Monteadentro 005 / septiembre 2015

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Septiembre de 2015 El Retiro, Antioquia distribución gratuita

Periódico trimestral

<Desde el desayuno se sabe lo que va a ser el almuerzo>

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UN TODERO PAISA Elkin Obregón / p • 3 DESAFIAR LA GEOGRAFÍA Julián Estrada / p • 4 EL CAUNCE León Sierra / p • 6 EL RETIRO GEOLÓGICO Ignacio Piedrahíta / p • 8 RETIRO Manuel Uribe Ángel / p • 9 MAPA ILUSTRADO DE EL RETIRO

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Julián Estrada Ochoa Nicolás Naranjo Boza Elkin Obregón Sanín Luis Germán Sierra Jaramillo Comité Editorial

Un lugar sentido

ALEJANDRA ESTRADA SIERRA Directora artística y de contenido GLORIA BERMÚDEZ BERMÚDEZ Coordinadora Elkin Obregón Sanín Corrector LAURA BUSTAMANTE CORTÉS

ALEJANDRA Estrada SIERRA

NATALIA VÉLEZ ESCOBAR Diseño y diagramación Foto carátula: Arriero de la vereda Los Medios, Parque Principal, El Retiro. Juan Camilo Cortés Rendón. ISSN: 2389-8747 Impreso en El Colombiano

Corporación rural Laboratorio del Espíritu Km 6, vía El Retiro - La Ceja. Vereda Pantanillo

Directora Monteadentro

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stamos de fiesta. Monteadentro lleva, con esta edición, un año circulando, y lo quisimos celebrar hablando del territorio: pues es lo que nos une, nos identifica, lo que compartimos, y lo que aún desconocemos. Una comunidad crece y se engrandece sólo cuando conoce su territorio, sabe lo que tiene, lo valora y lo hace valer. ¿Territorio? Bueno, creo que cada persona, según sus intereses y conocimiento, puede definir muy distinto ese concepto. En particular, me gusta cuando definen al territorio como la suma de un sentido a un lugar. Lo bonito de esta definición -y lo certero- es que ese sentido se vuelve colectivo, y puede construirse y reconstruirse todo el tiempo. Esta edición quiere aportar a ese “sentido del lugar” (sumándole, modificándolo, variándolo) con cada uno de los artículos que aquí presentamos, y por supuesto, con la ñapa del año: un mapa ilustrado de El Retiro, que terminó requiriendo una compleja investigación.

Teléfono: (574) 5410579 www.laboratoriodelespiritu.org monteadentro@laboratoriodelespiritu.org Colombia, 2014

APOYAN

ALIADOS

Hacer este tipo de mapa es, literalmente, inventarse un territorio. Poco importa que se parta de mapas oficiales: ese mapa que construyes es una versión del territorio, una más, de tantas posibles. Quisimos que este mapa mostrara a grandes rasgos las características naturales del municipio: reconocer su riqueza hídrica y la particularidad de poseer dos cuencas; mencionar su riqueza de fauna y flora -que no es poca- y ante la cual debemos tomar una postura ética pronto; insinuar su pasado minero y su potencial turístico… Al verlo, intuimos una clara división de usos del suelo, y comprendemos -entre otras- su estratégica posición geográfica en Antioquia, de la que deriva su importancia política y económica. Al final, el resultado es un elogio a su riqueza: social, geográfica, ecológica. Para construirlo, hubo que recurrir a mapas nuevos y antiguos y contrastar información; pues todas las fuentes son, de alguna manera, incompletas. Entrevistamos caminantes, campesinos, gomosos de la cartografía y uno que otro ingeniero o antropólogo. También pedimos a las Juntas de Acción Comunal de algunas veredas que nos ubicaran sus lugares especiales (ojalá hubiéramos podido hablar con todas). …Y mientras creábamos el mapa, reconocíamos el lugar. Se trató de un ejercicio que nos daba una visión global del lugar donde descansan nuestros pies, y de cómo nuestra responsabilidad sobre el territorio se extiende más allá de nuestra casa. Este mapa, como todos, está incompleto. Esperamos que se lo goce y que lo complete a su manera. P.D.: Este mapa no habría sido posible sin la ayuda de Jacobo Zuluaga, médico y amante de los mapas, apasionado por la geografía antioqueña, quien verificó inconsistencias, siguió cauces de ríos, preguntó e investigó. Aprovecho también para agradecer la presencia silenciosa de Café Retiro, aliado en la construcción de este mapa, que apoya nuestras empresas siempre de manera tan entusiasta. EDITORIAL

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UN TODERO PAISA Elkin Obregón Sanín Caricaturista y escritor

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uan José Botero nació en Rionegro en 1840, y en Rionegro murió —1926—, a sus bien vividos 86 años.

En su juventud siguió los pasos de su padre, José María Botero (que fue edecán de Bolívar y compartió armas con José María Córdoba), y llegó a ser coronel al mando de Tomás Cipriano de Mosquera. Pero pronto se cansó de la milicia, colgó el sable y regresó a su tierra, en donde fue quizás el primer cultivador de café a gran escala del departamento.

Tuvo dos grandes amores, el campo y las letras. Vamos a éstas: poeta, cronista, dramaturgo, novelista. Escribió Lejos del nido, novela que hizo llorar al menos a dos generaciones, y que fue llevada a la televisión, con buen éxito, en la década de los setenta. No la he leído, pero entiendo que su trama alude a una niña, secuestrada por un grupo indígena del oriente antioqueño; el final es feliz, por supuesto, la niña vuelve al hogar, y hay campanas de boda. Es curioso, pero Lejos del nido fue su única novela, y además el único libro suyo que alcanzó a ver publicado. Escribió, en cambio, muchos poemas, unos festivos (Quiero ser gato, La nigua, A un tamal, entre los más conocidos), y otros de tema sentimental o lírico. Además, varias obras teatrales, dos de largo aliento (una de ellas, Margarita, que recrea en verso un episodio de la vida del general Córdoba, fue galardonada con el primer premio en un certamen nacional), y otras más cortas, pequeños sainetes y entremeses de gracia sinigual (Lola la contrabandista, Las yerbateras, etc.), que él mismo, como actor y director, llevaba a escena en Rionegro y otras poblaciones vecinas. Un buen número de sus textos fue divulgado por diversas publicaciones de la época, antioqueñas y colombianas. Con el título de Poesías y comedias, un yerno de Botero, Carlos A. Molina, publicó un libro con un puñado de versos y comedias del autor. Salió a la luz en 1928, dos años después de su muerte, y hoy es una joyita bibliográfica. Por último, la música: desde muy niño aprendió Botero a rasguear la guitarra y el tiple, y años después musicalizó varios de sus poemas “serios”. Una de esas canciones, al menos, se conoció mucho en Medellín, fue difundida en las incipientes emisoras de aquel tiempo, y se entonaba en veladas caseras donde el canto, en vivo y en directo, resultaba poco menos que imprescindible. Conservo, por la gracia de Dios, la grabación de una de esas tertulias, en la linda voz de Gabriela Estrada, cantora semiprofesional de aquellos tiempos. Es una preciosa danza, que quiero dar a conocer a Nicolás Naranjo, para que él, si a bien tiene, la aprenda y la divulgue en El Retiro, para delicia de los guarceños.

