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E単e Revista para leer Primavera 2014


Sumario Eñe. Primavera 2014

9 Diario de Benjamín Prado 24 Editorial 26 Autores La alegría, instrucciones de uso 33 41 49 56 64 70 78 81

Iván Thays Care Santos Wendy Guerra Gonzalo Torné Blanca Riestra Marina Perezagua Erika Martínez Marcos Giralt Torrente

fe st ival e ñ e 90 Martín Casariego p ág i nas ch o co l ate 98 Olvido García Valdés. Biblioteca 103 Juan Carlos Méndez Guédez. Preestreno 109 Agenda Ilustraciones de Guillermo Pérez Villalta


Diario de Eñe Benjamín Prado Las camisas de once varas me sientan bien

Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, Zaragoza, Albacete, Granada, Santander y Rota (Cádiz), noviembre de 2013 Días de promoción. Hace poco he publicado a la vez dos libros, la novela Ajuste de cuentas y el tomo de relatos Qué escondes en la mano, y voy de ciudad en ciudad haciendo entrevistas y, en algunos casos, presentaciones. Es parte del trabajo y lo hago con gusto. Estoy feliz con la novela porque he conseguido escribirla en año y medio, casi como cuando era más joven no dormía, porque la química me dejaba no hacerlo y publicaba una al año: de 1995 a 2000 saqué Raro, Nunca le des la mano a un pistolero zurdo, Dónde crees que vas y quién te crees que eres, Alguien se acerca, No solo el fuego y La nieve está vacía. Después publiqué otros libros de poemas y algunos ensayos, pero las novelas empezaban a ir más despacio, porque yo había decidido salvar mi vida y también porque eran obras que te obligaban a reunir mucha documentación y luego a destilarla: Mala gente que camina tardé cinco años en escribirla y Operación Gladio, cuatro. Con Ajuste de cuentas he tenido la suerte de que en cuanto ganó las elecciones la derecha me echara de todos los sitios que pudo, entre otros de la revista Cuadernos Hispanoamericanos, que dirigía desde hacía casi cinco años, y que me ocupaba media vida. Cuando una publicación como esa se rellena con lo que te van mandando, como si fuera un pavo de Navidad, imagino que se puede hacer sin bajar los pies de la mesa; cuando se hace en serio, sacar adelante cada número te ocupa el ochenta por ciento del mes. Así que perderla de vista —literalmente, porque jamás la he vuelto a ver— me permitió avanzar por la novela sin interrupciones

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y a velocidad de crucero. Sin duda, he salido ganando, y estoy feliz por ello: soy de los que creen que las cosas duran lo que tienen que durar y cuando se acaban es para siempre. No creo en las segundas oportunidades. Si soy sincero, ni siquiera creo mucho en las reconciliaciones. No me gusta volver a subirme a los trenes de los que me he tirado en marcha. Una de las cosas que más me repiten los lectores de Ajuste de cuentas es que la leyeron de un tirón, y aparte de agradecerles su amabilidad —qué otra cosa puede uno hacer en esos casos, porque como decía Freud, uno puede defenderse de los ataques pero contra el elogio está indefenso—, me pregunto si la manera en que escribes una obra se nota, si el hecho de que no te hayas apartado de ella y la hayas acabado de principio a fin sin parar un solo día le da otro ritmo. Sea como sea, ahora me siento más seguro de poder cumplir mi promesa: hacer diez novelas protagonizadas por el profesor Juan Urbano, ambientadas en momentos clave de nuestra historia reciente y cada una de ellas, perteneciente, aunque sea guardando las distancias, a un género: he publicado ya una novela histórica, Mala gente que camina; una casi de espías, Operación Gladio, y una más o menos negra, Ajuste de cuentas. Me quedan siete. No es para tanto. De todo ello he hablado en la gira de promoción que me ha llevado por Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, Rota (Cádiz), Albacete, Granada y Zaragoza, en la que el único punto oscuro ha sido ver medio vacías las redacciones de muchos periódicos que antes eran hervideros de periodistas; ver que muchos medios de comunicación tienen una plantilla tan recortada que quien te hace la entrevista tiene otras cuatro esa mañana o se tiene que encargar también de las fotos porque ya no queda casi nadie para hacerlas en su diario; o te tiene que grabar a la hora de comer porque está sola o solo en su emisora y no da abasto. Sobre ese panorama, que es exactamente el mismo que refleja la novela, también he hablado mucho durante esta gira; y del origen de los vampiros que nos roban la sangre, que está en la España de los años ochenta y noventa; y de mi convicción de que en todo esto las únicas que han dicho la verdad son las pancartas: no es una crisis, es un atraco. La forma en que todos esos profesionales con los que he charlado en estos días siguen luchando por defender la dignidad de un oficio en el que solo parecen creer ellos ha sido para mí muy emocionante.

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Editorial

Nos gustaría que este número de Eñe fuese declarado de interés general. Por pedir que no quede, claro, pero quisiéramos que La alegría, instrucciones de uso se recetara en la consulta del médico de cabecera como remedio frente a la melancolía, y se compartiera de mesita de noche en mesita de noche ante los estados carenciales (del alma). Piensa en la alegría, propusimos; juega con ella, fáltale al respeto o confírmaselo si lo deseas, y piensa en la felicidad, en qué te la despierta, en qué te la apaga, y no temas al lugar común, porque en el fondo es el sitio de todos, o eso quiere decir. Y al pie de la letra, o alejándose o acercándose, aunque siempre quedándose en el punto donde más se disfruta Eñe —en la buena literatura—, han reflexionado sobre la alegría —y han escrito sobre ella— Iván Thays, Care Santos, Wendy Guerra, Gonzalo Torné, Blanca Riestra, Marina Perezagua, Erika Martínez y Marcos Giralt Torrente. Y en sus relatos y poemas hay bailes y hay música, hay paseos más gustosos y otros agridulces, y hay viajes incluso, y hay descubrimientos cuando se permanece, y habitaciones de hotel, y caminos que se comparten y hay cuerpos y hay libros. Unas cuantas instrucciones útiles para que cada uno se construya su manual de la alegría. Eñe se completa con otras cuatro felicidades: un diario en el que Benjamín Prado viaja —lo debe a la promoción de sus libros más recientes— y recuerda; una biblioteca en la que Olvido García Valdés recuerda, también, y relee; nuestra mirada al pasado Festival Eñe, en esta ocasión recuperando la luminosa conferencia exprés de Martín Casariego; y un adelanto de Los maletines, la nueva novela de Juan Carlos Méndez Guédez, entre el relato de aventuras, el género negro y el picaresco. Que lo disfruten. Y que sean felices, por supuesto.

