La Mirilla - Número 29

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Año IV - Número 29/ Abril 2018

Entrevista

FLOR NÚÑEZ Frutos nativos

SABORES CON IDENTIDAD NACIONAL Claudio Taddei Caso Balcedo y el Diario Hoy

Música

EL CANTO LIBRE DE ATAHUALPA YUPANQUI Fotoreportaje

LAS PANTERAS DE BENGUELA Autoconvocados: Conflicto rural en Uruguay


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CONTENIDO 8_ _Entrevista: Flor Núñez

14_ El secreto de sus ojos. Autismo en Uruguay_

22_En la mira

46_ El canto libre de Atahualpa Yupanqui

24_ CONFLICTO RURAL EN URUGUAY_


DISEÑO QUE INSPIRA

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Floresta - Estudio botánico

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Editora Belén Fourment Colaboran en este número

_SABOR CON IDENTIDAD NACIONAL

Andrea Sallé Onetto Belén Fourment Playnes Bruno Larghero Cecilia DP Jessica Conde Gabriela Viera Vivian Lettier Sebastián Walch Matías Ruíz Díaz Marcelo Aste Richard Conde Catalina Bertón Rodrigo Guerra Diseño Jessica Conde

32_ _El lado oscuro del lujo

Ilustraciones LuTTe Contacto redaccion@revistalamirilla.com

60_ Más allá de lo urbano: el

campo en Montevideo 41_ Mujeres que viajan solas

86_ Teatro en el ámbito de la educación

Web www.revistalamirilla.com

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Dirección Jessica Conde


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Estas pรกginas ya no tienen quien les escriba una historia #niunamenos


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C

Roberto escucha discos

CAP. 11 ¿QUIÉN IBA A DECIR QUE PARA EL SUR EL NORTE ESTÁ LEJOS? Claudio Taddei Para el sur el norte está lejos. 2003

laudio Taddei es la verdadera mezcla de estilos de la cuenca del Plata. A todo le da un toque de rock, con letras reflejando realidades que por esos años sucedían por acá. El polifuncional artista se dedicó durante los noventa a producir y grabar sus propios discos y otros ajenos. Por sus manos pasaron, por ejemplo, el primer disco de La Vela Puerca y otro en homenaje a los Estómagos. Ese disco, “Extrañas Visiones”, es una recopilación de temas de la extinguida banda con artistas que rodaban en ese momento, entre los que están los Supersónicos, Buenos Muchachos, La Tabaré y el mismo Claudio. El disco de hoy arranca con una milonga a modo de presentación de la temática del disco. Es una milonga eléctrica, seguida de un llamado de atención como “Para el Sur el Norte está lejos”, que tiene todo lo que se vivía por estos lados en la época. Habla de la realidad y las verdades que te “enseñan” en un tiempo, y luego comprendés que la realidad es otra cosa. Ese mapa de la escuela, Taddei lo venía dibujando a su manera hace rato. Con milonga, son cubano, folklore, chacarera, murga, candombe, funk, todo eso con actitud rock; con sus letras reflexivas y la música, invita a que se le preste bastante atención. En la lista de temas más adelante sigue “Rey Momo”; a marcha camión nos lleva a recorrer todo lo que tiene que ver con el punk, el rock sinfónico y por algunas atmósferas muy Zeppelin o Deep Purple. El estilo que mejor define a Taddei es la mezcla de candombe con funk en “Van a temblar”. La complejidad de esta canción se comprende solamente si se logra escuchar una cuerda de tambores sola, para luego, agregarle todos los condimentos de Taddei y así lograr esta exquisitez. ¡Ah! Y le agrega un relato de fútbol. Por las dudas. Y en su penúltimo tema nos muestra esa base rock que todo disco de Taddei tiene, y que él sabe manejar, al punto de darle mucha importancia a los movimiento del bajo encima del riff apto para el peludeo general. Se nos va, dice en esta canción. Y al final cierra con una canción de cuna, de las más hermosas canciones de cuna que he escuchado en mi vida. ¡Maestro! ¡Taddei es uruguayo! Recomendamos rodearse de una mañana calma, mate y unas bolsitas que venden por acá en las farmacias, para comprender los significados de cada recoveco de este disco.


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_RECOMENDADOS

SIN MALETAS Margarita Sola Editorial ïcono

“Con Sin maletas se busca reconocer las contribuciones que los refugiados aportan a las sociedades en las que conviven y se toman como ejemplo las historias de nueve migrantes forzados, algunos de ellos solitarios en medio de mundos inexplorados y otros desafiando lo desconocido con sus parejas e hijos. Gracias a las plumas finas, las entrevistas en profundidad y la prosa cautivante de los periodistas Agustina Grasso, Maddalena Liccione, Florencia Ángeles, Yabo Mora, Modesto Frías, Ximena Vélez, Luis Chaparro, Margarita Solano, Érika González y Gabriela Benazar, que nos llevan a mundos inhóspitos, peligros frenéticos, desafíos vitales, podemos comprender de qué material están hechos Pascal Kamate Kavigha, Wali, Filemón, Souheil, Dymitro, Yanina y su hijo Tymur, y Essa Hassan, como para haber padecido la persecución en su tierra natal, haber vivido aventuras tan peligrosas en las rutas de escape y estar hoy no solo vivos, sino también reconciliados, casi todos, con la especie humana, que en sus lugares de acogida ha demostrado que siempre será posible empezar de nuevo y encontrar caminos de convivencia”. Olga Behar

EN CONCIERTO Buenos Muchachos 28 de abril, 21.00. Teatro de Verano Montevideo La banda uruguaya presenta su último de disco, el octavo de su carrera, que no lleva nombre y es uno de los mejores —sino el mejor— que ha hecho, en el mismo escenario donde se presentó su anterior trabajo, Nidal. Las entradas se venden por Red UTS.

EN INTERNET Revista Harta harta.uy Hoy más que nunca es necesaria la creación de contenidos con una perspectiva feminista. En un mundo en el que la mayoría de las publicaciones perpetúan los estereotipos de género y el machismo, pensar contenidos para adolescentes es un reto. Y Harta, proyecto que surge en el seno de un colectivo feminista, decidió aceptarlo. Los temas que tocan incluyen salud sexual y reproductiva, sexualidad, salud, relaciones y feminismo. Además,

EN PANTALLA Avengers: Infinity war Tras diez años de creación y expansión del universo Marvel, llega la confrontación que promete ser la más grande de todos los tiempos. Esta nueva entrega de Avengers trae la amenza de Thanos, que viene dispuesto a arrasar con el universo entero, Avengers incluídos. Piedras del infinito, cruces de superhéroes y la sensación de que va llegando el fin de un ciclo copan el cine desde el 26 de abril.

EN LA CIUDAD Carnaval 2018 Montevideo Vuelve el festival de gastronomía de Montevideo. Dos días para compartir y disfrutar lo mejor de la gastronomía uruguaya con cocineros, foodtrucks y productores juntos en un ambiente pensado para degustar de la mejor manera. La cita es el próximo sábado de mayo de 12:00 a 20:00 horas y el domingo de mayo de 12:00 a 18:00 horas La entrada es gratuita y abierta a todo público

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DESTACADO DEL MES


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ENTREVISTA


POR BELÉN FOURMENT PLAYNES FOTOS: BRUNO LARGHERO

Acaba de vivir sus tres meses más activos como cantante, y está lista para que su último disco Palabra clásica le siga trayendo alegrías. En Rocha le dio forma a su canto y sus canciones, y en Montevideo se proyectó como cantautora primero, y ahora como chica pop que avanza por un camino firme. Esta es la historia de Florencia Nuñez.

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UN MUNDO HECHO DE PALABRAS CLÁSICAS


ENTREVISTA

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Los discos se descifran, no se escuchan. Tienes que descascararlos, sacarle piel a piel como a la cebolla para ver qué hay atrás, porque capaz es todo rimbombante y empezás a escarbar y no hay nada. O hay discos en los que empezás a escarbar y a descubrir colores y texturas”, dice Florencia Nuñez. Habla de su vínculo con Adele, a quien no le prestó demasiada atención en su momento, apabullada por lo mainstream de su disco 21, y ante quien se rindió con las canciones de 25, sobre todo con “When We Were Young”. Pero bien podría estar hablando de Palabra clásica, su segundo álbum, el que la ha tenido tocando a menudo en este primer trimestre del año. Gracias a ese disco, el suyo fue uno de los nombres más repetidos en las actividades musicales de marzo, por el mes de la mujer, y eso fue el broche de los que con seguridad fueron los tres meses más activos de su historia como cantante. A saber (y en desorden): Tocó en La Fiesta de La X como invitada de Nicolás Molina Tocó en La Paloma y La Pedrera con Franny Glass Cerró el TEDx de Cabo Polonio Compartió fecha con Fernando Cabrera en el patio de la Sala del Museo Y en La Plata, Argentina, con su colega Paula Maffía Pasó música en el boliche Brawn Transmitió un par de ensayos en vivo en sus redes Fue parte del concierto Brecha de género de la revista Brecha Cantó en la Fiesta del Río de Santiago Vázquez Tocó en la ciudad de Rocha Musicalizó la inauguración de la exposición internacional Vivan las mujeres Volvió a cantar en la Semana Criolla del Prado Esta charla, sin embargo, fue bastante antes que Palabra clásica la pusiera a rodar. Fue con Palabra clásica recién salido del horno (o casi, porque la edición física todavía no estaba lista), previo a presentarlo en una Trastienda llena, con banda completa y un par de invitados de lujo, Estela Magnone y Martín Buscaglia. Para ese momento, Florencia Núñez, que a veces sueña con Joan Baez y lo cuenta en sus conciertos, no sabía que su álbum iba a aparecer en la lista de los mejores discos del año de los principales medios de prensa escrita uruguayos, y que iba a recibir críticas de primera línea. No sabía que ese giro pop que dio desde la cantautora folk que era en su inicial Mesopotamia, y que algún cuestionamiento interno le generó, iba a ser recibido de brazos abiertos por periodistas, sus colegas y público en


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general. En paralelo al coro, Florencia jugaba a imitar a Shakira, Para ese momento, la rochense decía que su nuevo disco ídola obvia de su infancia y primera adolescencia de fines se fue desarrollando naturalmente pop, aunque también de los noventa y principios de los 2000. Asegura que la ella —aunque le costaba imaginarlo— lo quería así de imitaba igual, que le pedían que cantara “Ojos así”, y pop. Lo descubrió a partir de canciones como “Bailo en que lo disfrutó hasta que naturalmente se fue alejando la silla”, pegadiza y bailable, o dándose cuenta de que de de ella, al tiempo que la colombiana se distanciaba de su primer álbum, cada vez menos temas eran divertidos su primer pop rock para pasar al reggaetón, a lo urbano de tocar en vivo. Y ante todo, en el escenario hay que y a una imagen mucho más sexual que la rebelde de sus divertirse. primeros años. “Yo tenía 13 años y estaba rockeando A partir de esos dos hallazgos, Florencia le fue dando para adentro, y me sentía identificada con lo que era ella”, forma a un disco que al final terminó siendo una joyita dice Florencia, “y después pasó lo que pasó. Una pena, pop, con ciertos toques de canción popular y folclórica, porque uno podía aspirar a ser como ella, y ahora querés pero con un rumbo bien definido. Las canciones hablan lo opuesto. Y es horrible sentir eso”. de nuevos asuntos —o de los mismos que Mesopotamia, Ahora, que aprendió a valorar a Adele y que es fanática pero desde otro lugar, desde otra perspectiva— y su voz de Natalia Lafourcade —“¡Qué disco de la puta madre!”, muestra nuevos matices y dice sobre Hasta la raíz de posibilidades. “Y me gustó la mexicana—, Florencia FLORENCIA LE FUE ver cómo iba cambiando la Núñez no quiere ser como voz”, dijo. nadie, porque ya pudo definir DANDO FORMA A UN ¿Pero quién era, o quién fue, su propia identidad artística. Florencia Núñez antes de Ahora, de hecho, le toca DISCO QUE AL FINAL luchar contra las etiquetas y grabar discos? las comparaciones. Las cuerdas de la guitarra “Y además”, dice volviendo a TERMINÓ SIENDO su adolescencia, “había una Florencia Núñez cantó UNA JOYITA POP, CON guitarra en casa que era de siempre, o desde siempre, mi padre cuando había sido pero a los ocho años se CIERTOS TOQUES DE joven, pero era diestra y yo volvió cosa seria. Hubo una no podía hacer nada. El que prueba para entrar al coro tocaba era mi hermano más CANCIÓN POPULAR departamental de Primaria, grande, y yo lo ayudaba y la eligieron, llegó con la Y FOLCLÓRICA, PERO cantaba, y era la diversión”. novedad a su casa y sus Allí Florencia, que es hermanos varones (uno más supo que quería ser CON UN RUMBO BIEN zurda, grande y uno más chico) guitarrista y supo también le tomaron el pelo. “¿Te que no le iba a ser nada fácil. DEFINIDO acordás del bullying que Empezó las clases con me hicieron cuando entré al Enrique Cabrera en agosto, coro?”, le pregunta al menor, con la guitarra de un amigo que está en una habitación contigua y no sabe de qué le de su hermano a la que le dio vuelta las cuerdas, y su está hablando su hermana. primera guitarra propia la consiguió unos meses después. “Típico bullying de hermana del medio”, insiste la cantante Se fue a Buenos Aires con todo el entusiasmo, e hizo y asegura que, para ella, “era religioso ir al coro, no podía “todo lo que no hay que hacer: me compré una guitarra faltar; era la ocasión que tenía de cantar, y de hacerlo cara, dura, de acero, rockera, verde y negra. Era re linda con gente que también se colgaba”. Allí, en la ciudad de pero no me servía para nada; era diestra, le dieron vuelta Rocha, con sus amigas, le fue prestando atención a esa las cuerdas, y trasteaba y mentía”. llamita que se prendía cuando se ponía a cantar. Por si faltaba algo, nadie en su grupo tenía cuerdas de “Ahí empecé a ir a canto y me di cuenta que era la acero, así que Florencia y su guitarra desentonaban. Y al situación que más me copaba. Aparte el coro estaba final a la guitarra linda, cara, rockera, verde, la tuvo que bueno, vinimos a Montevideo a cantar. Todas esas cosas vender. me ponían contenta y yo me daba cuenta que le dedicaba Pero siguió tocando porque le gustaba, le era fácil y mucha energía, y me alegraba”, dice. porque además, apenas aprendió a tocar empezó a


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ENTREVISTA

escribir canciones. “Canciones horribles”, dice, “pero eran un ejercicio lindo, y tenía a mis cuatro o cinco amigos del liceo que eran mis fans: me escuchaban, les copaba, grababan los casetes”. Ahora, con dos discos editados, se acuerda de eso y sonríe. Después del liceo Florencia, sus rulos, su guitarra y sus canciones se vinieron a Montevideo a estudiar Comunicación, y se instalaron en una residencia de hermanas capuchinas. En Montevideo había mucho más para hacer que en Rocha pero, sobre todo, había más gente haciendo música, y no le costó nada integrarse a las mujeres del circuito. “Samantha Navarro se acuerda patente cuando me conoció, porque yo tenía el pelo enorme, un grabador porque estaba haciendo cosas para la facultad, y no se olvida más de esa imagen”, cuenta. “Empecé a vincularme también desde el lado de la comunicación, y cuando salí de esa etapa ya fue diferente porque nos cruzábamos en otros lugares. Sé que soy de las más chicas, pero me sentí integrada al toque”. Con Samantha Navarro, su amiga y referente Estela Magnone, Rossana Taddei, Diane Denoir, Papina De Palma que es de su generación, compartió escenario en marzo en la Zitarrosa. Y si eso no es muestra de su integración, el año pasado, Laura Canoura que es tal vez la cantante mujer más popular de la música uruguaya, llenó el Auditorio del Sodre y en su repertorio versionó “Pacto”, del disco Palabra clásica de Florencia Nuñez. “Decir que a los músicos se nos va la vida por las canciones no es nuevo. Cuando arranqué a componer, jamás me hubiera imaginado esto tan hermoso que viví cuando Laura Canoura, totalmente encendida en el escenario, cerró un estupendo concierto en el Auditorio Nacional con esta versión increíble de ‘Pacto’”, escribió la rochense en su página de Facebook, después del show, agradecida por semejante regalo. Las vueltas de la vida La misma Laura Canoura que versionó un tema suyo en un concierto ante más de 1.000 personas, fue lateralmente la responsable de que Florencia Nuñez hiciera su Mesopotamia y, un par de años después, su precioso Palabra clásica. En cada verano desde los 16 años, Florencia tuvo un trabajo part time en su departamento natal, en general como recepcionista de hoteles, y en ese tiempo empezó a tocar, una vez cada tanto, con Santiago “Pata” Miraglia que hoy sigue integrando su banda, y que siempre le siguió sus viajes. Florencia puso sus canciones sobre la mesa y ahí salieron, en plan hippie con un cajón peruano

“ME DI CUENTA QUE CANTAR SITUACIÓN QUE MÁS ME COPA


ERA LA ABA”

PERFIL

DISCOS: Mesopotamia (2014) y Palabra clásica (2017); antes editó el EP Estas canciones no están en ningún disco (2011). PREMIOS: Premio Graffiti a Mejor álbum indie por Mesopotamia, Premio Nacional de Música en la categoría Rock, pop y tendencias por “Pacto”, Premio Ibermúsicas.

