8
agosto · 2020
Jaime Estay
PANDEMIA Y LAS MAGNITUDES DEL DETERIORO ECONÓMICO
A
medida que la pandemia de la Covid-19 se ha ido desplegando, y con ella los periodos de confinamiento, el impacto en el funcionamiento económico de los distintos países se ha sentido con una fuerza cada vez mayor y han ido empeorando los pronósticos respecto de dicho funcionamiento para el futuro inmediato. Al respecto, en el siguiente cuadro se presentan 12 proyecciones del comportamiento de la producción mundial para 2020, que se han venido presentando en los meses recientes por parte de distintas instituciones. En él, se observa que a comienzos del año los pronósticos para 2020 eran de un crecimiento bajo —de entre 2 por ciento y 3 por ciento, lo que da cuenta de problemas ya presentes en el funcionamiento económico global— y que en los meses siguientes dichos pronósticos han ido fuertemente a la baja, estimando para 2020 caídas cada vez más profundas conforme ha avanzado el tiempo. A modo de ejemplo, a mediados de abril circuló ampliamente una proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI), según la cual para este año la actividad económica mundial disminuirá 3 por ciento, y dos meses después —el 24 de junio— el mismo FMI ha estimado que la disminución será de 4.9 por ciento, en tanto que el Banco Mundial el 8 de junio estimó que para el 2020 la caída de la producción mundial será de 5.2 por ciento y el día siguiente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico estimó que la caída en 2020 será de entre 6 por ciento y 7.6 por ciento. Lo anterior deja en evidencia que lo profundo del deterioro económico ya presente se ha acompañado con correcciones fuertemente a la baja en las proyecciones al respecto, lo que da cuenta no sólo de la magnitud de los problemas que hoy atraviesan a la economía mundial, sino también de los altos niveles de incertidumbre acerca del futuro cercano, tanto respecto a la duración de la actual pandemia —incluyendo la posibilidad de nuevos brotes a fines de este año o comienzos de 2021—, como en relación a los avances y retrocesos en los procesos de desconfinamiento y a las políticas públicas que se vayan definiendo y modificando para hacer frente a la emergencia, todo lo cual vuelve muy inciertos los pronósticos respecto del desenvolvimiento de la actividad económica global y de los distintos ámbitos que la forman, aunque todos los pronósticos son claramente pesimistas.
TANTO LA PANDEMIA COMO EL CONFINAMIENTO AL QUE ELLA HA EMPUJADO HAN DEJADO AL DESCUBIERTO TENDENCIAS DE LARGA DATA VINCULADAS A LA ECONOMÍA, CUYA PRESENCIA EN EL ESCENARIO MUNDIAL HA DEFINIDO EL TERRENO EN EL CUAL HAN EJERCIDO SUS EFECTOS NEGATIVOS LA PANDEMIA Y EL CONFINAMIENTO Así, luego de sucesivas correcciones a la baja, las cifras más recientes proyectan para 2020 una caída en el comercio internacional de entre 13 por ciento y 32 por ciento según la Organización Mundial de Comercio (OMC) y de 20 por ciento según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), y la misma UNCTAD proyecta este año una disminución de 40 por ciento en los flujos de inversión extranjera directa, en tanto que el Banco Mundial estima que en 2020 las remesas dirigidas a los países de ingreso medio y bajo se reducirán en 19.7 por ciento, lo cual incluye una disminución de 19.3 por ciento para América Latina y El Caribe, aclarando cada una de esas instituciones que las estimaciones están sujetas a corrección dados los cambiantes factores en los cuales se apoyan.
Algo semejante ocurre respecto de la pobreza y el empleo a nivel mundial. En lo que se refiere a la pobreza, en abril el Banco Mundial estimaba que en 2020 el escenario de la Covid llevaría a la pobreza extrema (ingresos diarios inferiores a 1.9 dólares) a un total de entre 40 y 60 millones de personas —22.6 millones en el África subsahariana— y un mes después sus estimaciones son que ello ocurrirá en un rango de entre 71 y 100 millones de personas, dependiendo del deterioro que se dé en la actividad económica global. En lo que respecta al desempleo, la Organización Internacional del Trabajo ha venido presentando estimaciones en una serie de informes titulados “El Covid-19 y el mundo del trabajo: Repercusiones y Respuestas”. En el primero de ellos, del 18 de marzo, se estimaba que el aumento de desempleados en el mundo como consecuencia de la pandemia sería de entre 5.3 millones —en el escenario “más favorable”— y 24.7 millones —en el escenario “menos favorable; por su parte, la OCDE ha informado que la tasa de desempleo en el promedio de sus 37 países miembros pasó de 5.3 por ciento en enero de 2020 a 8.4 por ciento en mayo y que, en un escenario “optimista” en el cual no ocurra una segunda ola de contagios, dicha tasa llegaría a 9.4 por ciento en el cuarto trimestre de 2020. La OIT en sus informes posteriores, considerando las distintas modalidades que ha asumido el confinamiento en el ámbito de las relaciones laborales y el empleo, ha venido estimando lo ocurrido con las “horas de trabajo perdidas”, lo cual abarca el desempleo, las reducciones de jornada, la inactividad y la (1) Banco Mundial, Global Economic Prospects. suspensión de empleo, tomando como punto (2) FMI, Perspectivas de la economía mundial. de comparación las horas de trabajo corres(3) OECD, Interim Economic Assessment Coronavirus: T pondientes al último trimestre de 2019. (4) CEPAL, América Latina y el Caribe ante la pandemia Respecto del primer trimestre de 2020, la esti(5) Instituto de Finanzas Internacionales, Capital Flows mación de esas “horas de trabajo perdidas” (6) The Economist Global Forescasting Service. empezó siendo de 4.5 por ciento, equivalente (7) CEPAL, Dimensionar los efectos del Covid-19 para p a 130 millones de empleos de tiempo comple(8) OCDE, Global Outlook. to (con jornadas de 48 horas) y en el informe más reciente —del 30 de junio— la estimación es de 5.4 por ciento, equivalente a 155 millones de esos empleos. Para el segundo trimestre de 2020, la estimación de “horas de trabajo perdidas” empezó siendo de 6,7 por ciento, equivalente a 195 millones de empleos de tiempo completo, y en el informe reciente dicha estimación es de 14 por ciento, equivalente a 400 millones de empleos. En ese informe reciente, de entre las distintas regiones del mundo para las cuales se entregan cifras los mayores porcentajes de “horas de trabajo perdidas” en el segundo trimestre de 2020 corresponden a América Latina y el Caribe, con 20 por ciento, y dentro de ésta a América del Sur con 20.6 por ciento. ALGUNAS TENDENCIAS SUBYACENTES Tanto la pandemia como el confinamiento al que ella ha empujado han dejado al descubierto tendencias de larga data vinculadas a la economía, cuya presencia