Un final para Yorinda y Yoringuel

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ARTE, PALABRA Y LECTURA EN LA PRIMERA INFANCIA

En esta actividad, Eva Martínez Pardo proponía que cada participante construyera su propio final para el cuento Yorinde y Yoringuel, de los hermanos Grimm.

La piel del lobo

A continuación se expone una recopilación de los textos compartido en el grupo de Facebook del curso. Estos textos no han sido objeto de ningún proceso de edición, por lo que se muestran tal cual fueron escritos originalmente.

MOOC 2018

Acompañar las emociones con los cuentos tradicionales

Un final emocionalmente feliz Finales para Yorinda y Yoringuel

El cuento Había una vez un viejo castillo en medio de un vasto y espeso bosque donde vivía, totalmente solitaria, una vieja y poderosa hechicera. De día se transformaba en gata o en búho, pero de noche, en cambio, recobraba su figura normal. Sabía atraer a los animales de caza y a los pájaros, a los que mataba para cocinar y asar. Cuando alguien se acercaba a cien pasos del castillo, se


quedaba inmovilizado y no podía volverse hasta que ella lo soltaba con unas palabras; pero si alguna casta doncella penetraba en el cerco, ella solía transformarla en un pájaro y enjaularla en una cesta que guardaba luego en un aposento del castillo. Poseía alrededor de siete mil cestas con estos curiosos pájaros encantados. Ahora bien, había una doncella llamada Yorinde, que era más hermosa que todas las demás muchachas. Estaba prometida con un apuesto joven llamado Yoringuel, y durante el noviazgo se deparaban uno al otro la más grande dicha. Una vez, buscando la oportunidad de hablar a solas, fueron a pasear al bosque.  Guárdate -le dijo Yoringel- de acercarte demasiado al castillo. Era un hermoso atardecer y entre los troncos el sol iluminaba el bosque verde oscuro, y las tórtolas cantaban quejumbrosamente en las viejas hayas que estaban brotando. De vez en cuando, Yorinde sollozaba y, sentándose donde brillaba el sol, se lamentaba; Yoringuel se lamentaba también. Se sentían tan deprimidos como si hubieran debido morir; miraron a su alrededor y se dieron cuenta de que se habían perdido y de que no sabían qué camino tomar para volver a casa. La mitad del sol se había puesto y la otra mitad quedaba sobre el monte. Yoringuel apartó los arbustos para mirar y, al ver muy cerca la muralla del castillo, se estremeció con un susto mortal. Yorinde cantó:

Canta de pena, pena, pena Zurú, zurú, zurú. Yoringuel buscó a Yorinde. Yorinde se había transformado en un ruiseñor que cantaba:  Zurú, zurú. Con los ojos ardientes, un búho revoloteó tres veces alrededor de ella y tres veces gritó:  Chu, ju, ju, ju. Por su parte, Yoringuel no podía moverse, pues se había quedado como una piedra, sin poder llorar ni hablar, con las manos y los pies rígidos. Ahora el sol se había puesto y el búho se había parado en un arbusto. De pronto, salió de él una vieja encorvada, amarillenta y flaca; tenía los ojos rojos y grandes, y su nariz curvada tocaba con la punta la barbilla. Murmuró algo y, cogiendo al ruiseñor, se lo llevó en la mano. Yoringuel nada podía decir ni podía moverse de su sitio; el ruiseñor había desparecido. Finalmente, la vieja regresó y dijo con voz ronca:  ¡Salud, Satán! Ahora que la lunita brilla en la cestita, desátalo. ¡Enhorabuena! De este modo, Yoringuel quedó suelto. Arrodillándose delante de la vieja, le rogó que le devolviera a su Yorinde, pero ella le respondió que jamás volvería a tenerla y se marchó. Él gritó, lloró y se lamentó, pero todo fue en vano…

 Pajarillo mío del rojo collar, Canta de pena, pena, pena La palomita su propia muerte va a cantar,

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Vuestros finales

agitaban y nadie que sobrevolara el bosque podría verlos porque el follaje los protegía.

Ana Luisa Tejeda Córdova La vieja corrió hacia la cocina donde hervía agua en un perol, sobre la mesa había dejado cinco jaulas con los pájaros que cocinaría esa noche, pero no supo que mientras salió a hechizar a Yorinde, las aves enjauladas se dedicaron a picotear el ganchillo que sujetaba la puerta de su prisión, así que, apenas dio un paso dentro de la cocina, las cinco aves comenzaron a cantar ferozmente kriuu kriuu kriuu, la vieja se tapó los oídos y aun así no pudo evitar marearse y, dando vueltas sin control, tropezó con el perol provocando que se derramara el líquido sobre sus pies, cubriéndola hasta los muslos, el dolor la hizo gritar: uuuujchiuuuuj, el sonido se expandió por el castillo, todas las jaulas se abrieron. Siete mil mujeres escaparon rumbo al bosque. La voces alegres de las jóvenes desencantaron a Yoringuel que corrió entre ellas buscando a su amada Yorinde.

