Edición Especial

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EDICIÓN ESPECIAL

ANIVERSARIO



Hay proyectos que te encuentran. Que pareciera como que estuvieron esperando que las energías justas se combinen, en el momento preciso, para hacer que sus átomos se muevan. Así se sintió, para mí, La Mirilla. Desde un primer momento supe que la revista podía ser real (¡debía serlo!) y que las fibras internas que se nos despertaban con cada reunión, con cada propuesta, con cada idea y con cada nota eran el indicio de que estábamos en el camino correcto. Ser un grupo de periodistas de distintas partes de Sudamérica, con la intención de generar una plataforma de comunicación interconectada y de periodismo colaborativo, fue un hermoso desafío. Este primer año fue, por momentos, prueba piloto para muchas cosas. Algunas las hicimos cada vez mejor, otras las descartamos y otras las renovamos. Personalmente me enfrenté (sin capa ni espada) a un superyó que muchas veces me incitaba a ir por lo seguro sin tomar riesgos, a no sumarme “cosas extras” a mis tareas ya conocidas, y que me hacía olvidar esa vocecita que quería alzar su voz con sueños propios. Como equipo también crecimos, nos hicimos más fuertes y organizados. Generamos mejores y más creativas ideas. Y detrás de las historias que elegí para contar, me encontré con proyectos que necesitaban ser escuchados, y en otros casos, con mis propias reflexiones o vivencias pensadas, esta vez, en tercera persona. Una tercera persona que ocupó su lugar de lector, que se convirtió en nuestro primer referente a la hora de sentarnos frente a la hoja en blanco. Un lector al que le pusimos cara y alma, y hasta lo imaginamos “hojeando” nuestras páginas. Todo esto que logramos ha sido posible gracias al trabajo que cada uno, desde su lugar, llevo adelante durante este primer año de existencia y que significó lograr sueños, alcanzar metas, desarrollar habilidades, crecer y hasta aprender a ser más abiertos con opiniones ajenas. Tenemos un año, pero crecimos mucho más que 12 meses. Empezamos con timidez y ahora somos un grupo sólido. Éramos un sueño en una mente inquieta y ahora somos realidad. Aplaudo por muchas Mirillas más, aquí y en cualquier parte del mundo. Aplaudo por animarse a hacer. Aplaudo por creer que se puede.




La cita era para un sábado de otoño a la tarde, con una numeración difícil de olvidar: 666. Pero no había nada de extraño ni oscuro en esta dirección, sino un proyecto enorme en donde la pasión es el motor y cada libro es único. Esta esquina arraigada en el emblemático barrio de La Boca y a metros de la bombonera, late mucho más que por los gritos de gol. Late por la dedicación y la apuesta a un modelo editorial de igualdad, en donde los libros no solo nos regalan viajes inesperados, sino que además funcionan como hilo conductor entre Eloísa Cartonera, los autores, los cartoneros y finalmente el lector. Con la idea de que no sea tan engorroso ni costoso editar un libro, y que de esta manera sea más fácil la distribución de obras, nace esta editorial. Convertida en cooperativa desde hace cinco años, Eloísa Cartonera se autofinancia y gestiona. A través de esta oportunidad, los cartoneros pasaron de ser proveedores a colaborar con la fabricación de los libros. Dentro del taller se respiraba olor a tempera, rodeado de afiches de color, mesas de trabajo y mucho cartón. Con la tarde por delante me recibió Miriam, parte de la editorial desde el 2007. Conversé con ella mientras cortaba lo que había sido una caja de cartón y que ahora se convertía en la tapa de un libro. Celeste, otra trabajadora de la editorial, abrochaba las páginas de cada libro, mientras Fede (el bebé de Miriam) descansaba en su cochecito. Detrás de ella, los estantes con los ejemplares ya

terminados, reposaban impacientes. A medida que sucedía esta magia, Miriam me contaba con orgullo. ¿Por qué Eloísa? Nuestra editorial se llama así porque el diseñador, cuando arrancó en el 2003, estaba enamorado de una chica de Santa Cruz de las Sierras, que era modelo, y se llamaba Eloísa. Cuando empezó el proyecto le escribía unos mensajitos ocultos a ella en unos libritos que se llamaban ediciones Eloísa, y de ahí quedó el nombre. ¿En qué consiste el trabajo de la editorial? Lo que hacemos es comprarles cartón a los cartoneros en la vía pública, a 50 centavos la caja. El kilo se lo pagan 1 peso y para obtener un kilo de cartón tenés que juntar 5 cajas. Por un lado acá se le paga un poco mejor y ellos nos traen

el cartón seleccionado, limpio, sequito. Le compramos a todos los cartoneros que tengan cartón, tenemos los nuestros fijos, pero cada vez que necesitamos y pasa uno que tiene le compramos también. ¿Cuántas familias son parte de Eloísa Cartonera? Somos ocho familias en la cooperativa, yo me sumé en el 2007. La cooperativa se conforma con Alejandro, María y Washington Cucurto, que es uno de los miembros fundadores. ¿Pasar a ser una cooperativa cambió la forma de trabajo? ¿Notaste cambios cuando ingresaste en el 2007 al 2008 que comenzó a serlo? Sí, en la forma de trabajar, antes se cobraba poco y no se vendía mucho. Ahora se vende más, hay trabajo todo el tiempo, y además los libros son baratos. Para que toda clase de gente pueda acceder a los libros, cada uno lo vendemos a 12 pesos. Y tenemos autores muy buenos, como Tomás Eloy Martínez, que ante de morir nos cedió un cuento que se llama “Bazán”. Una vez que terminan las tapas de los libros, ¿qué hacen con el cartón que sobra? Bueno, con el cartón que queda, el recorte, lo redistribuimos. Los cartoneros vienen y dejan un bolso acá en el taller que le decimos “el bolsón”, se carga con los restos de cartón y ellos lo venden por su cuenta de nuevo. Es toda una cadena.


Lo lindo de esto es que es materia prima que iba a ser basura, a ver esta reutilización a la gente le llama la atención y les gusta. Son ediciones únicas. Contanos cómo es la cadena de producción, desde el inicio hasta que el libro finalmente sale a la venta. Viene el cartonero, le recibimos el cartón, se compaginan los libros de 1 x 1 y hoja x hoja, luego la parte de poner las hojas y abrocharlo, cortar el cartón (con un patrón, a medida) se le hace un lomito con otra medida de chapa y se le hace el lomo

final. A lo último se le pone esténcil para las letras del título que va en la tapa, para cada libro se crea su esténcil. Primero lo pintamos con pintura blanca y lo dejamos secar, sobre eso se pinta con color. Cada uno es especial. Además de darles la oportunidad a los cartoneros, les permite también a los autores independientes, que no pueden solventar el costo, editar su material. ¿Cómo es la selección de estos autores? Hacemos un concurso anual, que se llama

el Nuevo Sudaca Border, así los autores jóvenes se acercan a la editorial. Los convocamos por Facebook y por nuestra página, traen su material escrito, entre nosotros los leemos y elegimos. Hace dos meses hicimos el de este año y salieron cinco ganadores. El 29 de marzo se hizo la entrega de premio acá en el taller con los autores y la presentación oficial. ¿Participaron este año de eventos literarios en el país? Sí, tuvimos la oportunidad de participar en la Feria del Libro en el espacio que tenía


Brasil, que fueron invitados a esta feria. Como tenemos muchos autores brasileros editados, nos cedieron un pedacito de su lugar y pudimos vender nuestros libros. Después hicimos un Sarau (nota para el lector: fiesta o reunión nocturna con baile y música) acá en la cartonería y les dimos un taller de encuadernado. Los autores brasileros leyeron poesías, fue muy lindo. ¿Cómo es la recepción, de sus ediciones, en otros países? Les encanta. A los que más les gusta son a los extranjeros, porque en su país no hay cartoneros. Yo digo que es como un objeto, como un souvenir, venís y te llevas un recuerdo de un autor que no se conoce, con diseño que no se repite, único. Ayer vinieron unos estudiantes de la universidad de Madison por ejemplo, les dimos un taller, se hicieron sus propios libros. ¿Qué otras actividades realizan en el barrio? Con la escuela nº4, que es para chicos especiales, les enseñamos a hacer libros. Las maestras están investigando sobre el tema del reciclado con los nenes y, a fin de mes, les vamos a enseñar a encuadernar su propio libro y lo presentan a fin de año. A 11 años de su nacimiento, ¿cómo evolucionó el proyecto desde sus inicios hasta hoy?

Y cumplimos 11 años de trabajo ininterrumpido. Somos autogestivos, con la venta de los libros hacemos todo. Compramos la materia prima, las pinturas para pintar las tapas. Todo. Pudimos además comprar un puesto de diarios en Paraná y Corrientes, ahí se encuentran con Ricardo, que vende solo libros. De Eloísa y de editoriales independientes. Compramos también un campo en Florencio Varela, construimos en ese terreno una casa que se llama “La Casa del Sol Albañil”. La idea es hacer ahí una escuela orgánica, para enseñar a cultivar las frutas, las verduras,etc. ¿Cómo afectó en tu vida ser parte de Eloísa? Yo era de cartonear, empecé vendiendo mis cartones acá, y me cambió la vida. Con ellos viajé en avión, conocí otras ciudades, me fui a la playa, las montañas, todo con los libros. Antes cartoneando no pensaba que podía hacer eso, ahora es distinto. Mi hijo inclusive puede ser pintor, escritor, lo que sea. Lo importante es que no se apague nunca, que siga, que sigan los nenes del barrio, que perdure por muchos años más. Si después de 11 años estamos y funciona es porque vale la pena. *a esta altura se sumó Brisa, vecinita del barrio que viene a pintar* Ella pinta a veces – la señala-, lo que más le gusta a Brisa es blanquear los libros con el esténcil antes de ponerle las letras del título. Se ensucian todas las manos, pero les gusta.




Hace muy poquito tiempo alguien a quien no conozco buscó ofenderme y no encontró nada mejor para hacerlo que decirme que escribía en un blog. Lógicamente, lejos de ofenderme me dio lástima. Los blogs son espacios mágicos de los que nos ha proveído internet, herramientas para mostrarle al mundo un poco de nosotros. A veces, muchas personas amantes de los blogs se juntan, crean una comunidad y crean proyectos como La Mirilla: una revista digital, hecha a pulmón y corazón, pequeña para el sistema del mass media, que no cuesta dinero y que tampoco deja dinero a quienes la hacemos. Eso sí: deja unos sentimientos enormes y divinos. En el camino que me ha tocado caminar con La Mirilla (por el cual agradezco y celebro) he intentado enfocarme en la música, mi motor. Sin embargo, cuando elegimos el tema discapacidad siempre supe que quería conversar con Alfonsina Maldonado, una deportista. Lo hice vía Skype, con una diferencia horaria grande, ella en Portugal un día de lluvia y yo en Parque del Plata, un balneario uruguayo, por casi una hora. Conocí a una persona encantadora, noble y sensible, más allá de lo luchadora que todos quienes han escuchado hablar de ella saben que es. Alfonsina es una persona más capacitada que lo que yo o muchos de los que están leyendo esto pueden ser, con hambre de vivir, espíritu salvaje y mente brillante. Es esa persona con la que hay que hablar para entender, de verdad entender, que la vida es una y que cada momento que tenemos está puesto ahí para sacarle provecho, para aprender, para dejar huella; es la persona con la que hay que hablar para sentirse diminuto y comprender que de ahí en más todo lo que hay que hacer es crecer y mejorar, crecer y mejorar, crecer y evidentemente mejorar. Sin dudas, la entrevista que hice con ella fue una de las más influyentes y constructivas que me tocó hacer. Así lo sintieron muchos y me lo hicieron saber, e incluso ella tuvo la gentileza de decirme lo conmovida que se había sentido al leerla. Porque ante todo, Alfonsina Maldonado es una persona híper sensible, que no teme llorar cuando habla de sus dolores ni de sus alegrías. Me gusta creer que con aquella nota con una heroína de la clase trabajadora pude tocar algunas fibras en ustedes, quienes leen, y en todos quienes hacen La Mirilla. Después de todo, todos tenemos la misma emoción: la de compartir dolores y alegrías a través de este hermoso proyecto