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Autores

Martín Casariego (Madrid, 1962) cuenta historias. Ninguna forma narrativa le es ajena: más prolífico en la novela (desde la inicial Qué te voy a contar, que obtuvo el Tigre Juan en 1989, a la muy reciente Un amigo así, en Planeta hace apenas un año), también su prosa incluye relatos, historias infantiles y juveniles, ensayos y artículos para prensa… y guiones para el cine y la televisión, con éxitos como Amo tu cama rica (dirigida por Emilio Martínez-Lázaro en 1991) o Días azules, de Miguel Santesmases (2006). Olvido García Valdés (Santianes de Pravia, Asturias, 1950) aparece como sinónimo de exigencia en el diccionario de los amantes de la poesía. Escritora tranquila, consciente de que la palabra exacta se demora, y cómoda justo ahí, en ese tiempo, obtuvo el Premio Nacional de Poesía por Y todos estábamos vivos (2006). Su producción se recoge en Esa polilla que delante de mí revolotea (2008), y el posterior Lo solo del animal (2012). Ensayista y traductora, se le deben versiones de Ajmátova, Pasolini y Tsvetáeiva. Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968) confirmó con Tiempo de vida, en 2010, la tensión entre vida y ficción de su literatura: con esta narración autobiográfica, entre los nuevos moldes y las historias de siempre, logró el Premio Nacional de Narrativa. Antes había ganado el Herralde de Novela por París (1999), su debut en la distancia larga, y más tarde se alzó con el Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero por el libro de cuentos El final del amor (2011). Pertenece a la joyceana Orden del Finnegans.

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AUTORES

Wendy Guerra (La Habana, 1970) nos zarandeó con Todos se van, su primera novela, allá por 2006. El Premio Bruguera, con Ana María Moix como buscadora de talentos preciosos, lanzaba a una creadora que frecuenta también la poesía (Cabeza rapada o Ropa interior) y el cine, una disciplina que estudió con Gabriel García Márquez en San Antonio de los Baños. Nunca fui Primera Dama (2008), Posar desnuda en La Habana (2010) o el diario apócrifo de Anaïs Nin, y Negra (2013), aún en mesas de novedades, son otras de sus obras más destacadas. El gobierno de Francia le otorgó la Orden de Chevalier des Arts et des Lettres, y reflexiona en torno a la ciudad en la que nació y vive en su blog Habáname, en el diario El Mundo. Erika Martínez (Jaén, 1979), granadina de vida, es uno de esos nombres que suenan —y de qué manera— a los lectores más curiosos. Su último poemario, El falso techo (2013), figuró en la lista de los mejores del año para los críticos del suplemento El Cultural de El Mundo. Combativa y consciente de que lo personal es político, esa percepción latía en sus entregas anteriores: Color carne (2009), Premio de Poesía Joven rne, y el libro de aforismos Lenguaraz (2010). Ha preparado la edición de Quiroga íntimo (2010) y de varios volúmenes de poesía contemporánea chilena, argentina y española, aparecidos en las editoriales más prestigiosas en lengua castellana. Es doctora en Filología Hispánica y licenciada en Teoría de la Literatura. Juan Carlos Méndez Guédez (Barquisimeto, Venezuela, 1967) abarca en su escritura la novela, el cuento y el ensayo, siempre con un denominador común: las vueltas, y las dudas, y las certezas, al sentido de pertenencia. Incluido en antologías fundamentales del género breve como Líneas aéreas o Pequeñas resistencias, es autor de libros como Hasta luego, Míster Salinger (2007) o Ideogramas (2012), o de las novelas Una tarde con campanas (2004), Tal vez la lluvia (2013) o Arena negra (2013). Finalista del XII Premio Rómulo Gallegos, consiguió el Ciudad de Barbastro de novela corta. La novela Los maletines, una mixtura de géneros populares con factura literaria, y que preestrenamos, verá la luz en Siruela a finales de abril.

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EÑE. LA ALEGRÍA, INSTRUCCIONES DE USO

Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, Cádiz, 1948) utiliza colores que para otros no existen. Se los inventa, igual que sus figuras surgen de lugares que ningún otro había explorado antes, e igual que se inventa el optimismo y la alegría y la luz que tan bien conectan con este número de Eñe. Ha ilustrado el Faetón del Conde de Villamediana, la Odisea de Homero o Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift, y durante la década pasada expuso en Artífice una antológica de su producción no pictórica. Premio Nacional de Artes Plásticas en 1985, figura en las colecciones del Centro de Arte Reina Sofía, el Bellas Artes de Bilbao o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en Sevilla, que recibirá toda su obra en donación mediante testamento. Marina Perezagua (Sevilla, 1978) es una de esas escritoras tan originales, tan personalísimas, que esos adjetivos que en otros se perciben huecos, fanfarria de elogio, aquí cobran justicia y se muestran fieles. Marina Perezagua es diferente, sí, y no se sabe muy bien de dónde sale, de qué tradición se nutre, si se ha empapado de literatura latinoamericana —lo cotidiano es, en sus cuentos, mágico y brutal— o si sus raíces crecen más en Estados Unidos. Allí estudió escritura creativa, allí reside, allí imparte clases en la universidad y allí, por supuesto, escribe. Tiene dos libros de relatos que ya son fundamentales de entre la obra de los nuevos narradores: Criaturas abisales (2011) y Leche (2013), ambos en el inteligente catálogo de Libros del Lince. Benjamín Prado (Madrid, 1961), experto en camisas de once varas, como recuerda en su diario para Eñe, anda siempre metido en líos que nos entusiasman, ya sea en prosa, en poesía o combinando las palabras con la música y la puesta en escena: Raro (1995), Alguien se acerca (1998), No solo el fuego (1999), La nieve está vacía (2000), Ecuador (2002), Jamás saldré vivo de este mundo (2004), Iceberg (2002), Mala gente que camina (2006), Marea humana (2007), Operación Gladio (2011) o su doble entrega —novela y relatos— de 2013, Ajuste de cuentas y Qué escondes en la mano, cuya gira de promoción —entre otros días y noches— reproduce aquí por extenso. En poesía ha obtenido los premios Hiperión, Ciudad de Melilla y Generación del 27; en novela, el Andalucía.