—”Siempre hay momentos para ser hippie, y ese fue el mío”, dice—, a tocarlas en público. Tocaron ocho días seguidos en un mismo lugar, en una experiencia bastante íntima de canciones propias y ajenas, y en pleno entusiasmo, la llamaron para abrir un concierto de Uruguay a Toda Costa de Laura Canoura. “Fue mi primera vez en un escenario pro y estuvo de más; nunca me voy a olvidar porque la gente se re colgó, me preguntaban dónde compraban el disco y yo ni había grabado el EP. O sea, la gente pedía otra y hacía palmas de algo que nunca habían escuchado a su vida”, cuenta. Será por sus rulos, su simpatía o sus canciones sensibles y pegadizas, pero a Florencia Nuñez siempre la reciben bien. Cuando en diciembre de 2016 le abrió a Julieta Venegas en un ventoso Teatro de Verano, cantó y la aplaudieron, dijo “Buenas noches” y el público contestó, y alguno se habrá ido derecho a googlearla para escuchar más de su música. Ahora, mientras acomoda el cuerpo tras tres meses intensos en los que, además, siguió como siempre con su trabajo diario en comunicación; mientras cada vez más gente se acerca a su propuesta y con una guitarra que ya estará a la espera de nuevas canciones, su Palabra clásica sigue viaje y está listo para más movimientos. Igual que Florencia, que mientras sueña con rendirle homenaje a la música de su departamento, se proyecta de Montevideo a la región con Adele y Lafourcade como banda sonora, y con un montón de temas propios que bien podrían conquistar el mundo.

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EDAD: 27 años

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NOMBRE: Florencia Nuñez


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REPORTAJE

_EL SECRETO DE SUS OJOS_ POR JESSICA CONDE

Me crucé con ella por primera vez en el pasillo que desembocaba en nuestros respectivos apartamentos. Me habló y no entendí, pero sus profundos ojos negros y su sonrisa de dientes recién estrenados me hablaron en un idioma universal, ese que a pesar de las barreras del lenguaje y los prejuicios, te atraviesa y te hace entender que, a veces, es necesario mirar más allá para encontrarte en el otro.


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REPORTAJE

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lla, al igual que uno de cada 160 niños en todo el mundo según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA), que afecta la capacidad de las personas para comunicarse e interactuar con los demás. Este trastorno está caracterizado por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo. Es claro que el diagnóstico puede ser desolador para la familia y si a ello le sumamos la falta de contención, información y atención de calidad, el panorama no es muy alentador. Pero aun cuando no hay cura y los molinos a enfrentar son gigantes, no existen muros suficientemente infranqueables que cierren el paso al amor entregado de los padres dispuestos a dar mil batallas para brindarle una mejor calidad de vida a sus hijos y a integrarse a ese mundo enigmático que habitan. De una de esas batallas es que nace ALETEA, una organización no gubernamental cuyo objetivo es generar un cambio inclusivo en la sociedad que permita mejorar la calidad de vida de las personas con CEA (ellos hablan de “condición” y no de “trastorno”).

“Se dio sin buscarlo”, dice Natalia López, presidenta de la organización. “Me pidieron dar unas charlas en el teatro La Experimental por la comisión fomento de la escuela de mis hijos, y después otra en Magisterio. Por otro lado yo venía viendo -soy mamá de tres nenes, dos de los cuales están diagnosticados con TEA desde los dos años- que los padres estábamos solos, no había un lugar donde orientarnos, agruparnos, guiarnos, contenernos”. Su propia historia dio el puntapié inicial a ALETEA, cuya primera experiencia fue la realización de talleres para padres en Espacio Mora, que les abrió la puerta para desarrollar allí sus actividades. La buena acogida de este espacio en formato taller le dio a Natalia la oportunidad de sentir de cerca lo necesario que era gestar un espacio integral para apoyar a familias con integrantes diagnosticados con TEA. “Es algo que hacía falta, que nadie estaba haciendo y ya venía con la idea de armar algo más grande que tuviera la base de involucrar a las familias para informar, capacitar y ofrecer servicios que yo al menos tengo la noción de que no se están brindando”. Con ese objetivo como bandera, el grupo empezó a crecer. Esos primeros talleres fueron tejiendo lazos entre diferentes madres que, ni bien supieron la idea de


La pregunta Una vez que el diagnóstico está, la pregunta del millón es: ¿y ahora? “Yo hago el proceso, genial, ¿y mientras? ¡Decime qué hago, a donde voy!”, dice Heidy. En este sentido, todas coinciden en la escasa orientación que existe actualmente en nuestro país para

las familias que enfrentan este trastorno: “Te dicen: ‘llevalo a psicomotricista y fonoaudiólogo’”. Vanessa de Souza, psicóloga con una especialización en tratamiento de niños con TEA, agrega que “la orientación que te dan es esa. Te derivan a un psicomotricista y un fonoaudiólogo que los papás tienen que gestionar y a veces no están en el mismo lugar. Está todo muy segmentado. Te dan 45 minutos con cada uno dos veces por semana y no alcanza, porque lo que se recomienda como mínimo son 20 horas semanales de terapia”. La falta de formación e información es, para las integrantes de la organización, la clave de la problemática que enfrentan las familias diagnosticadas. A la mochila que llevan tras conocer que un miembro de la familia tiene un TEA, se le suma la dificultad para saber qué hacer a partir de allí. Natalia lo grafica claramente: “Estas parada en una baldosa y alrededor está el abismo”, sentencia. “La mayoría de los psicomotricistas y fonoaudiólogos tienen cero formación en TEA. Si ya de por sí es una receta terapéutica pobre, ligar encontrar profesionales formados es sacarte el Cinco de oro dentro de la pobreza receta”, agrega. Andrea Viettro, pediatra y miembro de ALETEA, aporta su mirada sobre la formación universitaria y la falta de

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UNO DE CADA 160 NIÑOS EN TODO EL MUNDO SEGÚN ESTIMACIONES DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD, TIENE TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA

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Natalia, se fueron sumando para darle forma al proyecto y dar vida a ALETEA. Si bien cada miembro del equipo tiene un “título”, la realidad es que todos hacen de todo. Heidy García oficia de administradora, pero es enfermera y acompañante terapéutica. También es madre de un niño con TEA y cuenta cómo a través de los talleres se visibiliza la soledad a la que se enfrentan tanto las familias como los profesionales, que no solo no disponen de espacios de formación sino que se ven imposibilitados de dar una respuesta adecuada ante el diagnóstico. “Los profesionales se sienten bastante solos cuando dan los diagnósticos. Los padres quedan sin contención muchas veces y hay pocos profesionales especializados”, dice. Por eso, para ALETEA es fundamental -y es uno de sus objetivos- crear una red que articule a todos los actores, desde familias, profesionales y educadores a organizaciones dispersas que hoy realizan tareas en el área de los TEA. “No hay una red armada que unifique todos esos ámbitos. Cada uno está por su lado, haciendo su trabajo, pero desconectados del otro. Todos sabemos que los TEA son trastornos que requieren un abordaje complejo y multidisciplinario y que tiene que estar todo unido. No basta con llevarlo a la terapia, o a una escuela que le abra la puerta, a un buen pediatra o neuropediatra. Si no hay una conexión se pierde en la nada”, señala Natalia.


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REPORTAJE

capacitación sobre los trastornos del espectro autista. “Yo terminé en 2008 y jamás había leído sobre autismo. En [la formación en] pediatría, desde hace unos años, está en el posgrado. Hay más interés, es lento, pero cada vez hay más interés, más formación y más gente interesada”, concluye. De todas formas, coinciden en que hacen falta espacios de formación institucionales a nivel universitario. “No hay un curso específico sino cosas puntuales que los espacios privados hacen, hacemos nosotros con ALETEA y otras organizaciones, pero no hay un posgrado en ninguna universidad destinado a eso. Si alguien quiere eso se va a Argentina o a otros países”, señala Vanessa. Esa carencia redunda en la pérdida de tiempo para la familia, que salta de especialista en especialista, y también en el desconocimiento de los derechos y apoyos con que cuentan. En este sentido, la falta de políticas públicas específicas para personas con TEA hace que los apoyos se encuentren dispersos y que no contemplen la particularidad de cada paciente. En octubre de 2014, el Programa Nacional de Discapacidad (PRONADIS) realizó una consulta a familiares de personas con TEA para conocer sus necesidades y su opinión respecto a las políticas públicas que en ese momento existían. El objetivo era realizar aportes para el diseño de nuevas políticas específicas para atender a esa población, pero aún no se traducen en soluciones concretas. El Sistema Nacional de Cuidados, uno de los buques insignia del gobierno del Frente Amplio, busca atender las necesidades de personas mayores de 65 años en situación de dependencia, niños de cero a tres años y personas con discapacidad severa. Este sistema cuenta con un programa de asistentes personales

para colaborar en el desarrollo de las actividades diarias de las personas con dependencia severa, pero, según han manifestado diversas organizaciones, no están contempladas -al menos hasta el momento- las necesidades específicas de las personas con TEA. Uno de los sueños de los integrantes de ALETEA es formar un equipo interdisciplinario que oriente a las familias y brinde la contención y la formación que el sistema actualmente no está proporcionando. “La idea es esa: organizarnos y llegar en algún momento con un espacio físico que pueda concientizar y armar ese rompecabezas, para las familias y para la sociedad en general”, destaca Vanessa. Empoderar a las familias “Que te llegue un padre con un hijo recién diagnosticado, que no sabe para dónde ir y se encuentre con otros padres que le digan: ‘¿de qué mutualista sos? Ahí tenés a Fulano, Mengano y Sultano. ¿Va a hacer terapia? ¿Pediste las ayudas de BPS? ¿Querés saber cómo hacer para pedirlas? Los pasos son así, así y así. Llamá a este teléfono para el acompañante, a este teléfono para la pensión, ¿qué poder adquisitivo tenés? Bueno, según eso lo podés tratar acá, allá o acá’. Encontrar a alguien que te diga eso es sacarte una mochila. Estás parada en la baldosa, alrededor está el abismo y de repente, tenés la línea de baldosas adelante y al menos sabés que es por ahí”, dice Natalia. Algo tan sencillo como saber los pasos a seguir, hoy en día, en plena era de la información, parece imposible. Uno de los desafíos de la organización es romper la barrera de la desinformación y, además de las campañas que lleva adelante para concientizar sobre los


TEA, tiene planeada la elaboración de un folleto con información que considera vital para saber cómo proceder a partir del diagnóstico, y que todos los pediatras, neuropediatras y psiquiatras infantiles lo tengan en su consultorio.“Solamente con eso, cuando un profesional llene un papel y te diga que tu hijo tiene características que pueden indicar un trastorno del espectro autista o desvíos en el desarrollo, que abra el cajón, saque el tríptico y te lo pueda dar además del papelito con el diagnóstico y el formulario para el BPS,

ya está. No sabés los kilómetros de vueltas que te ahorra y es tan fácil como eso”, indica Natalia. Esa guía, que puede parecer muy básica, es fundamental en un momento complejo como es enfrentarse a la realidad. “Es un sablazo que te cae, porque a diferencia de otro tipo de patologías, esto no te lo esperas. Si tenés un hijo que nace con una parálisis cerebral, con Síndrome de Down, ceguera o sordera, lo podés saber mucho antes. El duelo lo hacemos todos los padres igual, pero la mayoría, cuando los derivan a un

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“A nivel educativo tampoco hay información ni formación. En ningún tipo de carrera, ni en Magisterio ni a nivel privado. Hay alguna materia a nivel de docencia que trabaja la inclusión, pero es escasa”, dice Ana Laura Conde, Técnica en Educación Inicial y ayudante terapéutica. Esa falencia a nivel de formación docente lleva a que, según cuenta Ana, los educadores se enfrenten en un aula con un niño con TEA y no tenga las herramientas ni el conocimiento para abordar su educación. Además, pone otro tema sobre la mesa. “También está el manejo de muchas instituciones educativas que se jactan de ser inclusivas pero no lo son, porque no tienen información ni formación. A nivel privado es: ‘tenemos una cuota más’ y que cada docente después haga lo que puede con las herramientas que tiene”. Desde ALETEA entienden que no basta solo con abrir las puertas del centro educativo sino que una verdadera inclusión implica que el niño entre, aprenda, se sienta cómodo y reciba el apoyo y las herramientas necesarias para su desarrollo. “No se ha llegado en Uruguay a tener centros educativos inclusivos, a tener profesionales e infraestructuras adaptadas para atender a la diversidad”, indican. “La palabra inclusión es una palabra para reflexionar. Mientras tengamos que hablar de inclusión, no llegamos ni al centro de educación inclusivo ni a una sociedad inclusiva, porque si fuera así, no tendríamos que ni siquiera estar hablando de ello”, señala Vanessa. “Reconocerlo es un paso, porque implica reconocer que se necesita una política para llegar a esa población excluida”. Sí coinciden en que existen centros educativos integradores y cuentan desde su experiencia que se han llevado gratas sorpresas. “Los TEA son un desafío que rompe un montón de estructuras. No alcanza con darle a una maestra o a una mamá cuatro tips para el día a día. Es realmente tirar abajo todas tus estructuras y entender que cada uno que vas a encontrar es distinto, y que si no te tomás el tiempo de observarlo, de conocerlo para ver dónde brilla, dónde no, y armar el engranaje, es imposible”, dice Natalia. Y la información, nuevamente, juega un papel fundamental que hace la diferencia. “Mis hijos van a un jardín público y hasta ahora he tenido muy gratas experiencias al proponer actividades adaptadas y adaptaciones curriculares. Me lleva a pensar que el quiebre es la información” cuenta.

