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La polémica del mes
El sistema educativo alemán
A favor En contra
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En Alemania, el sistema educativo lo regula cada estado federal, lo que explica las diferencias entre ellos. En el estado de Renania del Norte – Westfalia, donde se encuentra el instituto Silverberg Gymnasium, hay tres tipos de escuela: Gymnasium, con un total de nueve cursos, y enfocado a hacer el Abitur, el examen de acceso a la universidad; Realschule, con un total de seis cursos, enfocado a estudiar Formación Profesional; Hauptschule, con un total de cinco años escolares, y enfocado al mundo laboral. Sin embargo, ¿son necesarios estos tres niveles de educación y calificación?
La gente que se posiciona a favor del sistema educativo alemán lo ve como una oportunidad para que los alumnos reciban una educación ajustada y enfocada a sus habilidades y capacidades: a aquellos a los que les cuesta estudiar, por ejemplo, se les ofrece otra salida diferente a la académica. Por el otro lado, alumnos con interés por los estudios reciben el apoyo y el ánimo necesarios para competir con estudiantes de su mismo nivel. Además, pasar por la Universidad no es requisito obligado para todas las profesiones, sino que se puede entrar directamente (o a través de la Formación Profesional) en el mundo laboral y así empezar a ganarse la vida antes. El que todo el mundo hiciese el Abitur sólo llevaría a un amplio número de personas queriendo entrar a la Universidad, lo que a su vez se reflejaría en un incremento de alumnos titulados y en un descenso en la calidad de la enseñanza.
Por último, el sistema educativo alemán permite la posibilidad de cambiar de itinerarios si se cambia de idea respecto a lo que se quiere hacer, siempre y cuando, eso sí, las notas acompañen al nivel educativo del alumno. El sistema educativo alemán, aun con todas sus ventajas y su eficacia y eficiencias, tiene serios inconvenientes.
Lo primero de todo es la desigualdad que produce en la educación. El contexto social es el que muchas veces decide las oportunidades educativas. Son los niños que provienen de familias pobres los que tienen menos posibilidades. El que un alumno de cuarto de Primaria vaya a una Hauptschule (el nivel educativo más bajo) o a un Gymnasium (el tipo de escuela más prestigioso) depende de sus orígenes. Todavía hoy en día el 80% de los graduados en universidades alemanas son hijos de familias con estudios.
Al mismo tiempo, más y más jóvenes quieren entrar a la Universidad, algo que un título de educación media como los que ofrecen la Hauptschule o la Realschule no posibilitan. Estos títulos han perdido por tanto valor, y aunque sí facilitan el acceso a la Formación Profesional, quizás deban ser reevaluados para que sean más atractivos para los jóvenes, especialmente porque en Alemania tenemos escasez de trabajadores especializados.
Por último, el sistema educativo alemán se está quedando atrás en cuanto a tecnologías. La digitalización avanza más rápido de lo que podemos seguirla. Aunque la situación post pandemia nos ayudó en ese sentido e hicimos bastantes progresos –trabajamos con plataformas como Moodle o Microsoft Teams y apps como Padlet o Mentimeter-, la escuela tiene que seguir aprendiendo a integrar las herramientas digitales en el aula. Por tanto, los colegios deberían equiparse mucho más y mejor de lo que lo están, con pizarras y tabletas en todas las clases.