Andrea Ávila Jácome La bruja se dio la vuelta y volvió a su piel de búho. Aleteó fuerte y desapareció. Yoringuel se quedó llorando su pena bañado en la luz de la luna llena. Cuando el sol estaba por aparecer escuchó el ruido de pasos, levantó la cabeza y vio a un hermoso venado justo enfrente suyo que lo miraba fijamente. El venado movió tres veces su cabeza como si le pidiese a Yoringuel que lo siguiera. Yoringuel se levantó y caminó detrás del venado. El viento comenzó a soplar con fuerza, de tal forma que ningún animal o persona pudiera oír sus pasos. Las ramas de los árboles se

El venado tocó con sus coronas una roca y entró en su cueva. Yoringuel lo siguió. La cueva volvió a cerrarse. Dentro, Yoringuel vio una mesa con cuencos llenos de agua y frutas. Se acercó a tomar una pero, justo antes de hacerlo, quiso mirar al venado pero ya no lo encontró. Se había transformado en un anciano: su cabello era castaño y muy largo, el brillo de sus ojos era igual al del venado. Tenía un palo que terminaba en la corona del venado. Iba cubierto por una larga túnica marrón. El anciano no dijo nada. Invitó a Yoringuel a sentarse y a comer. Mientras tanto, el mago puso en el fuego tres piedras: una amatista, un topacio y un zircón. Cuando Yoringuel terminó de comer, el mago se sentó a su lado y le dijo: si quieres salvar a Yorinda deberás ser un pájaro más. Sacó del bolsillo de su túnica una bolsita de terciopelo rojo. Dentro había un pequeño frasco. Bebe esto y serás más bella que Yorinda. Cuando la hechicera te encuentre, ve con ella. Llevarás dentro de tu boca estas tres piedras y pequeño frasco con un brebaje que inmovilizará a la bruja. Cuida de no abrir la boca ni el pico hasta que no llegues al castillo. Usa las piedras con sabiduría, su poder los volverá humanos otra vez. Yoringuel se convirtió, entonces, en una hermosa doncella. Caminó por el bosque y muy pronto se encontró cerca del castillo y transformado en pájaro en cuestión de minutos. Yoringuel también fue encerrado en una cesta y en medio de los miles de pájaros pudo reconocer a Yorinda. La bruja, a la medianoche, abría sus cestas y los dejaba volar pero antes del amanecer

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debían volver a sus cestas porque la hechicera, convertida en búho o gato, no podía usar su poder. Yoringuel sabía que debía verter el brebaje mágico en el té de la hechicera. Tenía todo planeado pero entre el aleteo de las aves algunas gotas cayeron fuera de la taza, mojaron la mesa y el piso. La bruja lo notó y comenzó el rito para encerrar a las aves antes del amanecer. Yoringuel, entonces, se paró junto al té y fingió interés en tomarlo. La hechicera que era muy egoísta, lo empujó de un manotazo y se bebió la infusión de un solo sorbo. En segundos quedó paralizada. Yoringuel buscó a Yorinda y le dio la amatista. Tomó para sí el topacio pero no supo qué hacer con el zircón. Entonces vio que la bruja tenía un medallón vacío en donde calzaba perfectamente el zircón, lo puso ahí y el hechizo sobre el castillo se desvaneció, las aves pudieron volar hacia el bosque. Cuando estuvieron a cien metros del castillo, juntaron las piedras y las dirigieron hacia la luz del zircón que salía de entre las ventanas del castillo. Las aves que pasaban por la luz, recuperaban su forma humana. Por cada pájaro reconvertido, Yoringuel y Yorinda recuperaban su forma poco a poco. Cuando pasó por la luz la última de las aves, ellos eran humanos otra vez. La luz que salía del castillo se convirtió en un enorme zircón: eso era lo único que quedó de la hechicera y sus dominios.

Anuski Val Tres finales para el cuento de #yorindayoringuel de boca de tres niñas/jóvenes: * Isabel, 8 años: Yoringuel no puedo vivir sin Yorinda, y por eso se cuela en el castillo, reconoce al pájaro más bonito que sin duda es Yorinda, la ve en la jaula, y es tan grande su amor que cuando la toca, Yorinda vuelve a convertirse en doncella, por el poder del amor. Al volverse humana y hacerse grande, rompe la jaula en la que se encuentra, y así los dos juntos se escapan para poder hablar los dos solos que es lo que querían. * Ángela, 12 años: En realidad la bruja cuando no tenía forma de gato ni buhó no tenía ningún poder. Solo espantaba por su fealdad. Así que Yoringuel localiza a Yorinda transformada en pájaro, en el castillo, y sabiendo que la hechicera no podía hacer nada, se burlan de ella y se escapan. Yorinda era un bello pájaro, así que deciden casarse: un príncipe y una paloma que sellan su amor sin importarles el físico de cada uno. * Ana, 18 años: Yoringuel, atemorizado por la bruja y muerto de miedo, en cuanto es liberado escapa a través del bosque hacia ningún lugar, dejando allí a Yorinda, quien, a pesar de que la ama desmesuradamente, su miedo le impide enfrentarse a la hechicera y vivió por siempre encarcelada piando historias de amor cada tarde.

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Barbara Pardo Posse Yoringuel corrió hasta el castillo y liberó a todos los pájaros, esperando encontrar a Yorinde. Todos salieron volando, menos uno....no era Yorinde, era la bruja búho, que enojada lo transformó a Yoringuel en búho para quedarse con él. Yoringuel ni bien tuvo alas salió volando a buscar a Yorinde, con la bruja atrás. Por lo que si ven dos búhos volando uno es Yoringuel buscando a Yorinde y el otro la bruja, que no quiere que sean felices y coman perdices y que colorín colorado este cuento se ha acabado.

