tradición de Baiona, la celebración se hace con gran solemnidad, y en lo que se refiere a los niños, un elegante traje de marinero es lo más usual en su vestimenta, aunque en este caso concreto, Luis Enrique va más bien de almirante.
Baiona, 1972. Primera Comunión de Luis Enrique Goce Carrera.
Unos días después de su primera comunión, Luis Enrique es atropellado por un coche. Trasladado de urgencia al Hospital de Santiago, permaneció en coma durante quince angustiosas jornadas.
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A finales de 1964, y durante algo más de un año, Balbino Goce López estuvo trabajando en la Cofradía de Pescadores de Baiona. En ese tiempo, se organizó una excursión a Madrid a la que se apuntaron treinta personas entre armadores y marineros. No se sabe si en ese viaje se hizo también alguna gestión relacionada con la pesca, e incluso se pudo asistir a una Asamblea Nacional.
Madrid, Museo del Prado, 1966. Excursión de la Cofradía de Pescadores de Baiona.
Madrid, Museo del Prado, 1966. La excursión baionesa en una de las salas del museo. Balbino Goce López, en el centro, con chaqueta oscura y camisa negra.
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Madrid, Valle de los Caídos, 1966. Excursión de la Cofradía de Pescadores de Baiona. Balbino Goce López, el segundo por la izquierda, sentado en el bordillo de la escalera. (Archivo Familia Goce Carrera).
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A principios de los años setenta, la familia se amplía con el nacimiento de Rosa María en 1971, y Ana Belén, en 1972.
Baiona, 1975. Rosa María y Ana Belén con cuatro y dos años.
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Baiona, 1972. Fotografía para el Libro de Familia. El matrimonio con sus cuatro hijos: Rosa María, en brazos, María José, Conchi y Luis Enrique. Su quinto hijo, Ana Belén, aún no había nacido. (Archivo Familia Goce Carrera).
Baiona, 1973. Dora Carrera, con Ana Belén en los brazos, María José, Conchi, Rosa María en brazos de su padre, y delante, Luis Enrique.
Las fotografías para actualizar el Libro de Familia eran requisitos inevitables. Siguiéndolas una a una, se observa el crecimiento de la familia, no sólo en cantidad, sino también con el transcurrir de los años en sus componentes.
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Años 1976. Fotografía para el Libro de Familia. Dora Carrera, con Ana Belén en brazos, Luis Enrique, Balbino Goce, Rosa María y Conchi. Falta la hija mayor, María José, que ya era mayor de edad. (Archivo Familia Goce Carrera).
Baiona, A Ribeira, 1977. Rosa María y Ana Belén, recién llegadas de Pasajes.
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Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1977. Primera Comunión de Rosa María -detrás- y Ana Belén Goce Carrera. El párroco don Moisés imparte el sacramento.
Semana Santa en Baiona, años setenta. María José Goce Carrera-con botas-, Isabel Iglesias -con chaquetón-, y Conchi Goce Carrera-con gabardina larga-.
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Baiona, años sesenta. Boda de Angelita Goce Miniño y Antonio García González. Entre otros asistentes: Emilio y su esposa Milagros, tía Pacífica, Dora Carrera, Conchi Goce Carrera… (Archivo Familia Goce Carrera).
Vigo, Calle del Príncipe, años setenta. Balbino Goce López, a la derecha, con un matrimonio amigo. (Archivo Familia Goce Carrera).
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María José y Conchi estudiaron en la “Academia San Rafael”, donde aprendieron todo lo que no le enseñaron las monjitas con anterioridad. Acabaron haciendo el último curso de sexto en las Escuelas Públicas. <<Las monjas nos enseñaron a leer, a coser, a rezar y a cantar de maravilla -recuerda María José-, pero cuando Conchi y yo llegamos a la academia, apenas sabíamos sumar y restar. >> Después de regresar de San Sebastián, donde la familia permaneció un año y medio, María José estuvo trabajando un tiempo en la empresa de transporte público ATSA.
Praia América, 1978. María José, con camisa blanca, y unos compañeros de ATSA.
Praia América, 1979. Conchi Goce Carrera.
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Las niñas se hacen mayores, y llegarían las dos únicas bodas de los hijos de Dora y Balbino. En 1978, a la edad de veinte años, María José se casa en la Ex Colegiata de Santa María de Baiona con Antonio Fernández Sío, natural de Coruxo. Viven algo más de un año en Gondomar, y acaban trasladándose al pueblo natal del marido. Tienen tres hijos: Vanesa (1979), nacida en Gondomar, Patricia (1981) y Antonio (1982), estos dos nacidos en Coruxo. Llevan los apellidos Fernández Goce, igual que varios primos de Baiona. En 1995, el matrimonio se separa tras una relación de más de quince años.
Baiona, Ex Colegiata de Santa María, 1978. Boda de María José Goce Carrera y Antonio Fernández Sío. La novia entra en el templo del brazo de su padre, Balbino Goce López, y precedida de su hermana Ana Belén, que lleva las arras.
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Baiona, 1981. María José Goce Carrera, con su hija Patricia, en la casa de su madre en “El Chaparral”. Ya estaba embarazada de su tercer hijo, Antonio. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Coruxo, años ochenta. Los tres hijos de Antonio y María José: Antonio, Vanesa y Patricia. (Archivo Familia Goce Carrera).
Vanesa Fernández Goce, la primera hija de María José Goce Carrera.
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Coruxo, Iglesia Parroquial de San Salvador, 1988. Vanesa Fernรกndez Goce, en su Primera Comuniรณn. (Archivo Familia Goce Carrera).
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1989. Primera Comuniรณn de Patricia y Antonio Fernรกndez Goce.
1989. Celebraciรณn de la Primera Comuniรณn de Antonio y Patricia. La abuela Dora en medio de sus nietos. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Y es Vanesa Fernández Goce, la hija mayor de María José y la primera nieta de la abuela Dora, la que le proporcionaría su primera biznieta, Carla de nombre.
Vincios, Iglesia Parroquial de Santa Mariña, años noventa. La abuela Dora, con su biznieta Carla, en el día de su bautizo. (Archivo Familia Goce Carrera).
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AĂąos noventa. Carla y su madre, Vanesa FernĂĄndez Goce.
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Coruxo, 1998. Patricia Fernández Goce, en el día de su boda, saliendo de casa del brazo de su padre Antonio Fernández Sío con dirección a la iglesia. Se casó muy joven, con diecisiete años. Detrás, su madre María José, recogiéndole la cola, y su hermano Antonio. (Archivo Familia Goce Carrera).