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AUTORES

Blanca Riestra (La Coruña, 1970) exhibe el sello de garantía de calidad en cada una de sus obras: si lo firma Riestra, es bueno. Es buena la última y radical Pregúntale al bosque (2013), que obtuvo el Ciudad de Barbastro, y era bueno su debut, Anatol y dos más (1996), y La canción de las cerezas (2001), Premio Ateneo Joven de Sevilla, y Madrid Blues (2008)… En 2006 inauguró la nómina de ganadores de nuestro premio Cosecha Eñe con su relato “La noche sucks”, que dio pie a una novela con la que comparte título y ambientación: Albuquerque, en Estados Unidos. Care Santos (Mataró, Barcelona, 1970) tiene un máster en enfrentarse al lector, saber qué espera de la historia y amarrarle al sillón hasta que termina. Acaba de ganar el Ramon Llull por Desig de xocolata, que pronto podrá disfrutarse en castellano, y en su bibliografía suma narraciones infantiles y juveniles, libros de relatos (Matar al padre, en 2004, o Los que rugen, en 2009) y novelas (Aprender a huir, en 2002; Habitaciones cerradas, en 2011, o El aire que respiras, en 2013), además de múltiples premios y un sinfín de traducciones. Iván Thays (Lima, 1968) conjuga verbos diversos en torno al mundo del libro. Los escribe, faltaría: libros de cuentos como Las fotografías de Frances Farmer (1992) y novelas como Escenas de caza (1995), El viaje interior (1999), Un lugar llamado Oreja de Perro (finalista del Premio Herralde de Novela, 2009) o Un sueño fugaz (2011), que le hicieron figurar en la célebre selección Bogotá 39. Y los comenta, claro, en el referencial blog de actualidad Moleskine Literario, heredero de su programa de televisión Vano Oficio. Gonzalo Torné (Barcelona, 1976) figuraría en ciertos manuales científicos como objeto de estudio: su prosa resulta de la combinación exactísima entre música y lecturas. Hemos disfrutado de sus tres novelas: Lo inhóspito (2007), Hilos de sangre (Premio Jaén de Novela, 2010) y Divorcio en el aire (2013), empapadas de vida e ironía. También ha publicado el relato extenso Las parejas de los demás (2012), en edición digital, y ha traducido y editado a unos cuantos titanes: entre ellos, John Ashbery, Samuel Johnson o William Wordsworth.

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Eñe La alegría, instrucciones de uso 33 41 49 56 64 70 78 81

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Iván Thays El momento en que fui feliz Care Santos Los diez ladrones Wendy Guerra La barredora de nieve Gonzalo Torné Una juventud europea Blanca Riestra Otras felicidades Marina Perezagua Canto a la alegría Erika Martínez Tres inéditos con alegría Marcos Giralt Torrente Temblor, anhelos festival eñe Martín Casariego Papel, digital, crisis y autores. ¿Qué hacer? Ilustraciones de Guillermo Pérez Villalta


Iván Thays El momento en que fui feliz

1. el momento en que fui feliz

Me había estado doliendo el estómago varios días antes. La madrugada del miércoles, luego de un paseo por clínicas, finalmente ingresé por emergencia en una de ellas, me hicieron algunos análisis de rigor y regresé a casa con el diagnóstico nada notable de una severa gastritis. La mañana del jueves la pasé bien, pero después del almuerzo el dolor regresó de forma más aguda. Volví a ir a la misma emergencia, doblado de dolor, y aunque esta vez tampoco encontraron nada anormal, tomé la decisión (que implicaba aplazar un viaje a Santiago de Chile) de quedarme internado. Luego de una noche y un día de náuseas, dolores de estómago, visitas de médicos y diferentes pruebas de sangre, ecografías y endoscopia, mis signos vitales empezaron a fallar. Yo entré en una zona neutra, donde apenas reconocía rostros o personas, mientras los médicos decidieron abrir mi estómago y ver qué era lo que no funcionaba, pero, sin duda, por los números que ahora arrojaban mis análisis, era una infección bastante comprometedora. El final de esta pequeña odisea fue casi un anticlímax: vesícula necrosada, peritonitis, una operación laparoscópica que dejó cuatro agujeros como recuerdo y el soportar varios días en la clínica (el primer día en la Unidad de Cuidados Intensivos), y una semana más de reposo en casa, además de un drenaje que se retiraría luego de ocho días. Nada de lo que sucedió después me preparó para la noticia de la cual me enteré recién ayer, tres semanas después de la intervención: realmente, hubiera podido morir. O al menos así lo creyó mi cuerpo. Sentí claramente el momento en que dejó de luchar. Seguía doblándome de dolor y respondiendo a las preguntas de los médicos, pero había dejado de resistir.

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Care Santos Los diez ladrones

Nunca he escrito una confesión. Es raro, porque en mi vida he escrito de todo. Anuncios de compresas, biografías de miembros de la familia real, manuales para encontrar pareja mientras dejas de fumar, discursos políticos de todas las tendencias, biografías ficticias de actrices porno y lo que usted no imagina, Señoría. Esto de las confesiones ni siquiera sé cómo se empieza. Será mejor que ponga primero mi nombre: Bruno Prieto González. Tengo estudios superiores, un sueldo más bien minúsculo, una mujer adúltera, dos sobrinos maleducados, una suegra insufrible, dos gatos que me dan alergia y ninguna afición. Ni siquiera me gusta leer, aunque hace años fui todo un devorador de libros. Tampoco disfruto el fútbol. Era aficionado a las series de Chuck Norris, pero ahora solo las dan en las cadenas de pago. Durante años he estado acostándome temprano. Bueno, al grano. Yo maté a Lolita Granados Buiza. Supongo que después de esto, soy un asesino confeso. Lolita Granados Buiza era mi mujer. La maté a tiros, Señoría, no pienso negarlo ni esconderme. No me arrepiento, aunque he leído que si me arrepintiera me iría mejor en el juicio. ¿La sinceridad no sirve de nada? Debería. También he leído que los crímenes tienen un autor material y un autor moral. En ese caso, yo soy sin lugar a dudas el autor material, pero el autor moral es el Dalái Lama. Sí, sí, no se sulfure, el mismísimo jefe del gobierno tibetano en el exilio. Fue un decálogo suyo el que me inspiró a cambiar mi vida. Acabar con los diez ladrones de mi alegría, todas esas cosas que nos quitan la energía y las ganas de vivir, hora tras hora. Por si lo necesita para el expediente, el verdadero nombre del Dalái Lama es Tenzin Gyatso. Es raro llamarse Tenzin Gyatso, ¿no cree? Seguro que el pobre tipo se pasa la vida deletreando. ¿Le he dicho ya que mi suegra es muy fan suya? Para