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Hacia una educación inclusiva


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REPORTAJE

neuropediatra o un psiquiatra, o incluso ellos empiezan a ver cosas raras, nunca en la vida lo escucharon. No tienen idea de la gravedad de lo que le están diciendo, si tiene cura o no, que es lo primero que piensan los padres. Se te vienen un millón de cosas a la cabeza: ‘Nunca voy a ser abuela, nunca va a trabajar, nunca va a estudiar, nunca se va a ir de casa’”, dice Natalia, y Heidy agrega algo no menor: “¿Qué va a pasar cuando yo no esté?”. Por ello, insisten en la importancia de ALETEA como espacio integrador de todas las aristas que implican los trastornos de este tipo y en el trabajo que se debe realizar no solo con el diagnosticado, sino con toda la familia, con el fin de mejorar el pronóstico de esa persona y darle las herramientas a su entorno para poder tomar las riendas de su vida. “Es necesario tener un espacio donde los padres sepan qué tienen para decidir una intervención terapéutica, pero también una intervención para ellos, que ayude a lidiar con todo y les permita entender que ni es tan grave, ni tan dramático, ni tan catastrófico como lo estoy imaginando”, dicen. Un desafío por delante “El objetivo último es cambiar el mundo”, dice Natalia entre risas, pero con una convicción que contagia y hace eco en cada una de las mujeres del equipo presentes -y seguro en las que no también- en la charla. La realidad es que, en este contexto que puede parecer desalentador, ALETEA tiene espacio para crecer y, sobre todo, ganas. Tras su campaña “Mirá el mundo a través de mis ojos - SentiTEAzul”, que tuvo una gran recepción por parte de la sociedad, su intención es seguir reforzando el acceso a la información no solo a través de documentos, sino

a través de los talleres con padres y profesionales. “Vamos a poder evaluar una vez que pase el 2 de abril, porque el crecimiento viene porque estamos en un mes clave. Hicimos una serie de contactos muy grande en poco tiempo y queremos aprovecharlo para que se mantenga ese crecimiento y se genere un efecto multiplicador que siga aportando”, señala Natalia. Actualmente, desarrollan talleres de padres para padres, asisten a los CAIF, a jardines de infantes y escuelas a dar charlas sobre TEA y, entre las actividades que tienen planificadas para este 2018 se encuentran propuestas de formación específicas para profesionales, sobre adaptaciones curriculares y cursos de acompañante terapéutico especializado en autismo, un rol que la organización entiende fundamental para estos niños. “Tenemos varias iniciativas para largar en el año. En julio vamos a hacer un seminario con dos profesionales que vienen de afuera sobre inclusión educativa, y tenemos algunas actividades más que no te vamos a revelar”, dicen entre risas. --Son las tres de la mañana y ella, del otro lado de la pared, juega como si no existiese el tiempo. Usa un lenguaje desconocido para mí y no logro entender, desde mi mundo, qué es lo que dice. Ella vive en un universo sensorial y mental distinto al que rige para el común de la gente. Me basta recordar nuestro primer encuentro para entender que, aun cuando habitamos mundos paralelos, solo es necesario estar dispuestos a desentrañar los secretos que esconden sus profundos ojos negros, y la conexión está ahí. Para eso, hay que estar dispuestos a mirar el mundo a través de sus ojos.


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Cuanto antes, mejor Está demostrado que el diagnóstico temprano de los trastornos del espectro autista mejora el pronóstico para los niños, ya que permite un tratamiento integral y multidisciplinario que permite la adquisición de habilidades para el desarrollo. “Los datos que tenemos es que el 1 % de la población mundial tiene este trastorno. Si pasamos eso a Uruguay serían unos 30 mil o 35 mil niños”, dice Vanessa. “Esos niños están por todo el país y muchos sin diagnóstico. Hoy en día podemos diagnosticar cada vez más tempranamente, con todo el conocimiento y la experiencia que hay, y aun así hay niños que son diagnosticados a los 7, 8, 9, 10 años. Perdemos un tiempo precioso durante el cual puede ser tratado y que puede influir en el pronóstico de este niño y la situación de su familia”, agrega. Una de las dificultades que conlleva la detección tardía del TEA es, además de la imposibilidad de mejorar la situación de ese niño, el acceso a la ayuda estatal. La lógica que opera es que, si esos niños llegaron a esa edad sin diagnóstico y pudieron insertarse en el ámbito educativo, no necesitan acompañante terapéutico ni pensión por invalidez. “Las características más severas o típicas del autismo que es que no mire, que no hable, que no señale, se dan en la primera infancia y son como las alertas ‘bestia’ que son las que llevan al diagnóstico más rápido. Pero hay otro montón de niños con un autismo leve que empiezan a manifestar conductas cuando se acercan al final de la infancia y comienzo de la pubertad, que es cuando las habilidades sociales empiezan a cobrar más fuerza, y ahí saltan un montón de alarmas y de carencias que tienen estos nenes, pero para el BPS no necesitan. Pero sí necesitan una terapia, y muchos padres no se la pueden financiar”, dice Natalia.


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ACTUALIDAD

EN LA MIRA_

MILLONES DE LULAS


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#MARIELLEPRESENTE

TRAS LOS PASOS DE SENDIC

STAND UP FOR YOUR RIGHTS

ABORTO LEGAL YA

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SÉ LO QUE HICISTE


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POLÍTICA

CRACK_ Por Matías Ruiz Díaz


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En estos días asistimos a una ruptura que no es nueva en nuestra sociedad, pero que logró acaparar la agenda política a partir de los productores rurales que se llaman a sí mismos “autoconvocados”. Estos productores proponen construir “un solo Uruguay”, pero hay quienes consideran que más que unirnos, sus demandas nos separan como país. ¿Hasta dónde llega la oposición campo-ciudad en Uruguay? ¿El campo nos une o nos separa como sociedad? ¿Es posible lograr un solo Uruguay?


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POLÍTICA

Una tarde de enero, más de 30 grados de calor, cientos de personas levantan y revolean banderas de Uruguay en el medio de un campo en el centro del país. Entre aplausos y arengas, el calor en Durazno parece precipitarse. Parado sobre el estrado, un productor rural de Paysandú lee un discurso. “Una sociedad unida no tiene chance de fracaso. Queremos una sola República Oriental del Uruguay, soberana, libre y sin divisiones. Queremos un solo Uruguay”, decía Federico Holzmann, el productor sanducero. Esta no era una frase más de su oratoria: se trataba del meollo del asunto. Los reclamos de los del campo pretenden transcender las fronteras sectoriales y formar parte de una plataforma de demandas de varios sectores. El movimiento pretende que todos se nucleen en torno a las demandas propias de un sector, y por momentos parece lograrlo. Desde transportistas hasta comerciantes e industriales han apoyado estos reclamos. Sin embargo, la tarea de unir encuentra barreras, pues no toda la sociedad está dispuesta a subirse a este tren. Las demandas del campo contienen una dimensión política que, lejos de unir, parecen dividir. El lunes 19 de febrero no era un día más. Comenzaban las Mesas de Diálogo entre el gobierno y gremiales vinculadas al agro, y también estaban convocados los autoconvocados. La puerta del Ministerio de Ganadería estaba “hasta las manos” de gente. Periodistas y productores se agolparon en la calle Constituyente, pero nadie imaginaba lo que iba a pasar. El mismísimo presidente

de la República, Tabaré Vázquez, se acercaría a dialogar con los protestantes y terminaría discutiendo con los productores. La discusión subió de tono y cuando el presidente se disponía a subirse al auto, alguien soltó una frase que en el correr de las horas se volvería hashtag y trending topic: “Nos vemos en las urnas, Tabaré”. “Sabes que me gustó lo que me dijiste, esto es un movimiento político”, respondió Tabaré. Varios son los políticos que han afirmado que se trata de una movida electoral, más que de un genuino reclamo de un grupo organizado. Los autoconvocados serían una especie de movimiento que no representa todos los intereses del campo, sino demandas que esconden una perspectiva electoral. “En algunos departamentos, la filiación partidaria de buena parte de sus acólitos está clara: es un paro no solo contra el gobierno sino contra el Frente Amplio de cara al 2019”, escribía la senadora del sector Casa Grande del Frente Amplio, Constanza Moreira, en su cuenta de Facebook a mediados de enero, cuando el movimiento de autoconvocados se encontraba en plena gestación. En la misma línea se expresaron otros tantos dirigentes frenteamplistas de los diferentes sectores políticos que integran el mosaico partidario. Y más allá de la opinión particular sobre este caso, es importante tener en cuenta que, bien o mal, el campo ha servido como elemento estructurante de la dinámica política del país. Los politólogos y los estudiosos del comportamiento electoral de las personas se han encargado de mostrar


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EL HASHTAG #NOSVEMOSENLASURNAS SE CONVIRTIÓ EN TRENDING TOPIC TRAS LA DISCUSIÓN DEL PRESIDENTE VÁZQUEZ CON LOS PRODUCTORES

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cómo existen factores que permiten explicar el alineamiento de los electores a la oferta de partidos existente. Hay elementos que dividen o segmentan al electorado, induciendo a votar por diferentes partidos políticos. En 1967, un sociólogo norteamericano y un politólogo noruego, llamados Martin Lipset y Stein Rokkan, respectivamente, buscaban explicar el proceso de formación del Estado Nación en Europa. En esa oportunidad, acudieron a la idea de que existen algunos clivajes sociales que permiten dar cuenta de la base de formación de los sistemas políticos europeos. Iglesia-Estado, centroperiferia, capital-trabajo y rural-urbano eran las rupturas que ayudaban a explicar cómo se estructuraban tales sistemas. La literatura sobre clivajes se fue


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POLÍTICA

perfeccionando e incluso fue aplicada a los países latinoamericanos como Uruguay. En nuestro país, César Aguiar fue quien, desde la sociología política, en la década de 1980, se preocupó por dar cuenta de las características del sistema político uruguayo y del sistema de partidos, acudiendo a la noción de clivaje. Aguiar llamaba clivajes a “los puntos de ruptura, contradicción o conflicto en torno a los cuales se constituyen actores políticos, sean estos partidos, organizaciones no partidarias, movimientos sociales o electores individuales”. El clivaje campo-ciudad, o agropecuario-industrial, ha estado presente en la estructuración del sistema político uruguayo a lo largo de la historia. Desde siempre, los reclamos conservadores del agro han encontrado eco en diferentes sectores del sistema político nacional. El ruralismo conservador siempre se presentó contrario a las reformas sociales y económicas impulsadas por José Batlle y Ordoñez, encontrando un aliado en el Partido Nacional y también en el ala derecha del Partido Colorado. A partir de allí, allá por 1915, se gestaba la Federación Rural. En la década de 1950, se opusieron al proyecto industrializador del neobatllismo aliándose con los sectores de derecha de los partidos tradicionales. Contribuyeron electoralmente al primer triunfo histórico del Partido Nacional en 1958, despojando del poder al Partido Colorado después de 93 años en el gobierno. Las propuestas del ruralismo encontraron voz en los gobiernos colorados de Gestido, Pacheco y

Bordaberry. El campo siempre se ha mostrado como un conjunto de demandas que se encuentran en pugna con otras, predominando una visión conservadora. El conservadurismo rural trae consigo una visión sobre el país, su desarrollo y su devenir, que se contrapone a otras visiones. Este conservadurismo opositor a proyectos modernizadores ha generado que desde la izquierda se genere cierta desconfianza hacia el agro. La cuestión se mueve en el plano de las ideas y en la construcción discursiva de “otro” que constituye una amenaza, lo que se encuentra atado a la vinculación histórica del conservadurismo rural con parte del sistema político. Hace unas semanas, la historiadora económica María Inés Moraes, señalaba en el semanario Brecha (en la edición del 23 de febrero) que desde la izquierda, “la ganadería ha sido vista como fuente de todos los males”. La narrativa histórica de la izquierda uruguaya ha tenido un sesgo de anticonservadurismo agrario. En el mismo sentido, el historiador Gerardo Caetano expresaba ante el mismo medio (en la edición del 9 de febrero) que “hay que cambiarse los lentes”, que hay visiones de la “izquierda montevideana, primitiva” que conservan una imagen estancada del campo y no logran ver los cambios que se han procesado en los últimos años. Parecería ser que el estigma que cae sobre el campo se ata a su histórica promoción de demandas propias del conservadurismo rural. Falta tomar conciencia de que el campo no es uno solo, sino que existen múltiples


Saliendo del ángulo político, la falta de conciencia sobre el rol del campo es un tema en el tapete. Para el gobierno, la cuestión va más allá de ideologías. Paradójicamente, el gobierno al que le caen los reclamos del agro tiene como prioridad persuadir a los uruguayos de que el campo es el motor y dinamizador del crecimiento del país. Desde el Ministerio de Ganadería (MGAP), se sostiene que los uruguayos no tenemos conciencia sobre la importancia del campo en el desarrollo del Uruguay. La oposición campociudad es una preocupación para los gobernantes y desde el año pasado se trabaja para mitigar los prejuicios presentes en la sociedad. No solo es uno de los puntos que se intentan atacar en las mesas de diálogo del sector, que hace unas semanas funcionan lideradas por el MGAP, sino que es el sexto pilar que la cartera toma como principio para su gestión. En 2017, el ministerio presentaba un proyecto para superar esa brecha, Conciencia Agropecuaria, que es financiado con fondos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). El país se propone generar alimento de calidad y con valor agregado ambiental para 50 millones de habitantes en el año 2030, y el desarrollo del sector agropecuario se vuelve un paso fundamental para lograr este

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Un país sin conciencia

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realidades en su interior.


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objetivo: tiene que ser un sector atractivo para atraer personal calificado y motivado. Desde el MGAP no tenían claro cuánto se conoce la realidad del agro en el país, si se valora o no, o si los uruguayos ven oportunidades en la actividad agropecuaria. En este contexto nació Conciencia Agropecuaria. En 2017 se ejecutó la fase de diseño, y este año se comenzará a implementar. La etapa de diseño implicó el análisis prospectivo, estudios de opinión pública y, en base a ello, el diseño de una estrategia de comunicación. Se llegó a la conclusión de que conciencia agropecuaria es más que alcanzar una imagen positiva del sector. Es promover una transformación en la sociedad para que las personas se identifiquen con el agro. Los estudios de opinión pública permitieron conocer prejuicios y estereotipos sobre el campo. Solo el 46 % de los uruguayos considera que el campo es importante en sus vidas, prevaleciendo una visión negativa sobre él. Si bien existe cierta conciencia sobre la importancia del agro en la economía, hay una visión sociocultural sobre la producción, los productores y los trabajadores rurales, que se gesta a partir del latifundio, el aislamiento, el daño ambiental, la explotación del trabajador rural, la consideración peyorativa sobre el trabajador rural y la estigmatización del productor, según afirmaba el especialista en temas agropecuarios, Tomás Laguna, quien participó de una exposición de los datos arrojados por el estudio. A partir de allí se generó una campaña que tendrá el objetivo de crear un nuevo imaginario. La campaña trabajará sobre los modelos ambientales, los estilos de


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vida y el vínculo en las relaciones y los puntos de contacto con el sector. A su vez, pretende mostrar la potencialidad del sector. El éxito de esta campaña contribuirá a diluir la ruptura campo-ciudad, facilitando la construcción de “un solo Uruguay”, por lo menos desde el imaginario social. La separación existe, tiene una dimensión política fuerte y también un arraigo en la

opinión pública. El campo nos ha separado y nos separa, pero se trabaja para que esto cambie. Conflictos como el que mantiene el gobierno con los autoconvocados, lejos de contribuir al acercamiento, afectan el imaginario colectivo sobre el campo.