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En los años setenta, Conchi Goce Carrera conoce al que sería su futuro marido, el vigués Rafael Méndez Represas, en la sala de fiestas “Ramallosa 2000”. Por entonces, la sala estaba de moda y acaparaba la atención en los fines de semana de toda la juventud del Val Miñor y del entorno.
A Ramallosa, Sala de Fiestas “Ramallosa 2000”, 1974. Conchi y Rafa, a la izquierda, con un amigo. (Archivo Familia Goce Carrera).
Rafa y Conchi, en su época de noviazgo. A la izquierda: Baiona, A Ribeira, 1974. Detrás la churrería de Emilín ubicada en aquellos años delante de la Praia de A Ribeira. A la derecha: Curro de Mougas, 1977. Conchi y Rafa, con unos amigos. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Vigo, San Juan del Monte, 1979. Boda de Pilar Arias Goce y Juan Embade Aneiros. De izquierda a derecha: Moncha Goce Denis y Carlos González Rodríguez, “Sito” Rodríguez Carneiro y Flora Goce García, y Rafa Méndez Represas y Conchi Goce Carrera. (Archivo Familia Goce Carrera).
En esta curiosa fotografía nos encontramos con tres primas, que igual que hicieron sus respectivos padres, mantienen entre ellas una gran relación: Moncha, hija de Enrique Goce López; Flora, hija de Moncho Goce López; y Conchi, hija de Balbino Goce López. Asistían a la boda de otra prima, Pilar, hija de Amparo Goce López. Son descendientes de cuatro de los diez hermanos Goce López, y forman parte de la cuarta generación de los Goce llegados a Baiona. Moncha se acababa de casar con Carlos hacía un año; Flora también se había casado con “Sito” ese mismo año; y Conchi y Rafa, lo harían dentro de dos.
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En 1981, se casan Conchi Goce Carrera y el vigués Rafael Méndez Represas en la Capilla de Santa Marta de Baiona. Se rompe de nuevo -ya lo habían hecho su hermana mayor y sus primas Moncha y Paruca Goce Denis- la tradicional unión de las mujeres de la familia con marineros, puesto que Rafa es empresario.
Baiona, Capilla de Santa Marta, 1981. La novia, Conchi Goce Carrera, entrando en la iglesia del brazo de su padre Balbino Goce López. Delante, la hermana pequeña, Ana Belén, portando las arras. (Archivo Familia Goce Carrera).
Sin embargo, el nuevo matrimonio sigue fuertemente relacionado con la pesca. Rafa tiene una importante empresa en O Berbés de exportación e importación de pescado.
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Baiona, Capilla de Santa Marta, 1981. Boda de Conchi Goce Carrera y Rafael Méndez Represas. Al fondo, el padrino Balbino Goce López.
Baiona, 1981. Boda de Conchi Goce Carrera y Rafael Méndez Represas. De izquierda a derecha, entre otros asistentes: Enrique Goce Miniño y su esposa Olga Pereira López, Benito Pérez, los novios, “Soli” Goce García, Paruca Goce Denis, Fernanda Arias Goce, Moncha Goce Denis y su marido Carlos González, Rosa Goce López… Agachados: Quique Pérez, marido de Fernanda, Antonio Carrillo Goce “o neco” y “Chente” Goce García. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Praia América (Nigrán), “Restaurante Eladio”, 1981. Balbino Goce López y Dora Carrera, con los novios Conchi y Rafa. (Archivo Familia Goce Carrera).
Conchi y Rafa tienen dos hijas: Concepción, como su madre, nacida en 1981, y Alba, en 1992. La familia vive en Beirán, parroquia de Matamá, donde se encuentra la casa paterna de Rafa y viven algunos de sus hermanos.
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Ya no habrá más bodas en la familia Goce Carrera. Luis Enrique se mantiene soltero, igual que sus hermanas pequeñas Rosa María y Ana Belén, y no parece probable que en un futuro se case ninguno de ellos.
Iglesia Parroquial de Matamá, 1992. Bautizo de Alba Méndez Goce. De izquierda a derecha: sus tios Luis Enrique y María José Goce Carrera, su prima Vanesa Fernández Goce, su madre Conchi Goce Carrera, su tío Antonio Fernández, Alba en brazos de su hermana Conchi, su padre Rafa Méndez y su primo Toñito Fernández Goce. (Archivo Familia Goce Carrera).
Nacido en Baiona en 1964, Luis Enrique, el único varón de los hijos de Dora y Balbino, fue desde su adolescencia un chico de enorme sensibilidad con el arte. Los genes de los Goce florecen en él a los quince años en el baile gallego -bailó con el maestro Polo-, actividad que alterna con la pintura -recibió clases del pintor Caino-, para la que muestra unas codiciones formidables. Pero, igual que su padre y sus tíos, comienza su vida laboral como marinero. A los dieciséis años se enrola en el “Susita”, dedicado a la pesca de bajura, en el que se mantiene algo menos de un año. Luego hace una marea en el Gran Sol al pez espada, otra a la palometa… y aquí se acaba la pesca para Luis Enrique. Aquello, evidentemente, no era lo suyo.
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A partir de entonces, su vida va cambiando de destino sin pausa, y pasa de una ocupación a otra con cierta frecuencia. Fue camarero en Baiona durante varios años, hasta que en 1986 se traslada a Sevilla a estudiar en la Escuela de Artes Aplicadas, su verdadera y, a la larga, frustrada vocación. Al no encontrar trabajo en la capital andaluza, se ve obligado a regresar cuando aún no había cumplido un año de estudios. Luego, trabajando de camarero en el Parador Nacional Conde de Gondomar, gana junto a una compañera el concurso “La Reoca” de la TVG, que les proporcionaría un premio de medio millón de pesetas.
San Miguel de Oia, 1998. En la boda de Patricia Fernández Goce, hija de María José. La abuela Dora, en el centro. A su izquierda, Rafa y Conchi; detrás, Luis Enrique; a su derecha, unos primos. (Archivo Familia Goce Carrera).