Cuando el 25 de setiembre de 2006 los informativos reportaron que Darío Silva, ex jugador de Peñarol y de la selección uruguaya -en ese momento sin equipo-, había sufrido la amputación de una pierna, muchos lloramos. Que no sobreviviera no era la preocupación: la cuestión era que saliera del coma y se diera cuenta que nunca más iba a poder jugar a la pelota. Traumático, doloroso, imposible de sobrellevar. Y después lo vimos salir, avanzar, retomar su vida y hasta volver a las canchas usando prótesis y jugando con colegas retirados. Darío lo superó. Hay caminos, sin embargo, que se empiezan por el otro lado. Que empiezan un día de 1985, con una vela que cae en un cuarto afectado por un corte de luz y prende fuego todo su interior, incluyendo la cuna en la que descansa Alfonsina Maldonado, quien será llevada desde Florida al Hospital Militar de Montevideo, sometida a múltiples operaciones e internada para pasar casi cinco años de su infancia allí. Caminos que seguirán con la vuelta a casa en 1990 y el inicio de una vida “normal”, y se desarrollarán, con muchos vericuetos, hasta llegar a un pueblito de Portugal donde hoy vive una mujer que a pesar de haber perdido su mano izquierda es una amazona que sueña con competir en los Juegos Paralímpicos de Río 2016. “Jockey es el que corre carreras; jinete es el hombre que monta como deporte y amazona es la chica. Siempre me ponen jineta, es lo mejor”, dice entre risas Alfonsina, que hace las aclaraciones correspondientes y charla largo y tendido con La Mirilla con un océano de por medio y asumiendo con gusto ser convocada por tener una discapacidad. Ella, que monta caballos a pesar de no tener su mano izquierda, la que perdió por las quemaduras sufridas aquel fatídico 1 de mayo, no se esfuerza por disimular su falta. Muy por el contrario, asegura que lo que le sucedió, aunque fue doloroso, la

hace ahora sentirse bendecida. Pero de eso se hablará luego. Ella sueña con Río, y es prioridad absoluta. Se mudó a España para poder alcanzar el nivel que le permitiera participar de los Juegos de Londres 2012, los que se perdió por dos puntos. No se rindió y Portugal se le apareció en su camino del brazo del entrenador Francisco Cancella, quien decidió patrocinarla. “Soy muy afortunada de tener un maestro como él”, asegura, dispuesta a absorber todo el conocimiento que generosa y pacientemente le transmite. “Me siento muy a gusto, muy tranquila con él”, manifiesta, conforme con la evolución que han tenido juntos con el caballo Zig-Zag, con el que están trabajando hace apenas cuatro meses. Radicada en Aros, un pueblito que está a 80 kilómetros de Oporto y a 200 de Lisboa, se levanta temprano a diario, limpia el box de su caballo, lo pasea, hace deporte y entrena por la tarde. “La gente piensa que montar a caballo es subirse y ya está, pero hoy en día los profesionales están incrementando la parte del deporte físico, no sólo la meditación sino salir a correr, hacer bicicleta, pilates, porque montar te deja bastante rígidos los músculos. Además no sólo tu caballo tiene que estar bien sino que tú tienes que estar física y mentalmente preparado”, explica. El trabajo mental, dice, es clave. A Alfonsina le gusta hacer yoga y meditación, pero como no tiene profesores cerca está haciendo ejercicios de respiración y probando subirse a su campeón con una música que la “súper” relaja. Para montar, Alfonsina debe vendarse su mano para evitar cortes, y manejar las riendas con un método que inventó para sentirse cómoda: “medio que me ato las riendas (lo dice y se ríe), pero sí puedo desenvolverlas y soltarlas cuando tengo que soltarlas. Ha sido un trabajo de muchas horas de aprendizaje para poder hacer eso”. En Portugal, la floridense estará entrenando hasta que


terminen los clasificatorios para Río, que empiezan en abril de 2015 -en Barcelona o Portugal, no hay confirmación- y terminan el 1 de enero de 2016, dando cupos por continente de cara a los Juegos, que a su vez se reparten por equipos e individualmente. “El nivel de la prueba que yo realizo es realmente alto -es normal, con todo tipo de ejercicios. Hago la prueba de Gran Premio grado 4, y soy la única amazona de América del Sur que la hace internacionalmente”, dice con disimulado orgullo. La idea es llegar a Río meses antes de la competencia que se desarrollará en la primera quincena de setiembre, del 7 al 18, para adaptarse tanto ella como el caballo a la temperatura: les tocará competir -porque tiene “la esperanza y la fe” de que llegará- a mediodía, al aire libre, con chaqueta y corbata obligatoria y con un pantalón que bastante calor le da. “Te asás”, admite.

Cancella, el entrenador de Alfonsina, la patrocina con su trabajo, y a su vez su caballo Zig-Zag es patrocinado por el brasileño SasaJe, el criador más grande del mundo en materia de caballos lusitanos. Pero plata falta, y bastante: “todavía no tenemos el dinero para las primeras pruebas internacionales. Para conseguir los costos tengo como cuatro cuentas, ya sea en Santander, BROU, Abitab y PayPal, para que cualquier persona que quiera colaborar pueda hacerlo. Y estoy esperando la resolución de conseguir alguna beca a través del Estado. Sí tengo el apoyo incondicional de la Federación Ecuestre del Uruguay y el aval del Comité Paralímpico, y actualmente el Ministerio de Turismo y Deporte ha declarado el proyecto de interés ministerial. Y el haber salido deportista del año esperemos que me dé un aval”. El costo de los internacionales clasificatorios para Río


oscila en los 3.000 y 4.000 dólares, y “mínimo” tiene que ir a 10. “No es tan caro si lo comparás con una carrera de Fórmula Uno”, dice con optimismo, resaltando que tiene “muchos” gastos cubiertos por la ventaja que le da tener el patrocinio del animal. Pero falta, siempre falta. De hecho, no ha podido competir a nivel internacional recientemente por falta de fondos, ya que tiene que priorizar su objetivo de Río. “Es muy importante que el país se implique con el deporte en sí; no sólo yo me sacrifico para representarlos, también hay otro montón de deportistas que viven en el exterior y sacrifican mucho. También es importante moverse muchos meses antes, más conociendo cómo funciona Uruguay. Están los que se salen a quejar un mes antes, y uno tiene que ser consciente de eso, moverse antes y sobre todo, en la vida, uno tiene que dar para recibir. Considero que todos los deportistas deberían hacer acciones para los niños, por eso parte de mi tiempo lo dedico a eso”, reflexiona Alfonsina, mujer-ejemplo. It’s sacrifice, at all “Hay dos tipos de discapacitados: los que salimos adelante y los que se hunden por la sociedad, porque te dicen: ‘pobrecito’. ¿Quién es la gente para decirte que no?”, se cuestiona Alfonsina, indignada. Ella, que es del primer tipo, salió adelante por su amor a los caballos, su “gran motivación”. “Yo creé un sueño para salir adelante, para olvidar el dolor”, reconoce. Aunque impulsa a todas las personas a que crean en sus sueños, ella sabe que hay una barrera enorme adelante, a la que Uruguay no le es ajeno. “Nuestro país no está capacitado y con conciencia de lo que es la discapacidad. Yo creo que tener una discapacidad no es el problema: el problema de la discapacidad es la gente, la sociedad. Las personas que lo vivimos lo vemos alrededor. Y no


hay conciencia de lo que es; muchas veces la gente gira la cara. Me pasa cuando estoy en Uruguay que me subo a un bus y no me dan el asiento. No hay conciencia, no hay respeto. Estás en un sitio público y nadie te da el lugar para que pases para adelante”. Alfonsina, a quien su familia tildó de loca cuando manifestó su deseo de ser amazona internacional, tiene asumida su discapacidad, pero eso no evita que le duela reconocer lo que se percibe desde afuera hacia adentro. El emocional no es el único dolor. “La mano me duele

las 24 horas del día”, admite, antes de soltar palabras sobre ese asunto que calan hondo; que me conmueven a mí, que disimulo, y la conmueven a ella y a su voz que se quiebra pero que no la detiene. “El dolor es mental. Si te mentalizas en que no está, puedes vivir con él. Y si estás pendiente de que está, no puedes vivir tranquilo. Para mí el dolor no sólo es un gran compañero de vida, sino un gran maestro. Es parte de tu propio recorrido y rendimiento, es parte de lo que das”. Justo, necesario, profundo.

HOMBRE DE PALABRA Francisco Cancella De Abreu es la persona con la que Alfonsina, en su soledad portuguesa, pasa más tiempo actualmente. Entrenador y jinete hace 36 años, cuando este profesional se cruzó con la amazona floridense, le prometió ayuda. Ahora sueñan con llegar juntos a Río. “Conocerla ha sido una casualidad. Fue en un concurso internacional de paralímpicos, en Barcelona, y para mi estaba clarísimo que montaba un caballo muy difícil, bastante por debajo de sus capacidades como amazona. Meses más tarde la visité y la ayudé con su potra, y en esa ocasión confirmé que ella tenía, aparte de su actitud y determinación de atleta de alto nivel, las condiciones de una gran atleta ecuestre, que escucha, entiende y ejecuta”, le contó Francisco a La Mirilla, tras una jornada de trabajo con la uruguaya. “Por eso le prometí mover mis contactos. Así encontramos a Zig-Zag en la yeguada de caballos lusitanos SasaJe, la mayor del mundo, propiedad del portugués José Eusebio, instalado en Brasil, que desde mi primera llamada telefónica dijo claramente que estaba interesado en colaborar desinteresadamente. Metió a su caballo en el avión y lo entregó en mi casa en Portugal”, relató. Con Alfonsina, la “única” dificultad que encuentra Francisco para trabajar es “la incapacidad de volver a acortar las riendas con agilidad después de las muchas recompensas que necesita el caballo estirándose”. “Pero esto es solamente un ejercicio de entrenamiento que no estará en la competición; en todo lo demás presenta los pequeños problemas de cualquier jinete, pero con dedicación superior”, destacó, orgulloso. De cara a los Juegos, el entrenador reconoció que sería mejor tener en preparación dos o tres caballos y no solamente Zig-Zag: “pero todo indica que el binomio esta saludable y llegará a Rio 2016 en la mejor forma. Tenemos un seguimiento de voluntarios para la salud y bienestar, como jamás nadie ha tenido, y las pruebas determinantes empezarán esta primavera (boreal)”.


“Tengo los ojos emocionados”, sigue. “El dolor me ha marcado mucho la vida, de pequeña más aún. Recuerdo que los días que no estaba en coma inducido y llegaba la hora de mis curaciones era increíble. Yo no lloraba, sino gritaba. Me veían a buscar, mi madre se iba de la sala y yo empezaba a gritar porque sabía que me venían a hacer los raspajes y las curaciones. ¿Cómo puedes olvidar eso? Me ataban las manos y los brazos para poder curarme”. Desgarrador. Esos no son los únicos recuerdos perturbadores del pasado. Aunque la escuela rural la sorteó con facilidad, el liceo se le hizo cuesta arriba. “El niño es inocente, pero el adolescente no, busca todo lo imperfecto, algo para dañar muchas veces. Si sos gorda te dicen ‘gorda’, y en mi caso era muy fácil. Probablemente en ese instante no se dan cuenta que te están haciendo daño”. El testimonio de Alfonsina, lejos de dar lástima, remueve otra gama de emociones adentro, convida a una reflexión propia que posiblemente nos dejará a los capacitados indignados con nosotros mismos, por quejarnos de los kilos de más, los problemas de más, el tiempo de menos. Ella, que nunca quiso usar prótesis porque las considera artificiales, lo sabe y lo procesó con todas sus dificultades: de hecho, dejó de esconder su brazo a los niños pequeños y pasó a dar charlas motivacionales a grupos a partir de cuatro años, tratando de que no se asusten, no tengan miedo y sí conciencia de que son capaces de hacer “todo”. “No pasa nada, una mano o una pierna no es que no te deje ser feliz. La felicidad no se basa en una mano, se basa en pequeños detalles que tenemos cada día. Y hoy, que ya he procesado todo, considero que soy una bendecida, porque puedo valorar la vida de manera totalmente diferente, y encuentro la felicidad en detalles que no hubiera encontrado”, reconoce. “Ahora, a mis charlas intento siempre ir muy descubierta,

que claramente se vea mi brazo y las cicatrices que tengo en todo mi cuerpo. Un día, con una amiga que le falta una mano, nos pusimos a caminar por la calle de Montevideo, las dos de manga corta. No te puedo explicar la reacción de la gente, se daba vuelta a mirarnos. Cuando lo tienes asumido no pasa nada, pero cuando no, es muy doloroso”, dice otra vez con un tono de tristeza en una voz que casi todo el tiempo es optimista, apuntando constantemente a generar conciencia. “Asumir” es una palabra que se repite en la conversación con La Mirilla, y que tiene que ver con dos cosas: con la terapia individual y grupal que hizo hasta los 18 años, que venía de la mano con el tratamiento de cuidados intensivos; y con ser creyente a su manera: “uno debe creer en sí mismo y en la fuerza del universo. Cuando tú crees en ti mismo y en lo que quieres, logras todo, y esa es la principal creencia. Aceptarnos, creer en nosotros. Y no dejarnos contaminar”. Para Alfonsina, está claro que llegó a donde llegó creyendo en ella y solamente en ella. “Soy yo, luchando por mi objetivo”, resalta, y admite sin egoísmo: “nunca he escuchado lo que me dicen los demás, escucho mi corazón. Muchas veces mis amigas me dicen: ‘Gorda, ya lo intentaste’. ‘Ya lo intenté, sí, pero puedo seguir intentándolo. ¿Cuál es el problema?’ ‘Que estás sola, que te llamamos y estás llorando…’ ‘Sí, lloro de rabia, pero no porque me sienta derrotada: para aliviar mi corazón y seguir adelante’. Estos meses han sido de mucha soledad, pero debo recordar que estoy aquí por una meta. Es parte del proceso, del sacrificio, y es una elección que hago con un orgullo increíble. Cuando te llaman a pista y dicen: ‘representante de Uruguay’, es una emoción única”. Lo dice con firmeza, pero las lágrimas no se aguantan. Su sacrificio la llevó a ganar el premio a Deportista del


