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Contexto flamenco

Contexto flamenco

Posiblemente El ingeniosos hidalgo don Quijote de la Mancha sea la obra que más se conozca, entre tantos maravillosos grabados y dibujos que nos dejó. No sería justo dejar de señalar La Biblia o La divina comedia, entre otras muchas.

Doré nace en 1832 y muere en 1883. Aunque francés, llego a tener una gran vinculación con España, viviendo y viajando muchos años por nuestro país. Como consecuencia de uno de estos viajes, recorrió España junto con el barón Charles Davillier, ilustrando unas crónicas sobre la vida y la sociedad en las capitales españolas. Fue en 1862 cuando se fragua Viajes por España. Su obra plasma magistralmente escenas populares del flamenco, baile, cante y toque, ventas de la época, cafés cantantes, barrios de Andalucía, músicos callejeros, etc. Todo forma parte de su fotográfica mirada convertida en dibujos.

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Davillier nos introduce magistralmente con sus textos en ese apasionante viaje por España. Me llama especialmente la atención su ruta por Andalucía. Pero permítanme que sea chovinista, que lo soy, y haga especial mención de su paso por tierras gaditanas, aquí una cita textual:

«Las improbae gaditanae, como las llama Marcial, ya eran célebres en el mundo entero por sus danzas y por su destreza en hacer repiquetear la baetica crusmata, que no era otra cosa que las modernas castañuelas, y que todavía sirven de obligado acompañamiento en el ole gaditano, ese danza tan completamente andaluza. La orgullosa Sevilla es bella, pero Cádiz, que se alza en lejana costa, es aún más atractiva».

La lectura nos sorprende y sitúa en aquella época. La sociedad bien descrita en textos de Daviller y en imágenes de Doré nos enseña como eran sus ropas e indumentarias, los oficios, los paisajes, las fiestas, los toros, la pobreza, los pedigüeños, los ajusticiamientos, la aristocracia…

Podemos imaginar cómo sería una fiesta en una taberna de la baja Andalucía, después de una exitosa corrida de Francisco Montes, Paquiro, chiclanero ilustre de la época. Nos inunda de romanticismo la visión de esos grabados de Doré. Torpe de mí, ansiaba encontrar un texto que me llevara a la venta Eritaña (Venta de Vargas hoy), pero en 1863 aún quedaban unos cuarenta años para su apertura. Se dice que a finales del XIX ya existía una venta en dicho lugar, pero hasta 1924 no la regentan Catalina Pérez y Juan Vargas. Claro está, cambiaron el nombre por el actual.

Disculpen que el romanticismo de la lectura de Daviller me lleve a divagar en otro tipo de imágenes no plásticas, pero sí flamencas. La imagen que estos dos exitosos to- mos de viaje nos dan del siglo XIX es verdaderamente inspiradora.

No debo dejar de reconocer el mérito a Davillier, aristócrata hispanista, por ser el responsable e ideólogo de las crónicas de estos dos geniales tomos. Pero me centraré en las imágenes de Doré.

En todos estos grabados, sin dejar de lado su magistral ejecución, es el baile lo que toma protagonismo, lo que nos hace pensar que el cante y toque se forjaban alrededor de la danza. Es curioso el concepto tribal del baile en todas las culturas.

El dibujo 1 nos muestra una fiesta de la época, documento que muestra las indumentarias y las modas del momento. Por otro lado, hombres y mujeres danzan y repiquetean con sus baetica crusmata. Un señor porta un violín, tan de moda en nuestros días. Se ven mayores, jóvenes y niños que disfrutan del espectáculo.

El dibujo 2 es diferente. Nos encontramos una arquitectura de lujosas columnas y personajes distinguidos, todo selecto, incluso un señor con bandeja sirve la mesa. Las vestimentas de los caballeros son airosas, excepto la del guitarrista. Las señoras visten todas sus mejores galas mientras disfrutan de un espectáculo de baile, guitarra y panderetas.