En 1991 abre el “Restaurante El Macuche” en Baredo. Una de sus especialidades era la “pachamanca”, un plato originario de los indios del Perú que se lo había enseñado a cocinar un cura misionero que pasó unos días en Baiona. Tras cerrar el restaurante en 1996, decide embarcarse para Buenos Aires, y después de ciertas dificultades por falta de documentación, entra a trabajar en un enorme gimnasio de seis pisos en el centro de la capital, en el que se ocupa de atender los vestuarios. <<En Buenos Aires me trataron siempre muy bien, tenía muchos amigos y era una persona querida. Pero una noche, al salir
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del gimnasio -recuerda Luis Enrique-, me atracaron en plena calle apuntándome con una pistola. En principio conseguí escapar corriendo, pero me volvieron a coger, me subieron a un coche, y les tuve que entregar los cuarenta dólares que llevaba encima. Lo pasé francamente mal, y cogí tanto miedo, que regresé a España de inmediato. Si no fuera por este suceso, aún continuaría allá. >>
Buenos Aires, 1998. Luis Enrique Goce Carrera, con treinta y cuatro años.
Desde entonces, 2002, vive en el barrio de Teis en Vigo, donde ha trabajado en distintas ocupaciones, entre otras en O Berbés, en la empresa de su cuñado Rafa. A su regreso, sacando a relucir sus genes Goce, Luis Enrique llega a formar parte de la coral de la parroquia de Teis, donde canta durante un año. Las muchas horas de ensayo motivan el que tenga que dejarlo muy a su pesar. <<Luego me llamaron de la “Coral Polifónica de Vigo”, y por el mismo motivo de los ensayos, tuve que rechazar el ofrecimiento. >>
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Vigo, Teis, 2015. A la salida de un concierto de la coral con motivo de una fiesta parroquial. Luis Enrique Goce Carrera, con las hermanas misioneras Jesusa y Marisa. Aquella, con noventa años, había estado en Colombia durante mucho tiempo.
<<En esta época, siguiendo instrucciones por Internet y animado por mi psicólogo, aprendí a tocar el piano sin saber nada de solfeo… y sin profesor. Hasta tal punto aprendí, que soy capaz de interpretar música clásica sin dificultades. >>
Luis Enrique en Santiago de Compostela.
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Fiel a sus viejas aficiones al arte, Luis Enrique dibuja un excelente autorretrato, utilizando notas musicales como complemento de su ejecuciรณn, y como expresando el sentir del personaje.
2013. Autorretrato de Luis Enrique Goce Carrera.
Vigo, 2016. Luis Enrique con su madre, unos meses antes de su fallecimiento.
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En los años ochenta, las dos hermanas pequeñas, Rosa María y Ana Belén Goce Carrera, se van internas al “Colegio Mosteirón” de A Coruña. Durante ese tiempo fluyen en ellas los genes de artista de los Goce, y forman parte del grupo musical del colegio “Los Wuytack” -nombre en recuerdo del músico que formó a la directora del grupo-. Entre los muchos eventos a los que acuden, destacan las actuaciones en el Conservatorio de Música de Santiago, y en los Juegos Florales de A Coruña y de Sarria.
A Coruña, años ochenta. Grupo coral “Los Wuytack” del “Colegio Mosteirón”.
A Coruña, años ochenta. Carnavales en el “Colegio Mosteiron”. ¿Quiénes son Rosa y Ana? No lo deben saber ni ellas. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Ana Belén, la hija pequeña, fue guardia municipal en Baiona en los años noventa, pero una inoportuna lesión muscular le impidió pasar las pruebas físicas en las oposiciones pertinentes para continuar en el puesto y adjudicarse la plaza.
Baiona, años noventa. Ana Belén Goce Carrera, en su época de guardia municipal, dirige a una turista japonesa hasta la entrada del Parador Nacional Conde de Gondomar. La chica era ciega e iba acompañada de su perro. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Ana Belén deja a la turista japonesa a la entrada del parador.
Las dos hermanas Rosa María y Ana Belén, ambas solteras, vivieron con la madre hasta su fallecimiento, primero en Baiona, y después en Vigo. Las dos trabajan en la empresa de congelados “Hiperxel” en la ciudad olívica.
Rosa María Goce Carrera.
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1981. Bautizo de Conchi Méndez Goce, con Manolo y Conchita de padrinos.
1989. Primera Comunión de Conchi Méndez Goce.
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Vigo, 1992. Conchi y Rafa, en el bautizo de su hija Alba MĂŠndez Goce.
1992. La abuela Dora con su nieta Alba, en el dĂa de su bautizo.
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Baiona, 1987. Los primos Vanesa, Conchi, Patricia y Toñito, en una reunión familiar. Falta Alba, que aún no había nacido. (Archivo Familia Goce Carrera).
Baiona, “El Chaparral”, 1994. Navidades en la casa de la abuela Dora. De izquierda a derecha: Conchi, Vanesa, Rosa María, Ana Belén, con Alba en brazos, y Luis Enrique. Delante, tumbado, Toñito. (Archivo Familia Goce Carrera).
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2000. La abuela Dora con su nieta Alba, en el día de su Primera Comunión.
Vigo, Parque de Castrelos, año 2000. Primera Comunión de Alba Méndez Goce. De izquierda a derecha: Daniel Giráldez Rial, María José, Patricia, Antonio, Vanesa, Rosa María, Rafa, Conchi, Ana Belén y Conchi hija. En medio, la nieta y la abuela Dora. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Conchi Méndez Goce, la nieta de Dora, sacando a gala los genes de comediante de sus míticos tatarabuelos Goce, formó parte del grupo de teatro del Colegio Montesol en el que estudiaba. Posteriormente, siguió haciendo teatro durante dos temporadas en la Sociedad Atlántida de Matamá, hasta que en el 2000 los estudios le obligaron a dejarlo muy a su pesar.
Beirán, Carnaval, años noventa. Conchi Méndez Goce, disfrazada de “Mami”, la sirvienta de Scarlata O´Hara, protagonistas principales de la famosa película “Lo que el viento se llevó”. El papel lo había interpretado en una obra teatral con el grupo de la Sociedad Atlántida de Matamá. Cuenta la madre de Conchi, que su hija imitaba la forma de hablar de “Mami” de una manera casi perfecta.
<<Y durante mis estudios en el Instituto -recuerda Conchi sin pasarlo por alto-, gané dos premios de poesía. >>
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Alba Méndez Goce, la hermana de Conchi, se inclinó en cambio en su niñez por la danza moderna. Bailó en la “AA.VV. Val do Fragoso”, hasta que hubo de retirarse por una pequeña lesión.
“AA.VV. Val do Fragoso”, 2002. Grupo de danza moderna de la asociación. Alba Méndez Goce, en el centro, a la izquierda de su compañero de negro.
Más adelante, ya en el deporte, donde también han destacado antecesores de la familia, Alba formó parte del equipo de baloncesto del “Colegio Andersen”, centro en el que estudiaba.