Chelo Pérez Parejo Yorinda convertida en ruiseñor fue llevada a la hacitación del castillo junto con los otros curiosos pájaros encantados. Una vez allí, comenzó a cantar. Su canto era un canto nuevo, jamás oído, lleno de fuerza y amor a la libertad. Entusiamadas las demás pájaros se unieron a su canto y cuando las más de siete mil aves cantron como en una sola voz, rompieron el hechizo y se liberaron.

porque lo ven llorar sin parar. Entonces entre todos han decidido ayudarlo para recuperar a su enamorada. Con la fuerza del oso romperan la jaula de su enamorada y entonces los dos podrán estar juntos y disfrutar del amor. (Porque tía, el amor es lo más importante...No importa qué forma tengamos afuera o qué ropa o juguetes tengamos)".

Elizabeth Ramirez Después de muchos, muchos días de esperar que su amado la rescatara, Yorinda, ideo un plan. Como la bruja les pedía cantar y cantar todo el día, invento, con sus compañeras –que también esperaban ser rescatadas- una melodía. Cuando una de ellas se cansaba de cantar, la otra continuaba, si la bruja amenazaba con dejarlas mudas, cambiaba el tono. Las más de las veces, lo hacían a coro a coro, pero no dejaron ningún segundo de cantar. Era un canto aterrador, que ni la propia bruja pudo detener. La bruja salió huyendo del bosque. Los pájaros entonaron un canto de auxilio; llegaron en parvadas todo tipo de aves: cuervos, gaviotas, pelícanos, con sus picos lograron abrir las jaulas y liberar a los pájaros, que salieron felices a volar libremente.

Emy Emy

Yorinda busco a Yoriguel y también le enseñó a cantar a él!

Cindy TeloDije Sanchez Relato imaginado por Lara (4 años)

Al terminar el relato me ha venido a la mente un final en el que Yoringuel vuelve al castillo vestido de mujer para que la hechicera le convierta en pájaro y así pasar el resto de su vida con su amada.

"Desde ese día Yoringuel no ha parado de llorar. Sus lágrimas de cocodrilo inundaron el lugar. Todos los animales están tristes

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Flor Munch Yoringuel engañó a la bruja, ofreciéndole tantos animales de caza como la bruja pudo comer, ésta se sintió extremadamente

de su amado Yoringuel. Y Colorín colorado, este cuento se ha terminado...

Gloria Jovanka Ibañez Miranda

satisfecha, eructó, devolviendo a Yorinde

Freddy J. García Yoringuel resignado volvió a su casa, después de un tiempo dejó de llorar por Yorinda aunque siempre la recordaría con nostalgia, un buen día conoció a una bella dama de su pueblo con la que nuevamente sintió la intensidad del amor… se casaron y tuvieron un hijo con el que sale seguido al campo y cada vez que juntos ven volar un "ruiseñor" Yoringuel sonríe confiado de que Yorinda vuela libre por el cielo.

Gabriela Escobedo Yorinda, afligida por su encierro y por lo que ahora era, tuvo una idea para ponerle fin a ello. Les dijo a las demás doncellas encerradas que dejaran de cantar y de esa forma, la bruja se iría apagando, ya que descubrió que el canto de los ruiseñores era el que sostenía el hechizo y los poderes, (en realidad se lo escuchó decir a la bruja, que a veces acostumbraba a hablar dormida). Así lo hicieron, y aunque la bruja les sacó el agua y la comida para presionarlas, permanecieron firmes en su plan, en el más absoluto silencio. Fue entonces que la malvada terminó deshaciéndose como polvo en el aire y finalmente el hechizo terminó. Todas pudieron volver a su hogar y Yorinda a los brazos

La bruja al saber lo hermosa que era Yorinde y tenerla en sus manos, como el trofeo más deseado, no resistió la tentacion de observarla de cerca y al sacarla de su prisión ella se le escapo de sus manos, desatando una batalla en donde con todo el revoloteo libero a las demás donsellas que estaban presas y del mismo modo, logrando así su libertad y al encontrarse con su amado Yoringuel, que lloraba desconsolado y posarse en su hombro, al instante la reconoció la beso y se convirtió también en un ave, para volar juntos y libres por el cielo. FIN.

Helena Vazquez Yoringuel se fue pensando cómo hacer para salvar a su bella novia y castigar a la bruja malvada. Dejó crecer su cabello y se afeitó la barba. Dibujó sus ojos con una fina sombra para hacerlos más profundos. Se vistió con un hermoso vestido y practicó muchas veces la canción de Yorinde afinando la voz: Pajarillo mío del rojo collar, Canta de pena, pena, pena La palomita su propia muerte va a cantar, Canta de pena, pena, pena Zurú, zurú, zurú.

