POESÍA
Melisa Machado
COMO PERIODISTA CULTURAL TRABAJÓ EN PUNTO Y APARTE, POSDATA, TRES, BÚSQUEDA, DOSSIER, EL PAÍS CULTURAL, ENTRE VARIOS. SU OBRA POÉTICA HA RECIBIDO VARIAS DISTINCIONES Y FUE REUNIDA EN UN SOLO TOMO LLAMADO RITUALES. ESTUDIÓ PSICOLOGÍA Y LETRAS, PRACTICÓ DANZA, AIKIDO Y TAI CHI. HOY ES DOCENTE EN UNIVERSIDAD ORT Y TERAPEUTA ZEN SHIATSU. FUE INVITADA PARA REPRESENTAR A URUGUAY EN POETRY PARNASSUS, EL FESTIVAL DE POESÍA MÁS IMPORTANTE DE GRAN BRETAÑA, QUE SE CELEBRA EN PARALELO A LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE LONDES. Por JUAN ANDRÉS FERREIRA Foto MAGELA FERRERO ¿Cómo llegás a este encuentro de poesía en Londres? No sé bien cómo llego. Supongo simplemente que escribiendo desde chiquita. A los 24 años empecé a armar mis propios libros y a presentarme a concursos, gané algunas veces. Luego vino la beca del MEC, en 2010: me fui a New York, al City College, a dar un mini seminario de Redacción Creativa, en Harlem. Luego me invitaron de Nicaragua, luego de México y ahora de Londres. En todos lados encontré poetas que hablaban en lenguas.
toda costa. Nos divertíamos. Éramos nenes bien jugando a ser casi punkies, casi anarcos. ¿A quiénes considerás tus referentes? De Uruguay Marosa de Giorgio y Julio Hererra y Reissig; de Argentina Olga Orozco y Néstor Perlongher; de más lejos Seamus Heaney (espero conocerlo en Londres) y los arquetípicos Eliot, Lawrence, Yeats, entre tantos. Incluso Carver. Y “hasta” Borges.
¿Quiénes participan? Más de 200 poetas de todo el mundo, uno o dos por cada país participante de los Juegos Olímpicos. Es un evento cultural paralelo a los Juegos Olímpicos. Me gusta ver las caras de los participantes en el link del South Bank Centre. Babel: todas las razas, todas las lenguas.
¿Cómo es tu relación actual con Durazno? Estuve allí ayer. Hacía 20 años que no iba. Suelo decir que los de allá han muerto. Y es verdad. Me refiero a mi madre, mi padre y mi abuela. Ya no están. Pero fui a ver las veredas, el número de la puerta de la casa de mi infancia, la escuela, la plaza, los plátanos, el río, el puente viejo.
Estuviste en una revista under, ¿qué recordás de esos años? Salíamos de la dictadura, éramos muy jóvenes y queríamos publicar a
¿Qué sentiste estando allá? Sentí que había pasado mucho tiempo y que no había pasado, que una parte de mí estaba intacta y que otra
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aún era desconocida hasta para mi misma. “Soy mi propio misterio”. ¿Cuáles fueron las circunstancias que te llevaron a practicar tai chi? La ansiedad y la búsqueda de la calma. La danza, el aikido, la muerte de dos o tres personas queridas. El accidente que me marcó el rostro a los 20. Las pérdidas y el reencuentro bellísimo con la vida. La numinosidad. La luz. ¿Qué te han aportado las artes marciales? ¿Cómo las aplicás en la vida diaria? “Resolución armónica del conflicto”. Pero ya no practico tai-chi ni aikido, ya no “peleo armónicamente”. Hago zen shiatsu: recorro los puntos de energía que han descripto los orientales y aplico los principios de la Gestalt terapia. Soy terapeuta. ¿Te seguís preguntando cuál es la función de la poesía? Respecto a la función de la poesía, si bien nunca me lo pregunté gracias a una inquietud personal, es decir, no la tengo, lo he hecho recientemente a raíz de esta tercera invitación a un evento internacional en los últimos dos años. No deja de asombrarme que la poesía no venda, que las editoriales no quieran publicarla, que las librerías le otorguen el estante más escondido de sus locales, y sin embargo la poesía es capaz de reunir personas de todo el mundo, y los gobiernos o las instituciones privadas invierten muchísimo dinero en ella. También se lee continuamente en boliches y pubs. Hay una contradicción flagrante en esto. Creo en todo caso que la poesía debe retornar a su vehículo inicial: la voz, el sonido. Un retorno a la oralidad, a los trovadores. Hay que decirla, rapearla, cantarla. ¿Cómo definirías a tu poesía? No la definiría, pero si no tengo más remedio diría que es un juego al que no puedo negarme porque se me impone desde un lugar arquetípico y como tal, es inconsciente y me posee. ¿Cuál es la principal arma del poeta? La lengua, su riqueza. Las vocales y consonantes, su música. La palabra. La forma y la ausencia de esta. La percepción, su juego. ¿Tenés algún método para escribir? ¿Cuál? Dejarme poseer por esa fuerza y permitir que me atraviese. “De mí
Creo que la poesía debe retornar a su vehículo inicial: la voz, el sonido. Un retorno a la oralidad, a los trovadores. Hay que decirla, rapearla, cantarla no queda nada: solo esta luz que me atraviesa”. ¿Qué es lo más duro del oficio de la escritura? Que no te paguen lo suficiente como para dedicarte total y absolutamente a ella, la escritura. A su kamasutra, al decir de Barthes. ¿En qué sentís que podés y debés rendir más? En dedicarme solo a escribir. ¿Qué te ha dado y qué te ha quitado tu trabajo en periodismo cultural? Me ha permitido conocer artistas de todo tipo. Me ha nutrido. No me ha quitado nada. ¿Qué actividades ocupan tu tiempo hoy en día? Mi hijo, la facultad, dar clases, atender pacientes, la introspección, la permanente revisión de mi misma. El amor en todas sus formas. ¿Cuál es el momento del día en el que te sentís más a gusto? De mañana, muy temprano. Me gusta dormirme casi cuando oscurece y levantarme con la luz. Esto es poco práctico si quiero ser una persona “adaptada” a mi cultura. Ahora, en invierno, temprano es entre las siete y las ocho a.m. En verano puede ser a las seis a.m. ¿Te imaginás la vida sin escribir? Nunca lo intenté. He pasado hasta cuatro años sin escribir poesía pero haciendo periodismo cultural. Y si no escribo, hablo, elucubro. Una suerte de narración oral.