Vigo, Colegio de la Enseñanza, 2005/06. Equipo Infantil del C.B. Andersen, campeón de la Copa Vigo. Arriba: “Manu” Martín (e), Alba Méndez Goce, Marta Goenaga, Suso Cobián (e), Yoya, Andy y Ana. Abajo: María, Gloria, Laura, Sara y Claudia.
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A la izquierda, Conchi Méndez Goce, en el día de su graduación en Derecho Económico. A la derecha, Alba Méndez Goce, en su graduación en Ingeniería Química Industrial. (Archivo Familia Méndez Goce).
Conchi Méndez Goce, licenciada en Derecho Económico, trabaja en Vigo en la Consultoría Jurídica de la “Fundación INADE, Instituto Atlántico del Seguro”, organización dedicada a Consultoría y Asesoramiento de empresas. Por su parte, Alba Méndez Goce, licenciada en Ingeniería Química e Industrial, tras hacer las prácticas en “Xylazel” de Porriño, del Grupo Zeltia, lleva dos años trabajando en la citada empresa. Aunque su padre es exportador e importador de pescado, “Mar Gulemen, S.L.U”, ninguna de las dos hermanas está relacionada para nada con la pesca, tal como viene sucediendo entre las nuevas generaciones de los Goce. De sus respectivas parejas, uno trabaja en Citroën, y el otro estudia. No parece que sus padres, una vez jubilados, encuentren sucesión en sus hijas o en sus parejas para hacerse cargo de la empresa de pescado… pero quién sabe lo que podrá deparar el futuro Conchi y Alba Méndez Goce forman parte de la quinta generación de los Goce llegados a Baiona en 1890. Sin embargo, en una posible descendencia se perdería el apellido Goce, como ya se perdió en sus primos Carla, Daniela y Antón.
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Vigo, 2012. Dora Carrera Mariño, con un precioso ramo de flores, regalo de sus hijos en el Día de la Madre. (Archivo Familia Goce Carrera).
Vigo, Día de la Madre, 2013. Dora Carrera Mariño, con sus cinco hijos: María José, Luis Enrique, Ana Belén, Conchi y Rosa María. (Archivo Familia Goce Carrera).
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Beirán (Matamá), 2002. Celebración del cumpleaños de la abuela Dora. Arriba: Alba, María José, Conchi, Ana Belén, la abuela Dora y Rosa María. Abajo: la abuela Dora se dispone a cortar la tarta de cumpleaños, con sus hijas Conchi y Ana Belén a su izquierda, y Rosa María a su derecha,. (Archivo F. Goce Carrera).
Durante los últimos años que pasó en Vigo, la abuela Dora pudo convivir a menudo con sus nietos y biznietos, que le proporcionaron momentos muy felices: el “Día de la Madre”, sus cumpleaños, las Navidades, los bautizos y primeras comuniones… Tuvo cinco nietos y tres biznietos.
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Iglesia Parroquial de Matamá, 2012. Boda de Conchi Méndez Goce y José Manuel Álvarez Alonso. De izquierda a derecha: Patricia y Vanesa Fernández Goce -con su hija Daniela en brazos-, su madre María José Goce Carrera, Antonio Fernández Goce, Dora Carrera Mariño, Paruca Goce Denis, Rosa María y Ana Belén Goce Carrera, la novia Conchi, Carla -hija de Vanesa-, Flora Goce García, Amparo Goce López, Moncha Goce Denis, Pilar Arias Goce, Conchi Goce Carrera y Fernanda Arias Goce.
2012. Boda de Conchi Méndez Goce y José Manuel Álvarez Alonso. De izquierda a derecha: Rosa María, la abuela Dora, los novios, Ana Belén y Anita, una amiga.
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Iglesia Parroquial de Matamá, 2012. Conchi Goce Carrera y su madre, Dora Carrara Mariño, en la boda de Conchi Méndez Goce y José Manuel Álvarez Alonso. (Archivo Familia Goce Carrera).
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2012. Boda de Conchi Méndez Goce. La novia, con sus tías Rosa María y Ana Belén, y Anita, una amiga de la familia. (Archivo Familia Goce Carrera).
2012. Las dos hermana Alba y Conchi Méndez Goce.
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2013. Las dos biznietas de la abuela Dora, Carla y Daniela, hijas de Vanesa Fernández Goce, llevando las arras en la boda de Conchi Méndez Goce.
2014. El biznieto de la abuela Dora: Antón Fernández Quiroga, hijo de Antonio Fernández Goce. (Archivo Familia Goce Carrera).
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San Miguel de Oia, 2015. Celebración del “Día de la Madre”. Dora Carrera, a la derecha, con su hija María José; en frente, su hija Ana Belén, y Pepe y Herminia, consuegros de María José. (Archivo Familia Goce Carrera).
San Miguel de Oia, 2015. Carla, hija de Vanesa, Rosa María Goce Carrera, y sus sobrinas Patricia y Vanesa Fernández Goce. (Archivo Familia Goce Carrera).
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San Miguel de Oia, 2015. Rosa María Goce Carrera con su sobrina-nieta Carla, hija de Vanesa. (Archivo Familia Goce Carrera).
San Miguel de Oia, 2015. Dos de los tres biznietos de Dora Carrera: los primos Daniela y Antón, con siete y cuatro años. (Archivo Familia Goce Carrera).
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San Miguel de Oia, 2015. “Día de la Madre”. La abuela Dora, con sus biznietos Antón y Daniela, y su hija María José. (Archivo Familia Goce Carrera).
Vigo, 2015. Celebración del ochenta y cuatro cumpleaños de la abuela Dora. Con la tarta delante, acompañada de tres de sus hijas: Conchi, Ana Belén y Rosa María.
Fue el último cumpleaños que pudieron celebrar. Dora Carrera Mariño fallecía un año después, precisamente el día que cumplía los ochenta y cinco años, y cuando la familia se disponía a celebrarlo.
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El 10 de abril de 2016, Luis Enrique Goce Carrera enviaba el siguiente mensaje a través de facebook: “Queridos todos: ayer por la mañana mi madre se cayó en la cocina (no era la primera vez que ocurría esto), pero cayó hacia atrás con tan mala suerte que se golpeó la nuca. Llegó consciente al hospital con mucho dolor de cabeza, y entró en coma hasta las nueve de la tarde, hora en que falleció. Ruego una oración por su alma“.
Dora Carrera Mariño (Mondariz, 1931/ Vigo, 2016).
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Un año después se celebraba el primer cabodano del fallecimiento de Dora Carrera Mariño. La Ex Colegiata de Santa María de Baiona reunió en el funeral a los familiares más allegados.