CARMEN LA LEÑADORA (Letra y música de Juan José Botero). Una tarde tranquila, tarde serena, dejando en tanto, solita salió Carmen a cortar leña, aquel llorar tan triste que iba llorando. y entrando al bosque llegó triste y llorando al pie de un roble. —Por qué —dijo—, a la guerra se lo llevaron, si el amado amor mío no era soldado, Carmen, la que contaba dieciséis años, y él no quería, Carmen la leñadora de nuestros campos, yo lo vi que lloraba cuando se iba. muy linda era, cuando sola y al monte iba por leña. Al llegar a este sitio, cuántos recuerdos vienen a la memoria de un dulce tiempo. Morenita y sus ojos, ¡qué ojos tan bellos! Si él hoy viviera, su boquita más dulce que caramelo. no andaría solita buscando leña. Dulce cantaba, como cantan las mirlas por la mañana. ¡Cuántas veces, de tarde, bajo este roble, se repitió la historia de mis amores! Llegando al pie de un roble sentose luego, ¿Qué resta de ellos? y creyendo estar sola descubrió el cuello; la memoria de un hombre y estos recuerdos. y al descubrirlo, dejó ver de una cinta preso un anillo. Dijo, y cubrió de lágrimas cinta y anillo. Amarrando en seguida la niña un lío ¡Pobre Carmen! se puso descolorida, de secos palos, | Juan José Botero por Elkin Obregón| al ver aquel anillo y aquella cinta, y con él a su casa volvió llorando. monteadentro 03


Desafiar la Geografía Julián Estrada Ochoa Antropólogo

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o soy un caminante desaforado; pero me encanta caminar. Son varias las ciudades del mundo, y muchos los pueblos y veredas que en este país he recorrido caminando, valga decir, bajo la modalidad más elemental, longeva y universal que posee la humanidad para ir de un lugar a otro. Desde hace muchos años, asumo el día a día como un viaje, y es por ello que procuro comprar el pan, hacer mis diligencias bancarias, visitar mis amigos, revisar mis estanterías, conversar con mis alumnos y regresar a casa con el ánimo o convencimiento de haber realizado un paseo diario de sol a sol. Para mi, viajar me convierte en uno de los seres más felices del planeta, pues todavía no salgo del encanto que me produce la rueda ligada al motor de combustión y no tengo palabras para describir lo que siento, cuando el periplo involucra hélices o turbinas. Considero que la razón principal de mi fascinación por viajar, es la pasión que he sentido durante toda mi vida por la geografía; pasión que no me ha convertido en un especialista de capitales y fronteras; pero sí en un entusiasta observador de paisajes, climas, cultivos, mercados, cocinas, arquitectura, ingeniería, música, lenguaje y personas, de todos aquellos lugares por donde el azar y el destino me han tirado. Así las cosas, que mi viaje sea a la cercana Armenia Mantequilla, o bien a la encumbrada Concordia, o a los gélidos Llanos de Cuivá, y que éste a su vez lo realice en una destartalada chiva de servicio público o en la más sofisticada burbuja, para mi, lo más importante es observar las subidas y bajadas para pasar de una cordillera a otra, los puentes y los ríos, los túneles, los cultivos en ladera o los ganados en sabana, las frutas al borde de carretera, las fondas camineras, y hasta procuro que no se me pasen desapercibidos el ágil y colorido toche o la parsimoniosa y nacarada

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|Paisaje de El Retiro. Foto: Fredy Castañeda. 2014| mariposa; de igual manera, cuando me toca ventanilla en el avión se me alborota lo mucho de niño que aún llevo por dentro y gozo reconociendo desde las alturas, allí Frontino, allí Cañasgordas, allí la desembocadura del Atrato al golfo, y si el destino me depara un periplo internacional, viajar sobre el tapete de nubes, me pone a la par con Dios. Hace algunos años, visité en el Museo de Antioquia una interesante y divertida exposición que bajo el título de esta misma crónica mostraba la historia del transporte en Colombia. No voy a entrar en detalles, sólo deseo manifestar que tuve un sentimiento, mezcla de orgullo y añoranza, pues me hizo reflexionar sobre el proceso evolutivo del transporte en la humanidad, y a la vez, sobre la poca importancia que se le ha otorgado, como motor de desarrollo, en la historia de nuestro país. Anonadado quedé con la belleza de los diferentes mapas, dibujos, grabados y documentos pertenecientes al Museo Nacional, a la Biblioteca Luis Ángel Arango y a diversas colecciones privadas; perplejidad fue lo que sentí con la cantidad de instrumentos, equipos, accesorios, maquetas a escala, y con el innumerable inventario de modelos que dan cuenta desde la más sencilla silleta utilizada durante el siglo XVI para transportar cristianos, hasta el más detallado plano de ingeniería, perteneciente al proyecto del túnel de la Quiebra. Es un hecho: turegas, garruchas, tarabitas, bargueños y enjalmas acopladas a la tracción animal y complementadas con el caminar del hombre, cumplieron en su momento un papel tan importante como aquel que hoy cumplen monteadentro 05