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EÑE. primavera 2014 La alegría, instrucciones de uso Guillermo Pérez Villalta


Wendy Guerra La barredora de nieve

A William Navarrete, por su conga en fuga En una noche triste te alegrará La conga se te sube a la cabeza. kelvis ochoa

Desde pequeña he tenido que soportar las burlas de mis compañeros de clase por ser nada más y nada menos que la hija de aquel funcionario cubano que comprara, tentado por su bajo precio en el mercado de la Europa del Este, la famosa barredora de nieve. ¿En qué estaba pensando mi padre cuando en aquel mercado alemán, ebrio de vodka y poder, abrigado hasta los dientes, decidió invertir lo poco que le quedaba a su presupuesto en ese enorme artefacto? Tal vez se imaginó saliendo de su espléndida casa en El Vedado y mirando cómo la barredora se llevaba el calor de los días y las noches tropicales. Simplemente le gustó el aparato. Como niño ante un juguete nuevo, tocó la escultura expuesta en la feria de maquinarias y se decidió por ella, pensando que solo la idea de tenerla en Cuba nos refrescaría la mente y atraería el invierno. Desde entonces mi padre ha sido la burla de quienes conocen el incidente. ¿Inventarse una falsa alegría es la solución? Cuando somos chicos pensamos que un día entenderemos a nuestros padres, nos conformamos con saber que habrá una estación en la que, al bajarnos, lo entenderemos todo, incluso sus disparatados teoremas no resueltos. Algo que nunca he comprendido de ellos y de sus amigos, incluso de nosotros como familia, es: ¿qué celebramos? Porque todos los días se celebra

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Gonzalo Torné Una juventud europea

Para Álvaro Colomer, generoso señor de sus historias

—¿Y ahora qué? Y no estoy seguro si la voz que anima la pregunta es de mi padre o una de tantas que resuenan en mi cabeza. De lo que estoy convencido es que tenía menos de veintiocho años y ninguna respuesta convincente para mi padre ni para mí. Acababa de licenciarme en historia del arte, la única carrera de letras de cuyos efectos prácticos llegué a convencerles, y ninguno de esos posgrados con matices empresariales iba a servir como dique a la urgente necesidad que un chico sano como yo empezase a cumplir con el principal cometido de su vida: acumular dinero. La solución (un aplazamiento temporal) se me echó encima durante una mélange de tíos paternos e hijos (era el santo de alguien). Mi primo favorito se me acercó para contarme que ahora se dedicaba a comprar ropa de baratillo en los mercados de ocasión de Londres, el negocio iba de que un amigo la vendía en Barcelona como si fuera ropa de marca. —Me ha dicho tu padre que buscas trabajo. Vente conmigo un par de meses, te sacas una pasta y ves mundo, eso siempre le viene bien a un futuro escritor. A mi padre el plan le pareció tan bien que me acompañó al aeropuerto para aflojar la pasta del billete y adelantar la primera semana de pensión, mi primo embelleció para mamá los acabados de mi inminente desempeño laboral. Llegué a Stanford en un vuelo barato, mareado por el café de abordo; crucé las afueras de Londres temeroso (convencido) de que el tren avanzaba

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Blanca Riestra Otras felicidades

Dicen que ya no hay primeras veces para nadie. Pero no es verdad. Hay lugares vetados, posiciones imposibles, que de pronto aparecen y nos engullen. Por ejemplo, en un piso de la calle Amparo, una madre que pasa los días frente a la televisión con los pies sobre la mesa, de vez en cuando, arroja una colilla bajo el sofá. Son vacaciones y la niña vestida de rosa, con el pelo obstinadamente recogido, se sienta junto a ella y la observa. No muy lejos, un bebé gorjea en su cuna repleta de peluches. Por el patio se oye ruido de platos, griterío. La madre se levanta y cierra las ventanas. Luego vuelve a su puesto, chancletea, cambia de canal. Al fondo del pasillo se intuye a veces la respiración del monstruo enfermo. La niña pintarrajea sobre un cuaderno. Nunca se aventura hasta su puerta, pero sabe que el monstruo está ahí. Entonces hay que darle la toma al bebé, que es feo como un gremlin, y la madre en la cocina mezcla las leches, las agita, hierve el agua y reaparece y, sin achucharlo, le pone en la boca succionadora el biberón. La niña sabe entonces que solo tendrá que esperar. Y eso hace. Hasta que el niño se queda dormido en brazos de la madre y la madre tiene un gesto extraño, entre frío e indolente, y lo deposita en su cuna. Mientras tanto, la televisión enfoca un canapé de camarones y una locutora presenta gozosamente unos pendientes de Swarovski. Y lo que tenía que ocurrir ocurre. Suenan las once y la madre imparte las instrucciones, parece enfadada: hacer los deberes, cambiar pañales, avisar a los bomberos, no abrir si llaman excepto a la vecina Rosa, obedecer a la vecina Rosa cuando venga. Y se va: tras colgarse del hombro el bolso estrafalario, cierra la puerta sin hacer ruido. Para que el bebé no proteste. Los deja a los dos en la sala: a la niña y al bebé. La televisión sigue encendida. La niña abre sus cuadernos,

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Marina Perezagua Canto a la alegría

Para Elies

Doctor, usted no tiene ni idea de lo que es perder el oído. No lo sabe porque, preocupado solo por el vaticinio del diagnóstico, no quiere escuchar lo siguiente: el oído no se pierde. Pero a esta conclusión he tenido que ir llegando yo sola. Desde el principio le comenté mis síntomas depositando mi confianza en un título con nombre de animal prehistórico: otorrino. Comenzó con un zumbido. Y me vino la palabra: otorrinolaringología. Cómo podría una palabra así haber ayudado en nada, pienso ahora. Pero en aquellos días decidí acudir a usted, que fue el primero en saberlo. Antes, no se lo había dicho a nadie, tan solo pensaba en él. Y cómo no pensar en él, si crecí escuchando su música, tocando sus partituras. Pero ahora le pienso diferente, porque nuestra vulnerabilidad compartida acerca el Dios a la mujer, y nos asemeja como un ángel malherido se asemeja a un ave bien herida. ¿Por qué no me dijo usted que todo lo más importante está en el ala partida que un día voló? Me habría dado esperanza el saber que el recuerdo de ese vuelo basta para volver a ascender sin despegar el pie de la roca. Insisto. Podría haberme dicho que todo lo más importante está en el ala partida que un día voló. En cambio, solo me auguró silencio, lastre, suelo. Es normal que me entristeciera. A medida que perdía la capacidad de oír, mi apartamento se fue volviendo un nido que ocupaba un árbol sin entregarle, a cambio, la moneda de su música. Y todo eso del vuelo es cierto, pero incompleto, porque la otra mitad, el agradecimiento, se me hacía difícil. Algunos tienen el órgano del agradecimiento en las manos (tocan, abrazan), otros en la lengua (besan, hablan), otros en los ojos (brillan, aumentan), pero ¿cómo agradecer yo, si tenía el órgano