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_EL LADO OSCURO DEL LUJO_ POR JESSICA CONDE Y MARCELO ASTE Fotos: Cortesía del sindicato de Empleados del diario Hoy


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Probablemente a quienes peinan canas, “El gran chaparral” les recuerde aquella serie de los 70 ambientada en el viejo oeste. Otros, contemporáneos, pensarán en ese nombre como la lujosa casa en Playa Verde del sindicalista argentino Marcelo Balcedo, detenido por Interpol el pasado 4 de enero y que dejó al descubierto una supuesta red de lavado de dinero, extorsión y narcotráfico. Pero más allá del circo, existen otros actores en la historia que, opacados por el minuto a minuto, el reality y las excentricidades, luchan por sus derechos y sus fuentes laborales. Ellos representan los daños colaterales de una guerra entre poderosos.

A

utos de lujo, animales exóticos, armas, dinero y una mansión coparon los canales de televisión, portales de internet y diarios de Uruguay y Argentina. Pero hay una lucha que no está en primera plana, y es la que llevan adelante los trabajadores del Diario Hoy, propiedad de los Balcedo. La situación en el periódico empezó a cambiar cuando el titular del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (SOEME) quedó detenido en Uruguay junto

con su esposa, Paola Fiege. Los empleados, en ese momento, quedaron sumidos en una frágil situación laboral y señalaron a través de un comunicado la incertidumbre que pesa sobre el futuro de su trabajo, ya que no tienen garantías frente a la ola de despidos emprendida por Myriam René Chávez de Balcedo -alias “Nené”-, madre de Marcelo y quien asumió la dirección de los medios propiedad de la familia tras la detención del sindicalista. Este diario, junto a FM Red, tiene un historial en los que

LA HISTORIA DE LOS MEDIOS PERIODÍSTICOS PROPIEDAD DE LA FAMILIA BALCEDO TIENEN UN HISTORIAL DE CONFLICTOS LABORALES


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los pagos fuera de una correcta registración -mal llamados “en negro-, los bajos sueldos y el “patoterismo” han sido moneda corriente. Una muestra de eso es la utilización durante todo este tiempo de métodos hostiles por parte de Nené para amedrentar a los empleados, que no cobran sus sueldos desde hace más de 80 días. En las redes sociales empezaron a circular las notificaciones de despidos, sin membretes ni identificación, que la empresa comenzó a entregar, y ese fue el

momento en que cerca de 200 periodistas, fotógrafos y otros empleados de ese medio, vieron peligrar su trabajo. David Barresi y Estefanía Velo, periodistas de la sección política del Diario Hoy y delegados de los trabajadores sindicalizados del periódico, conversaron en Buenos Aires con La Mirilla sobre el conflicto que mantienen con la empresa Edigráfica S.A., razón social del grupo de medios propiedad de la familia Balcedo. “Estuvimos dos semanas acéfalos sin saber quién era el director y

quién iba a dar las órdenes. Hasta que un día se hizo presente [René Chávez de Balcedo] en el diario, y dijo que iba a despedir a más o menos el 80 % del personal”, cuentan. “No mandó ningún telegrama, sino una hoja en la cual decía a algunos compañeros del área audiovisual especialmente, que ya no iba a contar con sus servicios”, recuerda David. Tras ese primer encuentro, Nené cerró por cuatro días el diario e informó que al momento de la reapertura, entregaría una lista de trabajadores que serían


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despedidos, ya que la empresa no podía hacerse cargo de la estructura actual. “Hicimos una permanencia pacífica dentro de la redacción, porque no sabíamos si directamente se iba a llevar las máquinas”, señalan. Tras ese episodio, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Argentina dictó la conciliación obligatoria, un instrumento jurídico del derecho laboral argentino que insta a las partes de un conflicto laboral a acatar ciertas medidas, para generar una etapa de conciliación previa a la judicialización del

conflicto. En el caso de los trabajadores del diario, la medida buscó terminar con las amenazas de despido y estableció un período de 15 días durante el cual la patronal no podía establecer ninguna medida, ya fuesen despidos o cambios en las condiciones laborales, y los empleados no podían realizar acciones de lucha. Pero durante la conciliación obligatoria, las condiciones siguieron siendo hostiles y tanto Estefanía como David señalan el incumplimiento por parte de la empresa. No sólo no se volvió a instalar el estudio

de televisión desmantelado por orden de la madre de Balcedo, sino que la redacción fue trasladada a otro piso y la situación continuó en franco deterioro. Hasta ese momento, los despidos afectaban a más de 100 trabajadores, entre periodistas y técnicos tanto del periódico como de la radio Red 92, también propiedad de la familia Balcedo. “Nos adeudaban dos meses, enero y febrero, y les mandan una intimación para que nos paguen el salario y que nos aclaren nuestra situación laboral. Ellos contestaron que no requerían


La familia ¿es lo primero? La historia del clan Balcedo como dueño de medios y como familia, es un capítulo aparte. Antonio Balcedo, padre de Marcelo, fue un dirigente gremial que logró el respeto de referentes históricos del universo peronista, fue el pilar del clan. Fue fundador del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (SOEME), un gremio que nuclea a empleados de institutos de menores y a no docentes de ámbitos escolares y universitarios. El gremio fue la columna vertebral del poder de los Balcedo, una fuente constante de recursos en una Argentina acostumbrada a ver el enriquecimiento de sus principales dirigentes sindicales, lo que da cuenta de por qué el eco de las imágenes en El Gran Chaparral no fue el mismo en ambas márgenes del Río de la Plata. En 1993, la familia irrumpió con el diario Hoy, un producto periodístico que asomó para enfrentar a Raúl Kraiselburd, el director del diario El Día, quien hasta entonces tenía la hegemonía del control de la información. Por otro lado, con el poder como trasfondo, los problemas dentro del seno de la familia fueron conocidos -el carácter fuerte de René, las excentricidades de los miembros

del clan y las peleas que eran una constante- y repercutieron en sus emprendimientos periodísticos. Si bien los trabajadores no saben a ciencia cierta quiénes están detrás de Edigráfica S.A. por tratarse justamente de una sociedad anónima, sí conocen la vinculación de cada uno de los miembros y sus testaferros en el multimedio que construyeron. “Hasta el 4 de enero de 2018, el director del diario Hoy y de radio Red 92 era Marcelo Balcedo. Cuando lo metieron preso estuvo acéfalo y no podíamos encontrar realmente quién era el presidente, quiénes eran los accionistas de Edigráfica, y su madre se presentó como la máxima accionista de la sociedad anónima, que creemos es así aunque no hemos visto los papeles”, señala Estefanía. “Sólo nos figuran el presidente y el vicepresidente, dos personas cercanas al diario y que conocemos”. Esas personas son José Orlando Rodríguez y Martín Fernando Filiberto, que aparecen en el directorio y están vinculados a la familia Balcedo. “Muchas veces las personas que figuran en el directorio son testaferros, no son ni siquiera las personas que ponen la plata para que el diario funcione”, cuentan los delegados. “Hace dos años [Marcelo] quedó a cargo del diario. Ahora, estando él preso, Nené vuelve en los papeles -esto nos lo confirmaron hace unos díasal directorio de Edigráfica. Pero sabemos que siempre estuvieron ellos atrás de la empresa”. Los antecedentes de Nené daban una pauta de los tiempos que venían, y los trabajadores

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crisis y está claro que el riesgo empresario no puede jamás ser trasladado a los trabajadores, quienes con sus prestaciones perciben un salario que reviste carácter alimentario.

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más nuestros servicios y que estaban en crisis, que pasemos a agarrar la indemnización”, cuenta Estefanía. Según señalan, la empresa se amparó en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo de la República Argentina, que establece una indemnización equivalente a la mitad de la correspondiente al resarcimiento por antigüedad del trabajador (art. 245 LCT), cuando el despido responde a causa de fuerza mayor y falta o disminución de trabajo, siempre que no sea imputable a la empresa. Los despidos deben comenzar por el personal menos antiguo dentro de cada especialidad y, a igual antigüedad, el que no tenga cargas de familia. Pero, para que la empresa pueda justificar la indemnización a través de este mecanismo habilitado por ley, debe cumplir una serie de requisitos que, claramente, los Balcedo no cumplen. “No estamos despedidos legalmente. Esos telegramas son inválidos, con lo cual, a la hora de una demanda laboral, nos tienen que contemplar el sueldo de febrero hasta que termine la conciliación [que se prorrogó] en abril, o sea que va a entrar el sueldo de marzo. Nos van a deber enero, febrero y marzo. Lo cierto es que la conciliación a nosotros, más allá de eso, no nos sirve de nada porque estamos fuera de la empresa y ellos desconocen la conciliación directamente”, indica David. Claramente, como muchas empresas, la familia Balcedo pretende confundir riesgo empresario con situación de


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eran conscientes de eso. Según cuentan, ni bien llegó, desmanteló el área audiovisual aduciendo que era algo construido por su hijo, que no tendría lugar en su medio. “Sabíamos qué había mucha posibilidad de que su madre volviera y que si su madre volvía, iba a pasar esto que pasó”, indica Estefanía. “En la primera aparición que ella hace dentro de la redacción amenaza con los despidos de trabajadores y dijimos: ‘no, no nos vamos a ir de acá, no nos van a despedir otra vez’” recuerda. “Con Marcelo Balcedo preso en Uruguay, con todas las cosas que se habían mostrado a través de la televisión, autos, mucho dinero, pensamos que de una vez por todas a esta familia se le iba a poner un freno. Que el gobierno de Cambiemos, que tiene un vínculo totalmente diferente al que tenían con el gobierno anterior, le pondría un freno. Pero están pasando los meses y todavía no le han puesto ningún freno y también lo denunciamos, porque María Eugenia Vidal en todos los actos menciona que están combatiendo a la mafia del Pata Medina, que están combatiendo la mafia de Balcedo, y realmente para nosotros no es así”, agrega. “Es muy difícil pensar que no estuviera al tanto, no me extrañaría que ella supiera todo lo que él hacía o sus negocios”, sentencia Velo. Es que rápidamente Renée Chávez, a través de una carta, se desligó de las acusaciones que pesan sobre su hijo y señaló que “siente que se le parte el corazón” por las denuncias que afronta Marcelo. Además, pidió disculpas por los ilícitos por los

que se le acusa. “Me cuesta creer lo que dicen de mi hijo. Tengo la esperanza de que todo esto sea una infamia”, consideró en la misiva. La matriarca del clan también es investigada por la Justicia por supuesta evasión fiscal y pesa sobre ella una inhibición de bienes. A su vez, según reveló la periodista Guadalupe Vázquez tras una investigación realizada junto a su colega Federico Teijeiro, Nené poseería una empresa offshore que figura en los Panamá Papers y que al menos indicaría una señal de alerta en este contexto. Una batalla continua La historia de conflictos laborales también ocupa una gran parte de la historia de los medios de la familia Balcedo. El trabajo no registrado o parcialmente registrado era moneda corriente

en el diario y, durante la dirección de Marcelo Balcedo en la radio, casi no existía personal en “blanco”: la mayoría figuraba como monotributista. En 2012, a raíz de un conflicto laboral, comenzó a registrarse al personal y cuando éste asumió la dirección en el diario tras otro problema con los trabajadores, en 2014, registró a la totalidad del personal. “Los dos años en los que estuvo Marcelo Balcedo a cargo del diario estuvo todo el personal registrado”. En 2012, el conflicto surge a partir del despido de todo el área de fotografía. El último fotógrafo al que echaron, Gabriel Galán, hizo una denuncia pública que derivó en una movilización hacia el Ministerio de Trabajo y, por primera vez en mucho tiempo, los trabajadores del diario que hacía tiempo estaban precarizados, intentaron sentar a la patronal en ese ámbito para negociar,

NOSOTROS VAMOS A SEGUIR PELEANDO POR LOS PUESTOS Y HABRÁ QUE VER HASTA DÓNDE PODEMOS LLEGAR. TENEMOS UN NIVEL DE UNIDAD MUY IMPORTANTE ENTRE NOSOTROS, ESO ES LO QUE NOS FORTALECE PARA PELEAR POR GARANTIZAR NUESTRAS CONDICIONES LABORALES


flexibles y se tonifican, ya que son los que realizan la fuerza para trepar, sostener y armar las figuras en la altura. La acrobacia aérea en tela mejora, además, la coordinación, la agilidad y expresión corporal; favorece la seguridad y la confianza, fortalece la autoestima de aquel que se ve capaz de alcanzar logros cada vez más desafiantes, favorece la creatividad e incentiva el desarrollo de los sentidos. Dominar las artes aéreas, llegar a niveles intermedios y avanzados, requiere de trabajo duro, confianza y dedicación. Sin embargo, para quienes quieren hacerlo sin ir demasiado lejos, es simple y pocas cosas maravillan tanto al ser humano como desafiar la gravedad. El desafío está allí, en las alturas. Depende de nosotros animarnos y experimentar la sensación de volar, volar y volar. Mientras cerramos la nota, suena de fondo “12 segundos de oscuridad” de drexler. Casi sin darnos cuenta llegamos a la conclusión de que, como dice la canción, así como un faro gira y nos ilumina, existen 12 segundos en que quedamos en penumbras. Personajes como Balcedo pretenden sumergirnos en la oscuridad y ocultarse tras ese velo de oscuridad que su soberbia cree eternos. Pero el faro sigue girando y la luz tarda, pero siempre llega. Ese faro hoy lo erigen los trabajadores del diario Hoy y la radio Red 92, a través de su lucha por la verdad y la justicia.