los más sofisticados equipos de montaje y carga. Entendí como nunca la tenacidad de empresas tales como la Expedición Botánica, la Comisión Corográfica y los distintos ferrocarriles regionales; navegué por el Magdalena en champanes y vapores y envidié la osadía de los primeros pilotos criollos, quienes sin instrumentación ni tecnología alguna, surcaron este país invadiéndole la soledad y el territorio al cóndor. Pensé en el primer español que pisó nuestro territorio sin mapas, sin linternas, sin toldillo, sin teléfono, sin rueda y sin motor; pero a la vez pensé en nuestro aborigen, quien igualmente sin acero, sin caballos, sin brújula, sin aquella rueda y sin aquel motor, hacia más de diez mil años había iniciado una caminata desde el Asia, para cumplir sin proponérselo una cita histórica con el señor de Iberia. Pensé entonces rápidamente en todo lo que ha pasado a partir de aquel encuentro y me di cuenta de que el hombre ya no viaja, y mucho menos camina por la geografía con permanente observación. Comprendí cómo las distancias y las barreras físicas y naturales, durante siglos auténticas limitaciones, habían sido dominadas tras un largo y penoso proceso de relaciones sociales, para llegar a convertirse, gracias a la ingeniería, la física, la química y la mecánica en un asunto más de la vida cotidiana. Hoy en pleno siglo XXI salir madrugadito de Medellín, desayunar en Bogotá, almorzar en Miami y cenar en New York, es algo que se puede hacer en un mismo día. Paradójicamente, también hoy, viajar por Colombia y caminar plácidamente por cualquier sendero, ciudad o páramo, es un desafío, pero a la vez es una esperanza.


EL CAUNCE León Sierra Rodríguez Ingeniero agrónomo

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uando apenas me iniciaba en el estudio de los árboles nativos de mi finca “La Sierra”, ubicada en el municipio de El Retiro al oriente de Antioquia, mi amigo Antonio José López de Mesa, en ese entonces director del Jardín Botánico de Medellín, me preguntó si conocía el árbol de Caunce. Esta especie era muy escasa y se encontraba en peligro de extinción, como consecuencia de la tala para utilizar su madera en la fabricación de cabos de herramientas. Además me informó que pertenecía a la familia “Ochnaceae”, y su nombre científico era “Godoya antioquensis”. Como nunca había oído mencionar ese árbol, me propuse averiguar sobre él. Estuve indagando con campesinos de la vereda en varias oportunidades; sin embargo, no pude obtener resultados positivos. Mi compañera de caminatas Gloria Bermúdez me contactó con Don Fabio Bedoya, un gran conocedor de plantas medicinales y árboles nativos de la zona. Don Fabio me informó que efectivamente conocía varios Caunces ubicados en el alto El Gallinazo, aproximadamente a unas 2 horas de caminata desde el pueblo.

Coordinamos el viaje para la semana siguiente, y después de superar algunas dificultades en el camino por lo espeso de la vegetación, llegamos por fin al alto donde Don Fabio me señaló un árbol y, desenfundando su machete, le hizo una gran herida al mismo, desprendiendo parte de su corteza, afirmándome lo siguiente: “éste es el Caunce, lo reconozco por el color rosado de su madera que es muy especial para cabos de herramientas”. Al observar el árbol vi unas pequeñas cápsulas abiertas, recogí algunas de ellas, así como una muestra para llevar al Jardín Botánico. Ya en mi casa, inspeccioné las cápsulas y en algunas encontré unas pequeñas semillas aladas. Las sembré en un recipiente plástico transparente lleno de arena y con tapa para conservar la humedad. Al mes siguiente se inició la germinación de las semillas. Antonio José López de Mesa me confirmó a través del Biólogo Álvaro Cogollo que la muestra entregada correspondía a un Caunce (Godoya antioquensis). En la actualidad, cuento en mi finca con más de 15 árboles que han sido propagados por semilla, muchos de

ellos de más de 5 metros de altura y produciendo gran cantidad de frutos, que me han permitido la siembra y producción de nuevos árboles. La recolección de las semillas es una labor un tanto compleja, teniendo en cuenta que son fácilmente dispersadas por el viento tan pronto las cápsulas se abren. Las semillas tardan en germinar unos 30 a 35 días, y el crecimiento inicial de los pequeños arbolitos es muy lento. Aproximadamente a los 8 años de edad comienza la floración de los árboles. Este espectáculo visual tiene inicio en julio y se prolonga hasta el mes de marzo o abril del año siguiente. Luego de esto, da lugar a la maduración de los frutos. Personalmente, considero que éstos son los árboles nativos mas hermosos en el oriente antioqueño, tanto por sus flores de intenso amarillo de 4 centímetros, como por sus hojas de color verde brillante y tonos rojizos en su etapa juvenil. En la época de floración, los caunces se pueden observar a lo lejos en las montañas y sobresalen por su belleza. En posteriores salidas de campo con Gloria Bermúdez y otros aficionados, hemos encontrado caunces en otros sitios cercanos a El Retiro.

HISTORIAS DE ÁRBOLES 06


Godoya antioquensis NOMBRE CIENTÍFICO: Godoya antioquensis NOMBRE COMÚN: Caunce FAMILIA: Ochnaceae DESCRIPCIÓN: Árbol mediano que alcanza unos 8 metros de altura y un tronco de 18 centímetros de diámetro. Hojas simples, alternas, borde aserrado, forma obovado-elíptica, color verde brillante y rojizas cuando jóvenes, pecíolo muy corto, consistencia dura y gruesa, tamaño promedio 20 centímetros de largo por 9 de ancho. Florece en un racimo al final de la rama de varias flores amarillas, cada una de 5 centímetros con 5 pétalos. El fruto es una cápsula de 5 centímetros que se abre al madurar para liberar numerosas semillas aladas muy pequeñas (130 a 180 semillas por cápsula).

Integrante del semillero de periodismo

LOCALIZACIÓN: Es una especie escasa. Se ha observado en la cuenca de la quebrada La Agudelo, en el alto de La Cruz, y en el alto El Gallinazo. FLORACIÓN Y FRUCTIFICACIÓN: Normalmente se presentan dos períodos de floración en los meses de Junio a Julio y Noviembre a Diciembre. Ocasionalmente se presentan flores aisladas en otras épocas del año. Los frutos maduran 10 a 11 meses más tarde. PROPAGACIÓN: Las cápsulas se deben recolectar del árbol cuando adquieren un color café y antes de que éstas abran. Se secan al sol hasta que abran y expulse las semillas. El período de germinación es de 35 a 40 días. El porcentaje de germinación es del 60%. El crecimiento de los arbolitos es muy lento durante los 2 primeros años. Para un buen desarrollo deben ser plantados a plena exposición solar y en suelo libre de encharcamientos. Toleran suelos pobres. USOS: Su madera era muy utilizada para la fabricación de cabos de herramientas por su gran resistencia a los golpes. Como ornamental es muy apreciado por sus flores. OBSERVACIONES: Es una especie en peligro de extinción.