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Erika Martínez Tres inéditos con alegría

mujer mirando a hombre que limpia coche Mujer en restaurante que no puede permitirse mira a hombre que limpia coche. Mujer con ojo derecho más grande, ojo que divaga y mira a través del cristal con cuello alto. Tres colegas en la mesa y uno de ellos la envía a comprobar el punto de la carne. Vagina es túnel que comunica cocina y hombre. Anda, ve, tú sabes. Hombre que limpia coche limpia coche. Es tan caro que no le pertenece. Y se agacha junto al guardabarros con su trapo, y se estira de puntillas sobre el capó, y desaparece hasta la cintura mientras sacude los asientos. Muestra posturas sucesivas y también superpuestas, como una de esas placas fotográficas de Muybridge con atletas primitivos y caballos. Mi abuelo fue cochero y después dueño de restaurante, ¿yo qué soy? Hombre que limpia coche mira a mujer en restaurante que no puede permitirse y le devuelve el escaparate. Una alegría insolente resucita crustáceos y moluscos sobre el plato. No se rompe un cristal poco a poco. No hay en su afuera hueco, ranura, agujerito donde hincar herramienta última. Hay que romper cristal de pronto. O romperlo de la nada, como ese vaso que alguien golpeó pensando-pensando contra el fregadero y, minutos después, pedacea sobre la mesa.

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EÑE. primavera 2014 La alegría, instrucciones de uso Guillermo Pérez Villalta


Marcos Giralt Torrente Temblor, anhelos

Me tengo por buen amigo. Esto que para mí resulta evidente no siempre lo reconocen mis allegados. Algunos me reprochan hacer menos que ellos para conservar nuestra amistad, otros guardan en su contabilidad minúsculos agravios. La acusación parece siempre la misma: desaparezco, no me dejo ver, no escribo o no llamo. He de admitirlo: en esto no les falta razón. Solo que no creo que refute la calidad de mi cariño. Mi vivencia del tiempo es peculiar, tan laxa como para demorar obligaciones acuciantes y tan estrecha como para vivir desbordado por lo trivial. Si acaso, mi supuesto desapego guarda relación con que durante la infancia me acostumbré a querer a personas carentes de una presencia real en mi vida (quería a mi madre, a quien no conocí, y quería a sus padres, mis abuelos, por el mero hecho de serlo, igual que quería casi a cualquiera que la hubiera tratado). También con el lento desarrollo de mis habilidades sociales: tardé en hacer amigos, tardé en considerarme merecedor de aprecio. Lo primero, mi orfandad, me acostumbró a guardar afectos unidireccionales, a no necesitar refrendar mi amor con hechos; y lo segundo alimentó en mí la duda acerca de mí mismo, lo cual me hizo retraído, poco proclive a tomar la iniciativa. Hay un tercer factor, y es que, a consecuencia de esa vieja inseguridad, en las fases iniciales de una relación tiendo a esforzarme en la conquista del otro, y luego, una vez logrado, me entra, por así decir, cierta compensatoria flojera. Eso puedo afirmarlo ahora, cuando —perdón por la jactancia— me sobran los amigos. Como señalaba, hubo una época, sin embargo, en la que las cosas eran muy distintas; tiempos de temblor y anhelos durante los cuales prefería pasar mis recreos escolares encerrado en el aula antes que acudir al patio para mezclarme con mis compañeros. ¡Cuántas tardes no habré

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Festival Eñe Papel, digital, crisis y autores. ¿Qué hacer? Martín Casariego

Escritores que abandonan —momentáneamente— el papel para vestirse de cuentacuentos, ilustradores que escuchan las cuitas del público y proponen remedios efectivos, intervinientes que apagan la luz… El Festival Eñe tiene estas cosas. Como que Martín Casariego, narrador y ensayista y articulista y guionista de cine y televisión, predijera el futuro del libro. En su conferencia exprés, Papel, digital, crisis y autores. ¿Qué hacer?, que salta de las notas al artículo que reproducimos aquí, habla con juicio y desde la experiencia sobre los Terribles Asuntos Que Parecen Asolar al mundo del libro: por qué la cantinela de la crisis, y del fin de la literatura, y ahora del libro digital como peligro supremo, se escuchan con igual tono e insistencia desde hace décadas. Si en este número de Eñe nos proponemos mostrar las instrucciones de uso de la alegría, Martín Casariego ya anticipó su receta en el V Festival Eñe, en noviembre de 2013, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Pasen y lean.

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Cuando me invitaron, dentro del Festival Eñe, a dar una conferencia exprés en noviembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, me asaltó la tentación que tendría cualquier vago (aunque yo prefiero pensar que soy un hombre económico): recurrir a la carpeta de conferencias ya impartidas. Por qué escribo, literatura infantil y juvenil, literatura y cine, literatura española actual... Pero hay que renovarse. Repetirse es aburrido incluso —o sobre todo— para uno mismo. Y siendo honesto, o sincero, o como quiera decirse, en estos tiempos son otras las cuestiones que me preocupan. Este artículo es una revisión de esa conferencia. Más que por qué escribo, me preocupa si voy a poder seguir ganándome la vida escribiendo. Más que literatura juvenil, si vamos hacia un mercado adulto con predominio de lecturas infantiles y adolescentes. Más que literatura y cine, qué novedades de literatura y cine va a haber dentro de diez años, si la industria que las permite va a seguir existiendo y poniéndolas a nuestro alcance. Y es que el panorama que se ofrece ante nuestros ojos es muy preocupante. Yo publiqué mi primera novela en 1989 en Anagrama, y desde entonces no he dejado de oír que se leía poco, que las ventas de libros eran escasas, que España era un país en el que la cultura a nadie le importaba… En 1991 coescribí el guión de Amo tu cama rica, dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, y desde entonces no he dejado de oír que el cine está en crisis, que es muy difícil financiar un proyecto, que las televisiones no apoyan lo suficiente. Siempre en crisis, siempre quejas. Pero hoy la situación es incomparablemente peor, y las quejas tienen mucha más razón de ser que ayer. Llevo —llevamos— varios años oyendo los peores augurios, sustentados en una realidad desoladora que afecta al mundo del libro, a los periódicos, al cine, a la música. Parafraseando a Quevedo, «vencida de la crisis sentí mi pluma, y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte». Y nada más decir esto, soy consciente de que, más que parafrasearlo, lo he acuchillado, y con cuchillos cachicuernos. Que me perdone Quevedo, y sobre todo perdónenme ustedes, que son quienes me han leído. Centrándonos en el libro, como una lluvia, a veces fina, a veces gruesa, se suceden las malas noticias. Las terribles bajadas en las ventas, la reducción hasta en un 50% de novedades publicadas (y por lo tanto, el aumento