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de Balcedo fue llevada por la Policía luego de sus reiteradas inasistencias, pero aún así, se negó a sentarse con los trabajadores y continúa alegando que no tiene plata para pagar, denunció discriminación política del gobierno de Cambiemos en el otorgamiento de la pauta publicitaria, y se retiró con su abogado sin firmar el acta. Mientras las instancias de negociación se siguen dilatando, los trabajadores continúan sin cobrar, sin trabajar, sumidos en la incertidumbre ante la falta de respuestas de la empresa y del Estado. Tras la fallida audiencia, un comunicado de los empleados del diario Hoy y radio Red 92 advierte, como un grito de lucha ante la adversidad, que no claudicarán. “Nosotros advertimos que seguiremos unidxs, en lucha y llegaremos hasta las últimas consecuencias para que se respeten nuestros derechos como trabajadores”. que permiten realizar secuencias, coreografías, figuras, piruetas y equilibrios, todos ellos en alturas que oscilan generalmente entre los siete y los 15 metros -algunas veces más dependiendo del nivel del acróbata-. Si bien muchas de las habilidades que se ejercitan están orientadas al entrenamiento de la fuerza, a medida que se combinan con la agilidad y la coordinación, se aumenta la resistencia mental, física y se desarrolla la conciencia del cuerpo. Se adquiere gran fuerza y tonicidad en el abdomen, una zona vital para sostener el propio peso del cuerpo en la altura y con las telas; los brazos y piernas se vuelven

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sin éxito. Más tarde, ya en 2014, un nuevo conflicto se disparó tras el despido de 10 periodistas y derivó en movilizaciones y demandas en las que Marcelo Balcedo negoció directamente, como un intento de preservar su imagen como sindicalista. “Se reunió personalmente con nosotros para arreglar y sí acordamos. Habíamos denunciado públicamente y él tenía algo que no tenía su mamá: él dirige un sindicato, tener a sus trabajadores precarizados y que lo denuncien públicamente le costó bastante, por lo que accedió a reincorporarnos”, dice David. Pero este último conflicto, con Nené como protagonista, tiene un panorama menos alentador y los delegados lo saben. “Esto termina necesariamente con un juicio laboral. Nosotros vamos a seguir peleando por los puestos y habrá que ver hasta dónde podemos llegar. Tenemos un nivel de unidad muy importante entre nosotros, eso es lo que nos fortalece para pelear por garantizar nuestras condiciones laborales lo máximo posible”, indica David. Su lucha está enfocada en mantener los puestos de trabajo en un contexto económico que afecta directamente a muchos medios de comunicación, lo que implica que la reinserción laboral sea mucho más compleja. “Sabemos que nos va a costar conseguir laburo y para nosotros es fundamental que no se pierdan los puestos de trabajo”, dicen. El pasado 20 de marzo se realizó una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo en el marco de la conciliación obligatoria dispuesta. Myriam René Chávez


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Crónicas ágiles para una realidad apurada

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VIAJES

MUJERES QUE VIAJAN SOLAS POR CATALINA BERTÓN


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VIAJES

Siempre quise viajar. De hecho, no recuerdo el momento justo cuando quise conocer el mundo, cruzar las fronteras de Uruguay (y mucho más de la ciudad en la que vivía) y ver con mis propios ojos todo lo que debía estudiar en el secundario: el Partenón, el Coliseo, las pirámides de Egipto, caminar por Paris… Pero cuando lo contaba, la respuesta clara que siempre recibía era una risita y un “déjate de soñar”. Por supuesto, caminar por La Gran Muralla estaba fuera de los límites de lo que se decía en voz alta.

E

ntonces la oportunidad surgió. Había juntado cada peso que podía para poder viajar a Europa y ver todo aquello que había tenido que estudiar años antes. Todas esas clases de arte, de literatura y de historia parecían, de a poco, cobrar sentido. El tema era: tenía el dinero, tenía el tiempo, tenía la lista infinita de ciudades y lugares que quería ver… Pero no tenía con quién ir. En aquel momento mis amigos estaban en otros círculos de la vida, terminando facultad, mudándose con sus novios, o simplemente tenían un millón de prioridades antes de comer fish and chips en algún bar de Londres. Pero para mí no fue problema. Ni siquiera fue un motivo de estrés. Hablé con algunos amigos que tenía en el viejo continente y me compré un pasaje de ida y vuelta Ámsterdam – Montevideo.


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Y aí comenzó el drama. ¿Por qué te vas sola? ¿No tenés ninguna amiga que quiera ir con vos? ¡Una mujer solita por esas ciudades grandes! Había dos grandes temas que asustaban a todo el que se enteraba de mi viaje: Que viajara sola, porque significaba que no tenía a nadie. Que fuera una mujer. Y ser una mujer sola, en este mundo, parece ser un crimen. Bueno, calmaba todas las habladurías explicando que como iba a Holanda, me encontraba con un buen amigo de la familia (casi un hermano) y después iba a Inglaterra, a ver al que en aquel momento era mi novio, y en Barcelona tenía una tía. Pero, en mi cabeza, mi viaje no se reducía a esas ciudades. Yo quería todo lo que mis pocos ahorros me pudieran dar, ciudades que jamás había imaginado como Bratislava, y también

ciudades con las que siempre había soñado, como Roma. Me fui sin un plan, sin un calendario e, incluso, a algunas llegué sin haber investigado ni lo básico. Varias veces me encontré caminando por las callecitas medievales, pensando que al final había resultado mejor que nadie me haya acompañado, así podía hacer el viaje que yo quería. Comí refuerzos de jamón y queso en los canales de Brujas, anduve en bicicleta por Amberes, me desmayé en Bratislava, llegué a Praga con un virus y dejé a ese novio inglés. Si bien no todo fue sola, en esos destinos a los que llegaba con la única compañía de mi valija, pude conocer muchas personas en la misma situación que yo. Aventureras que no querían sentarse a esperar a que el tiempo fuera el correcto, a tener un grupo en el que refugiarse, y se largaron a la aventura.

A ver, que no estábamos yéndonos a la otra punta del mundo solas: era el viejo continente, donde cada calle tiene CCTV. Estábamos más vigiladas que en casa. De ese viaje volví y ya nadie parecía tan preocupado por esta pobre mujercita viajando sola por esas ciudades tan grandes. Al contrario: había sido una muestra de valor, de coraje. Lo que sucede es que cuando uno viaja solo, al pasar tanto tiempo con la única compañía de sus pensamientos, vuelve a casa siendo otra persona. Por suerte, la vida me ha rodeado de mujeres valientes que, como a mí, al mínimo empujoncito, se largaron a la aventura solas. Es que a veces no tenemos ganas de sentarnos a esperar que todo se dé en las condiciones perfectas, sino que sabemos que a esa perfección la tenemos que crear


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VIAJES nosotras. Una de estas mujeres es Elena que, según sus propias palabras, “cuando vi que estaba difícil encontrar un compañero de aventura que se ajuste a mis necesidades, evalué largarme sola”. Ella quería hacer realidad su sueño sin tener que depender de licencias y tiempos ajenos, así que se compró un pasaje a Madrid y se fue a recorrer el viejo continente. Con respecto a la valentía que se requiere para hacer ese sueño realidad, Elena contó que eran los comentarios de su familia los que la hacían sentir más insegura. Estar lejos de casa, en países donde ni siquiera hablaban su idioma, “tengo que admitir que tenía algo de miedo, pero fue bueno, porque el miedo me ayudó a ser precavida (…) Por más que iba a estar en ciudades bastante seguras, era consciente que era una mujer sola y que en la realidad que vivimos hay que cuidarse”. Elena quería ver todas esas obras de arte que conocía solo por los libros, quería experimentar caminar por esas calles antiguas y ser testigo presencial

de esos lugares que han marcado la historia. Como los que se animan ganan premio, además, tuvo la suerte de llegar a Roma justo el día del desfile por la Diversidad. Ella es una activista por esas causas en Uruguay; con su alter ego Magenta Shine tiene una fiesta en Cain que se llama “Drink and Art” y ya va por la octava edición, por lo que llegar a Roma y poder ser testigo de la misma marcha en la que participa en su país, era algo que no tenía precio. “Justo tenía las entradas para ir a los museos del Vaticano, pero como fui sola pude administrarme para hacer todo rápido e irme al punto de partida de la marcha justo a tiempo para vivir la experiencia. Una vez allá me hice de dos amigos italianos que me acompañaron durante todo el recorrido. Unos divinos. Es increíble que la primera vez que vi el Coliseo fue escuchando Lady Gaga y con las mejillas pintadas con los colores del arcoíris. Ese cambio de planes, tan divertido y con amigos de yapa, era algo que nunca había imaginado. Fue como un regalo del destino, y creo que si no hubiera ido sola no sería posible”.

Para todas aquella mujeres que dudan con respecto a tomar la decisión de viajar solas, Elena aconseja no dejar que el miedo “se coma tus sueños”, y también cuenta que gracias a esas experiencias, ha aprendido que es capaz de superar sus desafíos sola, que puede confiar en sí misma y que, al final, siempre sale todo bien. Por otro lado está la historia de Lala. La primera vez que viajó sola fue por un concurso de tapitas de cerveza en Perú. El concurso tenía las siguientes condiciones: tres amigos peruanos debían juntar la mayor cantidad de tapitas de cerveza de una marca en particular, y quien ganara podía llevar a Perú a un amigo extranjero, del mismo sexo. Lala fue una de las amigas ganadoras. Ha vuelto a ese país en otras ocasiones y también ha viajado por diferentes lugares de América del Sur. Para ella, una de las cosas buenas de viajar sola es la gente que se conoce en el camino. Cuenta que cuando viajó sola a Chile conoció a un grupo de brasileños de quienes se hizo muy amiga, tanto que luego viajó a Brasil para pasar con


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ellos año nuevo. Además, admite que se siente más aventurera, que siente “cierta adrenalina al no saber qué va a pasar, a quiénes voy a conocer”. Lala cuenta sus historias de viaje en su blog: Gary, historias de un caracol salvaje (garysalvaje.wordpress.com). El consejo que tiene para una mujer que quiere viajar sola es ¡que se anime! Pero avisa que cada cual se conoce y que hay personas a las que no les gusta estar sin compañía. Más allá del miedo que se pase o de que sí es verdad que se pasan momentos feos, uno vuelve a casa siendo una persona diferente. “Aprendí a ser más precavida. A no esperar a nadie. A adaptarme rápido a

los cambios. Lo que no puedo es dejar de ser tan nostálgica y sensible al dejar un lugar y personas atrás. También aprendí a disfrutar de mi país de la misma forma que lo hago cuando viajo. Acá soy muy curiosa, las nuevas cosas que conozco en Uruguay me deslumbran igual que en el extranjero. Creo que siempre fui bastante extrovertida, pero ahora soy un poco más. Puede que sea por la profesión; tiendo a ser muy preguntona y curiosa, pero ahora con menos filtros. Uno se acepta tal como es y acepta más a los demás, porque en otro países se conocen diferentes tradiciones, diferentes culturas”.


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EL CANTO LIBRE DE ATAHUALPA YUPANQUI


POR RODRIGO GUERRA

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Mi obligación es procurar que en mi canto la palabra no sea mía, sino que esté enraizada en la tierra y la naturaleza. Mientras no me separe de ese territorio sagrado, va bien mi camino”. De esta manera, Atahualpa Yupanqui –cuyo verdadero nombre es Héctor Roberto Chavero- definía a su búsqueda musical. Nacido en 1908 y fallecido en 1992, Chavero tomó su seudónimo de Atahualpa, el último cacique del Imperio Inca, además del hecho de que su significado es “el que viene de lejos a contar algo”. Considerado el máximo cantautor folclórico de Argentina, y uno de los primeros solistas del género, Yupanqui dejó un legado que trascendió el folclore gracias a canciones como “Los hermanos”, “Los ejes de mi carreta”, “El alazán”, “El arriero”, “Guitarra dímelo tú”, “Piedra y camino”, y “Coplas del payador perseguido”. A partir al sonido característico de su guitarra criolla (basado en líneas melódicas que expresan tanto o más que sus palabras), y por la calidad de sus letras, Yupanqui se destacó por condensar el espíritu del hombre de campo en canciones de tres minutos. Mayoritariamente con escenas de La Pampa argentina como fuente de inspiración, Yupanqui describía imágenes basándose en los recursos expresivos de los silencios y en su voz tranquila (que a veces llegaba al susurro), dando la impresión de que no quisiera romper con la tranquilidad del ambiente que lo rodeaba en su humilde rancho de Cerro

Colorado (ubicado en Córdoba), lugar donde nacieron la mayoría de sus composiciones. Si bien Yupanqui aseguraba no tener un nivel educativo elevado, el músico planteaba que “el camino” (aquel que recorría a caballo mientras viajaba de pueblo en pueblo para conocer nuevos lugares y costumbres) fue su Universidad, lo que le permitió adquirir un nivel de observación para escribir algunas de las composiciones más hermosas de su carrera, como “Luna Tucumana”, “El aromo”, “Camino del indio” y “Zamba del grillo”. Además de las canciones en inspiradas en paisajes del campo, la obra de Yupanqui se destacó por la crítica social incluida en sus letras. Una de sus primeras canciones con esta temática fue “El arriero” (1944), en la que el músico cantaba: “Las penas y las vaquitas se van por la misma senda / las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Si bien Yupanqui lo consideraba un tema “ligeramente social”, rápidamente se convirtió en un himno revolucionario del folclore, e incluso, años más tarde cruzaría los límites del género al ser versionada por la banda de rock Divididos. Otra canción que continuaba con esta línea es “Minero soy” (1945), una baguala en la que el guitarrista cantaba: “Voy llevando los barrenos al socavón / Mano fuerte y vida triste. ¡Minero soy! / Golpeando piedras y piedras de sol a sol / Me duele el pan que me gano. ¡Minero, soy!/ ¡Pobrecitos los mineros! ¡Qué buenos muchachos son! / Pero

“HAY UN ASUNTO EN LA TIERRA / MÁS IMPORTANTE QUE DIOS / ES QUE NAIDE ESCUPA SANGRE / PA’ QUE OTRO VIVA MEJOR / ¿QUÉ DIOS VELA POR LOS POBRES? / TAL VEZ SÍ, Y TAL VEZ NO / PERO ES SEGURO QUE ALMUERZA / EN LA MESA DEL PATRÓN”


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tienen la desgracia de morir sin confesión”. Una de los temas en los que Yupanqui planteaba una crítica más ácida fue “Duerme, duerme negrito”. Grabado en 1951 e inspirado en una canción de cuna anónima, la letra rezaba: “Y si el negro no se duerme / viene el diablo blanco y ¡zas! / Le come la patita, ¡chacapumba! / Duerme, duerme, negrito / que tu mamá está en el campo, negrito / trabajando duramente (…) Trabajando y no le pagan”. A causa de estas composiciones y, especialmente, por su afiliación al Partido Comunista, el músico fue perseguido, censurado e incluso encarcelado en varias ocasiones por el gobierno de Juan Domingo Perón durante su primer período de presidencia (1946-1955). Según

narraba en entrevistas, al músico se le hacía difícil trabajar porque constantemente le cancelaban presentaciones y prohibían sus canciones. Además, Yupanqui relató que una vez lo encarcelaron y los policías pusieron su mano derecha debajo de una máquina de escribir y se sentaron arriba con el objetivo de impedir que siguiera tocando la guitarra. A pesar de que quebraron el dedo índice del músico, el guitarrista pudo seguir tocando porque era zurdo. Tras este hecho el guitarrista se exilió en París, donde vivió entre 1949 y 1952. Allí grabó cuatro sencillos para el sello Chant du Monde, incluyendo el tema “Preguntitas sobre Dios” (1951), un tema escrito años atrás, en el que su crítica social se agudizaba:

“Hay un asunto en la tierra / más importante que Dios / es que naide escupa sangre / pa’ que otro viva mejor / ¿Qué Dios vela por los pobres? / Tal vez sí, y tal vez no / Pero es seguro que almuerza / en la mesa del patrón”. En una grabación en vivo realizada durante el último recital que dio en su vida, en febrero de 1992 en Zurich junto a Ángel Parra, Yupanqui presentaba a “Preguntitas sobre Dios” como una canción que le trajo “muchas satisfacciones y muchos dolores de cabeza”, ya que escribirla le demandó 100 días preso. El regreso a Argentina En 1952 Yupanqui volvió a Buenos Aires con su esposa