Partes de la flor

Partes de la HOJA ápice

pétalos

limbo

estambres pistilo

nervaduras

sépalos

pecíolo vaina

ESCALA

8m

brácteas

| La flor del caunce. Foto: León Sierra Rodríguez. 2014 | características de las hojas

trifoliada

simple

TIPOS DE HOJA

según su posición

alterna

según su BORDE según sus nervaduras

linear

entera

plinervia

ovalada

ondulada

opuesta

pinnatinervia

espatulada

dentada verticiladas

palmaticompuesta

según su forma

obovado elíptica

HISTORIAS DE ÁRBOLES 07

aserrada

curvinervia


El Retiro geológico

| El tiempo y el agua, entre otros, convierten la roca metamórfica en tierra roja y amarilla. Vereda Pantanillo, El Retiro. Foto: Ignacio Piedrahíta. 2015 |

Ignacio Piedrahíta Escritor

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as rocas pasan a un segundo plano en un municipio tan verde como El Retiro. No solo porque bosques y potreros cubren casi todo lo que se puede ver alrededor, sino porque a la hora de hacer una excavación lo que se encuentra es casi siempre un suelo entre amarillento y rojizo. Esto puede verse en los movimientos de tierra que se hacen para construir, donde se le saca una tajada a la montaña y esta parece tener únicamente tierra colorida en su interior.

Sin embargo la roca fresca, tarde o temprano, aparece. A veces aflora en los cursos de las quebradas como bloques redondeados, otras como riscos negruzcos en los barrancos de los caminos y las carreteras, o allí donde las excavaciones son muy profundas. Y, de cualquier manera, estas rocas serán casi siempre metamórficas. Es decir, rocas que en su proceso de formación en el interior de la tierra han recibido suficiente calor y presión como para deformarse y crear nuevos minerales. Tales son las rocas más comunes en El Retiro. Un lugar de fácil acceso para observarlas es el parador del Tequendamita, allí donde el agua de la quebrada La Chuscala se despeña suavemente sobre una anfibolita. Al acercarse, el caminante puede ver que la roca tiene dos tonos: uno gris y uno claro, dispuestos a manera de cintas alargadas que pueden tener desde milímetros hasta varios centímetros. Especialmente visibles son las bandas blancas, que se encuentran plegadas como si fueran las vetas de ciertas maderas, o que serpentean como esas líneas de chocolate líquido con las que decoran las copas de café con helado. Esta textura no es otra cosa que la prueba de la deformación sufrida por la roca, y puede apreciarse mejor si se moja la piedra con agua de la quebrada. Tal orientación de los minerales es una característica típica del metamorfismo, y por lo tanto muchas rocas que se ven en El Retiro presentan este rasgo. Saliendo desde El Retiro y dejando atrás el Paso del Toro, justo donde la Quebrada La Danta le cae a la Alvarado, hay unos bloques de roca grandes al costado de la vía, que aunque son mucho más claros que la anfibolita del Tequendamita, presentan, si se les mira de cerca y ojalá con una lupa, esa tendencia de los minerales claros y los oscuros a alinearse cada uno por su lado, en este caso en una roca también metamórfica llamada neiss. Aunque las metamórficas son rocas abundantes en toda la parte norte de la cordillera Central y dominan en muchos municipios de la región, la configuración geológica de El Retiro tiene de particular que es variable y presenta otras rocas interesantes como las granulitas y las migmatitas. Por esta razón el subsuelo del municipio es a menudo objeto de investigación de los especialistas, y lugar de peregrinación de excursiones de campo de profesores y estudiantes.

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|El agua del Tequendamita corre sobre anfibolita, una roca metamórfica de color gris con sinuosas venas blancas. Foto: Monteadentro. 2015|


Retiro

Tomado de Geografía general y compendio histórico del estado de Antioquia en Colombia, 1885

Manuel Uribe Ángel

| Campesinos. Vereda Nazareth, El Retiro. Foto: Juan Camilo Cortés Rendón |

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stá encerrada la superficie de este distrito, por una línea que partiendo del alto Corcovado en La Ceja del Tambo, siga en línea recta a buscar el nacimiento del arroyo de Piedrasblancas; éste, abajo hasta su desembocadura en el Rionegro; éste, siguiendo su curso inferior, hasta encontrar el límite de una ceja que arranca del alto Providente, siguiendo esta ceja hasta dicho alto; de él, por la cordillera, hasta terminar en la central antioqueña en el punto denominado Palmas, límite con Envigado; de las Palmas, por la misma cordillera, hasta el alto de Santa Isabel; de allí hasta San Miguel, siguiendo una ramificación que termina en Monte Bravo; de éste, en línea recta, al del Helechal, por donde pasaba el camino viejo para ir a Popayán, y de este punto a Corcovado, sitio de partida. Está situado el Retiro a 2 ½ miriámetros al sur de Medellín. Fue erigido en curato en el año 1814, a petición de los vecinos, por el Sr. Dr. D. Lucio de Villa, provisor general de la República de Antioquia. El lugar se fundó definitivamente en 1815, en el punto denominado Pempenao, en terrenos del Sr. D. Juan José Mejía, quién regaló la plaza y los solares para la Iglesia y la casa del cura. Fray Juan Cancio Botero, religioso franciscano, natural de Rionegro, célebre patriota que acompañó como capellán al Libertador en varias de sus campañas, fue el primer cura de esta parroquia. El Retiro está situado en el ángulo formado por la confluencia del río Pantanillo y el riachuelo del Guarzo. Este último nombre es corrupción de la palabra cuarzo, roca muy abundante en sus inmediaciones, y nombre con el cual designa la generalidad de las personas, el Distrito. El río Pantanillo, que nace en La Ceja y desemboca en el Magdalena con el nombre de Nare, atraviesa el Retiro de sur a norte, y recibe por el lado derecho el riachuelo Don Diego, y por el izquierdo los del Guarzo y del Retiro. El de la Miel recorre el Distrito de oriente a occidente, y va a derramar sus aguas en el Cauca por intermedio de los ríos Buey y Arma. Por lo que antecede, se tiene en conocimiento de que el Retiro descansa sobre el brazo central de la cordillera de los Andes, que lo recorre de oriente a occidente, y que da multitud de ramales que hacen el país sumamente montañoso, con grandes elevaciones en los cerros Corcovado, San Antonio, Santa Isabel y San Miguel.

