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Kamil Logmin y Theresa Schütz

“En Alemania, a partir de los diez años, y según sus notas, se envía a los alumnos a diferentes tiposde escuelas con distintos itinerarios”

Kamil Logmin y Theresa Schütz son profesores en Silverberg Gymnasium, nuestra escuela vecina del proyecto Erasmus. Además son, junto con Thomas Thiel, los encargados del programa europeo. Hablamos con ellos en la Mensa(la cafetería), sobre su formación docente, los tipos de colegioy más.

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Antes de todo, ¿os presentais?

THERESA: Me llamo Teresa, tengo 28 años y vivo en Bedburg. Y soy profesora de Religión y Francés en Silverberg Gymnasium.

KAMIL: Y yo soy Kamil Logmin, tengo 31 años y enseño Inglés y Biología. Llevo en Silverberg Gymnasium desde mayo de 2019.

¿Por qué sois profesores?

T: A mí siempre me ha gustado trabajar con niños, estar con ellos y enseñarles algo que les valga para saber a qué se quieren dedicar en un futuro.

K: Yo era el típico niño al que le encantaba ir al colegio, y creo que esto me daba una oportunidad de volver ahí una vez terminados mis estudios en la Universidad. La interacción social también es un punto importante, no sólo con los alumnos, sino también con los profesores, y no sólo a través de las clases sino de proyectos como este.

¿Qué estudiasteis? T: Yo estudié en la Universidad de Bonn y luego hice el Refrendariat, el máster que necesitas para convertirte en profesor, y que es realmente donde aprendes a enseñar. K: En la universidad estudias tus dos asignaturas [en Alemania los profesores siempre enseñan dos asignaturas]. Yo hice las mías y luego el practicum para profesor.

¿Cómo es el sistema educativo alemán?

K: El sistema educativo alemán varía de una región a otra, pero con puntos comunes en todas. Básicamente consiste en cuatro años de Primaria, hasta los diez, a partir de los cuales los profesores recomiendan distintos itinerarios basados en las notas del alumno. No es una obligación, al final depende de los padres, pero suelen escuchar lo que los profesores tienen que decir, al ser recomendaciones basadas en lo que creemos que es lo mejor para ellos.

T: Y te pueden derivar a tres tipos de escuela, que son Hauptschule, Realschule y Gymnasium. La Hauptschule es el nivel más básico de estudios académicos, enfocado a empezar rápidamente en el mundo laboral. La Realschule es el nivel intermedio, que llega hasta la clase 10 [4º de ESO] y te deriva a la Fachschule [nuestra Formación Profesional]. Y Gymnasium es la formación más exigente de todas, que llega hasta la clase 13 [2º de Bachillerato] y te da la oportunidad de hacer los A-Levels [exámenes finales de Bachillerato] y presentarte al Abitur [EvAU] para ir a la Universidad.

K: Y luego también está la Gesamtschule, que aúna todos los tipos de escuela en uno, y que es una muy buena opción y te permite pasar de un nivel a otro en el mismo instituto.

¿Cómo son las calificaciones en Alemania?

T: Hay seis niveles: muy bueno, bueno, satisfactorio, adecuado, malo y muy malo. El uno es el mejor, y el seis el suspenso. Es al revés que en vuestro país.

A mí mis padres me matarían si llego a casa diciendo quehe sacado un uno…

K: Claro, pero aquí el uno es la mejor nota. Lo que puede ser confuso, supongo: malentendidos interculturales (risas).

¿Porquéosapuntasteisalproyecto Erasmus?

K: Mis padres son de Polonia, así que yo estoy acostumbrado a hablar varios idiomas. Además me encanta viajar, y el sentimiento europeo, el trabajar y educar a los jóvenes en el poder de la unión.

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Kamil y Theresa posan para la foto en el hallde Silverberg Gymnasium, el instituto en el que enseñan.

