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La Universidad tiene que ser un actor que está en la trinchera
La Universidad Nacional de Quilmes puso a disposición, en colaboración con la Municipalidad de Quilmes, un centro de aislamiento para posibles portadores COVID-19. Entrevistado en mayo, el Dr. Alejandro Villar, rector de la Universidad, compartió los detalles de la medida.
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:: Por Agustín Broccoli y Bruno Diglio
Desde el inicio de la pandemia, las autoridades de la UNQ han estado tomando decisiones para amparar a la comunidad quilmeña en un contexto de incertidumbre nunca antes visto. En colaboración con el Municipio de Quilmes, se realizan una variedad de iniciativas, entre las cuales se destaca la instalación de un centro de aislamiento sanitario en las instalaciones de la Universidad.
El Dr. Alejandro Villar, rector de la Universidad Nacional de Quilmes Foto: Natalia E. García / UNQ
¿Cómo se llegó a la decisión de establecer el Centro de Aislamiento Sanitario en la UNQ?
El municipio nos pidió el espacio para el instalar el Centro porque la Universidad tiene buenas condiciones y fácil acceso, por Bernal y por la autopista. Nosotros firmamos un convenio y les cedimos el espacio, con las responsabilidades que significa para ambas partes.
¿Qué recepción tuvo la noticia dentro de la comunidad de la UNQ?
La mayoría fue de aprobación y orgullo de que la Universidad esté puesta así. Algunas voces sonaron como diciendo “estamos poniendo en riesgo a la Universidad”, pero rápidamente se acallaron. El momento en el que nosotros podamos volver a la actividad presencial es porque el coronavirus retrocedió de tal manera que ya no se necesitaría el centro de aislamiento.
¿Cómo funciona el Centro para los pacientes?
El Centro lo maneja directamente la Secretaría de Salud del Municipio. El espacio está destinado a gente que tiene síntomas pero que no se sabe si tiene, o no, el virus. Mientras se le hace el estudio, que se hace en el mismo laboratorio de la Universidad, la gente permanece aislada. La idea es aislarlos del ambiente familiar. En general, es gente que tiene situación de hacinamiento en el hogar.
¿Y cuándo se dan de alta los pacientes?
Si no tienen el COVID-19, se dan de alta cuando está listo el análisis, que tarda unas 48 horas. En el caso contrario, si su condición de salud es normal y no amerita ser internado, pasa la etapa de la enfermedad ahí. Hasta ahora (15
de mayo), hemos recibido más de 30 personas y, hace dos días, había más o menos unas 18 o 19. Es muy dinámico porque entran y salen permanentemente. Hay lugar para 130 camas, y nunca ha habido más de 20.
¿Está el Centro preparado para afrontar el pico de contagios?
Así es. Este es uno de los Centros más grandes que tiene el Municipio. Está todo muy cuidado. La verdad que el trabajo que está haciendo el Municipio es muy prolijo y muy serio.
¿Hasta cuándo se va a mantener el Centro hospitalario?
Estimamos que eso va a ser cuando pase el famoso pico. Cuando se observe que la curva de contagios se ameseta en el área metropolitana, y particularmente en Quilmes, seguramente el Municipio optará por levantar el centro de aislamiento. En algún momento habremos de retornar a la actividad presencial. Nunca hemos estado en una situación de toma de decisiones con este nivel de incertidumbre. Son todas decisiones tácticas, cortas, porque no tenemos idea cómo va a evolucionar esto. El escenario que teníamos en marzo cambió totalmente al día de hoy, y solo pasaron 60 días. Todavía no sabemos en qué condiciones y cómo vamos a poder, en algún momento, volver a la actividad presencial.
¿Cuál es su evaluación de las medidas que se implementaron?
Nosotros estamos relativamente conformes porque el Centro de aislamiento está funcionando bien. El laboratorio está funcionando muy bien, con gran esfuerzo de nuestros investigadores, y también estamos sosteniendo hasta donde se puede la docencia. Uno de los objetivos que nosotros nos planteamos era tratar de salvar el cuatrimestre y que los estudiantes pudieran cursar en la medida de lo posible. Sabemos que es más complejo, que no es lo mismo que cuando un estudiante opta por la virtualidad porque ya tiene su equipo, su predisposición. En definitiva, lo que más nos preocupa es evitar la deserción de los estudiantes en este cuatrimestre.
¿Qué rol cree que debe tomar la Universidad en este contexto de pandemia?
Nosotros creemos que la Universidad tiene que ser parte de las estrategias que diseñan los niveles nacional, provincial y municipal. Tanto en lo sanitario como en lo social y lo económico. Desde lo sanitario, obviamente es que los propios trabajadores de la Universidad estén en sus casas. Desde lo social, la situación es muy compleja. Hay mucha gente que ha perdido su ingreso. Hay un esfuerzo muy grande para poder generar espacios para que puedan llegar alimentos a esa gente. Pero la Universidad tiene que ser un actor que está en la trinchera para poder enfrentar esta pandemia. Esto es lo que nosotros entendemos.