Estas vastas y elevadas montañas, cubiertas casi en toda su extensión de bosques, son causa de que en este Distrito las lluvias sean muy frecuentes y vayan acompañadas de constantes descargas eléctricas que producen notables desgracias. monteadentro 09

Los célebres sabios Aragó y Boussingault señalan en Colombia dos puntos en que los rayos hacen frecuentes estragos. Estos puntos son: la loma de Pitayó, cerca de Popayán, y el cerro de Tumbabarreto, cerca de Supía; aquél en el Estado del Cauca, y éste en el de Antioquia. El Retiro tiene por desgracia esta triste celebridad. Hay en el Retiro minas de oro, plata, cobre y cinabrio. Las de oro, y las fuentes saladas que tiene en abundancia han dado y dan aún grandes rendimientos. Las de plata, cobre y cinabrio son apenas una esperanza para sus habitantes. A pesar de que la temperatura no pase de 18º, el clima no es absolutamente benigno. Reinan en ella fiebre tifoidea y las neuropatías más variadas, por causa de un subsuelo húmedo sobre el cual se halla la población. Podría modificarse el estado sanitario del lugar, por medio de drenajes. Los habitantes del Retiro son amantes de la educación, industriosos y económicos. En pocas partes de Antioquia se halla un grupo de ciudadanos que reúna en tan alto grado, como en el Retiro, la cultura civil más esmerada, con el espíritu de la propia conveniencia; el civismo más desprendido y generoso, con el interés privado mejor entendido. El Retiro es un pueblo esencialmente hospitalario, caritativo, progresista y franco en sus relaciones sociales. No hay en él grandes capitalistas, pero todo el mundo es propietario, debido a que se practica el principio de Franklin: “Cualesquiera que sean tus rentas, debes hacer que excedan en algo a tus gastos”. Población 5.785 habitantes. –Latitud norte 5º 58’ 20’’. –Longitud occidental 1º 30’ 35’’. –Altura sobre el nivel del mar 2.239 metros. – Temperatura 18º. –Límites: confina al norte con Rionegro y Envigado; al oriente con el Carmen y La Ceja; al occidente con Caldas, y al sur con Santa Bárbara y La Ceja. *** Manuel Uribe Ángel (1822-1904): Este cultísimo envigadeño fue Presidente del Estado Soberano de Antioquia. Se educó en Bogotá, París y Estados Unidos. En Antioquia fue conocido como médico caritativo y estudioso, historiador (por ejemplo ver su estudio sobre Colón o su texto sobre la leyenda de La Llorona), geógrafo (su ‘Geografía de Antioquia’, el cual se volvió un clásico en la cultura antioqueña es la fuente del extracto que incluimos en nuestro periódico) y escritor. Fundó la Academia de Medicina y la Academia de Historia de Antioquia. Tanto era el respeto que inspiraba el “Dr. Manuelito” - como se le conocía – que en una de las tantas guerras civiles del siglo XIX pudo situarse en medio de dos ejércitos dispuestos a acabarse y con su sola presencia detuvo la contienda…


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Ilustraci贸n, dise帽o, investigaci贸n: Alejandra Estrada / Investigaci贸n: Jacobo Zuluaga


Los otros vecinos de El Retiro

fig 2.

fig 1.

fig 4.

Parque Explora

fig 3.

fig 5.

T

airas, cusumbos, carriquíes y ocelotes son especies que han sobrevivido a la urbanización de la ciudad, a la expansión de la agricultura y la ganadería, a la construcción de vías y carreteras.

Estos animales viven todavía entre los límites de Envigado y El Retiro, donde está ubicada la reserva ecológica San Sebastián La Castellana. Este bosque de 200 hectáreas se considera, junto con La Romera en Sabaneta y El Romeral en La Estrella, Caldas y Angelópolis, como uno de los ecosistemas estratégicos mejor conservados del Valle de Aburrá. El de San Sebastián no es un bosque cualquiera, es un bosque de niebla muy húmedo, en el que las ramas de los árboles suelen estar cubiertas por bromelias, musgos y orquídeas. Sumergidos en el corazón de este bosque de niebla podemos imaginar cómo eran estos paisajes antes de la llegada del hombre, qué animales lo recorrían y cómo se relacionaban entre ellos. La taira, un mamífero muy parecido a la nutria, con un collar amarillo en el cuello y muy ágil, probablemente habitaba todo el valle, donde cazaba pequeñas aves, ranas y lagartijas mientras buscaba pareja para reproducirse y asegurar la permanencia de su especie. Esa taira pudo haber sido cazada por un puma, otro poderoso mamífero que aún habita la reserva. Seguramente en las noches, el perro de monte, colgado de una rama con su cola, comía frutos de Yarumo y en las quebradas nadaban peces. Todo eso ocurría hace cientos de años, pero hoy todavía ocurre gracias a que hemos decidido conservar este bosque. La reserva tiene un terreno montañoso de altas pendientes donde llueve mucho, y en parte esto ha detenido su poblamiento. A pesar de ello, estas 200 hectáreas llenas de vida no han dejado de ser interesantes para las constructoras y proyectos productivos. Por eso, después de muchos años de pasar por diferentes administraciones, El Retiro decidió declarar su parte como reserva municipal con el fin de protegerla. Declarar un territorio como reserva no es fácil. Hay que cuidarla y eso tiene un costo, que para la administración de un municipio muchas veces no es prioridad. Por eso hay que celebrar esta reserva con la que nos beneficiamos gran parte de los habitantes del Valle de Aburrá y