Año que otorga la Comisión de Deportes de la Cámara de Representantes, y el Premio Gonchi Rodríguez. “Mi familia no lo podía creer. Es todo gracias a mi empeño, mi lucha. Muchas veces me emociona por saber el sacrificio que he hecho y que hago, y la capacidad de caerte, volverte a levantar; caerte y volverte a levantar, siempre mirando a ese objetivo sin desviarme del camino, por más barreras que haya”. Enterarse de que había recibido estos dos premios fue “una sorpresa, un orgullo y sobre todo una gran motivación para continuar”, más que nada porque es la primera vez que este primer galardón se le otorga a alguien del mundo hípico y a alguien con una discapacidad, y que el segundo se le otorga a un deportista fuera del automovilismo. “Es un escalón muy grande que hemos dado en el ámbito de la discapacidad”, valora, embanderándose en una causa colectiva. Alfonsina, que le agradece a su madrina deportiva Gabriela Rosés, modelo y diseñadora “con un corazón gigante”, está llena de energía pensando en Río, pero más allá del resultado final, ella quiere atravesar este proceso con un objetivo: dejar un mensaje de vida, de

lucha. “Mi sacrificio no es solo para mí, sino para todos. Quiero demostrar que en la vida todo se puede, siempre que te lo creas, te esfuerces y estés acostumbrada a sacrificarte, porque la gente no está acostumbrada a eso, se piensa que es sólo un esfuercito. El sacrificio es grande, y en el proceso duele, duele mucho. El sacrificio es parte de tus logros, pero para verlos tenés que esperar mucho”, dice esta amazona que mucho tiene que ver con la concepción guerrera de la palabra, y que no teme ni sacrificarse ni emocionarse ni caer. Un tiempo después de la nota con Alfonsina, su caballo ZigZag se lesionó y complicó su sueño de llegar a los Juegos Olímpicos de Río. El 12 de febrero, a días de que iniciaran las pruebas clasificatorias, lo anunció con un dolor indescriptible y manifestó: “Está permitido llorar solo para desahogarse y continuar”. Ahora tiene a Da Vinci, y sigue cabalgando hacia su meta. “La vida está mucho más allá de lo simple, la vida está para dejar un legado”, suelta.

PODÉS COLABORAR CON ALFONSINA A TRAVÉS DE LA CUENTA 42847 EN ABITAB O EN LA CAJA DE AHORRO 201-152004 DEL BROU. POR MÁS INFORMACIÓN: WWW.ALFONSINARIO2016.COM



La Mirilla ha sido muchas cosas para mí a través de un largo período de tiempo. Con ese nombre como proyecto salvamos una materia importante de la carrera que cursábamos con Jessica y de allí en más se nos pegó. Deambuló por borradores, proyectos inconclusos y divagues de mateadas. Años más tarde reapareció: ese nombre con tanta carga depositada tomo personalidad y decidió cómo, dónde y con quiénes reaparecer. Otra vez me acercaba a un proyecto llamado La Mirilla, esta vez un blog. Luego de haber intentado ser piloto televisivo, proyecto de radio y hasta una revista impresa, esta vez La Mirilla se había bañado de humildad, pero tenía una personalidad y una fuerza propias que meses más tarde descubriría. Estaba destinada a ser algo grande, no en la magnitud de las cosas del mercado, si no en aquellas que llenan a cada una de los que lo componen. Así un día leí una noticia sobre China y me animé a reencontrarme con el Word. Otro día me indignó la violación a la privacidad de las cámaras de seguridad en lugares públicos y me reencontré con la investigación, y así de a poco me fui reencontrando con un montón de pasiones y vicios desperdigados en mi interior. Mes tras mes algunas madrugadas me han encontrado con decenas de pestañas de mi navegador abiertas, diccionario de sinónimos, libros, tazas de café y chocolate, mientras intento rescatar algo de la nota a algún entrevistado que se va por las ramas. Luego de escuchar 10 minutos de divague y descubrirme leyendo el set list de Justin Bieber, salta la bronca por mi dispersión. Soy una persona dispersa y La Mirilla me ha hecho enfrentar a esos detalles de fábrica de mi personalidad. Esta situación se potencia por el hecho de pertenecer a un país característicamente disperso, de ritmo cansino y remolón. Pese a todo La Mirilla ha logrado algo que sería la envidia de muchos cancilleres. Una vez al mes por lo menos, un grupo de personas de diversas nacionalidades se sientan frente a sus computadoras y conforman un variopinto rejunte de acentos latinoamericanos y finalmente todas coinciden siempre en impulsar con fuerza un mismo proyecto, todo un caso de estudio que le espera este año una gran desafío de convivencia, la Copa América.



UNA HISTORIA DEBIDA POR 20 AÑOS POR DIEGO OBISPO QUIEN CUENTA ELIGE QUE CONTAR, PERO QUEDA DEBIENDO LO QUE DESCARTA. ESTÁ ES UNA CRÓNICA Y UN RELATO DE UNA DE ESAS DEUDAS.


Para la generación que ya pisa los 40 la noche de la nostalgia de 1994 fue muy especial. Aquel año se revivió una moda de los años 70, la represión. Ese 24 de agosto, sucedió la peor represión policial desde la vuelta a la democracia. La Historia En mayo de 1992 un grupo de ciudadanos vascos, establecidos desde 1988 en Uruguay, son detenidos por poseer documentación falsa. Algunos fueron reclamados por el gobierno español acusados de pertenecer a ETA. Diversos sectores políticos y sociales pidieron asilo para los vascos. Muchos de esos uruguayos habían vagado por el mundo en busca de asilo durante la dictadura. Ahora lo reclamaban para otros, conscientes de estar en condición de devolver en parte el gesto solidario que les salvo la vida. Otros iban aún más allá y según la versión del ex guerrillero Jorge Zabalza “(El Filtro) era la oportunidad de poner a prueba la fuerza militante que desde años atrás se venía acumulando, de bautizarla con fuego en una instancia confrontativa”. En 1994 los vascos inician una huelga de hambre como última esperanza de lograr el asilo. La salud de los detenidos empeora y se los traslada al Hospital Filtro. Rápidamente se levanta un campamento frente al hospital para exigir el asilo. El miércoles 24 de agosto a las 5 de la tarde, la policía carga contra unos cuatro mil manifestantes, empleando perros, gases, palos y sables. El campamento es levantado, pero muchas personas vuelven al lugar. La represión fue tan atroz que se corren rumores sobre decenas de muertos. Minutos más tarde llega un convoy de ambulancias, patrulleros y motos, disparando a la multitud y dando comienzo a la represión con balas de plomo. Esteban Massa, un enfermero que intenta socorrer a una de las

víctimas recibe cuatro disparos por la espalda. Luego Fernando Morroni muere al ser alcanzado por tres disparos de escopeta recortada. Cifras oficiales hablan de más de 100 civiles heridos graves. Hacia la madrugada se conoció la muerte de Roberto Facal, uno de los pocos periodistas que registró los hechos, desde los días de acampada hasta los incidentes: esas fotos nunca fueron recuperadas. Su muerte no ha sido aclarada, luego de que la policía desechara la hipótesis inicial de crimen pasional. Las consecuencias El gobierno expulsó del país a la vocera de los Vascos y al diputado español Jon Idígoras; clausuró por 48 horas la radio CX36 y cerró la Radio Panamericana. Fueron procesados sin prisión: el Teniente Primero Juan Miguel Rolan, el oficial de Coraceros Raúl Guarino y el comisario al frente de seccional de la zona, Erode Ruiz. El presidente Luis Alberto Lacalle y su Ministro del Interior Angel Gianolla, no sufrieron consecuencias judiciales, ni políticas. Al año siguiente se convocó a una marcha exigiendo el esclarecimiento de los hechos y sanciones más severas a los implicados. La central obrera y estudiantil, y el Frente Amplio no convocaron a manifestarse como lo habían hecho un año antes. Desde ese día diversas organizaciones sociales continúan manifestándose cada 24 de agosto. Amparados por unos de los principales candidatos a la presidencia los responsables siguen ejerciendo funciones, mientras que su principal contendiente, Luis Lacalle Pou, llegó a tomarse a golpes de puño dentro del parlamento para defender el accionar estatal de ese día. La memoria selectiva elige qué muertes recordar y con qué batallas dignificarse. Lo cierto es que ni siquiera fue un guerra completa, fue una masacre, un solo bando estuvo armado, una sola línea de fuego disparando.


LOS RESPONSABLES Y SUS TRAYECTORIAS TENIENTE PRIMERO JUAN MIGUEL

OFICIAL RAÚL GUARINO:

COMISARIO ERODE RUIZ: SEGUNDO

ROLÁN: RESPONSABLE DE ATAQUES

RESPONSABLE DE LANZAR

AL MANDO DEL OPERATIVO DE

CON PALOS, GASES Y GRANADAS

GRANADAS DENTRO DE UN LOCAL

EVACUACIÓN Y TRASLADO DE LOS

QUÍMICAS. ALEGÓ ANTE LA

DE EMERGENCIA MÓVIL.

VASCOS. JUNTO AL MAYOR JORGE

JUSTICIA, “IMPOSIBILIDAD DE

FUE ASCENDIDO A JEFE DEL

DEFFES COMANDÓ EL CONVOY

EJERCER CONTROL SOBRE SUS 15

ESTADO MAYOR DE LA POLICÍA

QUE IRRUMPIÓ BALEANDO A

POLICÍAS A CARGO”.

DE MONTEVIDEO EN 2005. LUEGO

LOS MANIFESTANTES. HOY ESTÁ

SE DESEMPEÑÓ HASTA EL 2013

SE RETIRÓ PARA LIDERAR UNA

AL FRENTE DE LA JEFATURA

COMO SEGUNDO DEL REGIMIENTO

EMPRESA SEGURIDAD.

DE MALDONADO Y ESTUVO AL

DE LA GUARDIA REPUBLICANA.

MANDO DE LAS MAYORES REDADAS

A SU CARGO SE ENCONTRABA

POLICIALES DE LAS ÚLTIMAS

LA GUARDIA DE CORACEROS Y

DÉCADAS: LOS MEGA OPERATIVOS.

GRANADEROS GRANADEROS, A LA QUE EN SU MOMENTO NO PUDO CONTROLAR.


Una protagonista de una historia debida Mónica Ramírez es docente, militante y candidata a diputada por el Partido Humanista, y aquel día fue una de las personas baleadas. ¿Cómo fue tu vinculación con el Filtro?

Mi arribo al Filtro fue en virtud del nucleamiento a los jóvenes del MPP, protestábamos en contra de la extradición de los ciudadanos vascos. Entendíamos que el gobierno uruguayo le debía una serie de favores al español, lo que hacía suponer que como contrapartida se pedía a estos tres ciudadanos, que eran los que quedaban refugiados después de una redada muy importante contra ETA, que llegó incluso hasta el País Vasco. Intentaban capturar a los militantes políticos de ETA, el brazo armado ya estaba preso en su totalidad. Así el gobierno uruguayo toma parte en esta cacería, con un montón de fuerza social en contra. Entre otros motivos, porque la fama de las cárceles españolas es nefasta y sabíamos que quienes fueran extraditados iban a ser torturados. Por eso, apelando a la vieja tradición uruguaya de brindar asilo político a todo aquel que declarase supresión de los Derechos Humanos en su país, entendíamos que Uruguay debía asilarlos. Pero el gobierno hizo oídos sordos a todos los reclamos de las organizaciones nacionales e internacionales. Llegó el día y un montón de organizaciones comenzamos a nuclearnos alrededor del hospital para manifestarnos y ver si la fuerza popular podía impedir que se los llevaran. Fue una de las instancia más nucleadoras del movimiento sindical, de los movimientos de izquierda, del movimiento estudiantil y social. Creo que hubo una respuesta desde los sectores más organizados que fue ejemplar y que no habíamos visto en muchos años. Todavía estaba muy fresca la salida de la dictadura y en ese contexto se da esta reminiscencia de solidaridad con el otro y de encontrarnos nuevamente juntos en una instancia así.Allí se acampó y se resistió a una actitud policial muy nefasta que desplegó el gobierno de Lacalle, que utilizó toda la artillería con la que contaba. Desde coches bomba, hasta tanques para cerrar el perímetro y toda la Guardia de Coraceros, Republicana y Metropolitana. Parecía que estábamos a punto de ser invadidos por fuerzas extranjeras. En ese contexto se dan algunas asonadas para advertirnos que no estaban jugando. ¿Entonces hubo advertencias de lo que finalmente sucedió?