Baiona, abril de 2017. Cabodano de Dora Carrera Mariño en la Ex Colegiata de Santa María. De pie: María Luisa, Moncha y Paruca Goce Denis, Ana Belén Goce Carrera, “Soli” Goce García, Amparo Goce López, María del Carmen Carrillo Goce, Luis Enrique Goce Carrera, “Toñi” Carrillo Goce y María José Goce Carrera. Agachadas: Rosa María Goce Carrera y Conchi Goce Carrera. (Archivo Familia Goce).
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X. José Goce Refojos, “Lanina”
Cuando los baioneses que lo vivieron recuerdan al histórico Erizana que jugaba en el viejo campo de A Palma, enseguida mencionan a los “Lanina”, Montaña, “Cabecitas”, “Rato”, “Pití”, “Mekerle”… Corrían los primeros años de la década de los cincuenta, y de mano del Padre Fernando y Victorino Goce, cofundadores del club, echaba a andar un equipo que dejaría huella profunda en la historia de Baiona. Jugadores excepcionales en su mayoría, nacieron demasiado pronto para el fútbol. Varios, entre ellos “Lanina”, fueron a probar a Madrid en un equipo grande… y el viaje no llegó a buen fin. También acudieron a Balaídos llamados por el Celta… y no hubo acuerdo. Se vivían tiempos muy distintos a los de ahora, y nadie estaba dispuesto por entonces a invertir en jóvenes promesas como eran los baioneses. Vinieron de vuelta de todas las pruebas, porque su condición de marineros en ejercicio les obligaba a ayudar con su trabajo al mantenimiento diario de sus familias. El fútbol, de momento, sólo les ofrecía a título personal la pensión completa y poco más… y de aceptar estas condiciones, tendrían que abandonar a los suyos. Los que conocieron a estos míticos futbolistas del Erizana, aseguran que hoy en día serían millonarios del fútbol. De reconocida clase, con unas facultades poco comunes -jugaban tras toda la noche de pesca- y con escasa preparación física y técnica, podrían llegar en la actualidad a lo más alto en los mejores equipos del país. “Lanina”, el delantero centro y máximo goleador del Juvenil Erizana, tenía una fama bien ganada de gran rematador de cabeza, y sus goles en plancha todavía son recordados por los aficionados que aún viven. Con este envidiable bagaje, las conjeturas sobre sus posibilidades futbolísticas difícilmente podrían estar equivocadas. Los “Lanina” y compañía llegaron a este mundo con demasiada antelación, digamos que medio siglo antes de lo debido. De haber ocurrido así, los veríamos a diario en los grandes encuentros televisados del futbol actual.
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Baiona, A Palma, años cincuenta. Juvenil Erizana. Al fondo, la desaparecida casa de los Maciel. De izquierda a derecha: Eladio Vasconcellos, Suso Cedeira, José Goce “Lanina”, Nando, Antonio Goce “Cabecitas”, Arturo Blach “Mekerle”, Manuel Chamorro, Tomás Vilar, Jesús Goce “Rato”, Joaquín Leyenda “Quin Canero” y Urbano Montaña.
Baiona, Campo de A Palma, 1954. Juvenil Erizana. De pie: Ayú (entrenador), Urbano Montaña, Arturo Blach “Mekerle”, Quin “Canero”, Madeo, Darío Maciel, Isaac, Fino y Victorino Goce (presidente). Agachados: Jesús Goce “Rato”, “Papelitos”, Lalo, José Goce “Lanina” y Herminio “Pití”.
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Baiona, A Palma, 1953. Juvenil Erizana. Campeón de la Liga Comarcal. Arriba: Urbano Montaña, Alvarito, Darío Maciel, Suso Cedeira, Jesús Goce “Rato”, Antonio Goce “Cabecitas”, Fino y Andrade (entrenador). Abajo: Arturo Blach “Mekerle”, Tomás Vilar, José Goce “Lanina”, Madeo y Herminio “Pití”.
Baiona, Campo de A Palma, años sesenta. La madrina del Erizana, la señorita Esther Pereira Santos, efectuando el saque de honor al comienzo del partido entre los baioneses y el Racing de Vilariño. A su derecha, Victorino Goce, el presidente más longevo del club; detrás, el directivo Casimiro Pereira; a su izquierda, los jugadores Suso Cedeira, “Lanina”, “Rato”, Alvarito…
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Baiona, Campo de A Palma, 1953. Los hermanos “Cabecitas” y “Lanina”, y su primo “Rato”, antes del comienzo de un partido del Erizana en la Liga Comarcal.
<<”Lanina” era un gran aficionado al fútbol -comenta Ventura Leyenda-. Tan pronto podía, jugaba y entrenaba con nosotros, los más jóvenes. Siempre nos animaba mucho, y llegó a jugar con más de cuarenta y cinco años. >>
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Baiona, A Palma, años sesenta. Partido amistoso de Veteranos. Equipo de Baiona. Arriba: Solleiro, Pepe Núñez, Jesús Marcote “Postín”, Manuel Chamorro “Kukito” y Lalo Vasconcellos “zapatillero”. Abajo: xxxxx, José Goce “Lanina”, xxxxx, Manuel Copena “Nolete”, Lolo y Nanito.
Baiona, A Palma, principios de los sesenta. El Juvenil Erizana, en un partido de entrenamiento. Arriba: “Caldeireiro”, Seoane “Chanes”, Ventura Leyenda, José, Suso “zapatillero” y Galiñanes. Abajo: Suso, Lojito Leyenda, José Goce “Lanina”, Roque Goce Marcote y Herminio “Pití”. (Archivo Familia Goce Mosquera).
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1988. Recorte de prensa del “Faro de Vigo”. Antonio de Mauricio, colaborador del diario vigués en Baiona, dedica este bonito comentario al fallecimiento de José Goce Refojos, “Lanina”. (Archivo Familia Goce Mosquera).
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José Goce Refojos, “Lanina”, es el tercero de los cinco hijos de Manuel Goce Soliño, “o Jijuá”, y Aurora Refojos Pérez, todos ellos nacidos en Baiona. Los cuatro hermanos, Manuel “Ghos”, Ángel “Lucho”, él y Antonio “Cabecitas” fueron marineros, y la única mujer, Avelina, se casó con el popular marinero José López “Negrín”. Como es natural la vida de la familia discurrió siempre alrededor de la pesca, y tan sólo el exitoso fútbol de los hermanos abría un pequeño paréntesis en la rutina cotidiana. Dicen que “Lanina” de pequeño era tan guapo, que parecía más una niña que un niño, y que de ahí le viene el apodo que, desde su niñez, ya le quedaría de por vida.