En el dibujo 3, vemos a una mujer sobre una mesa bailando con una pandereta en la mano, mientras uno de los personajes toca la guitarra. El resto de personajes son hombres y aparecen vasos en la mesa, lo que da a entender que la impronta representa algún lugar donde se pagaban las compañías. En el dibujo 1, no encontramos botellas ni elementos que nos indiquen que pudiera ser un ambiente tabernero, también la diversidad de edades.

María AraGuz, la Gafa

• Fotógrafa

Dos pasiones, la música y la fotografía, se unen en la labor de esta chiclanera afincada en Sevilla. «Yo es que hago fotos escuchando música», afirma María. Este es su viaje personal, de concierto en concierto, disfrutando de la música en vivo, de la proximidad con los músicos y con su cámara al hombro… todo un sueño para ella. La web chalaura.com, su cuaderno de viaje. En ella está gran parte de su trabajo fotográfico. No solo flamenco, pero sí mucho flamenco: Pastora Galván, Mayte Martín, Capullo de Jerez, Antonio Canales, entre otros artistas, han pasado por su cámara. Imágenes de gran vivacidad, con movimiento, muy coloristas, incluso podríamos decir imágenes sonoras. Como la que nos presenta en las páginas centrales de este número:

Según los grabados elegidos, el flamenco no entiende de clases sociales.

Como último apunte a mis observaciones, decir que los personajes de Doré saben escuchar. Todos callados y atentos, observen. Ahí lo dejo.

■ manuel martín martín · crítico flamenco de el mundo | Para conocer el impacto social del flamenco, habría que remontarse a la prensa de la segunda mitad del siglo XVIII y siglo XIX con aquellas publicaciones que han despejado innumerables incógnitas sobre el género. Y el primer dato a retener es el aviso en forma de cartel anunciando un baile de gitanos, fechado a 9 días de julio de 1701 y fijado “En la Venta de El Caparrós a media legua de Lebrija”.

A partir de ahí, es la prensa madrileña la que mayor información aporta a la investigación. Por ejemplo, el Diario de Madrid publica ‘El polo del contrabandista’ (1805) y la ‘caña dulce’ (1812), y en 1824 encontramos en el Diario de Cádiz la referencia más antigua del Polo de Tobalo.

Ya en diciembre de 1842, tanto el diario madrileño

El Heraldo como el barcelonés El Constitucional, publicaron ‘Un baile en Triana’, la primera entrega de las ‘Escenas Andaluzas’ de Serafín Estébanez Calderón, libro que vio la luz en 1847, año en que el diario gaditano El Andaluz publicaba una sección dedicada a coplas flamencas.

Aunque por aquellas calendas son contadas las noticias favorables a lo jondo, incluso se decía que las coplas flamencas estaban “escritas en un lenguaje bárbaro y con falta de decencia y moral”, el sevillano El Regalo de Andalucía se declaraba en 1851 partidario de la difusión del género popular andaluz.

Y es que el flamenco ya traspasaba las fronteras de Andalucía, lo que explica que tomara plaza en Madrid fuera del género teatral, tal y como el 8 de junio de 1847 lo recoge El Clamor Público, que se hace eco de la presencia del “célebre cantante del género gitano Lázaro Quintana” Monge, sobrino materno de El Planeta, primero anunciado como cantador de canciones del género gitano y después como “cantante flamenco”.

Es, empero, El Eco de Cartagena el que incluye en diciembre de 1884 la actuación de Trinidad Huertas ‘La Cuenca’, Juan Breva y Paco de Lucena. El periódico sevillano El Alabardero habla de la llegada de Juan Breva a Sevilla. Y sin abandonar al Breva, recordar cómo mientras los periódicos sevillanos El Español y El Porvenir aseguraban en 1885 la muerte del veleño, el malagueño Málaga Cómica y el sevillano El Tribuno, desmentían el bulo, dado que falleció en 1918.

Un tanto de lo mismo ocurrió ese año con motivo de la muerte de El Canario en los diarios El Progreso y el ya citado El Porvenir, con lo que algunos aprovecharon para emporcar el flamenco. Menos mal que Eduardo del Palacio se erige en La Ilustración Española y Americana en el primer periodista que se ocupó del flamenco con propósito de reconocer y divulgar sus méritos artísticos y musicales.