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Nenette (quien es autora de 65 canciones de su marido) y se desafilió del Partido Comunista, lo que le permitió tener más oportunidades para presentarse en vivo. Después de un hiato en 1952, Yupanqui volvió a grabar canciones y en 1953 publicó su Una voz y una guitarra, su primer álbum de larga duración (porque desde 1936 hasta 1953 su música se publicaba únicamente en discos de 78 RPM, que permitían grabar solo una canción en cada lado del vinilo). Allí grabó varias canciones inspiradas en el paisaje del campo, como “Chacarera de las piedras”, “Recuerdos del portezuelo”, “El vendedor de yuyos” y “Tierra querida”. Uno de sus mejores discos de la década de los cincuenta sea Guitarra… dímelo tú (grabado en 1957). Dentro de esta colección de diez canciones, se incluyen algunas de las canciones más interesantes de Yupanqui. El álbum abre con “Baguala del pobrecito”, un tema que resume la postura del músico sobre el canto: “Para cantar bagualas no cuenta la voz / solo se precisa poner en la copla todo el corazón”. Pero lo que en realidad se destaca de Guitarra… dímelo tú son las críticas que Yupanqui plantea en canciones como “El pintor” (“Es mal pintor el pintor / Y en esto no hay duda alguna / Pues sólo pintó mi poncho / Y se olvidó de mi hambruna”), “El poeta” (“Poeta de ciertas rimas / Vete a vivir a la selva / Y aprenderás muchas cosas / Del hachero y

sus miserias / Vive junto con el pueblo / No lo mires desde afuera”) y “Guitarra… dímelo tú” (“Se vuelve cruda mentira / Lo que ayer fue tierna verdad (…) Y yo le pregunto al mundo / Y el mundo me ha de engañar / Cada cual cree que no cambia / Y que cambian los demás”). Años más tarde, en 1964, Yupanqui publicó El payador perseguido, su trabajo discográfico más importante. Allí plantea un “relato por milonga” de 40 minutos en la que mezcla su biografía y su postura ante la vida junto con una reflexión sobre el mundo. El payador perseguido cuenta con un estilo y una métrica que recuerdan a El Gaucho Martín Fierro, de José Hernández. A finales de la década de los sesenta el músico se consagró como uno de los máximos exponentes del folclore latinoamericano gracias a que artistas jóvenes, como Mercedes Sosa, Jorge Carfune, Alberto Cortez, Daniel Viglietti, Alfredo Zitarrosa, Víctor Jara, el grupo chileno Quilapayún y Jairo, comenzaron a interpretar sus composiciones, llevándolas a una nueva audiencia. En esa misma década, Yupanqui ofreció recitales en Colombia, Japón, Marruecos, Egipto, Israel e Italia; y en el 1967 se estableció en París, para regresar a Argentina periódicamente. En esos años estuvo grabando en los dos países, y de esa época se destacan los álbumes ¡Soy libre! ¡Soy bueno! (1967), Y El Dolor,

¿Quién Se Lo Paga? (1968), Canción para Pablo Neruda (1974) y Vidala del silencio (1979). Durante la década de los 80, el guitarrista siguió viajando por el mundo y, en 1983, con 75 años, debutó en el escenario del Carnegie Hall. Sobre esa noche, el crítico estadounidense Jon Pareles escribió en The New York Times que Yupanqui “tocó como si las melodías se estuvieran materializando bajo sus dedos, llenos de una impetuosidad contenida, conmovedora”. En 1985 recibió el Premio Konex de brillante como mayor figura de la Historia de la música popular argentina, y en 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras. En 1992, Atahualpa Yupanqui falleció en Nimes (Francia) a los 84 años, y sus restos fueron repatriados a Argentina para actualmente descansar en Cerro Colorado bajo un roble europeo. Si bien es verdad que el músico dejó de vivir, el legado de sus más de 300 canciones mantiene su vigencia sin importar el paso del tiempo y su música en el recuerdo de quienes la escuchan, como el músico cantaba en El payador perseguido: “¡Y aunque me quiten la vida / O engrillen mi libertad / Y aunque chamusquen quizá / mi guitarra en los fogones / Han de vivir mis canciones / En el alma de los demás!”.


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“EL DÍA QUE SE ENTRE EN CONCIENCIA DE PARA QUÉ VENIMOS AL MUNDO Y QUÉ TENEMOS QUE HACER EN ÉL, ENTONCES TAL VEZ SE DISMINUYA ESE CAUDAL DE EGOÍSMO QUE, A VECES, ES MOTOR QUE IMPULSA A LAS GENTES A NO PORTARSE BIEN, A ENRIQUECERSE CON FACILIDAD, A INVENTAR LA GUERRA. ESAS COSAS HORRIBLES QUE ACORTAN LA VIDA DEL HOMBRE Y MANCHAN SU EXISTENCIA EN EL UNIVERSO.


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REPORTAJE

_SABORES CON IDENTIDAD NACIONAL_ Son antiguos pero nuevos; crecen casi de forma espontánea, pero son una minoría. Los frutos nativos, tesoro dulce de nuestro territorio, viven un proceso de revalorización y reapropiación de la dieta de los uruguayos. Desde hace casi 20 años, un pequeño grupo de investigadores y productores aúnan esfuerzos para convertirlos en un producto accesible y codiciado en el mercado local POR ANDREA SALLÉ ONETTO


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REPORTAJE

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e levanto y tomo una manzana de la mesa. Brilla, es de un rojo intenso, se le siente un poco el aroma, pero no me detengo en ello. La pelo, la corto en trozos y la saboreo sin pensar cómo llegó hasta mí. Detrás de la comodidad de comprar una fruta cualquiera en la feria, el puesto del barrio o el supermercado, hay todo un proceso que los simples consumidores desconocemos. Por eso, por más que hace casi 20 años que muchas instituciones y productores están trabajando en la producción de frutas nativas como el guayabo del país, la pitanga y el arazá, aún se presentan como exóticas. Lo curioso es que son más exóticas las manzanas en nuestras tierras que estos árboles que crecen de forma silvestre y natural, y que nuestros ancestros supieron diferenciar, plantar e incorporar a su dieta. Hoy, de la mano de un puñado de personas interesadas en difundirlas e incluirlas en la mesa de los uruguayos, las frutas nativas dan pelea por entrar al mercado y demostrar su enorme potencial gastronómico y nutricional. Redescubrimiento El año 2000 presenta un antes y después en la investigación de frutos nativos. El cambio de milenio puso en contacto a tres ingenieros

agrónomos que decidieron unir fuerzas y poner su foco en la revalorización de estos árboles autóctonos. Beatriz Vignale, docente de la Facultad de Agronomía (Universidad de la República) e investigadora del Área de Mejoramiento de Frutales Nativos y Cítricos de la estación Salto; Danilo Cabrera, especialista en fruticultura del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) estación Las Brujas, y Juan Pablo Nebel, técnico del departamento Gestión de Bosques de la dirección forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), se pusieron como objetivo investigar estos frutos y dar respuesta a las interrogantes de cuáles son, dónde se encuentran, cómo se consiguen, cómo se plantan y cómo se pueden consumir. El equipo de profesionales empezó a fantasear sobre cómo sería plantar estos árboles con un objetivo de cosecha comercial, para que cualquiera pudiera toparse en un supermercado con cajitas de pitangas o jugos de guayabo, por ejemplo. Así que empezaron a investigar. Desde la estación experimental Las Brujas, ubicada en Canelones, recorrieron el país recolectando materiales (ejemplares de cada especie), realizaron cruzamientos para combinar características destacadas, instalaron módulos de validación

Todos reunidos Cada dos años se realiza el Encuentro Nacional sobre Frutos Nativos, abierto a todo público, en donde se exponen los avances tanto del INIA como de Facultad de Agronomía y de los demás actores vinculados al tema. Se han realizado nueve encuentros en distintos puntos del país. El último fue en Rocha en marzo de 2017 y reunió a unas 300 personas, entre productores, investigadores, chefs, viveristas y grupos de trabajo del Estado.


Un lugar en el mercado Laura Rosano es chef especializada en cocina regional y mediterránea, y en su chacra Ibirá Pitá, ubicada en San Luis, tiene plantados 2.600 árboles nativos, entre ellos pitanga, guayabo, arazá rojo y amarillo, guaviyú y ubajay. Es una de las productoras que forman parte de la asociación Frunatur, que reúne a una docena de los pequeños productores

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en predios de productores, hicieron contactos con empresas industriales para promover el procesado de estas frutas y estudiaron sus características nutricionales. “Los objetivos desde el INIA combinan la preocupación por conservar y valorizar los recursos naturales propios del país, y la generación de nuevas alternativas productivas que den oportunidades de producción y trabajo a los fruticultores actuales y futuros, a la vez que generen una nueva opción de consumo de fruta para la población, en una búsqueda de promoción de la alimentación saludable”, explica el ingeniero agrónomo y PhD, Roberto Zoppolo, director del Programa Nacional de Investigación en Producción Frutícola. Al experimento que comenzó el trío de ingenieros, poco a poco fueron sumándose otros actores: productores familiares, investigadores de otras facultades, maestras, chefs y pobladores de a pie que se interesaron en el tema. Hoy el ecosistema es mucho más amplio que hace 18 años, los nombres de las frutas ya no resultan tan desconocidos, hay pequeños productores que viven de los frutos nativos, se creó una asociación de viveristas especializados en ellos y se habla a mediano plazo de producir para la industria. Sin embargo, el camino es lento y a contra corriente.


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REPORTAJE de estos frutos (que según Rosano, en todo el país no superan la veintena). Uno de los objetivos de la agrupación es buscar la mejor forma de industrializar las toneladas de fruta que esperan estar produciendo de aquí a mediano plazo. Al ser frutos estacionales, deben encontrar alternativas de procesado para que puedan disfrutarse durante todo el año. “Ahora hay poca cantidad, los productores más grandes estarán sacando entre tres o cuatro toneladas y los pequeños, unos 500 kilos, pero en dos o tres años eso va a aumentar muchísimo”, señala la chef. Por eso, popularizar estos frutos es fundamental para poder colocar la futura producción. Aún no hay datos oficiales sobre la cantidad de árboles plantados a nivel nacional ni un relevamiento de la producción anual, pero se sabe que no es mucha, y la que hay, ya está colocada en el mercado. El verano es la época de mayor demanda, especialmente por las heladerías artesanales del este, que se animan a incorporar los sabores nativos a su oferta. Restaurantes, grupos de artesanos, ferias y supermercados también completan la lista de destinatarios de estas pequeñas frutas, cada vez más conocidas y solicitadas, que se venden tanto de forma fresca como procesada en mermeladas, dulces, vinagres, cervezas y licores. Ahora, el siguiente gran paso para todos los productores es la industrialización, para lo cual, decidir qué quieren hacer con la fruta —y con quién— es crucial. “Desde el INIA se han realizado evaluaciones de producción de pasta de fruta y tamizado (en las instalaciones de LATU) y comparación de distintos sistemas de conservación. Se está trabajando con la empresa Natural Tree en la elaboración de jugos”, señala Zoppolo. Pero para producir jugo de forma industrial (en caja o botella), se necesitan muchos kilos de fruta, que

aún no hay. Del trabajo conjunto entre el INIA, la Facultad de Agronomía, el LATU y la empresa de lácteos Conaprole, se llegó al lanzamiento en 2016 de un nuevo producto: una línea limitada de helado llamada Frutos Nativos de crema de butiá y guayabo. “Para mí, como conocedora de la fruta y luego de haber trabajado 10 años con ella, fue terrible probar un helado de guayabo que tenía gusto a chicle de banana”, dice Laura sobre la edición limitada. “Tenemos que ver qué tipo de industria va a tomar nuestro producto porque no lo puede transformar en cualquier cosa. Ahí hay que trabajar multidisciplinariamente, no pueden trabajar solamente los químicos de alimento y los nutricionistas, tienen que trabajar los cocineros y los conocedores de la fruta, los productores que saben cómo la producen”. Presentación en sociedad Llegar a los mejores materiales (así se le llama a los ejemplares seleccionados) lleva todo un proceso de búsqueda y cruzamiento. “Estos materiales se evalúan por las características de fruta y se seleccionan por sabor, calidad de cáscara, calidad de pulpa, relación azúcar/acidez y tamaño, y por las características de la planta considerando su productividad y estabilidad productiva en el tiempo”, explica Danilo Cabrera, del INIA. De este proceso de selección y mejoramiento se llegaron a definir tres variedades de guayabo del país que fueron inscriptas en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE), y fueron lanzadas el pasado 6 de abril por el INIA. “Dichos materiales tienen un potencial superior por sus características de sabor, productividad, estabilidad de producción, tamaño de fruto y capacidad de propagación vegetativa”,


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señala la revista del instituto en su 52va edición de marzo de este año. Actualmente, los frutos más populares y más plantados son el guayabo del país, la palmera butiá, la pitanga y el arazá (rojo y amarillo). “La cereza de monte es mucho menos conocida y plantada. Después hay otros más a nivel silvestre o que recién estamos conociendo, como el ubajay, el guaviyú, el tala, el tarumá, el quebracho flojo y el aguaí, que no se encuentran plantadas comercialmente todavía”, enumera Beatriz Vignale, de la Facultad de Agronomía. Las frutas nativas tienen un gran potencial nutricional, ya que poseen muchos más minerales, vitaminas y antioxidantes que las frutas que comemos habitualmente y guardan un potencial medicinal aún desconocido. Desde la Udelar y el LATU se están haciendo investigaciones en genética, inmunología y valor nutricional, mientras por otro lado, también se viene desarrollando la investigación

gastronómica por parte de varios convivencia con los vecinos que se cocineros. dedican a la agricultura tradicional suele ser compleja. “Hay un gran La minoría de la minoría problema con el tema de la deriva de los productos químicos para el predio Ser productor agroecológico ya es de los productores orgánicos”, explica. formar parte de una minoría en el Sin embargo, observa una tendencia medio rural actual y más aún si se de los consumidores a optar por los es productor agroecológico de frutos productos orgánicos. “Últimamente nativos. Darío Sallé es carmelitano, se está dando que la demanda ingeniero agrónomo y asesor de la supera la producción. Vemos que el Red de Agroecología del Uruguay, consumidor está más interesado por de la regional oeste —con sede en lo que come y está buscando más Colonia Valdense— que abarca todo el productos naturales u orgánicos. A departamento de Colonia, parte de San nivel productivo, esa demanda no José y parte de Soriano; y que congrega se ve demasiado acompasada. Son a unos 25 productores certificados, pocos los que deciden producir de esta incluido él. “Hay tres familias en la zona manera y es difícil que el productor cuyo rubro principal es el de los frutos convencional se pase a producir de nativos, y a su vez son integrantes de la forma agroecológica”. Sallé señala red”, indica. El porcentaje de superficie que quienes deciden plantar de forma que abarcan los cultivos orgánicos en orgánica son aquellas personas que Uruguay es mínimo y corresponden recién dan sus primeros pasos en la en general a predios pequeños de producción y que no estaban vinculadas productores familiares, por lo que la previamente al medio rural.