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Cuando se sintió preparado fue al bosque, a encontrar a la bruja. Al atardecer estaba cerca del castillo, caminando despacio, sobre unos tacos altísimos y cantando con voz finita. Movía las manos suavemente y se cubría la mitad del rostro con un pañuelo perfumado. La bruja lo vió: -¡Otra para mi colección!!- se dijo con voz cascada y una carcajada malévola. Con pico de búho murmuró el hechizo. Pero en lugar de transformarse en una suave avecita cantora, Yoringuel se convirtió en un águila de pico fuerte y garras poderosas que rápidamente cazó al búho y lo mató. Al morir la bruja malvada, sus hechizos se rompieron, y 7000 doncellas salieron del viejo castillo dando las gracias al astuto joven por liberarlas. Yoringuel, de nuevo humano, buscó a su amada Yoringue y la besó. Se quedaron a vivir en el castillo de la bruja donde había tesoros y riquezas sin fin y fueron felices para siempre jamás.

Hitzaso AR “Yoringuel sigue a la hechicera hasta a una gran habitación.

Y de repente la hechicera explotó y Yoringuel dijo las palabras mágicas para devolverle su forma humana a Yorinde. Por lo que Yorinde vuelve a ser una muchacha hermosa y vuelve junto con Yorinde a su castillo y se casaron.”

Irene Amador Yorinde entonó un canto que conmovía como un lamento. La noche enmudeció con el silbido del ruiseñor y solo se escuchó la cavernosa voz de la hechicera que murmuraba entre colmillos: «mal presagio». A la mañana siguiente, Yorinde, cansada de tanto sollozo y lamento, oteó el horizonte y, a un lado y otro, vio una infinitud de jaulas con pájaros. Sobrecogida y rabiosa, cantó un reclamo con notas agudas y breves: «pajarito silba y pica, silba y pica, silba y pica». Carpintero respondió con un tamborileo sobre los barrotes de la jaula. Colirrojo, Petirrojo, Jilguero y otros tantos se sumaron. Poco a poco, los siete mil pájaros habían logrado una caja de resonancia. Los barrotes se desbarataron y los pájaros volaron libres. Ya no quisieron ser doncellas.

La hechicera está hablando con un espejo, explicándole que diciendo las palabras mágicas “chachipirumguin” salvarían a Yorinde y diciendo “carabolaperola”destruían a la hechicera. Yoringuel escuchó todo, pero sin querer dio un golpecito y le descubrió la hechicera por lo que tuvo que decir las palabras para derrotarla.

Iscoquetedigo Operé Ferrer El gritó, lloró y se lamentó, pero todo fue en vano... Al día siguiente, ese ruiseñor se comunicó con los algunos pájaros encantados y esos con otros hasta que idearon un plan que les devolvería a su estado normal.

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Jalia Guerrero Yorinda convertida en ruiseñor; al entrar en el castillo pudo comprobar que no estaba sola sino que había miles de doncellas convertidas en ruiseñores. Pensó entonces que lo importante para deshacer aquel hechizo de la bruja lo primero que tenían que planificar era cómo ponerse de acuerdo y utilizar un lenguaje o un cántico similar.De esta forma podrían programar la huída en grupo.La sororidad entre doncellas tomó forma y el plan consistiría en graznar todas a la vez emitiendo un sonido sórdido que ésta, no pudiese soportar en el momento que abriese una de las jaulas, para darles de comer. Yorinda consiguió escapar,y se encargó de salvar a todas las doncellas ;que al conseguir volar más de 100m de la casa encantada se desharía el hechizo.

Jaquelina Milan Yorinda se vio en la canasta y espero el dia ensayando su canto. Cuando el dia llego, espero que la bruja se transforme en lechuza y se vaya a dormir. Con los otros pájaros enjaulados ensayaron una canción y la cantaron tan fuerte q la gente del pueblo cercano fue a ver…y no solo estaba Yoringuel, sino todos los novios, hermanas, hermanos, amigos de las jóvenes desaparecidas y convertidas en pajaros. Yoringuel contó a todos lo sucedido y decidieron enjaular a la bruja…que había recobrado su forma original…la bruja intento liberarse pero como le habían dado de comer piedras cuando era lechuza, estaba muy pesada por lo que a cambio de su libertad tuvo que liberar a las jóvenes…por eso y porque cantaron tan fuerte que terminaron aturdiéndola. Yorinda

no solamente recuperó a su amado, sino que aprendió a cantar y todos los días (cuando no se quedaba dormida) despertaba a su amado con su canto.

Jelimar Leon "Yoringuel salva a Yorinda y la hechicera muere porque Yoringuel llevó una espada." Versión de mi sobrina de 5 años (me lo dijo al oído, como un secreto).

Kete Cuento Y Más "Él gritó, lloró y se lamentó, pero todo fue en vano… la bruja no se conmovía con nada. Yoringuel, dispuesto a todo por salvar a Yorinda, ideó un plan. Se hizo un traje de cuerpo completo, hecho con papel maché, que parecía una estatua de sí mismo. Usó para ello muchísimo papel reciclado. Con esta armadura, se acercó lo más que pudo al castillo. La bruja, que andaba merodeando convertida en gata, pensó que era una estatua que ella había olvidado desatar, y no le dio importancia. Tan pronto la bruja se fue a dormir, Yoringuel salió de su armadura y buscó entre las siete mil aves, el ruiseñor en que Yorinda se había convertido. Cuando lo encontró, lloró de desesperación porque a pesar de sus ruegos, ella no tomaba forma humana. Sin pensar demasiado en lo que hacía probó diversas pócimas que la bruja había dejado sin etiquetar, liberando a los otros pájaros enjaulados a la par que hacía experimentos con ellos. Finalmente consiguió lo que quería: entreabrió la jaula donde estaba Yorinda, bebió la pócima y

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PAFF!! se convirtió en un ruiseñor para acompañar a Yorinda hasta el fin de sus días.

quería hacerle mal a alguien más, la llevó hasta el castillo porque sabía que era la única forma de recuperar a su amada.