el Oriente antioqueño; ya que cuando decidimos conservar un bosque como San Sebastián recibimos beneficios como la producción de oxígeno y del agua, la regulación del clima, es el hogar de muchas especies, y además ¡nos hace felices! ... Desde hace poco existe un nuevo enfoque que nos invita a reconocer y valorar los beneficios que percibimos de la biodiversidad, y a ser conscientes de que los ecosistemas sanos tienen efecto sobre nosotros. Un picnic al aire libre, una caminata o bañarnos en un río debe ser tenido en cuenta como servicios culturales de los ecosistemas. “Pajariar” (observar aves) también es un beneficio, y este bosque es un lugar de fácil acceso y seguro para los aficionados de las aves y turistas que llegan cada vez más a Colombia, el país con más especies en el mundo. Aún no somos totalmente conscientes de la importancia de estos espacios. Quienes cuidan la reserva deben enfrentarse a campistas que llegan sin permiso, hacen fogatas y dejan basura a su paso. También es saqueada por personas que roban la señalización o por practicantes de motocross que, sin pensar en las consecuencias, dañan o hacen nuevos senderos, deteriorando y maltratando el terreno. Aún no hemos hecho la tarea de valorar en términos económicos todos estos beneficios, pero muy probablemente sobrepasaría con creces los costos de su mantenimiento. Si somos buenos visitantes, San Sebastián tiene ingreso por El Escobero en el alto de Las Palmas. Nos esperan las tairas, los cusumbos, las chuchas, los yarumos, las orquídeas, y una gran cantidad de vida que encuentra casa en este lugar, donde podremos disfrutar además unas hermosas vistas panorámicas y respirar su aire puro. Ilustraciones Alejandra Estrada Fig 1: Perro de monte. Potos flavus Fig 2: Carriquí. Cyanocorax yncas Fig 3: Cusumbo. Nasua nasua Fig 4: Taira. Eira barbara Fig 5: Ocelote. Leopardus pardalis

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Cuidar nuestra casa común Ojalá esta vez le hiciéramos caso al Papa Ángela María Pérez Mejía Subgerente Cultural del Banco de la República

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l papa Francisco, que anda sorprendiendo al mundo con sus posturas políticoreligiosas, publicó hace poco su encíclica Laudato sí, que en el subtítulo: “sobre el cuidado de la casa común” resume de manera simple las más de cien páginas que la componen. El texto es una denuncia frontal y un llamado a transformar nuestra relación con el territorio si aspiramos a tener un futuro. No deja de ser curioso que el expresidente Bush haya salido presuroso a decirle a los católicos de su país que esta vez no le hagan caso al Papa que no sabe nada de economía, ni que la mayoría de los gobiernos hayan ignorado las incendiarias críticas que hace a sus decisiones guiadas por los intereses económicos de los más poderosos, sin consideración alguna por el bien común. A grandes rasgos, la encíclica hace un análisis de la crisis ecológica del planeta. Lanza una alarma contundente frente a la necesidad de transformar las relaciones con el medio ambiente y denuncia “la tecnología al servicio de las finanzas y no del bienestar del ser humano, que de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas”. Es también una acusación a los gobiernos que se niegan a entender que las consecuencias perjudiciales son de efecto global. Lo más sorprendente es que el Papa cataloga la agresión contra la naturaleza como pecado: “Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas |Hortensias. El Retiro. Foto: Fredy Castañeda. 2014| húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire, todos estos son pecados. Porque un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros cultural. La ciencia y la tecnología no son neutrales, (...). mismos y un pecado contra Dios”. Ya que los poderosos del mundo han asumido Nadie pretende volver a la época de las cavernas, pero sí es voluntariamente y a menudo la tarea de castigar los pecados que declara la Iglesia, indispensable aminorar la marcha para mirar la realidad de lo menos que podríamos esperar es que esta vez se lo tomaran tan en serio como otra manera, recoger los avances positivos y sostenibles, y a en otras ocasiones. la vez recuperar los valores y los grandes fines arrasados por un desenfreno megalómano.” El Papa se inspira en el Cántico a las criaturas de San Francisco de Asís: “alabado seas, mi Señor por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna El territorio ha sido siempre el escenario en el que actuay produce diversos frutos con coloridas flores”. En principio suena a hipismo, pero al mos nuestras vidas, forjamos la cultura, criamos nuestros detenerse en ciertas prácticas que él considera la causa del deterioro de nuestra hijos y transformamos la humanidad. Lo que el Papa nos relación con el medio ambiente, se hace terriblemente actual, y ante todo nos co- señala es el absoluto quiebre entre el ser humano y la prenecta a nivel personal. Habla por ejemplo de la velocidad que hemos adoptado por servación de ese territorio, es decir de la posibilidad de un el mal gusto de ir siempre de afán y que requiere de un alto consumo de recursos futuro. Imposible seguir pensando que el problema es de naturales, del clima como bien común, de la “cultura del descarte” que dispara el otros y que podemos seguir ignorándolo, cuando el aire, el consumo y de nuestra perversa relación con el agua: mientras la contaminamos sin agua y la tierra que nos rodean se deterioran ante nuestros ningún control, la privatizamos negándole a grandes sectores de la humanidad el ojos y por nuestras acciones. No soy quien para hablar de acceso a un mínimo vital. pecados, pero lo que sí es evidente es que se requiere reLa invitación es directamente a generar una revolución local y global: “Lo que está ocurriendo nos pone ante la urgencia de avanzar en una valiente revolución monteadentro 13

plantear una relación ética con el territorio si queremos que los niños del futuro tengan alguna opción de conocer la naturaleza y disfrutarla como un patrimonio común.


Los Doctores de la Iglesia en El Retiro Una serie quiteña en la capilla de San José Gustavo Vives Mejía Investigador de historia del arte

Al doctor Eduardo Peláez Vallejo, escritor y criador de caballos.

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n 1796 el pintor quiteño Bernardo Rodríguez y Jaramillo realizó para el convento de San Agustín de su ciudad natal, los retratos de San Agustín, San Ambrosio, San Gregorio y San Jerónimo, conocidos como los cuatro grandes Doctores de la Iglesia o Padres de la Iglesia Occidental, porque fueron los primeros teólogos y por sus escritos son considerados los pilares de la doctrina católica.

rroquial, que se conserva en la Sala Antioquia de la Biblioteca Pública Piloto, la menciona.

Según el historiador ecuatoriano José Gabriel Navarro, del taller de Rodríguez salieron tantas copias de la serie, que se veían hasta en las iglesias de los pueblos más apartados. Una de ellas llegó a El Retiro; no se sabe cuándo o quién la trajo. Un inventario de 1872 de la iglesia pa-

Los personajes aparecen en la intimidad de una biblioteca, dedicados a su labor intelectual, rodeados por símbolos y atributosde su condición.

Estos retratos presentan pocos cambios frente a los modelos originales. Fueron ejecutados por un artista menos hábil, buen colorista, quien se limitó a simplificar los detalles decorativos.