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REPORTAJE Los frutales de Laura Rosano son otro de los ejemplos de producción orgánica. “Creo que hay que trabajar en un marketing muy fuerte enfocado en la identidad de esta fruta y en la sustentabilidad, porque no necesita ningún agroquímico ni fertilizante para crecer. Solo precisa buena tierra y buen manejo. Podemos lograr tener una fruta totalmente orgánica y nativa: dos cualidades que competirían muy bien en el mercado”, señala. Al ser plantas adaptadas al medio, pueden cultivarse en cualquier zona del país fácilmente. “Son especies muy productivas y precoces, es decir que comienzan a producir fruta entre los dos a cuatro años de edad de las plantas”, apunta el ingeniero agrónomo Danilo Cabrera; y esos árboles pueden llegar a dar frutos por varias décadas. Por otra parte, las frutas nativas se enferman poco, son resistentes al frío y no necesitan de cuidados extraordinarios como necesitaría un manzano. El principal problema contra el que tienen que luchar es la mosca de la fruta, que, según explica Darío Sallé, “pica la fruta antes de la maduración y la producción se pierde”. Los interesados en plantar frutos nativos pueden encontrar las especies más estudiadas y desarrolladas en viveros. Incluso, existe el Grupo de Viveristas de Especies Indígenas, que “busca proteger y reproducir nuestra flora nativa y hacer posible que todo quien quiera, pueda plantar nativo”, según reza en su página web. El monte nativo está desapareciendo y eso genera un impacto directo en la fauna y en el suelo, por ejemplo, respecto a las inundaciones. “La estocada final fue el crecimiento explosivo que tuvo la soja. Desde el 2000 hasta ahora se barrieron montes nativos enteros. Se puede reconstituir pero lleva tiempo y tiene que haber una decisión de alguien”, dice el ingeniero. M


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Las dificultades ambientales, la falta de recursos económicos y de mano de obra son los principales problemas a los que se enfrentan los productores familiares en general, según el ingeniero Darío Sallé. “Para el pequeño productor hay muy pocas líneas de crédito y las que hay son con unos intereses muy elevados, entonces, el acceso al capital se dificulta mucho. Al no poder acceder a ese dinero, no podés invertir en estructuras o sistemas de riego”, señala. Como pequeños productores, quienes se dedican a los frutos nativos asumen a su vez todos los riesgos de intentar introducir un nuevo producto en el mercado, sin ningún tipo de apoyo económico del Estado. “Nunca tenemos fondos para nada, ni para hacer una investigación, ni para hacer un lanzamiento, una prueba. Estamos haciéndolo porque nos interesa”, comenta Rosano, quien sufrió las consecuencias de la sequía en la cosecha de este año e invertirá en un sistema de riego por su cuenta. Por otro lado, Sallé señala que la falta de mano de obra capacitada en el medio rural también es un problema: “La gente no quiere trabajar, o no quiere hacerlo en este tipo de actividades, y entonces hay que tratar de tecnificar, de buscar herramientas para suplir esa mano de obra y también precisás inversión para eso, es complicado”, concluye.

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Los problemas de ser pequeño


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POR GABRIELA VIERA FOTOS: GABRIELA VIERA

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_Mรกs allรก de lo urbano: el campo en Montevideo_


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CIUDADES

La ciudad de Montevideo tiene una extensión de 201 kilómetros cuadrados, de los cuáles, según informa la Intendencia de Montevideo, el área rural abarca más del 60 % del territorio del departamento. En esa zona hay unos 1.360 productores, trabajan 5.000 personas y viven 60.000. Es una zona diversa, donde conviven sitios históricos, bodegas, salones de fiestas y eventos, pequeños granjeros, zona de río y zonas recreativas; medio ambiente, áreas naturales y algunos sitios realmente privilegiados del departamento.

L

os citadinos vivimos un poco de espalda a esta realidad y poco conocemos, o al menos no reconocemos a Montevideo con cierta identidad rural, de hábitos en contacto con la naturaleza, la tierra y el campo; un área verde acá nomás, con un estilo de vida y valores culturales y patrimoniales propios que bien vale la pena mirar. Los bañados de Santa Lucía y los de Carrasco son ejemplo de ello, y también las playas del oeste sobre el Río de la Plata. Si bien el territorio rural montevideano tiene menos de la milésima parte de la superficie productiva del país, se estima que aporta más del 3 % al producto bruto agropecuario nacional. De esta rica zona de la capital uruguaya, provienen gran parte de las frutas y verduras que comemos; manzanas, duraznos, peras, ciruelas, lechugas y muchas verduras más que son parte fundamental de nuestra dieta. La zona es mayoritariamente hogar

de familias granjeras, que generan su producción en pequeñas hectáreas. Un recorrido por la zona nos descubre lugares únicos, casi escondidos, con gran potencial y que esperan poder tener una mayor valorización. Otros sin embargo son reales paraísos con una infraestructura de primera calidad, que ya se impone en el medio del verde y a minutos del centro de Montevideo. La Baguala es uno de ellos. Hotel de campo, chacra y centro ecuestre, es un sitio increíble sobre las costas del Río de la Plata, con unos jardines meticulosamente cuidados, que invitan a desenchufarse, caminar y aprender un poco de la historia de esta hermosa edificación que perteneció a la familia Mailhos, y que muchos han bautizado


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La Baguala - Hotel de Campo y restaurante como “el mejor secreto guardado de Montevideo”, entre Playa La Colorada y Punta Espinillo. Llegar allí es alejarse de todo, disfrutar de la tranquilidad y descubrir otro Montevideo con aire de campo. Almorzar, tomar el té o recorrer la zona es una invitación a los sentidos, al buen gusto, sencillo y noble, con muebles de madera dura, paisajes de ensueño y vistas espectaculares del atardecer. A muy pocos kilómetros de allí podemos llegar al Río Santa Lucía en Santiago Vázquez, donde el Club Alemán de remo es un lugar ideal para ver los yates y embarcaciones que se ubican en las amarras del

lugar, y permite una vista en primera línea de los botes y los muelles con el paisaje de los humedales detrás. Los que quieran saber más de historia podrán caminar hasta la casa en la que vivió Alfredo Zitarrosa durante su infancia y adolescencia, que es patrimonio cultural de Santiago Vázquez. Otros podrán acercarse al viejo puente sobre el río para pescar, o simplemente para deleitarse con las panorámicas que regala. Luego de este recorrido podemos acercarnos a la zona de Melilla, sobre Camino La Redención, y además de encontrar varios productores de manzanas en la zona y de otras frutas y verduras,

una parada obligada es la visita a la Bodega Bouza. Es un sitio excelente, donde disfrutar de un almuerzo o una degustación de sus mejores vinos es una oportunidad única, que nos permite a sólo 10 minutos del centro de la ciudad, conocer algo más de la vitivinicultura uruguaya. El predio rodeado de viñedos y mucho verde, es un oasis de sabores, aromas y paz. Allí también podrán disfrutar de una excelente muestra de autos antiguos, una visita guiada por la bodega o simplemente dejarse llevar por el silencio. Continuando por Camino de la Redención, podemos detenernos en la esquina del viejo almacén de


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CIUDADES

Estancia Taranco

La Granjera

ramos generales Cavalieri, hoy cerrado y a la espera de nueva vida, pero que es un emblema de otros tiempos y que hasta hace muy poquito tenía sus puertas abiertas, y era un lugar para encontrarse con sabores caseros y sentir por un ratito el valor de lo nuestro y de lo auténtico. A poca distancia de allí sobre Camino Seré, otra parada obligada es visitar a los productores que venden sus frutas y verduras directo de la tierra al consumidor. La Granjera ofrece verdura y fruta en un galpón gigante, junto a quesos y mermeladas caseras, ideal para comprar, llevar y seguir un recorrido que regala preciados rincones rurales. Continuando por Camino La Redención unos kilómetros más, se encuentran los portones de Taranco. Ingresando al predio, un camino de eucaliptus va marcando la entrada y mostrando poco a poco el encantador lugar que refugia ese entorno verde de Montevideo. Al final llegaremos a la Quinta de Taranco, una hermosa casona estilo mediterránea con pinceladas de inspiración andaluza, que es obra del arquitecto Alejandro Christophersen y culminó en 1930. Cuenta con un gran jardín, un patio repleto de mayólicas, farolas coloniales, fuentes y glorietas que nos indican un pasado de estirpe. Una piscina en medio del campo y un mirador con vista al Río Santa Lucía son parte del rico patrimonio arquitectónico y natural. Además hay varias edificaciones de servicio, galpones y demás dependencias; también una pequeña edificación que en algún tiempo fue una iglesia. La Quinta de Taranco fue conocida originalmente como la estancia Santa María, y perteneció a la familia Taranco. Hoy el lugar, además de ser utilizado como locación para producciones audiovisuales y comerciales, se posiciona como un nuevo lugar para eventos en el corazón


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de Melilla. El oeste Montevideano tiene mucho para ofrecer y es sin duda un patrimonio a descubrir con mucha historia, naturaleza, buenos vinos y rica gastronomía. Basta con alejarse un poco del cemento.

DEL ÁREA RURAL DE MONTEVIDEO PROVIENEN MÁS DE LA MITAD DEL CONSUMO NACIONAL DE HORTALIZAS DE HOJA; MÁS DE LA CUARTA PARTE DE LAS MANZANAS, DURAZNOS, PERAS Y CIRUELAS, ASÍ COMO IMPORTANTES PORCENTAJES DE LA PRODUCCIÓN DE LIMONES, UVAS Y TOMATES.

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_LLAMADAS 2018: LAS PANTERAS DE BENGUELA_ POR BRUNO LARGHERO


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De esta foto tengo una versiรณn recortada que puede funcionar mejor, para que no se vea la pared de bloque que estรก atrรกs de la pared verde


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FOTOREPORTAJE

La idea es que esta foto vaya mas grande, abarcando mรกs cantidad de la hoja


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TRES EN LÍNEA

_AND THE OSCAR GOES TO...


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Ícaro se llevó el Oscar a mejor documental, que es el primer Oscar que se lleva la plataforma de streaming Netflix, que está en el centro de la polémica sobre si puede o debe llevarse premios cinematográficos, cuando sus películas no llegan en realidad al cine. Pero antes de que Cannes vetara al servicio de la competencia por la Palma de Oro, o antes de que Steven Spielberg (palabra santa) dijera que a su criterio, Netflix puede aspirar a un Emmy pero no a un Oscar, este largometraje ya se había consagrado. Ícaro, de Bryan Fogel, trata sobre el dopaje en el deporte y específicamente, sobre el dopaje en Rusia y un escándalo monumental. Para eso, se sirve de testimonios de primera mano.

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ÍCARO

DUNKERQUE La última realización de Christopher Nolan se centra en la operación militar ocurrida en la bahía de Dunkerque, en Francia, en pleno enfrentamiento entre franceses y alemanes, pero al margen de su temática, es una obra maestra a la que vale dedicarle las casi dos horas que dura. La fotografía deslumbra al espectador, que puede entender cada imagen como una poesía. El celeste fuerte del cielo, el color oscuro del agua, la arena blanquecina y los trajes militares generan contrastes que son realmente poderosos, y a todo eso que entra por la vista, lo refuerza y lo eleva el sonido. Dunkerque se llevó los premios Oscar a mejor sonido, mejor edición de sonido y mejor montaje; y los Bafta a mejor película y sonido.

VICTORIA Y ABDUL Judi Dench alcanza como garantía de calidad y eso lo sabe el director Stephen Frears, que ya había contado con ella en Philomena y Mr. Henderson presenta, y aquí la volvió a convocar. En Victoria y Abdul, Dench es la reina Victoria de Inglaterra, que en su adultez, tuvo una relación muy cercana con el sirviente hindú Abdul Karim (en la película interpretado por Ali Fazal), que generó controversias y conflictos en la interna familiar. Frears apoya esa historia real en una actriz con sobrado oficio, para completar un film correcto que destaca en los aspectos visuales. Victoria y Abdul estuvo nominada al Oscar en las categorías de vestuario y maquillaje y peluquería, pero no logró llevarse los premios.


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DISEÑO

DISEÑO QUE INSPIRA FLORESTA - ESTUDIO BOTÁNICO Fotos: Facebook deThe MadClothier

La naturaleza es fuente de inspiración para la mayoría de las creaciones humanas. Cuando encontramos emprendimientos que capturan la belleza que habita el planeta, no podemos más que celebrarlo. Es el caso de Floresta - Estudio Botánico, que logra plasmar en cada objeto acunado en el seno de este proyecto la escencia de la flora. El proyecto es llevado adelante por Inés y Paula Rial, dos hermanas nidas por la pasión por el arte y la naturaleza, aun cuando sus actividades son diferentes. Según reza en su web, Floresta “nace ordenando el trabajo que hemos empezado

instintivamente, con el diseño arte botánico, trabajo en planos para presentación de proyectos, y fotografías de la naturaleza. Con estos estamos generando insumos gráficos con base científica, que sirvan como elementos decorativos, en posters, wallpapers u objetos. Los gráficos están hechos en la computadora, tratando de aggiornar tablas y posters que datan desde la época victoriana, y que no han variado en siglos, aunque si han variados nuestros métodos de representación”. Naturaleza y diseño, un éxito asegurado.

-Podés encontrar a Floresta en Instagram y Facebook


redaccion@revistalamirilla.com

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contanos sobre tu proyecto y formรก parte de nuestra secciรณn

www.revistalamirilla.com

DI SE ร O

IN SPI


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CLICK

8 DE MARZO Fotos Jessica Conde


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COLUMNA

TEATRO EN EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN Por Vivian Lettier


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personas se ofrecen para ir a cantar con los niños o para hacer alguna actividad con los padres. Pero son contadas las oportunidades”. Para Matilde, es fundamental todo lo que sea canal de expresión a través del arte, porque ellos tienen un contacto directo con lo natural, pero la parte expresiva es justamente el debe. En sus palabras nos cuenta que, en comparación con otros niños, son más introspectivos. “Son más de cuidar la palabra dicha, y todas las formas de sacar afuera el mundo interior ayudan mucho. Cuando se integra alguna actividad de este tipo se observan grandes cambios en la parte vincular. Y es algo de gran valor para su autoestima”. Confirma algo que considero relevante: “la actuación sin duda ayuda a liberar”. El teatro es un juego habilitador del pensamiento que nos enseña a pensar desde los sentidos, desde el cuerpo, desde nuestro interior hacia el mundo y no desde el mundo hacia nosotros, como se pretendió en algún momento. Nos permite tomar el protagonismo necesario a la hora de sentirnos “parte de”. Nos integra, corta de algún modo la individualidad y el narcisismo típico de la edad. Al ser una experiencia liberadora y grupal que motiva a los niños a crear su propio escenario, introduce la importancia y la satisfacción del resultado. Lejos de ser algo competitivo abre paso a la creación colectiva, a la solidaridad y complicidad, a la sincronía. La primera vez que me senté a pensar en un taller de arte escénico para niños, el primer verbo que se me vino a la cabeza fue “comunicar”. Sentía que yo podía dejarles mi experiencia a través del juego dramático y ellos a su vez podían interactuar entre ellos, haciendo posible todo lo que tenían en su imaginación. Al mismo tiempo, “comunicar” facilita el vínculo. Creo que el teatro es ell vehículo que puede abrir puertas al crecimiento emocional, tanto en la infancia como en la adultez. Nunca pensé encontrarme con grandes talentos, sino con niños explotando su creatividad en su máxima expresión. Al ser un juego vivencial, que involucra tanto el cuerpo como cualquiera de los sentidos, contribuye tanto a la identidad personal, como al proceso de socialización. Quizá también mis estudios en psicología formaron parte de esta idea. No es fácil asumir la tarea de “tallerista” o de docente, más cuando uno no piensa en transmitir solamente un saber. Pero lo cierto es que, una vez en el aula, los niños se encargan de ser los propios maestros. Nosotros simplemente les damos las herramientas. Por eso me parece fundamental que en las escuelas y en todo tipo de centro educativo se incluya el teatro. Y por eso me acerqué a Matilde para escuchar sus inquietudes. La expresión corporal como artística no puede ser un debe en el sistema. Creo que todavía estamos bajo ese prejuicio de que “como del arte no se puede vivir”, mejor enseñemos matemáticas, lengua, contabilidad, idiomas. Muchas veces los estudiantes llegan a la universidad y sufren de pánico al tener que dar una prueba oral, porque vivimos en una sociedad que no nos prepara para exponernos, a no ser “en las redes sociales”. Hay que darle alas a los niños para que sean ellos mismos, para que piensen y sientan, pero por sobre todo puedan comunicar aquello que sienten. Puedan cuestionar y cuestionarse. No tenemos que tener miedo de educar niños sensibles. Ya que cuando esos niños vayan a llevar a cabo una profesión o una familia, será tan importante el intelecto como la empatía.