T: Además te ayuda a abrir la mente, mejorar el inglés, ver el mundo desde otras perspectivas. Cuando venís aquí vivís con una familia y tenéis un montón de estímulos, hay muchísima interacción con ellos, a nivel de idioma, cultural, social…

K: Mira tu inglés, por ejemplo, tienes un nivel muy alto. Y esta semana además estás con una familia alemana, así que estás oyendo hablar alemán todo el tiempo.

¿Cuánto os ha llevado preparar todo para esta semana?

T: Creo que en cuanto me uní empezamos a trabajar para tener todo listo para la semana.

K: Son meses de preparación, de mucho trabajo, que confluyen en una semana muy intensa. Y todo el trabajo tiene que verse en esa semana. También hay que ser muy flexibles, porque surgen imprevistos todo el tiempo, como que el actor que teníamos contratado para el taller de improvisación dé positivo en COVID y tengamos que inventarnos otra cosa que hacer.

¿Quéospareceeltemadelproyecto de este año, el microteatro?

K: Me encanta. Aprendéis a actuar, a trabajar en equipo, a desarrollar la imaginación... Son cosas que normalmente no se enseñan en el instituto por falta de tiempo. Y esta semana os da precisamente la oportunidad de hacer todo eso.

T: Y por supuesto la amistad. Porque al final de la semana habéis creado unos lazos y vínculos muy fuertes.

K: Hoy por ejemplo hemos hecho una videollamada con la clase de Pablo en Madrid, y ha sido muy guay ver a alumnos que estaban en dos países diferentes interactuar y hacerse preguntas sobre cómo es el instituto en cada uno de los sitios, las costumbres, el modo de vida…

Así que vosotros, siendo profesores, estudiasteis en un Gymnasium.

K: Eso es. El mío era la clásica escuela alemana. Estudiaba Latín, Griego, el humanismo alemán... Todo lo que se supone que un ciudadano debería saber.

T: En mi Gymnasium la música jugaba un papel muy importante, teníamos hasta una banda y un coro.

K: Pero no teníamos proyectos Erasmus ni nada parecido.

¿Fuisteis de intercambio cuando erais estudiantes?

T: Yo fui a un intercambio en el sur de Francia, y recuerdo que no sabía decir ni una palabra. En ese sentido, viéndoos a vosotros, que no tenéis problemas en comunicaros, siento que es un enorme avance.

K: Yo estuve de prácticas en una escuela en Estados Unidos en verano de 2017, en Carolina del Norte. Se daban varios idiomas, alemán incluido, que era lo que yo enseñaba.

T: Y yo hice lo mismo en Francia cuando acabé la Universidad: auxiliar de conversación de alemán, que fue una experiencia muy interesante, porque a los franceses les encanta hablar alemán, y todos venían a mí después de las clases para seguir hablando conmigo (risas).

¿Cómo creéis que ha cambiado la educación en Alemania?

K: Antes no había tanto énfasis en la parte hablada, era todo mucho más centrado en la gramática en el caso de un idioma o en la teoría de una asignatura.

T: A nosotros nos sacaban a tomarnos la lección en la pizarra, que ahora parece súper antiguo. Recuerdo que lo odiaba. Y a mis padres les daban con la regla si no se la sabían. Ahora evidentemente no hay nada de eso.

K: Y ahora yo tengo una pregunta para ti: ¿qué nos espera en Madrid cuando vayamos el año que viene?

¡Fiesta!Yseguiraprendiendosobre microteatro. Y vamos a llevaros a la cuna de esta disciplina: el local original de microteatro. ¡Y os enseñaremos la ciudad, claro! ¿Qué esperáis vosotros del encuentro en España?

K: Cuantas más cosas mejor.

T:¡Y yo quiero aprender un poco de español!

¡Muchas gracias por vuestro tiempo!

[Esta entrevista ha sido traducida al español del inglés original en que se realizó]

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