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Biblioteca Particular

Todo lo reconocido respira Por Olvido García Valdés

Siempre digo que lo que más paso en la vida es miedo. Quizá por eso escribo poemas. Si no fuera por el miedo, habría sido escritora. Empresas sencillas, como hacer algo que responda al título de esta sección, casi me producen vértigo. Naturalmente, tengo una biblioteca; o, mejor, Miguel (con quien comparto la vida desde hace treinta y cuatro años) y yo tenemos una biblioteca. Nuestra primera estantería ocupaba dos paredes en ángulo de la sala; nos había ayudado un amigo a hacerla, con vigas sin desbastar procedentes de viejas vías de ferrocarril. Las traviesas hacían de estantes y, lavados los tablones y protegidos con aceite de linaza, el conjunto parecía un oscuro Kounellis sobre la pared blanca. Ahora en casa no hay más que libros (es un decir, pero casi exacto); y otra casita en un pueblo de Jaén, cerca de Granada, a la que vamos siempre que podemos, lleva el mismo camino. Hay cajas en el garaje con libros de nuestro hijo, cajas que trajo en una mudanza y que no se volvió a llevar (una parte de ellas la ocupa una selección de novelas de nuestra biblioteca que quería tener consigo); hay un cuarto abuhardillado con un armario a lo largo de la pared del que han rebosado al suelo los libros en pilas, lo mismo que hacia una mesa redonda, con torres en camino de ser clasificadas: libros repetidos, pero de los que no hay que desprenderse (¿cómo prescindir, por ejemplo, de los libros de Gerardo Deniz, solo porque después haya salido 98

su poesía completa?); torres de libros de los que habría sin duda que desprenderse; torres cuyo destino habría que consensuar. En nuestro piso ya no caben y poco a poco han ido derivando hacia aquí (aquí es donde escribo, con los árboles desnudos junto al arroyo, los olivos en la colina de enfrente y los tres gatos que quedan de la camada que nos invadió y nos adoptó el verano pasado, que parece tan lejos ya). La biblioteca es común. No ya el ensayo literario, la poesía, la filosofía, los libros de arte y estética, los diarios y cartas de escritores…, incluso las secciones que los intereses particulares han ido organizando (el mundo de los mongoles, la mística o la literatura zen, la novela negra americana, los clásicos antiguos y modernos del pensamiento político…), yo las siento como mi biblioteca y sé que a Miguel le ocurre igual. Siempre hemos tenido presente la idea de que podríamos un día separarnos (nuestra pareja procede de separaciones previas), y tal vez por esa conciencia u horizonte natural la separación hasta ahora no ha ocurrido. De habernos separado, la división de la biblioteca habría sido, como en la literatura y el cine, un sketch laborioso y poco divertido. O acaso no. Yo me marché de mi primer domicilio conyugal y me fui a Barcelona sin nada, sin un solo libro (bueno, no es cierto, me llevé Cien años de soledad; y si la elección no me parece ahora la más afortunada, entonces —1972— la novela me resultaba


PREESTRENO

LOS MALETINES Juan Carlos Méndez Guédez

Primero

Los dos cuerpos aparecieron frente al edificio, muy juntos, como dormidos dentro de un carro color azul: labios pálidos, entreabiertos, mandíbulas rígidas. En ese instante Donizetti imaginó que las figuras de cera no serían muy diferentes. «Pero ese olor», pensó incómodo mientras se rascaba la punta de la nariz y detectaba en el aire un rastro de agua empozada. Llamó a Verónica desde el celular. «No bajes con Amandita por la puerta principal, vayan al colegio por la salida del estacionamiento. Mataron a una mujer y a su hijo». Miró el reloj. Un gesto mecánico. Segundos después había olvidado si era temprano, si era tarde, si le quedaba tiempo para llegar al trabajo, cobrar los viáticos, recoger el maletín en el momento preciso. Preguntó a una vecina si sabía la hora en que sonaron los disparos. La señora le facilitó innumerables detalles. Donizetti la miró de reojo y comprendió que solo balbuceaba mentiras. Para ella resultaba inaceptable que hubiese sucedido algo tan grave sin haberse enterado. Avanzó unos metros. Estiró el cuello para ver. Donizetti jamás comprendió por qué se detuvo junto a los cuerpos; por qué cuando llegaron los periodistas él se mantuvo entre dos ancianos, como a la espera de una respuesta inútil. Supo que ninguno de los compañeros de la agencia cubriría la noticia. Tenían

instrucciones de no reseñar demasiados asesinatos y la noche anterior, cuando él se encontraba de guardia, le tocó hacer una nota sobre un triple homicidio en La Vega. Cinco desaliñados párrafos que al final no envió a los medios porque un autobús había volcado cerca de San Cristóbal y las víctimas ya eran suficiente sangre para un domingo. Le pareció que el aire turbio de la mañana ocurría en otro lugar, en un punto lejano. Pero en ese momento, cuando apareció un fotógrafo joven y con una patada empujó al niño para mejorar la composición de la foto, Donizetti sintió un escalofrío que saltó desde su nuca hasta la espalda. El niño quedó acurrucado junto al cuerpo de la señora. Donizetti distinguió con claridad los ocho balazos que ascendían desde su pequeño abdomen hasta el rostro, como si alguien hubiese querido dibujarle un árbol en la piel. La claridad rodó por la avenida como una bola de fuego. El sol subió sobre los edificios. Donizetti retrocedió un par de metros para alejarse del carro. La señora estaba pálida y apergaminada, un trozo de lengua asomaba entre sus dientes y en medio de su cara brillaba el ojo rojizo de un balazo. Incómodo, se movió hacia la izquierda porque el reflejo de la luz en las ventanas hirió sus pupilas. Luego algo se apretó 103