Sí. Desde días anteriores la prensa oficialista repetía comunicados que advertían que quienes se quedaran en el lugar estaban exponiéndose a peligros innecesarios.


¿Después de la avanzada de las 5 de la tarde, se pudo prever más claramente el desenlace fatal?

Jamás se pudo prever que iba a terminar tan terrible. La represión de las 5 para ellos fue una advertencia, para nosotros una demostración de fuerza que no necesariamente advertía lo que pasó a las 8. Porque entre otras cosas lo que paso a las 5 fue utilizando elementos a los que estábamos acostumbrados como palos y machetes, nadie se imaginaba que a las 8 iban a utilizar armas de fuego. Por otro lado a las 5 desapareció gente que estuvo desaparecida por 4 o 5 días y según lo que declararon años más tarde al Servicio de Paz y Justicia del Poder Ejecutivo, no recuerdan lo que les pasó en ese tiempo. ¿Nadie recuerda lo que les pasó?

Yo no tengo testimonios, de las personas que supe ninguna recuerda. Fueron muy apaleadas, los mismos golpes generaron un estado de inconsciencia. Entonces entre las 5 y las 8 hubo mucha tarea para los manifestantes. No nos quedamos en el lugar reflexionando a ver qué hacíamos. Los que nos habíamos salvado de la golpiza entramos a buscar a los demás y en eso iba avanzando la hora. A las 7.30 en el grupo con el que había ido estábamos todos y decidimos irnos; estábamos entregados, vimos que la protesta ya no iba a surtir efectos y ya no tenía sentido estar allí. Comenzamos a juntar nuestras cosas cuando empieza el apagón. Se genera una gran confusión y vemos bajar luces por Bulevar Artigas y fogonazos. Mucha gente corre hacia donde estábamos, gritando que estaban tirando con balas de verdad. Decidimos correr por una calle que al parecer no habían cerrado, pero a pocos metros vimos que sí estaba cerrada por patrulleros y es ahí cuando siento el disparo, que en el primer momento me pareció una pedrada en el abdomen. Unos metros más adelante me desmayo y eso es lo último que recuerdo del escenario del Filtro. ¿Cuándo te despertaste?

Estuve consciente hasta que me dieron la anestesia para operarme. Me llevaron a la emergencia del Pereyra Rosell y estaba lleno de gente herida de bala, de sablazos y palos. Entonces me llevaron al Pasteur y tome conciencia de lo que me había pasado, me dijeron que era una bala de 9mm. ¿De dónde vino el disparo? ¿De los patrulleros frente tuyo?

Después cuando le emprendí un juicio al Ministerio del Interior supe por un testigo que declaró haber visto cómo los policías se apoyaban en los patrulleros y nos tiraban. Igual estaba muy oscuro, lo de la identificación es relativa. Al final fueron 3 los policías procesados por toda la represión...

Claro. Ese es otro problema u otro síntoma del Estado de Derecho viciado

por los juegos políticos. No se responsabilizó a quienes se tenía que responsabilizar: al Ministro del Interior y al Presidente de la Republica. ¿Después del Filtro, las organizaciones como el MPP qué postura tomaron?

Hay que recordar que las dos radios más comprometidas con los hechos fueron clausuradas. La 36 volvió al aire días después, la 44 no. Quedó muy menguado el poder de opinión y denuncia de los hechos. La lectura que yo hago de la situación es que hubo una exacerbada exaltación a una lucha para la que la mayoría de la gente no estaba preparada y que no era previsible. Aunque con el correr del tiempo uno va escuchando y va infiriendo que muchos dirigentes estaban avisados o sabían lo que podía pasar. Ellos sí tenían el espíritu de “vamos todos a pelear”. El actual Ministro de Defensa Huidobro ese día estaba en la transmisión de CX44 fomentando la resistencia y estuvo comprometido con la idea de llamar a los jóvenes a pelear, argumentando que la organización valoraba la sangre de nuestros jóvenes. ¿Como una intención de buscar mártires?

Yo supongo que sí. Pero en definitiva hubo mártires, pero quedaron casi en el olvido...

Sí. Igual hay que salvar las distancias. En este caso los militantes que los dirigentes del MLN pretendían convertir en mártires o vaya saber en qué, no tenían ninguna trascendencia desde el punto de vista político y además no tenían grado de involucramiento, fueron llevados ahí sin ser avisados. Si se pretendía recrear la lucha armada de la décadas del 60 y 70 no hubo preparación, fallaron los dirigentes. Si se pretendía probar la militancia faltó honestidad, para que alguien me acompañe tengo que decirle a dónde va. ¿Y si se pretendía demostrar que ese no era el camino? Después de esos hechos muchos grupos que convocaban a la lucha se institucionalizaron en una coalición que llego al gobierno por vías democráticas.

Yo creo que si eso fue intencional para demostrar de que esa fórmula no funcionaba más fue muy perverso. Prefiero pensar que había una suerte de ilusión de que se podía resistir, que es igualmente irresponsable y atroz, pero por lo menos me deja una sensación de mayor conocimiento de las personas con las que militaba. Igualmente leyendo un poco la historia y mirando los procederes de dirigentes que hoy ocupan filas importantes del gobierno uno podría decir que: o bien se volvieron locos, o bien había algo encubierto que nunca nos enteramos. Que bien puede ser esa intencionalidad perversa de demostrar que este era el último bastión de la guerrilla, lo cual me parece terrible.



Cuando mi vida transcurría sedentaria y con un horario de nueve a seis, vivía en un apartamento en la Ciudad Vieja en Montevideo. Esta ciudad -le cuento un poco por si usted no sabe, querido lector-, tiene sus pies sobre las orillas del Río de la Plata, estuario que sirve de transición para el Río Uruguay y el Océano Altántico. La Ciudad Vieja, casco histórico de la capital, se baña en todos sus lados por este mar. Así, diez años de mi vida trascurrieron a solo cinco minutos de una costanera que me regalaba atardeceres de colores amarillos y naranjas, y convertía ese río marrón en una capa de agua plateada. Bastaba con aprontar un mate luego de un día rutinario de oficina y sentarse a disfrutar de ese aire de horizonte ancho. El mar, querido lector, para mi es un elixir de liberación y me conecta con lo básico de nuestra materia y existencia (sí, ya sé; suena muy hippie) Hablando de hippie, en setiembre del 2012 me subí a un avión que me llevó a Rumania. Había decidido dejar toda la vida que había construido en esos diez años, deconstruirla y redefinirme en algo que tuviese que ver más con lo que quería ser (que no era cumplir un horario de nueve a seis, precisamente). Tomar el tiempo en mis manos y apropiarme de mis decisiones. Así anduve por tierras europeas un año entero. Luego volví a Uruguay, retorné a mi apartamento en la Ciudad Vieja. A los pocos meses me vi nuevamente en la rueda de las obligaciones ajenas, horarios y cuentas a fin de mes. Pero algo había cambiado. A ver, para que me entienda usted querido lector, el barrio no había cambiado en nada, ni los ruidos, los olores o la gente; en realidad, el que había cambiado había sido yo. Mi casa ya no la sentía mi casa, mi barrio ya no lo sentía mi barrio. Ya sabía que los horarios y las cuentas a fin de mes no debían estar en mi agenda. Pero el mar, sí que lo seguía sintiendo parte. Sentado mirando esos atardeceres veía el horizonte y me perdía en su lejanía. El mar era lo único que aún me pertenecía. Él me preguntaba: “Flaco ¿en serio te vas a quedar acá mirandome con nostalgia? ¿Y si mejor agarras nuevamente tu mochila y me salís a buscar?” Fue así que terminé de desarmar mi vida, mi casa, mis relaciones, obligaciones y cuentas. Me tomé un avión a México para naufragarme en el vagabundeo de una vida de viaje. Por segunda vez, en un lapso de un año y medio, me redefinía como ser en esta vida. Decidí dedicarme a escribir, algo que siempre había tenido de pasatiempo. Desde pequeño hasta que terminé la universidad la escritura coqueteaba conmigo. Cuando empecé a viajar abrí un blog (¿ya lo conoce? ¿No? Dese una vuelta si quiere, me encontrará en www.letrasdeviaje.com). Escribí un libro de viajes y armé otro libro de cuentos, eso sería una base de sustento para poder seguir andando. Pero tenga cuidado lector, no vaya a pensar que el camino es todo un sui generis de felicidades, que vivir la vida de viaje es una aventura intensa. No vaya a creer que ando tirándome en paracaíadas todos los fines de semana o peleando con cocodrilos en la jungla día por medio. La vida de viaje no es más que una elección de vida, como otras. Tiene sus momentos gratificantes, pero también sus momentos duros. Viajando he encontrado los momentos más plenos de felicidad en mi vida, pero también momentos en donde la soledad se puede llegar a sentir como el sonido de un huracán en medio de un enorme oceáno sobre un barco de papel. Pero la felicidad que te brinda el hacer lo que más te apasiona no te lo da nada en esta vida, no te lo da ni el dinero, ni el auto, ni un puesto de trabajo, ni un flan con dulce de leche. Ni siquiera el segundo gol de Suárez a Inglaterra en el Mundial de Brasil (y mire que para un uruguayo, eso debe de haber sido uno de los momentos más felices en la historia de la uruguayez -sepa disculpar si usted es de otro país y no entiende de qué hablo-). No me quiero ir por las ramas, quiero concluir esto que estoy escribiendo diciéndole que estoy en el camino. Ando en esa búsqueda constante de la felicidad, que es el fin último de toda persona. Yo la he encontrado en ese horizonte, que me llama para que lo vaya a buscar. Porque es en esa búsqueda que me he dado cuenta que el movimiento es vida y el saber que no hay felicidad más absoluta que pararte sobre eso que querés ser. Aquí quiero repasar con usted algunas reflexiones sobre el nomadismo actual y pasado, y sobre cómo el viajar es un estado natural del ser humano, porque aquellos ancestros que vieron la tierra por primera vez no se quedaron quietos y regaron por todo el mundo a sus hijos, y a los hijos de sus hijos y así sucesivamente.



SOBRE LO VIRTUAL, EL NÓMADA Y LOS MAMUTS POR NICOLÁS MARRERO ¿Qué es eso del nomadismo? ¿Aún existe? ¿Cómo nos vinculamos quienes no vivimos en un lugar en concreto? ¿En realidad podemos decir que estamos "viajando"? ¿Cómo nos han transformado las conexiones, redes e internet? ¿Cómo pasó el gato a ser un animal doméstico? ¿Estamos condenados a tener vecinos molestos? Son preguntas que me planteo algunas veces cuando estoy en la ruta viajando en autostop en Europa del Este, tomando una cerveza en alguna playa del Atlántico o comiendo alguna fruta en alguna selva tropical. Lo invito a develar estas cuestiones y quedarse con mucho más preguntas que respuestas.


El estado natural del humano Me imagino un cuento. Algo así como un relato de aquellos del “Érase una vez” que salían en los ochenta (puta madre, qué vejez que tengo) acerca del ser humano siendo nómada. Una familia; hombre, mujer e hijos pertenecientes a una tribu. Una lanza, ropa de piel de algún oso polar, bolsas de cuero que servían para transportar lo necesario (que vaya a saber lo que era necesario en aquella época: ¿piedras? ¿Puntas afiladas? ¿Garrotes? La verdad que ni idea). El silencio de un mundo despoblado, los continentes congelados, algún mamut en la tundra a contra luz de una puesta de sol, un tigre dientes de sable y un roedor persiguiendo una rebelde nuez marrón ¡Ah! No, espere. Esa película ya la vi. Prosigo: usted sépame disculpar estimado lector, no soy antropólogo, sólo soy un viajero que escribe cosas de las cuales no tiene mucha idea. Pero me imagino a ese prematuro ser humano, caminando en tribu, alrededor de ese fuego recién descubierto, teniendo por familia a todos los miembros de la manada, creando ese sentimiento del “ser parte”, persiguiendo el camino ese que aún no estaba hecho, reproduciéndose y regando de seres humanos todo el planeta tierra. En mi ignorancia en estas cuestiones de evoluciones y darwinismos, tengo la firme convicción de que el nomadismo es el estado natural del ser humano (sí, ya sé: una firme convicción basada en la ignorancia). Vaya a saber uno por qué un buen día esa tribu dijo: “bueno, aquí nos quedamos”, y comenzó a construir chozas, criar chanchos, tener gatos de mascotas, extinguir mamuts, plantar maíz, tener vecinos, hacer calles, elegir reyes, levantar murallas, matar a esos vecinos y conquistarles el espacio, adorar estatuas y colgar carteles de “Bienvenidos a Santa Marta. 9.234 habitantes”. Tiendo a creer que esa tribu se estacionó por un motivo muy similar al de Forrest Gump cuando paró de correr luego de tres años, dos meses, 14 días y 16 horas: porque estaba cansado. Solo por eso. Gente


y pueblos nómadas han existido siempre y aún existen. Beduinos en tierras árabes, tuaregs en el desierto del Sahara o gitanos en Europa. Pero cada vez más se ven reducidos a pequeños grupos, acorralados por un mundo de fronteras y leyes migratorias.

