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LORETO GARCÍA. MAESTRA ESCANCIADORA
¿Cómo empezó en el mundo de la sidra?
En 1997 abrí la sidrería El Madreñeru en La Pola y en el año 2000 hice un curso de escanciadores con una de las hermanas Ovín y entre las dos, me fueron perfeccionando hasta ganar, en 2009, el Concurso Regional de Escanciadores, superando a mis maestras. Desde el principio, me metí de lleno en el mundo de la sidra y aprendí de muy buenos maestros como Villarrica, Sindo, Ovidio o Belisario. Es un mundo que me apasiona y cuando voy con llagareros veteranos siempre aprendo de ellos porque saben muchísimo.
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Cada vez es más difícil conseguir escanciadores.
Estamos teniendo problemas para encontrar camareros en general, pero, sobre todo, escanciadores. Es complicado porque la hostelería está muy mal vista por los trabajadores. Formar a un buen escanciador lleva muchos meses, la gente piensa que aprendes a echar sidra y ya está, pero, además de echarla bien hay que darle un buen trato, cambiar los vasos después de varios culetes y para conseguirlo, lleva tiempo. A un buen profesional cuesta mucho formarlo.
¿Qué se puede hacer para tratar de solucionar el problema y potenciar el escanciado?
Lo que nos diferencia del resto del mundo es, precisamente, el escanciado. Por eso, lo primero que se tendría que establecer es la categoría de escanciador. Sigo diciendo que no es lo mismo un escanciador que un camarero y necesitamos que se diferencie. Un buen escanciador vale su dinero y hay que pagárselo. Por supuesto, eso pasa por crear una Escuela Ofi cial de Escanciadores. Hay que pedir al Gobierno del Principado que se implique y conceda muchas más ayudas a la sidra, apostando, de verdad, por ella y por los escanciadores. Productores, llagareros y escanciadores tenemos que ir de la mano, porque si falla uno, falla todo.
Participa como jurado en diferentes concursos de sidra, ¿cómo ve la calidad en los últimos años?
Se está mejorando mucho la calidad con la ayuda de los adelantos tecnológicos. Además, también cambió la tendencia de beber sidra, antes era más fuerte y dura y se consumía de otra manera, porque se bebía mucha a morro y eso, ahora, casi no se ve. La sidra ha ido adaptándose a los gustos, buscando otros sabores no tan fuertes. La sidra está evolucionando perfectamente, cada vez hay más estudios y los llagareros se molestan más y buscan tener mayor calidad.
Como hostelera, ¿qué acogida tienen las sidras DOP por parte del consumidor en El Madreñeru?
En mi negocio, ahora vendo bastante sidra DOP, cosa que antes no me pasaba. Llega ya la gente pidiendo directamente sidra DOP y, es verdad, que hay clientes que la piden porque dicen que «está hecha con manzana nuestra y hay que tirar por lo nuestro». Y a mí, me presta que piensen así, porque hay que luchar por lo nuestro, aunque también hay que ser realistas, porque no hay manzanas en Asturies sufi cientes para abastecer a todos los llagares. No podemos tirar todos los años de manzana 100% asturiana y se necesitan traer manzanas de fuera y lo que tenemos que exigir es que esas manzanas sean también de calidad.