Hay que destacar también la publicación El Cante, de la que, de diciembre de 1886 a enero de 1887, se editaron en Sevilla cinco números gracias a la afición de Fructuoso Carpena, por lo que deducimos que los citados aportaron noticias de especial relevancia para historiar este arte, siendo sobre todo los diarios madrileños los de mayor asistencia al género, como La Iberia, diario liberal; La Correspondencia de España, diario político de noticias; El País, diario republicano; La Discusión, diario democrático de la tarde; Gil Blas, diario político-satírico, o El Globo, diario político, científico y literario.

Andalucía, por su parte, participó, entre otros, con Asta Regia, de Jerez; El Guadalete, El Comercio y Diario Mercantil, de Cádiz; Ecos del Guadalevín, de Ronda; La Unión Mercantil, El Correo de Andalucía y El Avisador Malagueño, de Málaga; La Crónica Meridional, de Almería; La Libertad, de Granada, y El Tribuno y El Cronista, de Sevilla.

Ezequiel Ben Tez

■ antonio jiménez cuenca | Culminó Ezequiel Benítez su trilogía Quimeras del tiempo. El cantaor jerezano hace entrega del tercer volumen cumpliendo su propósito de plasmar como real lo quimérico. Al título genérico de la trilogía le ha ido sumando subtítulos ajustadísimos a sus intenciones. El primero, de 2015, fue Mi cante, presentado en la Bienal de Sevilla al año siguiente; el segundo, de 2018, llevó por título Recuer2, y este tercero, realizado a finales del año pasado, Ilus3. Con caracteres alfanuméricos, ha querido reforzar la idea de tríptico y dar de camino justo sitio al mundo flamenco que constituye su universo personal. En este último recupera, al igual que en los anteriores y en su particular versión, voces de artistas que dejaron para la eternidad estilos y cantes de absoluta actualidad, pero desconocidos para gran parte de la afición. Un trabajo de recuperación y de respeto que refrenda el entusiasmo y querencia por un arte a todas luces grande. Quimeras del Tiempo. Ilus3, una música con renuevos de modernidad en la voz joven del consagrado cantaor Ezequiel Benítez.

Por fin concluye su trilogía Quimeras del tiempo, ¿qué sensación le queda después de la obra acabada?

Pues la verdad que mucha felicidad, porque he podido culminar esta obra y miro hacia tras y veo tantas imágenes de momentos vividos con esta Trilogía. Ha sido un camino duro, pero una dureza que amo y, además, me sigue haciendo muy feliz.

¿En quién o en qué se ha inspirado para realizar Ilus3? ¿Nos puede hablar sobre esta nueva obra?

Ilus3 me ha inspirado el amor que le tengo al flamenco, no hay más, amor y dedicación. Me he movido mucho preguntando, llamando, investigando, etc…

Esta obra pienso que ha sido la más elaborada, un lujo de ser grabada casi en el 90 por ciento en mi estudio de grabación personal. Entonces he podido hacer y deshacer con mi compañero Paco León e ir creando ideas que se me ocurrían, y él me entendía a la perfección; y así las íbamos plasmando. Pero han sido muchas horas de darle vueltas a este Ilus3. Estoy muy contento.

¿Qué considera esencial de la misma?

No perder nunca el mensaje ni la flamenquería. Podemos comprobar que en la trilogía juega con los títulos de los volúmenes, ¿cómo llega a ellos?

Cuando decidimos hacer la trilogía, dejamos el titulo siempre de Quimeras del tiempo y jugamos con los subtítulos. Creo que ha sido muy original y bonito este juego porque dar con un nombre no es nada fácil, estaban los santitos con nosotros.

A diferencia de los anteriores, que se rodeó de un buen nutrido grupo de guitarristas, en esta ocasión solo le acompaña el excelente guitarrista portuense Paco León, ¿cuál ha sido el motivo?