Y colorado colorón, la bruja ni cuenta se dio."

Al llegar al castillo entregó la doncella a la bruja, quien la recibió con gran felicidad convirtiéndola en un bello pájaro encantado.

Danny Núñez Carvallo

Laís Villela Lavinas Yoringuel seguiu a feiticeira até sua casa e viu onde ela colocou Yorinda. Corajosamente, o rapaz pediu para que a feiticeira também o transformasse em pássaro e permitisse que vivesse com Yorinda em tua gaiola. A bruxa interessou-se pela ideia, porém, a achou muito generosa. Então, ofereceu perguntou a Yoringuel se ele gostaria de ser transformado em uma pequena árvore que ficaria dentro da gaiola de Yorinda. Como árvore, ele poderia dar frutos e Yorinda, enquanto pássaro, cuidaria para que nenhum inseto o comesse. Yoringuel, sem exitar, aceitou a proposta; e assim, Yorinda e Yoringuel casaram-se.

La bruja le dijo a Yoringuel "Haz cumplido ahora te regresaré a tu amada", tomo a Yorinde de donde estaba cautiva, aún convertida en ruiseñor y la entregó a su amado. Su amado la tomó en sus manos, la puso cerca de su pecho, dio un gran suspiro y en ese instante Yorinde volvió a tomar la forma humana, su amado la tomó en sus brazos y huyó rápidamente. Al estar lejos del castillo Yoringuel le contó a su amada lo que tuvo que hacer para salvarla, Yorinde se entristeció por la doncella que quedó encantada y le pidió que juntos buscaran a alguien para que los ayudará a quitar el encanto a todas las doncellas atrapadas. Así emprendieron un largo viaje en búsqueda de alguien que pudiera revertir el encanto realizado por la vieja bruja, con la firme idea de llevarlo al castillo y liberar a las doncellas.......

Lauris Gómez Meléndez Yoringuel quedó suelto. Arrodillándose delante de la vieja bruja, le rogó que le devolviera a su Yorinde, la bruja le respondió que se la regresaría si el lograba conseguir una doncella tan bella como Yorinde para que ocupara su lugar. Él sin pensarlo le dijo que iría a buscar otra bella docella para sustituir a Yorinde. Así recorrió varios lugares hasta que encontró a una doncella tan hermosa como su Yorinde, aunque se lamentaba porque no

Lisseth Sandoval No le pregunté a ningún niño que tuviese al frente por el final del cuento de Yorinde y Yoringuel...el único niño que tenía cerca en ese momento era al niño de 34 años con el que comparto la vida, así que le pregunté a él...y este fue el final que imaginó: "Al regresar a casa Yoringuel se encontró con un viejo anciano quien también en su juventud había sido hechizado por la bruja pero había logrado escapar, éste le dio un manto mágico con el cual podía cubrirse y entrar al castillo sin ser detectado y

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paralizado. Una vez adentro, buscó a la doncella y sorteó múltiples obstáculos…todo para darse cuenta de que la doncella permanecería así para siempre y que jamás podría devolverle su forma. Sin embargo, con el dolor de la noticia también se dio cuenta de que había algo que sí podía hacer…en ese momento se dirigió a la malvada bruja y le rogó que lo transformase a él en pájaro para así poder estar con ella para siempre". Tal vez por obvios vínculos afectivos...pero a mí me encantó!

Lucia Quiroga Yorinda quedó enjaulada durante varios meses, en los cuales su amado trató en vano de salvarla. Yorinda sin embargo no se quedó a la espera del rescate, y durante esos largos meses aprendió las costumbres de la bruja, asi como sus goces y sus debilidades. Aprendió a cautivarla con su canto con gusto a lamento hasta que descubrió la forma de deshacer el hechizo de las doncellas. Simplemente descubrió que la bruja sufría de mal de amores, y aprendió a entonar la melodía que la reconfortaba, hasta que en un descuido de la bruja que se había dejado cautivar por el ruiseñor, la jaula quedó insegura, y Yorinda pudo volar fuera del lugar. Voló, voló muy alto y cuando la luz del amanecer la encandiló la doncella recuperó su forma. Y con la ayuda de Yonringuel pronto volvieron para rescatar a las otras doncellas atrapadas.

Luciana Hernandez Como Yoringuel se dio cuenta de la situación que enfrentaba, porque aparte de haber perdido a su amada Yorinde, también estaba perdido. Tomo valor y acordándose de esa vieja historia que le contaba su abuela, que un día al encontrarse perdida la estrella más grande y brillante del cielo nocturno la había guiado a casa, busco a la gran estrella nocturna, comenzó a seguirla y mucho antes de que esta desapareciera del inmenso cielo negro se dio cuenta de que lo guio a la casa de la malvada bruja, de esa que era la culpable de que su Yorinde ya no estuviera con él, y del dolor y el terror que sentía tomo aire con mucha valentía y entro a rescatar a su amada. Con un grito que se escuchó en todo el bosque exclamo ¿Qué le han hecho a mi Yorinde? Ahí mismo, delante de sus grandes ojos, la vio, era ella si Yorinde y la malvada bruja. Estaban tomando mate y cocinando tortas fritas, si amigos Yoringuel se asombró, y escucho el relato de la bruja que al verlo se estremeció, ella pasaba sus días sola, triste y aburrida, por eso se llevó a su amada, y como en su charla le conto que era uruguaya, Yorinde decidió complacerla con “manjares” de su cultura. Colorín, colorado asi hemos terminado, ellos fueron liberados prometiendo volver todas las tardes a visitar a la bruja. FIN Un final inesperado, por un niño de 4 años.