José Goce Refojos, “Lanina” (1920/88).
Como la mayoría de los marineros baioneses, comenzó enseguida en los trabajos de la mar. Con nueve años ya salía en las
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gamelas de casa, y no tardaría demasiado tiempo en embarcarse en los más famosos barcos de Baiona de aquellos años que andaban a la captura de la sardina y el jurel.
Baiona, años sesenta. “Lanina”, pintando el barco. (Archivo Fam. Goce Mosquera)
En los años cincuenta, “Lanina” anduvo embarcado en el legendario “Jesús Vilar” de “Os Caringa”, con “Arpo” Vilar como patrón. Permaneció en este barco más de diez años, faenando á ardora por las costas gallegas y portuguesas, y dando lances históricos que aún son recordados hoy en día.
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El “Jesús Vilar”, lavando el aparejo. En la cabina, “Arpo” Vilar Fernández, el patrón. Delante, José Goce Refojos, “Lanina”, con boina y camisa de cuadros.
En 1962, el “Jesús Vilar”, patroneado por Policarpo Vilar Fernández, se hizo famoso por dar el mayor lance que se recuerda en las cuatro rías gallegas. Capturó á ardora quinientas cincuenta cestas de xurelo -más de 60.000 kilos al peso- en un solo lance. Fue el comentario durante un tiempo en todos los puertos de la región.
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La crónica de “Faro de Vigo” habla de la gran hazaña del “Jesús Vilar”, y atribuye al mismo barco y al mismo patrón otro lance similar ocurrido hace veinticinco años. Hay una notable imprecisión en la información: el barco que en 1937 hizo aquel lance histórico fue el “Policarpo Vilar”, patroneado por Policarpo “O Caringa”. La excepcional captura de ahora, 1962, fue lograda por el “Jesús Vilar”, con Policarpo Vilar Fernández -hijo de “O Caringa”- como patrón. Y es a éste al que hacen la entrevista en el diario vigués.
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Finales de los años cincuenta. El “Jesús Vilar”, con Policarpo Vilar Fernández como patrón, llega a Bouzas a descargar procedente de la costa portuguesa. La captura de sardina y jurel había sido tan abundante que navegaba bastante hundido. Cuentan por Baiona que el barco fue multado por exceso de carga.
Los buenos tiempos de la pesca de la sardina y el jurel llegaban a su fin a principios de los sesenta, cuando las dos especies comenzaron poco a poco a escasear. Los barcos de Baiona hubieron de buscar otros caladeros, y sus primeros destinos fueron Marruecos y el Mediterráneo. Es entonces, en 1964, cuando “Lanina” cambia de barco y de escenario, y se enrola en el “Canero”, que iniciaba sus primeras campañas a la merluza por Marruecos. Al pesquero, de reciente construcción, le habían colocado la máquina de vapor del famoso “Ballenato”, cuando éste fue desguazado y sustituido por el otro. El “Canero” llevaba en sus campañas no más de catorce marineros, muchos menos que los que andaban á ardora por las costas portuguesas y gallegas. Llegaba pescando hasta Rabat, Agadir… y tras dos meses en el mar, descargaba la pesca en Algeciras. En ese momento, el armador, Pablo Leyenda, se trasladaba hasta allí en coche para controlar la venta e informarse de la marcha de la campaña.
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Algeciras, 1964. El “Canero”, atracado en el puerto para la descarga de merluza. Reponiendo fuerzas a la hora del almuerzo: Ventura Leyenda, Eulogio Leyenda, Joaquinillo, Pablo Leyenda (hijo), el armador Pablo Leyenda, Quico Leyenda y José Goce Refojos, “Lanina”. El armador se trasladaba desde Baiona en una de aquellas furgonetas con carrocería de madera -de moda por entonces-, para controlar los precios y la marcha de la campaña. (Archivo Ventura Leyenda).
1962. El “Canero”, uno de los históricos pesqueros de Baiona donde anduvo embarcado José Goce Refojos, “Lanina”. Sale del puerto baionés rumbo a Marruecos a la campaña de la merluza. (Archivo Ventura Leyenda).
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José Goce Refojos, “Lanina”, (1920/88), se casa a finales de los años cuarenta con la baionesa Nélida Mosquera González (1922/92). Tuvieron seis hijos: María Bernarda “Narda” (1947), Eugenio Antonio “Ito” (1949/2017), María José “Teté” (fallecida en 2002), Julia (1958), Alberto (1961) y Lilia “Li” (1963).
Baiona, años ochenta. Nélida Mosquera González y José Goce Refojos, “Lanina”. (Archivo Familia Goce Mosquera).
Al casarse, el nuevo matrimonio establece su hogar en la Rúa do Reloxo, donde nacieron y se criaron sus seis hijos.
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Baiona, Rúa do Reloxo en la actualidad, 2017. En la segunda casa por la izquierda, nacieron y se criaron los seis hijos de Nélida y “Lanina”, los Goce Mosquera.
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Como casi todas de las niñas de Baiona de aquellos tiempos, “Tete” y Julia estudiaron con las monjas en el “Colegio Virgen de la Roca”.
Baiona, ”Colegio Virgen de la Roca”, Curso 1962-63. Las hermanas “Teté” y Julia Goce Mosquera en la clásica foto escolar de aquella época.
Baiona, Praza de Pedro de Castro, 1966. Los hermanos Alberto, Julia y “Li” Goce Mosquera, con cinco, ocho y tres años respectivamente.
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Baiona, A Ribeira, 1963. Cinco de los seis hermanos Goce Mosquera. De pie, “Narda” e “Ito”. Sentadas, “Tete” y Julia. Sobre el banco, de pie, Alberto. Tan sólo falta “Li”, la hermana pequeña, que aún no había nacido.
Baiona, Rúa do Reloxo, 1966. “Li” Goce, delante de su casa.
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Alberto Goce Mosquera, el quinto de los hijos de Nélida y “Lanina”.
1970. La pequeña de los seis hermanos, Lilia Goce Mosquera, “Li”, con siete años.
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En 1965, haciendo gala de los genes artísticos familiares, “Tete” forma parte del “Grupo de Baile Gallego” de la Sección Femenina de Baiona, donde bailan también varias primas. Están dirigidas por Julia Varela.
Baiona, Local de la O.J.E., 1965/66. Actuación del “Grupo de Baile Regional” de la Sección Femenina. En esa temporada todavía bailaban sin trajes de gallegas. Entre otras: Came Carrillo Goce, Paruca Goce Denis, Sefa Figueirido, Moncha Goce Denis, Carmeli Figueirido, María José, ”Teté” Goce Mosquera, Mary Flor, Ana Santodomingo… (Archivo Familia Goce Denis).
