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El almacén
Un almacén auto gestionado atendido por la comunidad de la Universidad. Al comprar en el almacén se ayuda a cooperativas de trabajadores y al mismo tiempo se obtienen productos directo de origen, sin pasar por refinadores, distribuidores y grandes supermercados.
:: Por Paloma Estigarribia, Micaela García Cáceres y Jeremías Vera
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Punto de Encuentro es un almacén que se ubica dentro de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Su objetivo: acercar necesidades producidas por productores asociados y auto gestionados a la comunidad, que promuevan el consumo responsable. El nombre de El Almacén surge porque es la apuesta a la construcción de relaciones de confianza. La propuesta es integrada por docentes, personal de administración y servicios, estudiantes y graduados. Cuenta con más de 145 productos esenciales y nació en 2014. Blanca Peletay, una de las encargadas del proyecto y estuvo casi desde la inauguración. “Comencé a trabajar en agosto de 2015, becada y con la propuesta de entrega de bolsones de verduras que se desprende del Proyecto Universitario de Incubación Social”, dijo. El almacén “Punto de Encuentro” es una de las sietes incubadoras que entregan verduras provenientes de productores que trabajan o que elaboran los productos sin agrotóxicos, sin intermediarios. Los bolsones contienen verduras de estación. La particularidad es que los entregan cerrados y que la gente no puedo elegir como cuando va a la verdulería. La opción es entre ocho variedades de verduras y frutas de estación que seleccionan los productores en las quintas. El precio del bolsón es de 420 pesos. Para la gente que se encuentra viviendo más lejos, proporcionan envíos a domicilio superando los 2 mil pesos; es por eso que los precios del envío varían. En algunos casos, docentes y compañeros no docentes hacen una compra comunitaria y la entregan en su barrio. “Le proponemos a la gente que pide más de diez bolsones que se organicen como nodos, y que los vendan en sus ciudades y barrios para facilitar la distribución. De allí, los excedentes retribuyen a los trabajadores”, dice Peletay. Debido al aislamiento tuvieron que buscar nuevas formas para la venta. Es así que las redes son sus estrategias, ya que el almacén tiene su público “cautivo” dentro de la Universidad. La cooperación barrial para la venta es generada a través de la relación que se tiene con la gente; y esa es la propuesta que tienen cuando se crean los nodos, que son pequeños puestos barriales administradas por trabajadores de la Universidad o voluntarios que inicialmente eran compradores. En algún momento la producción bajó en un 3º por ciento y por el contexto de la pandemia, hay cierta dificultad para conseguir los productos. La Asociación 1610 es una productora de alimentos que le vende a El Almacén. Se caracteriza por sus cosechas libres de agrotóxicos, obteniendo un alimento seguro e inocuo. La trazabilidad de estos es directa: del productor al consumidor. Melanie Pérez Palacios, productora de Asociación 1601, dice que surgió como un incentivo de parte del INTA en producir de manera agro-
Foto: Belén Gonzales para mundounq.blogspot.com
ecológica, también por necesidad: “En cuanto a nuestra propia salud, de dejar de usar fitosanitarios y empezar a ser más conscientes del uso de estos químicos nocivos”. El proceso productivo de cada verdura empieza desde la idea de cada uno de los productores pensando en las necesidades del consumidor. A diferencia de Mercado, estos no ofrecen productos, sino que cultivan alimentos para los pueblos, para las familias. No explotan la tierra para producir clones a grandes escalas para vender verduras bellas visualmente. Trabajan con una propuesta de diversificación, en los que introducen variedades nacionales que el mercado las sacó de circulación porque no cumplen con los estándares impuestos. Volvieron a cultivar sus propias semillas para conservar todo el sabor y aroma que el mercado robó. En cuanto a la pandemia, han duplicado los pedidos y hacen su mayor esfuerzo para seguir cultivando y acercándole alimentos a cada consumidor. El precio de los bolsones se decide en Asamblea cada tres meses. Se fija un precio entre todos los participantes de esta cadena, donde los productores y los vendedores contemplan los precios de flete, bolsa, etc. Todo lo hacen de manera transparente para que todos estén de acuerdo. Ofrecen verduras limpias y libres de químicos, además de una diversidad para que cada familia vaya reinventándose en la cocina, descubriendo nuevos sabores y, de esa manera, mejorar su calidad de vida.