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Marcelo I. R. Canale (Anita)

Maru Carrizo

Para recuperar a su amada. Tomo una flauta y comenzó a tocar. La melodía relajaba hasta el aire. De pronto la que era maliciosa. Encontró una paz que jamás había sentido. Por ello es que habría las cestas y uno a uno levantaban vuelo y una de ellas fue armando con su cuerpo la figura de una flecha y cupido la llevó a posarse en el hombro de su amado. El cielo tuvo un brillo especial y la mala un amor más grande que ningún odio.

Yoringuel se fue corriendo a buscar ayuda para rescatar a su amada doncella. Al llegar al pueblo reunió a unos cuantos hombres y mujeres y al contarles lo sucedido nadie quiso ayudarlo porque sabían del peligro que corrían por tanto, Yoringuel decidió ir solo al castillo encantado pero esta vez se llevó su charango para tocar la canción preferida de Yorinda. Mientras iba se acordó que no debía acercarse demasiado. Una vez allí, a una distancia prudente para ser oído pero no convertido en piedra, tocó su instrumento con todas sus fuerzas. Yorinda lo escuchó y comenzó a cantar tan fuerte que rompió las puertas de su jaula y de las 7.000 restantes. Todos los pájaros/doncellas volaron hacía Yoringuel y cantaron al son de la música. Y es hasta hoy que podemos escuchar el charango de Yoringuel y el canto de los pájaros. Colorín colorado este cuento se ha acabado ��

Marta Ortiz Versión de mi hija de 7 años. Yorinda esta encerrada en la jaula pero empieza a moverla, como si fuera un columpio y consigue coger la barita de la bruja. Entonces Yorinda hace desaparecer la jaula, se convierte de nuevo en mujer y desencanta a Yoringuel para que deje de estar petrificado. Yorinda y Yoringuel se escapan juntos por el bosque. La bruja está enfadadísima, todo ha pasado tan rápido que cuando se da cuenta los dos han desaparecido. La bruja llena de rabia se pone a comer ygozas ( empanadillas chinas que le chiflan) mojadas en mucha salsa de soja. Como come muchísimas. La salsa de soja dá mucha sed, así que la bruja se inclina para beber en el río y como está tan llena se cae y se ahoga. Fin.

Mile Morales Juanfe mi hijo de tres años termina el cuento: Entonces el ruiseñor se lo lleva de la mano.

Miriam Blatezky Este es el final que se imaginó una niña de 10 años. "Yoringuel al irse del bosque conoció a otra doncella, se enamoraron y se olvidó de Yorinda. Un día mientras la hechicera probaba un nuevo hechizo un chispazo saltó hacia las jaulas de los pajaros. Estas exploraron y todos los pajaros salieron volando y mataron a la vieja hechicera. Yoringuel vivió muy feliz para siempre con su nueva novia. Mientras que Yorinda vivió muy mal para siempre.

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Quedo hecha pájaro y un dia un gato se la comio. Fin de la historia". La niña se rio muchísimo durante todo el rato que imagino y contó todo esto. Me sorprendió mucho su final, pero como decia Eva Martinez no hay bien ni mal, y todo lo que surja es porque se lo necesita :)

Noe Benitez Mi final sería el siguiente, yorinda al darse cuenta que había muchisisisimas doncellas enjauladas, sufriendo la misma suerte que ella, tomó la determinación de convocarlas a una huelga ruidosa. De esta manera los pájaros hacían tanto bullicio que ningún animal se quería acercar al castillo, ergo la brujilda hechicera se estaba muriendo de hambre. Así que como con la panza vacía la brujis tampoco quería estar, liberó a todas las doncellas y finalizó sus hechizos. Habiendo entre todas llegado al acuerdo de no hacer más lío, y así los animales podían volver a acercarse al castillo y fue así que afuera yoringuel estaba esperando a yorinda para continuar su noviazgo!

Romina Luna .. Cansado de tanto llorar Yoringuel se quedó dormido, pero en sus sueños un ruiseñor cantaba. Sobresaltado despertó al amanecer en el bosque. Su sueño había sido una revelación para romper el hechizo de la bruja. Con valentía Yoringuel se acercó al castillo recordando el canto de su amada: Zurú Zurú Canta de gozo, gozo, gozo La palomita su propia vida va a cantar Y con estas palabras el hechizo de la bruja pudo romperse: donde había pena hubo dicha, donde había muerte hubo vida. Yorinda y las miles de doncellas recuperaron su forma y la libertad. La bruja desvanecida al revertirse sus hechizos no había entendido que el amor vence al odio, siempre.