Neonomadismo Pienso en la palabra viajar. Pienso en todo su contenido. Pienso cuando la gente me dice: “así que usted anda viajando” y del cómo no sé qué contestar. Si la pregunta me la hacen en una conversación de paso, me resigno y les digo que sí. Pero la verdad es otra, porque si me pongo a analizar en mayor profundidad, yo no estoy de viaje. No al menos en lo que significa en nuestra sociedad el “viajar”. Paso a explicarle estimado lector: nos hemos criado en una sociedad sedentaria, de esa que cría gatos y se pelea con los vecinos. Esta sociedad, tan anidada a su sofá, ve como algo ajeno eso del viajar. Tal vez no ajeno, sino como algo extraordinario. Algo que uno hace de vacaciones o en algún período largo de tiempo cuando es joven y anda en busca de holandesas rubias o australianos de dos metros de altura. Hoy día, el moverse de un lugar a otro va a contrasentido de la vida que se piensa “normal”. El viaje es tomado como algo fuera de lo común, desnaturalizado de nuestra parte medular del ser. Aun así, y aunque parezca contradictorio, creo que la sociedad está cambiando. O al menos en una parte de ella. Creo que estamos frente a una generación que está creando un nuevo estrato social, esa que viene haciendo desde hace 30 años y es hija de la crisis de un sistema que cada vez abruma más con sus exigencias y obligaciones enajenantes. A la vez, este mundo en que nos toca vivir nos regala herramientas para que cada vez más dependamos menos de un espacio geográfico en concreto. Le voy a ser más claro, querido lector: hoy en día se está creando una tribu global que se vincula desde lo virtual. Estamos ante un resurgimiento


del nomadismo. Para que quede más bonito el rótulo, lo llamaremos “neonomadismo”. Marshal McLuhan hablaba de cómo las sociedades se transformaban en base a los cambios tecnológicos que se presentan. Cuando ese nómada primario inventó el aparato para abrir la tierra y plantar la semilla, se tuvo que quedar en ese lugar para cuidar su plantío y cosecharlo (claro ¿qué se pensaba usted? ¿Que la analogía con Forrest Gump era en serio? Ahora que pienso, por eso debe ser que los gatos aparecieron y ellos mismos decidieron domesticarse. Porque el gato va donde haya comida y confort, tal es su interés egocéntrico). Cuando a Gutemberg se le ocurrió inventar la imprenta estaba inventando algo enorme que cambiaría el curso de la humanidad: la masificación, archivado material y producción en serie del conocimiento humano (¿por qué se piensa que el catolicismo tuvo el auge que tuvo? Con mucho respeto hacia usted, hermano lector). La electricidad dio luz a la noche y sirvió de base para todo lo que iba a venir (no le agradezca a Edison, sino a Tesla, ese ilustre casi desconocido). Este modesto escritor quiere hacerle un aportecito al señor McLuhan (uno de los padres teóricos de la comunicación) y decirle que la creación de internet ha transformado nuestra sociedad. Él ya algo hablaba en su “Guerra y paz en la aldea global” pero no me voy a poner a explicar eso del “medio es el mensaje”; una porque no lo quiero aburrir con lo académico y otra porque es un concepto que nunca terminé de comprender (la verdad sea dicha -búsquelo en Wikipedia, si quiere, y de paso me escribe y me lo explica-). Este cambio tecnológico crea a ese flaco de barba que es fotógrafo freelance y tiene veinte mil seguidores en Instagram, la rubia anglosajona que hace el diseño de diversas páginas web, el poeta devenido en cronista de viajes para su blog de cuarenta mil visitas mensuales, la youtuber que filma

con la GoPro el salto desde la cima de alguna sierra, y el escritor que dejó el periodismo para hacer un libro de viajes y venderlo online por Amazon. Ejemplos de personas que no necesitan ahorrar para invertirlo en ladrillos, ni tienen que comprar comida para gatos o pedirle al vecino que baje el volumen de la radio porque le llega el relato adelantado. Personas que descubrieron que ya no tenía sentido continuar reproduciendo patrones culturales de una tribu industrializada y siguieron a otra tribu, esa que viaja, que se mueve y se empodera del mundo. Estamos frente a una nueva manera de vincularnos con nuestros pares. Esta generación, que ya nace con un iPad abajo del brazo, establece nuevos tipos de relaciones a todo nivel: de amistades, laborales, familiares, sentimentales u artísticas. Esta nueva tribu digital cambió la lanza por el lápiz óptico, el bolso de cuero por la mochila quechua de 60 litros, o al mamut a contra luz en el horizonte de la tundra por la selfie de una atardecer en alguna playa del Pacífico. Esta nueva tribu ha cambiado el concepto de presencia, porque ya no marchan juntos de la mano, ahora se siguen en Twitter y el círculo alrededor del fuego se ha cambiado por las videoconferencias. Las colaboraciones y las producciones de símbolos que los unen bajo un mismo patrón de reconocimiento navegan en el éter de las redes. El mochilero, el flashpacker o el viajero itinerante se reconoce cuando se cruza con otro, por más que nunca hayan compartido el camino o alguna charla tras una presentación formal. Por eso, para muchos de nosotros, el viajar es mucho más que viajar. Es una forma de vida, ser parte de una tribu global, es traer de nuevo ese estado natural de una humanidad que nació caminando y en movimiento constante. Solamente debemos resignarnos a no poder criar gatos o tener vecinos molestos.




Esta fue mi primera colaboración para la revista. Llegué buscando un espacio nuevo pero sin mucha idea de qué quería hacer, con ganas de escribir algo que hablara de esas cosas que nos pasan a todos todo el tiempo, y que por eso parece que no deberían ser retratadas. En este año de sumarle algunas risas y algunas pavadas a La Mirilla me fui encontrando con mucha gente que dice “uy, sí, me pasó eso alguna vez, y me reí mucho cuando lo leí”. Así que por ahora, dentro de este grupo hermoso de gente —que ustedes no ven pero yo encuentro de vez en cuando en la redacción— vengo a ser la payasita del grupo. Les recomiendo leer todo el resto, van a encontrar un montón de enfoques de cada tema, y eso es lo lindo de esto. ¡Feliz año mirillero para todos, y brindo por muchos mas! Pero a diferencia de la Chica de la Libretita, Cecilia no tiene espacio propio en la barra de algún bar, así que será desde casa ¡Salud!



VOTACIÓN DE VIERNES POR LA NOCHE LA CHICA DE LA LIBRETITA


Democracia. Vivir en democracia. Actuar democráticamente. Todas frases muy bonitas y muy nobles, hasta que llega el viernes a la noche y el plan de la muchachada amiga es “juntarnos tranqui, en la pizzería familiar de siempre…”, por no decir que lo que quieren es quedarse en casa. Y no es que vos quieras salir a reventar la noche, pero si proponés algo diferente te sentís un poco como el vándalo anarquista que sale a romper cosas (no el pensador idealista que explica que el otro, autoproclamado como tal, no es mas que una mala interpretación del ideal político). Decía entonces, cuando la más mínima intención de ruptura con la mayoría en el mando nos hace sentir incómodos, como si estuviéramos transgrediendo algo, ¿seguimos hablando de democracia y sigue estando todo tan bien? Porque al final de cuentas, para que haya una mayoría debe haber también una minoría en desacuerdo, sino hablaríamos de unanimidad. Y que yo sepa eso solo existe en los jurados de películas. Entonces recordás la última discusión por las vacaciones en pareja, y el “no, lo que vos elijas esta bien”. Que frasecita ¿eh? Ideal para que el otro se sienta un poco dictatorial. Pero… ¿Cómo funciona la mayoría en una pareja? ¿Un voto en blanco y uno a favor alcanzan? ¿O preferimos volver a hablarlo, discutirlo, y una infinidad de etcéteras, hasta encontrar una decisión que, por lo menos, parezca salida de

las intenciones de ambos? Porque seamos honestos, quien nunca haya intentado con un “no gordi, esta bien, la playa es linda” aunque odies la arena, no soportes el sol y el olor a pescado te maree, que tire la primera piedra. Parece tan fácil, hacés eso, te ahorrás la discusión y tu “media naranja” está feliz de haber llegado a un acuerdo. Esta clarísimo, políticamente hablando, que la democracia es la mejor solución conocida, y mas allá de que votar sea una obligación, también es ese pedacito que tenemos que estar felices de poder hacer para que todo salga adelante. Volviendo a nuestra realidad de viernes por la noche, veamos y repasemos cuáles son nuestras opciones a la hora de decidir: • Arrancamos hablando de anarquismo, distinguiendo al anarquista real, que a estas alturas optó por hacer la suya y está sentado en la barra de su pub favorito charlando con el barman (sí, lo que se ahorra de terapia lo gasta en el bar, pero al menos nadie le va a decir que es responsabilidad de sus padres), del vándalo pseudo anárquico que a la primer negativa rompió el vaso que tenía en la mano en un intento de dejarlo en la mesa con un golpe, y luego se fue ofendido (y después se arrepintió, pero no lo quiere admitir y ahora se aburre solo en casa, diciendo que es culpa de los demás)


• Seguimos nuestro relato pasando por esa rara sensación que genera el “hagamos como vos quieras”. ¿Acepto o no el rol de tirano que me ofrecen? ¿Vuelvo a negociar o decido a mi gusto, basándome en lo que tengo ganas? • Podríamos sumar, para aquellos que disfruten de los mundos mágicos y fantasiosos, un régimen algo mas aleatorio basado en la suerte pero… ¿Quién confía en organizar su vida según el azar dictado por un papelito metido en un gorro? ¿Y si sale algo que a nadie le gusta? ¿Lo tenemos que aceptar como si fuera un designio divino de todas maneras? • Podemos también, de manera representativa, depositar nuestra confianza en un líder, que decida lo mejor para todos basándose en las necesidades comunes antes que en su propio interés… Utópico, ¿no? • En lo que consideraríamos un claro caso de falta de ética, cabe la posibilidad de sobornar a cada uno de los participantes en discordia. Nunca está de mas recordar comidas y bebidas favoritas de todo el mundo, cómo y dónde adquirirlas, y cuando todo parezca fallar, el chocolate será nuestro gran aliado. De todas maneras, esta práctica, si bien es sumamente conocida y empleada en el ámbito político, no estaría recomendada, tanto por su carga negativa como por

el impacto que genera en nuestro bolsillo… ¡Sobre todo si hablamos de grupos grandes! • Llegando al final de nuestras opciones, y cuando ya todos en el grupo están bostezando a falta de decisiones, podríamos imponer algo similar a una custodia compartida. Sí, leyeron bien. Custodia compartida de nuestro viernes a la noche. Hoy decide el que quiere salir, el fin de semana próximo el que se quiere quedar en casa y ver una peli. Este año nos vamos a la playa, pero el que viene vamos a recorrer esos pueblitos de montaña que a mí, que detesto la arena, me enloquecen. O cualquier cosa por el estilo. Esta bien que va a haber otros problemas, como definir quién elije primero, pero ese no es el tema que nos ocupa en este preciso momento… En fin, parecería ser que el diálogo y la participación de todos también es nuestra mejor opción en estos casos. Si quieren después la seguimos, pero algo en toda esta exposición logró el milagro y a mi grupito le place la idea de ir al bar… Voy a llamar para que no me guarden mi lugar de siempre en la barra y en vez de eso me reserven una mesa, y si para cuando vuelvo no cambiaron de opinión, salimos todos para allá, y se habrá logrado sin promesas de campaña. ¡Nos vemos la próxima!



Elegí esta nota, Un escritor sin casillas: Fernando Iturrieta, porque fue la primera que hice para La Mirilla, un lugar en el que descubrí un hermoso grupo de personas que lucha por cumplir sus sueños y hacer circular lo que quiere comunicar atravesando muros y fronteras. Con las mismas ilusiones el escritor Fernando Iturrieta publicó su primer libro y allí estuvimos nosotros para acompañarlo. Me subí a este tren hace poco menos de un año porque creo en esta propuesta y en el futuro quiero seguir creciendo junto a mis compañeros y lectores.