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En las últimas décadas, el arte dramático ha ido tomando protagonismo en el ámbito educativo, ya sea a través de la aparición del bachillerato artístico o de los diferentes centros de educación no formal, que ofrecen un sinfín de actividades en el área de expresión para todas las edades. La oferta de actividades extracurriculares de origen artístico se incrementó debido a la demanda, y se nos ha abierto camino a los “talleristas”. Corre el año 2018 y para cualquier cosa que se nos ocurra, encontramos un taller. Y esos cursos que antes tomábamos los adultos ahora se expandieron a la niñez, e incluso a la primera infancia. La necesidad del arte dramático como herramienta para el desarrollo físico, emocional y creativo, ha abierto camino a quienes consideramos este movimiento una pieza fundamental en el desarrollo, tanto para quienes pretendemos expandir nuestro conocimiento -creando y multiplicando nuestro saber-, como para quienes consideran necesaria para la educación de sus hijos la integración de la educación teatral, como un “valor” fundamental de la identidad del niño. Sin embargo, el arte sigue siendo un privilegio de la ciudad. En mis comienzos como tallerista recibí el mensaje de una madre de una escuela rural de la localidad de Lascano, en Rocha. Allí me contaba afligida la ausencia de actividades artísticas en la escuela a la que concurren sus hijos. Por temas de tiempo no pude responder ese mensaje en su momento, y fue algo que me quedó en el tintero. Este año al comenzar mi labor como redactora de esta columna no podía pasar por alto aquella demanda, y decidí ponerme en contacto con algunos de los protagonistas. Cada escuela rural brinda no sólo escolarización sino alimentación, contención, integración, estimulación y contacto a los niños que viven en localidades alejadas de la zona urbana. Hablamos de una minoría -que va entre los 15 y 20 alumnos en algunos casos contando la totalidad de las clases-, quienes están a cargo de un maestra directora y cuentan con el apoyo de una cocinera/auxiliar de servicio, a veces madre de uno de los alumnos, y algún que otro “padrino” que colabora voluntariamente. No solo se trata de una institución que cumple con el deber educativo, sino de un lugar que oficia como centro de pertenencia e interacción con los pares. Sin embargo, la mayoría de nosotros ignoramos el esfuerzo diario que realizan tanto quienes acuden a una escuela rural como quienes llevan adelante el trabajo en el centro, ocupándose con mucha voluntad y dedicación. Matilde, quien relató con entusiasmo su experiencia para esta columna, es una maestra-directora que tuvo experiencia tanto en la escuela rural como en la escuela urbana. Lo primero que se me ocurrió preguntarle fue qué diferenciaba a los niños de la escuela rural respecto a los niños de la escuela urbana. Ella respondió sin pensarlo demasiado: “los niños son bellos en cualquier lugar”, y me emocionó porque sé que es cierto. Sentí que es bueno encontrar gente que sienta lo mismo que uno, y me sentí feliz por esos niños que cuentan con Matilde. “Los niños son muy agradecidos, valoran mucho el momento de estar en clase. Son receptivos y están muy abiertos a todo lo que el docente ofrezca. El hecho de estar en contacto con la naturaleza, con la huerta, de poner las mesas afuera del aula, al estudiar biología o los animales, hace que el conocimiento sea a través de la experiencia. Las actividades extracurriculares son prácticamente inexistentes porque si la persona no tiene locomoción, no puede ir. En determinadas ocasiones, algunas


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RELATOS

_EL OJO CÓMPLICE DE LA LUNA_ Richard Conde


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Un ritual. Eso era lo que siempre hacía cuando comenzaba a prepararse para la gran fiesta de las Llamadas. A veces se sentía como un guerrero que lentamente se colocaba la panoplia y velaba sus armas para la batalla inminente, como un llamado atávico de la tribu. Primero revisó el tambor -un piano de roble, que ya tenía como cuatro años-, chequeó los aros, la juntura de las duelas, que la lonja gruesa estuviera bien clavada. Observó adentro y afuera con minuciosidad, lo sopesó colocándose el tahalí, midió la distancia para subir y bajar la mano y el palo a la hora de tocar, para extraer el sonido grave que tanto le gustaba. Acarició la lonja, áspera pero firme al tacto, con manchas oscuras de sangre seca casi al borde del tambor, y cuando estuvo seguro de todo, apoyo el instrumento de percusión con cuidado en un rincón, junto a los otros tambores, y fue a buscar su ropa de lubolo. El atuendo completo colgaba de una percha con su nombre y lucía los colores de su clan: anaranjado, negro y rojo. Con paciencia se colocó primero el bombachudo, luego las medias, las cintas cruzadas en las pantorrillas, las cómodas alpargatas negras, la remera anaranjada de su comparsa y el dominó, amplio, cómodo, para que sus movimientos fueran ágiles a la hora de caminar y tocar. Ya estaba pintada su cara y, al mirarse en el espejo grande que estaba en la pared opuesta a los tambores, los rasgos de su rostro se perdían entre los trazos seguros y definidos del maquillaje, y se volvió a sentir más que nunca un belicoso guerrero listo para marchar hacia un combate singular. Antes de salir del local retiró de una mesa larga el sombrero de paja de ala ancha, se lo colocó a la espalda y salió a la noche calurosa. El trajín de los integrantes, los gritos, los nervios, el ómnibus estacionado que esperaba para llevar a la comparsa hasta el Barrio Sur, los vecinos que se arrimaban a saludar y desearles suerte, eran el común denominador de una experiencia única, irrepetible, parecida a otras pero diferente. Saludó a un par de amigos y compañeros de fila en los ensayos y subió al ómnibus, luego de dejar el piano en otro camión que llevaría todos los tambores. Las bailarinas iban ataviadas con hermosos trajes en los que predominaban las telas coloridas, vaporosas, livianas y con un brillo esplendoroso. Calzadas con sandalias de taco alto pero firme para danzar y desplazarse ágilmente, con un maquillaje que llevó horas, ascendían a otro bus cuchicheando entre risas y gritos, acomodándose con cuidado para no arrugar los vestidos. Entre cánticos, algarabía y alguna bebida espirituosa que circulaba generosamente de mano en mano, se inició el viaje hacia el máximo templo al aire libre. Por una hora retumbarían los tambores de su barrio. En ese recorrido sentiría el dolor y la alegría de sus ancestros africanos y, en sus manos, estarían presentes todos los hombres y mujeres que padecieron una oprobiosa esclavitud. En el núcleo del candombe se escucharía el eco de su redención, de su libertad. Llegó al lugar de salida, pasó por el portón de ingreso al circuito, escuchó su nombre, su apellido, mostró su pulserachip y de repente la vio, recostada sobre la valla amarilla. Por un breve y fugaz instante sus miradas se encontraron, se conectaron y en un segundo, cuando traspasaba el portón, la perdió. La buscó ansiosamente mientras los integrantes de la comparsa ingresaban lentamente de uno en uno, celosamente controlados por el personal de portería que organizaba como todos los años el desfile, pero no había rastros. Quedó pensando en su mirada. Después, la vorágine del candombe lo atrapó, lo impulsó y lo llevó hasta el éxtasis, mientras los tambores sonaban como nunca y sus manos y las de todos sus compañeros alcanzaban el paroxismo y una especie de trance los contagiaba y los llevaba hacia su objetivo, caminando al ritmo de los golpes cadenciosos mientras, allá adelante, los estandartes, las banderas, las estrellas y las lunas, el cuerpo de baile, los gramilleros y mama viejas bajo el mando del escobero –flanqueados por una muchedumbre que vitoreaba su paso y aplaudía– desplegaban todo su ritmo, todo su colorido y movimiento con una pasión sin límites. De nuevo sintió el clamor de sus ancestros y su legado y redobló el esfuerzo tocando como un poseso su piano,


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RELATOS haciendo base para que el chico y el repique sostuvieran un toque parejo, ahí, ubicado en el medio de la tercera fila. Por momentos le parecía que caminaba y tocaba en cámara lenta, y por otros, que el sonido de su piano ingresaba por sus venas e iba directo al corazón y lo enajenaba, sin perder el compás. Sus manos ya no sentían el dolor de las heridas que le dejaba el contacto con el cuero tenso, y el palo dibujaba una parábola en el aire y caía seco contra la lonja. Inmediatamente sentía los chicos con su sonido sostenido y los repiques más allá, improvisando, pero sin perder el estilo inconfundible de la cuerda de tambores. No sentía el peso del tambor, era como una prolongación de su cuerpo. No escuchaba los gritos del público, escuchaba sólo el palpitar del candombe. Sentía cómo le corría el sudor por la espalda y en determinado momento le pareció ver a la luna colgada allá arriba, entre las copas de los árboles de la avenida Isla de Flores, observar el paso de la comparsa y protegerlos como un centinela a ellos, guerreros de ébano que iban hacia la batalla armados con sus tambores que parecían escudos. Como flotando entre la gente, en un rapto de lucidez, casi pudo ver de nuevo esos ojos observándolo y supo con certeza que la vería otra vez. Pasaron por la sección de calle en donde estaba el jurado, el palco y las cámaras de televisión que iluminaban intensamente el lugar. Ahí hicieron un alto y tocaron como nunca hasta sangrar las manos, y el cuerpo de baile, sus vedettes y personajes típicos se lucieron y mostraron todo su espectáculo, plástica y belleza. La atmósfera de fiesta seguía en toda la extensión del desfile y la gente se abarrotaba a lo largo de las veredas al paso firme de las comparsas y, adelante y atrás, se sentía el candombe impulsar a la gente a bailar, a celebrar, a gozar. Subieron un repecho con esfuerzo pero sin perder el sonido. El jefe de cuerda alzaba su mano con movimientos estudiados para coordinar un corte, avisando lo que se venía, y los integrantes se movían con un paso cortito mientras mano y palo, cada uno en su cometido, encontraba la armonía que se transformaba en candombe. Las últimas cuatro cuadras se caminaron con el corazón y el físico al límite de sus fuerzas, pero la experiencia de los más veteranos llevó a puerto seguro a los que flaqueaban. Las evoluciones del cuerpo de baile y las coreografías siempre estuvieron coordinadas, y a pesar del calor sofocante, los portabanderas nunca bajaron los brazos y el estandarte lucía bien arriba mostrando orgulloso su símbolo: una pantera negra con las fauces abiertas y los ojos fulgurantes. Casi sin darse cuenta llegaron al final del recorrido, cruzaron otras vallas amarillas y ahí sí, al calor del esfuerzo y el cansancio, se saludaron efusivamente, entre abrazos y risas y con la satisfacción del deber cumplido. Familiares y amigos, colaboradores, todos estaban ahí para saludar el buen paso de la agrupación en la fiesta más importante del año. Se enjugó el sudor y bajó el tambor de su cuerpo con cuidado. Fueron uno en todo el trayecto y le pareció un sacrilegio descolgarlo, así que lo hizo despacio. Por un momento se quedó mirándolo fijo, hasta que un amigo apareció para saludarlo, le dio una botella de agua, lo felicitó y siguió su camino para auxiliar a otros. A lo lejos se escuchaba el candombe de las otras comparsas que aún continuaban desfilando. Un arrullo de tambores que calmaba el cansancio y hacía que uno no perdiera la adrenalina en que estuvo inmerso por unas cuantas cuadras. Puestos improvisados vendían bebidas de todo tipo, medios tanques en donde chisporroteaban los chorizos y el olor inconfundible hacía dilatar sus fosas nasales, mientras los vendedores voceaban su mercancía. Se compró una cerveza en lata, entregó el dominó y el sombrero al encargado del vestuario, se aseguró de que su tambor estaba en buenas condiciones, saludó a algunas bailarinas y se abrazó con unos cuantos compañeros de la cuerda. Avisó por las dudas que se quedaba un rato más, que no lo esperaran, mientras saludaba con la satisfacción de haber culminado una Llamada más. Con su tambor a la espalda caminó una cuadra rumbo a 18 y dobló a la izquierda, mientras sentía la brisa suave de febrero en la cara como una caricia y, siempre en la lejanía, la compañía de un candombe. Apuró la cerveza, comprobó que en su riñonera tenía todo -documentos, celular, plata-, se cruzó el palo en la cintura y ahora sí, con un paso tranquilo y sintiendo el peso del piano a medida que su cuerpo se iba enfriando, rumbeó hacia Ejido dónde


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seguramente lo estaban esperando sus amigos para seguir viendo parte del espectáculo. Media cuadra antes de llegar, caminando despacio y siempre con la luna siguiéndolo entre los árboles, la vio. Entre tanta gente era imposible encontrarla pero allí estaba… Y esos ojos eran inolvidables. Venía con un grupo numeroso de amigos pero cuando se cruzaron nuevamente sus miradas, la química fue instantánea y ambos se reconocieron en los ojos del otro. Le pareció que el tambor en su espalda no estaba, que el cansancio no existía, que el ojo cómplice de la luna los observaba ahora con más atención y brillo y como un mitológico dios africano, movía hilos invisibles y generaba el encuentro con su destino. -¡Hola!– se saludaron casi al unísono. Bajó el tambor de su espalda con delicadeza; ella le hizo una seña al grupo de amigos y quedaron solos, parados en la penumbra de la esquina, ajenos a la desenfrenada actividad que pasaba ante ellos. -¿Ya te ibas?- preguntó él. -Sí, ya nos íbamos, ¿y… vos?- respondió ella. -Recién terminé de desfilar. Iba a encontrarme con unos amigos, acá en Isla de Flores y Ejido. -¡Ah!– le dijo ella, mientras lo miraba directo a los ojos. El hizo una breve pausa y con voz resuelta, segura, resolvió el silencio generado con una invitación. -¿Tomamos una cerveza por el camino? Debe haber algún almacén acá en la vuelta… -Dale, espera que aviso– dijo ella, y enseguida mandó un mensaje a su grupo de amigas que esperaban en la otra esquina. -Listo, dale, ¡acepto esa cerveza!. -Bien de bien- dijo, sin dejar de mirarla. Durante el trayecto, la luna los siguió un rato más mientras la pareja subía por Ejido hacia 18, él con su piano a la espalda, ella caminando a la par en un silencio cómplice, con la botella de cerveza en la mano. Aquella había sido una Llamada especial y, a lo lejos, seguía escuchándose el rumor de los tambores que parecía acompasar la relación que comenzaba. La luna, ahora más grande y redonda, pareció parpadear y como por encanto, fue desapareciendo entre los edificios. La noche de febrero regalaba una vez más emoción, vértigo y, quizás, un nuevo amor.


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POESÍA

UN SOLO RÍO Marcelo Aste


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Ábrete, nos dijo el río, sonríe, la flor al sol. Somos parte de la misma tierra la cadencia que nos separa nos une. Quizás el tiempo borre fronteras vaivén de arena justa cercanía milagro en movimiento Ábrete y hazte río Ábrete y hazte campo Nuestro campo

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Del otro lado me invitas a cruzar. Desde el azul profundo estás en mí. Compartimos el verbo el sol, nuestros cielos.


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