San Agustín (354-430 d. J.), obispo de Hipona, es el más famoso e influyente de los teólogos de la Iglesia. Aquí luce las vestiduras propias de su dignidad episcopal y se dispone a escribir la revelación inspirada por Cristo, que toma forma en la palabra “veritas” (verdad), arriba a la izquierda. Lleva en su mano un corazón ardiente, su atributo personal o símbolo que lo distingue. El reloj del fondo representa lo efímero de la vida.

|Taller de Bernardo Rodrìguez

Escuela quiteña San Agustìn Òleo/tela 112 x 82 cm Siglo XVIII- XIX Capilla de San Josè, El Retiro|

San Ambrosio (340?-390 d. J.), obispo de Milán. Combatió a los herejes arrianos. Aparece escribiendo en su estudio y viste la indumentaria episcopal. Como atributo personal, se ve un panal sobre la mesa. Cuenta la leyenda que, siendo muy niño, de su boca salió un enjambre de abejas en alusión a su elocuencia como orador.

|Taller de Bernardo Rodrìguez

Escuela quiteña San Ambrosio Òleo/tela 112 x 82 cm Siglo XVIII- XIX Capilla de San Josè, El Retiro|

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San Gregorio Magno (540?-604 d. J.). Como Papa fue gran administrador. Estableció la forma de la liturgia romana y de su música (canto gregoriano). En este retrato lleva los atavíos propios de los antiguos papas y suspende su escritura para recibir la inspiración del Espíritu Santo, su atributo personal. Al fondo están la tiara papal y el báculo de triple cruz, propios de la dignidad pontificia.

|Taller de Bernardo Rodrìguez

Escuela quiteña San Gregorio Magno Òleo/tela 112 x 82 cm Siglo XVIII- XIX Capilla de San Josè, El Retiro|

San Jerónimo (347-420 d. J.). Fue consejero del papa San Dámaso. Vivió como ermitaño cerca a Belén. Tradujo la Biblia al latín, cuya versión se conoció como La Vulgata. El santo se encuentra en su estudio, donde lo sorprende el sonido de la trompeta del juicio final, que está sobre él. En un ángulo inferior se ve un león, su atributo personal, relacionado con una leyenda según la cual el santo se ganó la confianza de la fiera por haberle sacado una espina de la garra.

|Taller de Bernardo Rodrìguez / Escuela quiteña San Ambrosio Òleo/tela 112 x 82 cm Siglo XVIII- XIX Capilla de San Josè, El Retiro|

La serie de los Doctores de la Iglesia es uno de los buenos ejemplos del arte quiteño en Antioquia y el conjunto más interesante en la colección de la Capilla de San José.

Luz Valeria Villada Integrante del semillero de periodismo

I

nicia el día, el gallo canta y en las montañas empieza a mostrarse el sol.

La madre se levanta a calentar en el fogón de leña la agua panela; mientras su esposo se pone las botas y la ruana, toma la soga y arrea las vacas hacia el corral para ordeñarlas, poniendo su radio en la hierba para entonarse y oír las noticias. Entra a la cocina, se sienta en su butaca favorita y conversa con su mujer mientras ella pila el maíz para hacer las arepas. Los niños empiezan a despertarse, el más madrugón se asoma a la cocina y se sienta en las piernas de su papá a tomar agua panela caliente; acaba y sale a bañarse acostumbrado al agua fría.

|Niños en temporada de vacaciones, Finca San Isidro. Vereda Nazareth, El Retiro. Foto: Juan Camilo Cortés Rendón|

Luego de desayunar todos juntos, chocolate con arepa y quesito, salen los hermanitos por el camino marcado por el día a día. En la carretera se encuentran con sus compañeros y se van rumbo a la escuela. monteadentro 15

El hombre de la casa coge su Gambia y azadón, agarra el fiambre y sale con el perro detrás de él, su fiel compañero, a los potreros y cultivos, se pone el sombrero para soportar el calor y se tercia el machete. La mujer muy paciente arregla la casa, lava la ropa y aprovecha su hora de almuerzo para escuchar su programa favorito; coge las hortalizas de la huerta para preparar la cena. Al caer la tarde ella espera sentada en el sofá del corredor a que lleguen sus hijos y esposo, para acompañarse bajo la luz de la luna y escuchar las historias de los tiempos pasados, de las buenas costumbres y los malos caminos, hasta que los pequeños se quedan dormidos. Descansan de las labores del día que ya casi termina, con la esperanza de poder alcanzar un nuevo día cuando vuelva a salir de nuevo el sol.


El espanto espantado

|Foto: Laura Bustamante. 2011|

Nicolás Naranjo Boza Literato y músico

Mi abuelo Alfredo nació en 1916. Creció en Abejorral. Era tomapelo y hacía maldades. Le gustaba mucho eso de divertirse a costa del otro. ‘Travesuras de muchacho’ decía mi abuelo con ojitos picarones y una sonrisa apenas esbozada que encubría un deleite sin par…. No se le quitó nunca, pero aprendió con quiénes sí y con quiénes no se charla. Pues la familia de mi abuelo tenía una finca llamada “El higuerón”, y allá pasaban las temporadas de vacaciones y de algunas de las fiestas. El hijo del mayordomo se llamaba Sebastián. Y tenía lo que llaman ‘un retraso’, pero en el campo este tipo de problemas no son un impedimento para hacer todo lo que hacen los demás. Y Sebastián se levantaba a las cuatro de la mañana para empezar las faenas de la finca… Una de ellas era llevar agua a la casa.

su disfraz, cosa que no dejaba ver el rostro ni nada y le dijo con voz de espanto: “Uuuuuuú…. ¡¡¡Soy la madremonte!!!...” Y Sebastián abrió tamaños ojos… Mi abuelo creía que ya lo tenía dominado por el temor… y de repente, la víctima dejó a un lado lo que hacía, echó mano de la vaina del machete que traía al cinto y con la otra mano, tomándolo del mango, sacó el machete, lo esgrimió en el aire con ímpetu y le gritó al bulto de sábanas: “!!!A ver pues hijueputa, venite!!!” Y a continuación la escena fue la de un enredo de sábanas con una gran turbación interna y un afán desesperado de trocarse de espanto en ser humano, corriendo por entre los árboles: una bola de sábanas con alguien dentro tratando de quitarse el matalotaje de encima y Sebastián detrás voliando machete y decidido a darle duro a esa maldita Madremonte que venía ‘izque a hacele daño’… Y por la hora nadie podía hacer nada para detener la peligrosa persecución. No quedaba sino correr y rápido porque ‘un machetazo es cosa seria’…