UN ESCRITOR SIN CASILLAS: FERNANDO ITURRIETA POR MARIANA GIOIOSA FOTOS: GUSTAVO VELÁZQUEZ

Es un observador nato y un curioso sin respiro. Estudia cada gesto de una pareja que acaba de llegar al bar: la manera en que ella mueve las manos, la mirada perdida de él, la forma en que construyen las oraciones. Está atento a todo lo que sucede a su alrededor, no puede evitarlo, es una especie de deformidad que se produjo como consecuencia de su profesión, o quizá la causa por la cual se convirtió en escritor. Escribió durante toda su vida, pero finalmente pocos meses atrás se animó a editar el primer libro. Es una recopilación de cuentos en los que, lejos de encasillarse en un género, utiliza distintas estrategias narrativas. Su objetivo es sorprender.


¿Cuándo empezaste a escribir y sobre qué tema fue? Desde muy chico. Tenía 7 años, fue una carta que le dediqué a mi papá, era una muestra de afecto. La encontré hace un tiempo atrás, pero la perdí en las sucesivas mudanzas que tuve en los últimos años. Luego participé en varios concursos. ¿Qué significa para vos escribir? Una pulsión de vida muy intensa. La escritura narrativa tiene que ver para mí con el juego. Junto historias propias y ajenas, algo que me contaron y que de alguna manera me resuena, con fragmentos de vivencias. También escribís poesías. En las poesías es diferente, lo que estoy buscando es una vibración que me surja en palabras, ritmo o melodías. Se acerca a una conexión íntima. ¿Cuáles fueron los libros que más te marcaron? Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, El juego de los abalorios, de Hermann Hesse, La condición humana de André Malraux, Rojo y negro de Henri Beyle, Martín fierro de José Hernández, Las hojas de hierbas de Walt Whitman, entre otros. ¿Sobre qué aspectos del ser humano te gusta hurgar?

Tengo la antena abierta y si hay un tema que me moviliza trato de escribirlo. Soy muy curioso, prácticamente me intereso en todo. Tomo en cuenta cómo los seres humanos construimos a partir de nuestro armado psicológico, armamos el mundo a partir de aquello que amamos o tememos. Puede ser que tenga una tendencia a lo oscuro porque quizá uno sintoniza mucho con aquello que teme o lo angustia. También con sensaciones de situaciones ridículas o destartaladas. En los cuentos de El Tiempo Que Cruje hurgo sobre muchas situaciones que me movilizan, como aquello que nos marca desde el miedo o la imaginación y lo que uno construye mentalmente sobre los demás. Otro tema que aparece es que nos creemos portadores de una voz, pero en realidad estamos portando muchas.

¿Cómo definís la sociedad? Está relacionado con la solidez de creer en un vínculo en común. La calidad se va a dar en el grado de entrega de lo que se comparte. Cuando está deteriorado, la sociedad se quiebra, se violenta. Es muy importante la voluntad para sostener ese vínculo.

¿Cómo definís el mundo? La suma de lo que una persona concibe mentalmente. Esa construcción tiene que ver con la experiencia, con el estado del ánimo y cómo percibimos lo que nos contaron.

En tus cuentos utilizás con frecuencia herramientas de la psicología. Es verdad. Por ejemplo el cuento Las cajas tienen cierto parentesco con las elaboraciones propias. Se lo dediqué a una persona que estaba atravesando una situación de mucha angustia. Aunque uno insista en borrarlas, las cajas van a aparecer, sobre todo aquellas que están vinculadas al miedo o a algo muy doloroso. De alguna manea los recipientes donde volcamos nuestras partes más secretas, van a volver para revelarnos algo que quisimos dejar

¿Cómo definís la vida? Lo que se da en cada momento. Cómo te encuentra parado. Cómo sentís, pensás y actuás en cada instante. Tiene que ver con el ejercicio y la acción del tiempo que nos toca transcurrir.

Decime una de tus frases preferidas: Hace unos años se la escuché decir a un taxista, con el que veníamos charlando sobre el país. Lamento no haberle tomado el nombre, porque sería uno de mis pensadores de cabecera. De repente me preguntó: “¿Usted quiere saber cómo somos los argentinos?”, sorprendido le dije que sí, a lo que él respondió: “Somos como los cornudos conscientes, con tal de no actuar hacemos que no sabemos”.


guardado. Esas cajas se van a abrir.

humo celeste, de El Tiempo Que Cruje.

¿Aparecés vos en tus cuentos cómo alguno de los personajes? Vamos llevando con nosotros memorias y en determinados personajes se infiltran. Difícilmente haga una descripción de mi vida, aunque por otro lado, en última instancia, siempre estamos contando la misma historia. Hay temas recurrentes, preocupaciones que se las disfrazan.

¿Sentís que tus cuentos son para ser representados en cine o teatro? Algunos sí. Trato de salir de las reglas de género y tomo otras, no podemos esquivar lo que somos. La narración, la teatralización y el poema son tres estrategias expresivas distintas, entendiendo estrategia como el camino que se elije para contar algo. De alguna manera los géneros desaparecen porque el ser humano tiene expresiones narrativas y líricas presentes permanentemente.

¿Cuál es la parte de El Tiempo Que Cruje que más te gusta? “… Empezó a distraerse del propósito de mi visita y habló de los libros y de las páginas, de las palabras y de los nombres manchados por el tiempo. Habló de las bibliotecas quemadas, de los fanáticos, de los salvajes, pero enfatizaba las dos palabras, para que yo entendiera una diferencia entre ellas. Brincaba por los temas a la manera del juego de la rayuela y me contó sobre aquella mañana, en la ciudad helada por la nieve y miedo…” El

¿Cómo fue tu experiencia en la radio? Mi experiencia en radio fue variada. El primer programa, Me gustaría encenderte, tenía que ver con algo que me propongo hacer casi siempre: despertar en el otro la posibilidad de un nuevo camino, no pensar automáticamente. La segunda experiencia, Puertas

¿CÓMO SE PUEDE CONSEGUIR EL LIBRO? LO PUEDEN PEDIR EN ESTA DIRECCIÓN: DITUS.EDICIONES@GMAIL.COM

abiertas, llegó de la mano de un amigo. Me propuso hacer en radio lo que hacíamos cotidianamente juntos cuando íbamos a almorzar: Plantear un tema y discutirlo desde ópticas muy distintas. Luego se agregó Alicia, desde su formación de psicoterapeuta. Tuve una tercera participación en radio; fue en el programa Desayuno Americano. Allí me tocó hablar sobre dos temas que me interesan mucho: literatura y cine latinoamericano. También te gusta mucho la música Sí, conozco mucho de música y siento una particular admiración por los Beatles. Si hay algo que les reconozco, además de la impresionante originalidad, es la enorme variedad de estrategias de música que ellos eligieron. Los Beatles nos sorprendían constantemente. A mí me gusta que mis cuentos no suenen iguales en nada, que sorprendan como los temas de ellos. ¿En qué proyecto estás trabajando ahora? Estoy por editar Guijarro, un libro con poesías, una recopilación de poesías de muchas épocas. “…Entiendo lo que toco cuando el tacto está despierto para alcanzarlo. Entiendo lo que vivo si me he permitido amarlo, esto es, que me goce y me duela, que me


despierte y me calme. cuando me queme, cuando me serene y me salve. cuando intente olvidarlo y me impregne…”. Entiendo, de Guijaros. La edición te llegó recién ahora, después de haber escrito durante toda tu vida. ¿Por qué pensás que se dio? Porque vencí un fantasma que fui construyendo a lo largo del tiempo, me animé a exponerme. ¿Qué te gustaría que pase con El tiempo que cruje? Un poco lo que me está pasando. Encontrarme con gente que me ha leído, lectores que enfatizan determinadas cuestiones que le pasaron con un cuento. Por ejemplo con Los noviecitos de la línea 8 alguno recordó la línea de una forma muy particular, porque era la que usaba para ir a su casa en determinadas etapas de la vida. En el caso de Las cajas tuve la reacción de alguna persona que se sintió comprendida en la descripción de la pensión en la que vive el personaje y recordó su etapa de su llegada a Buenos Aires. Algunos también me enfatizaron que les gustó Lo ajeno, esas personas que deciden hacer el asado en la casa de los patrones y mientras están allí vivir otra vida que no es la propia.


MAYO EN LALÁ CAFÉ CON LIBROS EMILIO FRUGONI 1313 ESQ. RODÓ

14 CARLOS QUINTANA Y HERMAN KLANG. 21:30 HS. $180 15 TECUENTO - MERIENDA. 18 HS. $400 15

DIEGO FERNÁNDEZ, POPO ROMANO, ANDRÉS MONTALDO. 21:30 HS. $180

16 ESTEBAN ANTOGNAZZA. 22 HS. $80 PILONIUS ORQUESTA Y EXPOSICIÓN DE FOTOS DE 18 SEBA MAYA. 21 HS. $100

22 TECUENTO - MERIENDA. 18 HS. $400 22 NICO OYARSA Y SANTIAGO MONTORO. 22 HS. $80 23 JAVIER VÁZQUEZ. 21:30 HS. $100 25 HOBER ROSAS. 22 HS. $80 26 MATÍAS CORREA (CHILE). 22 HS. $80 27 SELENE Y ANDY. 22 HS. $50

19 ERNESTO DÍAZ. 21 HS. $200

28 GABRIELA DUYOS (ESPAÑA). 22 HS. ENTRADA LIBRE

20 AGUSTÍN CASULO. 21 HS. $60

29 SUGAR AND PEPPERS. 22 HS. ENTRADA LIBRE

21 MINERVA. 22 HS. $100

30 DIEGO GONZÁLEZ. 22 HS. $80



No suelo escribir mucho, debe ser porque prefiero contar la historia de otra manera…Y hay pocos medios donde uno tiene la oportunidad de poder libremente expresarse a través del arte y en mi caso personal a través de la FOTOGRAFÍA. Hoy en día estoy muy feliz de formar parte de un medio como LA MIRILLA. Estar cumpliendo un año de trabajo, aunque yo empecé un poco mas tarde, hace que uno tome impulso para seguir haciendo cosas independientes, sabiendo que con mucho esfuerzo y paciencia las cosas salen y perduran, sobre todo trabajando con un gran grupo humano. Pero cabe destacar que sin ustedes los lectores no seríamos nadie hoy, y es por eso que yo personalmente aprovecho el momento para agradecerles a ustedes por leernos. Un año es mucho tiempo, pero sabemos que esto recién comienza y que hay mucha tela por cortar…. ¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS PARA LA MIRILLA Y PARA TODOS NOSOTROS!!!



FOTOREPORTAJE TODOS A LOS BOTES POR ROSPA

PROGRAMA RADIAL DE "LA KLASISTA FM", CONDUCIDO POR DARÍO LARMINI





La idea que inspira estas palabras es que nuestros lectores conozcan un poco a quienes escribimos en La Mirilla. Podría decir de mí que me gusta escribir desde pequeña y me enternece leer lo que escribía a tan corta edad. Hoy escribo porque me apasiona, sobre todo en los momentos de inspiración, cuando una musa me susurra palabras al oído. Amo leer pequeños relatos, algunas palabras al azar, cuentos e historias, porque crean un mundo único, en el que puedo respirar y ser libre. Amo escribir cuando una emoción empuja desde adentro para hacerse oír y cuando las palabras bailan una atrás de otra, encadenándose de manera armoniosa para transmitir una idea. Encontré en La Mirilla un espacio fecundo para escribir con libertad y serenidad. Me gusta formar parte de este emprendimiento que hoy nos encuentra produciendo y trabajando. La creadora de este movimiento, Jessy, nos convocó hace un poco más de un año, y con generosidad y amabilidad nos invita, mes a mes, a hacer lo que nos gusta. Celebro con alegría genuina un año de escritura y lectura de la Revista La Mirilla, proyecto que nos convoca a pensar, a mirar lo que sucede a nuestro alrededor y a compartir algunas palabras con nuestros lectores.



EL ARTE Y EL FUEGO POR ANALÍA DOBROV VASILIEFF Stanislav Aristov, conocido como Pol Tergejst, es un fotógrafo ruso que realizó, entre otros trabajos, una serie de fotos sobre fósforos encendidos, quemándose. Esta producción recibió el nombre: Fósforos -en ruso: Спички-.