agenda eñe PRIMAVERA 2014

ARTE RESIDENCIA KIOSCO Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. La galería de arte independiente abre un programa de residencias, sin importar la disciplina artística, para vivir y trabajar en su espacio. Galería Kiosco. Hasta el 22.03. ANONYMATION Madrid. La crítica del fotógrafo Robert H. Pittman a la pérdida de las raíces locales y al creciente individualismo derivado de ese modelo urbanístico. ¿Hablamos de fotografía política? La Fábrica Galería. 10.04 al 01.06. BANG Barcelona. Un encuentro internacional de videoarte con convocatoria abierta que dura solo un día, ¡bang!, y alcanza este año su séptima edición. Casa Elizalde. 26.04. FESTIVAL DE LA IMAGEN Manizales, Colombia. ¿Cuál es el papel del arte, el diseño y la tecnología en nuestra sociedad? Responderán Robert Cahen, Carlos Scolari, Peter Pócs o Gary Hill. Varias sedes. 05 al 09.05.

MANOLO MILLARES Palma de Mallorca. Gabinet recoge su etapa posterior a El Paso, con pinturas y grabados (entre 1961 y 1970) procedentes de los fondos del museo. Es Baluard. Hasta el 11.05. PHOTOESPAÑA Madrid. En esta nueva etapa, la programación expositiva no se centrará en una temática, sino en un área geográfica. La primera, indudablemente, se dedicará a España. Varias sedes. 04.06 al 27.07. IV OJODEPEZ PHOTO MEETING Barcelona. Un encuentro encabezado por Martin Parr en torno al inconformismo. Talleres, encuentros, conferencias… Marca Ojodepez. Palau de la Virreina. 11 al 13.06. YOKO ONO Bilbao. La estrella del pop mató a la artista contemporánea: una retrospectiva que reivindica la obra de esta pionera del arte conceptual y la performance. Instalaciones, objetos, texto, audio… Hasta doscientas piezas. Guggenheim Bilbao. Hasta el 11.09.

ARTES ESCÉNICAS RUDOLPH Madrid. Un texto de la argentina Patricia Suárez, Premio Cosecha Eñe 2007, sobre el amor no entre distintos, sino entre enemigos. Con María Botto. CNC-Sala Mirador. 12 al 30.03. FAE Panamá. Con vocación internacional, aunque insistiendo en el teatro y la danza hechos en América Latina, acogerá montajes de Veronese o Rinoceronte, coproducción entre Colombia y Suiza. Varias sedes. 25.03 al 03.04 TEATRO EN COLOMBIA Bogotá. Con Brasil como invitado de honor, el festival programa circo suizo o una versión coreana de Bodas de sangre. Varias sedes. 04 al 20.04. MICROTEATRO A grandes males, grandes remedios: cuando las butacas se vacían, nuevos espacios y formatos se abren a la escena. Al activo panorama del ya clásico microteatro madrileño se unen iniciativas en Córdoba o Málaga. www.teatropordinero.com 109


EÑE. LA ALEGRÍA, INSTRUCCIONES DE USO

CINE

CÓMIC

LIBROS

FESTIVAL DE MÁLAGA Málaga. La cita por excelencia del cine español premia a José Sacristán, abre con Claudia Llosa y tendrá a concurso a Paco León o Jorge Torregrossa. Este año, entre todas sus secciones, más de cien películas hechas aquí. Varias sedes. 21 al 29.03.

32o SALÓN Barcelona. Las viñetas saltan al campo de batalla: contarán con la presencia de estrellas internacionales como Joe Sacco, R. M. Guéra o Eduardo Risso, además de exposiciones como Cómics en guerra o las de los ganadores de los premios del Salón anterior. Barcelona Fira. 15 al 18.05.

SALON DU LIVRE París. Argentina será el invitado de honor y Shanghái la ciudad invitada. Celebrarán el centenario de Julio Cortázar, con notables y polémicas ausencias entre sus compatriotas. Varias sedes. 21 al 24.03.

FEMCINE Santiago de Chile. Un nexo entre los cortometrajes y documentales en competición: están dirigidos por mujeres de toda Iberoamérica. Varias sedes. 25 al 30.03. BAFICI Buenos Aires. Un festival que actúa como termómetro para el cine independiente: si se aplaude aquí, triunfará después. También impulsa un mercado y un laboratorio de proyectos. El BAFICI es algo más… Varias sedes. 02 al 13.04. DOCUMENTA Madrid. El cine de no ficción toma la palabra: un certamen especializado en el riesgo, que en 2013 no dudó en premiar The Act of Killing. Cineteca. 30.04 al 11.05. 110

FIESTAS PATIOS Córdoba. El patio de las casas andaluzas ya no es particular: hospitalidad entre flores y paredes encaladas, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Varias sedes. 05 al 18.05.

GESTIÓN CULTURAL ZINC SHOWER Madrid. El meeting show de las industrias creativas celebra su segunda edición. Un escaparate de cultura frente a la crisis, con becas, financiación y formación para las mejores ideas. Matadero. 23 al 25.05.

GUTUN ZURIA Bilbao. Relatos de frontera es el lema escogido para su séptima edición, con tres ganadores del Nobel (Herta Müller, Orhan Pamuk y Gao Xingjian), Lydia Cacho o Claudio Magris. Alhóndiga. 27 al 30.03 y 03 al 06.04. LONDON BOOK FAIR Londres. La literatura coreana y la alargada sombra del libro electrónico protagonizarán esta cita comercial, cada vez más abierta. Varias sedes. 08 al 10.04. DÍA DEL LIBRO Barcelona y Madrid. Al sol, en Las Ramblas, libros, rosas y firmas; más tarde, tomando la ciudad de Madrid, los escritores charlan durante La Noche de los Libros. Varias sedes. 23.04.