Olga Marcela La primera idea que tuve al pensar en un final para Yorinda y Yoringuel, pensé en que Yoringuel podía rescatarla a ella y a las demás prisioneras... pero luego se me ocurrió que ellas podían escaparse, lograr su libertad por sí mismas... Y allí me hice un rollo...jajajajajajaja ¿De dónde nos salen tantos estereotipos y a la vez tantos filtros? ¿Cuándo se volvió tan dificil pensar en un final para un cuento?

Rosana Sosa Leí el cuento a mi hija de 6 años. Lo habiamos visto el año pasado en dibujos animados relatado por una actriz famosa en nuestro pais. mi hija no se acordaba del cuento ni del final. Ella me sugirió este final: el principe se bajó del caballo., subió al techo despacito. La bruja estaba haciendo una sopa . El principe entró por a ventana despacito. Cuando la bruja lo miraba, el comenzó a correr para afuera, después entró de nuevo y se escondió después el caballo....el principe peleó con la bruja y la

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bruja murió y después rescató a la novia y colorin colorado este cuento se ha acabado" ( palabras textuales sin interrupciones ni preguntas mias )

Rossana Cabrera

hizo que Yoringuel se transformara en un gracioso jilguero. El pajarillo quedó apresado en una cesta y conducido a la cámara donde se encontraba Yorinde y otras muchas muchachas. De esta manera los dos enamorados estuvieron siempre juntos, aunque separados por unos barrotes, hasta el final de sus días.

(Aclaro que mi hija ya tiene 11 años)

Silvia García Esteban

-Viste que siempre, siempre hay un mago más poderoso o una bruja más fuerte. Bueno, el muchacho busca a ese que es más poderoso y lo convence para que lo ayude. -´¿Cómo lo convence? -Le paga, con tesoros y eso. Vence a la bruja, logra que salga del bosque encantado y el hechizo se rompe. -¿Y la bruja? -Encarcelada para siempre y sin salidas transitorias. -Ah! Lo que la muchacha pierde es la capacidad de cantar, algo tiene que perder para aprender a no ser tan boba.

Ruth Dalr Ella consigue liberarse sola rompiendo el hechizo.

Sanders García Tras dos días de desesperación, Yoringuel tuvo una idea. Ya que Yorinde nunca volvería, se disfrazó de doncella y fue hacia el castillo. Cuando penetró en el cerco, se hizo un resplandor y apareció una bella gata, que pronunciando el hechizo maligno,

Él gritó, lloró y se lamentó pero todo fue en vano. Aquella poderosa hechicera no mostraba ninguna piedad por Yoringuel que moría de tristeza sólo de pensar en no poder volver a abrazar a su amada. El valiente enamorado, lejos de abandonar a su bella Yorinda pasó treinta largos días con sus noches en aquel bosque, pensando en la manera de rescatarla, no se iba a rendir tan fácilmente por más que el temor a aquel espantoso ser y a lo que pudiera hacer con él le encogiera el corazón por momentos. Por el día se alimentaba de los frutos que el bosque le ofrecía, dulces néctares, frescas bayas y sabrosas raíces, aprendía el lenguaje de los animales, que se habían acostumbrado a su tranquila presencia, y conversaba con ellos sobre la gran tristeza que le embargaba. Por las noches, aprovechando la oscuridad, se acercaba a las murallas de la temible fortaleza y escondido entre la frondosa maleza de aquel bosque encantado pasaba las horas escuchando el canto de todos esos pajarillos enjaulados. Con el tiempo aprendió a distinguir el canto de su pequeño ruiseñor, Yorinda, que cantaba para él hasta que despuntaba el día, momento en el que sigilosamente Yoringuel volvía a penetrar en el bosque, donde aguardaba impaciente que volviera a caer la noche.

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Casi sin darse cuenta, aprendió a distinguir las palabras del dulce canto de su amada, a descifrar su trino, y así la melodía se convirtió en una agradable charla nocturna en la que compartían confidencias a la luz de la luna. Una noche Yorinda le contó a Yoringuel, esta vez casi susurrando por temor a que aquella criatura abominable les descubriera, que había una forma de deshacer el encantamiento que tenía presas a todas aquellas doncellas. Yoringuel suplicó a su pequeño ruiseñor que se lo contara de inmediato pues no había cosa que más ansiara en el mundo que poder liberarla de su encierro. Ella entre lágrimas le confesó que tenía miedo de hacerlo pues había escuchado a aquella hechicera decir que aquel que se atreviera a entrar en su morada sería convertido en estatua de mármol para siempre. Él la tranquilizó, le habló del tiempo que había pasado en el bosque, de cómo había aprendido a ser tan sigiloso como un zorro, a camuflarse como una sombra entre las hojas de los árboles, a escuchar los aullidos del viento y el crujir de las hojas a su paso. Se sentía preparado para liberar esa dura batalla, ella sólo tenía que contarle qué es lo que rompería aquel terrible encantamiento, él lo haría, por ellos y por sus compañeras de encierro. Le contó cómo había oído a aquella bruja decir entre sueños que la única forma de derrotarla sería enfrentarla con su propio reflejo, sólo confrontarla con la imagen de su maldad podría destruirla, pero se jactaba de que ningún ser humano tendría el valor de traspasar las puertas de su temible palacio en el que no había ni un solo lugar en el que se pudiera reflejar su imagen, cualquiera que lo intentara se convertiría al instante en una estatua con la que decorar su morada. Yoringuel prometió a su