Stanislav es un artista accesible que de manera simple y amable respondió a mis preguntas ante mi interés en su obra. En relación a cómo surgió la idea que dio origen a la producción de esta serie de fotografías, Stanislav Aristov contó lo siguiente: “La idea sobre los fósforos es una idea espontánea. Pero algunos de los trabajos de la serie fueron producidos durante un largo periodo de tiempo”. El artista tenía que participar de un concurso y mientras contemplaba un fósforo en plena llama tuvo la idea que desembocó en este precioso y cautivante trabajo. La llama y el humo dibujan formas en el espacio, y el ojo de Stanislav capta el instante en el que algo se dibuja y entonces surge la creación. Con su cámara fotográfica registra ese instante en el que una forma emerge: un animal, un insecto, un elemento de la naturaleza. En un segundo momento, el artista realiza una intervención sobre las fotografías a través de Photoshop. Sobre esto explicó: “Photoshop es una herramienta tremenda, yo la amo. Por supuesto que el trabajo con fósforos no es posible sin Photoshop, es necesario para agregar detalles a las fotografías”. De la mano y el ojo de Stanislav asistimos a este baile de fuego y humo a partir de un fósforo que

se enciende y se consume. Fuego que genera alguna forma o simplemente dispara la imaginación del artista quien juega con lo que emerge y con el potencial: aquello que puede llegar a ser a través de una herramienta como Photoshop. El fuego es un elemento poderoso que nos convoca a su encuentro, al placer de contemplarlo. Ya sea una pequeña llama que surge de un fósforo o una vela o una gran fogata, bajo cualquiera de sus formas, el fuego ejerce una atracción a la que es difícil resistirse. Múltiples colores pueden verse en el fuego: amarillo, naranja, rojo, azul, violeta… solo es necesario permanecer y sostener la mirada por un tiempo para poder apreciarlos. Las palabras no pueden expresar la emoción que provoca una obra de arte, ese instante de apreciación que despierta la sensibilidad; experiencia que busca en vano las palabras para describirla, intento fallido de comunicar a través del lenguaje esa vivencia profunda y etérea que genera una obra de arte. Esta recomendable obra de arte digital puede conocerse en su web: http://poltergejst.com/




La escritura vista como una patada que te tira para adelante y hace que tu mente pueda estar donde quiera: eso es La Mirilla. Sin prejuicios ni ademanes bruscos, los que la componemos somos seres soñadores que confiamos en lo que piensa el de al lado. Así, pues, todos me permitieron soñar con un mundo que hasta entonces no existía para mí, y con hacerlo caminar. Este ha sido un año de confianza. De amor a lo que hacemos. De tallarines vegetarianos y vinos cortados. Con estrellas verdes en un infinito mundo de ideas, que de vez en cuando se aparecen para hacernos ver el universo de otra manera, o quizás como siempre. Lo importante es que jamás nos detendremos. No nos detendremos, y eso es lo más parecido a lo negativo de escribir para ustedes, el simple hecho de poner un “no” por delante. En ese infinito mundo de ideas yo tengo la utopía de una sociedad próspera y libre; así como sueño lo que cada vez es más una realidad con la revista.



IDEAS UTÓPICAS SOBRE UNA SOCIEDAD O NO POR SEBASTIÁN WALCH

Hijo de padres uruguayos, Lalo Morales vivía en Eslovenia. Juana y José tuvieron que partir en 1908 por un trabajo en una fábrica internacional. Decidieron irse del país no por su realidad sino porque la propuesta que habían recibido era realmente buena, pero pensaban volver en unos años. Lalo nació en Liubliana en 1909 y vino a Uruguay en 1913. Obviamente, sus raíces eran uruguayas. Los libros fueron su más hermoso juego de niño y de grande. Escribía ensayos sobre geografía, danza egipcia, política, entre otros temas, y entre los títulos de sus obras más leídas están “Agua dulce, agua salá” (sobre la contaminación en ríos y arroyos) y “Cleopatra, la reina del Nilo” (sobre el meneo de las serpientes). Pero él tenía una ideología que hasta hoy muchos dicen tener, aunque no sea así. Lalo escribió sobre una sociedad bien armada, en la que quedaban cubiertas todas las necesidades básicas, en la que fue su obra más compleja, “Cómo ser feliz en política”, que muestra una idea sobre el mundo influenciada por autores como Platón o Huxley. De este último libro se desprende un ensayo que a continuación leemos.


¿Para que viene al mundo el ser humano? Es una pregunta que hemos escuchado mil veces, que nos hemos hecho otras mil más. La respuesta: para cumplir ciertas metas. Y para llegar a esas metas hay que organizarse con otros, porque solo no se lograrían; no se lograría particularmente una que es fundamental, y para mí la más importante: ser feliz. A esa organización casi obligada es a la que llamamos sociedad. Ser feliz es un logro que, aunque necesita de otros, es personal. Es individual, es valorado y conceptuado subjetivamente, pero no le es ajeno a factores externos que posibilitan su existencia. Para ser felices necesitamos, por ejemplo, a la justicia: a una justicia que actúe con igualdad. Obviamente para distinguir lo que es justo debemos saber lo que es injusto, siendo injusto involuntariamente y no intencionalmente. Aunque a lo justo siempre se lo ve a medias y a lo injusto se lo ve como algo absoluto. Algo es justo pero siempre vamos a ver matices; mientras que si algo es injusto, es injusto y punto. No hay más que discutir. Pero no creo que sea así. No es justo que una persona discapacitada de nacimiento no pueda vivir en sociedad como uno más; no pueda acceder a los mismos trabajos, no pueda recibir el mismo trato. No pueda ser, en ocasiones, feliz. Hay que incentivar la búsqueda de una solución a esa injusticia irrevocable. Una de las soluciones a esto es la educación: darles a todos las mismas posibilidades educativas, y si hay gente que no quiere ser educada por alguna razón, que sea lo suficientemente inteligente para darse cuenta que en algo debe aportar a esa organización fantástica que es la sociedad. ¿Cuándo se da cuenta de ello? Cuando tiene necesidades básicas que cumplir y tiene que buscar cómo aportar a la sociedad, para que sea justa con él y le permita vivir tranquilo y feliz. Las necesidades básicas varían según el tiempo y el espacio en cuestión, pero a mi entender, la principal debería ser un trabajo para sustentarse; un trabajo que no le ocupe todo el día, y que le permita luego dedicarse a lo que quiera. No digo que el techo no sea algo esencial: digo que con el trabajo como sustento ya se tendría un techo y comida, así como una ducha caliente y libros. Quizás en la época de Platón, y hasta no hace mucho, la comunicación y los medios de comunicación no eran abundantes y muchas veces se oía a una sola campana. Necesitamos que existen tantos medios de comunicación como personas enterarse de lo que sucedió en el Éufrates o en Rincón del Bonete. Platón plantea que las

necesidades son la vestimenta, el alimento y la vivienda; pienso, en cambio, que esas son cosas que en el mundo de hoy se logran primero con un trabajo. Si en un Estado actual las necesidades básicas a cumplir fueran esas estaríamos tratando de vago a los ciudadanos. El ciudadano debe ser los más independiente posible del Estado, independiente en el sentido que no dependa de los movimientos o decisiones del Estado para vivir, sino que dependa de su propio trabajo y de que las tareas de estado funcionen a la par de su trabajo. Teniendo un trabajo y el tiempo libre para realizar lo que él quiera podemos decir que se puede llegar a la felicidad. Porque en ese tiempo libre puede dedicarse a leer un libro, a tocar algún instrumento musical, a escribir versos inspirados en el amor. El amor o el desamor como motor para crear. ¿Porque el desamor? Porque cuando uno sufre un rechazo amoroso lo primero que piensa es en matarse. Pero no, ese ser humano debe intentar dignificar esa tristeza y realizar cosas que lo mejoren. ¿Pero cómo se puede ser feliz cuando un amor nos dice que no? Es una felicidad amarga, amarga pero fructífera ya que lo que escribimos o compusimos musicalmente pueden gustarle a otras personas y allí se dan otras


relaciones interpersonales. Cuando uno intenta hacer esto lo que busca es la eternidad, mantener su nombre en la historia, aportar algo que ayude a que la humanidad siga hacia adelante. Hablemos de educación para los más jóvenes y para aquellos que decidan seguir adelante con sus estudios luego de obtener un trabajo. Pero la educación entendida como una herramienta para brindar información y conocimiento. No como manipulación para hacer aprender lo que le conviene al Estado. Por el contrario cuanto más información y saberes contenga el joven, más herramientas tendrá para mejorar el futuro de la región. Pero tenemos ese problema de que a los jóvenes les cuesta estudiar y formarse. Intentemos explicarles los beneficios que tiene leer un libro o instruirse en una materia, cosa que poca gente lo dice; al volverse más inteligente, la pimienta de la persona aumenta y se crea un ser más instruido, un ser con el cual se puede conversar y discutir de ciertos temas sin tener que pelear, un ser que le irá mejor en el amor, será más interesante de conocer. El arte y el amor como cosas que van de la mano. El amor como inspiración para crear una obra de arte. Se necesitan héroes y actos de nobleza para que los demás vean que

“EL ARTE Y EL AMOR COMO COSAS QUE VAN DE LA MANO. EL AMOR COMO INSPIRACIÓN PARA CREAR UNA OBRA DE ARTE. “

es lo justo y puedan imitar esas acciones. Siendo nobles, cumpliendo con su trabajo y realizando algo que mejore en la intelectualidad e imaginación al ciudadano podemos decir que estaría dando un ejemplo a seguir para los demás ciudadanos. Huxley elimina el amor de su mundo. Cree que no sirve porque quitaría tiempo para cumplir con la tarea de cada uno. Es un mundo totalmente objetivo el Huxley. La subjetividad es erradicada por completo ya que no es necesario que exista por la simple razón que no sirve para crecer como sociedad. Para que una sociedad sea sana y no tenga que preocuparse por razones que no son inherentes al crecimiento social. Así los humanos ya vienen predestinados a formar parte de tal o cual casta, a que si tienen un problema tomen una droga para sentirse mejor, a saciar la sexualidad con cuando se les plazca, a no realizar juramentos de fidelidad. Aquí también elimina todo tipo de religión, la guerra no existe ya que nadie necesita más de lo que tiene. Pero siendo así es porque estamos condicionados, modificados desde una fábrica que se encarga de crear esos seres que solo nacen para cumplir una función y ser económicamente activos para la sociedad, que gasten en viajes para el transporte, que vayan al cine para distraerse, pero no por decisión propia sino justamente para saciar esa sed de sexo animal. Es lo más parecido a los chanchos, no se piensa, se actúa condicionado desde esa fábrica que nos dice que debemos hacer y que eso que hacemos es lo suficiente para ser feliz. NO! No es suficiente porque no estoy usando la razón! Soy algo que debe cumplir con ciertos parámetros y luego irme a dormir para que el siguiente día sea igual. Se pierde el pasado y el futuro, se vive en un constante presente dando vuelta al mismo tornillo todos los días. Si hablamos de organizarnos tenemos que tener en cuenta que necesitamos líderes, más que jefes. El jefe va a decir lo que tenemos que hacer desde su postura, mientras que un líder nos acompañará en ese camino, trabajando juntos con sus liderados. Siempre existirá una pirámide donde estarán los de arriba y los de abajo. Pero a la hora de gobernar, a la hora de comenzar a guiar a la sociedad a un futuro mejor, es necesario que existan líderes esparcidos por toda sociedad. Debe haber tantos líderes como regiones o ciudades tenga el Estado. Que no haya un líder para un país, sino que ese país tenga tantos líderes como ciudades haya. Dividimos así el poder para que cada ciudadano tenga un mayor poder de decisión en las cuestiones del gobierno de la ciudad o


región; así también creamos no solo identidad en los ciudadanos, sino que los hacemos responsables del mismo futuro de los suyos en la región. Creo que uno de los grandes errores de la humanidad es la religión como institución ya que tiene líderes que manejan los hilos de estas mentiras bañadas de realidad y fantasía. La religión como clase social en la antigüedad, como consejera más adelante y como una salida a la vida mundana de la actualidad. Líneas atrás hablo del amor y si hay algo que no congenia es la religión y el amor. Esta es una de las aristas del significado de la eternidad. Las personas se casan para jurarse amor eterno frente a la institución. Y no me parece mal si es la creencia de esas personas. Pero al existir el divorcio debemos darnos cuenta que estamos yendo contra la misma institución. ¿Esta no es una razón para ver que no todo es eterno? Por el contrario quiebro una lanza por la religión; en algún momento se les ocurrió escribir los diez mandamientos y debo reconocer que esos diez mandamientos deberían ser para la humanidad y no solo para los de la religión en cuestión. Estoy en desacuerdo en casi todo con esta religión, y con las demás, pero es como el Yin y el Yang. Creo esto: El problema no son los ideales (Dígase Catolicismo, Capitalismo, Nacismo, Izquierdismo, etc) sino las personas que lo llevan a cabo, los intereses que genera tener poder. El Poder es algo que corrompe de una manera escalofriante. Por eso para que no corrompa debe de estar dividido. No debe haber un solo poder que ejerza la legislación general del Estado, sino debe de haber un poder por región. Defino poder como a la o las personas que ejerzan la gestión de la región. Obviamente la democracia es la voz del pueblo y el pueblo es el que elige a los líderes. Pero esa elección se haría de esta manera: Primero se elige al líder regional y esos líderes regionales son los que eligen al líder general del Estado. Y si hablamos de unión e identidad en el Estado, Platón habla de una noble mentira para crear idiosincrasia; Creo que a la hora de gobernar o llevar adelante el Estado no es necesario generar una mentira para que este crezca, por el contrario es necesario que haya un futuro marcado. Los ciudadanos del Estado deben saber de igual manera de dónde venimos, la historia de la región y hacia dónde vamos, marcar pautas para el futuro, que el ciudadano comprenda que se ha pensado en mejorar la región. No estoy poniendo en igual importancia a la historia y el futuro. Por el contrario creo que