Pues bueno, Paco León, desde hace ya varios años, está siendo mi guitarrista habitual, y sé su capacidad de creación y me gusta su sonido, su discurso flamenco y sus formas. Cuando pensé en Ilus3, lo vi claro y se lo propuse, hacer este trabajo juntos. Siempre que hago proyectos nuevos me guío de mi intuición.

Ha dado un repaso a aquellos artistas que dejaron una clara incidencia sobre el cante actual pero que han sido, en muchos casos, injustamente olvidados. ¿Cuántos más quedan durmiendo el sueño de los justos y le hubiera gustado incluir en su trilogía? ¿Daría para una trilogía más?

Ufff, en el flamenco queda tanto por hacer. Yo he podido rescatar o los que estaban más cerca de mi mundo flamenco o los que en el camino aparecían, pero el flamenco es tan grande y hay tanto por hacer que podría hacer muchas más antologías. Yo estoy abierto a que las organizaciones me ofrezcan cosas.

¿Cómo realiza la selección de los estilos o de los artistas? Y las letras, ¿son también clásicas o son escritas expresamente para la obra?

Cuando elijo un artista, nunca me voy para lo que conocen los aficionados. Investigo más cosas hasta que doy con algo no oído, original y que puedo defender bien. Luego, también rescatamos cantes y le hacemos la obra encima, no solo en letra, sino en mejora de las formas interpretativas, porque no todo lo que dejaron es bueno. Los artistas, algunos cantaban bien, pero no pellizcaban bien o no vocalizaban. En eso hemos puesto mucho cuido, por ejemplo, en que el mensaje llegue pronto y, por supuesto, dejar volar mi yo interior.

¿Nos puede dar una pincelada sobre Alfredo Benítez?

Es mi padre y podría decir de él tantas cosas. Pero los que lo conocen bien se pueden solo acercar a lo que es capaz de hacer. El flamenco le debe tanto, ha ayudado a tanta gente, ha producido discos, han venido a casa tantos y tantos artistas a pedirle ayuda. Podría escribir un libro solo de actos que ha hecho por amor al flamenco, y eso es lo que he mamado de él. Ha hecho tanto bien al flamenco que está media España cantando sus letras y nadie lo sabe. Solo te digo que para mí es mi ángel.

¿Tiene pensado realizar un acto o dar un concierto presentado la trilogía completa?

Sí, es posible. Pretendemos hacerlo el 10 de julio en el Alcázar de Jerez. Me hace muchísima ilusión porque participa un elenco artístico muy fuerte y quiero presentar lo mejor de cada Quimeras.

Vemos que tiene predicamento en su tierra, es decir, que Jerez como artista lo considera y lo trata bien ¿se siente profeta en su tierra?

Siento que la gente me tiene cariño y me respeta, tanto los viejos de mi tierra como mis compañeros artistas. Yo les doy mi cariño siempre, me gusta ser así, porque todos nos necesitamos. Jerez me trata muy bien.

En estos tiempos tan difíciles con la pandemia que sufrimos del coronavirus, ¿cree que situaciones como esta inciden en la creatividad de los artistas? ¿Puede ser motivador para innovar sobre la forma de transmisión del arte, nuevas formas de expresión o para la creación de nuevas letras?

Bueno, todo depende de la capacidad creadora y trabajadora del artista. Hay gente inquieta y otra cómoda. Yo no puedo parar. Ya estoy pensando en los festivales de verano, que tengo cerrados, para agradar al público. Este tiempo de confinamiento provocado por la pandemia me ha servido para reflexionar e incluso he aprendido a tocar hasta el ukelele.

Ya se sabe, Ezequiel, que cuando se está celebrando un evento se está pensando y, en muchas ocasiones, programando el próximo. ¿Nos puede contar algo sobre sus nuevos proyectos?

Ahora quiero disfrutar de Ilus3 y de la Trilogía, tenemos ya muchos festivales cerrados y quiero que la gente disfrute tanto como he disfrutado yo. Mi cabeza no para, pero intento calmarla. Pero sí es verdad que me están llamando para muchos proyectos.

Muchas gracias y mucha suerte, amigo.