Al mismo tiempo, “Tete” Goce Mosquera pasa a integrarse en el “Grupo Coral Infantil”, organizado en la parroquia por el sacerdote don José Carbajal. También varios primos y primas forman parte del conjunto coral, que en aquellos años gozó de un trabajoso y merecido éxito.
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Baiona, Salón Parroquial, 1969. “Grupo de Baile Regional” de la Sección Femenina. Julia Goce Mosquera, Merche y Clarisa. (Archivo Familia Iglesias Goce).
<<Al mismo tiempo que bailábamos -recuerdan sus parientas Moncha y Paruca Goce Denis-, también cantábamos en el “Grupo Coral Infantil” de la parroquia. Lo dirigía el sacerdote don José Carbajal, que siempre nos apoyaba en todas nuestras iniciativas. Era un santo. >> En la fotografía siguiente, de 1969, se ve la coral infantil en una actuación en el Salón Parroquial de Baiona, cantando las canciones de moda de la época. << En este grupo, catorce en total, la mitad éramos Goce y Denis -cuentan Moncha y Paruca-. Los genes por el canto, el baile y el teatro de ambas familias salían a relucir a la mínima oportunidad. En esta actuación cantamos “La vida sigue igual”, de Julio Iglesias, “Negra sombra”…
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Baiona, Salón Parroquial, 1969. El “Grupo Coral Infantil”, organizado por el sacerdote don José Carbajal. Delante: María del Carmen Castro, Sefa Figueirido, Ana Denis Goce, Carmeli Figueirido, Paruca Goce Denis y María José Pereira -ingresó como monja franciscana unos años después-. Detrás, entre otros: los hermanos “Rober”, Jorge y José Denis Goce, “Teté” Goce Mosquera, María Jesús Cedeira… (Archivo Familia Goce Denis).
<<Por la izquierda de esta fotografía -observa Parucaasoma la sotana de don José Carbajal, el cura de Baiona. Y si se preparaba alguna obra teatral con las monjas del colegio, o en el Salón Parroquial, allí estábamos hermanas y primas Goce y Denis, haciendo honor a nuestros apellidos. >> Las dos hermanas, “Tete” y Julia, tuvieron una juventud de enorme actividad cultural. Así como bailaron en el grupo de danza gallega y cantaron en la coral parroquial, también participaron en el “Grupo Cultural Balcagia”, que en aquellos años acaparaba todo el dinamismo cultural de Baiona: música litúrgica, música pop, exposiciones de pintura y de fotografía, concursos de dibujo infantil, trabajos artesanales, teatro…
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Baiona, 6 de agosto de 1976. “Grupo Cultural Balcagia”. Arriba: Moncha Vaz, Josema, ”Teté” Goce Mosquera, Vicente Montejano, Poli Vilar, Pili, Fonsi, Ana Vilar, Julia Goce Mosquera, José Manuel “Vasco” y Salud Cabrera. Abajo: Niní, Vicente Mandado, María José, José, Mary, Mely, Herminia, Gena y Caino Vasconcellos. (Foto Tito Iglesias).
Tampoco quedó atrás en su actividad artística la hermana pequeña, “Li”, que junto a Julia, pronto comenzó a bailar en los “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”, dirigidos por el profesor vigués “Polo”. Ambas permanecieron bailando durante bastantes años, desde su niñez hasta que las obligaciones que fueron surgiendo con la vida, motivaron su retiro. En su haber, muchas actuaciones en las “Fiestas del Carmen”, las “Fiestas de La Anunciada”, la “Virgen de la Roca”… y todo cuanto acto institucional se celebraba en la villa por entonces. Bailaron junto al “Ballet Gallego de Rey de Viana”… actuaron en A Palma en honor del presidente de Argentina, Alfonsín… celebraron el aniversario de La Arribada delante del presidente de la Xunta, Fernández Arbor, y demás autoridades…
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Baiona, años setenta. “Li” Goce Mosquera, en su época en los “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”. (Archivo Familia Goce Mosquera).
Y andando los años, una nieta de Nélida y “Lanina”, hija de “Narda”, de nombre igual que su abuela, “Nely”, también participaba en el baile regional como sus tías “Teté”, Julia y “Li”.
1976. Nélida Cedeira Goce, en la Virgen de la Roca, bailando con “Gito” Leyenda en los “Grupos de Danzas Regionales de Bayona”. (Archivo Familia Cedeira Goce).
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De los hijos, tan sólo “Ito” fue marinero como su padre, aunque concretamente cocinero, y anduvo embarcado toda su vida laboral. Ni Alberto, ni las hermanas en su relación de pareja, tuvieron nada que ver con la pesca. La vieja tradición de los baioneses, ellos marineros y ellas pescantinas, se rompía casi por completo en esta familia, igual que en tantas otras del pueblo. Nélida, la esposa de “Lanina”, fue una buena costurera, lo mismo que su madre, de la que heredaba el oficio, y ambas trataron con insistencia de inculcarles a las niñas los conocimientos de coser, calcetar, ganchillar, bordar... Con mayor o menor aprovechamiento en su día, y pasados muchos años desde el fallecimiento de las dos, una de aquellas niñas, y también una nieta, practican profesionalmente muchas de las enseñanzas que recibieron en su niñez.
Baiona, “O Refuxio”, años sesenta. En la celebración de una boda familiar. De izquierda a derecha: “Ito” Goce Mosquera, hijo de “Lanina”, “Lucho” Goce y su esposa Lola, Avelina Goce y su esposo José López “Negrín”, Teresa Pérez y su esposo Antonio Goce “Cabecitas”, “Lanina” y Liberata “a xurela”. Menos “Ghos”, emigrado a Uruguay, están presentes todos los hermanos Goce Refojos. (Archivo Familia Goce Pérez).
José Goce Refojos, “Lanina”, fallecía en 1988 a la edad de sesenta y ocho años. Su esposa, Nélida Mosquera González moría en 1992, a los setenta años. Si hoy viviesen disfrutarían de sus diecisiete nietos y de sus diez biznietos.
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XI. La fotografía de Li Goce.