amada volver la próxima noche a liberarla, pues había dado con la clave para resolver aquel enigma, y se despidió de ella. La siguiente noche se deslizó por la oscuridad, silencioso como había aprendido en el tiempo en el que el bosque había sido su hogar, trepó la dura pared de piedra que formaban los muros de aquella fortaleza con la habilidad de un roedor y aguardó en silencio al pie de la cama de aquella malvada anciana. Cuando la anciana despertó encontró a Yoringuel mirándola y en el mismo instante en que fue a convertirle en piedra, esta vez para siempre, se encontró con su terrible reflejo que surgió en un inmenso charco de lágrimas que Yoringuel había derramado pensando en la tristeza de no poder abrazar a su dulce Yorinda. De inmediato, se rompió el encantamiento, liberando a todas aquellas jóvenes atrapadas en cuerpos de ave y convirtiendo a aquella hechicera en un inmenso corazón de piedra. Desde entonces Yorinda y Yoringuel permanecen juntos en aquel bosque, igual si un día pasas por él puedas oír su dulce trino cuando cae la noche.

Susana Castillo Yoringuel pidió a la hechicera que lo dejara despedirse de su amada, ya convertida en un ruiseñor de piedra dentro de una cesta hecha con ramas secas. La anciana aceptó y vio cómo el joven abrazo la jaula con tanta fuerza que la destruyó y Yorinda quedó libre, aunque ya no regresó a su forma original. Ahora era un ruiseñor y su prometido también se transformó en uno. Otra vez juntos, volaron lejos del castillo y vivieron felices... como aves.

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Susana Izquierdo Gil Yorinda convertida en ruiseñor consigue escapar de su encierro y vuelve al lado de su amado... Conocen a una hechicera que deshace el hechizo de la primera volviendo a Yorinda humana y ésta corre a salvar al resto de doncellas convertidas en pájaros y deshacer sus hechizos. Y claro....la vieja del Castillo tiene su merecido. La convierten en una mosca. En su huida acaba en la boca de un sapo y fin.

Tininha Calazans A bruxa ria feliz do mal que fizera. Alegrava-se ao ver o desespero de Yoringuel e Yorinda. Ele a chorar sem saber o que fazer para salvar amada. Ela, em rouxinol, trancada na gaiola. Não haveria saída. Ficariam separados para todo o sempre? A bruxa era esperta. Era poderosa. Seu castelo era defendido por corvos agourentos, que grasnavam denunciando quem quer que desejasse entrar sorrateiro. O gato preto da megera vigiava a gaiola, com olhos malvados e gulosos. Sem desistir da amada Yoringuel andava pelos recantos do reino a procura de uma ajuda, uma informação valiosa. Sete anos se passaram nesta busca incansável. A seguir seus pés o jovem enveredou por uma floresta tomada pelo medo e pelo horror. O ar era úmido, pegajoso, irrespirável. Sabendo que era preciso seguir em frente ele avançava. Na noite em que a lua desapareceu do céu ouviu uma cantoria estranha. Sorrateiro, se esgueirou e viu a cena que fez um frio percorre a coluna. Em roda, bruxas e capetas dançavam freneticamente.

Juntando toda sua coragem ali permaneceu, olhos e ouvidos atentos. Já bem tarde escutou uma bruxa dizer a outra: - Como é bobo este Yoringuel. Está a tantos anos andando quando a resposta para sua está ali mesmo no castelo. Para salvar Yorinda bastava expressar seu amor, com palavras e melodia por ele mesmo entretecidas, na noite de lua nova à porta do castelo, sem ligar para os corvos que vão grasnar, o gato que vai miar, a bruxa que vai gritar. Se assim fizer, na hora em que o sol o encanto se romperá. Castelo, bruxa, criados e feitiços, irá sumir no ar. As gaiolas vão se abrir. Delas, as moças vão surgir. Entre elas, a doce Yorinda. Assim fez Yoringuel e tudo se passou como a bruxa predissera. Reunido, o casal viveu feliz desfrutando o amor. Seraphine Van Gogh Él gritó, lloró y se lamentó, pero todo fue en vano porque la vieja de roído corazón se llevó a su amada Yorinda. El cielo se hacía gris y Yoringuel sólo podía seguir con la vista al verdugo del dulce ruiseñor. Una capa negra, maloliente, desleída por las polillas hambrientas de la casa de la bruja fue la imagen que se quedó estampada en el estómago de Yoringuel; quien estaba condenado a recordar a su doncella por causa de su cobardía. Lo que no sabía es que la bella Yorinda luchó y luchó con cada una de sus plumas por liberarse. Y un día en un descuido de la bruja, quien de vez en cuando cambiaba el agua de los ruiseñores, la picoteó con tal fuerza que la sangre de la carcelera se desbordó. Yorinda voló sin saber volar porque no conocía hogar diferente que la prisión llamada jaula, la misma donde viven los hombres

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cuando dejan que sus miedos gobiernen, así como Yoringuel dejó que gobernará el miedo a luchar por el amor, el amor de su vida. En un suspiro llego la imagen de quien decía amarla con fervor, pero el dulce ruiseñor nunca quiso buscarlo porque ya había aprendido a volar sola.

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