Mr. Neel Mohan, de la India a Casa Anita en Jerez de la Frontera

El Sr. Neel bucea en su pasado de infancia y juventud cuando vagabundea por las calles de Jerez. Reconoce a sus primos, tías, amigos y amigas de la India, pero aquí, en el territorio de los albarizones, especialmente en el barrio de Santiago, o en la Cruz Vieja al lado de Villapanés, en el barrio de San Miguel, donde descubre caras familiares en las gitanas jóvenes y en los gitanos viejos. Su viaje, casi de un mundo entero, va de Nueva Delhi a Londres y de Londres a Jerez de la Frontera. De profesión médico cirujano, especialista en Traumatología Infantil, no dudó en realizar su sueño de inaugurar clínica nueva en la calle Porvenir, en el número 5 de la capital del fino. Una casa francesa del diecinueve, bautizada con el nombre de su madre Anita, que ha rehabilitado con el esfuerzo de su trabajo. Y como tiene conexión genética por herencia histórica y quedó herido de amor con la impronta flamenca de la tierra, no pierde ocasión para reunir en su casa a un buen puñado de aficionados jerezanos y celebrar con flamenco el arte de la vida.

¿Por qué Jerez?

Porque Jerez es una casualidad o el destino. Con 25 o 26 años, hice mi primera visita a España, a Bilbao y a Madrid. Y me parecían ciudades parecidas a otras ciudades europeas. Mi amigo y compañero, Alfonso Queipo de Llano Temboury, y sus padres, Enrique y Mari Paz, me acogieron en Málaga. Posteriormente, el destino me llevó a conocer al gran arquitecto don Rafael Manzano en Sevilla. Me enamoré de Andalucía. Un día, por casualidad, Cristina, la hermana de mi amigo Alfonso de Málaga, me invitó a Jerez para la Feria del Caballo. Era 2006. Me pasé dos meses en Jerez yo solo. Un día, en la Parra Vieja había un grupo de hombres mayores, entre 65 y 85 años. No había mucha comida, si alguna bebida, no eran ricos, y estuvieron horas cantando sin parar. Una soleá, y aplaudían, y otro cante y otro y otro. Y yo pensé, si Dios me da la gracia de llegar a los 80 años, yo quiero estar aquí con ellos, porque están disfrutando más que viendo mil veces la televisión.

¿La música flamenca era familiar para usted?

Sí, porque no había ningún instrumento, solo la voz. Los gitanos llevaron un arte y lo conservaron en sus familias, en sus casas, sus fiestas. En la India pasa lo mismo, hay una música para tocar en los escenarios y otra de las familias. Mi maestro de música en la India era pobre y tenía solo una habitación donde dormían siete personas. Trabajaba en una empresa textil y fue despedido y empezó a ejercer de maestro de música. Nos sentábamos en el suelo, yo con once años y él con setenta y tantos. Cuando se aprende así, no tiene nada que ver con el conservatorio. A veces nos pasábamos tres o cuatro horas cantando. Cuando escuché el cante flamenco puro de Jerez, me evocó estos recuerdos de la infancia.

¿Qué representa y qué sentido, en su opinión, tiene el flamenco?

En mi opinión, hay muchos tipos de flamenco. Un flamenco de grandes escenarios, un flamenco para turistas y otro tipo de flamenco para disfrutar con amigos en una plaza o un bar por la noche. Pero sobre todo me gusta mucho el flamenco de la casa, o el que se hace cuando se trabaja, por ejemplo, en la fragua. Ese cante no tiene decoración, para mí, es el cante puro y es el que me gusta, porque, aunque se tenga poca voz, tiene las notas más puras que yo he escuchado. Para mí, eso es una joya que toca mi corazón.

A pesar de tener su clínica de Traumatología Infantil aquí en el centro de Jerez, no quiere perder la ocasión de realizar algunas veladas de cante. ¿Es así?