Los genes de artista de sus antepasados se habían manifestado en Li Goce durante su niñez y adolescencia a través del baile gallego, y por supuesto, con bastante éxito. Bailó sin interrupción en el grupo folklórico de “Polo” hasta1980. Pasados más de veinte años desde entonces, Li se inicia en el arte de la fotografía en plena madurez, y nos presenta una preciosa colección de imágenes que no debemos pasar por alto en este amplio recorrido por la historia de los Goce. Su abundante obra va transcurriendo con suavidad y delicadeza por la vida más íntima del Val Miñor. Estampas que reflejan con sensibilidad extrema el discurrir cotidiano del pueblo, con sus costumbres e inquietudes, sus alegrías y sus penas, sus logros y sus pérdidas… Las viejas rúas de Baiona, los paisajes desde sus montes, las múltiples expresiones culturales, los seculares monumentos… rincones de la villa de inolvidables recuerdos para los vecinos y para ella misma… los festejos patronales… sus familiares más allegados…
“Fachada”.
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En esta deliciosa imagen, Li nos habla de la belleza de los amaneceres en el Val Miñor, esos que no cambian con el paso inexorable del tiempo.
“Amanecer en el Val Miñor”.
“Tormenta desde Morade”.
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“Atardecer desde Sabarís”.
Cuando regresan a nuestra tierra los baioneses ausentes desde hace años… o aquellos visitantes que vienen de vez en cuando a Baiona… o los tradicionales veraneantes que llegan puntualmente en julio y agosto… o las amistades que acompañamos por la villa para que la conozcan… todos ellos tratan, y nosotros también, de acercarse al Rompeolas… o a las laderas de Monte Boi… o al alto de la Virgen de la Roca… para contemplar la magia de la puesta del sol en el horizonte atlántico.
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“Pequeño carballo en Sabarís”.
“Preludio de la primavera”.
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“Atardecer desde A Concheira”.
“Chuchameles”.
La naturaleza por sí sola inspira a cada paso a Li Goce en sus tomas fotográficas. Desde los chuchameles, a las camelias, pasando por el pequeño carballo con el que se cruza a menudo por su barrio… hasta las flores salvajes que crecen en medio de las rocas…
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Baiona, 2016. “Fiesta del Carmen”.
La escena que se repite cada año: la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, saliendo en procesión de la Ex Colegiata de Santa María.
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“Monasterio de Santa María de Oia”.
“Castillo de Monte Real”.
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“Rúa do Reloxo”.
Li Goce recorre o casco vello, y nos va dejando con su mirada fotográfica una síntesis de las rúas históricas de la villa, que aún conservan el pálpito de otros tiempos.
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“Fonte de Zeta”.
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“Rúa do Conde”.
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“Rua do Reloxo”.
En una de estas casas de la izquierda nacieron Li Goce y sus cinco hermanos. Ahora, en 2017, plasma la imagen de cómo es en la actualidad el barrio donde se crió.
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“Bailando en A Palma”.
Son las “Fiestas de La Anunciada”, y la “Escola de Danza Vila de Baiona” ofrece su actuación a los vecinos baioneses. Li Goce recuerda cuando de niña bailaba ese día en el grupo de Polo.
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“Danza de las Espadas”.
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“A torre do reloxo”.
“Rúa do Reloxo”.
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“La Pinta”.
“Zancudo”, en la “Fiesta de La Arribada”.
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Ahora nos deja estas preciosas imágenes de la noche baionesa de los veranos, llena de animación y de luces… y a veces de chicos pescando en el muelle.
“Rúa Ventura Misa”.
“Noche de verano”.
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En la siguiente nos muestra la serenidad de la noche veraniega en la bahía, con las gamelas y las lanchas reposando en el mar bajo el amparo del Castillo de Monte Real.
“Desde el muelle”.
“Sabarís de noche”.
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“Trail Trans Serra da Groba-2015”. Alberto Goce Mosquera, el atleta de la izquierda.
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Baiona, 2016. Primer Premio de Fotografía del “IV Trail Trans Serra da Groba”. Alberto Goce Mosquera, en un tramo de subida
Baiona, 2015. Alberto Goce Mosquera, en el “III Trail Trans Serra da Groba”.
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“Subida a la Groba”.
“Alto de A Groba”.
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Por esos inigualables montes de A Groba que tanto patea en sus caminatas, Li Goce va plasmando algunos instantes de singular belleza de los muchos que ofrece el camino. El deporte, con su hermano Alberto de protagonista, el paisaje, la vegetación salvaje, la enorme variedad de nubes que dibujan el cielo, el viejo refugio abandonado… La magia de A Groba se refleja en estas exquisitas estampas con una expresión que no precisa de muchas palabras…
“Refugio en A Groba”.
Su cámara bajará ahora desde el monte hasta el océano para recrearse en la multitud de imágenes que brinda cada día el mar de Baiona. Tranquilo, airado y embravecido, escondido detrás de la niebla, dormido en un amanecer… azul, gris, verdoso, medio
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negro… brillante, triste, amenazador… con un color nunca igual… olor a salitre y a algas…
“Temporal en el Rompeolas”.
“Monte Ferro entre la niebla”.
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“Islas Cíes detrás de la doca”.
“Amanecer en el puerto pesquero”.
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“Santa Cristina de Sabarís”.
“Regata desde el Pinzón”.
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“Boyas”.
Li Goce no ha querido olvidar la pesca en su formidable trabajo fotográfico sobre la villa. Si uno pasa por el muelle pesquero de Baiona, podrá observar la “vegetación” que lo adorna de un lado al otro: aparejos, boyas de señalización, corcheras, cuerdas, nasas… La pesca ha sido parte trascendente de la vida de este pueblo a lo largo de los tiempos, y de una manera especial en este último siglo XX, que ha servido para forjar el crecimiento y el progreso definitivo de Baiona. Semeja que estas banderas rojas y amarillas de la imagen final, a la vez que ofrecen el sensible homenaje de la autora, lanzan un mensaje de auxilio para una pesca casi abandonada…
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______________________________________________________ Cerramos esta segunda entrega de “BAIONA los Goce… y los Denis” con las bellas fotografías realizadas por Li Goce que dicen mucho de la villa, y que son un fiel exponente del arte que llevan en sus genes las dos sagas legendarias. Llegado este momento final, después de tantos encuentros con Goces y Denis, y meditando con calma en el reposo de la tarea acabada, hemos descubierto entre todos que aún queda mucho que contar. Personajes que, por su relevancia en el pueblo, de ninguna manera deben ser olvidados en una historia de las dos sagas… emigrantes Goce y Denis que se han ido… músicos y cantantes… artistas de plena actualidad… los murales de Lula Goce… Quién sabe si habrá que seguir escribiendo… ______________________________________________________
Mural de Lula Goce en una casa de Bouzas (Vigo).