debe haber, por obvias razones, registros de la historia del Estado, pero lo más importante siempre es lo que está por pasar. Lo más importante es saber que se tiene que trabajar para mejorar lo que se tiene en el presente. El presente lo tomamos como la preparación para un futuro mejor. Se debe crear conciencia de que el pasado es una herramienta para ir estudiando en el presenta y poder construir un futuro. Suena a política esta frase, pues no es el fin de este Estado. No es hacer política por el simple hecho de ganar votos, decimos que el ciudadano será ilustrado, entonces sabrá analizar las propuesta de los otros ciudadanos que aspiren a ser líder. Digo aspiren porque no tiene por qué haber uno solo, pueden ser varios y el voto sería la manera de elegirlos. Conclusión Podemos decir que en este Estado se priorizara la educación del ciudadano para sepa cómo elegir y porqué elegir un candidato a líder para la región. No solo crear conciencia sino también alimentar el corazón con el amor como, no solo alegría o tristeza, sino como medio de inspiración y conocimiento. El arte, no como un medio, sino como esparcimiento y expresión de ser humano. Limitar al poder para que no se corrompa y se pueda gobernar de manera justa. La justicia la hacen todos los ciudadanos ilustrados mostrando sus aptitudes para discurrir sobre temas de importancia para la región. La base de la sociedad es el trabajo y dando la posibilidad a que los ciudadanos puedan lograr las cosas básica por si solos, tenemos ese poder de razonar y distinguir que es lo mejor para nosotros y para los demás. Creo realmente que todo lo que expreso en este ensayo es una utopía línea a línea. Pero teniendo un papel y la oportunidad de que alguien lea lo que pienso, no quiero desaprovechar la oportunidad de mostrar que se puede hacer una utopía en un mundo de realidades.

“PERO AL EXISTIR EL DIVORCIO DEBEMOS DARNOS CUENTA QUE ESTAMOS YENDO CONTRA LA MISMA INSTITUCIÓN. ¿ESTA NO ES UNA RAZÓN PARA VER QUE NO TODO ES ETERNO? “




¿Qué me dejó este primer año de La Mirilla? Para ser muy sincera miles de cosas y por suerte todas positivas. Como profesional me permitió llegar a muchos lectores que no me conocían y compartir mi vocación y lo que amo, el periodismo gastronómico. Poco a poco uno se va soltando, adquiriendo mayor seguridad; es tanta la satisfacción de saber que lo que uno hace gusta y que es un pequeño granito de arena que suma para que este hermoso proyecto, número a número, tome más fuerza y se posicione en el medio con más valor. Si bien no es sencillo (hablo de mi caso en particular) definir tema para escribir, siempre tengo miles de cosas dando vuelta en la cabeza todo el tiempo. Me cuesta inclinarme por uno en especial, generalmente es lo que dicte el instinto. Toda y cada una de las notas me dieron mucho placer escribirlas. Brindo por un nuevo año lleno de sueños y por miles de metas nuevas a cumplir. ¡Salud!



A medida que fui leyendo el prólogo de mis compañeros, me di cuenta qué es lo que hace especial a La Mirilla. Probablemente, con la variada oferta que existe hoy en día en Internet en lo que a contenidos respecta, muchos crean que somos uno más. Pero lo especial del proyecto es que todos encontramos en las páginas de la revista un espacio más donde ser nosotros mismos, donde dejarnos arrastrar por la pasión de lo que hacemos, ya sea escribir relatos, ser periodistas, fotógrafos, cómplices momentáneos con los que nos han leído a través de nuestras ediciones, sin condiciones, sin reparos, con la libertad que se merece nuestro trabajo y nuestra creación. Y no solo eso, sino que el grupo variopinto que conforma nuestra redacción itinerante elige una y otra vez confiar en sus compañeros, en sus colegas -aun cuando muchos no hemos estado frente a frente-, con el fin de seguir construyendo el proyecto aun sin saber el destino cierto, lo que hace esta aventura aun más atrapante. Hay gente con ideas, con ganas de tender puentes, con ganas de crear y de hacer. Eso es lo que mueve el mundo y agradezco a mis compañeros por mover el nuestro. ¡Salud!



LAS REDES TEJEN SUEÑOS: #YAMECANSE POR JESSICA CONDE Fotos de Ray Marmolejo/Cortesía de Ya me cansé

Hay tragedias que marcan de forma indeleble a los pueblos. Ayotzinapa es, sin dudas, una herida profunda en un México que se ha convertido en víctima y en victimario. Pero a su vez, representa el detonante que despertó a un gigante que se niega a dejarse devorar por la violencia y la impunidad y que, a través de innumerables expresiones ciudadanas, grita a viva voz: Ya me cansé… pero también propongo.


Hay un discurso que la clase política reproduce casi por instinto. Es el de construir juntos el camino y participar activamente como ciudadanos. ¿Pero qué pasa cuando la ciudadanía efectivamente propone acciones concretas? Esa es una pregunta que impulsa la iniciativa “Ya Me Cansé, Por Eso Propongo”, conformada por un colectivo de organizaciones que busca encauzar el descontento manifestado en las redes sociales y transformarlo en un ejemplo de participación ciudadana y expresión popular, que surge en medio de un clima de agitación, cuyo detonante fue la desaparición forzada de 43 estudiantes de la escuela Normal rural de Ayotzinapa. Ya me cansé, por eso propongo, nace en noviembre de 2014 como respuesta a la movilización social en torno al hashtag #YaMeCanse, creado a partir de las declaraciones en conferencia de prensa de Murillo Karam, Procurador de la República, sobre la desaparición de los estudiantes el 7 de noviembre de 2014. “El objetivo consiste en ir más allá de los posteos en redes sociales al materializar las propuestas en forma de tarjetas postales para que sean vistas por la sociedad civil y el gobierno”, nos cuentan los integrantes del proyecto en comunicación con La Mirilla desde México.

Surgir de las cenizas La iniciativa invita a los ciudadanos a generar propuestas para mejorar la situación política, social y económica, a través de la creación de una postal. Impresas desde el 2 de marzo, ya han sido entregadas al poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, junto a un resumen de los principales temas que surgieron a través de ellas, llamado “Diez Batallas Ciudadanas”. Estos ejes son el fruto de un análisis cuantitativo y cualitativo de los contenidos de las postales, donde se identificaron los principales temas con el fin de generar un documento que ayude a definir una agenda ciudadana en la presente coyuntura. “El 3 de marzo las exhibimos y leímos en voz alta en la plaza del Monumento a la Revolución en la ciudad de México. En los próximos meses continuaremos con las exhibiciones, foros de discusión y presentaciones de las propuestas ciudadanas”, señalan desde #yamecanse. Entre el 14 de noviembre de 2014 y el 22 de febrero de 2015, los ciudadanos tuvieron la oportunidad de manifestarse a través de la página web www.poresopropongo.mx. Allí, las personas pudieron subir una imagen y escribir una propuesta, y así generar su propia postal. “Puede ir desde lo individual y muy específico hasta las grandes reformas generales que a juicio personal son las que el país necesita

para enfrentar este difícil momento. Más allá del espacio en cada postal, no hay límites ni censura”, indican. Si bien es difícil el ejercicio de transformar la queja en una propuesta -siempre es más fácil reclamar que participar activamente- la respuesta fue muy buena. “Hubo una gran respuesta, considerando no sólo las ocho mil postales que recibimos sino el hecho de que varios grupos replicaron esta iniciativa en sus propias comunidades”. Es así que varios grupos replicaron la actividad en diferentes ámbitos y localidades, como por ejemplo “Ya Me Cansé, Por Eso Propongo en Jocotepec”, jóvenes universitarios en Metepec -que trasladaron sus propuestas a un diputado local-, la Escuela de Lancaster, entre otros. Creemos que parte fundamental de esta iniciativa es el proceso de toma de conciencia y el compromiso que implica ponerse a pensar en qué cambios queremos y compartir una propuesta al respecto. Es parte de un proceso de participación cívica y reconstrucción del tejido social que creemos que es lo fundamental para una verdadera democracia, para así lograr los cambios que queremos. Es la idea de que la participación no sólo es en las urnas y no sólo es por medio de líderes o expertos, sino de ciudadano a ciudadano”.


“EL COLECTIVO ESTÁ CONFORMADO POR JÓVENES ACADÉMICOS, CINEASTAS, ESCRITORES, ACTORES, ACTIVISTAS Y DISEÑADORES Y NO TIENE APOYO NI VÍNCULO CON NINGÚN TIPO DE INSTITUCIÓN GUBERNAMENTAL, POLÍTICA, EMPRESARIAL O RELIGIOSA. LOS COLECTIVOS DE ARTISTAS Y TRABAJADORES DE LA CULTURA, EL GRITO MÁS FUERTE Y BALA BUENA, ASÍ COMO SOPITAS.COM SE SUMARON A LA INICIATIVA Y LOS VIDEOS DE PROMOCIÓN QUE CREARON PARA APOYARLA TIENEN MÁS DE 150,000 VISITAS ENTRE LOS DISTINTOS CANALES DE VIDEO EN LA RED”. #YAMECANSE


De la postal a la acción Procesada la participación de la población, el desafío siguiente es lograr que las propuestas generen un impacto tangible y se traduzcan en una agenda que pueda generar políticas reales. Al respecto, desde la organización nos cuentan que continuarán trabajando en diferentes frentes, para poder ejercer presión en la clase política y lograr los cambios necesarios. “Por un lado queremos crear conciencia sobre la importancia de estas propuestas por medio de foros de debate y discusión en espacios públicos; por otro lado, insistiremos ante las instancias de gobierno que nos recibieron para que se comprometan a llevar a cabo reformas en los temas de las diez batallas ciudadanas y otras propuestas ciudadanas incluidas en las postales; y trabajaremos con organizaciones de la sociedad civil como las que ya se han sumado para complementar y apoyar el trabajo que ya se hace en muchos de estos temas en los que la ciudadanía quiere cambios”. Estas constituyen las líneas de trabajo de un proyecto al que aún le resta camino por hacer, pero que se ha comprometido en oficiar de plataforma para el empoderamiento de la población mexicana, que cada vez busca más espacios para mostrar su descontento e involucrarse en la reconstrucción del tejido social, minado

por la lucha contra el narcotráfico y los vaivenes de la vida política del país. A medida que uno lee las postales, comienzan a perfilarse algunos ejes de descontento: el rechazo a la partidocracia, la indiferencia de los círculos de poder frente al reclamo popular, la impunidad reinante y la incapacidad de los gobernantes -sean Gobierno u oposición- de constituirse como una fuerza capaz de atender la situación actual de México. Entre líneas, uno puede sentir esa voz que dice, como un secreto a voces, que ya no existe la democracia como tal. Pero también hay redes que se están tejiendo y que coinciden en que el camino es generar conciencia y que la ciudadanía deje de ser un mero espectador y se convierta en artífice de los cambios, reclamando, proponiendo, participando de la vida democrática del país. Ya me cansé propone una instancia más de expresión ciudadana, de democracia, que ciertamente se ve reducida en muchas ocasiones a la expresión mediante el voto, como mecanismo de censura o aval para los gobernantes. Es una interpelación directa al Gobierno, una muestra de que el pueblo también puede articular su propia agenda y que está dispuesto a luchar por ella. Una muestra de que tiene herramientas para articular su sentir, su inteligencia colectiva, utilizando no sólo las redes sociales y

la tecnología, sino su creatividad, su cotidianidad perdida de vista por los políticos que parecen alejarse cada vez más de sus gobernados. Una propuesta que nace desde la indignación, pero cuyas raíces, nutridas por las propuestas de la sociedad mexicana, prometen dar sus frutos.


“AYOTZINAPA HA MARCADO UN ANTES Y UN DESPUÉS EN MÉXICO. HAY UNA TOMA DE CONCIENCIA GENERALIZADA SOBRE LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CONTRA EL NARCO, LA VIOLENCIA QUE IMPERA EN EL PAÍS Y SUS CAUSAS ESTRUCTURALES. LOS MEXICANOS SIGUEN EXIGIENDO JUSTICIA, NO SÓLO POR LOS 43 SINO POR LOS MILES DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS DE LOS ÚLTIMOS OCHO AÑOS. NO ESTAMOS SATISFECHOS CON LAS RESPUESTAS QUE HA DADO EL GOBIERNO, TANTO A ESTE CASO, COMO A LAS RAZONES DE FONDO POR LAS QUE OCURRIÓ ESTO, Y MILES DE OTROS CASOS DE VIOLENCIA, CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD”.



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