Sí, soy amigo de la familia Terremoto. La pena es que Fernando Terremoto hijo murió un año antes de que yo conociera a sus hermanas Juana y Luisa. También a la familia de Manuel Valencia, que creo que es un guitarrista con arte no solo para los escenarios, además es un gran compositor. En su obra, hay muchos paisajes. En el patio de Casa Anita hay una acústica muy buena. Algunos amigos artistas, como David Carpio y Felipa del Moreno, han hecho pruebas de sonido y estaban sorprendidos de la sonoridad. Además, ya hemos realizado algunos conciertos, durante el pasado Festival de Jerez, contando con Antonio Malena, Juana la del Pipa, Luis, el Zambo, Luis Moneo, Ana Crisman, Luis, el Mono y Anabel Rosado.

¿Se lo plantea como un posible negocio?

No, no. Me he gastado todos los ahorros que tenía en rehabilitar esta casa, y desde luego, hacer algunos conciertos de flamenco no me va a resarcir. Si lo hago es por amor al arte. Quizás solo ayude a pagar los gastos de mantenimiento (risas).

¿Cuál es su cante preferido?

Seguiriyas, martinetes, saetas, nana y el cante despacio. Es interesante que Fernando Terremoto, padre de María, pueda cantar bulerías con una velocidad muy rápida. La bulería es un palo que todo el mundo puede cantar en cualquier ciudad. Pero cuando sube la velocidad, como cuando la cantaba Fernando Terremoto, es maravilloso. De todas formas, yo prefiero el cante jondo y el tipo de palos que se canta despacio.

¿Y su artista preferido de Jerez?

Eso es muy difícil, como preguntarle a un padre cuál es su hijo preferido. Hay muchos, por ejemplo, en mujer Tía Juana, también Felipa, Dolores Agujeta,

Tomasa, la Macanita, María Terremoto. En hombres la familia Terremoto, Vicente Soto, Luis y Juan Moneo, el Torta, Luis el Zambo. Y hay muchos jóvenes como David Carpio o Jesús Méndez... Espero que me disculpen si he olvidado a algunos. Pero, sobre todo, me tengo que acordar de Manuel Valencia, que para mí es mi mano derecha. Mira, yo conozco más cantaores que cirujanos, ¿no? La cirugía es mi trabajo y la música es mi vida.

¿Se ve jubilado y asentado en Jerez?

Cuando tenía 40 años, tenía un sueño, que era jubilarme aquí, pero mi madre me insistía en que tengo que trabajar porque estoy casado y tengo un hijo de 6 añitos. Pero cuando termine mis responsabilidades, quiero estar aquí y mi madre también lo quiere. Aunque sea humor negro, yo quiero morir en el kilómetro 4 de Jerez, que es donde está el cementerio (risas). En realidad, he restaurado esta casa para que quede para la ciudad, no para mí, yo me moriré, pero la casa quedará en Jerez, como el flamenco.

Casa Anita

■ pedro barrero ortega | Quería Jerez una calle como las de París, y esta fue la calle del Porvenir. En ella, unos franceses llegados a mediados del siglo XIX construyeron dos casas para sus hijos, una de las cuales, la nº 5, ha sido rehabilitada recientemente. Los arquitectos Rafael Manzano y Pedro Barrero han dirigido las obras. Se piensa que sigue las trazas del círculo de Charles Garnier, autor de la Ópera de París. Cuenta con dos plantas y un ático de menor ocupación que las inferiores. Su fachada es ecléctica con decoración afrancesada, en la que debieron participar artesanos de aquellas tierras. La casa se organiza en torno a tres patios. El principal, de más digna arquitectura, presenta arquerías sobre columnas de mármol en su planta baja, resueltas de fundición en la superior. En el patio trasero, se ha descubierto un aljibe, con bóveda de cañón, construido como el resto de los muros de la casa con piedra procedente de la sierra de San Cristóbal. La escalera se sitúa de forma distinta a como se resuelve habitualmente en los patios andaluces, en los que suele ocupar uno de sus ángulos. Su propietario decidió llamarla Casa Anita, en honor a su madre, el día de la inauguración celebrada el sábado 20 de abril de 2019 a la que asistí. Aquella noche primaveral, no llovía más que el eco del cielo de Jerez. Se oían, en el patio, los suspiros de sus aires flamencos

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