ANONYMATION / PHOTOESPAÑA / MICROTEATRO / FEMCINE BAFICI / SALÓN DEL CÓMIC / EXPOSICIÓN EÑE / GUTUN ZURIA FERIAS DEL LIBRO / ELENA PONIATOWSKA / PRIMAVERA SOUND

EÑE. REVISTA PARA LEER Alcalá de Henares, Madrid. Saltamos del papel a las paredes en una exposición que, con motivo del Festival Abril de Cervantes, recoge manuscritos de nuestros autores y obra gráfica de Alberto Corazón o Carmen Calvo. Antiguo Hospital de Santa María La Rica. Hasta el 24.04. BUENOS AIRES, CIUDAD DE LIBROS Buenos Aires. El encuentro internacional del libro coincide con jornadas profesionales, festivales de poesía, feria infantil y juvenil… y tendrá a Auster y Coetzee. Varias sedes. 24.04 al 12.05. FLS Sevilla. Esta feria viene siendo, en los últimos años, un destino obligado: buenas librerías, editoriales atractivas y una programación de calidad. Plaza Nueva. 22.05 al 01.06. FLM Madrid. Cada año, cuando la primavera suena a verano, escritores y lectores se confunden a la sombra de las casetas. No hay que perder las buenas costumbres… Parque del Retiro. 30.05 al 15.06.

UN TRATADO SOBRE LA ´ PATRIA Eterna Cadencia, imprescindible editorial y librería bonaerense, reedita El género gauchesco. La obra de Josefina Ludmer, agotada desde los años ochenta, inauguró un modo de leer la relación entre literatura, cuerpos y política. www.eternacadencia.com

MÚSICA

INDIA Las etiquetas no sientan bien a Chantal Maillard. Este volumen, que recoge textos entre 1987 y 2012, es al mismo tiempo diario, ensayo, libro de poemas y cuaderno de crítica. Una evolución personal, una reflexión sobre una cultura inclasificable y ajena en todos los sentidos… Esta edición de India incluye gran parte de textos inéditos, y otros reescritos para la ocasión. www.pre-textos.com

EL JUEZ Bilbao. Esta ópera de estreno mundial cuenta con un clarificador subtítulo: los niños perdidos. Josep Carreras pone voz al robo de bebés. Teatro Arriaga. 26.04 al 02.05.

ELENA PONIATOWSKA En coincidencia con el Premio Cervantes a la escritora mexicana, Impedimenta rescata una de sus obras más hermosas y personales: Querido Diego, te abraza Quiela. Esta novela corta aborda la relación del pintor Diego Rivera con su primera mujer, la pintora Angelina Beloff, a través de las cartas que ella le escribe. Hay dolor, belleza: hay literatura. www.impedimenta.es

ECUADOR JAZZ Quito. Amadou & Mariam, Michel Camilo, Mulatu Astatke o Ute Lemper en conciertos, jams y clases magistrales. Una fiesta internacional a golpe de jazz. Varias sedes. 13 al 23.03.

PRIMAVERA SOUND Barcelona. Los amantes del indie combinan mitomanía y descubrimientos. Arcade Fire, Pixies, Nine Inch Nails, The National, Television, Metronomy, Mogwai o St. Vicent son algunas de sus razones. Parc del Fòrum. 29 al 31.05. FÀCYL Salamanca. El festival de las artes de Castilla y León se abre a las diversas formas de la creación, pero siempre atiende con entusiasmo a la música. Obligados los conciertos en la Plaza Mayor. Varias sedes. Comienzos de junio. 111


EL MATEMÁTICO Y ESCRITOR MARTIN GARDNER, ESPECIALISTA EN LA OBRA DE LEWIS CARROLL, OPINABA QUE LAS AVENTURAS DE ALICIA NO ERAN NI MORAL NI INTELECTUALMENTE APTAS PARA MENORES, Y ROGABA QUE SE TRASLADARAN A LA SECCIÓN DE ADULTOS DE LAS BIBLIOTECAS. ¿CUÁL ES LA EDAD ADECUADA PARA DESCUBRIR A KAFKA? ¿CUÁNTOS CLÁSICOS INFANTILES MANTIENEN SU NIVEL DE FASCINACIÓN AL RELEERLOS EN LA EDAD ADULTA? ¿POR QUÉ EL APELLIDO «INFANTIL» O «JUVENIL» AHUYENTA A LOS LECTORES VETERANOS? HEMOS PROPUESTO A NUESTROS AUTORES EL RETO DE ESCRIBIR PARA CUALQUIER LECTOR: UN TEXTO PARA PEQUEÑOS Y PARA MAYORES, UN RELATO O UN POEMA PARA LA CAPACIDAD DE SORPRESA Y PARA LA EXPERIENCIA CURIOSA. UN NÚMERO QUE DISFRUTARÁN UNOS Y OTROS, SIN LÍMITE DE EDAD, CON UNA SOLA CONDICIÓN: LA PASIÓN POR LA LITERATURA. EÑE 38. verano 2014. LITERATURA CROSSOVER: DE CERO A CIEN AÑOS.

Eñe. Revista para leer La Fábrica España Editor Alberto Anaut Directora Camino Brasa

Director de Comunicación Álvaro Matías Directora Comercial Chelo Lozano Coordinadora de Publicidad Alicia Delgado

Coordinadora Elena Medel

Suscripciones Emilio Gómez T +34 91 360 09 24 suscripciones@lafabrica.com

Director de Arte Pablo Rubio / Erretres Diseño Diseño y maquetación TMori

Distribución en Madrid Antonio Machado T +34 91 632 48 93 machadolibros@ machadolibros.com

Director de Desarrollo Fernando Paz

Distribución en el resto de España Les Punxes T +34 93 485 63 80 punxes@punxes.es

Director de Producción Rufino Díaz Distribución: Raúl Muñoz

Consejo Editorial Bernardo Atxaga Miguel García Sánchez Luis García Montero Margo Glantz Antonio Muñoz Molina Rosa Regàs Juan Villoro Agradecimientos Manuel Fernández-Braso Galería Fernández-Braso Gema López Ortega

Papeles Eñe utiliza papel Munken Pure de 130 g/m2 de la página 1 a la 32 y en las páginas coloreadas del final (de la 97 a la 112), y Munken Print de 80 g/m2 de la 33 a la 96. La cubierta se ha impreso en Munken Lynx de 300 g/m2, y las ilustraciones, en Rives Artist de 170 g/m2. Papeles distribuidos por

Socios Protectores Iberdrola Telefónica

Fotomecánica Cromotex Impresión Brizzolis

Ilustraciones Guillermo Pérez Villalta

ISSN 1699-58-56 dl m-12803-2005

La portada y obras interiores han sido fotografiadas por Javier Sampalo

La Fábrica Verónica, 13 28014 Madrid. España T + 34 91 360 13 20 www.revistaeñe.com info@revistaparaleer.com

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org ) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Esta revista recibió una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en 2014.


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