‘Travesuras de muchacho’ decía mi abuelo con ojitos picarones y una sonrisa apenas esbozada que encubría un deleite sin par…

Pues un día, mi abuelo – quien ya le tenía calculada la hora de despertada a Sebastián - sabía que, muy de madrugada, éste iba a ir por agua al pozo, el cual estaba retirado de la casa principal. Para llegar por el agua era preciso caminar un tramo por entre matorrales y árboles. Y mi abuelo se levantó antes que el muchacho, se llevó varias sábanas y, ya cerca al pozo, se envolvió en ellas. Se escondió cerca del pozo entre los matorrales y aguardó la llegada de Sebastián. Éste, que no sospechaba nada, venía con dos baldes, uno en cada brazo, abrazados y pegados al pecho. Y venía desprevenido, silbando (mi abuelo lo imitaba bien al narrar: era un silbido de tono alto y alegre, de esos con que uno exorciza un tanto la soledad…). Y cuando llegó al pozo y se disponía a sacar el agua, mi abuelo le salió con

Todo acabó por allá más lejos del pozo con mi abuelo – el cual al fin pudo deshacerse de su envoltura – en el piso, de rodillas y con las manos pegadas como en fervorosa plegaria, explicándole a Sebastián con una vocecita pausada, conmovedora y persuasiva: “Soy yo Sebastián… Soy yo Sebastián” para que no le hiciera nada. Y nada pasó. El espantado tuvo compasión de él… Es que va y le pasa algo, no me hubiera contado la historia…

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Mi amiga gallinita

Jairo Buitrago Escritor e ilustrador

Mi amiga gallinita…

Hace desorden en la casa.

“Gallinita perversa”, le dice.

Como si mamá no tuviera suficiente en el trabajo.

Y esa noche no dormimos… preocupados.

Mamá nos quiere de nuevo.

Al otro día antes de salir al trabajo,

Y me voy a la escuela,

pero antes mi amiga gallinita me picotea la cabeza. |Ilustraciones del autor|

CUENTOS DESOBEDIENTES 17



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Señora Doña Pastora Como veo que le preguntan tanto sobre bebés, yo aprovecho y le pregunto también. Resulta que tengo un bebé de 3 meses que estoy alimentando y todo el mundo me dice cosas diferentes de cuándo empezarle a dar comida y qué darle, y yo me voy a enloquecer. ¿Qué debo hacer? Mamá de El Retiro

Doña Pastora Pregúntele lo que quiera que ella es una biblia L

Querida Mamá de El Retiro, a alimentación complementaria para los bebés es una preocupación de muchas mamás. Por aquí le dejo algunas pautas que pueden ayudarle:

- Cereales: Maíz y arroz sin problema desde los 6 meses, la recomendación es dar un poquito cada día durante más o menos un mes, para que el cuerpo se vaya acostumbrando.

¿Cuándo empezar? El alimento principal de un bebé hasta el año de vida es la leche materna. Sin ésta, se le da leche artificial, que no es lo mismo, pero que solventa las necesidades nutricionales del bebé. A los 6 meses comenzamos a complementar su alimentación, sin parar la leche materna.

- Carne: Pueden comer cualquier carne desde los 6 meses de edad; la más recomendable es el pollo. La digestión de la carne de res y la de cerdo puede ser un poco más difícil. Los embutidos (salchichas, jamón), por la cantidad de sal, conservante y colorante, y por el bajo porcentaje de carne pueden ofrecerse de vez en cuando a partir de los 12 meses.

¿Triturado o en papillas? Hasta hace unos años se les daba a los niños la comida en papilla, ahora se recomienda dársela en trozos para que aprendan a masticar.

- Leguminosas: Los fríjoles, lentejas, etc. pueden empezar a ofrecerse a los 6 meses y, de hecho, al ser ricas en hierro, se recomienda hacerlo, siendo interesante acompañarlas de algún alimento rico en vitamina C para que el hierro se absorba mejor: naranja, mandarina, tomate, etc.

¿Cuándo ofrecer cada alimento? - Fruta: Es un alimento con pocas calorías, por lo que debemos ofrecerlas en pequeñas cantidades para que puedan seguir con la leche y otros alimentos con más calorías. El jugo, aunque proviene de la fruta, se considera más un refresco que una bebida sana (pues la alta cantidad de azúcares de la fruta quitan el hambre al niño). - Verduras y hortalizas: A partir de los 6 meses pueden comer de todo tipo, es decir, papas, zanahoria, cebolla, etc. Todas, excepto las que acumulan más nitratos: espinacas, las acelgas, la remolacha y el nabo. Éstas mejor no ofrecerlas hasta los 12 meses de edad.

- Huevo: El huevo puede comerse a partir de los 6 meses. - Otros: La sal no es recomendable, hace que los niños coman más de lo que necesitan ya que es un sabor que les gusta. Además, se corre el riesgo de que se acostumbren a este sabor y les cueste aceptar otros sabores menos salados. El azúcar produce el mismo efecto que la sal, con el añadido de que aporta muchas calorías y pocos nutrientes. Los alimentos integrales son más sanos ya que están menos modificados, se recomiendan por encima de los que provienen de harinas refinadas desde los seis meses.

Sopa de lechuga Santiago Agudelo Uribe Cocinero

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sta receta es perfecta para quienes tienen huerta en casa y siembran lechugas, pues estas nacen todas al mismo tempo y uno no sabe ya qué más hacer, uno no sabe ya qué más hacer. También se pueden utilizar restos de lechugascuando ya no están tan frescas… Ingredientes para 6 porciones: 3 papas grandes 2 chorizos 1 cebolla cabezona 1 lechuga Sal

PREPARACIÓN Cortar los chorizos y la cebolla en cubitos pequeños y poner a sofreír en la grasita que va soltando el chorizo. Cortar la lechuga al gusto y las papas en cubos grandes. En una olla poner todo lo anterior, y agregar 2 litros de agua y sal al gusto. Cuando empiece a hervir le bajamos la temperatura y la dejamos unos 45 minutos.

Los invitamos a darnos sus opiniones, sugerencias, quejas y comentarios. Recuerde que puede suscribirse o pautar con nosotros. 5414163 / 5410579 / 3155164303 monteadentro@laboratoriodelespiritu.org www.laboratoriodelespiritu.org/monteadentro

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